⁰³.⁵
Un plan...
El día iba normal aparentemente. No hubo riñas, no hubo estrés, no hubo nada peculiar, más que un chico pensativo y perdido, sin saber que pensar.
La persona de las notas era extraña, bastante extraña a decir verdad. Parecía que lo conocía bien, que le caía realmente mal y aunque sonará algo raro, parecía que también lo vigilaba, o quizá es que pasaba demasiado tiempo con él. Ahí una pista, era alguien cercano a su entorno, por lo que estaría pendiente de sus acciones.
Con su mirada intensa, que a simple vista te causaría piel de gallina, recorrió toda su aula, la famosa clase A. ¿Quién podría ser? Bueno, se ha la hecho alguna idea tras la última nota que recibió, esa última nota lo atrapó, y ahora estaba más que decidido a encontrar a ese extraño e interrogarlo. ¿Interrogarlo? Si, tenía demasiado que hablar con él o ella.
—¡Todoroki-kun!— esa voz odiosa y amistosa que desprendía un aire de: "tu puedes ser lo que quieras ser" se escuchó a unos metros de él, si, esa persona era Deku
¿Sería él? Bueno, es una persona bastante sentimental como para llorar si ve a alguien llorar en la soledad, y también tendría motivos para odiarlo, pero Katsuki sabía que él peli verde no lo hacía, que no le guardaba rencor alguno. Lo maltrataria, cierto, pero lo conocía a la perfección, después de todo, había convivido con él y había sido su amigo por mucho tiempo.
—Midoriya, ¿acabaste el ejercicio?— la voz neutra y sin emociones del mitad mitad le causaba irritación a todo su ser
Quería gritarle: "¡Demuestra algo maldita sea!" Pero se contenía con eso, prefería provocarlo, pero el problema era que el de pelo bicolor no cedía.
Chasqueo la lengua molestó y se recargo en el respaldo de su silla, colocando sus pies en su mesa.
¿Sería el de cara quemada que en realidad lo odiaba en secreto?
Volteó discretamente y los vio de reojo, el de ojos heterocromaticos se veía bastante relajado y despreocupado como siempre, ¿podía alguien estar así después de enviar aquellas notas? No, no, no, Todoroki no podía ser, las notas usaban un lenguaje demasiado agresivo como para que sea Todoroki el remitente. ¿O acaso era un lobo en piel de oveja?
—¿Bakugō?— una voz le hizo voltear al frente, donde estaba su linda novia, que lo veía preocupada por su rara actitud todo el día. —¿Estás bien?
—¿Que quieres?— bajo sus pies permitiendo que la chica de lindas curvas se sentara en sus piernas, justo como a ella le gustaba
—Has estado raro desde ayer, ¿todo bien?— paso sus manos al rededor del cuello de su chico
En seguida, atrajeron varias miradas, y sobre todo, las miradas que ellos querían. Las miradas de ese par de personas que deseaban que contemplarán si pequeño expectaculo.
—No aquí...— le dijo entre dientes, y Uraraka asintió, se levantó y dejo que Bakugō pasará primero, siguiéndolo al lugar que él considerará perfecto para hablarle sin tener que fingir.
Salieron sin ningún problema del aula, pues Aizawa había tenido una repentina junta y los había dejado por un rato ya.
Caminaron a un cuarto de conserjes y pusieron llave tras de sí.
—¿Por qué rayos insistes en ponerte sobre mis piernas?— pregunto colocando su mano en su entrecejo, sobándose para calmar un leve dolor de cabeza que había tenido todo el día por el estúpido tema de las notas
—¡Oye! Quedamos en hacerlo creíble.— se cruzo de brazos la morena y lo vió con sus labios fruncidos
—Sabes que odio que te me acerques.— volteó a ver a otro lado, realmente no soportaba los pucheros que la cara redonda hacía, le fastidiaban —Con el título es suficiente, no necesitas comportarte como tal.
—Oye, quizá para ti el título sea suficiente, pero para mí no, ¡Deku aún no reacciona! ¡Necesito más entusiasmo de tu parte!— le gritó molesta
—¡¿Y crees que yo estoy conforme con mis resultados?!
Escucharon pasos en el pasillo, así que ambos se callaron de golpe, rogando por no haber sido escuchados por quién sea que hubiera pasado. De esto no se podía enterar nadie.
—Quizá el problema esté en tu actitud.— susurro Uraraka —Aprende de mi, yo no le gritó ni marginó al chico que me gusta.— se cruzo de brazos mientras veía sus uñas
—¿Quién dijo que la rara me gusta?— rechisto
—¿A no es así? ¿Entonces explícame por qué rayos quieres darle celos?— apesar de estar hablando bajito, uso un tono duro, que molestó al rubio.
La acorraló contra la pared, quedando cerca de ella, sus intensas miradas de repudio al contrario se encontraron.
—No te metas en mis asuntos, quedé en este estúpido plan por mis propias razones, cosa que no te debería importar, ¿comprendes?— la tomo de la barbilla con fuerza para que ella lo vea, ya que había desviado sus ojos ante la intimidante cercanía del rubio —Mírame.— le ordenó — Dime si entiendes o no cara redonda.
—Comprendo, Bakugō.— casi respondió entre dientes
Le enfurecía ser tratada así, de haber sabido cómo funcionaria esto, nunca hubiera planteado el plan.
—Ahora sueltame idiota.— le ordenó furiosa
"¿Idiota?" Se congelo por un instante. "¿Será ella?"
Bueno, tenía motivos para serlo, él la trababa como basura en privado, y ella lo manejaba como quisiera en público, aparte, su poco entusiasmo en el plan podía estar haciendo que la chica lo soportará cada vez menos y buscará una manera de desahogar su ira, como por ejemplo, notas; por un momento la idea de que fuera Uraraka le cruzo por la cabeza pero... En el festival deportivo se fue por su cuenta, además de que estaba agotada que se terminó refugiando con Recovery.
No, no podía ser ella, hace tiempo que se lo hubiera dicho, ¿no? Además, Uraraka no le tendría tanta compasión a él, simplemente no se le hacía posible, y sobre todo, no tendría el coraje de desafiarlo sin razón de peso, ella estaba más concentrada en su querido Deku y en ser un héroe para salir de la pobreza.
La puerta se abrió de golpe con algo de fuerza, sacándolo de sus pensamientos y haciendo que ambos jóvenes que se encontraban cara a cara vieran sorprendidos a la persona que acababa de asomarse.
—Oh, se abrió.— dijo algo asombrada la persona al ver qué la llave si ha la funcionado
—¿Kabuyā-san?— pregunto sorprendida Uraraka
—¿Que rayos quieres puercoespín?
—Cállate Katsudon.— le respondió alzando la esquina de su labio con desagrado
Ese apodo le causó piel de gallina a Katsuki desde su cuello hasta sus pies, vaya que le gustaba ese apodo, y más la forma en la que la chica lo había pronunciado.
—El profesor me mandó a buscarles.
—¿Cómo es que tienes llaves de acá?— pregunto Uraraka con una ceja alzada
"Por qué le tome una llave a mi papá del clóset ya que aquí guardo mi disfraz." Pensó la pelinegra, pero sacudió de su cabeza esa respuesta.
—No les importa eso. ¿Que esperan? Saquen sus hormonas alborotadas de aquí.— habló con molestía y salió dando un portaso
—Vaya... No pensé que ella me hablaría así algún día.— comentó la de cabello corto sorprendida por como se dirigió a ella
Es cierto que no eran amigas, solo compañeras que se respetaban, hasta ahí todo bien, ¿no? Pero entonces, ¿por qué le había gritado y usado esos términos para dirigirse a ella?
—Jaja...¡Jajaja!— Bakugō estalló en carcajadas sonoras, carcajadas que asustó un poco a su supuesta novia
—A-ahm... ¿Bakugō?
—¿No lo viste? ¿¡Que no lo viste!?— le gritó, un gritó entre molestia porque la de ojos castaños no comprendiera lo que quería decir y la emoción de haberse dado cuenta de algo
—¿Ve-ver que?— pregunto nerviosa
—Que ella está...
"¿Cómo se les ocurre entrar a un lugar así los dos solos? ¡¿Tan hurgidos están?! ¡Ja! Par de pubertos sin control, ¿que estarían haciendo antes de que abriera la puerta? Estarían... Wah, ¿de verdad estás tan necesitado Bakugō Katsuki? Poco hombre que no se sabe controlar, es que... ¡Aahhh! Ni siquiera ser porque me molestó, para la próxima mejor no me meto... Ahg, me matará si se entera que en realidad Aizawa ni siquiera a llegado al aula... No podía dejar que descubrieran las cosas que guardo allá." Caminaba dando casi pisotones que hacían retumbar el pasillo "¿Por qué rayos me molestó?"
—¿A qué te...?— se callo, entonces lo comprendió —Oh, ya, ¿tu crees que está...?
—Celosa.— aseguro confiado, viendo la puerta donde hace unos segundos apareció la chica que lo obsesionaba
Una sonrisa triunfal en el rostro del rubio se dibujo. Se despegó de la de cabello castaño, abrió la puerta y salió, dejando a Ochako algo consternada por la situación
—Ja... Maldita pareja tóxica.— dijo con burla mientras negaba con la cabeza
Recordó por un instante la sonrisa de victoria que traía en su rostro aquél explosivo y energético joven. Solo cuando era Kabuyā Meirara ponía esa expresión, una expresión compleja, ¿que expresaba exactamente? Quizá orgullo. Orgulloso de que esa era la chica que le gustaba, se enorgullecia de ella y de su buen gusto.
Y haría cualquier cosa por qué ningún otro hombre la viera así. Incluso si tenía que recurrir a algo tan tóxico como el marginarla.
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