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Privaciones.
El timbre para el descanso había sonado, perfecto momento para arreglar su plan interrumpido por su noviecita. Y es que, si no hubiera sido por ella, la pelinegra estaba más que segura de que si lo leería. Pero no, no, no, Uraraka tenía que meterse, y no solo ella, toda la maldita clase tenía que meterse igual de chismosa.
Meirara cada vez odiaba más a sus compañeros, todos esos malditos protagonistas que siempre la dejaban a un lado, incluso después de que ella vino quedando en quinto lugar tras el festival deportivo, ¿celebración? Claro que sí, hicieron una, pero el centro habían sido los de siempre, Todoroki, Tokoyami, Midoriya, incluso Uraraka tras el sorprendente combate que dio contra uno de los estudiantes más fuertes. Y por supuesto, el festejado, Bakugō Katsuki.
Pero, ¿por que nadie le había felicitado por su batalla contra Sero? ¿O por qué no le felicitaron en su trabajo como equipo en el reto de las cintas?
Esto le estaba cansando, y la situación había sido provocada por una misma persona.
"-El que le hable a esta nerd está muerto."
"-Le vuelves a dirigir la palabra al Deku y dalo por hecho, están muertos. Ambos."
"-¡¿Eh?! ¿A donde crees que vas estúpida?- la tomo con brusquedad de su capucha y la jalo hacia atrás sin cuidado alguno, captando la atención de Tokoyami, Shoji, y Koda. -Creo que le había dejado en claro que estarían muertos si se le acercaban a esta cosa.- los amenazó mientras la sacudía sin delicadeza
-Bakugō, suelta la.- se metió Shoji al ver qué la chica intentaba safarse
-¡Largo! ¡Que nadie se le acerca a esta basura!- le gritó empezando a activar su quirk en su mano libre, haciendo pequeñas chispas, preparándose para pelear
No parecía que fuera a ceder. Meirara vió preocupada a los chicos, quería ir con ellos, era primera vez que alguien le invitaba a ir a algún lado después de clases, ya que todos la habían hecho a un lado. Pero no quería que se iniciará una pelea por una estupidez.
-Vayan, luego hablamos.- les dijo intentando calmar la situación -Gracias por la invitación de todas maneras.- les sonrió
-¿Segura?- pregunto Tokoyami dando un paso adelanté
-No.- Murmuró.
¿Por qué siempre la privaba de los demás? ¿Por qué rayos la marginaba? Desde la secundaria era así, incluso si quería verse con Izuku, su querido amigo de infancia, los hostigaba a ambos. Y eso parecía que había aumentado en los últimos años. Logrando por fin, separarlos.
-Claro que no quiero eso.- mordió con fuerza su labio inferior, conteniendo su ira. Pero no podía, ya no.
Con un movimiento rápido, se giró 3/4 y le dio con si mano bien plantada, en cierta parte de los bíceps, a mitad del brazo superior de Bakugō, causándole gran dolor y soltandola en el acto. Enseguida, no se lo pensó, y al estar levemente inclinado por el dolor, le propinó un rodillazo en el estómago. Tirándolo al suelo.
-Perdón chicos, pueden irse sin mi.- hizo una reverencia a modo de disculpa y salió corriendo, de ahí."
-Bakugō...- mordía la uña de su pulgar con fuerza -Asi como insistías para alejar a todos de mí... Yo insistiré para arruinarte.- Murmuró con voz sombría -Te llegó tu hora.
Era el momento, el salón había quedado vacío, se levantó de su lugar y se acercó al bote de basura. Rebusco entre unos papeles y uno que otro envase de jugo y lo encontró, intacto pero arrugado.
Lo aliso lo más que pudo, no tenía tiempo que perder, todavía tenía una segunda nota que dejarle en a la hora de la salida.
Lo escondió en su falda y salió rápido al pequeño cuarto de conserjes donde tenían también los objetos perdidos. Ya tenía un plan B por si algo así llegaba a pasar, en caso de que se reusara a leerlo la primera vez, estaba segura de que no lo haría una segunda si se veía la insistencia del contrario.
Vió que nadie conocido la observará, y entró al cuarto oscuro. Se acercó a un bote de basura abandonado y saco una gabardina negra que le llegaba hasta las rodillas, y que tambien tenia capucha que le tapaba hasta su flequillo, pero no sé arriesgaría en caso de que está se cayera y dejará ver su pelo, no. Así que se puso su peluca rubia con mechas de color negro. Oh, ya sabía que no sería desperdicio haberla comprado en aquella pequeña feria que hubo hace un año. Se lo acomodó y se puso botas negras de pescador, para que no viera sus zapatos.
Salió por fin, rumbo a buscar al peli ceniza.
Y por fin, lo encontró. Subiendo las escaleras con su grupo unos pasos por detrás, hechando relajo, descuidados de lo que pasaba a su alrededor. No se lo pensó de nuevo, era ahora o nunca, tomó aire y corrió, chocando hombros con Kaminari que hizo que chocará con Kirishima, y que el pelirrojo pisará a Sero, haciéndolos despistarse por unos breves momentos.
Y por fin, paso corriendo a lado de Bakugō, con la cabeza gacha, le puso el sobre en su pecho, y él, casi automáticamente, lo tomó antes de que cayera al suelo. Y entonces, dio la vuelta, corriendo por el pasillo lo más veloz que pudo.
Le bastó un par de segundos a Bakugō para captar que es lo que el extraño le había dado. Pero quizá, reaccionó más lento de lo que Meirara esperaba, así que, cuando quiso asomarse para ver quién había sido, esa persona ya no estaba.
-¡¿Eh?! ¡Espera!- gritó, pero no había nadie.
Solo un par de estudiantes en el suelo, siendo ayudados por sus amigos.
-¿Eh? ¿Que fue eso?- Kirishima se acercó a su amigo -¿Estás bien?- puso su mano en el hombro de su amigo
-Claro que lo estoy.- se arrebato bruscamente
Vió con atención el sobre. Estaba claro que había sido sacado del bote de basura. Estaba arrugado y tenía una mancha de jugo en la punta de la estampita de corazón.
"Ésto no puede ser una carta de confesión." Pensó enseguida. Si fuera de confesión, aunque hubiera tirado la carta, el remitente se hubiera esforzado por darle otra limpia y pulcra, no una del bote de basura tan descuidada.
-¿Que tras es ahí?- se acercó Sero -¡Oh! Alguien al parecer es insistente.- le codeo
-Si, pero... Asqueroso ¿no?- se metió Kaminari al ver el estado del sobre -¡Quiero ver!- se lo arrebato y le dio la espalda, abriendo veloz el sobre
-¡Yo quiero ver también!- se acercó el pelinegro
-¡Oigan! ¡Eso no es masculino de su parte!- se les acercó Kirishima, pero también queriendo ver
Bakugō aún seguía en un breve shock. ¿De que trataría realmente esa carta? ¿Por qué la insistencia?
-"Oh hermoso ser, oh hermoso hombre, oh chico que has conquistado mi corazón...- empezó a leer Kaminari en voz alta, con voz melosa, claramente en son de burla.
-¿Hermoso ser? Jajaja, ¿en serio?- río Sero
-Pfff, ¿en serio esperabas algo así?- se detuvo extrañado, intercambiando miradas con sus amigos igual de confundidos -Pues nel pastel, eres guapo si, tienes una voz sexy, si, he de admitir que tienes más pechos que ciertas compañeras tuyas jajaja, y que tu cabello es casi perfecto... Pero por Dios que eres un verdadero... ¿idiota?- terminó de leer la primera parte aún más confundido que sus dos colegas que se habían acercado a ver qué decía la carta
Y ahí reaccionó. Se lo arrebato de sus manos de golpe que casi lo rompe.
-¡Suelten eso idiotas!- les gritó y ellos no protestaron ni nada, ya que intentaban procesar que era aquello que le habían entregado a su explosivo amigo.
Lo leyó una, lo leyó una segunda vez, y una tercera... Esa letra era extraña, estaba medio de lado, típico de las personas que están estresadas.
Eso, claramente no era una nota o carta de amor, no, era una declaración de guerra casi.
Quería destruirla, quería quemarla, pero... Por alguna razón no podía.
La metió sin cuidado en el bolsillo de su pantalón y emprendió camino a dónde el extraño había salido corriendo.
-¿ Bakugō?- pregunto algo preocupado Kaminari, sin duda, no esperaban esa reacción, pensaban que gritaría, que la destruiría en ese mismo momento, pero aquello no sucedió, solo se mantuvo en silencio y camino sin rumbo aparente
-Dejalo, creo que necesita tiempo.- intervino Kirishima
¿Que pasaba por la cabeza de aquél rubio explosivo? Solo el tiempo lo dirá, o quizá, las notas lo revelarán.
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