Capítulo 1.
"Lonely Eyes" - Lauv
Desde muy joven, la música fue mi refugio, mi forma de expresarme y conectar con el mundo. Nunca imaginé que mi talento me llevaría a las altas cimas de la fama, envuelta en aplausos y flashes de cámaras.
―¡Emily, mira aquí! ¡Sonríe para la cámara! ―gritó el fotógrafo mientras las luces de los flashes inundaban la habitación.
Sonreí falsamente, sintiendo cómo mi rostro se tensaba por el esfuerzo. Las cámaras parecían seguirme a todas partes, cada movimiento, cada aliento. Era agotador vivir en un constante escrutinio, siempre bajo la lupa de la prensa y el público.
Mi vida estaba envuelta en una espiral de excesos y superficialidad. Los rumores ridículos de la prensa se convertían en la comidilla del día, y los titulares ridículos se apoderaban de las portadas de las revistas. Pero detrás de esa imagen de éxito y glamour, se escondía una realidad mucho más oscura.
―Emily, debes estar en el evento de esta noche, es importante para tu imagen ―me recordó mi agente, Sarah, con su voz aguda y autoritaria.
―Lo sé, Sarah, lo sé. Pero a veces me pregunto si esta vida realmente vale la pena. Estoy cansada de fingir, de sonreír cuando todo lo que quiero hacer es descansar ―confesé, dejando escapar un suspiro de frustración.
―Emily, eres una estrella, una de las más grandes del mundo. Esto es lo que has deseado toda tu vida. No puedes renunciar ahora ―insistió Sarah, buscando convencerme una vez más.
Pero la verdad era que la fama no me brindaba la felicidad que esperaba. Los novios infieles, las relaciones superficiales y el constante acoso de la prensa habían dejado en mí un vacío que ninguna cantidad de éxito podía llenar.
―Sabes que... ten,― susurra mientras saca de su bolsillo la sustancia que tantas veces había utilizado. Observo la diminuta pastilla de color claro en la palma de su mano, sintiendo una mezcla de tentación y miedo correr por mis venas. ¿Debería ceder a la necesidad que me consume?
La miro fijamente, cautivado por su oferta irresistible. Pero algo dentro de mí se rebela, luchando contra el impulso que amenaza con arrastrarme hacia la oscuridad una vez más. Quiero escapar de este ciclo destructivo, de los excesos que me consumen, pero la atracción de la sustancia es demasiado fuerte.
― ¿La tomarás o no? ― me pregunta con un tono impaciente, su mirada fija en la pastilla que ahora yace en mi palma sudorosa. El bullicio de la multitud a nuestro alrededor parece aumentar, agudizando mi ansiedad.
Dudo por un instante, sintiendo cómo mi determinación se desvanece frente a la promesa de un alivio momentáneo. Pero en lo profundo de mi ser, sé que este no es el camino hacia la verdadera paz y felicidad.
Respiro hondo y tomo la pastilla para luego colocarla debajo de mi lengua, dejando que se desvanezca como un dulce.
― Ahora... ten esta página y lee el texto tal como te lo preparé ― me susurra, con una mirada llena de complicidad. Siento una mezcla de emoción y aprensión mientras tomo la página que me ofrece. ¿Qué será esto? ¿Algo nuevo en mi carrera? ¿Un nuevo proyecto que me sumergirá aún más en el mundo del espectáculo?
Pero antes de que pueda comenzar a leer, una sensación extraña se apodera de mí. Un mareo repentino me debilita, y todo a mi alrededor comienza a girar. Intento sostenerme, pero mis piernas ceden bajo mi peso. La visión se vuelve borrosa y mis sentidos se desvanecen rápidamente.
― ¿Emily? ¡Emily! ― escucho una voz preocupada mientras siento cómo caigo, como si el suelo se alejara de mí.
Despierto en un ambiente desconocido, rodeada de luces blancas y el constante zumbido de las máquinas. Estoy en el hospital. La confusión inicial se desvanece lentamente, reemplazada por una sensación de debilidad y fragilidad.
Mis recuerdos se deslizan hacia atrás, recordando el episodio en el que colapsé. El médico me explicó que fue un desmayo causado por el agotamiento y el estrés acumulados durante años de vida frenética en la industria de la música.
―Hasta que al fin despiertas ― observo cómo Sarah entra apresurada a la habitación y saca su teléfono, sus ojos brillan con una mezcla de entusiasmo y oportunidad. ― Todo el mundo está hablando de tu ingreso inesperado al hospital, afuera está infestado de cámaras, esto es perfecto. Imagínate, "Emily, la favorita de todos, internada por problemas familiares", ¿no es genial?
La observo con una mezcla de asombro y decepción. Sus palabras me golpean como una bofetada de realidad. ¿Era esto lo que significaba para ella? ¿Un titular amarillista para vender más revistas y ganar más dinero? Sentí una rabia creciendo dentro de mí, una indignación ante la forma en que mi vida y mi salud eran tratadas como una mercancía.
― Sarah, esto no es genial. ¡Mi salud no es un espectáculo! ― exclamo con voz temblorosa, intentando contener mi frustración. ― No puedo creer que estés más preocupada por los titulares que por mi bienestar. No puedo seguir trabajando contigo si esto es lo que significa para ti ser mi representante.
Sarah se queda sin palabras por un momento, pero rápidamente recupera su compostura y me mira con una mezcla de sorpresa y disgusto.
― No te pongas dramática, Emily. Solo estoy tratando de aprovechar la situación para mantener tu nombre en boca de todos. Es parte del juego, ¿no lo entiendes?
La ira y la decepción se mezclan dentro de mí. Me doy cuenta de que es hora de tomar una decisión drástica, de liberarme de esta toxicidad que ha consumido mi vida.
― Lo entiendo, Sarah. Lo entiendo muy bien ― le respondo con una calma inesperada. ― Y eso es precisamente por qué no puedo seguir con esto. No quiero ser parte de un juego en el que mi bienestar y mi felicidad son sacrificados por el bien de los titulares. Estoy cansada de esta vida de excesos y falsedades.
Sarah intenta argumentar, pero ya no puedo escucharla. Mi mente está decidida. Es hora de tomar las riendas de mi propia vida y encontrar un camino que me lleve lejos de esta locura.
― Estás despedida, Sarah ― anuncio con determinación. ― A partir de ahora, tomaré el control de mi carrera y de mi vida. Y te aseguro que no será para alimentar el morbo de la prensa o para mantener mi nombre en los titulares. Quiero encontrar la paz y la autenticidad que he perdido en medio de la fama.
Sarah me mira con incredulidad y luego con resentimiento. Sin decir una palabra, sale de la habitación, dejándome con la certeza de que he tomado la decisión correcta.
Una vez que la puerta se cierra, siento un alivio inmenso y una chispa de esperanza renace en mi interior. No sé qué depara el futuro, pero estoy decidida a encontrar un refugio lejos de esta vida artificial y tóxica.
Mientras el sol se filtra por la ventana del hospital, tomo una decisión audaz. Empacaré mis cosas y me alejaré de todo esto. Necesito un lugar donde pueda sanar, donde pueda redescubrir quién soy realmente, lejos de los flashes de las cámaras y los rumores de la prensa.
Comienzo a trazar un plan en mi mente, investigando destinos remotos donde pueda sumergirme en la belleza de la naturaleza y encontrar la paz que tanto anhelo. No puedo seguir viviendo una vida dictada por otros. Es hora de tomar las riendas y escribir mi propio camino, incluso si eso significa perderlo todo.
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