Ajio 5
¿Q-que estaba pasando? ¿De verdad ese esqueleto de prendas provocativas era el inocente niño que conoció? No lo parecía.. En verdad no lo parecía. Era como si lo hubieran clonado o algo ¿porque actuaba de esa forma? Quizás si le paso algo en su ausencia, no podría entender que así era el menor. No, seguro fue lugar que le afecto. Seguramente pasó eso, Ty y él cayeron rendidos luego de estar un tiempo en el local, Ashy debía haber pasado incluso más. Quizás podrían salir de ahí e irse.. Oh, bueno, quizá más tarde. Ahora podía entender como se sentía Ty cuando beso a Ahsy, no era muy bonito estar de lado. Tal vez eso le podía bajar el calentón, sí, ser ignorado podría desalentarle a seguir así... O genial, ahora el menor correspondía el beso. Bien, ¿y que haría él? Quedarse viéndolos no era la mejor opción, pero dejarles "intimidad"era una mucho peor. No iba a dejarlos solos y mucho menos después de haberse reencontrado, tampoco quería cortales el momento. Desviar un poco la mirada sería mejor, pero los tres se encontraban cerca, para que no ocurran incidentes o que alguien no se vuelva a perder. Ninguna opción era válida y el bulto de sus pantalones no haca más que seguir ahí, molestando con su dolor por quedarse fuera del beso.
Quizás lo fuera o quizás no, ¿quién sabe? Él no, solo sabía que estaba poniendo nervioso al contrario, le gustaba aquello. Llevarlo a perder su autocontrol, era tan divertido como caliente. Por no mencionar los sonidos que salían de su boca, Ty era tan dulce. Quería seguir así, tentandolo, escuchar su voz resistiendose a los besos y cierta "caricia". Ese sitio si que lo había cambiado, antes ni se le pasaría por la cabeza tratar de esa forma a sus amigos. Pero que podía hacer, el extraño líquido confundió su mente, ya no sabía que estaba bien o mal, y la ropa le hacía sentir lindo. Por como otros monstruos le miraban, y algunos más atrevidos, le tocaban. Sentir deseado de esa forma era nuevo para él, pero negar que le gustaba sería mentir y como bueno no bueno, mentir es malo. Eso sí y lo que estaba haciendo no ¿verdad? Cada uno pone su límite sobre lo que es bueno o malo.
Ty por fin había caído, no de la forma que esperaba pero no se quejaba de aquello. Los besos de Blush eran apasionados y ciertamente, candentes. En cambio, lo de Ty se iban más por lo tierno, como un intercambio de sentimientos puros, alejados de cualquier lujuria posible. Que sensación tan nueva, le gustaba, su cuerpo exigía atención carnal, pero eso no era prioritario. Quería disfrutar de la lengua ajena, una experiencia conocida pero totalmente diferentes en esencia. Si que podían ser diferentes los mayores, bueno, la variedad es divertida.
Tan fascinado se encontraba con el beso que dejaron al mayor de lado. Ahora cada uno se había sentido alejado, antes fueron Blush y él, luego Ty y Blush y ahora Ty y él. Cada uno tuvo su momento de intimidad, pero como siempre, sería cortado de golpe por una cosa o por otra. Entre abrió sus ojos fijando su mirada el mayor, parecía estar fuera de lugar. Mirándolos de vez en cuando, mientras jugaba con su chaqueta, acomodandola y desacomodandola con la excusa de tapar su vergüenza. Puede que algo de atención lo le venga mal, aprovechando una de esas veces en las que los miraba le guiño una cuenca. Sólo por ver su expresión había valido la pena, con el sonrojo aumentado y guiando su mirada al suelo. Que lindo.
—C-claro, lo intentaré. —ojalá fuera así de fácil. Se estaba arrepintiendo de aquello, pero como nunca en su vida. Ver a tus hijos luego de un largo tiempo era una cosa, al menos con estos podría empezar más o menos de cero. Pero encima hacerlo en la casa de los padres de su ex pareja, tenía miedo. No sabía cómo reaccionarian estos, si quisieran matarlo o solo lo harían con la mirada y palabras cortantes. Quizás aún estaba a tiempo de decirle a Brush que el esperaría afuera, no quería tener un reinicio delante de todos.
La puerta se abrió y su fin se acercaba, quien los recibía era un "pequeño" esqueleto vestido de mujer. Sus hijos si habían sacado esa parte de Brush, recordaba como a este le gustaban las prendas femeninas y de colores pasteles. Alguno de sus hijos tuvo que sacar ese gusto tan particular y resultó que fue Bon Bon. Era un mal padre y pésimos novio, pero los nombres de sus hijos no los iba a olvidar nunca ¡por favor! Tan desastre no es, más o menos. Le costó reconocer a uno cuando vio los cuadros, era mucho tiempo sin verlos y estos habían cambiado mucho, algún fallo iba a cometer.
—¡Todo el día igual! —se quejaba la menor de ambos hermanos, estos no hacían más que discutir y separarlos todo el día ya comenzaba a cansar. Casi ni siquiera tenía tiempo para centrarse en sus hobbys.
—¿Por qué no podéis llevaros bien? Como antes —se quejaba resoplando. Con lo unidos que eran de pequeños y lo ariscos que se habían vuelto. Como perros y gatos, o gatos y agua, o también gatos y cariño. Los gatos son muy ariscos en general, pero también eran demasiado tiernos. Como le gustaría tener alguno.
Se sentía bien, podría ser algo lento pero, no sabía cómo subir mucho la intensidad, no era mucho de cosas fogosas y tan subidas de tono, prefería ir por lo erótico de lo romántico, sus manos bajaron a sujetar con cuidado la expuesta cintura de su menor, aquella falda era a la cadera, lo que le daba un toque coqueto y sexy, sin duda muy sexy, la combinación de lo adorable y lo obsceno quedaba tan bien con Ashy, tan perfecta. Por accidente ocurrían pequeños choques de dientes, y lentamente iba callendo una vez más en ese abismo que era la lujuria, no estaba seguro que tan apasionado podría ser, pero curioso por más paso a mover su boca con algo más de desespero, su cuerpo se calentaba otra vez y su cabeza daba vueltas, tenía el alma acelerada, el miembro entre sus piernas con dolor; se sentía un desastre. Estarse quieto no era una opción. El cálido y plano vientre de su menor fue explotado por sus falanges, acariciando hasta el límite de las prendas superiores, su cuerpo era tan hermoso, desearía verlo con sus propias cuencas, ver lo que sus manos sentían, un ecto-cuerpo suave, que podía apretar y manosear, con cierta timidez, no quería imaginarse como sería sin esas prendas.
Estaban dejando a Blush de lado. Con ello en mente rompió con el beso, tenía su respiración agitada, dios, no estaba seguro como vería a sus amigos a la cara luego se lo que estaba pasando en ese bar.
—¿a-ahora estás satisfecho Ashy? —
Adorable. Podía ver y notar como como para hijo era curioso ver a alguien nuevo ahí, quizás intente conocerle, tal vez Cery entre en pánico antes de que eso ocurra, le veía de reojo y no estaba tan bien como pensó. Con cuidado tomo mano para darle apoyo, puede que sean ex pareja. Y que no estuvieran buen las cosas entre ellos pero, ¿Estaba mal que quisiera apoyarlo en ese momento? Suponía que no, que sería lo más simpático de su parte.
—hola Bon.—saludo con una sonrisa, desde ahí podía oír la discusión se los pequeños. Ah, no sabía que hacer con ese par.
—Papá, ¿Quien es él? —Bonbon miraba curioso al esqueleto más bajo, se veía bastante... Nervioso. Le sonrió para darle la bienvenida, amigos de su padre ¡También podrían ser los suyos!
—Es, un amigo mío.
—Un gusto, ¿Es amigo de mi papá? —pregunto, no tenía que levantar tanto la vista para ver al extraño, tenía aparente caramelo en parte de su cabeza, le recordaba a Toffee, o mas bien a todos sus hermanos por esas bolitas de dulce, ¡Se sentía tan único! Era el único entre sus hermanos que no tenía esas bolitas de dulce en su cabello.
—¡se que agradable! ¿Quiere pasar? —ofrecio amable, haciéndose a un costado para dejar pasar a su padre y su acompañante. Recibió del más alto una caricia en su cabeza.
Brush cruzó la puerta con comodidad, invitando a Cery con un pequeño ademán para que pasará. El ambiente familiar era cómodo, al menos para el más alto, le gustaba la idea de pasar tiempo con su ex y sus hijos.
—¡Él nunca me quiso! —se quejaba el más pequeño, señalando de forma acusadora a su hermano mayor, con el tiempo cualquiera se aburriría de ser despreciado, y ¡Le quería! Amo a su hermano, pero ya le molestaba que este le rechazará las muestras de afecto.— Y, y ¡Me quita mis dulces!
—ugh, por todo lo bueno en el mundo, si no se soportan, ¿Al menos pueden intentar, por un día, no pelearse? —chisto la mayor de los mellizos, quien solo está sentada en un sofá viendl todo mientras veía un jugo de naranja, era cosa de todos los días ver a sus hermanos pelear. Aveces pensaba en lo satisfactorio que sería que el par se llevará bien, ¿Se lo imaginan? Sin peleas, y hasta jugarían juntos, sería adorable, pero no, siempre peleaban, discutían y encontraban la forma de provocar al otro para pelear. Extrañaba como era antes, al menos no había tanto ruido, Stains estaba detrás de Toffee copiando y viendo con admiración todo lo que este hacia. ¿Ahora? Bueno, todo se fue arruinado. Oh, ¿Ya había llegado su papá? Que bien, estaba lista para ir a casa, estaba agotada, fue un día divertido con los abuelos, inegable, pasar tiempo con ellos era lindo, eran como sus segundos papás, se sentía como una familia completa pese a que nunca conocieron a su otro progenitor o progenitora, quien sabe, no era importante. Brush tomaba el rol de de padre estricto y a la vez mimoso, funcionaba bien, a medias, al menos así era con Toffee y Stains.
En cuanto el dúo se separó fue directo a abrazarlos, quería un poco de afecto y también dárselo los menores. Ese pequeño "monólogo" interno le sirvió para aclarar las dudas que tenía, y sobretodo para intentar entender aquello que tenían. Entraba difícilmente en la categoría de amistad, se parecía más al amor de pareja. ¿O trío? Algo así como el poliamor, como buen fan de este. Debía conocer todas las expresiones de amor que existían, hasta las malas y toxicas. Quien sabe, igual podrían tener esta curiosa relación, o tal vez estaba confundiendo las cosas. Era un novato en estas prácticas, solo conocía el amor familiar y el de amistad. ¿Relaciones? Ja, no, nunca, ¿que si lo intento? Pues tampoco, curiosamente aquello no le llamaba mucho la atención, pese a lo mucho que le ayudaría en su trabajo.
—Aww, yo también los quiero. —los abrazo con más fuerza que antes, acercando sin querer sus cuerpos, y recordándole el lugar en el que estaban y las cosas que habían hecho. Por un fugaz momento se le había olvidado, no podía con las palabras de Ty ¡el amor manda! Y esos pensamientos tiernos le llenaron la cabeza, dejando de lado los más lujuriosos. Hasta que reacciono, ya llevaban un rato ahí, era momento de irse y salir del Au. También de buscarle ropa nueva a Ashy, aquel conjunto no sería lo mejor para visitar más Au's. Quizá puedan ir al del menor para que este busque otra ropa y si quiere, quedarse las prendas que llevaba.
—Si, pero primero hay que encontrar la salida. —había que ocuparse de las cosas una a una. Y también de los problemitas que los mayores tenían, ya llevaban un rato doliendo. Aún esperaba que este bajará sólo, no quería tener que hacer algo así delante de los otros. Bueno, quería seguir avanzando con las cosas tan propias de amantes que hicieron. Pero no sería lo ideal, ¡solo les faltaba eso! Tener que darse autoplacer delante de los demás.. Mierda ¿porque seguía pensando esas cosas? Por fin consiguió alejar esos pensamientos impuros para dejarlos volver como si nada. Quizá solo necesitaba descansar de tantas emociones vividas.
Acabó quedando en medio en medio de ese cálido abrazo. No le disgustaba, en verdad, era lindo, la única pega era que no sabía a quien abrazar. Dejó sus brazos cerca de su propio pecho, así los mayores no tenían oportunidad de pisar las correas que habían al final de sus mangas. Si, definitivamente se quedaría con esa ropa, adoraba esa sudadera y las orejas de oso que tenía. El resto del conjunto, bueno, le daba pena tirarlo. Pero no se lo volvería a poner, era muy revelador para su edad, además que a su padre no le haría gracia.
—¡Y yo! —No se quedaría atrás cuando de muestras de afecto se trataba. Solo llevaban un día de amistad, pero fue tan intenso que parecía que fueran más. Lo vivido con ambos mayores no se lo creería cualquiera. Y si ya estaban tan a tal punto de esas muestras de amor, podría expresar más sin miedo a lo que dijeran. Como los adoraba, todo fue tan lindo con ellos, tuvieron sus cositas y él acabo perdiéndose. Pero al final resultó en una mejora, su amistad ahora era más fuerte que antes.
—¿Les importa que descansemos antes? No quiero ir cansado y además con estas ropas. —esperaba que a los mayores no les importe. Pero la verdad si que necesitaba un descanso, fue un día con muchas emociones y con extrañas bebidas. La cabeza aún le daba vueltas, pero en parte fue por el beso que recibió de Ty. No le importaría volver a repetirlo, le encanto y lo dejo con ganas de algo más. Quizás después pueda pedirle otro. Por el momento, agarraro de la mano a sus amigos y comenzó a caminar entre la multitud. Pudo reconocer el camino ya que al entrar con el otro monstruo vio a una pareja en su "cosas" y la cola que tenía una de ellos le llamó la atención. Por suerte, ahí seguían, haciendo cosas muy impuras.
Agradecía que el mayor estuviera ahí, esos pequeños gestos que hacía, le conseguían tranquilizar. Aunque no durará mucho, pues el menor era tan abierto que le ponía nervioso. Al menos ya no estaba tan tenso como para morir, oh mier-. ¿A la sala? Ahora si sentía que le iba a dar algo, podía escuchar al resto de infantes pelear desde ahí, más bien, podía escuchar dos.
—Gracias, pero creo que rechazare la oferta. —seguía intentando ser cortes, hasta con sus hijos. Quería que se llevarán una buena impresión de él antes de saber la verdad, luego de eso. A rezar para que no haya más problemas, o no tan graves. En verdad quería recuperar su relación con los niños, sería un gran alivio empezar de nuevo e intentar ser una familia feliz. Por parte de los pequeños, con Brush lo tenía más difícil, pero por suerte le dejo ayudarlo para que pase página. Un poco triste ayudar a la persona que más amaste a que te olvide, pero la vida es lo que tiene.
Ellos.. Era incluso mejor verlo en persona que en unos cuadros, habían crecido tanto. La situación en la que estaban lo menores no era la mejor, pero le conmovia tanto. Quería abrazarlos, saber como han estado. Sentía tan irreal la escena, que no pudo evitar que algunas lágrimas salieran sin avisar.
—¿¡Perdona!? —ese pequeño comentarío le dolió, aunque sea un poco. No había estado trabajando tanto tiempo en su autoestima para que su hermano se lo fastidie. Por fin podía ponerse prendas apretadas, sin necesidad de usar una chaqueta encima o cualquier cosa que le cubra. Ya no escondía su cuenca izquierda por miedo a que lo juzgaran, es más, la mostraba con todo orgullo. Aún estando llena de glitchs e hilos de caramelo, su visión en ella estaba perdida ¡y no le importaba! Se quería mucho como para detestar ese fallo de visión.
—¿Adorable? ¡En tus sueños! Odioso niño.. —se había enfadado en serio, ya no quería hablar más con él, por lo que hizo lo mismo. Se dio la vuelta y se fue a hacerse bolita en el sofá, lejos de sus hermanas. Ya quería irse de ahí a casa, para encerrarse en su cuarto y no salir más. Sólo lo haría si fuera estrictamente necesario ¡y si el menor no estaba cerca!
—Gracias. —agarró una y comenzó a comer, fue un día agotador. Justo sus hermanos escogieron el día en el su padre no estaba para pelear más que nunca. Intentaba tener paciencia y calmarlos, les hablo cariñosamente, se puso estricta, les dijo que si se comportaban tendrían un premio especial, pero nada. Ni caso le hacían, suerte que los quería, porque sino ya habría optado por las malas.
La primera amistad que tenía de ese tipo y le encantaba. Quien diría que entre amigos se podía llegar a ese límite, y más aún, en un solo día, en el que gracias a la suerte conocía a un par de esqueletos tan agradables, podía sentirse seguro con ellos, protegido, querido, era tan linda esa sensación cálida del abrazo, que quizás podria bajarse esa calentura antes de lo esperado, que alegría, no tendría que soportar ese dolor tan molesto, y esa necesidad de querer estar nuevamente con sus amigos de una forma tan comprometedora. Tenía sus motivaciones para que eso no sucediera, entre amigos las cosas se quedarían en besos y caricias subidas de tono, avanzar a algo más que solo eso era un riesgo que no quería tomar, era tan horrible, a comparación de sus amigos, ellos parecían tener cuerpos realmente hermoso, sin imperfecciones, ¡Hasta las cicatrices en Ashy se veían candentes! Le hacían ver más fuerte de la delicadeza que aparentaba, y que podía decir de Blush, con solo abrazarle pudo sentir un cuerpo sexy bajo la ropa que traía. Ah, debía mantener el control, otra vez estaba pensando y divagando en cosas que no debia, se sentía tan sucio pensar en el cuerpo de sus amigos de esa forma, seguro le miraría mal si supieran lo que pasa por su mente.
—¡no hay problema! Todos nos merecemos un descanso —habia digo un día lleno de emociones fuertes, estaba agotado, emocionalmente, quería descansar, quizás darse una ducha con agua tibia, y ver alguna sería, con sus amigos, claro, para bajarse ese calor tan abrumador, podrían ir a uno de esos... ¿Cómo era? ¿Hotel o Motel? Había leído un cartel que decia "motel" y quizás sea algo parecido a un hotel, podían descansar ahí, tal vez sea el único lugar calmado en ese mismo de tanta lujuria y pasión, quien sabe, ¡Podrían dormir en una comida cama! Una grande con mantas suaves, y puede que tenga una televisión en la habitación para ver películas, ¡Sería lo ideal! Una especie de pijamada, aunque les faltaría algo que comer. Empezó a seguir a Ashy entre toda es agente, él sabía cuál era la salida, que suerte, ese bar ya empezaba a asfixiarle. Pasaba entre la gente con cierto cuidado, sentía que podían tocarle de forma inapropiadas, lo bueno, es que no es atractivo visualmente. Es bastante simple. A diferencia de Blush y Ashy que atraían más de una mirada, lo notaba, y se sentía algo celoso de eso, no de sus amigos, si no de que les mirarán con deseo, no le gustaba, solo entre ellos tres podían darse y recibir esas miradas. Eran buenos amigos después de todo.
Bien. Eso no era lo que se esperaba como una grata bienvenida luego de un día estando fuera. Pero podría ser peor. Solo les dió una mirada desaprobadora a sus hijos, no tenía mucho que decir, ya les dió algunos, bastantes, sermones antes de como debían de llevarse, que eran hermanos y debían quererse, respetarse, no querer matarse solo por unas tonterías que podrían hablar tranquilamente. No dijo anda sobre el mal vocabulario del menor, ya luego tendrían esa charla, tenía cosas que poner como prioridades y una de ellas en ese momento era Cery, se le veía tan nervioso, también lo estaría si estuviera en sus zapatos, conociendo a sus hijos que abandono, auch, cualquier entra en pánico.
—siempre pelando, no se que hacer para que se lleven bien.. —se quejaba a lo bajo, tal vez, podría intentar algo para que no pelearán más, todos tenían sus cuartos por separado, más razones para que en pocos lugares interactuaran Toffee y Stains, menos lugares, y aún así más peleas, un cambio en eso sería bueno, ¿Y si compartían más tiempo juntos? Podrían llevarse bien de esa forma.
—Esta bien, pero si quiere después, aún le puedo dar. —no se rendiría, compartir es importante, y se sentiría algo mal si todos comían golosinas menos el amigo de su papá. Sería tan descortés de su parte. Nego con su cabeza viendo a sus hermanos, aún peleados, ¡Nunca podían llevarse bien! Por nada en el mundo, habían días que eran mejores que otro pero este, era horrible, por mucho superaba días anteriores.
—¡Stains! Ese vocabulario. —regaño, no permitía que dijeran malas palabras, nadie, le parecía algo tan vulgar e inapropiado, hasta cuándo se quería discutir, habían mejores formas de solucionar las cosas, conversar era una de ellas, y aceptar la culpa era otra, cuando se comete un error se debe pedir perdón, no mandar a la mierda a medio mundo como hacia Stains, ¿Dónde quedó su hermano menor que solo quería ver My little pony todo el día? Tenía fé en que seguiría ahí, solo que tapado por una amarga capa de caramelo quemado y algunas cosas más.
—Te perdono~ —Canturreo burlón, que carácter más extraño tenía, cuando cambió. Cualquiera diría que no era el mismo niño adorable que deseaba con toda su alma nunca lastimar a sus hermanos, los adoraba, y querer recibir afecto, como cualquier niño pero, ¿Malas influencia quizás? Que va, solo tenía carácter fuerte, y que chocaba con el de su hermano mayor, un idiota en verdad. Abrió con cuidado el cierre que tenía en la espalda su peluche, saco un par de caramelos y se los comió, con gusto, era su premio, dió buena pelea. Tenía que admitirlo.
—Odioso, quizá, al menos yo si puedo ver bien...Tonto. —habria dicho algo más hiriente pero, ese era mal momento, vio a su padre llegar, oh no... Esa mirada acusadora, nunca la usaba, ¿Estaría castigado? Parecía que si, ¡Que injusto! No era culpa suya que Toffee no supiera respetar su propiedad privada y además le molestará por su estatura, quizá su fue su culpa haberlo pateado pero, no es el tema inicial...
—Hola papá. —sonrio algo nervioso, fue atrapado con las manos en la masa. Terrible.
—De nada, te mereces un descanso. —y no solo de un día, quizás de muchos, cuidar de él desastrozo par no era tarea fácil, para nadie, parecían querer matarse de la enemistad que tenían, en algún momento lo harían, estaba segura de ello.
Saco un par de galletas más, y usando dos de sus lenguas las comió, era sencillo comer así, bastante más rápido y podía saborear mejor el gusto de su dulce postre. Ya se irán a casa. Que rápido paso el día, entre algunos juegos y tonterías, peleas también, no hayaba la hora para llegar a casa y dejarse caer en su cama, tan cómoda, tan... Hermosa, amaba esa cosa, podía sentarse por horas y jamás quedaría adolorida, aprovechaba eso para practicar con su guitarra, le atraía bastante la música, iba más hacia esa expresión artística que el pintar, aunque admiraba a quienes podrían hacerlo, ella no podía, simplemente se frustraba muy rápido, y con suerte podía hacer un sol con gafas de sol, muy lógico, claro que sí.
Explorar tendría que ser para después, los menores querían descansar y no le parecía mal. Después de tantas emociones y nuevas experiencias lo necesitaban, además que podría ser muy divertido. Como una pijamada, que al paso que iban estaba por ser eso. La mañana se había pasado volando y el tiempo que llevaban en ese lugar era incierto. Quizás podrían pasar toda la noche juntos, le encantaría aquello, podrían hacer todo tipo de cosas que los amigos hacen, y así pasar de tanta lujuria por un momento.
—Sí. —fue guiado por el menor a la salida, aquello le sorprendió. ¿Cuánto tiempo es el que tardaron en encontrarlo? En serio, él ya se había perdido desde hace rato, pero ver al otro guiarles con tanta precisión y facilidad a la salida le sorprendió. Todo bien, pero algo que no le gustaba era como el resto de monstruos ahí miraba al pequeño, lo estaban desnudando con la mirada. ¡Es solo un niño! Un poco atrevido, pero un niño al fin de al cabo, ¿como se atrevían a hacer algo así? Nadie más que ellos podía mirarle de esa forma, después de todo eran su amigo y no el de los otros monstruos. Enter pensamiento y divagaciones llegaron a la salida antes de que se diera cuenta. ¡Por fin! Soltó la mano del menor para estirarse un poco, el frío del lugar le ayudaba a calmarse, ya no le estaba doliendo como antes. Agradecía no tener que hacer ese tipo de cosas con los menores, ya habían cruzado muchas líneas y por suerte no la de verse desnudos. Eso le haría replantearse ciertos matices de su amistad, pues los amigos no hacen tantas cosas como esas.
Busco con la mirada algún sitio en el que pudieran descansar, ¡ese! ¿Decía hotel verdad? Con el antifaz no podía ver bien, algunas letras le confundían, sobretodo por la caligrafía en la que estaba escrita la palabra. Bueno, mientras puedan dormir tranquilos, todo bien. Agarro la mano de Ty y comenzó a caminar hacia el lugar, no estaba tan lejos, pero no quería volver a perder a alguien, y por Ashy no tenía que preocuparse. Estaba prácticamente abrazando el brazo del contrario.
Que cambio más drástico de temperatura, en el local se podía sentir y respirar tal lujuria que llegaba a ser sofocante, en cambio fuera. Era respirar un nuevo aire, más fresco, pero todavía manchado de actos pecaminosos. Abrazo con fuerza el brazo que tenía más a mano, la última vez que se separo no acabó muy bien la cosa. Y pese a que le acabo gustando el ambiente del lugar, atrayendo miradas y roces inapropiados, no quería separarse otra vez de sus amigos. Si necesitaba algo de eso, ya se lo pediría a ellos, tenían la suficiente confianza como para pedir ese tipo de cosas. ¿Y como no tenerla después de todo lo que han pasado?
El mayor les estaba guiando hacia otro establecimiento ¿motel? Bueno, mientras pueda dormir y estar con sus amigos le daba igual el lugar. Entraron ahí, parecía muy discreto, ni siquiera se podía ver directamente a la persona que atiende. Una malla negra se lo impedía, que misterioso todo, me gustaba. Dejó que el mayor se encargará de todo, mientras tanto, él se encargaría de Ty. Estaba mimoso y quería cariños, cuando estén en el cuarto pediría más, por el momento solo abrazos y algún que otro beso.
Por fin reacciono al primer sock al ver de nuevo a sus hijos, ni si quiera se percató de la situación en la que estaban. ¿Que había pasado? Podía ver como Stains y Toffee discutían sin una razón en particular, puede que sólo haya sido una pelea tonto entre hermanos. El no tenía, por lo que no podía llegar a entenderlo, pero en cuestión de peleas sabía todo lo que se podría saber. ¿Como evitarlo? Amaba tales prácticas violentas, eran ese tipo de cosas que te hacía sentir vivo. Sobretodo cuando estás a punto de perder y al final terminas ganando. Bueno, ese no era tema que debía mantener ocupada su mente. Quizás lo bien que se veía Brush actuando como ¿padre? Él siempre se vería bien, sea como sea. Ya ni sabía donde tenía las prioridades, muchas emociones mezcladas, situación familiar incómoda, todo aquello se le estaba acumulando dentro.
—Esta bien, ya te aviso. —con las pocas palabras intercambiadas ya sentía su alma derretida por el menor. Quería más de eso, darse el tiempo de conocer bien a cada uno de sus hijos, compartir esos lindos momentos familiares que vio en los cuadros colgados en la pared. Ser parte de la vida de sus niños, y no que lo recuerden de la terrible forma que hizo en el pasado.
¿¡Como que le perdonaba!? En verdad no podía con el menor, sentía que iba a explotar de la ira. Mejor ya no hablaba más con él hasta calmarse, o si no iría a matar y sin piedad.
Vale, eso dolió. Dolió mucho, no iba a mentir. Sabía perfectamente que ese era un tema delicado para él, ¡era el único de sus hermanos que tenía ese problema! ¿Como no serlo? Ya no aguantaba más, quería golpear a su "hermano" ya no lo sentía como tal ¡y nunca más lo sentirá así! Renunciaba a "intentar" llevarse bien y a él.
—Tú si, pero tus peluches sin la cabeza no. —sabía lo mucho que este quería a sus preciados peluches. ¡Pero él había empezado! Ya ni le importaba nada, mientras que el menor se asuste con aquello le bastaba. Tampoco es como que les vaya a hacer algo, debía admitir que algunos eran bastante lindos, y él no era monstruo sin corazón como el pequeño. Pero si le vendría bien un buen escarmiento.
¿Papá? Alzo su vista y allí estaba ¿cuando había vuelto? ¿Y de quien estaba acompañado? Eso no era importante, solo esperaba que no hubiera escuchado mucho de su pelea con el menor, o que el castigo no fuera tan grave.
—¡Por fin alguien que reconoce mi esfuerzo! —lo dijo bromeando de aquello, aunque también con un poco de verdad. Agradecería enormemente que sus hermanos pensarán igual, aunque sea una vez. Tal vez así podrían ver en enorme trabajo que daban y se compadecerian de su pobre padre. Que soportarlos tanto tiempo a de a de haber sido un horror. Se terminó su galleta bastante feliz, chocolate~, que dulce sabor. Le encantaba, bueno, le encantaba cualquier dulce que existiera, era el mejor placer que podría haber.
—Papá ¡eres un ángel! ¿Cómo soportas a estos dos? —preguntó queriendo saber su secreto. Tenía una gran paciencia pero esos dos se la acabarían agotando, más pronto que tarde.
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