Ajio 4
Seguían avanzando con cierta dificultad. El olor a alcohol y lujuria del lugar estaba calando fuertemente en él. No le gustaba la forma en la que le afectaba, empezó con pequeñas cosas, pero a medida que pasaban más tiempo en el lugar, esta tomó fuerza. Su alma latía con fuerza, un rubor rosado se estaba apoderando de su rostro y lo peor estaba pasando con su cuerpo. Ya no soportaba el calor, el lazo que hizo el pequeño le comenzaba a estorbar. Era tan difícil mantenerse sereno, su mano sobre la cadera del menor, los sonidos lascivos que escuchaba por el sitio. Todo eso le estaba volviendo loco, a donde sea que mirase, veía una escena que le hacía sentir algo. Ya no podía más, necesitaba salir de ahí, pero ¿donde esta la puerta? Oh no, no era capaz de verla con tanta gente en el lugar. Si seguían avanzando se perderían más, ¡que horror! El lugar lo estaba consumiendo y no había forma de escapar. Miró al contrario, esperaba que se encontrara bien. Aunque no lo parecía tanto, era responsable por los menores y ni siquiera sabía serlo consigo mismo. Abrazo fuertemente a su acompañante, quería algo que le transmita tranquilidad, esperanza de salir de ese local de mala suerte y encontrar a su pequeño amigo. El cuerpo de Ty era cálido, agradable al tacto. Quería mantener sus brazos en la cintura del menor, pero al estar tan cerca de él se le hacía imposible. El ambiente, su cuerpo mismo, todo le estaba empujando a más. El abrazo duro poco, antes de que fuera interrumpido por un beso del mayor. Tranquilo y dulce, pero en el fondo, lleno de pasión.
Recibía miradas poco disimuladas, era tan nuevo para él. Ese ambiente totalmente ajeno a su a edad, le despertaba cierta curiosidad. No sabía bien el porqué, sólo era tan diferente a su mundo, que quería saber más antes de volver. La mesa a la que debía llevar las bebidas no se encontraba muy lejos, pero caminar entre tanta gente evitando ser tocado de más y en cima sin ser consciente del todo de tu entorno, no lo hacía más fácil. Sentía algunos roces en sus muslos, como la falda se levantaba un poco con cada monstruo que lo miraba. Sensaciones varias que no le dejaban saber que sentir. Por fin llegó a la mesa, que gran proeza para el menor, dejó cada bebida con cuidado de no derramarla. Las miradas de los clientes al ver que su corta falda se levantaba con cada bebida dejada, le hacía sentir incómodo. Los piropos subidos de tono tampoco ayudaban, le molestaba como ninguno, pero en el fondo también le alagaba. Era extraño y no sabia porqué, el calor que tenía en su cuerpo no pensaba lo mismo. Haciendo sutiles movimientos para atraer más la atención.
Que suerte, la camiseta lo cubría perfectamente. Era colorida, no mucho de su estilo, algo curioso ya que siempre viste con ropas llamativas. Pero estaba bien con ella, la comodidad antes que el estilo. Tener al mayor detrás de él sin que pueda ver nada, le relajaba hasta tal punto de hacer algunas tonterías. Todavía tenía que ponerse los pantalones dados por el mayor, pero podría esperar un poco más. Si estuviera en su casa con esa prenda ya estaría tirado en el sofá sin hacer nada más. Y como ese no era el caso, a cambiarse y dejarse de tonterías. Agarró el pantalón y antes de ponérselo lo midió a la altura de su cadera. Sobraban un par de falanges, aquello le quedaría grande y probablemente se le caería un poco. Prefería pensar que era porque Brush creció mucho en ese tiempo y no que era por culpa de su corta estatura. Avanzó hacía el mayor y le tocó suavemente el brazo para llamar su atención.
-¿No tienes algo un poco más pequeño? Como me ponga esto se me va a caer. -aún estaba sin nada debajo, pero no le importaba. Estaba tan cómodo con esa simple camiseta que lo demás le daba igual.
Miraba alrededor, monstruos cometiendo actos obscenos, se perdía al caminar, el olor del lugar estaba arruinando sus sentidos, buscaba consuelo en su mayor, sentirse protegido por él, mirarle y que le asegurará que encontrarían a Ashy pronto para irse de ese extraño lugar, pero, ¿Quien lo diría? Su cuerpo estaba cediendo a una pasión lenta y que iba como bola de nieve bajo una colina; en aumento, al igual que su calor corporal, no sabía cómo reaccionar, era alguien totalmente nuevo en ese tipo de experiencias, pero las fantasías no tardaron en llegar e ir de un lado a otro, como una explosión de dulces y colores.
Era como fresas con chocolate con algo adictivo que incitaba a algo más, a un calor más fuerte, un deseo más desenfrenado, como un celo animal y nada controlado. Suavemente cerro sus cuencas dejándose llevar por esas sensaciones carnales, el ambiente se dejaba de sentir tan lejano y pasaban a estar al igual que el resto de monstruos ahí, expresando sin pudor lujuria, porque eso es lo que sentía, quería llegar lejos con eso, aún cuando eso seria cruzar una línea demasiado grande, y aún debían buscar a Ashy, demasiadas cosas que pensar y su cabeza no reaccionaba a ninguna. Sus manos se aferraron a las ropas ajenas, atrayendolo a su cuerpo con desespero, tacto, lo necesitaba, con la ropa puesta o no, el calor y las hormonas le estaban jodiendo la cabeza y afectando. No sabía cómo intensificar ese gesto, entre-abria su boca un par de veces para suspirar y jadear. Su alma latía rápido, se derretía, como el chocolate al calor, quedando como algo dulce y agradable para acompañar con distintas frutas, en este caso, estaba quedando demasiado listo para algo que no estaba seguro que era, quizás caricias, tal vez que el beso fuera más apasionado, no estaba seguro, pero ya no estaba en sus prioridades buscar a Ashy, esperaba le perdonará, no era su intensión, no era su culpa que Blush fuera tan increíble besando, ¿En qué más seria bueno? La curiosidad le estaba matando.
-Mh, dejame ver -dijo, viendo a su contrario, dios, fueron un par de segundos pero no podía evitar ver su cuerpo, se veía lindo así, con una camiseta que le quedaba grande, con nada debajo, ¿Le estaba tentando a imaginarse que había debajom o ¿solo sería su calentura? En fin. Puede que tenga algo más pequeño pero al mismo tiempo más "coqueto", su estatura variaba tanto como el daño que recibiera así que podría existir la posibilidad de que tenga algo de la talla de su menor en algún otro mueble, en esos cajones que solo utilizaba una vez cada cierto tiempo cuando estaba en solitario en esa casa y usar mucha ropa no era problema pues no estaban sus hijos, era esa libertad de sentirse adolecente y no tener prioridades, aveces necesitaba relajarse o sentía que iba a explotar por el estrés. Cerro el armario y camino unos cuantos paso al mueble que quedaba al lado de este, abrió el último cajón, agachándose un poco para alcanzar, ahí tenía algunos shorts cortos, no eran ajustados, de hecho, eran bastante cómodos, ideales para pasar el día aún hacer nada y descansar de todo, comer comida chatarra y quizás visitar un Au, tenía variada cantidad de ropa que creaba cuando estaba inspirado, no podían culparle por querer verse buen hasta en sus días de descansó.
Dejo un par de shorts sobre la cama, eran de color negro, otro era rosa, otro era blanco con detalles en celeste.
-elige alguno, tengo más, no sabes la cantidad de ropa y tallas que tengo, ¿Recuerdas que me hago pequeño con el agua? -comento con cierta gracia, lamentablemente el agua no podía matarle, o al menos nunca ah llegado a ese punto en el que su estructura física se reduzca a nada, lo haría algún día, no hoy, ni mañana, quizás cuando tenga treinta y sus hijos sean independientes, así no le veían en un intento de suicidio.
Quería sentirse tranquilo y seguro ¿cuando eso pasó a querer buscar más? Ty no era como el menor, este tomaba más iniciativa y eso le encantaba. La forma en cómo se aferraba a sus ropas, como necesitaban más el uno del otro, todo aquello parecía mágico. Los pequeños y suaves jadeos que salían de la boca del contrario, no hacía más que calentar su cuerpo. Ese sitio ya lo había consumido por completo, y no sólo a él, también a sus queridos amigos. Estaban cayendo en tanta lujuria que difícilmente llegarían a salir de ahí, era tan adictiva y se sentía tan bien. Una experiencia realmente alucinante que compartía con el menor. Se supone que debían buscar al más pequeño de los tres, pero separarse de aquel beso no era una opción. Un poco más y seguirían su búsqueda, solo un poco más. Necesitaba más de aquello, y por como Ty le seguía, este también. Los jadeos y leves suspiros fueron sustituidos por sonidos lascivos, uniéndose a esos actos tan pecaminosos del lugar. Quería todo del menor, sentirlo aún más cerca de él, de todas las formas posibles. Movía su lengua en la boca del menor con cierta desesperación retenida, la sensación era tan buena. Pero necesitaba más, sus manos bajaron por el cuerpo ajeno tocandolo de forma inapropiada. La sensación mejoraba, era fantástica, tan deseosos de más que aquello debía escalar a otro nivel. Levantó al contrario quedando sus piernas en su cintura. Tan cerca de seguir con esos actos inadecuados para su edad. No los podían culpar, ese sitio empujaba a corromperse y desprenderse de esa inocencia que guardaban. Y ya que tarde o temprano lo iban a hacer, ¿que mejor que hacerlo con tus amistades cercanas?
¿En qué momento aquello le empezó a gustar? No sabía que sentir, pero todos esos comentarios obscenos de su cuerpo no hacían más que calentarlo. Puede que lo que antes bebió ayudará, o sentirse de alguna forma tan expuesto. Sea como sea tenía que irse, terminó de repartir las bebidas y quedarse más tiempo con esos sujetos no era una buena idea. Se notaba que ellos sí querían que se sentarán, hasta le ofreció de nuevo ese amargo líquido. Intentaba negarse de todas formas posibles, tomar uno ya le hizo suficiente daño, no quería imaginarse lo que sucedería su aceptaba uno más. Con una vaga excusa consiguió librarse de esos extraños. Pero ya no sabía dónde estaba la barra, el lugar se encontraba lleno. Camino con cierta dificultad por el sitio, evitando toparse con escenas demasiado "íntimas". Al parecer no lo estaba consiguiendo, podía escuchar más y más ruidos lascivos, por no decir lo mucho que le querían meter mano. La combinación de alcohol y lujuria no es buena para alguien con tan poca o nula experiencia. Los únicos toques que había sentido eran del mayor al besarlo, hasta el momento. En su momento fueron algo extraños, pero después de haber recibido varios los extrañaba. Al menos este lo hizo con amor y no solo por el deseo de verle desnudo. Pensar en ello era tranquilizante de cierta manera, aunque no pasó mucho hasta que cuerpo exija esas caricias nuevamente. Estaba tan caliente y confundido, casi no podía distinguir si se trataba de su cuerpo o el ambiente del local. Seguramente ambas, los pensamientos poco puros que había tenido no le dejaban en buen lugar. Incluso ya estaba fantaseando, que inmaduro. Había confundido a uno de esos monstruos con Blush. ¿Pero como podía ser él? Se le veía muy ocupado haciendo algo con otro extraño que cargaba. Aunque el parecido era impresionante, tenía una buena imaginación. El lazo descolocado, su cinturón de trabajo y aquellas botas tan características. Incluso se imaginaba a Ty, esas pantuflas gatunas eran inconfundibles... Demasiado perfecto, casi parecían ser ellos de verdad. Si se acercará un poco no pasaría nada, solo quería asegurarse de que se trate de su imaginación.
Lo toco un poco y por un corto periodo de tiempo, pero fue suficiente para quedar maravillado con el increíble cuerpo del mayor. Era tan jodidamente caliente, con sólo verlo uno se daba cuenta, pero tocar sus fuertes brazos era una prueba más que suficiente para saber que estaba más bueno que el pan. Como le gustaría decir esas cosas de él mismo, se había quedado pequeño y tampoco es que tuviera un cuerpo tan bien formado. Era más bien normalito y un tanto atlético, puede que solo comiera comida basura, pero el ejercicio que hacía al destruir Au's le ayudaba a no engordar y sumando la yoga, conseguía conservarse. Miraba curioso al mayor, que rebuscaba algo en ese cajón. Lo que sacará de ahí le daba igual, solo quería fijarse en su cuerpo. Y como comience a decir las cosas que este era no terminaría en un par de horas.
-Como olvidarlo, cada uno vive con su propio peligro. -dijo con cierta gracia. La tinta y el agua no eran buenos amigos, un destino que compartía cada esqueleto formado por esta sustancia, en su caso. Él era su propio enemigo.
Agarró el short negro y lo midió en su cintura. Era el que más le gustaba de los tres, no quería ir tan de blanco y el rosa no le gustaba mucho. Para una sudadera o chaqueta seguramente.
-Este me gusta y lo mejor es que no se me va a caer. -se dio la vuelta para poder ponerselo. La camiseta era grande, pero no un vestido porque le se podía apreciar como no llevaba nada debajo de ella. No se sentía incómodo con eso, de todas formas solo era hueso y así seguiría siendo hasta que su eco-cuerpo se forme. Algo que no pasaría, ya que iba a conocer a sus hijos. No a hacer cosas íntimas. El único peligro sería el mayor, tan candente que se formó un leve sonrojo morado y azul al tocar su brazo.
Su cabeza le daba vueltas. Se sentía abrumado, tan caliente, oh dios, No podía... No podía reaccionar, no podía dejar de querer más, sus manos se iban inquietas por el cuello y hombros de su mayor, abrazandose a estos con firmeza, su estructura osea era increíble, podía sentirlo aún con la ropa, le estaba volviendo loco con tan poco. Había que ser sinceros, Blush era muy atractivo, bajo esas luces neón, y el ambiente nada apto para jóvenes de su edad, se veía hermoso, Ashy era tierno y muy adorable, pero Blush, tenía ese algo atractivo y dominante que daban ganas de probar, tenía gran habilidad, su boca se movía hábil sobre la suya, juntando sus ya materializadas lenguas en un vaiven erótico, era mucho mejor de lo que leyó o más de una vez pudo observar en novelas visuales, que no son para su edad. Jadeo con sorpresa cuando su cuerpo fue levantando del suelo, y no tuvo de otra más que rodear con sus piernas la cadera de su mayor, ¿Que más daba estar en público? Se sentía emocionante, adrenalina baja por su columna y a su vientre bajo; su magia empezaba a reaccionar, en un suave celeste se iba haciendo presente su ecto-cuerpo, no era perfecto, era hasta algo gordito pero decir que tenía algo de relleno en su estómago y muslos, no es que fuera muy activo, tampoco es que se amara mucho, era desagradable verle, lo sabía, pero por ese momento, se sentía tan cómodo consigo mismo, incluso con las manos de su mayor que se paseaban sin descaro por su cuerpo, esas caricias se sentían bien, le calentaban, se sentían casi cariñosas, le hacía pensar que ese momento podía ser muy bueno si no se detenían, no quería detenerse. Espera no llegaran al punto de quitarse la ropa ¿Quien podría verle con deseo? Lleno de cicatrices, heridas y pequeños moratones, era horrible, tan feo, esa como una especie de conejillo de indias para su alter más agresivo, ¿Blush le odiaria si vería su cuerpo? ¿Ashy tambien? Seguro les causaba repulsión. Y aún con eso, ¡Se sentía tan bien! Los malos pensamientos se iban, Blush estaba en su mente, estaba cerca de él, la curiosidad por tener algo más que solo un beso y caricias, quería más.
-concuerdo. -asintio, sentía que era una suerte que sus hijos no salieran tan delicados como ellos, no tenían el problema de morir por un reinició, era menos probable que el agua les afectará al ser parte en caramelo, lo que era bueno, bastante bueno, podían comer, beber y hacer lo que desearan sin problemas, estaba feliz por ellos. ¿Resistirse? Pf eso era para otros, para su jodida mala suerte, estaba de frente cuando su menor se estaba vistiendo, pudo ver sus expuestos huesos, puede que no sea nada pero... Ugh, tentador, demasiado tentador. Ya le vio desnudo en un pasado, pero ahora la sensación era muy distinta, antes Cery se veía como alguien más dominante, ahora, era adorable y tenía una carita inocente, jamás se imaginaria lo corrompido que ya estaba su no fuera porqué estuvo con el teniendo sexo de forma intensa en el pasado, ah, no podía negar que aún extrañaba sentir eso, algo grueso y largo dentro de su entrada anal, aunque tomar el rol de dominante no se veía tan mal, le gustaba experimentar, se consideraba versátil.
-ejem, bueno, cuándo estés listo, podemos ir con los niños. -dijo, con tal de cambiar el tema, no quería perderse más en el cuerpo de su menor, en sus hermosos ojos y su estructura tan perfecta, sus huesos se veían tan pulcros, quería marcarlos con sus dientes, dejar un pequeño castigo por el abandono, mierda. Eso era demasiado caliente para él.
La sensaciones que sentía no se compraban a las que había tenía con el menor, esto era demasiado bueno como para ser verdad. No estaba llevando el solo la iniciativa de aquel apasionado beso, Ty también hacia lo suyo. Como adoraba al contrario. Parecía tan tímido y tierno, y fíjate ahora lo que estaban haciendo. Besandolo con tanta lujuria, con su cuerpo delicado formándose y los lascivos sonidos que salían de su dulce boca. Era tan increíble, que necesitaba más, se estaba volviendo loco por él. Hace tiempo que sobrepasaron la línea, con tantos tocamientos inadecuados, ¿que más daba seguir? Si el cuerpo del pequeño estaba formado por algo sería, él quería lo mismo, llegar hasta el final del pecaminoso camino. Agarró fuertemente al menor para que no se cayera, quería saber lo sensible que podía ser el eco-cuerpo ajeno. Fue bajando su mano poco a poco, no estaba nada mal, pero que nada mal. Separó su boca de la contraria, dejando un pequeño hilo de saliva que reflejaba tanta pasión de lo echo. Fue dando pequeños besos por la comisura de sus "labios" sin llegar a sus boca. Quería escuchar los jadeos del menor, fue bajando de su sonrojado rostro hasta el cuello. Lamia y mordía un poco sus huesos a la vez que lo manoseaba sin mucho disimulo, quería más y si este no lo detenía tal vez podría tenerlo. Los jadeos que este soltaba eran demasiado como para resistirse, su eco-cuerpo se comenzó a formar, con un pequeño bulto que estaba creciendo. La situación era tan caliente que no puedo evitar eso último, solo esperaba que el menor no se espante o enfade. Sería un desastre si eso pasara, adiós a una gran amistad. Pero antes de que pudiera pensar en más respuestas posibles, sintió como alguien pasaba su falange por su espalda. Un escalofrío recorrió está, que le hizo desconcentrar. Desvió si mirada del menor a la molesta persona que le había interrumpido.
-¿A-Ahsy? -
Se acercó aquellos peculiares extraños, cada vez se parecían más a sus amigos, pero había algo que lo confundía. La lujuria del beso y los tocamientos inadecuados ¿de verdad eran ellos? Y si así fuera ¿debía dejarles intimidad? No sabía que hacer mas que ver la escena con ciertos celos. Si que se lo estaban pasando bien los mayores, mientras el se perdió en ese horrible y caliente lugar. Si fueran ellos no los perdonaría tan fácilmente, sobre todo porque ni siquiera lo esperaron para hacer esas cosas. También quería que vuelvan a tocar de esa forma, que lo besen con rudeza y no dejen ningún parte virgen de su cuerpo. Ya ni se asombraba por los pensamientos que tenía, hacia tiempo que se rindió a los deseos del lugar, ceder se veía bien, pero también quería sentirlo en carne propia.
Se acerco a la espalda de mayor, se subió una de las mangas dejando ver sus dañados huesos. Pasó su falange por la espalda del contrario haciéndole estremecer.
-Así que~. ¿Vosotros tan tranquilos no? -su tono de voz no era de enfadado, más bien era uno juguetón. Se alegraba de por fin encontrarlos, ya podían irse de ese lugar. Aunque antes quería integrarse mejor, y si, de esa forma. Sus mayores se lo debían, por estar divirtiéndose sin él.
Perfecto, y la comodidad que sentía con eso puesto era genial. Si que podía tener una gran variedad de ropa, seguramente las dos prendas que tenía si se combinaban bien podrían ser provocativas, como las que usaba el mayor. Uff, es que no podía con él, era demasiada perfección junta. Y no negaría que tuvo algunos pensamientos subidos de tono al verlo, ¿y quien no? Aquel esqueleto llevaría a la adolescencia a cualquiera, esa etapa en la cual las hormonas asumen el mando de tus acciones. Era divertida, pero también una mierda, la vida es lo que tiene.
-Si, pero antes ¿podría hacer una cosa? -ahora que ya no tenía la ropa pegajosa podría tumbarse en esa enorme cama. Ni siquiera espero la respuesta del mayor para ir directo a ella, tan suave y blanda. Como necesitaba una de esas en su cuarto, seguro que ni se levantaría, podría pasarse el día entero si quería. ¿A quien le importaba? Vivía solo, si lo deseaba podría pasearse desnudo y no habría problema. Ciertas ventajas que lo dejaban de ser a la hora de la comida. Bueno, centrémonos, la comodidad era demasiada, quizás le robe la cama al mayor para casarse con ella. Ya era hora de sentar la cabeza ¿y que mejor pretendiente?
Se acercó al mayor gateando encima de esta, quería hacerle otra pregunta.
-Oye Brush ¿como es dormir aquí? Se ve tan cómoda. -bajo sus brazos para acariciarla dejando sus piernas en la anterior posición. Si tenía vergüenza, pero solo para algunas cosas, era muy extraño, pero encontrarse en esa posición no era una de ellas.
Eso, eso ya no era solo un beso, dejo de serlo desde hace bastante, ahora, era todo lo que podria estar mal y sentirse tan bien, un pecaminoso placer que incitaba a probar más como una droga, una adictiva y complicada de dejar. Su cuerpo quemaba, el calor era insoportable, la ropa estaba demás, ¿Y si se quitaba aunque sea su chaqueta? Podía disminuir esa fiebre de lujuria, tal vez quede algo más expuesto a las caricias de su mayor, pero eso ya no importaba, quería tenerlo todo para él. Egoísta, un poco si, ¿Pero quién no lo sería con semejante atractivo joven? Habría que ser idiota para desperdiciar una oportunidad así. Fue un tanto desesperado, se soltó del abrazo a su mayor para ir quitándose la chamarra que traía, dejandola en el suelo, ya luego se preocuparía de ello. Necesitaba aire, ¿Irónico, no? No tiene pulmones, el aire le faltaba y jadeaba intentando recuperarlo, abriendo sus cuencas para ver a su mayor, había roto el beso, solo quedaban sus bocas unidad piel hilillos de saliva, tan candente, algo empezaba a ponerse duro entre sus piernas.
-M-mhg~ Blush~ -jadeo suave y entrecortado, sonriendo ladino, recibir esos besos pequeños cerca de sus "labios" era tan dulce, lo estaba disfrutando tanto, se sentía tan mágico, tan bueno, su cuerpo reaccionaba solo por los estímulos, lentamente sintió como esos tiernos besos llegaban a su cuello, cada hueso era delicadamente atendido, marcado y lamido, tan sensible, llegó a arquear su espalda y soltar un sonido un poco... Un poco penoso, fue agudo y poco discreto, noto rápido que otros monstruos les veían como si un espectáculo se tratara, estaban tan expuestos, tan a la vista, ¿Debía de importarle? Todos ahí lo hacían, solo eran un par de adolecentes disfrutando del placer carnal y las hormonas alborotadas. Sintió que se detenía. Miro aquella que llamo la atención de su contrarió y sintió una mezcla entre alegría y una vergüenza culposa.
-¡A-Ashy! Estás aquí -dijo tímido, encogiéndose en su lugar, con el rostro ruborizando y una torpe sonrisilla.
-B-Blush, ¿Podrías bajarme? Gracias-pidio amable, bajando sus piernas de la cadera ajena, tendría que disimular bastante bien lo que tenía entre las piernas. Se recompuso y acomodo sus prendas, no perdiendo el tiempo abrazo a el menor, le había extrañado.
-me alegra que estés bien... P-pensamos que algo malo te ocurrió. -¿Intentaba desviar el tema? Si, se aparto del abrazo y tomo al más bajo por los hombros, vaya, ¿Que le había pasado? Sus ropas estaban bastante... Lindas pero, ¿Que carajos? Se veía bien. Oh y claro, no olvidó recoger su chaqueta, por nada en el mundo la iba a perder.
Nada mal, aquel conjunto era algo simple pero combinaba bien y lucia perfecto en su menor, se negaba a verle lo sexual en ese punto, estaban a nada de ir por sus hijos y lo que menos quería era que su magia le traicionara; activando su ecto-cuerpo, y posiblemente una notable erección. Tenía que tener pensamientos puros, algo que le distraera, uh, el día de veía bastante bello por la ventana, en verdad hermoso, ese día parecía que lloveria por la acumulación de nubes grises en el cielo, y los rayos del sol eran tan suaves, si, era un día ideal para relajarse y ver alguna película de terror interesante, o algo más infantil para sus hijos, como las princesas Disney, o Ratatouille, a Bonbon le encantaba esa película.
-¿Ah? Claro, clar- -se había despistado unos segundos, y al volver la vista al más bajo se encontró a este desordenado su perfecta cama, solo pudo negar levemente con su cabeza y sonriendo agraciado, que infantil, parecía un felino feliz con su nueva cama, se le veía demasiado cómodo, demasiado, tendría que tener cuidado o le robaría la cama, y digamos que el sofá no era tan cómodo como parecía a su parecer, ya se quedó dormido ahí una vez. Se sentó en el borde de la cama, respirando profundo, tenía que mantenerse sereno para no caer en la locura ni en la lujuria.
Miro curioso lo que hacía su ajeno, hasta que gateo a su lado, ¿Acaso intentaba seducirlo? ¿O solo era cosa suya por no poder aguantar el líbido? Seguro solo estaba en su imaginación lo que sentía o presentía.
-Es cómodo, tengo mucho espacio para mí, aunque extraño dormir con alguien. -dijo, mierda, ¿Y ahora levantaba así las caderas? En verdad parecía un felino estirándose así, tan tierno, daban ganas de acariciar su espalda hasta cerca de su pelvis, era tentador, pero, no debía caer en eso, era demasiado inapropiado, apenas se iban reencontrado luego de tanto tiempo, de tantas lágrimas, del dolor, de la fatiga, deseo morir.
-Aveces vienen los niños cuando tienen pesadillas, o quieren molestarme un rato. -en esa casa nunca se estaba en silencio, aveces Couleur tocaba su guitarra, Bonbon pintaba escuchando música a todo volumen, Toffee y Stains discutían, Kaiga les separaba en esos casos, el par de niños nunca se llevó bien, aunque al inicio, el menor si adoraba a Toffee, bueno la cosas cambian con el tiempo en especial las relaciones afectivas.
Estaba emocionado por encontrar a menor, bueno, porque este los encontrará mejor dicho. Pero también un poco molesto porque fastidio aquel momento tan especial entre Ty y él. Una erección comenzaba a doler si no se hacía nada al respecto, para otra vez será.
-C-claro Ty. -dejo al menor en el suelo, veía como este abrazaba al menor, que lindos se veían. Cerró su chaqueta antes de acercarse al menor, no quería que se diera cuenta del "problemita" que se formo en sus ausencia. Listo, ahora podía abrazar al contrario, y así lo hizo siendo correspondido por este.
-Sabía que estabas en este lugar. Por fin podemos volver a casa... Ahsy ¿q-que llevas puesto? -lo observó bien de arriba a bajo, ¿tanto tiempo habían tardado en encontrarle? Casi parecía uno de ellos, ese sitio no le hacía bien al pequeño. Aunque debía admitir que si ya era lindo antes, esto lo hacía aún más. Se veía como un adorable osito por la parte de arriba, no quería bajar más su mirada. Pudo ver como el ecto-cuerpo de este ya se había formado, no quería imaginarse al menor de esa forma, suficiente lo hizo con Ty como para corromper al inocente niño también... Oh Dios, no podía, estaba tan caliente y el menor se veía muy bien, con la corta falda y botas altas era suficiente para atraerlo. Pero no, su ecto-cuerpo debía estar formado, dejando a la vista el vientre perfecto del menor y los muslos que tenía. Parecían tan suaves al tacto, con notables cicatrices que no le quitaban su encanto. Ninguna herida reciente por suerte, eso es que el contrario había estado bien y no le habían echo daño alguno, quizá e incluso le habían tratado bien, si no ¿de dónde sacaría esas llamativas prendas?
Con gusto recibió los abrazos que los mayores le estaban dando, curiosamente más cálidos de lo normal. Seguramente por lo que estos estaban haciendo antes de que les interrumpirá.
-Estoy bien, no os preocupeis. Aunque no parecía que lo estabais haciendo mucho~. Si queréis me pierdo otra vez y os dejo terminar. -su intención no era que los contrarios se sintieran mal, pero ya que los había pillado en una situación tan comprometedora, debía aprovechar y sacar el tema. Sabía que estos lo querían evitar, pero no les dejaría, él también necesita todo eso que hacían y lo conseguiria. No se rendía tan fácil con las metas que se proponía, por los que si querían librarse lo llevaban claro.
-¿Esto? Se llama supervivencia cariño~. -rió después de lo dicho, le parecía gracioso ver el rostro de confusión de los mayores.
-Eso que hacíais... Yo también quiero. -sep, directo al grano. Si estos se negaban al menos ya sabían que lo que quería, y si lo quería lo conseguiría.
Reincorporo su postura para sentarse al borde de la cama, justo al lado del mayor.
-¿Dormir acompañado? Yo no compartiría esta belleza con nadie. Si pasaras una sola noche en mi cama me entenderías. -aquello no iba con segundas, solo decía la verdad. Su cama pese a no ser incómoda dejaba mucho que desear. Ya no podría verla con los mismos ojos, la de Brush era insuperable. Conoció una nueva cama y sentía cosas por esta, al volver a su hogar, tendría una conversación muy seria de adonde iba su relación.
Los niños, aquella estúpida y sensual cama le distrajo de lo que era verdaderamente importante, sus hijos. Tanto tiempo sin verlos, y esta aquí desperdiciandolo con tonterías. Bajo de un salto de la cama y se apresuró en ponerse sus pantuflas.
-Venga, ¡vamos Brush! Ya quiero ver lo mucho que han crecido los niños. -se estaba volviendo a emocionar, pero debía de tranquilizarse, no quería ensuciar aquellas prendas que con gusto el mayor de las dejó.
Ató su chamarra alrededor de su cintura, intentando cubrir bien su entrepierna, tenía ya un notable bulto ahí, doliendo por no recibir atención como espero. Podría aguantarlo, si, solo necesitaba salir, tomar aire fresco, y ya estaba, ¡Estaría como nuevo! Sin calentura, sin dudas que querían ser resueltas, fingiria que nada de eso ocurrió, por el bien de su buena amistad, los amigos no hacían ese tipo de cosas, existían límites... Que rompieron en menos de un día, que rapidez. Debía de admitir, que el hecho recién ocurrió sacio su curiosidad, Blush en verdad besa tan bien como parece, y era sorprendentemente hábil con las caricias, no quería fantasear en que otras cosas podría ser bueno su mayor, su mente ya estaba bastante jodida como para pensar en esas obscenidades otra vez.
Y pasando de el más alto, se concentro en el menor, ¿Y si le habían lastimado? No sé lo perdonaría, le miro a detalle, aún con las luces fuertes de color neón sería posible ver algunas heridas, no había nada, hasta diría que se veía adorable con esa vestimenta, como una linda chica de esas historias shonen que tengo le encantan, o las de los doramas, también usaban faldas sus de cortas, aunque a Ashy se le veía muchas veces mejor. Resaltaba su juvenil cuerpo, ejercitado y delgado, perfecto, al igual que el de Blush, suponía. ¿Saben? Se siente un poco extraño ser el único que casi nula actividad física hacia, era una tontería pero le resultaba curioso. Le hacía querer ver qué tipo de cuerpos tenían al descubierto sus dos amigos, si serían tan buenos y candentes como su imaginación lo pintaba. Mierda. Sentía que estaba babeando.
-B-bueno, creo que sería mejor irnos de este lugar antes de... De eso, Ashy. -dijo, meramente como una excusa, no quería repetir eso, lo deseaba, ¡Pero no! Estaban en un mundo que no conocían, monstruos adultos le veían como bocadillos recién hechos, y ahora estaba viendo de forma obscena a sus amigos, ¡Que desdicha! No se suponía que así fueran las cosas, pero ¿Quién era él para manejar el como irían? Exacto, nadie, era solo un aficionado a la ciencia y series asiáticas que está en un lío demasiado grande.
-Po-podriamos salir del bar... No hay tanta gente afuera.-
El frío puede ayudar a bajar esos calientes aires que se traían.
Era cómico, ¿Se podía estar celoso de una cama? Al parecer si, lo estaba aún poco quizás, su contrario parecía haber encontrado oro en esa cama, hablaba de ella como si fuera una maravilla en su vida.
-Pff, supongo que tengo mucha suerte de tener está hermosa y suave cama para mí solo. -se recostó en la cama, si, era cómoda, ideal para descansar la espalda luego de un día arduo de trabajo, y luchas complicadas por mantener los Au's asalvo de peligros. Pero no duró ni un par de minutos relajado ahí, su contrario de un miembro a otro se había levantado y casi demandando le ya ir a ver a los niños, que tierno, estaba en verdad emocionado por ver a sus hijos. No le culpaba, también lo estaría su no los hubiera visto en un largo tiempo.
-Bien bien~ ya iremos, solo espérame un poco. -con flojera se levantó de la cama y acomodo sus lindas vestimentas, no estaba seguro que tan bien se lo tomarían sus padres al saber que estaba ahí con su ex, pues Gradient y Paperjam no se habían querido saltar ningún detalle de quién dejó a su hijo con cinco niños y un alma rota. Puede que hayan sido malos padres en el pasado, ahora, eran todo lo que siempre quiso, tenía su apoyo, era lindo sentirse dentro de una familia de amor y comprensión. Una vez de pie chasqueo sus dedos para abrir un portal, iba ciervo a la entrada de la casa de sus padres.
-vamos, pasa tu primero. Y ten algo de cuidado, puede que mis padres intenten hacerte algo... -advirtio, puede que sus hijos acaben sin segundo padre más rápido de lo que creía.
En verdad daba la sensación de que se habían ido a disfrutar del lugar y no en búsqueda del menor. Perderte y encontrar tus amigos de esa forma es lo que tiene, que las cosas se malinterpretan. Y seguramente si el pequeño no hubiera aparecido, o lo hubiera echo tarde, seguirían con lo suyo, sin miedo de que los juzguen o les digan algo. ¡Todo el mundo estaba haciendo cosas indebidas! ¿Porque deberían fijarse en unos adolescentes hormonales? Solo estaban disfrutando de su dulce juventud, experimentar cosas antes de que sea tarde. Es normal, no quería verse a los treinta todavía virgen y sin formar una familia. Claro que tenía sus responsabilidades, pero por un día que se relaje no pasaba nada. Darse el tiempo de conocer mejor a sus amigos, descubrir nuevos sentimientos, experimentar las cosas inapropiadas que podía hacer, porque como buen adolescente. Lo prohibido era lo que más le llamaba la atención.
-Ty tiene razón. Ahora que volvimos a estar juntos ¡podríamos ir a Undersail!-intentaba ayudar al contrario a desviar el tema. No querría corromper de esa forma al más pequeño. Pese a las ropas que llevaba aún era ese tierno e inocente niño... Un momento ¿¡q-que carajos!?
¡Ja! No los dejaría ir tan rápido, pese a que intentaban ocultarlo, podía ver como los mayores habían formado su ecto-cuerpo y más que eso. Las brillantes luces neón del local, pese a ser un tanto molestas y curiosamente, acogedoras. Le ayudaba a ver los bultos de los pantalones ajenos, que emitían una tenue luz, celeste y rosada. Cada uno correspondiente a su dueño, tener así aquello parecía molesto, puede que pueda ayudarlos. Hizo caso omiso a lo que sus amigos le estaban diciendo, ellos ya habían tenido su momento, y él quería el suyo. Se acercó a Ty con curiosidad, paso sus brazos detrás del cuello de este, quedando tan cerca de su rostro, de su formado cuerpo y de lo que más le interesaba, el bulto color celeste.
-¿Es que solo vosotros podéis disfrutar~? Eso es muy injusto. -quería tentar al mayor, que bese de aquella forma que solo experimento con Blush. Ty era tan lindo, y necesitaba verlo en rol del contrario. Comenzó a darle pequeños besos, sin mucha duración, alimentarlo poco a poco de lujuria sería mejor. Los besos avanzaban de forma lenta, necesitaba algo más, que detone algo en el interior del mayor.. ¡Si! Eso sería perfecto. Aprovechando la cercanía que compartía su amigo, podía rozar su parte más íntima con su pierna. Aquello demandaba atención y como su dueño no se la prestaba, ya lo haría él. La sensación era extraña, como si se tratase de algo blando, pero con cierta solidez a la vez. Tampoco estaba mal de tamaño, la que sentía en su pierna solo le daba más ganas de querer seguir "molestandolo" y si no recibía los resultados que quería, también podría hacerlo de otra forma.
Mientras el mayor se levantaba y abría el portal, hizo du mejor esfuerzo para mantener la calma. Aunque lo último dicho por este no le ayudaba demasiado, en realidad, no le ayudaba en nada. La emoción que sentía se mezclo con el miedo y nervios que comenzaban a venir a él. Por lo menos ya no debía preocuparse de manchar la ropa con caramelo, solo de conservar su vida. Lo hacía a diario, por lo que no es tanto problema, además que había aumentado bastante sus HP's.. Oh, se le olvidó el reinicio que tuvo momentos atrás. Era casi como volver al principio, que desastre. Una vez más y se convertiría en una presa fácil. Más le valía controlarse y no morir delante de sus hijos.
-S-sí, estoy acostumbrado a intentar no morir. -paso algo tembloroso por el portal antes de escuchar escuchar como el mayor hacia lo mismo y este cerraba. Tal vez hubiera sido mejor quedarse en la casa ajena y esperar a que Brush vuela con los niños. Quería comportarse delante de sus antiguos suegros, y de cierta forma. De sus hermanos, estos eran un combo entre el destructor y guardián de los Au's, lo que significaría que Brush es su.. ¡Ahhh! ¡Y había tenido una familia con él! Un momento, Paper Jam y Gradient eran hermanos.. Y aún así Brush existía. ¿Por qué se estaba cuestionando estas cosas? El incesto en el multiverso se había convertido, queriendolo o no, en algo cotidiano. Anda que no existían creaciones nacidas de un incestuoso amor. Todo era posible, en especial teniendo un fandom tan.."extravagante".
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