Ajio 2
Se quedo ruborizando en su lugar mientras se encogía de hombros e intentaba relajar su aparente pulso, aunque más bien eran los nervios que se había acresentado. Si no eran novios, en verdad no sabía que eran, Ashy y Blush tenían cierta tensión que no podía negar era hasta envidiable por su ternura, les iba a preguntar. Guardo su libreta y con vergüenza se armó de valor para acercarse al duo más tierno que había visto.
—¿le-les puedo hacer una pregunta? Es que me llama mucho la atención un tema y no sabia cómo tocarlo sin sonar extraño pero creo que es interesante. —iba con ciertos rodeos al hablar, no sabía ser directo cuando estaba nervioso.
Suspiró, cansado, ese día era si descanso y acabo siendo tan cansador, ¿Habría algo peor que eso? Seguramente si, que sus hijos llegasen en mal momento y le vean con ese esqueleto de caramelo. Le consolaba saber que no le reconocerían, y que lo ignorarian, no quería que tener a Cery una vez más en su vida, menos siendo una mala influencia para su hijos, estaba decidido. Vivió tan bien cuando esté se fué, y a pesar de querer vengarse, ese no era el caminó que necesitaba, necesitaba explicaciones, quería no sentirse de la mierda cuando recordaba cuando le abandono, quería saber que no era su culpa lo que pasó, que no fue un error suyo lo que llevo a Cery dejarle solo.
—No fue nada personal, Cery, fue meramente trabajo, no creas que eres el primer destructor sentado en esa silla. Podemos hablar si gustas, tenemos todo el día antes de que mis hijos lleguen, y en verdad me sorprende verte de nuevo. —creo una amaca con sus hilos, atando estos a las paredes cercanas. Luego de la charla, lo iba a golpear...
Cruzó sus piernas y miro atento al más bajo, pequeño e indefenso en ese momento, si quisiera podría causarle un reinició, solo había falta presión psicológica para ellos, y tenía más de una forma para lograrlo.
Beso, beso, ¡beso! Ahhhh no aguantaba más, aquella escena era perfecta para eso. No, ¡más que perfecta! ¡Y lo peor es no sucedía nada! Tal vez por la inseguridad de ambos, apenas comenzaban su amistad y algo así no sería apropiado. O puede que él estorbara, si, besarse teniendo compañía era desalentador. ¿Pero que podía hacer? Ya no tenía una buena excusa para dejarlos a solas y acordaron explorar el Au juntos. Estaba arruinando el momento ¡que desastre! Si tan solo pudiera dejarles un poco de intimidad... Tal vez, con las alas no podía ver lo que sucedía detrás suya, solo si se daba la vuelta. Podría usarlas como una especie de muro con plumas, lo malo es que no podría ver lo que sucedía y tal vez arruine el momento. Bueno, mientras haya una pequeña esperanza de que estos sigan así, valía la pena arriesgarse.
Sonrió agradecido al mayor, la habían hecho dos cumplidos al precio de uno. Se sentía bien, sobretodo por la palabra utilizada. Su rostro no es algo que categoria como "lindo" ni ninguna otra de esas bonitas palabras. Más bien todo lo contrario, que pasaría de extraño a incómodo, no todo el mundo puede estar con alguien que tenía ojeras, cicatrices y vendas. No inspiraba confianza, por eso le emocionaba tanto cuando le decían cosas bonitas. A parte de ellos dos, solo su padre y tío se las decían. Quizás podría intentar hacer lo mismo con sus amigos, le hacía sentir bien y seguro que a ellos también.
Estaba apunto de soltar las mejillas ajenas para abrazar al dueño de estas, pero una leve luz lo detuvo. El mayor de los tres había invocado sus alas, tal vez tenía que hacer algo importante que olvido. O solo es le gustaba tenerlas, de cualquier forma aprovecharía para tocarlas. Dejando al mayor solo se dirigió al contrario, abrazando una ala de él. Como si se tratara de una nube, tan suave y blanda, como le gustaba esa sensación.
No lo miraba por vergüenza, sentía que no merecía hacerlo. Pero alparecer el contrario no pensaba lo mismo pues lo obligó a hacerlo, su expresión sería cambio por un corto momento. Los singulares orbes del más alto eran tan hermosos como recordaba, pero volver a verlos sin necesidad de tener una fotografía, era difícil de explicar lo que sentía. Miedo, esperanza, tristeza.. Tantas emociones solo por una simple mirada, muchas de ellas se quedaron pero otras se fueron al escuchar lo que él contrario tenía que decir.
—...Eso que importa. —otro más que se burlaba de su tamaño, como si no tuviera suficiente con su padre riéndose de él todos los días. Sabía que no había crecido y se estaba pequeño, pero ¿podrían dejar de recordarselo a cada momento? Era vergonzoso para él.
—Me has traído aquí para algo... Acabemos con esto. —si el mayor tenia planeado matarle, pues adelante. Sea lo que sea para que lo haya traído, quería acabar con eso de una vez e irse devuelta a su casa, o tal vez ni volvería. En ese caso, le hubiera gustado ser una mejor persona, pero había tiempo de arrepentirse por acciones pasadas.
La sensación de alguien abrazando su ala derecha le confirmó que su plan no había salido tan bien como esperaba, en vez de eso, ahora tenía al menor más cerca. Bueno, también era algo esperable, la primera vez que lo vio le preguntó si era un ángel y después no paraba de tocarselas. Si que le gustaban al menor, eso era bastante adorable. Le recordaba a un patito en la hora de dormir. Como se suben a las alas de su madre y se acurucan ahí, sintiéndose protegidos y cómodos. Tal vez podía levantar al menor, recordaba como su padre hacía lo mismo cuando era más pequeño. Lo intentó y el resultado fue mejor de lo que esperaba, el menor no pesaba mucho por lo que no suponía tanto esfuerzo. Seguro que podía levantarlo con sus brazos también, quizás luego lo intente.
—Que suave~. —se podía pasar todo el día así si le dejarán. Se aferro más fuerte cuando sintió como esta se movía, no quería dejar tal suavidad de lado. Ponerse de puntillas no era suficiente por lo que también comenzó a hacerlo con las piernas. No estaba a mucha distancia del suelo por lo que si se soltaba no ocurría nada, vio como el mayor se reía un poco. Así que lo había hecho por eso, ¡pues el no se solitaria! También veía como Ty se acercaba a ellos, aún estaba sonrojado, le encantaba verlo así.
—¿Que sucede Ty? —preguntó con una sonrisa todavía sin separarse.
Espera, por favor espera. Levantó rápidamente la cabeza mirando al contrario. ¿Como que hijos? ¿Es que acaso Brush ya tenía una familia? ¿O se refería a los suyos? Si se trataba de esto último, quería verlos. Puede que no tenga el derecho para eso y que los pequeños no le reconozcan. Había pasado tanto tiempo ¿como podrían? Y aún más después de ser un nefasto padre para ellos. Sin darse cuenta siguió los pasos de Error, abandonando a Brush y los niños que tuvo con este. Por suerte, el contrario era mejor que él y decidió hacerse cargo en vez de huir. Si no, los niños hubieran corrido su misma suerte. Candy si, se hizo cargo, le dio un techo y comida, pero nunca logró en convertirse en una figura paterna. Se lograba acercar a un hermano y por suerte, ya que la mayoría de veces no notaba su existencia. Más que encargarse de cuidarlo, se encargo de mantenerlo con vida. Por lo menos hizo más que él con su hijos y sobretodo más que Error.
—Déjame verlos. —su voz sonó firme aunque su rostro no lo parecía. Temía que se le negara lo pedido, o lo exigido más bien. Y como iban las cosas, parecía que ese sería el caso.
—Ustedes, ¿Son pareja? —pregunto con cierta ilusión, se veían tan bien juntos, como una pareja adorable de las mas dulces que ha visto, y le daba cierta emoción saber cómo se conocieron y era su relación, hace poco los conoció y se imaginaba que tendrían toda una historia por detrás, una historia tierna y emocionante.
—¡N-no es que me moleste! Pero creo que hacen linda pareja, y son bastante románticos —dijo en chillidos emocionados, con el rostro ruborizando mientras daba pequeños saltitos, era un poco infantil cuando algo le causaba gran emoción. Sería como en los manga BL que leía, intentaba dejar de lado los pensamientos sucios que le venían, no, no, no era momento de pensar en esas cosas, tenía que centrarse en lo tierno, ¡En lo adorable! Quizás después pueda leer algo más subido de tono y que no es para su edad... Internet no tenía límites.
Nego suave con su cabeza, quizás una foto de como estaban los niños ahora pero no lo dejaría verlos. No ahora, si no vino antes, ¿Por qué hacerlo ahora? No valía la pena, sus niños que ataban bien, eran felices sin saber quién era su padre. Fueron años en los que espero que Cery llegará para vivir juntos y cuidar de si pequeña familia pero... ¿Adivinaste? Eso nunca ocurrió, los niños crecieron sin un segundo padre, solo lo tenían a él y a sus abuelos.
—Cery —no lo lamentaba, era le decisión correcta, o al menos lo era para él— puedo dejarte ver fotos de ellos, están bastante grandes, sabes, ellos se parecen un poco a ti.. —se levantó de su cómodo asiento de hilos y fue hacia una de las paredes de la casa, tomando unos de esos cuadros que decoraban el ambiente familiar y cómodo. En aquella foto se veían a sus cinco hijos, habían crecido bastante desde la última vez que Cery los vio, se le abría felices, ese día habían ido a Sugartale a celebrar el cumpleaños de los mellizos. Volvió asiento. Mostrando el cuadro. Esos niños eran si orgullo, algo traviesos aveces, rayaban aveces las paredes, y pintaban en sus óleos que guardaba en sus cuarto de arte.
—¿te sientes mal? Te veo con culpa, no lo hagas, no hagas esa expresión como si lamentaras tanto lo que hiciste, eso está en el pasado, y mis hijos, están bien sin su padre.
Bajó a Ahsy de su ala al escuchar lo dicho. ¿Pareja? No, no lo eran y no podía imaginarse teniendo una relación con el pequeño. No por falta de ganas, si no que lo veía mejor con Ty. Ciertamente le parecía más lindo que ambos salieran, seguro que se apoyarían mutuamente. Lamentaba desilusionar al contrario, pero no podía mentirle que si, sobretodo porque también afectaría al menor y a su ship, porque no decirlo también.
—V-vaya, lamento desilusionarte pero no somos pareja. —lo soltó de golpe, no era plan de que Ty siguiera haciéndose ilusiones.
—Yo pensaba que ustedes dos podrían llegar a serlo. —bueno, era verdad y aún tenía esperanza de así que fuera. De todas formas no se rendiria tan fácilmente.
—Los dos pensábamos lo mismo. Que curioso. —rió un poco por la situación. Se preguntaba si Ashy también lo haría, dirigió su mirada donde se supone que debía de estar y lo encontró algo alejado, sentado en el césped.
Escuchó atento lo que tenía que decir, pero jamás se esperaba algo así. Su cara mostró un notable sonrojo amarillo, que aumentó con lo dicho por Blush. ¿Él también? Se aprovecho que estos se quedaron hablando para alejarse un poco, no mucho ya que no quería perderse. Se sentó en el suelo con las rodillas cerca de su cabeza, le servirían para ocultar su rostro. No sabía que sentir, si estar alagado o enojado, pero si avergonzado, era muy confuso. Sobre todo porque no encontraba la razón por la que les llevaron a pensar eso del otro. Era verdad que esperaba llegar a tener a su persona "especial" algún día y puede que no estuviera tan lejos como podía pensar. Pero ¿y si nunca la llegaba a encontrar? Los mayores pensaban que hacían una buena pareja, pero acaso ¿les gustó en algún momento? Seguramente no, eso era un poco triste, tampoco había una razón para que así fuera. Solo lo era.
Tal y como se imagino el mayor se negó, se había emocionado antes de tiempo y su decepción se hizo notar. Por suerte para él, Brush le enseño algunos cuadros en los que estaban. Si que habían crecido, ya no eran los niños pequeños que alguna vez conoció. Como habían cambiado todos ellos, incluso le costó un poco reconocerlos, al que más fue a su pequeño Stains. Si que se veían felices en las fotografías, tan inocentes y con sueños y esperanzas, el mayor hizo un excelente trabajo como padre. Si tan solo pudiera abrazarlos un última vez, ya podría dejarlos en paz. No había esperanza en que sean una familia feliz, los pequeños se veían tan felices y no solo ellos, también Brush. Se merecían un buen futuro y con él en medio no estaba seguro de que lo tuvieran. Tal vez si hubiera vuelto y enfrentará sus problemas, podía haber estado ahí y no perderse la infancia de sus pequeños. Pero ya era demasiado tarde, se ve que no lo necesitaban y esperaba que así fuera. No quería causarles problemas, a ellos no. Unas finas lágrimas se asomaron por sus cuencas y bajaron por su rostro, podían confundirse fácilmente con los hilos dulces y caramelo que tenía. No pudo evitar llorar, tantos sentimientos dentro de él que de alguna forma tenían que salir.
¿Como no hacerlo? Se lamentaba, se arrepentía por sus acciones pasadas. Desde el inicio fue así y negarlo sería la mentira más grande que hubiera dicho. Su intención no era hacer sentir mal al contrario, solo quería desahogarse un poco.
—Si que han crecido..perdón por llorar, dejaré de hacerlo... —intentó sonreír un poco, disimular sus lágrimas, pero era en vano. Estas no hacían más que salir.
Oh, que pena. Bueno, era algo que debió de esperarse supongo. No todos los que hacían bonita pareja lo son, lección aprendida y una muy importante cabe decir.
—Si, es un tanto gracioso además. —dijo riendo suave, y con nervios, se apresuró demasiado rápido a sacar conclusiones, y espera, ¿También le estaba emparejando? Jamás pensó que eso llegaría a pasar por su nulo atractivo, no es que tuviera jaja autoestima, es que sus estándares de lo que es bello son demasiado altos para el, Blush y Ashy eran preciosos cabe decir, esqueletos que con sus extrañas características llamaban la atención de cualquiera. Miro hacia el menor de ellos y, ¿Dijo algo mal? ¿O lo lastimo con su pregunta? Ashy no se veía bien. Le hizo una leve seña a Blush para que se acercaba a Ashy, se veían como más cercanos, por su parte solo los conocía hace unos minutos, y no más ni menos, Jack seguro sabría que hacer, era más impulsivo, pero él, Ty, se queda congelado cuando algo lo sobrepasa, esto era demasiado para él
Miraba atento las acciones de su contrario, se sentía ciertamente culpable de hacerle sentir mal, era sensible, no podía evitarlo cuando hace tan solo unos años lloraba por recibir aunque sea una visita de su pareja, ¿Se ilusión? Si, y bastante, pero como el fino cristal, se rompió al chocar con la realidad, no podía esperar a su amado cuando esté jamás planeaba verle de nuevo, le costó aceptarlo, fue gracias a sus padres que pudo dejar de lado sus sentimientos y centrarse en su familia.
—Ugh... No te preocupes por llorar, no me gusta verte así. Me has lastimado tanto, pero no puedo verte sufrir, me hace sentir tan mal...—No importaba cuántas veces fantaseo con lastimar a su ex, ahora que lo tenía de frente, quería abrazarlo y pedirle consuelo, como un niño asustado que necesitaba afecto con desesperó, quería oír una explicación, perdonarlo y recibir si afectó, porque eso es lo que hace, se aferra a las personas aún cuando estás se van de su vida, lo aprendió a las malas. Sonrió con amargura, aveces solo podía fantasear con lo que fue y podría haber sido una relación sana con Cery, ¿Y si este nunca se hubiera ido? Habrían cuidado de sus hijos ambos y podrían intentar ser los mejores padres para los niños. Pero eso no ocurrió, fue de mal a peor.
—¿Por.. por que nunca volviste..? Te estuve esperando tanto tiempo, que perdí la cuenta de las noches que llore... Podrías, al menos darme una explicación sobre eso, quiero saber si fue algo que hice o dije lo que te alejo, ¿Fui muy malo, no? —quiza no fue suficiente, se sentía así aveces, como alguien inútil que no valía mucho, su precio y valor eran tan mínimos, ¿Por qué mierda seguía intentando estar bien? Estaba destrozado, no se sentía bien hace años, perdió demasiado, perdió a su pareja, perdió a su más amada mascota, y lentamente dejo de sentirse completo, sentía que no tenía alma, y que sus hijos eran la única alegría que tenía en su vida, de resto, todo le parecía tan sombrío.
Sabía lo que él contrario quería decir con esa señal, pero no iría solo, tomo el brazo de Ty y se dirigió con él hacia en menor. Puede que estuviera triste o enfadado por lo dicho. No entendía bien porque, tampoco era tan malo, incluso podía llegar a ser alagador. Pero bueno, cada uno reaccionaba a su manera.
Llegaron y este se sentó a su lado, puede que si fuera un tema sensible para él ya que estaba cubriendo su rostro con sus rodillas.
—Hey Ashy, l-lo siento si te incómodo o algo. No era mi intención que te sintieras mal, de verdad. Solo pensaba que se veían lindos juntos. Perdona. —paso su brazo por el hombro del menor y su ala también, para que se sintiera de alguna forma más protegido. Podía notar como el cuerpo del más pequeño tenía ciertos espasmos, debía ser algo muy importante para él. Tal vez podrían olvidarse del tema y seguir siendo amigos, no le gustaría que se encontrara triste por algo así.
Muchas preguntas pasaron por su cabeza, era como un vaivén de ellos. Pero la pregunta que más aparecía era un simple "¿por que?". Quizás ellos vieron algo que ni el podía ver, puede que tal vez uno sea su "persona especial". Varios escenarios pasaron por su cabeza, cada uno tenía a dos y solamente dos protagonistas. De vez en cuando se iban alternando y pasaba de Ty a Blush y al revés. No podía negar que si algo así llegara a pasar sería más que emocionante, ambos mayores tenían sus cosas que lo atraían de cierta forma e imaginarse una relación con alguno de ellos no hacía más que aumentar su sonrojo. Una sonrisilla nerviosa apareció en su rostro, su imaginación era poderosa y para los escenarios que ocurrían en ella una simple sonrisa era poco.
Sitio como un brazo ajeno se apoyo sobre él, por la voz podía ser Blush. Puede que haya dado esa sensación de sentirse mal, no era eso lo que quería, solo necesitaba una explicación. En un momento sintió a alguien más, seguramente Ty. Al igual que el mayor, este también se sentó a su lado. Puede que se haya imaginado escenarios de más, pero ya no podía tener a los mayores cerca, su alma latía con fuerza y su cara no llegaba a expresar lo que sentía. Necesitaba algo más, puede que un abrazo de estos dos o lo que sea, pero no podía quedarse así. Se armo de valentía y levantó su cara, aún dudaba si hacerlo o no, pero tenía que salir dudas. Rápidamente agarro las mejillas del más mayor y lo beso, fue un beso corto por lo que no pudo reaccionar, de igual forma hizo lo mismo con el contrario. Después solo volvió a cubrir su rostro, no era la primera vez que lo hacía y esperaba que esta no terminará igual que la otra.
Quiso cesar su silencioso llanto pero no podía, desde ese día siempre había estado huyendo de sus responsabilidades. Aunque fuera la cosa más mínima, simplemente era más cómodo dejarlo y no hacerse cargo. A veces le pasaba factura y otras no, pero esta es la más grande que tuvo. Creía que aquel momento nunca llegaría pero se equivocaba, debía imaginar que aquello pasaría en cualquier momento.
Era bueno escuchar eso, al menos el contrario no lo quería muerto como esperaba, podía seguir con su patética vida ayudando a causar caos y destruyendo todo a su paso. Por lo menos no seguiría entrometidose en la vida del mayor y quizás algún día pueda ver de nuevo a sus hijos. Lo veía poco probable, pero seguro que ellos seguirían sus pasos protegiendo los Aus. Después de todo Brush lo dijo, ahora se dedicaba a ello. Debía ser lindo, pasearse por esos lugares sin tener que esconderse o con miedo de que te reconozcan por los daños que hiciste. Que vidas tan diferentes eligieron.
¿Por que? Ojalá pudiera darle una respuesta concreta, explicarselo y que él pudiera pasar página de una vez. Pero no la tenía, fueron pequeños detalles que lo iban empujando a alejarse del mayor.
—No hiciste nada malo.. Quería volver pero.. Error me necesitaba y los días iban pasando... Cuando me di cuenta ya había pasado meses. ¿Como podía volver y mirarte a la cara como si nada hubiera pasado..? Esperaba que pudieras ser feliz con otra persona. —es lo único que podía darle como respuesta, no esperaba que le sirviera pero esa era verdad. Estaba necesitado de una aprobación paterna y hubiera hecho lo que sea, hasta la de Candy le bastaba. Pero jamás lo llegó a ver como a un hijo, o si quiera un igual, era más como una mascota. Error por lo menos si lo veía así, como un bastardo, pero no lo reducía a un mero animal de compañía.
—Brush.. Prométeme que al menos vas a estar bien. Me olvidarás y..conseguirás la felicidad que te mereces... Que podrás tener tu final feliz. —una pequeña sonrisa se pintó en su rostro, era la única "persona" que de verdad caló en su corazón y por más que quisiera, no podía desearle el mal.
Camino a rastras detrás del más alto, con dudas internas que le atormentaban de a poco, ¿Y si se equivoco al preguntar aquello? Quizás fue demasiado inapropiado, debió de guardarse lo que pensaba, pues ¡Había lastimado a su amigo! Se le veía tan mal, que los pensamientos no paraban de venir con una creciente ansiedad, eran los primeros amigos que tenía y los iba a perder por su estupidez, ¿Acabaría todo mal? Deseaba que no, Quería enmendar las cosas al menos si llego a causar algún mal. Le angustiaba, Ashy se veía como alguien demasiado tierno como para sufrir de algún daño, sentía que iba a llorar por la culpa.
—¡También pido perdón! Me deje llevar un poco por la imaginación y, y perdón, mi intención no era herirte o algo, solo creí que ustedes eran pareja por lo cariñosos que son, lo siento. —su tono fue tembloroso y casi suplicante por un perdón, sus niñas habilidades sociales le obligaban a temer por cometer un error, un simple error podía devastar lo todo. Tomo asiento al lado del más bajo, y paso una de sus manos por su espalda, como pequeñas u comprensivas caricias, intentaba ponerse en el lugar de su menor y cada vez era peor ese sentimiento de culpa, ¡Que idiota fue! ¿Debio de callar? ¡Claro! Aveces se pasa de tonto por su fanatismo y curiosidad.
¡oh por...! Se estaba convirtiendo en una maldita y hermosa mora azul, como buen virgen y monstruo poco social que es, aquel acto le dejo bastante perplejo, ¿Y feliz? Oh, no sabía que pensar, siempre tenía una respuesta y reacción para casi todo menos el pánico, y ahora estaba eufórico. Atino a mirar a un costado y chillar agudo. Demasiada emoción para ese día. Necesitaba un descanso.
Dolor. Su alma se apretaba contra su pecho, quería llorar, se sentía débil y expuesto, no se sentía capaz de mantener su expresión sería, se estaba quebrando de a poco, estaba frente al monstruo que le hizo sentir tan feliz y le dejo tan triste, le hubiera esperado toda su vida, aún cuando su último suspiro fuera mañana. Espero, espero, pero ¿Ya era viernes otra vez? Ja, que rápido pasaban las semanas, espera, ¿Ya es otro mes? ¡Oh no! Olvidó desayunar, y comer en general. Si, sus semanas se habían vuelto grises. Ahora tienen color. Agachó la cabeza, sus cuencas se sentían humedas y lágrimas se iban acumulando.
—No puedo. No puedo ser feliz Cery, lo intente, no creas que no lo hice, un par de veces pero no era lo mismo.
Y-yo te habría esperado toda mi vida si al final me abrazabas y prometida que todo estaría bi-bien, que cuidariamos de los niños y-y... Seríamos felices. —le habría perdonado, mil y un veces, si le prometía no volver a abandonarle otra vez así. Lo habría hecho, pero eso ya pasó hace ya bastante. Ahora cambio, para bien o para mal, no quería tener un romance, tenía miedo de ser abandonado otra vez, con una familia destrozada y el alma hecha trizas.
—nunca volviste, hasta ahora, que yo te "secuestré" —con amarga gracia rio, derramando lágrimas oscuras de tinta, mejor... Mejor lo dejaba ir ya, tenía que ir a ver a sus hijos.
—puedes irte ya si lo deseas... Necesito un respiró. —lo soltó de sus hilos, dejándole libre, no se molestó en secar sus lágrimas, ya se había humillado demasiado en el pasado, ya lo quería nada, no necesitaba nada, quizás un abrazo, una disculpa, una pequeña esperanza de que volvería a sentirse completo, y no roto.
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