Ahh 9

¿Quién se imaginaria que aquello podría escalar tan rápido? Sólo basto una simple petición para llegar a eso, una a la que no pudo resistirse. Pues parecía tan inocente y pura, sin malicia alguna, solo con el único propósito de volver a sentir tan bella experiencia. Podía culparlo sin miedo, al fin de al cabo todo comenzó por el mayor y su irresistible sonrisa. Que bien y mal le hacía estar así, bien por el cariño de los gestos que se deban, en forma de tiernos besos, mal por... Otras cosas no muy puras. La escena que tanto le causaba gracia momentos antes, ahora se la estaba jugando. Estuvo bien reírse y tal, pero que por su mente no pasarán otras cosas que no sea contenido sugestivo, ah, eso estaba mal. No negaría que más de una vez sintió "curiosidad" de saber lo que era estar "así". Dos amantes compartiendo en la más absoluta intimidad, un amor ardiente y pasional, a veces meramente por la atracción física, y otras por ese sentimiento tan anhelado, llamado amor. Las caricias subidas de tono, los besos que aumentaban su intensidad, el cuerpo del ajeno encima del propio y esos sonidos tan obscenos que denotaban placer. Una pasión carnal que cada vez deseaba más experimentar, todas esas sensaciones que leía, la variedad de posiciones que existían y las lágrimas que en ciertas ocasiones se podían observar. No era por masoquismo, creía, pero si por curiosidad. Esa mezcla entre placer y dolor le llamaba genuinamente la atención, ¿y como no? Con la cantidad de obras que usaban ese recurso. Sin avisar, siguió con aquel beso, intensificandolo de poco a poco. Hacíandolo más dinámico antes de meter su lengua, y así lo hizo, en un descuido donde vio la oportunidad. El lío de su cabeza no se había quedado sólo ahí, ya se estaba empezando a notar por fuera, como empezaba a verse un contorno púrpura recubriendo sus huesos. Todavía podría pasar desapercibido, pero no por mucho tiempo, en especial el tener agarrado de esa forma al mayor. No debería tardar en darse cuenta de lo que estaba pasando, eso sí que se podría malinterpretar demasiado. Pero ¡no será solo él! No pasaría por tal vergüenza solo, si el mayor se encontrará en las mismas sería todo mucho más fácil. Subió su mano hasta el pecho ajeno, tocando un poco este y haciendo un pequeño recorrido de ahí hasta lo que vendría siendo su cintura. ¿Seguir bajando? Era una opción, pero denle algo de paciencia, es la primera vez que intenta provocar a alguien. Ya estaba con tocamientos subidos de tono, su primer beso de lengua y sus piernas empujando al mayor a tocar cierta parte prohibida que comenzaba a formarse. Demasiadas cosas en tan poco tiempo.

No tuvo más remedio que salir corriendo del aula, su amigo ni se molestaba en disimular su huida, suspiro pesadamente, ni tiempo le dio para guardar bien sus cosas en la mochila. Se apresuró en recorrer el largo pasillo, podía escuchar cada vez las risas del mayor más cerca. Quizá pueda alcanzarle en las escaleras, y así parecía la verdad, estaba bajando los escalones de dos en dos con tal de llegar donde Iris. Pero debería haber prestado más atención por donde pisaba, al bajar de esa forma las escaleras, le hizo resbalar y caer por esta. Por suerte, estaba en los últimos escalones por lo que el daño fue el mínimo, lo que no evitó que se lastimara un poco la rodilla. Todo pasó tan rápido, fue una descarga de adrenalina lo que sintió antes de impactar de mala forma contra el suelo, si que se podía observar ese curioso momento donde ves tu final a cámara lenta. Pero en su caso, era el final de la escalera.

No faltaría mucho para llegar a esta, quizá un par de metros más. Oh Issei~ no sabes la que te espera, y así tendrías que quedarte, esperando. Pues un ruido y algunas quejas le hizo darse la vuelta, tenía un buen oído, y algo que podría pasar desapercibido por la distancia para él no lo hacía. En cuanto visualizo lo que pasaba salió corriendo en su dirección. ¡Mocca se había caído! ¡Ahhh! Estaba en el suelo, sobandose la rodilla ¡y encima vestía con falda! La ropa no debió haber amortiguado nada la caída. Una vez con el menor se puso de rodillas para quedar a su altura.
—Mocca ¿Como te has caído? ¿Te duele mucho? Deberías haber tenido más cuidado, déjame ver tu rodilla. —se le notaba la preocupación, ¿y como no? Apreciaba y quería mucho a sus amigos, no se alegraría de que estos estuvieran cayéndose por ahí, o de que algo malo les pase. Al parecer el menor estaba bien, fue más un raspón con algo se sangre, pero podía moverse y más de eso no le nada más, quizá un poco el codo pues también cayó con este. Y ahí la situación era la misma, un raspón con algo de sangre. Siguió revisando el cuerpo del amante felino, por si acaso, no vaya a ser que tenga otro o peor ¡que se haya fracturado algo! Luego de terminar lo suyo con las extremidades del menor, siguió si cráneo. Con lo delicado que podía ser éste, si tuviera una fractura sería horrible. Pero por suerte estaba bien, no tenía nada más, algo de polvo y suciedad si, pero nada más.


Ah, si, eso era lo que ansiaba experimentar pero no sabía. Tímidamente movía su lengua contra la ajena, en roces pequeños y suaves, como un tanteó inicial probando cómo se sentía aquello. Cada pequeño roce le dejaba un estremecer recorriendo su columna, y una curiosidad más hambrienta que antes, necesitaba probar un poco más, aquel extraño gusto en su boca era agradable, como una dulce golosina que no podía dejar de comer, era adictivo diría. Sus lenguas se movían torpes, inexpertos. Sería el primer beso que daba de esa forma, en un solo día estaba experimentando tantas nuevas sensaciones y todas por culpa de un solo monstruo, su amigo le tenía la cabeza hecha un lío con pensamientos raros y deseos curioso. Sentía como su magia iba por todo su cuerpo, preparándose para la formación de su ecto-cuerpo, lo sabía reconocer, era lo mismo que sucedía cuando estaba en celo, solo que ahora no había incomodidad. Y tenía un genuino interés por ver hasta donde su contrario planeaba llegar con esas muestras de afecto, pues como su amigo, le seguiría e imitaria lo mejor posible para complacerle. Apego sus cuerpo un poco más, necesitaba sentir ese calor que el cuerpo agendo le daba, sin importar lo algo incómoda que era esa posición, con el trasero ajeno chocando contra su pelvis, y las piernas ajenas apretando un poco su cadera, era extraño, pero ese sentir en su alma le estaba haciendo emocionar. Se tomó unos momentos con calma, suspirando, pudo sentir algo más suave chocar contra su cuerpo, ¿Acaso su menor... Había formado su ecto-cuerpo? Una vez más algo suave, al parecer no era el único con ese pequeño problema de magia descontrolada, al menos la suya aún estaba a raya con eso.
Con lentitud se aparto del beso, dejando un hilo de saliva uniendo sus bocas, ah, perdió el aliento con ese gesto de afecto.
—M-me gusto ese beso. Se sintió muy bien. —era una sutil petición de más, un pequeño jadeo se le escapó de la boca, al sentir esas caricias bajar por su cuerpo, no sabía que planeaba su amigo, pero le estaba gustando, hacia que su alma latiera tan rápido y algo similar a cosquillas bajará por su columna hasta su pelvis, ya iba teniendo un pequeño gran problema por culpa de esos estímulos tan buenos y extraños; empezaba a sentirse caliente y a sentir como su cuerpo de magia se formaba, lento, pero ya se podía notar la membrana de magia que daba forma a una figura algo delgada pero con esos ciertos rasgos masculinos e infantiles. Era aún un puberto en desarrollo, su cuerpo es un claro reflejo de ello y para si desgracia, también un relfejo de lo que iba sintiendo, ¿Placer? ¿Exitacion? ¿O solo era emoción por esos besos? No estaba seguro, pero quería averiguarlo. Solo un par de respiraciones después, atrapó nuevamente la boca ajena con la suya, en un beso que con inocencia intentaba imitar el anterior, abriendo levemente su boca para dar paso a algo más, esperando recibirlo por parte de su ajeno. Uf, empezaba a hacer bastante calor.


Ahh~ tantas sensaciones nuevas recorriendo su cuerpo y esos leves espasmos que le provocaban, como le gustaba eso. Aquel beso que compartían le estaba haciendo desear más, puede que no fuera como leyó en los mahwas, sin tanta lujuria en su ser. Pero no le disgustaba ni nada parecido, todo lo contrario, para ser el primero de ese calibre estaba muy bien. Con ciertas limitaciones por la inexperiencia y el pudor que podría llegar a causar. Después de todo, ellos decidían como debía de ser. Si querían aumentar la intensidad ya verán como se las arreglaran, aunque su idea de aumentar la intensidad no era la que se podría esperar. El calor llegaba a su cuerpo en formación, llegando a adueñarse de ese y de cierta parte en su cabeza. Estar de esa forma con el mayor le superaba, sentiendo el cuerpo ajeno contra el suyo. Al parecer estaba consiguiendo lo que pretendía, pues la sensación era blanda al tacto, el mayor debería estar en las misma que él. Esa idea le quitaba la vergüenza que podía sentir de que solo estuviera el suyo formándose. Que ambos estuvieran en ello no era tan malo, sobretodo por la cercanía que compartían. Sintiendo tan cerca al mayor, un poco más de tiempo y ya podría sentir otra cosa chocando contra su inocencia. Ah, que pensamientos tan impuros tenía, si que se le estaba subiendo el calor a la cabeza. Quizá pueda impedirlo, pero no por el momento. Le gustaba esa sensación, ese leve rozamiento de cuerpos en formación. Oh dios, cuanto más le prestaba atención peor se le hacia ignorarlo. Sólo de ser consciente en cómo es que estaban ahh~, Nuit estaba entre sus piernas, rozando descaradamente una parte supuestamente "prohibida". Mientras que él, solo le empujaba a que siguiera, su ecto-cuerpo casi se había formado del todo y cuando eso pasara la sensibilidad en este aumentaría. Tan poco faltaba para eso, que impaciente se encontraba, mejor iba preparando todo mejor. Soltó la cadera del mayor, lo necesitaba más cerca de eso por lo que pasó sus piernas por encima de esta. Apegandolo de golpe a su cuerpo.
—Lo se~. —¿sólo bien? Oh no, cariño~ se se sintió como una fantasía hecha realidad. Tan anhelada que quería más de ello sin importar lo adictivo que fuera. Sólo ellos dos compartiendo esos gestos, y pensamientos lujuriosos que uno tenía. Su boca fue nuevamente atrapa por la de su mayor, un beso parecido al otro, pero la iniciativa fue tomada por el bando contrario. Que lindo~ ya ni pregunto por uno más, simplemente lo tomó como si fuera suyo. Bien, pues no se lo negaría, dejó los tocamientos de lado, para usar sus brazos en acercar más al contrario. Sin intentar distraerse mucho del beso, un poco complicado teniendo en cuenta lo que sus piernas hacían. Tan descarado de su parte que le encantaba. No sabría como describirlo, simplemente le gustaba, sentirse de esa forma con el que era un amigo más. Si que estaba perdido, y ni sabía bien en que. Muchas sensaciones nuevas para un puberto, pero tan buenas y adictivas que no importaba la inexperiencia. Podían aprender juntos y eso era lo que importaba. Si Nuit estaba dispuesto, hasta podrían experimentar cosas de adultos~. Jajaja, si que estaba caliente, maldita perra promiscua ¿como no dejar pasar una oportunidad así? Oh, y sus razones aumentaban. Ya se había formado su ecto-cuerpo, justo lo que necesitaba para detenerse, que su sensibilidad aumentará. Oh vamos, si ni siquiera la suave brisa que entraba por la ventana conseguía que se relajará un poco. Hasta se atrevería a decir que era lo contrario, tan expuesto se sentía que lo adoraba. Pidiendo más guerra con su ecto-cuerpo ya formado, tan sensible al tacto y bien formado. Pese a tener que desarrollarse del todo, se podían ver ciertas características femeninas. La cintura más marcada, una cadera un tanto ancha y unos músculos no propios de un chico, quizá por eso le quedaban tan bien los vestidos. Si es que todo le quedaba bien, tenía el suficiente potencial como para ponerse cualquier tipo de ropa y lucirla como debía.

Bueno, al menos Iris había vuelto y no lo abandono a su suerte. Eso estaba bien, dejó que le revisará, estaba bastante tranquilo como para haberse caído hace unos minutos. Pero la caída no dolió tanto pese a lo que pudiera parecer, y lo intentaría aparentar, si es que eso conseguía tranquilizar a su amigo. Él sí que se vía alterado, lo dejó terminar sin mucho que hacer, tan solo esperar y escuchar la preocupada voz del ajeno.
—Estoy bien, no me paso nada. —el mayor termino de revisarlo, quedándose más tranquilo, pero sabía que no del todo. La poca sangre que había era suficiente como para que siguiera preocupado por él. Pasó su mano por el cráneo de su amigo, acariciando este con delicadeza y ternura. Se le había pegado esa extraña costumbre, le gustaba estar así con su pareja, por el sonido tan curioso que este emitía. Y como transmitía calma y tranquilidad comenzó también a ponerlo en práctica con sus amigos. Obteniendo diferentes resultado, bastantes graciosos a su parecer. Sobre todo por como reaccionaba Iris, dado la impresión de ser un niño al que estaban consolado.

—Bueno, si tú lo dices.. —no estaba seguro de que esa afirmación fuera cierta. Seguro que le estaba mintiendo para que dejara de preocuparse, además que no sabía de a qué altura había caído el menor. ¿Y si fue desde le primer escalón? Debió ser una caída bastante dura ¿como es que solo se había hecho unos simples raspones? O a lo mejor no reviso lo suficientemente bien, ¡igual se habla roto una costilla y todo! ¡Sería desastroso! Debía revisar mejor a su amigo. Puede que parezca un tanto exagerado, pero necesitaba asegurarse bien. Además de ser el mejor momento para poner en práctica su nueva habilidad. ¡Se estaba preocupando por algo! Puede que no de la mejor manera, pero ¡eh! Era un gran avance con su estudio de las emociones y debía sentirse orgulloso de aquello. Estaba apunto de volver a revisar al menor cuando sintió la mano ajena sobre su cráneo. Bastante cálida y reconfortante pese a ser la magia del hilo la que controlaba este.
—Esta bien, te creo. —se acerco un poco más al menor para abrazarlo. Se estaba bien así y todavía podía vigilar que Issei no huya pues se encontraban en medio de la escalera. La única salida de aquella planta.

A veces si que era un verdadero fastidio ser la más pequeña de sus amigos. Siempre tenía que subir las escaleras y llegaba a cansar. Por suerte decidieron algo para evitar que subiera todos los día, dependiendo de que día era. Todo debían reunirse en una de sus aulas, se supone que los se esperarán afuera de estas. Ya estando todos juntos irían por ahí o se quedarían en la misma. Que bien que tocará la de su hermano ese día y no la de los otros tres. Le tocaba subir una planta y eso lo podría soportar, no dos ni tres, una solo planta. Ni tan mal, pero mejor era quedarse fuera de su salón esperando a sus amigos. Ya casi estaba al final de esta, pudiendo observar como había una cosa extraña en su camino, a medida que avanzaba más, aquello tomaba forma. No era un cosa, eran dos cosas abrazadose.
—Amm.. ¿Qué hacéis ahí abrazados? —¿y es par que hacia tirado en suelo? Seguro que la habían liado y terminaron así, o algo parecido, pues Mocca solo acariciaba sus cabezas cuando trataba de calmarlos. Y ahora Iris estaba recibiendo esos mimos por parte de su mayor.




Esos suaves pero insistente choques entre sus cuerpos se sentían bien, era un estímulo nuevo como curioso, le hacía estremecer levemente por cada tocamientos inapropiado. Soltaba pequeños jadeos en el beso, le gustaba, que eso sea algo que entre ellos nada más compartieran, ese pequeño egoísmo suyo no se podía evitar, aveces es un poco posesivo con sus amigos, temía a la posible situación de perderlos por su incompetencia. Ahora el tacto era suave y algo firme, con ese cambio que hizo si menor en la posición, su pelvis chocaba directamente contra el relleno trasero de su menor, en un vaiven leve, pero que calentaba su cuerpo, ya estaba casi totalmente formado, solo faltaba la zona genital, lo que causaba cierta confusión y tardanza en ese proceso era el propio sentir de Nuit, ¿Chico o chica? ¿Pene o vagina? Ser un esqueleto sin un género definido en sus genitales muchas veces trae esos pequeños problemas, el como se siente el el momento suele ser muy importante cuando la magia se desviaba a la creación del ecto-cuerpo. Pero lentamente esa decisión se tomó por si sola por los estímulos y pequeños golpesitos en su pelvis, la sensibilidad aumento y la necesidad también, movió su cadera en roces suaves, ya no más choquesitos al azar, era algo más constantes, rozando su formado genital masculino contra el cuerpo de Issei, se sentía tan suave, como una blanda nube que cosquilleaba en su vientre bajo. El dulce de su sabor era atrapante, dulce y relajante, como una cuchara de miel, un sabor natural y adictivo, Issei se estaba convirtiendo lentamente en ese algo que parecía su cuerpo necesitar, el calor que juntos tenían tenían le hacía derretir su alma, pese a su magia ser de Hielo, se derretia por ese chico. Tantas cosas nuevas en poco tiempo, ¿Que será ese sentir tan bueno? Que alteraba su alma haciéndola saltal y derretir en su pecho, inundando su cabeza con imágenes poco puras y una nueva necesidad desbloqueada en su cuerpo, jamás pensó que eso llegaría a sentirlo o que era exactamemte, ¿Exitacion? ¿O solo placer por las caricias? No estaba seguro. Issei estaba haciendo un desatre de su cabeza, despertando ese pequeño instinto que se reprimía dentro de su cabeza y ahora ahogaba en lujuria. Era como estar en celo, el mismo calor, la misma necesidad de tacto en su intimidad, solo que sin el intenso abrumador que le dominaba y obligaba a comportarse como un animal al no saber controlarlo bien. Curioso por como se sentiría, una de sus manos fueron paseándose sin descaro por el torso de su menor, pasando por su pecho, y llegó hacia su diminuta cintura, como una chica, se preguntaba si lo que habría entre sus piernas sería igual. Jamás de habría imaginado que el cuerpo de su amigo era así de... Atractivo. Pero que se podía esperar, con el autoestima de Issei, algo de razón le daba para amar tanto su propio cuerpo y vestir ropas ajustadas al hueso. Debía de admitir que bajar más su mano le tenía asustado y curiosos, estaba en sus anchas caderas pero no de atrevía a más, ya la falda que traía su amigo se había levantado lo suficiente como para poder aclarara sus dudas. Con sus falanges levantó un poco más la falta. No sé estaba sintiendo tan culpable por ello, de hecho, ahora era un poco más sencillo rozar sus cuerpo de esa forma tan poco decente. Ojalá nadie entre al salón, debía de dar demasiadas explicaciones si eso ocurría y ni hablar de las excusas a su padre, ¿Cómo le podría decir que ellos dos solo eran dos amigos compartiendo un momento intimo y para nada extraño? ¡Sería tan complicado! Y como decir después... Que quería tanto los besos de ese chico, besarlo se sentía tan mágico y hermoso, que no repetirlo sería una tontería y una oportunidad desaprovechada, quería experimentar tantas cosas con él, que Issie le guiará en lo desconocido y le besara tantas besara tantas veces como quisiera, que tomara todo lo que quisiera que su afecto es solo para él cuando lo pida y necesite.
Ah, ¿Quien lo diría? Que besar a uno de sus amigos le haría descubrir todo un universo de sensaciones y placeres que pensó muertos, se sentía especial, no como juguete o muñeca a la cual podrían lastimar una y otra y otra vez hasta romperle. Se sentía seguro junto a su menor, él no rompería su frágil alma, ¿Cierto? Como amigos, le cuidaría.




Mira por dónde, la perrita consiguió su tan anhelado objetivo~. Y lo estaba disfrutando como nunca, sin miedo de jadear ante tales estímulos, que poca vergüenza tenía, seguramente si pudiera ya estaría gimiendo y pidiendo por más. Como si no estuviera en su salón de clases, sin importarle la corta edad que tenía para hacer esos actos obscenos y lo mejor de todo, entregando su inocencia al compañero de clases con el que tonteaba como una maldita colegiala enamorada. Que bien se sentía el miembro del mayor rozando contra tu entrada ¿no? Lo expuesto que te hacía  sentir aquellas descaradas caricias. Ese vuelco de corazón al ser tu falda levantada, ahh~ siempre igual~. Encontrando placer en que te denominen, aparentando ser superior a los demás, pero por dentro solo esperando a que esa persona llegue y te marque como suyo. Se notaba demasiado pese a que no lo admitiera, las búsquedas que hacía en la intimidad, su tonto capricho con un alumno de varios cursos mayores y ahora esto. Incitando a su mayor a sobrepasar tantas líneas, excitandole solo para sentir tu placer tan deseado. Lo que una simple petición había ocasionado, sería un tierno recuerdo si la hubiera pedido a la persona adecuada, pero nop~ tuvo que pedírselo a la perra de su curso. Que bien le quedaba ese mote ¿cierto? Tantas oscuras pasiones que guarda en su interior, sin mostrarlas solo por conservar su imagen. Pero ya no, el mayor era una persona especial para él, pese a la actitud que parecía tener. No solía coquetear tan a menudo con otros alumnos. Sólo si veía algo interesante en ellos, y mira por donde, Nuit tuvo ese interés que le atrajo a comportarse de esa forma con él.
—Esto me e-encanta~. ¿Podríamos repetirlo~? —se tomó una pequeña pausa con el beso que compartían, necesitaba pedir esa petición antes de volver a juntar sus bocas. Además que necesitaba respirar un poco, sus actos tan intensos le dejaban sin aire y era esencial recuperarse eso. Pero a recuperarlo mucho no duraba, se iban con esos obscenos jadeos, repimiendo el ser otra cosa. Pronto comenzó el vaivén de su cadera, a la par de la del ajeno, no se quedaría atrás. Intentaría que aquello fuera tan gratificante para su mayor como lo estaba siendo para él, frotando su parte trasera con descaro contra ese bulto que tanto espero sentir. Sus piernas también era una buena ayuda, impidiendo que sus cuerpos fueran separados por el movimiento, convirtiendolo si cabe en uno más intenso. Necesitaba más de aquello, ahh~ que su cuerpo se estremeciera ante tal contacto y que sus cuencas suelten ese transparente líquido que denotaba dolor. Sentir como su inocencia era tomada lentamente por aquel esqueleto. ¿Y si no llegaba a pasar hoy? No habría problema, tendían otro momento para seguir, muchas oportunidades más. Pero ya lo tenía claro, quería hacerlo con Nuit, que este fuera su primera experiencia en todo. Tan invadido lo tenía la lujuria, que en su mente sólo estaba el mayor presente, protagonizando con él tantas fantasías impura que llegó a tener alguna vez. Lo que su amigo le provocaba no era normal, primero haciendo derretir su alma con aquellas lindas palabras y gestos tan románticos y ahora lo que se derretia por él era otra cosa. Todo gracias a una caída cliché.

Oh, ya había llegado Sora. Genial, ya podrían ir todos a buscar al pequeño. Que según Iris, debía seguir en su aula, pues llegó lo más rápido que pudo y no lo vio salir de ahí.
—Nada importante. Venga Iris, vamos todos a por Issei. —se levantó del suelo con cierto grado de dificultad. No era por la caída, más bien era por otro elemento externo a él. Aquel intento de artista no ponía de su parte para levantarse del suelo, en realidad, hacia todo lo contrario. Nada más perjudicandole en el proceso, pero bueno, como buenamente pudo, consiguió levantarse y quitarse de encima a la lapa del mayor.
—Vamos. — comenzó a caminar tranquilamente, a la misma altura que la única fémina. Pues Iris estaba haciendo otra vez de las suyas, Adelantándose nuevamente para ser el primero en llegará al salón, tampoco había mucha distancia entre ellos, la suficiente como para presumir de quien llegó antes. El largo a camino se hizo bastante ameno, ese pasillo si era largo y su destino estaba casi al final de este. Por lo que si podría sus buenos pasos, algo que ya supero el mayor.

Por fin estaba delante, sus preguntas debían ser respondidas. No aguantaría mucho tiempo así y lo único que les separaba de sus tan ansiadas respuestas era una simple puerta corredera. Mocca y Sora ya se estaban acercando, así que podría hacer los honores tranquilamente. Deslizó cuidadosamente aquel impedimento, en verdad tuvo cuidado a la hora de abrir, intentado hacer el mínimo ruido que se le fuera permitido. Con un poco de suerte el menor estaría distraído y podría asustarle fácilmente con un ataque sorpresa por la espalda. Avanzó un par de pasos dentro sin esperarse encontrar con aquella "escena". Oh dios, eso era demasiado para él ¿en que momento? ¿Cuando tuvieron tiempo? ¿Qué significaba eso? ¿Acaso por fin lo acepto de pareja? Demasiadas preguntas en tan poco tiempo, si así estaba él. Que deseaba con toda su alma que ese par saliera, no sería bueno que los vea Mocca y Sora. Se dio la vuelta para cerrar la puerta antes de que estos llegarán, pero, tan solo iba adelantado un par de pasos. El resto del grupo llegó enseguida, encontrándose con la misma escena que él.

Y ella era la pequeña ¿no? Porque ese puesto se lo arrebataria Iris una y mil veces. Ya había llegado y entrado al salón de su hermano, unos pocos pasos más podría abrazarlo tranquilamente. Mocca y ella avanzaron entrando en este. El mayor estaba delante de ellos, parecía que quería salir o hacer otra cosa, porque no estaba en la dirección adecuada. Irirs y sus extrañas cosas, por su parte iría de una vez a saludar a su her-... ¿mano?.. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Porque un extraño se encontraba encima de él? Ese movimiento.. Esa pose.. Como sea lo que estaba pensando, alguien no saldría vivo del salón.
—¡Tú! ¿¡Que te crees que haces con mi hermano maldito bastardo!? —estaba realmente enfadada, no sabía el contexto de la escena pero no le hacía falta tenerlo para hacerse una idea de lo que podría haber pasado. Se estaba acercando peligrosamente a ese par, de avecinaba una fuerte pelea, de no ser por Mocca. ¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?
—¡Sueltame! ¡Voy a matarlo! —el mayor la había agarrado de los brazos, impidiendo a sí su avance. ¿Pero que estaba pasando? Ahg, da igual, todavía le quedaba un as bajo la manga. Pequeñas serpientes comenzaron a formarse en su interior, compuestas nada más que de humo. ¿Qué no serviría para atacar? Ja, bastaba una pequeña mordida para inyectar el veneno que guardaban en su interior, lo único malo es que no sabía bien cual era venenosa y cual no. Estas comenzaron a bajar por sus piernas siendo imperceptibles a simple vista. Burlando fácilmente a Iris, el cual se encontraba delate de ella. Un poco más y podría envenenar a ese bastardo.

—¡Sora! ¡Tranquilizate, mierda! Esto es ir demasiado lejos. —al escuchar tal grito pudo reaccionar a tiempo. Por suerte Mocca actuó rápido, dejándole el margen suficiente como para quitarse al mayor de encima y protegerlo de cualquier posible serpiente. Lamentablemente no tuvo tiempo para crear tantas que contrarestasen a las de su hermana. Lo que provocó que se llevara varios mordiscos de estas. Oh mierda, esa era venenosa, ahg, que sensación tan desagradable. No sólo le habían quedado esas marcas, ahora también tenía que procesar el veneno. Genial, ¿que? Ah si, aparte de eso, se encontraba bien. Su hermana y él tenían habilidades parecidas, ambos podían crear serpientes de humo y como era de esperar, eran inmunes a su veneno.






Ese sentimiento parecía ser el mejor que habría experimentando jamás, ese sentimiento movía su alma de un lugar al otro, derritiendole, como hielo en verano, dejándose entibiar por el dulce calor del sol, estaba tan cerca del sol que quemaba, Issei es como un sol brillante en ocasiones, como en otras es una nube pesada y algo coqueta, su pobre alma es solo un cubo de hielo frente a las acciones de su amigo. Le tenía atrapado entre sus manos y no pudo evitarlo, simplemente paso y ni cuenta se dió de ello como para evitarlo, no buscaba ver en sucios juegos una vez más, pero ya entrego su alma a ese juego, salir herido parecía casi imposible estando con alguien de confianza, su amigo, cuidaría de sus sentimientos, ¿No? Le cuidaría ya que eso hacen las amistades, y él cuidaría de Issei, no podría lastimarle nunca, eso estaría en contra de todo lo que cree respecto a las relaciones afectivas, y aún sigue aprendiendo sobre ellas, como que ahí relaciones más fuertes que otras en las que besarse está bien, y hacer eso, tocamientos poco apropiados también estaban permitidos, porque la confianza entre ellos era especial de alguna forma. Esa era la única explicación que le hayaba el pobre u confundió chico, ah qué pena por él, no sabe que son las hormonas que permiten que esa situación avance más y más, no son sentimientos los que ahí, son solo las ganas de follar y calmar el calor tan abrumador que recorre su cuerpo. Porque Nuit es el único que le da vueltas al asunto pensando en amor, pobre idiota, ¿Acaso piensa ser querido como él hace? Así no funcionan las relaciones, vive en una farsa para no herir más su pobre estabilidad, y no romper el llanto ante el recuerdo, su cuerpo ya no soporta más daño y su alma no aguantaría las trozos arrancados, todo hecho por un amigo de confianza a quien amo, el amor es para débiles que caen fácil, Nuit es débil. Solo toca que el pobre cervatillo aprenda la lección esta vez, que en el amor es un juego con trampas, y que perder es su destinó. No volverá a apostar con su alma nunca más. La escena era erótica y caliente, ambos cuerpos adolescentes rozándose entre si ansiosos de más, queriendo deshacerse de las molestas ropas para tener algo más directo. Querían más, necesitaban de ello. El calor en sus cuerpos les superaban, la lujuria era demasiada para el inocente mayor que solo se guiaba por el instinto. Chocando su semi-duro miembro contra la entrada de su menor, siendo la ropa lo único que se interponia en que eso escalará a mayores, la ropa y la moral, estaban en el maldito salón de clases y las ganas de tener sexo les dominaron, ser vistos no les podría detener. O quizás si...
—A-mgh~ S-si, podemos, se siente tan bien Issei~ —suspiraba repetidas veces, dando pequeñas bocanadas de aire, ese último beso le dejo jadeando, sin detener el movimiento intimo entre sus cuerpos, lo estaban disfrutando, ¿Que mejor? Estaba haciendo algo que a su amigo le gustará y que el también disfrutaba, ¿Cómo no querer hacerlo más de una vez? Creía que solo serían caricias y roces los que habría, tocamientos más haya parecían cosa de pareja en su opinión, pero no vendría nada mal probarlos con alguien de confianza, a quien quisiera y tuviera un cariño especial, haría sentir a Issei especial cada primera vez de algo nuevo, porque le quería, y ser complaciente es su especialidad personal, es adaptable, puede aprender rápido y poner en práctica ni bien lo requiera. Aprendió a ser sumiso, a la mala, pero antes no lo era, ¿O si? Ese calor le tenía en confusión, solo quería más. Pensar y divagar sería cosa de después. Estaba tan emocionado por continuar más haya de lo que podría imaginar.
Pero la puerta fue abierta, el leve sonido no fue perceptible. Invitados no deseados veían la escena. Hasta que un fuerte insultos le hizo helar la sangre, mierda... Su cara era todo un poema, dónde la desesperación y la vergüenza se combinaban con el pánico, habían sido descubiertos, y peor aún, ambos con las ecto-cuerpos presentes, rozándose de esa forma tan poco pura, ¡Que vergüenza! Intento incorporarse en la situación, acomodando las ropas de su amigo bajo él, cubriendo con la falda el bulto entre sus ropas, intento alejarse o al menos disimular pero el pavor le tenía quieto, oh dios, ¡Oh dios! Sabia que no debió de pedir ese beso en primer lugar, todo eso le estaba superando. Al menos su menor reacciono a tiempo, pidiendo evitar una posible desgracia, le quito de encima dejándole en el suelo detrás de él, tuvo la oportunidad de acomodar sus ropas cómo se debía. Y ciertamente le preocupo oír un quejido por parte de su menor, de apresuró a tomar su hombro para llamar su atención.
—¿Estás bien Issei? ¿N-necesitas ir a la enfermería? —sugirio a lo bajo, podía sentir esa fuerte mirada molesta sobre él al tocar a su menor. Que desastre se estaba provocando, solo esperaba que ningún maestro llegase por el escandalo o que llegara a enterarse, serían demasiadas explicaciones las que debería, y ya con tener a los amigos de Issei frente a él, ya sentía demasiado presión, y el instinto de huida le hacía temblar, debía salir de ahí antes de que todo se ponga peor pero se llevaría a Issei con él, no podría dejarle solo a su suerte con esos chicos que se veían algo agresivos, más la chica de llevaban el premio al ser la más intimidante, si tan solo... Tuviera su hacha en mano, al menos podría hacerles frente pero lamentablemente no tenía la oportunidad de atacar en un lugar así o se vendría una expulsión inmediata de esa escuela de tanto prestigio entre los pobladores de la zona. Cobarde y temeroso chico de hielo, que teme atacar aún cuando su vida corre peligro, consecuencias de tener un alma aún pura y creyendo en la bondad de otros, su alma moriría tarde o temprano a costa de ello, era su pequeña desgracia, creer que aún las personas más crueles pueden ser buenas, quien diría que en otro contexto y situación habría atacado sin dudar a esos otros alumnos, pero no estaban en Horrortale, no podía hacer eso sin ser visto como una maldita amenaza para todos, el mundo normal es tan distinto a su realidad de diario vivir, dónde cada día es una lucha para comer. Soltó un suspiro helado, necesitaba relajarse, se sentía como la presa frente a un grupo grande de depredadores asesinos y poderosos. ¡Quería huir juntos a Issei! Esconderse de esos amigos de su menor por lo peligrosos que podían llegar a ser. La chica en verdad parecía querer matarle en ese instante, no entendía porque, él solo hizo lo que Issei le pedía y parecía necesitar de él.




¿Porque justo ese día? Mira que había otros y bastantes buenos, pero no. Ese era el día que les tocaban reunirse en su aula. Ahg ¿¡cómo lo pudo olvidar!? Si tan solo no lo hubiera hecho no tendrían que estar en esa situación tan incómoda. Que mierda, con lo que estaba disfrutando de la compañía de Nuit. Podrían haber avanzado tanto, experimentar nuevas cosas y alcanzar el cielo con su ayuda, pero no. Aquello no se les fue permitido al parecer, mira que quería a sus amigos. Los apreciaba y daría todo por ellos, pero que tuvieran que entrar de tal forma, destruyendo la tan hermosa fantasía que construía con el mayor. Eso le enfadaba, sabía que no era su culpa, pero no podía evitarlo. Le privaron de tal grande oportunidad y no podía actuar como si nada. En especial con su hermana queriendo acabar con aquel esqueleto, ahí se había pasado. Esa inconsciente, ¿que hubiera pasado si no recibía el ataque en vez del mayor? Fácil, la menor se ganaría una expulsión y seguramente una denuncia. Aquel veneno que guardaban sus serpientes era potente, bastaba una mínima cantidad para matar a un adulto. Imagínate a alguien en pleno desarrollo, una muerte más a su espalda. Y con testigos, eso no hubiera terminado bien de ninguna forma. Se estremeció levemente ante tal contacto, seguía sensible y con ganas de más. Pero podía pasar fácilmente desapercibido gracias a la falda. Al ser esta suelta y no tan pegada al cuerpo, su problema no se notaba a simple vista.
—Estoy bien Nuit, no te preocupes por eso. —se volteo un poco para ver al mayor, quería asegurarse de que este también estuviera bien y por lo que podía ver a simple vista así era. No parecía tener heridas ni ninguna mordida. Menos que actúa rápido, el mayor estaba bien respecto a ese tema, pero parecía realmente asustado. Normal, el pobre chico se llevó un susto de muerte, eso le hacía sentir un poco mal.
—Lo siento por el susto de antes, a veces puede llegar a ser demasiado sobreprotectora. —Su hermana se había pasado, ya le tocaría disculparse después con él. Le dio un pequeño beso, quería calmarlo y que no pareciera al borde de la muerte. Aquello fue lo único que se le ocurrió, pero un grito más le hizo voltearse. Este ya no pertenecía a la menor, en realidad pertenecía al mayor de los presentes.

Ahí estaban, los dos intentado calmar la menor. Vaya que para ser pequeña tenía fuerza, les estaba costando más de lo que esperaban. Y como vuelva a usar otro ataque sorpresa lo tenían claro, las serpientes de hace rato fue un truco inesperado, por suerte Issei se dio cuanta de ello y actúo. Como se notan que son hermanos, predicendo las acciones del otro y evitando así posibles desastres. Y como buenos hermanos que eran, este también debía ayudarles a tranquilizarla, que no estaba siendo nada fácil. ¿De dónde sacaba tanta fuerza? Quizá era el poder amor la que se la daba, pero no lo entendía, había observado por un tiempo a ese esqueleto y parecía bastante inofensivo y servicial. ¿Por que reaccionaba de tal forma con Nuit? Igual era por porque no lo conocía tanto, pero vamos, solo mirarle. No está a haciendo nada malo, hasta se había quedado ahí.. Un fuerte chillido retumbo en todo el salón, pues no era de menos, fue testigo directo de aquel beso dado entre ambos esqueletos. La preocupación de que todo saliera bien abandono rápidamente su cuerpo, tomando su lugar una gran felicidad, que lo distrajo de su labor de contener a la bestia.
—¡Issei tiene novio! —fue lo único que alcanzó a gritar antes de que el otro mayor demandará su ayuda. Lástima que hiciera caso omiso a estas palabras, en su lugar, hizo todo lo contrario acercándose emocionado a los menores e invadiendoles su espacio privado.

¿Como que novio? Este Iris ya estaba haciendo de las suyas otra vez, si su hermano tuviera ella sería la primera en saberlo que para algo eran familia.
—¡No digas tonterías! A Issei ya le gusta otro esqueleto, si no fuera así ya lo sabría. —le enfadaba que el mayor insinuara tales cosas. Otra vez estaban sus ganas de buscarles pareja, eso era lo que hablaba y no la razón. ¿En qué se basaba para acusarles de eso? ¿En la escena de hace rato? Porque lo único que se podía ver ahí era un imbécil intentando forzar a su hermanito. Como Iris vuelva a decir algo de eso, no sólo mataría al extraño, también se le uniría él.






Se sentía tan indefenso y expuesto frente a esos desconocidos, aunque no lo eran tanto, solo los vio un par de veces cuando veía a Issei pasar cerca del salón o situaciones similares, todo a la distancia y mínimas palabras. Estaba con su ecto-cuerpo creado y su miembro erecto, que situación más embarazosa, ¿que se supone que diga frente a eso? Con suerte logro preguntarle a Issei sobre su actual estado, de le veía bien y sus palabras lograron calmar sus nervios, era tranquilizante, su voz, simplemente no oírla era maravilloso, no sabía que sucedía con él pero le gustaba, su alma era un lío de emociones distintas que iban de un lado a otro, con lo sensible que se hayaba por lo anterior, hasta ese pequeño susto le tenía ligeramente temblando. Como un ciervo asustado. Al parecer su padre atino al darle esa caperuza con diseño de cervatillo, no eran tan distintos en si, es igual de cobarde al estar en solitario, al menos así era en ese mundo donde no podía depender de su preciada hacha para defenderse ni usar su magia para atacar, una posible situación judicial era lo que menos necesitaba. Y menos aún los cargos de asesinato y canibalismo, que según sabía estaba penado por la ley en ese mundo, lamentablemente, con lo deliciosa que es la carne... Rasgar cada trozo crudo con los dientes o cocinarlo, preparar todo un festín con los corten indicados de carne, evitando cabeza, manos y pies, dios, le estaba dando algo de hambre ya de solo pensar en eso, no podía esperar para llegar a su casa y refugiarse en su padre, quizá no contándole todo lo que vivió ese día pero si el momento del ataque, evitando ciertos detalles. No para quedar como la victima, más bien no admitir que estaba haciendo algo tan obsceno con su amigo, al ver la reacción del grupo, pudo asumir que eso no era lo correcto pese a sentir lo contrario.
—Que bien, pensé que te habían lastimado. —pudo decir con cierto alivió, dándole una de sus mejores y tranquilas sonrisas, para devolverle ese cálido sentimiento de seguridad que le daba. Tan hermoso y perfecto, que le hacía olvidar por unos instantes lo que pasaba a su alrededor. No sé explicabas que era lo que sentía por su menor exactamente, pero tantas nuevas cosas solo le hacían pensar que su amistad es demasiado buena como para ser comprendida por los demás, es especial, ¿Cierto? Porque esa era la razón de todo ello. Aunque Issei guste de alguien más, pese a esos, le beso, gesto que normalmente se da entre parejas, descartaba la idea de que su ajeno estuviera traído hacia su persona, que decir, es un pequeño destrae en tanto sentidos, que verlo como un posible partido es una tontería, una estupidez grandísima.
—No te preocupes por eso. —Despues de todo el susto se lo llevaron ambos con ese grupo que llegó de la nada a interrumpir su momento.
Un pequeño beso más, un "Clank", ah, si cara debía estar de un intenso color carmín, sentía que ardía y como con vergüenza bajaba la vista, ante la vista de los otros debí de ser ridículo.
¡Espera! ¿Cómo que... Novios? ¿Novios? ¿E-en verdad parecían eso...?
Oh, que estúpido se sentía, tonto, tonto, ¿Cómo podía imaginarse algo así cuando la situación no lo ameritaba? Tantas cosas y nuevos problemas que le dejo complicada la cabeza, ¿Una cita? Ridículo, Issei gustaba de alguien más, alguien más competente. Se cubrió el rostro con ambas manos, temeroso de ver y oír más de esas fantasiosas ideas que no hacían más que facsinarles, la idea de tener un romance era hermosa pero duda a qué alguna vez en su vida tuviera la oportunidad detener Aldo así, era tan poco probable, con cierto esqueletos aún atormentandole en sus pesadillas, ser libre de amar parecía más un dulce sueño, tenía ser lastimado pero no por Issei, si no por otros, otros que de los que llegase a querer y desear tener una relación seria, porque si, su deseo hacia su menor es meramente amistoso. O quizás... No lo era del todo.








Pequeños chillidos se le sumaron al anterior, estaba presenciando una escena tan linda como única. ¿Quién diría que su pequeña diva podría llegar a enamorarse de nuevo? Abandonando de una vez ese maldito romance que daña su joven alma. Por fin sus esfuerzos dieron frutos, daba igual si lo negaba, estaba claro que entre ellos dos ocurría algo. Algo realmente hermoso y digno de admiración, oh por favor. La escena con la que se encontraron podría justificarse con la calentura de dos puertos, pero el proteger así a su pareja y ese lindo gesto de amor para tranquilizarlo. Eso no era propios de amigos, ni de los más cercanos, sólo de aquellos que llegaron a cruzar la línea de la amistad, encontrándose con la del amor. ¿Amantes? Quizá, a lo mejor por eso los vio juntos en la presentación de hace un par de horas, había tantas explicaciones para ello y decidió escoger la más fantaseosa. Que decir, aquel sentimiento tan misterio a su persona, era algo que anhelaba conseguir y aprender del el. Y como no tenía la oportunidad de sentir esas sensaciones, preferiría que sus amigos la sintieran por el, pues solo llegaba a ver el lado bueno del amor. Pese a la experiencia que vivió a través del menor, seguía pensando que lo que ocultaba ese sentimiento eran sólo cosas buenas, que las maldades ocasionadas por esta solo eran pasajeras. Pues al fin de al cabo todos tienen a su media naranja ¿verdad?.
—Aww, que lindos. Sabía que ustedes dos acabarían juntos algún día. —seguía con esa insistencia que tanto le caracterizaba, pues fantasear es su mayor pasión e ignoraba todo aquello que le decía lo contrario.
—Por fin te has olvidado de Rafer ¡estoy tan orgulloso de ti Issei! Te mereces a alguien que al menos sepa de tu existencia. —ya no había quien le para, estaba soltando todas las verdades, como si hubieran abierto un grifo sin ser conscientes. Pero el agua no se desperdicia y alguien tuvo que cerrarlo de una vez. Un golpe seco retumbo en el aula, callando de una vez al mayor. Este tan solo pudo palpar con cuidado la zona dañada, le ardía la mejilla, el menor le había dado una bofetada. Oh mierda.. Lo olvidó.

Todo eso se estaba descontrolado demasiado rápido, con las insistentes acusaciones de Iris y las notables ganas de Sora de matar a alguien. Ahh, si estuviera Blush todo sería más fácil. Podría tranquilizar a ese par de nada. No por algo su aura parecía ser tan pura, tan bondadosa que amansaba a las fieras más leales. ¿Pero donde estaba? Con su novio, eso seguro. Se alegraba por él, pero lo necesitaba ahora más que nunca, no estaba seguro de cuánto tiempo más Mocca aguantaría conteniendo a su hermana. La que ya no se enfocaba sólo en Nuit, podía ver esa mirada asesina posada también en Iris. Normal, ese bocazas escogió el peor momento para comenzar con sus juegos. Ahg, que insinuación más tonta ¿como sería novio de Nuit? Por favor, solo eran amigos y él ya estaba enamorado. Sólo querían reforzar más esa amistad, compartiendo lindos gestos y experiencias nuevas, algo que no se pudo por tal inesperada llegada. Ni él mismo podía creérselo, pero no tenía más remedio que hacerlo. No iba admitir nada sin pensar bien las cosas, ¿¡solo fueron unos besos vale!? No era nada del otro mundo, un simple gesto más de amor, cotidiano y normal, uno que no ameritaba más atención, en el que no podía para de pensar. La calidez transmitida, aquellas lindas palabras por parte de su mayor, y como no mencionar su inocente petición. Tan tierno e indefenso se veía, como consiguió por unos momentos dominar su alma a su antojo, pero no debía darle más importancia. Solo dejarlo pasar y no pensar más en ello, después de todo el amor duele, y suficientemente mal lo estaba pasando como para intentar diferenciar sus sentimientos hacia el mayor. Este se encontraba bien, y lo intentaría proteger de su hermana y las tontas acusaciones del mayor, las que no parecían cesar. Pues ya se encontraba cerca de ellos, admirando la supuesta "relación" que tenían. Estaba apunto de contestarle cuando dijo aquello. Dolió, en verdad dolió. ¿Como era capaz de decir algo así? Él mismo lo vio quebrarse por un amor no correspondido, y ahora lo soltaba como si nada. Se supone que aquello solo de quedaría entre ellos dos, no Mocca, ni Sora, ni siquiera Blush. Sólo entre ellos dos, le hizo prometer aquello. ¡Se lo prometió joder! Un fuerte golpe fue dado por el menor, un impacto directo en el rostro del menor. Y unas finas lágrimas recorriendo su rostro.
—Imbécil. —fue lo último que alcanzó a decir antes de refugiarse en el mayor. Que patético se veía, que tonto parecía, que indefenso estaba. No podía ir con Mocca por obvias razones y Sora parecía tan confundida en es momento. Ellos dos no sabían nada, e Iris fallo a su promesa. Sólo le quedaba Nuit, puede que no tengan tanta cercanía como para acudir a él. Pero solo quería sentirse seguro, desahogarse por un rato antes de volver a ser la diva que todos conocen, seguir con su capricho como si nada de aquello hubiera pasado.

¿Como que no lo conocía? Pero, pero si les dijeron que hablaron varias veces. Ambos pensaban que el problema era la clara diferencia de edad y que el mayor mucho caso no le hacía, pero de ahí a ni siquiera saber de sus experiencias era demasiado. Ambos esqueletos que quedaron fuera de la escena se calmaron. Mocca soltó a Sora, esta ya no estaba enfadada. Solo miraban compadeciendose de la escena, Iris si que la fastidió bien, su hermano y mejor amigo estaba llorando. Les rompía el corazón verlo de tal forma, ¿como es que no les dijo nada de aquello? Si se suponía que en el grupo no había secretos, pero al parecer no fue así. Issei sufría por un mal de amores que no eran el que pensaban. El otro al menos tenia remedio, pero este no. ¿Ni siquiera lo conocía verdad? Tanto tiempo dándole consejos sobre una situación, cuando esta era totalmente errónea. No eran esos consuelos los que necesitaba el menor, eran otro tipo, uno que desconocían.







El sonido de un golpe le hizo levantar su vista, curioso y algo asustado, no, quería evitar todo tipo de acción violenta, le aterraba, tener que recurrir a atacar para que nada ocurra, la violencia es cegadora como un agujero oscuro y sin salida, eso es la violencia, simplemente golpeas hacia todos lados buscando darle al objetivo, intentando sobrevivir a la oscuridad. Era una tortura lenta y que decaia con el paso del tiempo. Al levantar la vista vio a Issei, había golpeado a ese curioso chico, el sonido había dejado en silencio la sala, hasta la pequeña niña aterradora se había quedado quieta en su lugar. Que mejor que la lastima para suplantar la calentura adolecente, eso sintió el joven cervatillo cuando escucho y vio esa escena, la declaración del otro esqueleto fue curiosa y fuera de lugar, hasta le parecía inapropiada y algo cruel. Nuit miraba con lastimera pena y cierta molestia al otro chico, pena por Issei, si amigo no necesitaba oír ese tipo de cosas, nadie merecía oír la realidad tan cruelmente, que alguien no sepa que existes, es cruel, decirlo tan a la ligera, es cruel, y hacerlo frente a un grupo que al parecer no sabía nada, era repugnante, sintió coraje. Y en cuanto Issei se refugió en un abrazo contra su pecho no pudo evitar abrazarle, para protegerle, para que no saliera más lastimado por ese idiota, frunció su ceño y le dedicó su mirada más molesta a ese tipo tan malo, ¡Lo golpearía! Nadie lastima a sus amigos, incluso a los que no conocía tan bien, cuidaba a sus amistades, hasta las mas lejanas que tenía, Issei era lejano, pero tenían una confianza, que a su parecer era mutua, que hacía de su relación un tanto especial, por algo los besos, ¿O no? Es lógico, de lo contrario... Solo sería un juego. Un juego cruel en el que no sabe que participa, Issei se divierte a su costa, ¡Y el ni enterado! Oh vaya, que hermosa ironía, lamentablemente muchas cosas no se llegan a saber en la pobre cabeza del herido Nuit.
Abrazo el cuerpo de su amigo, rodeándolo con sus brazos y acariciando su espalda con cuidado, dejando caricias suaves, como lo hacia su padre con él cuando tenía pesadillas y sus ánimos estaban de la mierda, cuando las torturas le superaban y los recuerdos eran más dolorosos que las experiencias que vivió. Le había reducido a la mitad pero Issei le hacía sentir completo, era motivo suficiente para protegerle o al menos evitar que sea más herido por esas palabras que apuñalaban su alma.
—Issei, tranquilo... —le murmuró a lo bajo, cerca de la zona donde estaría su oído, dejándole un pequeño besito ahí, quería que se sintiera querido, que pese a su mal de amores, supiera que tenía apoyo de amigos, quizás no sea el mejor de sus amigos pero al menos es el que lo apoya ahora, no sería el mejor pero lo intenta, intenta ser mejor, para su amigo.
—Él necesita un momento, por favor, ¿Po-podrian dejarle solo un poco? —pidio con amabilidad al grupo, sabía que eran los mejores amigos de Issei pero en ese momento, parecían tener demasiadas preguntas y cosas que decir, que el pobre derrumbado chico no podía responder, seguramente debería de apoyarle alguno de sus amigos en ese momento, pero estaban lejos, demasiado como para alcanzarlos, para ser la única opción, Miro dando que no era la mejor, estaban ambos con demasiadas emociones encima, una mezcla destructiva que daña y quema como el fuego. Ahora Issei es como una pensas nube lluviosa, que necesita apoyo y cariño, sus amigos deberían estar en su lugar para abrazarle, mientras él, debería de alejarse para dejarle solo con sus verdaderos amigos. Si, se llevaba a sentir algo aislado de sus propias amistades, no tenía muchos, Blas, Ty... Y el resto de sus personalidades se la pasaban con Blush, es su pareja después de todo, Issei está con su grupo. No tiene a nadie más, quizás el chico que se le declaró, pero aún era incómodo hablar con el sabiendo los sentimientos que este tenía. Le miraba con tanto cariño y le hablaba con afecto único, no le podía corresponder y eso le entristecía, estaba seguro que Novatorry es un partido exelente pero no siente lo mismo, lamenta que no, es un chico increíble pero su alma se sentía guiada hacia otro monstruo, a quien ahora a mismo abrazaba, no sabe desde cuándo empezó con eso, pero le quería mucho. Le rompió el alma verle llorar. Su ecto-cuerpo hasta había desaparecido en un tiempo casi record del miedo y enfado que llegó a sentir, emociones que chocaban con la fantasía que vivió con su amigo menor. Dejaba sobre su espalda pequeñas caricias de consuelo, junto a palabras lindas, palabras de comprensión.


Los colores que pintaban su alma se fueron desvaneciendo, dejando tras de sí un gris apagado y sin luz. Pues había lastimado al menor, todo por culpa de su impertinencia. No escogió bien las palabras dichas y al final hubo heridos. Su mirada comenzaba a perder su brillo, a la vez que sus cambiantes orbes se quedaban en una figura simple y blanca. Observaba atentamente la escena, la molesta mirada del contrario que se ganó a pulso, mientras abraza al menor. Esos suaves sollozos, realmente lo fastidio, uso su punto débil sin darse cuenta, exponiendo lo que realmente pasaba con los problemas de su pequeño amigo. Lo utilizo a su antojo sin siquiera ser consciente de lo doloroso que aquello era, una acción repugnante que no será perdonada con facilidad.
—Vámonos. —el tono frío en su voz demandaba atención, sabía que los otros dos querían consolar al pequeño, pues pudo oír unos pasos temerosos acercándose. Issei ya había eligió con quien quería desahogarse, era mejor que los dejarán solos pese a lo poco que estos quieran. Se levantó del suelo con la mirada perdida y de dirigió hacia la puerta, evitando cualquier contacto visual con sus otros dos amigos.
—Ahora. —apenas dicho esto salió del salón, esperando ser seguido por el resto del grupo, aunque esta vez, sin uno de sus integrantes.

¿Como que irse? Claro que no, iría donde su hermano para apoyarlo y darle el consuelo que este se merece. No lo dejaría solo en una situación así, se quedaría y lo intentaría animar. Pero más pasos no pido dar, escucho la voz de Iris, como les mandaba salir de ahí por obedecer al contrario. Pero, quería ayudarle, le rompía el alma ver así a su hermano mayor. Y dejarlo con aquel extraño, no lo veía buena idea, pese a que a este fue al primero que abrazó. Tenía muchas dudad al respecto, y el ver como Mocca no hizo nada más que agachar la cabeza y obedecer no lo mejoraba. Quizá si deban irse, que necesite tiempo para pensar las cosas y tranquilizarse, no le gustaría ser un incordio más que un ayuda. Una última palabra por parte del mayor le hizo reaccionar, ya debían irse y todavía estaba insegura de que hacer al respecto. Los miro por última vez, antes de salir del lugar, aquel extraño parecía verdaderamente preocupado por su hermano. Viendo como correspondía el abrazo e intentaba animarlo con esas pequeñas caricias. Puede que no corra peligro, pero no se encontraba del todo cómoda que aquel esqueleto se quedara con su hermano. Aunque si así lo prefería este, no podía hacer otra cosa más que dejarles solos. Una vez los tres salieron, cerraron la puerta y se fueron de ahí, con Iris adelantándose otra vez. Sabía que a él también le dolió darse cuanta de que lastimó a Issei, pues pudo observar como su mirada perdió sus colores, sustituyendo estos, un blanco vacío y sin emociones.

Dolía ¿por qué dolía tanto? ¿Por qué no podía quitarse ese sentimiento de su alma? Era como una garrapata, tan aferrado a él que llegó a acostumbrarse, sin importarle todo el mal que le hacía. Simplemente lo ignoraba y decidía seguir con su vida, tragarse sus sentimientos era más fácil que admitir una triste realidad. Nunca será correspondido, su corazón estaba en un callejón sin salida, del que no podía salir. ¿Tan poco servía que seguía intentando buscar una? El amor dolía, era consciente de eso cuando aquello ocurrió, pero no puso trabas a sus sentimientos cuando se llegó a enamorar. Un tonto gesto que desencadenó por lo que ahora sufría. Llorando en el pecho del mayor, siendo observado por sus amigos, como si se tratase de un mono de feria. En verdad se sentía patético, que poco controlaba sus emociones. Debería haber tomado aquello con gracia y no darle más vueltas, seguir evitando un posible asesinato y no exponerse de tal forma. Iris traicionó su confianza, contando aquello como si no fuera nada. Estaba enfadado con el, pero no podía evitar que la pena le ganará. Seguramente lo hizo sin querer, sin ser consciente, pues luego de la petición de Nuit su tono de voz cambió. Parecía vacío y hueco, obedeciendo solo por inercia. Le costaba reconocerlo, pero no del todo. Algunas veces le llegó a pasar lo a mismo con anterioridad, como las emociones del mayor le abandonadaban cuando estas no hacían más que causar problemas. El sonido de la puerta cerrándose, ya se habían ido. La verdad, lo prefería así, no quería verse de esa forma con los demás. Hasta aún estando solo con Nuit intentaba llorar por lo bajo, sin que se notará mucho. Sentía ser una molestia para el mayor, que lo agarró a traición y este quizá prefiera irse. Lo entendería la verdad, no era lo suficientemente cercanos como para que este tenga que soportarle. Si todavía quería irse, estaba bien. Solo necesitaba unos minutos para recomponerse, tragarse sus amargos sentimientos evitaría que el mayor se sienta comprometido a quedarse.
—P-puedes irte si.. q-quieres..—le costo decir esas palabras, para que negarlo. Pues se sentía seguro con el mayor, como intentaba darle ánimos con sus sinceras palabras y gestos tiernos. Pero no quería tenerlo atado a él, seguro era incómodo para este.
—No t-te sientas comprometido a q-quedarte.. —eran inútiles palabras que invitaban al mayor a irse, pese a lo mucho que quería es este se quedará. Su alma dolía, necesitaba ese cariño ajeno, y hecharlo de esa forma no era una buena opción. Pero no sabía que hacer, sus sentimientos eran confusos, y su cabeza no hacía más que deprirmirle, pensando cosas que no eran. Obligándole a verse a si mismo como una molestia, un estorbo que se agarró a lo que más a mano tenía para no hundirse en lo que era su mar de sentimientos reprimidos.








Espero paciente que esos extraños abandonaran el salón, mirando con molestia aquel que iba primero, se veía tan vacío, daba pena, pero eso no quitaba la molestia y enfado que le provocó, a ojos de Nuit, aquel era un idiota que merecía un perdón, pero no inmediato, cualquiera se sentiría humillado ante tales declaraciones, y más aún frente a conocidos, si ese fuera su caso, también reaccionaria de esa forma, quizá menos violento pero habría roto en llanto buscando consuelo en su más cercano y querido amigo, lo entendía y por ello sería el apoyo de su amigo, se lo merecía, y se notaba que lo necesitaba. Sigo con sus pequeños mimos, besos pequeños que iban en su cabeza, pequeños choquesitos, su padre hacia algo similar para calmarle cuando está triste, siendo un afecto paternal el que le daba, quizás el cariño que le dé a Issei sea amistoso, quizás, aún tenía sus dudas a respecto, ¡Pero! No es tiempo para ello.
Nego con su cabeza y dejándose un poco para ver a su menor le sonrió con cariño, antes de darle un pequeño besito en su cabeza. Le quería, verle llorar era deprimente, sentir que podía hacer algo y no lo hacía le molestaba, quería ver sonreír a su amigo una vez más, que ir es signifique llorar en su lugar, ver a alguien triste siempre le ponía triste también.
Era como un dominó, por un simple empujón sus emociones caen como esas piezas de plástico, derrumbando la torre de su positivismo y estabilidad, era una reacción en cadena, mejor explicado.
—No quiero irme Issei, no puedo dejarte, eres mi amigo, me duele verte así de triste, por algo así, quizás no entienda bien lo que sientas pero quiero apoyarte en todo lo que pueda, para eso están los amigos. ¿Sabes? Te quiero mucho Issi —habia tomado la seguridad suficientes para decir eso, sin trabarse, en momentos así debía de tomar cierta iniciativa, lo sabía, y no le molestaba ser un apoyo para su menor, le daría su alma para verle sonreír, le besaría todas las veces que pidiera para que las lágrimas no siguieran bajando, y golpearía al idiota que lo lastimo para que su venganza estuviera complida, quizás no se lo más apropiado lo último pero el coraje le dejo con esas ansias de pelea que siempre evitaba al intentar estar en calma u tranquilidad. Subió sus manos al rostro ajeno y secó sus lágrimas, con cuidado pasaba la yema de sus dedos, acaricianda zona. Cada acción reflejaba lo que el alma de Nuit reflejaban. Un afecto sincero, y que con el tiempo de conocieras paso a ser fuerte, quería a Issei pese a no ser los amigos con mejor relación, literalmente la mayor parte del tiempo pasaba el tiempo bromeando que hablando de tema serios, pero saben, ¿Que más daba? Era amistad y cariño a fin de cuentas lo que sentia en su pequeña alma de hielo.
—Estoy aquí para ti, siempre que lo necesites. —
Siempre. Palabras un tanto fuertes para un adolecente joven que apenas va descubriendo su propio sentir, aún con esas eran palabras que Nuit compliria, las promesas jamás podrían ser rotas sin una consecuencia después, era su código de confianza. Volvió a abrazarle, posando su mentón sobre el hombro ajeno, quería que sintiera su alma, latía tan fuerte por el, a un ritmo que se podría tomar como relajante, aveces era hermoso de oír, hasta para él, sentir su alma latir en ocasiones le relajaba de los nervios, era como si tuviera un verdadero corazón en ese lugar, estaba vivo aún, y eso le alegraba, quería que Issei sé si fuera vivo, que sintiera seguridad, estaba vivo y la vida no es sencilla menos el amor, se sufre, se ama y se viven experiencias que nos marcan, no quiere que ese mal día le marque, que desconfíe de sus amigos, solo fue un accidente que pasó y se deje superar, estaba más tranquilo, así que la venganza ya no era una opción... Por ahora.

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