Ahh 6

Se podía notar su emoción a la distancia, un tanto inexplicable si tomábamos en cuenta lo que había sucedido. Hablar de tu tema favorito en la compañía de un nuevo amigo no llegaba a dar la emoción que este expresaba. Pero claro, si también contamos con que es su primer amigo la cosa cambia. La emoción y felicidad que sentía no se podía expresar al solo hablar de estrellas, además que para ese tema necesitaba darse su tiempo. Y lamentablemente ya estaban muy cerca de su clase, arruinando la charla tan agradable que tenían, pero ¡no era problema! Podían seguir hablando en el descanso, ya tenía este reservado para cortejar a su alma gemela y aunque podría darle cierta ventaja a Yugen, por una vez prefería dejarlo pasar. No iba a descuidar al menor recién en los inicios de su amistad, ya si eso recuperaría el tiempo perdido a la hora del almuerzo. Porque si, ellos almorzanban ahí, o al menos una gran mayoría de estudiantes, otros decidían volver a casa por lo cerca que quedaba la escuela de sus hogares. Le parecía un tanto extraño, pues no estaba acostumbrado a llevar un bento. Pero suponía que querían dar mejor esa ambientación japonesa, y no sólo quedarse en la apariencia.
-¡Encantado que seas tú el que lo ocupe! Y si, no se bien que se hace con los amigos pero estoy abierto a cualquier opción. -era normal que no supiera, al no ver la posibilidad de tener amigos no se informaba sobre aquello. Estaba pisando un terreno completamente nuevo para él.
-Así que la de Andrómeda, tienes buen gusto, es bastante linda. Lo que le llevo justo a su perdición, aunque fue más por los alardeos de su madre. -esto último no tenía que ver tanto con la constelación, era más con su historia. La de una mujer con tal belleza que se comparaba con la de las Nereidas; hijas del dios del mar Nereo. Su historia era bastante interesante y muy atractiva a su parecer. Contra ella no tenía nada que hacer el pobre de Orión. Pese a ser su constelación favorito, en cuestión de historias no era una de las primeras, fue un personaje bastante pícaro. Que por culpa de sus acciones acabó muerto, o más bien dependía de la historia. Había unas cuantas que contaban historias diferentes sobre el gigante. Oh, ¿ya habían llegado? Era una pena aquello, le hubiera gustado seguir hablando con Chroma. Y tampoco tenía gran interés en entrar, solo para seguir con esa materia aburrida. Soltó un suspiro pesado antes de girarse y agarrar las manos del menor. El contacto físico no suponía ningún problema para él, sentía que era una linda forma de mostrar interés o aprecio por alguien.
-¿Podríamos seguir hablando de esto en el descanso? Es que me gusta bastante el tema, pero si quieres también podemos hablar de otras cosas. -espero paciente la respuesta del menor, sin darse cuenta de la situación en la que se encontraban. No era muy cuidadoso de parte suya hacer tal agarre, pues la oscuridad que consumía sus brazos y manos podía pasar fácilmente al menor. Manchando estás con una masa viscosa y fría, no para todos era agradable esa sensación.

Pudo sentir como su alma dio un pequeño vuelco, más que por lo dicho fue por la sonrisa del mayor. No iba a negarlo, tenía una linda y bastante atrayente. Que junto a las marcas de su cara y color de ojos lo convertían en una combinación perfecta. Podía apreciar con facilidad la belleza que tenía aquel chico, si, tenía el ego inflado y no admitiría que nadie es mejor que él, pero ese hecho no le impedía ver la belleza de otros o del mundo que lo rodea. Incluso se permitía piropear de vez en cuando a su mejor amigo, que decir, Mocca tenía un buen potencial. Con un lindo rostro y una cuerpo en buen estado, algo que podía recordarle al mayor. Las marcas que ambos compartían eran similares de cierta forma, solo que en su amigo disimulaban ser la huella que dejaban sus amados felinos, mientras que el contrario parecía ser los arañazos que estos dejaban. Una curiosa forma de relacionarlos, pero también era original ¡Claro que si! Prestando más atención al mayor, ya estaba consiguiendo su objetivo. El rostro ajeno comenzaba a teñirse de un tono rojizo parecido al de sus ojos, otra cosa curiosa. Las veces que pudo admirar algo así, el sonrojo era del mismo color que los orbes del sujeto. A veces se preguntaba porque era así, o porque en algunos no tenía nada que ver. También la explicación a esto se debía al color de la magia, pero igual tenía sus excepciones. Por ejemplo Blush, tenía un sonrojo que bailaba entre el rosado y rojizo, pero su magia tomaba más tonos amarillento. Siempre había ese tipo de excepciones que le daban curiosidad, y aunque a ratos le gustaría ser una, estaba feliz con su color. El morado no era tan malo, lindo y práctico, que combinaba con su único orbe de ese color. El otro era bastante más simple, de un color blanco con un fondo negro. Otra cosa que le fascinaba era esa, por lo general las cuencas de los esqueletos son negras y sin más color, pero la suya no. Al menos la izquierda, pues estaba pintada de un intenso color rojo, muy parecido a la pupila de su único orbe de color. Era curioso como compartía esa característica con su hermana, solo que ella en vez de tener la cuenca y orbe juntos, lo tenía en diferente lugar. Siendo uno blanco y otro rojo con pequeños toques morados. Un momento, ¿que estaba haciendo? ¡Ah si! Pensar en aquello le estaba distrayendo de sus obligaciones, molestar al mayor. Se percataba como quería desviar el tema, en un intento de seguir hablando del club. Pero mucho éxito no tenía, ya que se notaba un tanto nervioso y aún más con aquel comentario del ajeno. Así que boda ¿eh? Que buena oportunidad le había dado.
-Cuanto antes, no quiero dejar escapar a este gran partido~. -que divertido era, que bien que se decidió por molestar al mayor y no por otra cosa. Si es que verlo avergonzado era su pasión, podía llegar a parecer un verdadero tomate, y sin exagerar. Varias veces consiguió llegar a tal punto, era todo un goce para su ser, pues verlo de esa forma indefensa y nerviosa ahh~ que gran rato pasaban. Ni hablar bien podía, un tanto cruel de su parte disfrutar así, pero que esperabas. El camino del mal es atrayente, y puedes caer fácilmente en él. Así que mejor disfrutar y dejarse llevar. Que vaga excusa para justificarse, si tan solo le importará lo más mínimo. Agarró con su mano libre el rostro del ajeno, acortado distancias peligrosamente. Podía parecer que en cualquier momento sus bocas se unirían en un beso, jaja, esa era la gracia. Sabía perfectamente lo nervioso que aquello le ponía al mayor, lo que le daba más ganas de hacerlo.
-Con solo mirarlo uno se da cuenta de lo lindo y tierno que es~. -un guiño nada disimulado y una sonrisa burlona apareció en su rostro, acompañado de un leve sonrojo, casi imperceptible por gris color de sus huesos. Si que disfrutaba aquello, que bien se sentía causar tal nerviosismo en el mayor, quizá debería hacerlo más a menudo.









Simplemente encantador. Es como si pesada y sucia alma se sintiera liviana, tan agraciada y a la vez cosquillente, una sensación agradables. Oír a si ajeno hablar podria ser fácilmente un nuevo pasatiempo, con su emoción al expresarse, si alegría, esa rastro de negatividad que tenía en su ser parecía desvanecerse, era magia como las emociones fácilmente se podían reflejar en el actuar de cada ser, dependiendo de cómo vivan sus propias emociones. Le encantaría vivir esas experiencias tan individuales y hermosas, ¿Ser feliz sería tan cálido y brillante como se decía, o podría ser más como una nube negra que te fuerza a sonreír por el dolor? Quien sabe, no todos experimentan la felicidad como algo bueno, Aurora de por sí no la disfruta, eso le hace pensar aveces que está mejor al mantenerse cerrado a las emociones que al tenerlas, esperaba aveces jamás tenerlas, otras ocasiones buscaba con desespero algo que le hiciera sentir. Dizzy era su fuente de relajación. Y ahora, su nuevo amigo era su pequeña alegría, suponía que así se sentía la alegría más pasiva. Mantenia una sonrisa suave al oírle, escuchar sería su pasión, porque no es bueno en otras cosas además de eso, oír puede ser una simple acción pero si se escucha con atención se pueden descubrir cosas más que fascinantes.
Oh, ¿Tan poco les quedaba para llegar a su salón? Que decepción, juego cuando necesitaba que ese día trayecto durará horas para oír a su ajeno hablar, el camino parecía acortarse para tan solo durar unos pocos minutos cortos. Estaban tan cerca que lamentaba no haber aprovechando el tiempo.
-Digo lo mismo, tu propone lo que más te guste, yo aceptaré con gusto. -las nuevas amistades son algo complicado, más para alguien que poco o nada puede en tender del tema, se hayaba algo nervioso, emocionado y feliz, tener a alguien nuevo que conocer, un nuevo mundo que descubrir, sería curiosos ver qué tenían en común o que cosas no, dicen que las mejores amistades son las que poco o nada comparten de opiniones o demás, sería divertido ver que tenía su nuevo amigo para demostrar, siendo tan admirable ya desde el principio, se esperaba cualquier cosa.
Asintió suave, si, estaba al tanto de las historias de las constelaciones, pero no tanto como su amigo más cercano, seguramente Kumo y él podrían llevarse bien, sería lindo que sus dos únicos amigos que tenía en ese salón de llevarán bien, sería casi una fantasía de lograr.
-Es bastante interesante, no estaba tan al tanto de la historia de esa constelación pero gracias spot comentarlo. -habia sido algo que le tomo casi por sorpresa descubrir, pero al mismo tiempo no, al recordar un poco lo que escucho de Laseth podía sentirse en una especie de deja vu, pues este le dijo algo parecido respecto a la congelación de Andrómeda, curioso.
Ya habían llegado a su salón, deteniéndose en la entrada, parecía que ninguno de los dos aceptaba que llegara hasta ahí su amena charla, pero está bien, luego podrían continuar, en el receso, y en el almuerzo, quizá podría comentar el gusto que tenía por los animales, en especial los osos, se le hacían criaturas fascinantes con sus curiosidades y datos.
Sería un buen día. En definitiva, lo podía sentir, que el sol ese día brillaría más que antes bajo su nueva amistad, estaba pensando en positivos, gracioso, ¿No? Normalmente sería pesimista sobre todo, pero algo en su ajeno le daba confianza y una extraña alegría.
-Me encantaría, podemos hablar de estrellas todo lo que gustes, es agradable. -ni siquiera el tacto curioso y algo viscoso en sus manos pudo evitar que sus ánimos escalarán hasta puntos que ni imagino, joder, que extraño de sentía ser tan positivo en una poco tiempo, era como si una bomba de colores hubiera opacado el blanco y negro de su alma y cabeza, no quería que esa sensación se vaya aún. Soltó una de las manos ajenas, para quedar tomados de las manos, abrió la puerta y paso sin problema, la maestra no se molestó en hacer preguntas, solo continuo con su clase sin interrupciones. Cerro la puerta tras ellos, y casi obligado se tuvo que soltar del agarre, su puesto estaba algo atrás, en medio de casi todo el salón, era más fácil ver todo desde ahí y era casi el punto intermedios entre pasar desapercibido y ser visto fácilmente por la maestra, que decir, le encantaba ser el primero en hablar y dar la respuesta correcta, sabía que era la correcta, no por nada, se pasaba los recesos estudiando algo aburrido, no tenía muchos amigos como para jugar o pasar el rato, tampoco era tan malo como parecía, al menos podía mantener sus notas y hacer lo que se le plascara aveces, al ser un buen alumno, no le recriminaban muchas cosas pensando que solo sería un error pasajero. Tampoco se preocupaban de las heridas que tenía, ni de los golpes que cubrian su cuerpo, aveces ser el bueno del salón tenía sus pequeñas desventajas pero daba igual, pronto eso acabaría con un poco de pólvora y plomo, dispararía su dolor en forma de daño a sus conocidos, satisfactorio, sería tan feliz al hacerlo. Sonreía como nunca ese hermoso y glorioso día. Si. Pronto ese día llegaría.

O-oh dios, ¿En verdad estaba haciendo eso en ese justo momento? Cuando estaba tan cerca de llegar a un proximo salón y debía de dar un importante discurso. Su rostro parecía expresar justo ese pequeño panico que le causaba estremecer y temer, ¡El futuro de su club estaba en riesgo! Y todo por un par de esqueletos que gozan de causarle tantas cosas con sus bromas fuera de lugar. Uno con coqueteos, el otro insinuando que se casaría con quién le coqueteaba, eran un duo peligroso, no volvería a pedirles ayuda si se comportaban así, se sentía tan debil y fácil de avergonzar, era como si todo lo confíado que pudo estar le haya dejado, y es que, Issei le tenía en la palma de su mano, controlando su pánico a su voluntad, y él le dejaba porque le tenía cierto aprecio a su conocido amistoso. Ser amigo de ese par era una especie de tortura a su paciencia y vergüenza.
-Uh, tu, t-tu realmente quieres fastidiarme. Pero gracias, soy increíble -bufo a lo bajo con el rostro enrojeciendo, demasiado rápido paso de un tono suave a uno más intenso. Intentaba desviar los coqueteos con falso tono narcisista y egocéntrico, podía seguirles el juego por un rato antes de acabar siendo un tomate completamente. Sabía que Issei no se rendiría hasta cumplir con su cometido.
¿B-boda? ¿Eso no sería llegar un poco lejos? Osea, se llevaban bien pero tampoco era para ese extremo, le agradaba si contrario pese a sus bromas de mal gusto pero no sé veía capaz de coquetearle o ser más haya de una buena amistad, que decir, Jack le quitó las esperanzas de tener pareja o tener muchos amigos. De conformaba con lo poco que tenía.
-A-ah, Isse-ei, estás muy cerca. -fue un pequeño y tímido aviso, en tono tembloroso. La cercanía le estaba matando, era tan peligroso aquello que sentía que iba a chillar del pequeño panico que le estaba corollendo por dentro. No quería llegar a extremos tan inapropiados, aún de sentía inexperto e inocente en ese aspecto, quizá por el momento no sea el mejor partido o siquiera alguien con quién salir, es más como un amigo en el cual confiar, el romance no es lo suyo, e Issei se lo confirmaba, con sus constantes bromas y coqueteos se intimidaba, el amor lo es para él, perdía las esperanzas en lograr avanzar en ese ámbito cada vez un poco más por el temor, temor a no lograr ser suficiente o ser tan caremte de aspectos importantes para una relación, ¿Y si no es suficiente? ¿Que se supone que haga? ¿Pedir disculpas de rodillas, o lamerle las botas a su pareja? Es lo único que sabe hacer, humillarse para complacer, pero ya no más, estaba superando todo eso, se suponía que progresaba, que iría a mejor, que la sombra de ese sujeto ya no le atormentaria como antes. Ah... Pudo oír un pequeño "Clank" resonar por el lugar, algo cliché, ¿No? Pero Blas es fanático de eso y se había artado de la tensión que había en esa escena.

-Uy. Perdón. -se disculpó entre pequeñas risillas maliciosas, si, era lo que piensas, como malévolo plan empujó a Issei para que al fin algo interesante ocurriera entre ellos, verlos siempre jugar de esa forma le hacían querer emparejarlos, ¿Lo imaginan? Al tímido y caníbal de Nuit en una relación con una diva bien egocéntrica y hermoso físico como lo es Issie, sería más que curioso ver una relación así entre dos seres tan distintos. Haría de cupido y pediría consejos su hacia falta, con tal de tener algo de bien entrenamiento, quizás y hasta Blush pueda ir y ayudar con eso, olía como un romance recién empezando, si que si.




¡Nuevo récord! Se sentía bastante orgulloso de si mismo, pues había superado su antigua marca. El mayor ya estaba rojo y hablaba con cierta dificultad ¡y todo en un par de minutos! Si es que era increíble y lo sabía, con ese tonteo que traía todos los días solo para lograr algo de diversión. Ya era costumbre molestar al contrario de esa forma, ni siquiera se acordaba de la primera vez que lo hizo, ni de como fue tornandose a una costumbre poco usual. Simplemente la cosa fluía, tan acostumbrado estaba, que era llegar al salón y dedicarle algunos piropos al contrario. Era su mayor diversión durante las aburridas clases, y que de menos, no todos se dejan molestar de esa forma y sin recibir nada a cambio. Esa faceta del mayor le gustaba, le dejaba hacer lo suyo simplemente por el hecho de llevarse bien, solo por eso. Era increíble como es que aguantará tanto y sin cansarse, a esas alturas debería estar agobiado con las constantes "insinuaciones" que le hacia. O al menos, ya estar más que acostumbrado a aquello, pero nop, siempre conseguía la forma de que este se vuelva rojo de la vergüenza. Era casi como la primera vez que lo hizo, un recuerdo que guardaría con bastante cariño~. Desde ese día, para él fue como si hiciera un pequeño pacto silencioso, pese a que la otra parte no estuviera consciente de eso.
-Oww, me apena que pienses eso de mi. Con lo que yo te aprecio Nuit. -hizo un pequeño puchero luego de lo dicho. Se dio cuenta con rapidez lo que pretendía el mayor, poniendo ese intento de tono narcisista. Jaja, que adorable de su parte, como quiere evitar esa situación a toda costa. Ese tontito ingenuo~, si supiera que eso no hacía más que aumentar sus ganas de molestarlo, seguramente se lo pensaría dos veces.
La escena era tan idílica, digna de una película cliché americana, esas que al verlas te hacen desear encontrar el amor. Obviando claramente la parte mala que aquello tenía, por que si, el amor no es todo como parece, no es una realidad de tonos rosados la que te envuelve cuando te hayas presa de esta. Es más una ilusión en la que tu mismo entras, de apariencia tranquila y dócil. Pero lo que esconde es todo lo contrario, un camino de altibajos, lleno de problemas, discusiones y desconfianza. El cual su único destino es la ruptura. ¿Y que? Exacto, a nadie le importaba, pues se sentían queridos y amados por esa persona que les hacia llegar a límites desconocidos de su estupidez. Y con sólo pasar el rato con ella les bastaba, pese a que el camino seguiría su curso, preferirían disfrutar de esos bellos momentos y no preocuparse por el futuro. Ahh el amor~, que sentimiento más hipócritamente hermoso. Naciendo de cualquier pequeña acción, devolver el pañuelo perdido de alguien, ayudarle con sus libros caídos, e incluso un beso motivado por fuerzas externas. Cualquier excusa era buena para que aquello surgiera. Y quien sabe, quizá a partir de ese pequeño gesto, algo podría surgir entre esos dos.
"Clank", ese pequeño ruido resonaba en su cabeza como si de eco se tratarse en las montañas.

Se encontraba un tanto descolocado la verdad, no se esperaba ese empujón tan descarado que recibió. Con que esas tenía ¿no? Obligándole a besar a su compañero, y sin recibir si quiera su consentimiento para hacerlo. Bien, ya verá que a él no le obliga nadie a hacer algo que no quiere.
-Ohh~ si solo querías ver un beso no tenias más que decirlo. -estas palabras fueron dirijidas para aquel tercero. Como una forma de decir que aquello no le superaría. Volvió a agarrar al mayor de las mejillas, pues por el empujón lo soltó sin querer. No sabía bien que era lo que quería demostrar, pero se sentía en la necesidad de hacerlo. Quizá para demostrar superioridad, o alguna otra cosa egoísta que pasaba por su cabeza. Con descaro acerco su rostro y el de Nuit nuevamente, pero esta vez sin detenerse a corta distancia, juntando así sus "labios" en un beso. Algo más duradero que el "clank" de antes, pues este tenía la finalidad de burlarse del contrario. Ya su pobre compañero de marcas en el rostro dejó de tener la importancia de antes, siendo usado meramente como un juguete de diversiones. No iba a negarlo, a veces le daba pena tratar así al mayor. Con lo bueno que este era, y él ahí, molestandolo por diversión. Intentaba calmar las cosas entre ellos, dejando sus coqueteos por un tiempo, o no hacerlos tan directamente. Pero no podía, ya le salia solo insinuarsele. Seguro que parecía una perra en celo, estaba consciente que más de una vez se pasó de la raya con sus piropos. Y es que la costumbre mezclada con las ganas de renovarse no eran una buena combinación. Pues hacía que aflorará lo aprendido gracias a los manhwas, puede que demasiado joven para leer ese contenido adulto. Y seguramente era así, pero esa corrupción no la hizo por voluntad propia, más bien por lo que le recomendaba su querida hermana. Podía parecer tranquila y seria, pero lo que ocultaba esa chica no era normal, hasta a él le sorprendía lo que bien enterada que estaba de ese tema. Lo que le creaba cierto conflicto interior, pues no sabía si admirarla o regañarla, quieras o no, saber que tu hermana menor a leído más hentai que tu no es algo muy bonito. Dejando ese tema de lado y centrándose en lo que hacía, intensificó un poco más el descarado beso, sin llegar a usar la lengua. Pues todavía estamos hablando de su primer beso, no iba a su usará algo así en ese momento. Además que seguramente ese también era el primer beso del mayor, no lo veía muy receptivo a la hora de hablar de tener una pareja la verdad. Si hasta se tensaba con sus leves coqueteos, no podía ni imaginarselo en una relación con alguien. Y no por físico, ya que tenía su encanto, era más por la actitud que tenía. Una muy poco receptiva al enamoramiento sinceramente, pero tampoco es como si lo pudiera juzgar. Ya que él no se encontraba en mejor posición. Pero por lo menos sí era alguien receptivo, a mucha insistencia de Iris claro. Pese a que este sabía perfectamente el caso omiso que daría a otros que no fuera su querido Rafer.

¿¡Que mierda!? ¿Qué había pasado? ¡Blas había pasado ahhh! ¿Es que eso contaba como un beso? No ¿verdad? ¿Y si era así? ¡Había desperdiciado su primer beso! Oh dios, eso no estaba bien. Había traicionado a Rafer ¿que iba hacer ahora? Aunque..este ni caso le hacía ¿eso contaría como traición? ¡Que más daba! Se había prometido a si mismo que su primer beso sería con él, y no con el compañero de clase que disfrutaba molestar. Y ni siquiera había sido original, las veces que vio algo así en los animes eran innumerables. Como la relación de esos dos personajes iba avanzando más, hasta llegar con el "inesperado" final de que acabarán juntos. Pese a las adversidades que pasaron que les decía lo contrario. Tan cursis y predecibles, que disfrutaba ver acompañado de su hermana. A ninguno le apasionaba el género, pero verlos era relajante. En mundo pintado de rosa, donde todo salía bien al final, era bonito verlo, al menos para desconectar de la realidad por una horas. Donde pasaba todo lo contrario, y que era más probable que todo terminara mal. Rápidamente se separó del mayor, no iba a negarlo, estaba avergonzado por lo que había ocurrido. Le pillo por sorpresa, sobre todo porque se suponía que el que estuviera así sería Nuit, no él. Tomó cierta distancia del antes mencionado, necesitaba su tiempo para procesar lo ocurrido, y más para que no se viera el sonrojo de su rostro. Sentía este caliente y no era una muy buena señal, no le gustaba sentirse así, avergonzado por las acciones de otro. Tomando una postura más tímida y bajandose de ese pedestal en el que se tenía. No sólo era el sonrojo lo que le preocupaba, también era el humo de su cabeza y muñecas. Que comenzaba a tomar forma de corazones con cualquier gesto romántico. Ya le había sucedido con anterioridad, cada vez que miraba un anime romántico y estaban en uno de esos momentos lindos de pareja. Pero no solo a él, le hacía gracia que a Sora también, con la cara tan seria que tenía cuando algo así pasaba, y luego ver de esos pequeños corazones de humo formándose en la punta de su "cabello". Si tan solo pasará con los animes, pero no. También le sucedía cuando pensaba más de la cuenta en su amor platónico o lo miraba en los recesos y hora del almuerzo. A diferencia del anterior ejemplo, que sucedía con pocos corazones, aquí era todo lo contrario. Dejando que la palabra "pocos" no tuviera sentido. Pues pudo confirmar por sus amistades y hermana la cantidad de estos. Según ellos, podía llegar a parecer una uva con un montón de corazones al rededor. Que vergüenza más grande sería si algo de eso pasara. Y por lo que veía en sus muñecas, ya estaba sucediendo.




Hace tiempo tiene el sentimiento de que eso acabaría muy mal, no sabía que era. Pero siempre es igual. Con esos constantes coqueteos su alma latía demasiado rápido, el pánico le llegaba a dominar, se sentía hecho de papel por la fragilidad, intentando ocultarse tras una capa de hielo sólido que protegía lo que alguna vez entrego a un ser demasiado demandante de su atención y cariño. Aún con esas, no fue muy amable antes de botarle, su cariño fue desechable, su alma un trozo de papel que arrugó, hecho bolita que tiró. Le rompió en demasiadas partes, que aún parecía necesitar algunas piezas para estar completo, su amor es desechable. Le redujo a la mitad de su seguridad, le rompió. Jack le rompió. Le hizo abandonar su esperanza en el amor a su corta edad, ya no quería saber nada sobre el tema, lo sentía inecesario.
Le hizo pruebas de todo tiempo para ver el límite de un alma esperanzada y como su magia podía reaccionar a las emociones. Y luego... Luego le dejo por alguien mejor. Porque es desechable y no muy útil para amar. Ahora debía de soportar coqueteos, insinuaciones de todo tipo, hasta las inocentes y llegando al límite de las más inapropiadas.
No era muy amable. Le hacía recordar todo lo malo que tenía, no es bueno, ¡Ugh, a la mierda con eso!
No necesitaba la aprobación de ese manipulador, su amor no es desechable, su alma estaba hecha de papel pero se arregló con cinta y unos cuantos parches de colores, cosido con hilo y aguja para arreglar los huecos faltantes, cada paso que da es para superar, avanzar y ser feliz, aún recuerdo con cariño lo hermoso que fue, pensar en positivo le hace feliz, y ayuda a sanar, pronto no necesitará de nada ni nadie para sentirse completo y sonreír a la vida, porque es una brillante luna en el cielo lleno de estrellas, como su nombre decía, será la luna y perseguirá su sol de amor inalcanzable, quizá no ahora, pero hallara su sol.
No tuvo tiempo a responder, con tono falso egocéntrico o quizás alguna broma para desviar el tema, no ansiaba sentirse como un jueguete, deseaba una amistad más normal y cariñosa, quizás como la que tenía con Ty, algo normal y en quien confiar. Pero en su contra tenía a Blas, idiota, y a Jack, para su mala suerte. El sonido de ese pequeño choque le dejo en blanco, "Clank", resonaba aún por su cabeza, tenía sus pequeños orbes rojizos mirando hacia su ajeno con sorpresa, Blas, maldito y gracioso Blas, estaba muerto. ¡L-lo iba a castigar! Al ser el líder del club tenía ese gran benefició, le iba a quitar el derecho a las galletas de premio por una semana, aunque quizás sea mucho, ¿Dos días? Sería lo más adecuado, detestaria ser demasiado estricto por una simple broma o equivocacion, si, podría ser eso, una simple equivocacion.
El tiempo parecía ser casi eterno en ese pequeño choque. Su alma de derretia tal cual el hielo en verano, su primer beso no se sentía tan mal, fue un pequeño choque accidental, que desató demasiadas cosas dentro suya, podría ir enumerandolas pero la principal, es que confirmaba su gusto por los chicos, se llegó a sentir atraído una vez pero jamás fue tanto pero ahora, ese beso parecía aclarar demasiadas dudas y crear mil más en un tiempo demasiado reducción. Se encogió en su lugar sintiéndose intimidado. Ese par, seguro habían planeado eso de algún modo para molestarle, sus bromas estaban llegando demasiado lejos. Una vez ese pequeño "beso", aunque fue más bien un choque de dientes, acabo, pudo relajarse dando un suspiro de alivio.
Su alma parecía querer escapar de su pecho, con una gran grieta en la capa gruesa de hielo que la cuidaba, destrozando hasta su alma dejando a la vista un manojo de emociones, y sentimientos que no podía controlar por su propia cuenta.
-A-ah Issei. -llamo a su ajeno, siendo ignorado totalmente por este al tener una especie de competencia con Blas. ¿Que se podía esperar de ese par? Si fueran amigos seguramente pasaría todo el día ruborizando por sus bromas, y juegos en los que no ansiaba participar por la vergüenza aque le hacían pasar. Les iba a detener ahí, eso no podía continuar, aceptaba sus bromas pesadas pero eso nada más, los juegos que sobrepasaban esa línea no estaban hechos ni para amigos, si no para algo más, para parejas, para amantes quizás, pero no para conocidos ni amigos, ni siquiera estaba seguro de que pensar en ese momento al respecto, era un pequeño lío que le detenía avanzar más, de había quedado parado en el su lugar viendo que pasaría, sin hacer mucho mas. Oh no, ¿En verdad su segundo beso sería así? Un simple juego. Un juego, un jueguete. No quería sentirse así una vez más, pero apartarse tampoco aprecia ser una opción ahora, Issei le tenía en la palma de su mano, robando su primer y segundo beso, de forma hábil, como si ya supiera que hacer para relajarse y tomar la iniciativa, como su conociera ya lo que ansiaba, algo tranquilo, no quería intensidad en sus primeros besos, siempre deseó algo calmado y tierno, que decir, es un romántico ansioso de demostrar su afecto de formas tiernas y cariñosas, puede que haya nacido y vivido hasta ahora en un lugar cruel como Horrortale pero hasta en ese lugar el amor existe, y es bien apreciado como el cualquier otro Au. Según sabía Issei estaba interesado en otro esqueleto, ¿Y si aquel chico pasaba justo cerca de ellos? Sería un tanto cliché pero no podía evitar pensar en los peores y mejores escenarios en ese momento, contar hasta tres solo le hacía ver lo duradero que estaba siendo eso. Tardó, su debido tiempo pero cedio, a continuar con ese beso algo intenso pero agradable, podía sentir como su cara ardía y su inexistente estómago era abundaod por pequeños insectos que revoltoteaban de un lugar a otro, como mariposas nocturnas que buscaban luz. Demonios Issei, ¿Que le estaba haciendo? Solo era un juego, pero su alma sentía en el fondo que algo más estaba ahí, algo que solo venía de su parte y eso le hacía tener.

-Perdon~ es que su tensión ya estaba matandome, necesitaban un pequeño empujón. -Jugueteo malicioso la personalidad de mayor edad, riendo leve y con cierto carácter infantil. Inmaduro y juguetón, así podría describirsele.
Woah, eso estaba saliendo mejor de lo que pensó, y él que creí que debía intervenir una vez más para conseguir un segundo beso entre ese par tan curioso. Desde que les veía juntos podía ver cierta tensión, ¿algo amistoso? quizás, pero diría más bien romántico, gracias a su actual pareja podía verle el lado bonito a el sentimiento más débil que podría haber después del miedo, el amor, algo tan hipócrita como eso tenía su lado bueno al parecer o eso creía Blush, admiraba su forma de ver todo positivo, al igual que Nuit, era una cualidad que se aprecia y aprende a querer con el tiempo, era hasta contagiosa.
-¡Eso Issei! No dejes escapar a tu hombre. -le tomo por sorpresa, no se esperaba un segundo beso tan rápido, aquel gesto más intenso llego hasta a avergoenzarle a él, diría que por lo algo exhibicionistas que estaban siendo los chicos delante suya, pero no podía culparles, estaban casi en su absoluto solos en ese pasillo, de no ser por los algo ocasionales alumnos que pasaban cerca y les ignoraban, con tal de llegar rápido a los baños o quizás sus salones, apostaba que los baños eran una especie de lugar de encuentro para parejas desesperadas de sexo, más de una vez se encontró condones usados en los basureros, era algo asqueroso, no entendía como esos desesperados adolecentes no podían esperarse a llegar a casa para coger, que los gemidos muchas veces se escuchaban hasta su salon, era una suerte que Isabella fuera una de las pocas que no de había encontrado con esas cosas, sería incómodo que luego le preguntase a Blush sobre esas cosas.
Con cierta maldad sonrió, ese beso ya duro demasiado, con cierta práctica logro poder dominar aquel terror que no dejaba dormir por las noches a Nuit, ese tono de voz que le hacía temblar, y los gestos que le ocadionabam pavor.
Sin más, casparreo para intentar llegar a ese tono algo grave como rasposo, un gruñido leve para practicar, aprovechando el despiste del par, se acomodo mejor para su actuación.
1... 2... Y 3. Estaba listo.
-Eh, ciervito, maldito hijo de perra, ¿Que carajos crees que estás haciendo? -de lo pacífico que solía sonar ahora su tono paso a ser más parecido al que utilizaba Jack al hablar, tuvo que pedir algo de ayuda lata lograrlo, pero estaba orgulloso, diría que sintió el quiebre del alma del ciervo en ese momento, un pánico que le recorrió casi por completo, hasta el punto de tener que apartarse de Issei en ese instante de un suave empujón que demostraba su terror. No pudo evitar reír.
-¡Oh dios! Mira ti cara, tu en verdad le tienes miedo a Jack, Jadjkakd, le contaré a Blush sobre esto. -no logro mantener su papel por mucho tiempo antes de reír y vas ahogarse en el proceso. Seguramente su pareja le regañaria por su mala broma.

Como si de ley estuviera obligado a reaccionar ante esa voz que reconocería entre muchos, ese apodo y maldiciones dignas de sus pesadillas le dejaron atónito, con cuidado de aparto de su menor, viendo con onakco hacia el tercero presente, su mirada, congelaba más que el hielo, estás muerto, ¡Rompió las reglas! Rompió las reglas, a-ah, necesitaba huir de ahí, como ciervo atrapado frente al cazador, no dudaría en usar sus astas para huir, y salvarse de ese inminente peligro pero, nada sucedió. Solo una burlona risa que le relajó un poco y luego enfado por otro. Joder, en verdad quería continuar con el beso que tuvo que interrumpir.
-¡Blas! No seas así de malo, me diste un gran susto. -se quejaba, con el celo levemente fruncido. Sería una semana sin galletas para su amigo, ahora sí se lo merecía, y le acusaría al único ser que parecía poder controlarle, quizás Blush pero había alguien más, Anuk, un chico de un par de grados superiores a ellos y que es él mejor amigo de Blas, el seriamente podria detener sus bromas tan pesadas. Se estaba cansando un poco de ellas.
Miro a su costado, recién reaccionando, había besado a Issei, el chico que consideraba un amigo, quien estaba enamorado de otro, beso a ese chico, y lo disfruto demasiado.
Quería morir en ese momento. Estaba tan apenado de sus acciones. Necesitaba desparecer.
-¡Va-vayamos al próximo salón ya! -como buen líder, se apresuró a avanzar y desaparecer de la escena. Con el rostro rojo, y un palpitar fuerte en su pecho, ya el hielo se había roto, estaba expuesto, sus emociones quedaron expuestas.




¿Felicidad? ¿Emoción? ¿Superioridad si acaso? No sabía cómo sentirse al respecto. Perdió su primer beso por culpa de un empujón traicionero, y en vez de reservar el segundo para ese "alguien especial" decidió desaprovecharlo con el mayor. Su impulsividad le ganó a la hora de actuar, y ya no tenía forma de volver atrás. Aquello le hacía sentir un poco mal, teniendo que obligar al contrario como si fuera un muñeco que usar a su antojo. Debería pedirle perdón por sus actos, que remedio. No quería perder la "amistad" que tenía con este, se quedaría sin entretenimiento y sin un conocido más. Definitivamente no salía ganando con aquel cambio, además de luego tener que soportar las constantes preguntas que Iris le haría. Su amigo se encontraba en búsqueda activa de candidatos, barajando las mejores opciones y las más compatibles, como le venga con la noticia de que Nuit y él ya no eran más conocidos amistosos seguramente le daría algo. Tenía sus esperanzas depositadas en el mayor, como posible pareja, para que se olvide de una vez de su amor platónico. No veía con buenos ojos que le gustará alguien de los últimos grados, pero que nada bien. Muchas tardes le soportó comiendole la cabeza para que dejara su amor imposible, y lo consiguió. Según él, pues aún quería a ese chico con locura, pero menos que antes. Ese artista fracasado consiguió algo de su objetivo, que mostrará menos interés en el mayor. ¿Como lo consiguió? Fácil, a base de mucha existencia y labia fina, con tal poder de convencimiento era muy difícil resistirse. Algo que le recordaba al mayor, el escucharlo hablar con esa emoción de su club le provocaba hará ganas de querer unirse. Un casi pero no, no necesitaba ir a algo como así, pues el egocentrismo no contaba como una enfermedad mental por lo que sabía. Y si solo quería pasar tiempo con Nuit ya tenía las clases para eso, pero comenzaba a dudar si eso terminaría bien, pese a perder la confianza inicial todavía no se separaba del beso. Tenía la cabeza en otras cosas, pero su cuerpo iba solo. Probablemente por la novedad y quizá las hormonas que comenzaban en esa etapa de su vida. Ahhh, que extraño sentimiento. Se le había ofrecido de una y mil veces al mayor, pero tomar cartas en el asunto era tan nuevo. Ahora sí que se sentía una completa perra, y no lo negaría, le estaba llegando a gustar y todo. Si su padre se enterara de eso seguro lo castigaría sin pensarlo, menos que mal que los pasillos se encontraban vacíos y no muchos tenían la oportunidad de conocerlo. Y no hablaba de sus padres biológicos, no, esos inútiles intentos de progenitores ni merecían llamarse así. Hablaba de su verdadero padre, el monstruo que le crió a él y a su hermana, después de ser abandonados por Hate en Underfell. Con tan sólo tres años de edad ¡tres putos años de edad! ¿¡Como pensaba ese desquiciado que iban a sobrevivir!? Y con su hermana pequeña apenas cumpliendo su primer año de vida. Si no fuera por ese viejo vendedor de Waterfall quien sabe si ahora estarían con vida. Le debían demasiado a ese ser que se compadecio de ellos, que se llevara una decepción así sería lo peor. Ya le costaba entender el gusto que los hermanos tenían por el mundo asiático ¿te imaginas que se enterarse se la cantidad de manhwas que tenían? ¿O de la actitud que tenía con su compañero de clase? Ohh Dios, no sería un buen recuerdo. Más bien todo lo contrario, y encima con sus amigos apoyando al viejo. Que desastre se formaría, pero no era el momento de pensar en eso. Solo estaban ellos tres en el pasillo, con algunos alumnos que de vez en cuando pasaban con cierta prisa. No había peligro a la vista, y por lo que notaba, el mayor comenzaba a relajarse de poco a poco. Puede que no lo hiciera tan mal para ser su "primera" vez, por fin le servía de algo ver tanto anime romántico. Hasta lo mal que se sentía se le fue yendo, pues necesitaba espacio para que su egocentrismo se vuelva a inflar de nuevo. Algo que no se esperaba era la correspondencia de este, si que le pillo por sorpresa, wow. El mayor nunca cedía a sus coqueteos ni piropos ¿porque si con un beso? Y encima uno que fue prácticamente robado, todo un misterio para él. Que dejaba de tener importancia a medida que este avanzaba. En principio era solo para burlarse del contrario, pero que su mayor le correspondiera no entraba en sus planes. Aunque no se quejaba, se sentía realmente cálido, era todo un mundo nuevo por descubrir. Uno que no le importaría hacerlo con el contrario, se estaba dejando perder por las sensaciones, puede que demasiado para este punto. Pues los ánimos en burla que recibía del ajeno, le otorgaban confianza a seguir, ruborizando poco más de lo que ya estaba su rostro. Podía saberlo por el incremento de calor que sufrían sus mejillas, pero lo que no, eran los pequeños corazones que se formaban al final del humo de su cabeza. Podrían pasar desapercibidos por su tamaño, pero ahí estaban. Exponiendo sin permiso los sentimientos que tenía, sin saberlo, él mismo se estaba delatando. Y así seguiría, de no ser por un pequeño detalle. El contrario lo había apartado suavemente, al sentirse amenazado. Ahgg, que rabia, está disfrutando aquello. Mataría a Blas en cuanto se le presentará la oportunidad, por iniciar un beso que momentos después terminaría por mero placer. Quizá y le acuse con Blush, pero no estaba seguro de eso. Si le compartía el contexto de la situación, Iris tarde o temprano se enteraría, contandoselo enseguida al resto del grupo. Ya se le ocurría una forma de tomar venganza, y disfrutaría de esta como nunca.
—Maldita seas. ¡No provoques eso si luego lo vas terminar tan repentinamente! —acusaba al mayor un tanto enfadado. Pues se le había acercado para darle débiles golpes en su brazo, como un niño quejándose por algo que quería y no se le fue dado. Nuit al percatarse de lo ocurrido, se apresuró en ir rápidamente al salón en el que debía hacer la presentación. Ni tiempo le dejo de decir algo antes de irse. Ahhh ¡maldita sea!
—Por tu culpa mi hombre a salido corriendo. ¿Y ahora como lo recuperó? ¿Eh? —se acordó de aquel comentario que hizo del contrario cuando se encontraban un tanto ocupados. Le hacía gracia que algo así fuera dicho con tanta normalidad, ¿pero que más iba hacer? Nuit había huido nada más vio la oportunidad y no estaba dispuesto a seguirlo, sobre todo por no saber que decir después de lo ocurrido. Blas había provocado eso, así que le tocaba hacerse cargo de que volviera a sus brazos.







Paso tras lado iba avanzando queriendo huir de lo que pasaba por su cabeza, aún podía sentir esa presión cálida sobre sus "labios", derritiendo su alma, caos tras capa sentía que quedaba expuesto, de una forma literaria, no podría hielo en su alma, más bien en otras partes de su cuerpo lo que es bastante curioso si de piensa. Posee hielo en su cabeza que lentamente va congelando el resto de su cráneo hasta romperlo, ya lo había aceptado pero le daba cierta curiosidad ver hasta donde llegaba ese hielo. Irónicamente fue lo único bueno que pudo descubrir sobre su mismo gracias a Jack, de resto, eran cosas que no estaba listo para oír, ¿Cómo que su canibalismo era instintivo y no una opción de supervivencia? Osease que podría llegar a tragar a cualquiera solo por las ganas de comer su carne, o roer sus huesos como una bestia. Eso no fue grato de oír. Aunque ahora sospecha que solo fue un mal uso de las plantas viniendo de Jack, siendo cruel, jugando a ser el sádico de siempre, tomando medidas extremas para causarle cierto dolor y lastimarle, como siempre. Ya había empezado a divagar. Eso le ayudaba, en parte, a bajarse el rubor del rostro antes de que algo más suceda, lentamente el calor abandonaba sus mejillas y alma para pasar a ser un frío agradable al cual ya le tenía costumbre, estaba listo, listo para hacer su presentación. Espero unos momentos a sus compañeros, volteando a ver los, ah, parecía que seguirían con sus jueguitos un poco más, no le molestaba, le parecía algo divertido mientras no le entrometan demasiado en así tonterías.
— ¡Chicos! Apresurense, aún tenemos que hacer un par de presentaciones más. —Les sonrió con ánimos, como si lo del beso fuera pasajeros, por fuera se veía así aunque por dentro resultaba ser un lío, ¿Que debía de decir al respecto? Le dejo atrapado, ansiaba volver a probar a su menor, un beso más, lo pediría si no fuera algo tan extrañó entre amigos, y ni a eso llegaban, eran conocidos amistosos, su ajeno jamás se interesó demasiado en conocerle, ¿Y si solo estaba jugando? No quería tener un collar de perro una vez más solo por un juego, no quería ser la mascota o entretención de alguien conocido. Le tenía cierto cariño a Issei, e imaginarselo siendo alguien tan cínico como para jugar con sus sentimientos, le lastimaba. Deseaba poder tener un romance de verdad, por eso de había reservado su primer beso, hasta su virginidad, y eso que tuvo más de una oportunidad para perderla, algunas chicas les parecía demasiado atractivo alguien con cierto problemas, como el avergonzarse fácil y no estar al tanto de las relaciones, aunque no fueron solo chicas, también unos pocos chicos que se sintieron atraídos por su ingenuidad y demanda de afecto sincero y puro. Conseguir eso es todo un reto a esa edad, porque las hormonas fominsn sobre el pensar hasta él mismo podia caer en eso solo por un par de besos que recibió, y cayó, la atracción empezó a aparecer en su cabeza, obligándole a ver la belleza atractiva que tenía Issei. ¡Maldición! N-no de suponía que algo así ocurriera, no estaba listo para que algo así ocurriera, le tomo por sorpresa y seguramente le afectaría de alguna forma, no estaba seguro. Pero algo grave se venía.
Ese rubor púrpura, ¿Por qué se le hacía adorable? ¡No debía! ¡No, no, no! Eso no era propio de la amistad, eso era algo más haya de lo que estaba dispuesto y podía soportar, estaba aún dando pequeños pasos para permitirse amar y aún no de sentía listo. Además, fueron solo dos besos, uno de ellos accidental, y el otro un simple jugueteo entre sus amigos en el cual acabo en medio, lamentablemente no había mucho de sincero en esos gestos de cariño. Eran simples bromas o juegos tontos, soltó un suspiro frío, debía dejar ir esos pensamientos que le venían a la cabeza, sería lo más sano para su amistad como para su salud mental, no quería sentirse como un objeto otra vez, y menos un juguete para olvidar a alguien, no, valía mucho más que eso, y lo sabía. Cómo dijo su psicólogo, el mismo debía de darse el valor que se merece, no necesita la aprobación ni de nadie para sentirse valioso y como alguien que en verdad vale la pena y mucho más, porque aún con todos sus defectos, está bien, es perfecto, tenía amigos que le querían así, y tenía a alguien que le quería mucho más que una amistad, oh, Novatorry, aún se preguntaba cómo un chico tan lindo y delicado acabo enamorado de un canibal como él, lamentablemente tuvo que rechazar al chico, en ese entonces y hasta ahora no podía sentir lo mismo, pero lo intentara, porque se ve a si mismo en un futuro con él, un futuro dulce y tan hermoso, uno en el que posiblemente si tenían suerte podrían llegar más lejos que la secundaria juntos, hasta la universidad, o hasta el matrimonio, de solo fantasear con aquella se sentía ido y divagaba entre otras tonterías, quizás si le gusta se ese chico de un grado inferior, se veía como alguien amable pero dudaba que aún siguira teniendo el mismo interés en él como antes.

—¡Jaja! Ya, perdóname enano, tampoco fue para tanto, solo fue una pequeña bromita. —se encogía de hombros, aveces sentía que era suma suerte ser un poco más alto que la media, podía fácilmente ver hacia abajo a cualquiera que estuviera algunos grados bajo él, divertido, aunque aún no lograba superar a su novio en estatura, el estúpido y sensual de Blush era aún demasiado algo para él, hasta besarle venía siendo una tarea un tanto humillante por tener que ponerse levemente de puntillas para alcanzarle, o cuando su ajeno se inclinaba un poco para alcanzarle, aveces no le molestaba por lo dulce que era pero, ¡Otra veces era demasiado dulce! Debería de ser ilegal ser tan hermoso y romántico a la vez, que casi le hacía estallar el alma de la felicidad. Ni se imaginaba que como sería para el resto de personalidades dentro de su sistema, quizás para algunos sea más fácil recibir y dar afecto. Pero para él, era algo más complejo, le apenaban demasiado rápido el afecto sincero, es un bromista y mentirosos que goza de el sufrimiento ajeno, no pueden esperar que sea tan abierto de sus emociones. Pequeño, Issei es realmente pequeño e infantil en ocasiones, rio entre pequeñas carcajadas, viendo como inútilmente hacia un berrinche aniñado, como si pueda hacer algo al respecto, Nuit ya de había ido hecho un tomate, creía que ese sería el gran límite que se tomó tanto tiempo en descubrir del chico canibal, los besos podría ser su debilidad l hasta fetiche, quien sabe, ahí muchas posibilidades para tan pocos datos que sabía al respecto de sus amigos.
—Calmate, te lo compensate pequeño llorón, solo tienes que decidir ¿Prefieres que traiga a Nuit o que te consiga una cita con tu crush? —Era una buena oferta en todo el sentido, si conocía al menos un poco bien al menor estaba seguro de lo que pediría la segunda opción que le ofrecía, aquella que la consideraba la más sencilla, sabía bastante sobre eso, más de una vez en el pasado tuvo que ayudar a viejos amigos a encontrar a su pareja ideal mediante citas y algunos vagos consejos, hacer de cupido era divertido. Pero no hubo tiempo para responder, Nuit se le adelantó para apresurar les al caminar, joder, no tuvo de otra que empezar a caminar hacia el ciervo caníbal, dejando atrás al chico de humo.
—Sera en otra ocasión que decidas, amigo. —respondio, el tema del club parecía ser demasiado importante para Nuit como para abandonarle ahora y así, sería cruel, lo es pero tampoco tanto hasta es punto, tiene sus límites como cualquiera.




Recapitulemos, primero les hizo besarse, luego los separo para molestar ¿y ahora le estaba llamando enano? Oh no, eso sí que no. Nadie le llamaba así, y menos el contrario. Creyendo tener ese derecho sólo por ser un poco más alto que la media. Ya verá, ¡pequeño pero matón! Que no se olvide eso, suficiente tenia siendo uno de los más bajos de su grupo de amigos, compartiendo ese puesto con su hermana. ¿Y que más? Solo se relacionaba con alumnos de cursos mayores, normal que tuviera esa altura. Que según él se veía bien, puede que no en la media, pero tampoco era una chincheta. Según Mocca era más parecido a un conejo, por su tierna apariencia y carácter un tanto salvaje. Pero él no lo veía tan así, prefería que fuera comparado con una serpiente, eso sí era una gran comparación, y la aceptaría gustosamente. No por algo tenían como mascota cuatro ejemplares de esos reptiles. Aww~, como adoraba a sus queridas amigas de escamas blancas. Con unos ojos rojos que enamoraba a cualquiera, tan magestuosas y misteriosas. Dignas de admiración y alabanzas. Hacia realmente poco que habían salido de los huevos, quizá dos o menos semanas. Estaba tan orgulloso de las pequeñas, que consiguieron nacer sin ningún problema. Bueno, problema relacionado a eso, porque que su padre aceptará algo así si que causo uno muy grande, y aún más cuando las descubrió. Sora y él recibieron el peor de los castigos, ¡así es! Les prohibió ver a anime hasta que estas nacieran, ¿fue poco tiempo? ¡No! Desde esa fecha fueron 5 horribles semanas sin poder disfrutar libremente, todo un horror. Si llegaban a estar un poco más, seguro que no aguantarían, pero la suerte les sonrió en el momento que más la necesitaban. Llevándose una alegría doble, no sólo por admirar algo tan bello como el nacimiento de sus mascotas, si no por saber que su condena terminaría de una vez por todas. Ahh~, que poco o nada tiene que ver esto con la situación. Pero pensar en otras cosas era lo que necesitaba, se había quedado con ganas de más y no lograba sacarse al mayor de la cabeza. Necesitaba distraerse, no quería ir forzar a Nuit otra vez, era poco ético. Pese a que eso no le importaba demasiado, aún así no podía, sería extraño que lo vaya a buscar estando enamorado de otro chico. Uno que con mucha suerte se acordaría de su nombre, puede que Iris tenga razón con aquello, y no valga la pena ir tras alguien que ni siquiera te conoce. ¡Ahhh! ¡Mierda! El beso lo dejo confundido, y con esos pensamientos no iba a mejor, debía actuar con naturalidad, por favor, unos simples besos no conseguirían formar tal desastre en su cabeza.
Dispuesto estaba de eso, olvidar el tema y pasar al siguiente. Pero otra cosa que no esperaba, ¡la jodida pregunta de Blas! Primero ¿¡como que llorón!? No era uno de esos, él tenía mucha más clase como para llorar desconsoladamente en frente de unos extraños o conocidos. Ahg, sigamos, ¿esa seria otra forma de molestar? Porque lo estaba consiguiendo, no podía creer que le soltara tal bomba de la nada. Ni espero un poco o algo, simplemente le pregunto y ya. ¿Es que no estaba clara la respuesta o que? Jaja, era tan simple de responder que no podía hacerlo. Debía elegir a Rafer obviamente, pero ¿y si elegía a Nuit? No negaría que sentía curiosidad por lo que el contrario haría si lo elegía a él. Aunque la oportunidad era demasiado buena cono para dejarla pasar. Tan solo con imaginarselo, lo deseaba, Rafer y él en una cita, ahhh~. ¿No sería ideal? Por fin podría confesar sus verdaderos sentimientos, y quien sabe, ¡igual estos eran correspondidos! Comenzando así una linda historia de un amor que se creía imposible. Que lindo era soñar, tan hermoso e inútil, debía bajarse de esa nube en su cabeza. Las cosas no serían tan simples, para empezar, dudaba mucho que el mayor aceptará ir a una cita con alguien del que ni siquiera sepa su existencia. Era normal, ¿quién se acuerda de una buena acción hecha? Bueno, de ayudar a alguien a recoger sus libros, que patético sonaba. Enamorarse por un gesto caballeroso, del que no paso a más interacción que esa. Oh vamos, seguro que ni se acordaba de su nombre, lo único que le pudo decir antes de que se marchara a su salón. Él lo sabía todo de aquel esqueleto, y este no sabía ni de su existencia. Que golpe tan bajo es darse cuenta de que la a persona que amas, jamás se fijará en ti.
—Ah, claro.. —Nuit ya los estaba llamando, sin siquiera dejarle tiempo a responder. Otra vez sonriendo, pareciendo confiado nuevamente, que poco le duro el sonrojo. Blas se adelanto dejándole atrás, era el vicepresidente, que menos que acompañar al contrario con la labor de informar sobre el club.
—Y-yo los esperaré en el siguiente salón ¡suerte! —se dio la vuelta y se marchó, necesitaba ir al baño a despejarse un poco. En verdad le había sentado mal pensar todo aquello, y después de la pregunta del contrario no se sentía con fuerzas suficientes como para acompañarlos. No volvería a clase por que aún le faltaban carteles que colgar, además que tampoco le apetecía. Y era un feo muy grande dejarlos ahí después de lo sucedido. Por eso todavía les acompañaría, se unirá a ellos una vez terminada la charla del mayor.
Entró al baño, no había nadie, que raro, varios alumnos pasarán para ir a este. Bueno, ese no era su problema, lo que si podría serlo un poco más, serían las gotas de sangre que veía en piso. Uff, ahí hubo una pelea hace poco, quien sabe por los motivos que fue esta. Dejó aquellas gotas de lado para centrarse, abriendo el grifo para poder lavarse la cara. Tenía la cabeza hecha un lío y el corazón un tanto adolorido, que mierda, con lo bien que estaba antes. No le gustaba ser consciente de la realidad, se había acostumbrado a vivir en su mundo de ilusiones y un golpe como ese le dolió más de lo que esperaba. Debería ser más que consciente de la situación, pero no, simplemente no quería. Se negaba rotundamente a aceptar que era un enamoramiento tonto y sin una base sólida. Tuvo muchas charlas sobre aquello, con Mocca, Iris y hasta con Blush. El esqueleto fanático del amor que pensaba que lo apoyaría, que inesperado fue cuando recibió una respuesta negativa. Todas ellas llegando a la misma conclusión, que debía dejarlo y punto. Solo así llegaría a enamorase de verdad y lograr tener una oportunidad con alguien que sienta lo mismo. Que cabezota de su parte hacer caso omiso de los consejos de sus amigos y seguir insistiendo en lo mismo. Una pérdida de tiempo que veía cada vez más clara, ¿y que haría? Nada, seguir encaprichado ya por costumbre. Negarse al amor si se presenta este, era ese su plan. Lo estaba siguiendo bien y no se lo habría saltado de no ser por el pequeño accidente. Que el primero si, pero ¿y el segundo? Si tan enamorado estaba no debería haber pensado en sí quiera hacerlo. Que lío, mejor paraba con esos pensamientos y se dirigía a la siguiente aula. Terminarían con la presentación y volverían a clase, ya sin coqueteos tontos. Sería inapropiado, además que con muchas ganas de aquello no se sentía, el golpe con la realidad fue realmente fuerte, dolió bastante, pero ya sanaria, como siempre hacia. Seco su rostro antes de salir del baño e irse al salón que tocaba.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: #ajio