Ahh 4
Un golpe directo, el sonido de algo metálico chocando contra el suelo y las palabras mal sonantes de unos abusones. Era lo único que acompañaba esa escena solitaria de baño. Su corona, su máxima y única prioridad del momento, había caído al suelo. Más le valían a esos mal nacidos que no se haya hecho nada, ni siquiera un pequeño rasguño. Pues de lo contrario lo pagarían muy caro, sería su peor pesadilla, tanto que hubieran lamentando el día en que llegaron a convertirse en unos matones. Algo que lamentable también afectaría a la escuela, era una pena pero no se contendría por eso. Aquello sería un verdadero festival de sangre, a la cual sólo se podría acceder a través del terror y miedo. Dejó al mayor retorciendose de dolor, era increíble como todavía seguía de pie. Estaba seguro que el golpe fue lo suficientemente fuerte como tener que dejarlo tirado en el piso, ya se encargará de que ahí acabe esa escoria. Se dio la vuelta para recoger lo que le pertenecía, la revisó con sumo cuidado. Esta bien, esos idiotas se habían librado de la muerte, pero no del castigo que les pondría por coger cosas que no les pertenecían. Se encontraba agachado, cerca del suelo y a espaldas, un movimiento nada inteligente por su parte. Pues se exponía como una presa fácil, pero ¿sabéis eso del lobo con piel de cordero? Exacto, el nunca fue una presa fácil, más bien era el cazador, y sus compañeros eran las potenciales presas. Le gusta hacer tal comparación, se sentía poderoso cuando pensaba en eso. Y con esos abusones, ni siquiera había un rival, sabía perfectamente que ni entre los tres tenían si quiera una mínima oportunidad de ganarle. Pero al parecer ellos no pensaban los mismo, pues escuchó unos pasos que se acercaban a él rápidamente, seguramente esa pareja que seguía a líder de su pequeño. Sin autonomía propia, sólo obedeciendo al imbécil más grande ¿y porque? ¿Será por su brillante inteligencia? ¿O por su hábil labia de conversación? Que idiotas, teniéndole miedo a un musculitos, porque esa sería la única razón. No podía ver ninguna cualidad especial en aquel tipo, además de su buena condición física. La que no duraría mucho, ya que llegó a observar en los bolsillos de su pantalón como tenía una caja de cigarros. Seguro que para creerse mayores y "cools", oh si, ¡que genial estropear nuestra salud con tal de parecer mayores! Aquello no hacía nada más que aumentar su odio y ganas de golpearlos hasta que rueguen que pare. Los pasos cada vez estaban más cerca suya, dejaría de perder el tiempo con pensamientos inútiles y terminaría con eso de una vez. Al ser solo dos, lo tenía fácil para atravesarlos con sus "tentáculos" negativos. Era mejor llenarlos de negatividad que de euforia, pero si fueran más no tendría más remedio que hacerlo con los positivos también. Podría sonar mejor, pero no lo era, muchos sentimientos positivos también podían causar un gran daño emocional. Es como cuando estás riendo muy fuerte y por mucho tiempo, que te empieza a faltar el aire, pero no puedes parar de reír. Es algo parecido a aquello, pero bastante peor, lo único malo, es que causaba mucho ruido. Y no podía arriesgarse a que eso pasara. Ambos abusadores se quedaron a pocos metros de él cuando fueron atravesados por sus tentáculos. Como dijo antes, estos no hacían daños físicos, por lo que se encontraban perfectamente, sin heridas ni daños. Al menos por el momento, limpió un poco su corona antes de ponérsela nuevamente. Esta quedó un tanto de lado, ya que le gustaba que estuviera así, se le hacía más cómodo. Se levantó del suelo y se dirijo a paso lento al mayor de los cuatros. Ese patético malgasto de oxígeno y espacio, que estaba gritandoles a sus compañeros, pensando que así reaccionarían o algo. Pero nop~, era inútil, ahora mismo deberían encontrase en trance, experimentando cada emoción negativa que sintieron alguna vez pasada. Reabriendo viejas heridas que creían haber superado. Que divertido era eso ahh~ le gustaría quedarse a ver sus rostros, pero tenía asuntos pendientes con aquel "líder". Lo agarró del cuello, casi de una forma demandante de atención, quería que lo viera a los ojos cuando recibiera cada golpe suyo. Normalmente tenía la cuenca izquierda cerrada, pero podía hacer una excepción, solo para él.
-Recuerda que te lo pedí por las buenas. Esto es solo tú culpa. -uno de los "tentáculos" libres que le quedaban, lo atravesó rápidamente. Siendo este de emociones positivas, pero no importaba, solo era temporal, hasta que el mayor cayera al suelo, al verse superado. Tal y como planeo, este cayó al suelo con gran facilidad, pobre ingenuo, tenía una estúpida sonrisa formada. Ver su rostro cuando le quite tal felicidad y lo traiga de vuelta a su cruel y horrible realidad, va ser tan satisfactorio. Más que cualquier dulce caramelo, o noche pintada de oscuridad, donde sólo la luna brindaba una tenue luz. Se acomodo encima de aquel tipo, un golpe directo a la cara, mientras su otra mano agarraba con fuerza su cuello, asfixiandolo lenta y dolorosamente. Varios golpes le siguieron a este, con el estúpido abuso riendo de felicidad. Era el momento perfecto para arrebatarla, retiro de golpe su tentáculo. Los efectos de este no tardaron en desvanecerse, al igual que la sonrisa pintada en su rostro. Era como le había imaginado, incluso mejor. Esa dulce expresión de temor, como la guardaría con cariño~. Siguió con su pequeño trabajo, golpeando fuertemente a su compañero, mientras veía como luchaba por su vida. Arañandole el brazo, o lo que parecía intentar. Ya que este al estar rodeado de corrupción y esa masa viscosa no le permitía sentirlo. Disfrutaba tanto aquello que no quería que terminase, pero lamentablemente no fue así. Puedo escuchar unos pasos acercándose al baño, oh mierda, ¿quizá la maestra? No sería bueno que lo vieran así, golpeando sin motivo aparente a sus compañeros de clase. Ahg, está vez no se libraría del castigo tan fácilmente. Estuvo atento a ver quien ers el que pasaba por la puerta levemente entre-abierta. Que alivio se llevó al ver que tan sólo era el otro esqueleto que debía avisar. Dejó de apretar el cuello ajeno y libero al resto del grupito, que cayeron al suelo como si no tuvieran forma de sostenerse por sí mismos.
-Hey. -saludo al contrario, mientras se levantaba y acomodaba sus ropas. Que suerte tuvo el "líder", librandose de una horrible muerte por la llegada de uno de sus compañeros. Tan patético e indefenso ¡inútil!
-Chroma, la maestra dice que volvamos ya a clase. ¿Vamos o te quedarás con tus amigos? -su tono estaba más calmado y tranquilo que antes. Pues su enfado era única y exclusivamente a los abusones del baño, no tenía nada en contra con aquel esqueleto. Lo que no quitaba que tuviera suerte, logró enfocar sus sentimientos a las personas correctas, evitando que pasara cualquier desgracia a inocentes.
Se había adentrado en el baño, algo curioso, podría decir, quizás eso abusivos habían agarrado a una nueva víctima, esos sonidos eran porvenietes de una pelea, podía apostar a ello, pero más aún no era algo que pensó lo que ocurría, sino algo mas extrañó. Se encontró a un esqueleto, que diría era de su salón pero no estaba seguro, golpeando al líder de esa pandilla de estúpidos, se vio en la necesidad inmediata de abrir su cuenca cerrada para ver mejor aquella sorprendentemente escena, _si, era lo que deseo tantas veces hacer por su propia cuenta, pero ver a alguien más hacerlo era mas satisfactorio_, sintió como si su alma saltará dentro de su caja torácica, y la adrenalina pasará rápido por todas sus expremidades sin excepción. Ese chico... Necesitaba hablar con él. Alguien tan fuerte y hábil es digno de su admiración y mas pura aprobación, sintió una gran necesidad de intercambiar más de un par de palabras con ese fuerte extrañó. Abrio por completo la puerta a los baños, y entro, pasando estaré los cuerpos heridos y se agachó para tomar el objeto que había perdido hace unos momentos.
¿Esa aquel comentario una broma de mal gusto? No lo entendía.
-Ellos, no son mis amigos. -Respondió vagamente en un tono algo bajo, reviso su aparato tecnológico, estaba en buen estado aunque parecía que la pantalla se rompió un poco, algo normal si callo de su bolsillo cuando huyó como un maldito y asqueroso cobarde, es tan desagradable, que le daba ganas de vomitar, de hecho, cualquier cosa era una excusa para hacer eso, vomitar hasta lo último que tuviera en si estómago inexistente hasta que sus dientes dolieron por el ácido gástrico.
Camino con cuidado una vez más para volver hacia la salida, cerrando su cuenca lastimada, tener que forzar la vista en a único ojos abierto ya era un fastidió y en los dos, era el doble de molestó, por ello mantenía uno cerrado. Llegó al lado de su compañero, le empezaría a tener un gran respeto a ese sujerto, no recordaba su nombre pero ya se ganó su más profundo respetó y admiración, se le quedó mirando por unos momentos, intentando recordar su nombre. Kumo. Si mal no recordaba así se llamaba ese curioso ser. Debía de conocerlo más, en verdad necesitaba de eso.
-Vamos a clases. -se limito a decir, guardandose las pequeñas preguntas que le surguian, se dió una pequeña vuelta sobre sus débiles talones antes de irse de aquella escena, esperando ser seguido por aquel otro esqueleto, tan curioso y fascinante, alguien con esa fuerza debía de ser un ser superior a él seguramente. Ah, luego le debía demasiadas explicaciones a sus padres por sus heridas y marcas en hueso, demasiadas cosas a las que no quería contestar, más que nada apor indiferencia, no sentía el orgullo como motor a ocultar algo que hizo o le hicieron, el único ser que le podía pedir que decir y que ocultar era su Aurora, un príncipe se la noche como del día, hijo de dos príncipes con corona. Casi igual a la corona que traía Kumo, se preguntaba si serían familiares o algo así, aunque por parte de Aurora quizás jamás pueda descubrir eso, era alguien que ocultaba su árbol genealógico y hermanos cercanos, con suerte pudo saber un poco sobre sus progenitores, era todo un misterio que no se esforzaba en desentrañar. Bajo la vista al suelo, no oía pasos detrás de si, quizás perdió su única oportunidad de hablar con Kumo, ya que más daba, no es como si alguien tuviera interés en hablar con él de todos modos, no es alguien interesante más haya del hecho de que es útil como guardian, solo para eso sirve, de resto, es un completo inútil. No bueno es para el arte. Peor aún es para hablar con otros. Ugh que asco le daba ser el mismo.
Claro que no lo eran, jaja, solo fue un chiste de su parte. Era más que obvio que esos tipos sólo se podían llevar bien con alguien como ellos, y para que negarlo, Chroma era más de los que se dejaban intimidar y no hacia nada. Quizá por esos mismo sujetos, o quizá por otros. Pero era uno en definitiva, podía observarlo por los notables golpes y vendajes que tenía en su rostro, pobre chico. Si que debieron cebarse con él antes, pues parecía que fueran recientes y no de hace tiempo. Le gustaría saber quienes fueron sus atacantes, y a lo mejor, retarlos a una pelea. Aquello era uno de sus pasatiempos favoritos, luchar, no sólo le ayuda a a poner en práctica su entrenamiento sino que también aumentaba su ego al salir siempre ganador. No lo tenía muy inflado, pero si lo suficientemente como para sentir que destacaba en ese campo, y con honores. Muestras más practicara, antes podría superar a su padre en lo que a fuerza y habilidad respecta. Quizá así y sólo así por fin se digne a llamarlo hijo, y no por su nombre o aquellos apodos que ponían en duda su autoestima. Ahg, ese Nightmare, algún día, algún día, ya podrá verlo como a un igual. Pero dejando de lado sus pensamientos, aquel esqueleto ya se había ido del baño. Si que esperaba, tal vez por que no escucho si dijo algo más, pero bueno, ya le alcanzaría. Había un pasillo largo hasta llegar a su aula, era lo que tenía ser el último salón y que el baño sea uno de los primeros. Antes de irse, pido oír el angustioso repito de una de sus "víctimas", más concretamente, el líder de la banda. Como respiraba con desesperación, seguro que su garganta ardía y hacerlo era todo un infierno. Que bien merecido se lo tenía esa perra, nadie le podía quitar su corona y reírse de él esperando que no tomará represalias. Se agachó una vez más, quedando cerca de su compañero, que se encontraba inmóvil en el frío suelo. Se creía la gran mierda y fíjate como acabó, más patético imposible. Agarró bruscamente la corbata de aquel uniforme, ahorcandolo levemente en el proceso.
-Tú ganas, le diré a la maestra que no estabais en el baño. Que bien ¿no~? -unas cuantas risas fue lo que se escucho después de eso. Puede que acabará obedeciendo a unas escorias, pero no tenía más remedio. En el estado que los había dejado, era francamente difícil que pudieran reincorporarse e ir a clase como si nada. Además del peligro que corría por su estos decidían acusarlo. Que molesto sería eso, tan sólo estaba ayudando a que sus compañeros no se quedarán atrás. Y hablando de quedarse atrás, ya era hora de ir con su otro compañero a clase. Soltó la corbata del contrario, viendo como se golpeaba la cabeza con el suelo. No pudo evitar reírse ante aquello, le causa a gracia compararlo. Como era antes de empezar la pelea, tan arrogante y egocéntrico, ahh~ y ahora tan indefenso y temeroso. Que gusto ver el miedo tallado en los ojos de quienes has hecho sufrir. Se apresuró en levantarse y salir de ahí, no sin antes dedicarle un escupitajo en la cara del mayor. Era su agradecimiento por haberle hecho pasara tan buen rato, y por qué no le molestara que conservará un poco de su sangre en los nudillos. Muy poco visible por esa masa viscosa que se apoderaba de sus brazos, entorpeciendo la labor de presumir por su victoria y mostrando orgulloso la sangre de su enemigo.
-Una cosa más. Como se te ocurra decir algo de lo que pasó aquí... No volverás a ver un jodido amanecer más. Todo tu mundo se teñirá del negro más oscuro que puedas presenciar, sin teme la posibilidad de volver a ver la luz. Pues esa oscuridad tan fría será tu única acompañante hasta el resto de tu patética vida. ¿No suena bien~? -salió del lugar riendo como un desquiciado. Si tan solo se hubiera dado la vuelta para admirar la escena, pero no, era mejor dejarlo con un efecto dramático. Adoraba tanto esa parte de su pequeño hobby. Amenazar a sus víctimas con la posibilidad de quedar ciegos permanentemen. Por supuesto, no lo iba hacer, sólo era una forma de meterles miedo. Teniendo que vivir con aquel impedimento y la vergüenza por la que fue causada. Pese a que no lo había hecho, no negaría que si alguno le acusaba, estaría más que dispuesto a experimentarlo. Así aprendería a tomarse las amenazas en serio, y quien sabe, igual podía llegar a ser un cirujano experto. Si es que no se le muriera el paciente con tal intervención. Ya al estar fuera, busco con la mirada a su compañero de clase, no estaba muy lejos y parecía que le costaba caminar. Tal vez tener una pequeña charla antes de llegar le calmaría los ánimos, pues luego de aquello se encontraba bastante excitado. Camino con paso rápido hasta alcanzarlo, lo observo unos momentos con detenimiento, se le hacia curioso que tuviera una cuenca cerrada, al igual que él. Puede que además de tal defecto, tengan otros en común.
-¿Qué te ha pasado? ¿Una pelea quizá? -sentía curiosidad por los vendajes del contrario. Cuales serían los motivos para que este acabase así, y si era por alguien más. Todavía tenía ganas de pelar, si no eran por culpa de esos matones, buscaría al causante de las heridas del ajeno y lo retaría. Estaba inquieto y eso se podía notar con facilidad, como intentaba mantener cierta distancia y a la vez acercarse más a su compañero. Sus tentáculos ya se habían evaporado, le costaba bastante magia que estuvieran en su forma sólida y como ya no los necesitaba, decidió que estén en la original. Lo que incluía ciertos riesgos, como que alguno de los dos al respirar cambie repentinamente de humor. Aunque tampoco sería la primera vez que le ocurra, demasiadas veces como para recordarlas todas.
-¿Y donde conseguiste las vendas y las curitas? Se supone que la enfermería está cerrada en horario de clase. -intentaba sacar un tema de conversación si o si. No se quedaría tranquilo hasta que lo consiguiera, era mejor que se centrase en eso que en querer golpear a cualquiera. Lo que lamentablemente también incluiría a su compañero, es decir, alguien inocente. Menos mal que ya tenía más control sobre sus emociones, si no, la historia de primero se hubiera repetido. Justo por lo que pasó en ese curso fue el motivo por el que tuvo que ir a terapia. Según los docentes del centro y su terapeuta, no podía ir golpeando a quien quiera solo porque le daba la gana. De igual forma, que no podía amenazar a sus compañeros, cuando le daban esos cambios de comportamiento. Pero como no podía controlarse y seguía haciéndolo, no tuvieron más remedio que ponerle una medicación para esos supuestos "ataques de ira". Lo que no le hizo más que mal, pues los valientes de la clase se burlaban de él por eso. Llamándole loco por recibir pastillas, excluyendole de las actividades de grupo y haciéndole el vacío. Pequeños hijos de puta, normal que al final de curso decidiera vengarse de todos ellos. A excepción de unos cuantos de sus compañeros, quienes intentaban ayudarle y comprenderle. Sólo por ellos dejó la medicación e intentó controlarse por sí mismo, ya que esa cosa le daba nauseas, insomnio, jaquecas y insomnio importante. Era el malestar hecho pastilla, que horrible experiencia con los medicamentos. Por lo menos de algo le sirvió, un gran avance para él, pero no para si vida social. Ya que esos hermanos que le ayudaron tuvieron que irse nada más empezar el curso, lo que fue una mierda para él. Pero no tanto, ya que poco después conoció al que sería el amor de su vida y a su más grande rival.
Caminaba lento y casi rendido a caer al suelo, su propio peso parecía aumentar y causar que sus piernas flaquearan, suponía que sería la angustia que no podía identificar atacando de alguna forma su cuerpo, junto con el dolor físico. Al no escuchar pasos detrás solo camino tranquilamente sin pensar en nada, sin sentir nada. Diría que estaba bien pero no estaría seguro de ello, estaba mal herido, con un problema ir casi nadie podía solucionar más we él mismo y unas cuantas sesiones largas en terapia, si, estaba todo lo bien que en su estado lograría serlo. Se preguntaba, si alguna vez lograría sentir algo, además del creciente odio en su pecho que parecía consumirlo como un agujero negro, lentamente pasaría a eliminar el blanco de sus prendas y cambiarlo por un hermoso rojo carmín que ensuciaría hasta su rostro sonriente, era le escena más satisfactoria que podía tener en su cabeza retorcida, planeando ya una venganza bastante pasiva en comparación a lo que ah sufrir gracias a unos malnacidos hijos de perra, ¿Por qué se creían con el derecho de golpearle? No sé defendía porque la última.bez que lo hizo casi acabo suspendido, ¿Y ese ya era motivo para atacarle cada día, humillar el poco sentimiento positivo que sus días escolares le traían, ensuciar su orgullo y ropa, acabar con su inocencia? ¿Acaso el que no se defendiera valía todo eso? Vaya mierda en verdad, hasta saliva le arrojaban para ansuciarle, no les estaba con las patadas, con los huesos fracturados, con el posible daño físico que le causaran, no les importaba, para ellos él no es nada más que una maldita muñeca con la que jugar. Pero ya verán, algún día obtendrá su venganza, Aurora el apoya, y solo necesita de su príncipe para ser feliz, él le cuida, él le quiere, es todo lo que necesita, no más ni menos. Se siente tan bien con él a su lado, ¿Acaso esa será la alegría de la que tanto escucha hablar? Puede, puede que sea así y Aurora sea su razón de ser feliz, y quizás le ayude a encontrar otras emociones, tal vez algún día se enamore, sería lindo hacerlo, ver a otro ser a los ojos y sentir que se derretia por una sola mirada y palabras dulces, tal vez por su parte lo vendrían palabras si lo las bien gestos pero es lo que sucede cuando hablar no es la actividad preferida. Quiere amar tanto como odia y desea acabar con todo. Oh carajo. ¿Cuando aquel esqueleto había llegado a su lado? Parecía querer explotar de lo emocionado y eufórico que estaba, se preguntaba la razón de eso, además de la pelea no hayaba razones para que ese desprendimiento de felicidad y exitacion sea tan contagiosa hasta para su alma pequeña.
Debia de responder pero se lo pensó un poco, esperando a por más preguntas, o tal vez que cierre la boca e ignoren lo que pasó, puede que quiera hablar con Kumo pero, era demasiado pronto, algo en su interior le pedía cerrar la boca y callar, por su hacia el ridículo. Pero parecía que su ajeno no se rendiría en iniciar una charla corta, bien, le daría el gusto, no es como si fuera del todo desagradable. Solo un poco agradable. Soltó un suspiro rendido, e hizo algo más lento su andar, dolía como el infierno.
-Los bastardos de haya atrás, me golpearon, como ya es costumbre, aunque se pasaron un poco esta vez. No tengo permitido pelear en la escuela. -fue un diálogo simple, dando directo en el clavo luego de pensarlo un poco, continuo con la siguiente pregunta, uh estaba algo más fácil de responder. Pues el ser más puro que tiene la suerte de conocer siempre le cuida, aunque a Aurora no le agrade que se junto con Dizzy, este era su persona especial cuando necesitaba consejos y apoyo, además de curar sus heridas, le ayuda a entender mejor lo que siente aveces, diría que le quería mucho y que amaba su forma de ser, tan calmado y comprensivo, que daban ganas de llorar por la impotencia de creer que no merece ser su conocido siquiera.
-Un ami...go me ayudó, es de otro salón, siempre me cura las heridas cuando me lastiman. -Y es tan lindo, aveces para que deje de llorar le dejaba un pequeño beso en el cráneo, aveces se lecionaba un poco con tal de tener una excusa para ver a es hermoso ser, lo deseaba, podría ser un tanto egoísta pero quería que ese afecto y lindo tratos fueran solo para él. Nadie más los merecía, tampoco es como si él si pero al menos sabría apreciar a ese hermoso ser. Miro de reojo a su contrario, su aspecto pese al uniforme daban esos aires de ser de la realeza, no solo era la corona también era ese cierto carácter que demostraba, altanero, con la cabeza en alto y había algo que le daba curiosidad de él.
-¿Por qué los golpeste? ¿No te da miedo ser suspendido por ello? Yo podría decirle a la maestra lo que ví fácilmente. -no era una amenaza, era simple y llanamente curiosidad, una peligrosa curiosidad que podría provocar cierto daño, quizá su ajeno se podría tomar a mal lo que pronunció sin mala intención, pero que podría decir, le daba un poco igual como se tomará sus palabras.
Así qué eran aquellos tipos lo causantes de las heridas de su compañero. No lo parecían, pero si que podían llegar a golpear fuerte. ¿Y que menos? Eran tres contra uno, el resultado de la victoria se veía claramente. Al menos con el contrario, ya que con él no corrieron la misma suerte. Más bien todo lo contrario, acabando mal heridos y seguramente con algún posible trauma reabierto. Uff~ ya estaban deseando ver sus rostros cuando vuelvan a clase. Quería siquiera saber si aún tenían el valor suficiente como para mirarle a los ojos, o si lo intentarían evitar a toda costa. Hasta puede que en el próximo proyecto en grupo pida ir con ellos. Algo más bien raro y poco común, pero que le iba hacer. Sería para él todo un disfrute poder ver sus rostros temerosos, observar directamente a los ojos ajenos, observando el miedo que estos tendrían. Tal vez estaba fantaseando más de la cuenta, otra vez, debía centrarse en prestar atención al menor y calmar sus ánimos. Que la única pelea segura que tendría era con la clase de matemáticas. Ahh, que fastidio, no se enteraba nada de esa materia y cuanto menos sabia más asco le cogía. Era todo un círculo vicioso.
-Mira que bien, hasta enfermera personal tienes. -dijo con algo de gracia. Pues era lo que le parecía, como su menor estaba tan acostumbrado a que se metieran con él, que ya tenía a alguien que le curará. Lo que no quitara que no se estuviera burlando de su compañero, podía parecerlo, pero no era así. Solo quería encontrará algo cómico en ello, porque ¿que sería de la vida sin reírnos de ella? Era un pensamiento bastante ocurrente en su mente, ya que para él tenía razón. De poco o nada ayudaba compadecerse de uno mismo, es más, hasta podía ser negativo. Ya que te ponías en un rol de victimista sin ser consciente. Ese de que "no soy yo, es el mundo que me odia". Conocía esa sensación muy bien, queriendo huir de los problemas culpando a otros. Sin hacer nada para cambiar, sin esforzarse y esperando a que alguien te los resuelva. Ese papel de constante víctima, como lo detestaba, y no lo decía por el menor, ya que no conocía su situación. Era más para él mismo, de como antes abrazaba ese rol, sin alejarse y queriendo imponerlo a la fuerza. Pues era la única realidad que conocía. Un par de preguntas lo sacaron de sus pensamientos, mmm, ¿como contestar a eso? ¿Es que Chroma pensaba acusarlo? Por su tono de voz ese no parecía el caso, sería más bien curiosidad. No todos los días entras en el baño y ves a alguien golpeando a tus abusones.
-Bueno, ya eh quedado suspendido temporalmente así que nop. De eso no tengo miedo, además que tengo una "excusa" para librarme si eso pasa. -sonrió levemente al decir eso último. Puede que no funcionará tan bien como antes, pero luego de explicar su situación al centro y los repentinos cambios de humor, parecían ser comprensibles y un tanto flexibles al respecto. De todas formas, ya llevaba mucho tiempo sin ir a dirección por culpa de ese tipo de problemas. Simplemente podría tratarse de un bajón puntual, mostraría un falso arrepentimiento y se disculpara si fuera necesario.
-Respecto a la otra pregunta. Bueno, no sabría un motivo en concreto. -en realidad si, pero dudaba si contárselo. No sabía si podría comprenderlo o lo tacharia de bicho raro. De cualquier forma aún era muy pronto. Nadie de su salón conocían aquello, tuvo la suerte de cambiar de clase y estar en una nueva. Sus antiguos compañeros se encontraban en la clase de su amado. Intentado no cruzar miradas y alejarse de él lo más rápido posible. Si que recordaban bien lo sucedido.
-Solo diré que me molestaron cuando les fui avisar. ¡Y me quitaron mi corona! Nadie me quita lo que me pertenece, esa panda de abusones merecía cada uno de golpes. Y de no ser por ti, seguro que alguno más se llevaban. -habló con cierto orgullo en su voz. No lo negaría, se sentía orgulloso de su fechoría, quizá porque aún tenía aquellos sentimientos negativos inundando su alma, que no le dejaban ver la gravedad del asustó. Pero no le importaba, de todas formas, esa panda se cebo con el contrario. ¿Porque no podía hacer él lo mismo? Como una excusa de devolverles el daño hecho, pero no todo. Chroma si que veía mal, su informe estaba un tanto sucio, con manchas de lo que seguramente antes eran huellas de zapatos. Su cara llena de raspones y heridas vendadas, aquel paso lento y adolorido.
-¿Sabes una cosa? Seguramente no me incumba, pero ¿no crees que ya es tiempo de acabar con esto? Quiero decir, solo mirate, das lastima. ¿En serio vas a dejar que una panda de imbéciles te haga la vida imposible? Deberías hacer algo antes de que sea demasiado tarde. -le daba cierto coraje la situación de su compañero. Y es que no se iba a callar al respecto. Por más que no tuviera que ver con él. Puede que aquello arruinara la posibilidad de conversar hasta llegar a clases ¿y que? Podía sentir cierta empatia por la situación del menor y no le gustaría que siga aguantando esos abusos. Que el odio y rencor lo consuman hasta solo quedar el deseo de venganza en un ser vacío y sin sentimientos. Algún día explotará y en ese día todos se arrepentirán de sus actos. Deseando haber hecho algo para cambiar la situación, pero ya será demasiado tarde.
¿Enfermera? Bueno, no lo culpaba por pensar así de Dizzy, el chico siempre le cuidaba y sanaba sus heridas cuando lo pedía amablemente, diría que amaba esa cualidad tan caritativa de ese esqueleto, si tan solo supiera como expresarlo, besaría sus "labios" y le pediría que fuera suyo, porque alguien tan especial y brillante no necesita ser compartido con nadie.
-No diría que enfermera personal pero puedes tomarlo así si gustas, no creo que moleste mucho. -fue neutral, entendía ese toque cómico que su ajeno un estaba darle a la charla pero era complicado reir sin hace una mueca extraña, pues no le daba gracia, quizá si solo que no llegaba a comprenderlo del todo, es difícil vivir con su condición. No poder sentir nada pues eso se beneficioso en algunos casos pero le arruinaba un poco al tener que socializar, no lograba empatizar bien con los demás, incluso ahora glorifica una figura casi inalcanzable de un compañero suyo que apenas conocé, a quien podría considerar casi como un héroe al haberse enfrentado a sus abusadores, admirable y tan fuerte, quería aprender una o dos cosas de él, defenderse apropiadamente y causar miedo en otros, si, eso necesitaba para ser feliz para sentirse completamente satisfecho y quizás feliz, tan feliz de ver las lágrimas de sus contrincantes suplicando por piedad mientras los golpeaba, tan fuerte como ellos lo hicieron en un pasado, aquello solo se quedaría en una burda fantasía que nunca de volvería realidad y se repetiría una y otra vez cada que escuche música que ambiente esos cínicos pensamientos e ideas. Oh, y ni hablar de sus planes, quien diría que para su corta edad comprar por internet con una identidad falda sería tan fácil, diría que tenía todo listo, pero aún debía esperar, unas semanas más, y sería feliz, su vida al fin brillaría sin necesitar de un sol. Su vida estaría llena de emociones tras una bala. Ah... Soñar despierto es tan hermoso.
-Oh, que suerte la tuya. -Siendo sinceros, también le encantaría poder librarse de un castigo, tener un as bajo la manga para no ser castigado por algo que no merece, es una víctima que necesita liberar esa venganza que planea, si tan solo tuviera la suerte de no ser condenado por ello, sería tan lindo... Tan lindo...
Al menos podría decir que no sentía culpa de sus actos. Se detuvo por unos vagos momentos para descansar, mierda, como dolía, su cadera, lógico, ¿No? Con tantos golpes, patadas dirigidas a su abdomen, y cadera, golpes bruscos y sin compasión. Le habría encantado ser el causador del miedo en sus bullys pero hizo una promesa, no volver a pelear, quizá pueda relatar lo que ocurrió aquella vez; fue un día lunes aburrido, una vez más iban un grupo de idiotas a molestarle, era de primaria e iba a una escuela cercana a su actual secundaria, se canso e los abusos y golpeó a esos idiotas tal y como su padre se lo había enseñado, revolviendo cada golpe y humillantes palabras.
"¿No que muy fuertes maldito maricones, eh? Hijos de perra, levántense, ¡¿Se divirtieron muchoa antes no?! Es mi maldito turno." diría que fue el único momento en el que realmente estuvo emocionado por esa actividad tan violenta la cual rechazaba por órdenes de sus padres. Dió una suave y leve risa, casi forzada pero a la vez simpática, ese chico estaba siendo agradable, demasiado para el poco tiempo que llevaban de hablar.
-Creo que mejor te hubiera dejado acabar con ellos antes de interrumpirte, Kumo, eres bastante fuerte. Eso es increíble. -la admiración se hacia notar en su tono de voz, ese sentimiento podría pasar a obsecion fácilmente si no se tenía cuidado y como ya se ve, no es como si tuviese cuidado al respecto, para él no habían diferencia entre amor y obsecion, diría que este último era lo mismo pero hasta más fuerte y hermoso que el primer mencionado. Dejaria que me golpeara tantas veces para ver de qué era capaz, la curiosidad le podía más junto con el justo casi abusivo y extraño de recibir dolor, la costumbre lo volvió grato, menos las humillaciones, eso sí era doloroso de sentir y oír. Eran como puñaladas a la poca autoestima que tenía en su ser.
¿Demasiado tarde? Si hasta temía ser un día abusado de mas maneras además de los golpes y la humillación, ya era tarde pero no demasiado, aún podía hacer algo, algo para acabar con todo y sonreír al final, como un buen cuento de Disney.
-Es cierto, no te incumbe pero, por mostrar interés te voy a responder. -no cualquiera le intercambiaban más de dos palabras, solo su hermano y los amigos de este, diría que por obligación más que por agradarles- _Ya es tarde_ pero si planeo acabar con eso, ya sabes, defenderme de alguna forma, solo que espero el momento, puede que le vea de la mierda pero aún puedo soportar, de que aún puedo aguantar más golpes, aunque mis huesos se rompan y mi cuerpo sangre. Solo tengo paciencia para esperar el indicado momento. Puedo esperar. -se encogió de hombros y volvió a caminar con lentitud, adolorido, casi cayó al suelo en cierto punto, carajo, ¿En serio? ¿Ahora sus piernas iban a fallar? Parecían casi no reaccionar, hasta su ecto-cuerpo parecía tener pequeños espasmos dignos de un sollozo retenido, iba a llorar otra vez, ¿Por qué? No sé sentía triste ni nada parecido, estaba bastante bien de hecho.
-¿tu... Crees que logré aguantar más? -en su actual estado, dándole lastima a alguien desconocido, es lo único que puede pedir, cierta confianza en sus motivaciones y sueños.
Si bueno, esa suerte que decía el contrario no era lo que parecía. Pues actuaba como una espada de doble filo, claro, se podía librar de los castigos sin muchos problemas, quedando como un pobre chico incapaz de controlar sus emociones. Que necesitaba a alguien que lo cuide y le comprenda, impulsandolo a ser mejor persona. Jaja, como una princesa atrapada en una torre esperando a su caballero de brillante armadura. Una comparación que podría ser bonita simple vista, pero no hacia más que ocultar una realidad tan oscura como la noche. Ya que el ser visto así por la gente, podían compadecerse y pasar por alto algunas cosas, pero ¿se molestaban si quiera en ayudarle? Nadie quería sentirse responsable por algo así, evitaban de cualquier forma tener que formar parte del problema. Pues actuar superficialmente era más cómodo y no tenías ni que ensuciarte las manos. Tener esa sensación de ayudar, sentirse bien con uno mismo, se podía obtener de una forma tan fácil que daba asco.
Así que daba esa sensación, bueno, no negaría que le alagaban esos últimos comentarios. ¿Y a quien no? Siempre es grato escuchar algo así. Puede que no justo eso, pero ya se entiende a lo que se refería.
-Todavía puedo hacerlo. No creo que se hayan movido del baño~. -canturreo un tanto alegre. La pequeña conversación que estaban teniendo conseguía calmarlo, por más poco que fuera. Ya no tenían esas ganas desesperadas de pelar, su atención se centro en el menor, sustituyendo aquello por querer platicar. No estaba mal, era un buen cambio, pero la pega sería que tendrían que parar al llegar a clase. Si es que siempre había una, si no era una cosa era la otra. Pero bueno, tal vez pueden volver a hablar en el descanso, si es que Chroma quería. Puede que prefiera ir con sus amigos que quedarse con él, es entendible la verdad. También le gustaría hacer eso, pero no corría la misma surte. Él no tenía a nadie con el que pasar los ratos libres, no tenía amigos. Se podría decir que era un marginado social y no estaría tan desacertado, el único al que podría considerar medianamente así sería Yugen. Pero no era el mejor ejemplo, lo que los unía era una rivalidad. Más haya de eso no había mucho que contar, pocas veces hablaron sin el tema del amor de por medio. Pero aún así las suficientes como para compartir ciertos gustos y pareceres, que quieras o no fue lo que les llevo a un acuerdo. Que respetarán la elección de Nox y no intentarían seguir cortejandolo, haciendo su rivalidad más sana si se podría decir.
Rápidamente lo sujeto para que no se cayera, en verdad daba lástima aquel chico, parecía tan frágil. Como si se fuera a quebrar en algún punto, en lo físico ya se daba por hecho que algo así había pasado, pues era como si hubieran intentado pegar los trozos de una taza rota sin mucho éxito. Lo que era más preocupante era la otra parte, la psicológica. No se requerían muchos conocimientos para saber como terminaría aquello. ¿La historia de una víctima de abuso escolar? En suicidio o asesinato, había una tercera opción. Pero esta era difícil de alcanzar, superar todo lo que sufriste para tener una vida normal. El problema, es que "superar" no expresa bien todo lo vivido, no hace referencia a los maltratos y abusos sufridos. "Superar" es una simple palabra, contra un montón de experiencias capaces de marcar tu vida para siempre.
-No conozco tan bien tu situación y siendo honesto, podrás aguantar, pero no por mucho tiempo. -se acerco más al menor tomando una de sus manos. Temblorosa y dañada, seguramente como el resto de su cuerpo.
-Este pasa más rápido de lo que parece, así que no tardes mucho en terminar con todo esto. Aquellas personas que te han dañado en un pasado no merecen el perdón, solo son unos inútiles que no saben que hacer con su vida más que molestar la de otros. No sé que es lo que tienes planeado, pero si necesitas ayuda con eso. Estaría más que encantado en ayudarte con tu venganza. -soltó la mano del menor para seguir caminando. Intentadole ayudar por si se caía, como casi ocurrió antes. Se supone que siempre debía mantener cierta distancia con las personas que le rodean. Para evitar cualquier problema, aunque esta vez podría hacer una excepción. Él ya había sido afectado de todos modos y esperaba que el menor no pasara por aquello.
¿Y por que no volvían? No creía que a la maestra le fuera a importar que un par de alumnos tarde un poco más en llegar a su salón. El tiempo parecía ya no importa cuando se cumplía con lo dictado.
Pero lamentablemente esta vez no podria participar en esa actividad, quizá para otra ocasión, su cuerpo dolía tanto que no aguantaba si quiera estar de pie. Es tan débil e inútil aveces.
-Debera de ser en otra ocasión, si llegamos tarde la maestra podría sospechar. Aunque es una tentadora opción volver. -fue como si realmente portará un corazón en su pecho, más solo era su alma, latiendo, como si un órgano fuerza, saltando y vibrando contra su pecho de la emoción, volver y golpear a esos idiotas sería un sueño cumplido, lamentable sería que eso no le dejase satisfecho, diría que aún estaba a tiempo para frenar su venganza inicial pero, ¿Alguien podría detenerle? Kumo no parecía ser el tipo de chico que se entrometiera en la vida de otros por el bien común, parecía ser orgulloso, como su Aurora, todo un príncipe de la negatividad, solo que Kumo, en verdad lo parecía, con ese chorreante líquido oscuro como brea caer desde sus manos y cuenca, daba un aspecto casi aterrador a su vez que fascinante. Mientras que su Aurora... Parecía más bien un príncipe benevolente que estalla en irá y negatividad cuando menos se lo espera, podría ser la viga imaginé de la neutralidad si tan solo lo deseara, pero se fue más por el lado más malo de su vida, lo cual admiraba profundamente, le encantaba, amaba como atemorizaba y causaba tanta fascinación solo con su aspectos, elegante y altanero, a su lado se veía como un pequeño idiota, porque aquel esqueleto es todo lo bueno que podría hacer en el mal, se hayaba en un dilema en eso, su padre le pedía ser buen chico, pero su ser a seguir era todo lo contrario, ¿Debería de elegir o solo dejarse llevar por las necesidades que tenía en ese momento? Ser malo no sonaba como un plan del que luego se arrepentiría. Ah, y claro aquel ser que más influencia le causaba le estaba ayudando con su problema. Es tan perfecto, Aurora, ¿Por qué le trataba tan bien cuando es un pequeño idiota que apenas puede tomar decisiones por su mismo sin planearlo antes? O si quiera poder sentir, ¿Por qué? Quizás vio algo en él como para decidir cuidarle y enseñarle a defenderse como se debe y merece aprender. Es un ser lleno de luz oscura y tan bueno.
De curioso pudo notar algo, un alumno iba de salón en salón seguido de otro grupo de chicos al parecer, ¿Irían promocionado una nueva actividad quizá? Eso de crear nuevos clubes y actividades extracurriculares estaba siendo algo bastante d empda últimamente, quizás se una a alguno de arte, no es como si tuviera mucho que hacer, hasta carecía de muchos amigos, el único que tenía en su propio salón era demasiado sociable para su gustó y era amigo de medio salón ya, es que Laseth es el tipo de chico que agrada a cualquiera con sus colores, tan brillante como una estrella enana azul, y no, su amigo no era bajo de estatura, era uno de los más altos del salón pese a ser uno de los menores, cosas curiosas se la vida se atrevería a decir.
Si aquella nueva actividad resultaba de su agrado quizás se una.
El agarre en su mano pese a ser algo frío le transmitía cierta calidez, al único ojo ajeno que le veía le veía con lastima. No debía porque. Es fuerte, puede soportar eso y mucho más, pegará sus huesos tantas veces como alga falta mientras tenga una gran motivación por delante para seguir se pie, sin importar nada, seguida ahí esperando paciente su momento, dónde podrá véngarse de todos los idiotas que le molestaron, incluso planeaba llevarse un par de víctimas más, que más daba, no le importaba, si al final todo sería un cierre para esw problema como para su vida.
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