- ¿A dónde vas? -Se me erizó la piel al escuchar la voz ronca de Yoongi.

Voltee a darle un vistazo. No quería ni verlo, mi mente estaba llena de tantos pensamientos que ignoré su pregunta y su presencia. Seguía revisando la lista de llamadas perdidas. Era mejor ignorarlo, nos dolería menos a ambos.

- ¿Estás ignorándome?

Su risa llena de sarcasmo me hizo rodar los ojos y seguir mi camino junto con mi maleta. No tardo mucho en reaccionar, volví a detenerme para tomar la llamada.

-Llegaré en unas horas. -Dije sin darle tiempo de que dijera algo- Hice lo que me pediste, ¿puedo ir a casa?

-Sí, -Seon Ihn suspiró- escucha, quien pide eso no soy yo y...

-Lo sé, Ihn, -sonreí- en parte es mi culpa. No debí haberme metido en esto.

-Bueno, te dejo, perdona ¿sí?

-No es nada.

-Adios, te quiero...

-Sí, igual. -Mi sonrisa desapareció.

Colgué. Todo era mi culpa. No podía respirar sin que mi mente pensara en algo más con que atormentarme. Tenía asco de mi misma. Yoongi me tomó de la muñeca tratando de llevarme a algún lugar en donde hablar, pero ya era tarde, nada se podía arreglar, porque yo misma lo había pisoteado a propósito. Me solté.

-Yoongi, -nos observamos mutuamente, él sin tener idea de lo que iba a decir y yo casi tragando mis lágrimas- hay que terminar con esto.

- ¿Terminar? -Frunció su entrecejo.

-Terminemos. -Dije luego de amarrar mis lágrimas y sentimientos.

-Escucha, -se acercó- sea lo que te pase, no tienes porque afrontarlo sola, soy tu apoyo, tu todo...

-No. -Bajé la mirada por unos segundos para después levantarla- No quiero seguir con esto, me aburrí, Min.

- ¿Dices eso después que de dormiste conmigo? -Paso la mano por su frente alborotando su cabello- ¿A qué estás jugando, Jun?

-Mi nombre no es Jun. -Confesé- ¿Lo ves? Soy una maldita mentirosa que solo buscaba atención, y no amor. Tienes todo el derecho de odiarme y dedicarme cuanta cosa pase por tu mente, Min Yoongi.

-No te vas a deshacer tan fácilmente de mí, Chwe. -Se acercó.

- ¿A no? -Retrocedí casi dos metros de él, cubrí mi rostro con un cubre bocas y me coloque mi gorra, lo señalé con una sonrisa en mi rostro- ¡Oh por Dios! ¡Es Suga de BTS!

En minutos ya se había formado una ola de fanáticas. Seguí mi recorrido, estaba segura de que no saldría de ahí, eso era lo que más me aliviaba. Saque mi celular, le quite la batería y la tire en uno de los contenedores de basura, removí el chip y lo puse en la taza del baño para luego bajar la palanca y ver como se iba para siempre a alguna fuente de agua. Finalmente me despedí del móvil, el cual deje caer en el contenedor de uno de los carritos de limpieza. Debía borrar mi existencia de sus vidas por su bien.

+

-Terminé. -Hablé en la contestadora que estaba en la pared- ¿Vas a entregarte o quieres que lo haga yo?

Silencio profundo. Toque la puerta para golpearla nuevamente, esta se desplomó dejando ver su jardín. Todo estaba con cinta amarilla y roja. Había unos cuantos policías adentro.

- ¿Qué pasó con el chico que vivía aquí, señor? -Pregunté a uno de los oficiales.

-Una vecina lo reportó. Al parecer se escuchaban gritos femeninos saliendo de aquí. Descubrimos que había 6 mujeres encerradas y siendo sexualmente esclavizadas por ese chico, Ho Hyung Moon. -Volteo a verme- ¿Lo conocías?

-Lo conocí por internet, me dijo que tendríamos una cita y me pasó su dirección. -Obviamente estaba mintiendo.