🍪 Capítulo 67 🍪
- Jimin-ssi, —me separé de él— creo que deberíamos detenernos.
Mi respiración agitada y el sudor de mi frente dejaban ver que estaba agotada, nunca me imaginé que besar era algo tan agotador. Jimin dibujó una pequeña sonrisa tratando de regular su respiración.
- ¿Te había dicho que pones mi mundo de cabeza, Hani? —Jimin besó mi mejilla varias veces— A veces quiero quedarme todo el día contigo, te extraño y sueño con que algún día sea así.
- Tal vez, —sonreí— luego de la cirugía podre verte, ¿cierto?
- Dijiste que era hoy a la medianoche, si podré estar ahí, aunque debo de ir solo porque los demás no saben nada.
- ¿Último? —Acerqué mi nariz a la suya sorprendiéndole, Jimin suele amar los momentos en los que soy impredecible, como ahora.
¿Quién diría que mi primer beso sería en la habitación de un chico antes de tener sexo? Mi juventud es oro.
🌄
- Yoongi~ —toqué a su ventana con un millón de sentimientos en mi— ¿estás ahí? Tengo mucho que decirte.
Abrí la ventana al percatarme que estaba abierta, todo estaba acomodado en su lugar como si nadie hubiera estado ahí, tuve que llamarle, mi preocupación me estaba alterando los nervios. Contestó.
- ¡Yoongi! —Casi grité— ¿En dónde estás?
- En tu casa esperándote, —rió— eras muy bonita de pequeña, pero vistes cosas alegres en las fotos, colores pastel...
- ¿En serio? Yo apenas llegué a tu habitación, —sonreí— oh, ¿qué es esto? Una caja misteriosa.
Busqué debajo del sofá, sin duda, ahí estaba. La abrí haciendo ruido para que escuchara. Era la segunda vez que la había abierto, aunque ahora estaba más pesada, creo que había puesto cosas nuevas en ella.
- ¿Tienes cosas de Jimin? —Reí— Ah, cierto, es la carta que te dio...
- No busques más abajo, —se escuchó como si estuviera corriendo— ¡son cosas personales, deja ahí!
- Lo tuyo es mío y lo mío es mío. —Yoongi colgó. Comencé a reír.
Moví otros papeles, debajo había varios sobres brillantes. Estaba a punto de ver que eran cuando Yoongi detuvo mi mano, había entrado por la ventana en cuestión de segundos. Sonreí.
- ¿Tanto te importa lo que hay en esta caja? —Me solté de su agarre— Vamos solo quiero ver~
Tomó ambas manos acostándome en el sofá, lo observé sorprendida. No creía que lo de la caja era algo tan importante. Bajo su rostro luego de suspirar.
- Te lo mostraré yo, ¿de acuerdo?
Asentí en silencio. Sujetó mis muñecas juntas con una sola mano. Se estiró para tomar uno de aquellos sobres, me lo mostró algo apenado. Un sobre de condones, el cual era bastante tierno del empaque. Por la posición en la que estaba, no era algo conveniente sujetar esa cosa frente a mi rostro. Sonreí.
- ¿Me estás proponiendo algo?
- No, —puso el sobre en su lugar— no quiero verme como esos hombres machistas que lo hacen con su novia cuando quieren. No quiero forzarte a eso, quiero que te sientas segura y querida cuando pase.
- Eres muy dulce en el amor, Yoongi. Me encanta esta parte de ti, —sonreí— el hecho de que yo puedo controlar tus emociones con solo mover un dedo, que respetas este tema y te preocupas por mí.
Porque eres él único al que le doy una señal de que puedes seguir avanzando, pensé, el único que me hace tener sed de una forma en la que nunca imaginé. Eso es lo que quiero que sienta Eun Bi por Jungkook, algo que no pueda describir en pocas palabras. Yoongi bajó la caja me cargó hasta llevarme a su habitación, me recostó en la cama luego de cerrar la puerta. Se quitó la camisa para luego acostarse a mi lado.
- ¿Qué? —Dije confundida.
- Eres menor de edad, —me abrazó— aún no es el momento de que pase.
Grité internamente, pero era cierto. Creo que Yoongi me cuidaba más que mi madre. Me acomodé centrando mi mirada en la suya, la cual me veía con ternura. Baje la mirada apreciando los resultados de su ejercicio.
- Te ejercitas mucho, —toqué su abdomen, él se movió un poco, reí— ¿qué?
- Es extraño que toques mi abdomen, me da cosquillas, —sonrió— ¿te gusta así o con mi abdomen de bebé?
- Es igual, ambos son atractivos a mi vista, sobretodo siendo tú. —Sonreí.
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