Mi cabeza dolía, la toqué levemente mientras trataba de moverme. Mi cuerpo estaba tirado en el piso, abrí mis párpados lentamente. ¿En dónde...? Ni siquiera completé la pregunta cuando me ví encerrada en una habitación completamente blanca. Mis muñecas estaban encadenadas a unos grilletes que colgaban de la pared. Estaba vestida con lo que había usado para grabar "Wow thing".

- Veo que despertaste. –Escuché la voz de un chico.
- Gracias por el dato. –Dije sarcástica, nunca es un mal momento para hacer un comentario sarcástico, palabras de Min Yoongi.
- Seguro que te preguntas el porque estas aquí, en una habitación con un cristal templado en color blanco por dentro, ¿cierto?
- De hecho, iba a pedir agua, pero, ahora que lo mencionas...

No completé al ver como un cajón salía de la pared, me acerqué sin dudarlo. Había una botella de agua helada, vaya detalle. La tomé terminándola de un trago. Voltee a ver alguna de las paredes, las cuales, según aquel chico extraño, eran espejos templados en color blanco.

- Gracias por el agua. –Sonreí saludando a todos los espejos, no se puede adivinar en cual está.
- No es nada, –me pegué al espejo tratando de ver, era inútil– te cuidaré mientras estés aquí. A propósito, te logre salvar de aquel Benji.
- ¿De verdad? –Pregunté sorprendida– Muchas gracias, creí que moriría con ese chico tomando mi muñeca.
- Te trató de secuestrar, pero lo evité.
- Gracias~ ¿En dónde estoy?
- En una especie de cárcel de vidrio templado, en el cual te puse mientras te conozco.
- ¿No me conoces?
- No mucho, pero, puedes ayudarme con eso.
- Trataré, siempre y cuando me saques de aquí, no me siento cómoda entre cuatro paredes.
- Bien, te haré sentir como en casa.

Las paredes se deslizaron hacía arriba, toda mi habitación de la casa de mis padres estaba ahí. Sonreí corriendo hacia mi cama, era realmente similar.

- Wah~ ¿Cómo lo hiciste? –Reí.
- Es mi truco de magia, incluso compré ropa nueva, la puedes usar cuando quieras y recibir nueva cuando gustes, básicamente soy tu mejor súbdito.
- ¿Puedo ver a mis amigos?
- No, por ahora.

No respondí. No soy tonta, sé que él mismo es Benji, sólo quiere parecer alguien bueno. Su voz era la misma que hace años, podría reconocerla aún si pasaban millones de años. Debía persuadirlo poco a poco hasta lograr salir de ahí, mientras los demás tratarían de sacarme de algún modo. Mi celular estaba en mi cintura, entre mi pantalón y blusa, debía usarlo en algún momento.

- ¿Cómo me ducharé? –Qué inteligente, pensé– No quiero que me veas.
- Hay una habitación de baño en la puerta alado de tu cama, descuida, no hay cámaras ni micrófonos.

No puedes confiar en un psicópata, tomé una de las blusas del armario. Una blusa con letras amarilla. La puse frente a mí revisando si me quedaba.

- ¿Crees que me queda el rojo? –Pregunté sonriente.
- Claro, a ti te queda todo perfecto.