Final: Heartbroken.
Dedicado a ti que estás leyendo, porque tu corazón está roto y aún así eres hermosa/o.
[ . . . ]
Así fue como el corazón de Hoseok se rompió.
Valentía es lo que se necesita para ser capaz de tomar una mala decisión. Los que toman las buenas desiciones han escogido el camino fácil. Pero en cambio Hoseok tomó el más difícil laberinto sabiendo que nunca podría encontrar una salida. No era como si se pudiese juzgar las acciones del pelirrosa, no, todos hemos tenido oportunidades distintas y maneras de aprender distintas, haciendo que sea casi una realidad que no exista una verdad absoluta.
Hoseok decidió quedarse con Taehyung.
Por supuesto, Hoseok no era ingenuo, él sabía muy bien lo que implicaba haberse quedado junto al rubio. Pero de alguna manera no le importaba, solo él podía ser el juez en las acciones de su vida, solo él sabía lo que significaba haberse enamorado dd Taehyung. Nadie en el mundo podría comprender por qué las cosas más hermosas se desvanecen por su propia autoridad.
Solo Hoseok sabía lo que significaba amar a Taehyung. No había aventura casual que pudiese tomar su lugar.
Solo Hoseok podía amar a Taehyung de la manera que lo amaba.
El amor de Hoseok hacia Taehyung funcionaba como una especie de purgatorio, donde no importaba cuantas faltas cometiese el rubio, todo sería exonerado y perdonado, haciendo posible que su amor se transportarse al cielo, haciendo que su amor por Taehyung sea inmortal, sea eterno.
Luego de aquella noche, Hoseok regresó al apartamento, con su corazón cosido con hilos de seda, pero latiendo con algo de fuerza, haciendo que a ratos su labios dibujasen una triste sonrisa.
Hoseok volvió a aquella rutina. Donde sus pestañas descansaban sobre sus mejillas pero su corazón seguía alerta, siempre esperando por la llegada del rubio, siempre oliendo a alcohol y a tabaco. Pero siempre llegaba, tarde, pero llegaba.
Y eso era lo único que a Hoseok le importaba.
Todos los días eran distintos de alguna manera. Había días más difíciles donde Taehyung amenazaba a Hoseok con golpearlo y otros como si Taehyung nunca hubiese tomado una copa para luego disculparse mientras besaba cada espacio de su cuerpo.
Hoseok asistió a la boda de su mamá ese año, sin Taehyung claramente. Pero el traje no tenía tela suficiente para cubrir aquellas marcas que se asomaban en su cuello, en sus mejillas irritadas y esa sombra en su ojo que tuvo que insistirle a su mamá que se había tropezado con la puerta principal la noche anterior, en el fondo la Señora Jung sabía que su hijo mentía, pero sus ojos se cristalizarían si tocaba ese tema ese día, por lo que decidió callar, como Hoseok lo hacía.
Al igual que su familia, su mejor amigo se encontraba preocupado por la enfermiza relación del pelirrosa con el rubio. Pero cada vez que trataba de mencionarle algo a Hoseok él solo asentía como si no estuviese ahí realmente, sabiendo que Yoongi tenía razón, pero que no podía hacer nada al respecto.
Hoseok empezó una nueva dieta.
Su corazón dolía demasiado, no podía aliviar ese dolor, por lo que decidió combatir ese dolor con otro más fuerte.
Hoseok dejo de sentirse hermoso. Observaba su reflejo en aquel cristal pero todo era demasiado borroso, no podía ver absolutamente nada, porque él se estaba volviendo nada.
Al igual que su corazón Hoseok se estaba desvaneciendo.
Taehyung estaba cada vez más cambiado, su cabello estaba largo tocando más debajo de los hombros, sus brazos estaban cubiertos de tatuajes, su aliento a tabaco y sus manos que solían ser cálidas se habían vuelto frías.
Las amenazas del rubio dejaron de ser palabras de advertencia para convertirse en una terrible realidad.
Taehyung volvió a golpear a Hoseok.
Ocurrió en víspera de Navidad, mientras el pelirrosa le suplicaba al rubio que se quedase esa noche en casa para la cena que llevaba dos días preparando. Esa noche Taehyung se enojó, como nunca se había enojado, y antes de que Hoseok pudiese cerras sus ojos sus mejillas dolían, su nariz sangraba, su abdomen se contraía y su corazón se descocía.
Esa fue la primera noche de una rutina en la que Hoseok estaría atrapado por un largo tiempo.
El bajo se esforzaba para ocultar aquellas marcas que luego de un tiempo dejaron de doler.
Cuando Taehyung golpeaba a Hoseok él no sentía nada.
Solo cerraba los ojos esperando que todo acabase pronto.
Luego de un tiempo Hoseok empezó a sentirse culpable absurdamente. El peli-rosa decidió buscar ayuda para Taehyung, pero esto fue una terrible decisión. Por supuesto, Hoseok quería que Taehyung mejorase pero el rubio no quería mejorar.
Taehyung solo quería que Hoseok estuviese allí como una garantía, como una promesa de estabilidad ya que era lo único estable en su vida.
Pero Hoseok estaba dejando de ser estable.
Su personalidad cambio drásticamente con el paso de los años. Pero lo único que no cambiaba era su amor por Taehyung, la vacia esperanza de que mejorara y su corazón cayendo en pedazos poco a poco.
Hubo un tiempo en el que Hoseok recibía mensajes de números desconocidos diciéndole que Taehyung no lo amaba, que él amaba a alguien más y su corazón perdió una pieza ese día, estaba desvaneciéndose de manera lenta y tortuosa, y Hoseok no sabía que hacer.
Claro que pasaba por su mente la idea de dejar a Taehyung, e incluso le mencionó esto al rubio, que por supuesto no reaccionó de buena manera y lo amenazó de muerte si llegaba a dejarle.
Porque Taehyung le hacía sentir a Hoseok que en el mundo no había nada más.
Hoseok con el tiempo empezó a creerle. No podía ir a ninguna parte. ¿Quién podría amarlo si no era Taehyung?
Hoseok no quería ver a Taehyung enojado nuevamente.
Hoseok pensó que todo iba a mejorar cuando la noticia de que en su pancita llevaba una vida llego a él. Pero lastimosamente no fue así. Taehyung lo repudió e incluso le acusó diciéndole que no era de él y que no quería nada que ver con niños.
El corazón de Hoseok dolía.
Pero también los golpes que recibió en su pancita.
Hoseok perdió al bebé.
Hoseok empezó a sentir odio por él mismo. No toleraba saber que existía de alguna manera y comenzó a pensar que realmente merecía aquellos golpes. A veces eran suaves y otras veces eran tan duros que lo dejaban inconsciente, lo cual era mejor para él porque cuando perdía el conocimiento las cosas pasaban aún más rápido.
Eso era lo que Hoseok quería. Que todo pasara rápido y que Taehyung llegara temprano.
Hoseok intentó suicidarse un par de veces pero no tuvo el coraje de hacerlo. De todas maneras él ya estaba muriendo. Hoseok estaba muriendo de la manera en la que muchas personas con corazón como el suyo mueren.
Hoseok estaba ayudando a Taehyung. Eso es lo único que quería cumplir antes de que su corazón dejase de latir. Dejo de comer e invirtió gran cantidad de dinero en asegurarse que lo que más amaba en el mundo pudiese ser feliz. Aún si eso significase sacrificar su propia felicidad e incluso su vida.
Hoseok solo quería que Taehyung fuese feliz.
Hoseok tal vez solo estaba muriendo poco a poco.
Una noche su corazón empezó a bombear de manera rápida e inconstante, mientras aquellos hilos que lo unían empezaron a desvanecerse.
El corazón de Hoseok finalmente se rompió.
Hoseok dejó de respirar.
Y por primera vez mientras Hoseok esperaba en su sueño eterno, Taehyung llegó temprano.
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