Capítulo 4: I love the way you hurt me.
“Sometimes the things we love the most are the ones that hurt us the most.”
El pelirrosa estaba acostado sobre su cama a pesar de ser la seis de la tarde, necesitaba recuperar una gran cantidad de sueño que había perdido la noche anterior. Comenzó a sentir como una serie de besos recorrían su vientre trazando un hermoso camino. Sus finos labios comenzaron a plegarse formando una sonrisa. Hoseok amaba sentir esa sensación cálida de paz que solo aquellos gruesos labios le producían.
Unos pequeños besos húmedos empezaron a tantear su cuello y no pudo evitar tararear un largo gemido. Revoloteo sus pestañas a medida de que empezaba a abrir sus ojos para encontrarse con aquél rubio cabello que había visto crecer durante un largo tiempo.
—Taehyung, llegaste temprano —habló Hoseok con una voz que producía felicidad infinita.
—No podía esperar a verte bebé —confesó Taehyung con voz áspera mientras acariciaba el flequillo desordenado de Hoseok.
—Estoy tan feliz de que estés aquí —murmuró el pelirrosa aún sintiendo el sueño tomar parte de él.
—Sé que estos días no han sido fáciles, Hoseok. Pero quiero demostrarte cuanto lo siento —respondió Taehyung tomando nuevamente los suaves labios del pelirrosa que lo recibieron de manera delicada sin perder esa pizca de ansiedad que le producía el roce de aquellos labios.
—Te amo, Taehyung —logró articular el pelirrosa en un momento en el que logró separarse del agarre de los labios del rubio.
Taehyung se quedó en silencio contemplando el rostro perfecto de Hoseok para empezar a humedecer sus labios como si estuviese a punto de hablar.
—Yo también te a-
Fue lo último que logró escuchar el pelirrosa cuando consiguió despertarse de aquel sueño. El familiar sonido de aquellas botas entrando al apartamento fue lo que lastimosamente lo había despertado de aquel fantástico sueño.
Hoseok se encontraba de nuevo en esta terrible realidad en la que vivía; donde eran las cuatro de la madrugada, donde Taehyung había llegado más tarde de lo usual y donde su corazón tal vez, solo tal vez, estaba roto.
Taehyung entró a la habitación de manera estrepitosa a causa de la cantidad de alcohol que había consumido al tiempo que sus pasos eran irregulares y aquella marca en su cuello había sido renovada. El rubio se sorprendió al observar al pelirrosa que se encontraba despierto, lo cual era muy raro, porque siempre lo encontraba dormido y al momento de acostarse en la cama es que despertaba y lograba articular sus buenas noches.
Pero esta noche era diferente, Hoseok estaba sobre la cama, con sus ojos abiertos, con su mirada perdida, como si estuviese paralizado por el miedo.
—Hooseeook —habló el rubio soltando una risa mientras ignoraba la expresión seria en el rostro del pelirrosa—. ¿Qué haces despierto, bebé?
—Taehyung, tenemos que hablar —soltó el pelirrosa con la mirada baja.
—¿Hablar? —repitió Taehyung mientras se quitaba su camisa blanca para dejar expuesto su abdomen marcado—. ¿Sobre qué?
—Sobre muchas cosas que me tienen preocupado, Taehyung —confesó el bajo no muy seguro de lo que estaba haciendo.
—¿Y se puede saber qué mierda te tiene preocupado? —preguntó el rubio alzando la voz. Cuando Taehyung tenía un grado de alcohol tan alto en su cuerpo no lograba controlar sus emociones y sobre todo era incapaz de cesar su ira si llegaba a sentir algo de molestia.
—Estas llegando muy tarde —respondió Hoseok en voz baja entregándole una mirada triste al rubio.
—¿Qué? —preguntó Taehyung con una voz ronca acercándose al pelirrosa que empezaba a sentir el miedo recorrer su cuerpo.
—Antes llegabas a las nueve, ahora vienes a la madrugada y yo... —intentó explicar el pelirrosa pero fue interrumpido por la risa del rubio.
Hoseok se quedó confundido observando el aterrador comportamiento de Taehyung que paro de reír bruscamente mientras sus ojos se oscurecían.
—Yo llego a la maldita hora que se me antoje porque esta es mi maldita casa, ¿okey? —habló en un tono seco con su rostro muy cerca de Hoseok haciendo que este se sintiera intimidado.
Hoseok se quedó en silencio por unos minutos sintiendo como una lágrima empezaba a correr por su mejilla. Lo cual fue un grave error porque esto hizo enfurecer aún más al rubio.
—¿Ahora qué mierda te pasa? —preguntó Taehyung en voz alta, casi gritando, al tiempo que levantaba el rostro del pelirrosa.
—¿Por qué me estas engañando? —soltó Hoseok, con su voz apuntó de quebrarse, mientras tomaba una gran bocanada de aire ya que estaba por sollozar.
—Cállate —dijo Taehyung con un tono molesto mientras continuaba mirando al pelirrosa que soltaba unas cuantas lágrimas.
—¿Por qué lo haces, Tae? —preguntó Hoseok intentando secar sus lágrimas mientras se levantaba de la cama para ponerse de pie frente al rubio.
—Cállate —repitió nuevamente Taehyung sin ver a Hoseok a los ojos.
—¿Ya no soy suficiente para ti? —continuó preguntando el peli-rosa acercándose aún más al rubio que se encontraba con la mirada baja.
—¡Cállate mierda! —dijo el rubio entre dientes mientras apretaba sus puños marcándose con sus propias uñas.
—¿Ya no me amas? —habló nuevamente Hoseok antes de sentir como la palma Taehyung chocaba con fuerza contra su mejilla.
Taehyung había golpeado a Hoseok.
Ahora el dolor que sentía Hoseok no era emocional. El dolor que estaba sintiendo era físico.
Ahora las marcas que habían en su corazón combinaban con las de su piel.
Hoseok se quedó unos minutos en silencio, estaba en un largo shock y el rubio también. Ambos estaban paralizados por lo que acababa de ocurrir. Hoseok jamás imaginó que aquellas manos que le habían brindado tanto amor y cariño ahora le lastimaran de esta manera.
Luego de unos minutos el pelirrosa empezó a sollozar en voz alta. No podía controlar todo lo que estaba sintiendo en ese momento, su estómago se contraia y su garganta se secaba a medida que las lágrimas humedecían su rostro y ropa.
Taehyung salió de su trance a causa del ruidoso llanto que lo hizo enfurecer aún más.
—Basta Hoseok —habló Taehyung aún con un tono molesto de advertencia.
Hoseok por su parte sollozo aún más fuerte sin saber qué hacer.
—He dicho que pares. Mierda —repitió inútilmente ya que Hoseok era incapaz de controlar su llanto.
—Más te vale calmarte —advirtió nuevamente Taehyung y Hoseok intentaba cubrir su boca mientras continuaba llorando aún más fuerte.
—Te voy a enseñar a obedecerme —dijo Taehyung tomando de la muñeca a Hoseok y tumbándolo en la cama. Hoseok sintió el terror recorrer su cuerpo mientras observaba al rubio tomar una de las botellas de alcohol que se encontraba en la repisa de su cuarto.
Taehyung abrió la botella mientras se acercaba nuevamente a la cama donde se encontraba el castaño. Se montó encima de él pidiéndole que abriese la boca y, por supuesto, el pelirrosa se negó rotundamente pero el rubio tomó su mandíbula con fuerza haciéndole abrir la boca. Cuando la boca de Hoseok estuvo lo suficiente abierta vertió un largo chorro de whisky que cayó directamente en la garganta del más bajo haciendo que casi se ahogara.
—Taehyung, para por favor —habló Hoseok sintiendo su garganta arder mientras sus ojos continuaban llenos de lágrimas.
—Voy a parar cuando termines de beber todo —dijo Taehyung con una sonrisa en su rostro que no producía ningún tipo de calma sino que, por el contrario, hacían que el corazón del pelirrosa se llenase de temor.
Hoseok sentía cada gota de alcohol recorrer cada espacio de su garganta, era tan amargo. Sentía como aquellas palabras que tenía atoradas se quemaban haciendo que todas esas cosas que quería gritar se extinguieran como se había extinguido el amor del rubio.
Hoseok podía ver la sonrisa de satisfacción de Taehyung cada vez que soltaba una lágrima. Se sentía horrible.
El alcohol llenaba las venas de Hoseok haciéndolo sentir confundido y perdido.
Hubo un momento en que su visión se volvió borrosa cuando el líquido tóxico rozó la boca de su estómago, pensó que iba a desmayarse pero lastimosamente no fue así.
Hoseok después de un rato dejó de sentir. Su cuerpo ya no dolía, su garganta ya no quemaba, sus lágrimas se habían secado y sus palabras se habían ido.
Pero su corazón aún no estaba roto.
La última gota de alcohol tocó sus labios y el rubio se bajo de él colocándose de espaldas a Hoseok. Ambos cayeron en un profundo sueño. En cierto punto de la noche el peli-rosa escuchó al rubio sollozar mientras murmuraba silenciosos "lo siento". Fingió que no había escuchado eso y que tal vez era un sueño todo lo que había pasado.
Pero no era así.
Esta era la realidad que Hoseok vivía.
Esta era su triste vida donde lo único que pudo hacer para conciliar el sueño fue decir "Buenas noches, Taehyung" mientras caía dormido en los brazos de un sueño que desearía vivir eternamente.
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