papeles
—No me hagas esto por favor, —dijo Dylan entre lágrimas. —Prometo dejar de trabajar tanto, vendré a casa más seguido y estaremos los tres juntos, en familia como antes.
Thomas resopló y fríamente le respondió, —Muy tarde. Ya escuché eso demasiadas veces para contarlas y todo sigue igual. Estoy cansado, Dylan. Así que hazme un favor y firma los papeles.
—Bebé, no... Por favor... Solo piensa en el daño que esto ocasionará en Eliot...
—No habrá diferencia alguna, yo estaré con él todos los días y a ti nunca te verá, salvo los domingos si te alcanza el tiempo.
Dylan formó una mueca en su rostro. —Eso no...
—Si dices lo que creo que vas a decir, por favor cierra la boca porque juro que te golpearé. —y bueno, tal vez Thomas está siendo algo brusco pero solo quiere que Dylan firme los papeles y ya, esto está siendo demasiado doloroso para él y Dylan no se la está poniendo fácil.
Cuando empezó a llorar, Thomas tuvo que cerrar sus puños y clavar las uñas en sus palmas, desviando la vista para no correr a abrazarlo y besar cada una de sus lágrimas hasta que se calme.
Dylan siempre ha tenido ese efecto en él.
Obviamente, Thomas sigue amando a Dylan como antes a pesar de todo. Pero sabe que esto le hace daño, y no solo a él, también a Eliot que nunca ve a Dylan y siempre ve a Thomas triste.
—Thomas por favor... —Dylan se había parado delante de él y apretó sus manos entre las suyas. —Yo te amo y sé que tú también; amor, ambos podemos superar esto juntos...
El rubio suspiró, y con la mayor indiferencia de la que pudo ser capaz delante de Dylan le dijo, —Hay alguien más.
Dylan perdió el color de su piel por unos segundos, pero trató de componerse rápidamente y apretó las manos de Thomas mientras se acercaba a él a juntar sus frentes. —No importa, te volveré a enamorar, justo como cuando éramos jóvenes, ¿recuerdas?
Por supuesto que recordaba. Dylan fue su gran amor —y lo será siempre—, pero eso no lo iba a admitir.
—Ya no te amo. —le dijo Thomas a punto de llorar. Era una de las más grandes mentiras que había dicho alguna vez en su vida.
Dylan cerró sus ojos tratando de parar las lágrimas, y con voz rota susurró, —Cariño, yo tengo amor suficiente para los dos.
Thomas se alejó de Dylan, lentamente, le dolía verlo así, destrozaba cada parte de su alma pero ya estaba cansado de todo. —Lo siento Dylan, espero los papeles mañana temprano sobre la mesa. Buenas noches. —se dio la vuelta y caminó como pudo a su habitación sin derramar ni una lágrima.
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