Recordaba con cierta tristeza aquella vez que Thomas le habló de Dylan, había terminado llorando, su bonito rostro oculto entre sus manos. Esa tarde tuvieron su primer beso.

También recordaba, con el mismo encanto agridulce, la primera vez que lo hizo suyo. Largos meses de flirteo por fin daban frutos en forma de gemidos quedos y respiraciones agitadas.

No pudo besar toda la piel a su alcance como le hubiese gustado; Thomas le parecía precioso, todo extremidades largas y esbeltas y palidez y sonrojos y brillo bajo sus dedos.

"Arruíname" fue la palabra susurrada con premura sobre sus labios.

Se las ingenió para besarlo mientras entraba en él con suavidad, lo vio morderse el labio con fuerza, dejó más besos en su rostro como un intento para calmarlo y se olvide del dolor momentáneo.

Aunque su plan inicial era solo llevarlo a la cama, inevitablemente terminó cayendo por él. Fue de a pocos, casi imperceptible, pero un día ya se encontraba frente al espejo cantando la mar de feliz y sonriendo ante el recuerdo de Thomas meneándose a la par que agitaba un shaker.

Se quedó estático ante su descubrimiento, su camisa a medio abotonar y la sonrisa desvaneciéndose casi por completo. Joder, ¡se había enamorado de un hombre casado! ¡Y con hijo! Y aun cuando adoraba a Eliot, no estaba seguro de poder asumir la paternidad así de pronto.

Exhaló lento en un vano intento de tranquilizarse, su corazón se había acelerado ante el mero pensamiento de Thomas formando una familia junto a él. Oh, estaba jodido.

Casi un año después de que se conocieron, y seis desde que empezaron, si es que se podía decir así, a Will se le escapó una frase, mágica y maravillosa en cualquier otro lugar, momento, e incluso, ante otra persona.

Pero fue en medio su habitación con la luna de testigo, gracias a la abrumadora sensación que Thomas originaba en él, se dejó llevar y su voz no murió en sus labios como tenía planeado; su amante no respondió con palabras sino que lo atrajo en un beso, sintió su corazón quebrarse de a poquitos.

Will Poulter entendió que Thomas nunca sería suyo por completo, aunque se negó a aceptarlo hasta que fue demasiado tarde.