Capítulo 01
Bin de veintitrés años observaba al pelinegro de veinticuatro esbozando una sonrisa coqueta cargada de malas intenciones. Era su tercera cita y estaba encantado por cómo iban surgiendo las cosas con Dongmin, le hacía gracia ver la ingenuidad en el contrario, creyendo que su interés por él era genuino.
Aunque tal vez, el ingenuo era otro.
"—Solo tienes que acostarte con él, ¿o es tan difícil?—le decía con toda la intención de meter cizaña.
Bin rió.
—¿Acaso me ves con cara de maricón? No me estés jodiendo, Minhyuk—le respondió con hastío, no le estaba gustando hacia dónde estaba siendo dirigida aquella conversación.
—Es solo un reto, Bin. Al final seguirás siendo un tipo heterosexual pero con dos millones de wones en tu cuenta, ¿qué te parece?
Bin no respondió, no estaba convencido de querer meterse con un tipo solo por dinero, le estremecía tan sólo pensarlo.
—¿A caso temes volverte maricon?—se burló con toda la chulería infantil.
—Estoy empezando a pensar que el maricon eres tú, ¿o por qué tanta insistencia?
—No te exaltes, es solo diversión nada más—se apresuró a decir el menor.
—Como sea, no lo haré. Tu definición de diversión está algo distorsionada—dijo con firmeza.
—Ya hemos apostado antes, vamos...No sería la primera vez—insistió un poco más.
—Sí pero antes fueron chicas, ahora quieres que me tire al maricon de la facultad de Administración de empresas—puntualizó.
Minhyuk rió ante la molestia de su amigo. Era muy gracioso, desde su perspectiva, exasperarlo.
—Es eso exactamente lo que vuelve esta apuesta interesante, ¿no crees? Además, escuché que el tipo está cagado en dinero, podrías aprovechar y exprimirlo un poco en el proceso.
—Me tratas como si fuera un gigoló—masculló con indignación bailando entre sus palabras.
Aunque bueno, la verdad es que Bin era bastante ambicioso. No era una persona de bajos recursos, pero era un inconforme de mierda. Le encantaban los lujos y siempre ansiaba más.
—Además, ¿tú cómo sabes eso?—preguntó con una punzada de curiosidad.
Minhyuk volteó a mirarlo con incredulidad, se preguntaba si su amigo vivía bajo una piedra.
—Estamos hablando de Lee Dongmin, es el hijo mayor de los Lee, no cualquier Lee, sino de los multimillonarios Lee, dueños de la cadena hotelera Fantagio, ¿captas? ¿En qué mundo vives? Todo el mundo en esta universidad lo sabe—dijo con un tono de obviedad en sus palabras que molestó a Bin.
—Como sea...—susurró tratando de disimular un repentino interés que había nacido en su pecho ante dicha información.
Minhyuk decidió que no insistiría por el momento, en cambio, decidió empezar a mensajearse con una chica de la facultad de medicina que había conocido recientemente en una fiesta de la universidad. Porque sí, Bin y Minhyuk no eran muy diferentes el uno del otro, de ahí que aplique el dicho de "Dios los crea y el diablo los junta".
Mientras, Bin iba cambiando de parecer, su ambición y vanidad tomando las riendas de sus pensamientos.
—¿Qué tal si lo hacemos por cuatro millones?—preguntó Bin rompiendo el silencio de minutos que se había creado entre ellos.
Si, dejó que su ambición fuera más fuerte que su masculinidad frágil. Ya no le importaba tener que ponerse en los pies del maricon más romántico y apasionado de la universidad si aquello significaba que podría sacarle provecho al hijo mimado de unos millonarios.
Minhyuk rió ante la propuesta.
—Bien, pero tienes hasta fin de semestre para lograrlo.
—Hasta me sobrará tiempo, así que trato hecho—dijo con convicción.
Y ambos estrecharon manos cerrando la apuesta".
Ya habían pasado tres semanas desde ese día, y ahí se encontraba Bin cumpliendo con su objetivo. Estaban cenando cómodamente en uno de los mejores restaurantes de toda Corea, comiendo platillos que no podía tan siquiera pronunciar, con un auto de lujo esperando por ellos en el estacionamiento del lugar. Y todo estaba siendo financiando por, el que él llamaba, el iluso más iluso de Ilusolandia.
Había perdido dos semanas de su tiempo tratando de que Dongmin aceptara la cita, lo cual lo había frustrado en demasía. Hasta que vio a uno de sus amigos, Park Jinwoo, hablando con Dongmin en los pasillos de la universidad. Utilizó a Jinwoo para llegar a él, no lo iba a negar. Y es que acarearse a Dongmin era una odisea, siempre estaba rodeado de gente que a él no le caía bien, a las prisas y bastante evasivo con todo aquel fuera de su círculo. La única manera de llegar a él era entrando a dicho círculo, para ello torcidamente utilizó al pobre Jinwoo que no tenía idea de nada.
—Ya estás a punto de hacer tus pasantías, ¿no?—le preguntó Dongmin mientras cortaba su filete, con aparente interés.
Si Bin le tenía que dar algún tipo de crédito a Dongmin es que las charlas con él eran bastante amenas, de eso no se podía quejar, ciertamente.
—Eh, sí. En el siguiente semestre, de hecho—respondió dirigiéndole una sonrisa.
—Estudias derecho, ¿cierto? Podrías hacer tu pasantía en la empresa de papá, en el equipo legal—soltó con una singular mirada, tal vez analizando las reacciones del contrario.
La sorpresa pintó el rostro de Bin, aquello lo había tomado absolutamente desprevenido.
—¿Qué..?—susurró, queriendo corroborar lo que Dongmin le había dicho.
Dongmin rió cortamente, masticando la carne.
—Pareces muy sorprendido, qué tierno...Y, pues eso, solo basta con una llamada y tienes el puesto asegurado, ¿qué dices?—le propuso, sin apartar la mirada de él, con una sonrisa en su rostro.
—P-Por supuesto, me encantaría, pero...¿En serio harías eso por mí?—preguntó genuinamente anonadado, apenas era la tercera cita.
—¿Por qué no? ¿Es muy apresurado para ti?
—Bueno...No me molesta pero sí es un poco apresurado, para ser honestos—fingió un poco de "decencia".
—¡Qué va! Eres un gran estudiante, ¿no? Míralo como una oportunidad para tu desarrollo laboral tras tus esfuerzos académicos. Sin compromiso.
—Gracias, Dongmin—agradeció con una sonrisa que trató de transmitir como dulce.
El contrario se encogió de hombros restándole importancia.
—¿Vamos a mi penthouse saliendo de acá? ¿O quieres que te deje en tu casa?—propuso cambiando de tema, tomando un poco de agua.
—¿T-Tu penthouse?
—Ajá, ¿sí o no?
—¡Sí!—contestó impulsivamente, dándose cuenta de que lucio un poco, en realidad demasiado, emocionado, trató de disimular.—Si tú no tienes algún problema con ello, claro.
—Para nada, allá aprovechamos y vemos algo, o tomamos algo, lo que salga—dijo casual con una media sonrisa.
Moon Bin sonrió de lado, tratando de disimular lo que realmente quería hacer...Reírse.
"Esto es más fácil de lo que pensé", pensó con sorna.
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HOLAAAAAAAA
Acá les caigo con algo que se me ocurrió así de la nada. Será corto así que nos vemos mañana con el siguiente 🫶🏼
Gracias por leer belles xoxo
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