Disfraz

—¿Está usted segura de que no quiere que le acompañe ahí dentro?—preguntó la señorita Hudson mientras guiaba a una mujer hacia la puerta del despacho del consultorio de Sherlock Holmes—. El doctor Watson es un encanto, y también un caballero, pero no puedo decir lo mismo de Holmes; él es más, cómo decirlo...

—Ya conozco de su excéntrica personalidad—dijo la mujer con un tono de voz bajo—. Así que no es necesario que me acompañe en mi breve estancia aquí, señorita Hudson.

La mencionada suspiró antes de esbozar una sonrisa y añadir:

—Si es su deseo... Ah, mientras está aquí, ¿le gustaría tomar algo? Alguna bebida caliente, pastas...

—Con un té me basta; el sabor lo dejo a su elección—respondió la invitada.

La casera asintió antes de dejar frente a la puerta del despacho a la otra mujer, que tocó a la puerta una vez Hudson se hubo marchado.

—Oh, ¿es usted una cliente de Sherlock?—preguntó John después de abrir la puerta de par en par. El de cabellos verdosos sonrió antes de decir—:Pase, y póngase cómoda, por favor. Siéntase como en casa.

La mujer esbozó una pequeña sonrisa antes de entrar, pero se llevó una mano al rostro, que tapó con una parte del pañuelo en su cabeza al notar un fuerte olor a tabaco, y tosió levemente.

—¡Ah, disculpe, señorita!—Watson se fijó en la molestia de la mujer, por lo que trató de excusarse—. No esperábamos su visita, así que mi compañero, al que le gusta fumar, habrá estado encendiendo cigarrillo tras cigarrillo. Lo siento mucho, de verdad.

—No importa—dijo la mujer de forma sofocada mientras caminaba en dirección a una ventana, que abrió para airear un poco la sala.

Giró un poco la cabeza, atisbando a ver a Sherlock, que se encontraba tumbado en el sofá de la sala. Efectivamente, el Holmes tenía un cigarrillo en una de sus manos, que emanaba un pequeño hilo de humo.

—Sherlock, haz el favor de apagar el cigarrillo, que tienes visita—pidió John.

Sherlock miró a su amigo antes de sentarse en el sofá y dar otra calada al cigarro para después soltar el humo por sus labios entreabiertos. Acto seguido, sonrió mientras decía:

—Venga ya, es sólo un poco de humo.

—Que te hace daño en los pulmones y molesta a nuestra invitada—dijo el doctor—. ¿Vas a hacerlo o tengo que quitártelo por las malas?

El Holmes rió antes de decir:

—¡Pero si Liam ha fumado varias veces! No me puedo creer que de verdad le moleste.

—¿Qué tiene que ver el segundo señor Moriarty en todo esto?—preguntó John.

La mujer sonrió antes de avanzar hacia Sherlock al tiempo que apartaba el pañuelo de su rostro.

—Que haya fumado algunas veces no quiere decir que me guste o que que no me moleste el humo, ¿sabes, Sherly?—dijo mientras golpeaba dos veces la frente del detective con su dedo índice.

Sherlock sonrió antes de sujetar el cigarrillo con sus labios, tomar de la muñeca a la mujer y tumbarse de nuevo, arrastrando a la mujer consigo, que cayó sobre él, con ambas manos al lado de la cabeza del detective.

—¡Sherlock!—exclamó John, indignado por el comportamiento de su amigo y compañero.

Sin embargo, grande fue la sorpresa que sintió al escuchar la risa del Holmes, que había dejado el cigarrillo sobre un cenicero, y la de la otra persona, que estaba lejos de ser la de una mujer.

La persona sobre Sherlock se apartó el pañuelo, que cayó al suelo junto a lo que parecía ser una peluca.

You caught me again, Mr. Holmes—dijo la persona, que se peinó con la mano sus cabellos rubios para arreglar los que estaban sueltos por culpa de la peluca. Acto seguido, depositó un pequeño beso sobre los labios del contrario, que sonrió de nuevo.

—¡A-Ah! ¡Segundo señor Moriarty!—exclamó John antes de hacer una pequeña reverencia, cohibido tanto por la escena como por la muestra de afecto del noble a su compañero.

—Oh, señor Watson, no hace falta que haga eso:me incomoda—pidió William mientras sonreía, avergonzado.

—S-Siento no haberle reconocido—añadió el doctor mientras se incorporaba.

—No te disculpes, la intención de este disfraz es que no se me reconozca. Y si usted no me ha reconocido, quiere decir que funciona a la perfección, cosa que me alegra.

Dicho eso, William se puso en pie y se llevó las manos a la zona de la falda, plegando ésta alrededor de su cintura hasta convertirlo en nada más que un fular. Una vez se recogió la falda, se alisó los pantalones, que llevaba debajo, y las mangas de su camisa, para después estirar un poco las piernas.

—¿Le gusta el nuevo mecanismo ideado por Herder?—preguntó el rubio—. Es una maravilla:simula la estructura metálica para que la falda vaya abombada, y luego ésta se pliega alrededor de la cintura; así ya no tengo que llevar ese horroroso cancán que llevan las mujeres en sus vestidos.

Sherlock sonrió mientras recogía la peluca y el pañuelo del suelo y los colocaba con delicadeza sobre un globo terráqueo que tenía en su escritorio.

—Ah, me preguntaba cuánto te quitarías el disfraz—dijo la señorita Hudson a la par que entraba en la sala, portando entre sus manos una bandeja con cuatro tazas de porcelana y una tetera con agua caliente.

—¿Usted sí me ha reconocido?—preguntó William mientras ayudaba a la casera a colocar las tazas en la mesita baja frente al sofá.

—Sí, le he visto el parche y el ojo escarlata sano a pesar de que trataba de ocultarlos. Además, ninguna mujer llevaría ese horror de "vestido" que llevabas:falda lisa roja con chaleco de caballero—dijo la mujer con una sonrisa divertida.

—Tendré que trabajar en ello, entonces—contestó el Moriarty con una sonrisa del mismo tipo que la de Hudson.

El hombre sirvió el té y el agua en las tazas, y después, se sentó al lado de Sherlock en el sofá tras haber tomado su taza.

—Y dime:¿qué te trae por aquí, señor Moriarty?—preguntó Hudson mientras se sentaba en una silla y repetía las acciones del rubio.

—Quería visitar a Sherly—contestó el noble antes de soplar un poco sobre su taza de té y beber un sorbo—. Y también quería visitar el lugar donde vive cuando no está en casa.

—Oh, pues como he dicho, como si estuvieras en tu casa—dijo John antes de de señalar un rincón del despacho—. Pero no te acerques mucho a esa zona.

—¿Puedo preguntar por qué?

Hudson, John y Sherlock se miraron entre ellos antes de que la mujer sonriera de forma nerviosa y dijera:

—Es algo escatológico, y aunque no está relacionado con ninguno de los aquí presentes, mejor no preguntes.

William miró la zona, que estaba rodeada de cenizas y marcas de quemado.

—Bueno, vale—aceptó el noble antes de mirar a sus acompañantes—. ¿Y cómo suele ser Sherly cuando está por aquí?

—Un vago.

—Un borde.

—Eso ha dolido, ¿sabéis?—dijo Sherlock, fingiendo molestia, mientras fruncía los labios en un puchero y bebía un sorbo de té.

William tan sólo rió levemente antes de jugar con las puntas del cabello del Holmes.

-MGGBBRAE

Sólo yo y mi pequeño headcanon de que para visitar a Sherly en el 221-B, Liam se viste de mujer como hizo en los Remaints.

Espero os guste ^^

(Kagayaki--Hikari-Nyx)

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