Capítulo 8
P.o.v. Hugo (hijo de Ron y Hermione, Harry Potter)
Tras irse una buena parte del grupo, sólo quedábamos dieciséis.
En parte, me daba pena pensar que se habían ido unos buenos amigos. Pero por el otro lado, habrían menos peleas para decidir qué se veía en la televisión.
Mamá nos había enseñado un montón de inventos muggles cuando éramos pequeños, pero verlos en vivo y en directo era mucho más divertido.
Mi favorito era un trasto al que llamaban mecroornas.
Estoy seguro de que se llamaba así.
Bueno, no tan seguro.
Nota mental: preguntarle a mamá sobre el mecroornas.
Pero volvamos a lo que estaba contando; ahora sólo quedábamos dieciséis: mi hermana, mis primos y yo habíamos decidido rápidamente que debíamos quedarnos aquí.
¿Quién podría pensar que los muggles serían tan divertidos e interesantes?
También se quedaban los cuatro hermanos Herondale y sus primos Lewis-Ligthwood, Bruno y Shelly Eaton y Erik y Eva, aquellos medio-hermanos que volaban.
— Vamos a volver con los entrenamientos. — anunció Shail a la hora de la comida. A nadie le hacía demasiada gracia. — Haremos cuatro grupos.
— Que bien. — murmuró Shelly en voz baja. — El cuatro es mi número favorito.
— Creía que era el siete. — dijo Eva en el mismo tono de voz.
— Bah, tengo demasiados números favoritos. — respondió con una risita.
— Haremos cuatro grupos y se separarán por especialidades. En el grupo uno estarán: Becca y Max Lewis y Sara, Izan y Will Herondale. En el segundo, Shelly y Bruno Eaton y Erik y Eva. En el tercero Rose Granger-Weasley y Albus y James Potter, y en el cuarto Anna Herondale, Nyela Lewis, Lily Potter y Hugo Granger-Weasley.
Al menos estaba en el mismo grupo que Lily, pensé. Aunque y era el único chico...
* * *
P.o.v. Eva (hija de Victoria y Christian, Memorias de Idhún)
Después de anunciar los grupos, Shail se dirigió a nosotros.
— Os toca ir a la sala de informática. — nos dijo.
— ¿Qué tenemos que hacer? — le pregunte.
— Lo dejo a vuestra elección. — respondió, y me pareció que sus ojos emitieron un extraño brillo.
— ¿Qué ha querido decir Shail? — quiso saber Bruno, cuando íbamos de camino a la sala de informática.
Yo me encogí de hombros.
— ¡Esperad! — exclamó Erik, parándose de repente, cuando ya casi estábamos en la puerta.
— ¿Qué pasa? — le preguntó Shelly, que iba detrás suyo y andaba despistada, por lo que estuvo apunto de chocarse con él.
— ¿Y si Shail quisiera que utilizáramos los ordenadores... para algo?
— Explícate. — le pidió Bruno.
— Quizá Shail quiere que hagamos algo. — observé. — Quizá quiere que investiguemos sobre algo.
— Algo cómo la ubicación de la guarida del encapuchado. — completó mi hermano.
Alzó la palma de la mano, para que se la chocara. No lo hice, y se quedó deprimido.
— ¿Y cómo podríamos encontrarlos? — le preguntó Shelly.
— ¿Y yo qué sé? Yo he acertado el mensaje entre líneas de Shail, ahora os toca el resto a vosotros. — dijo Erik aún deprimido.
— Por suerte, tenemos al mejor informático de Osadía, no, de todo Chicago, entre nosotros. — dijo Bruno, con "humildad".
— Oh, hermanito, me halagas, pero creo que mi don con los ordenadores no es para tanto. — respondió Shelly.
— Esto, me refería a mí... — murmuró él, deprimido.
— Ya pasó, Bruno, ya pasó. — le dijo Erik, acariciándole la cabeza como a un perro.
— Que Bullying...
Se sentó en uno de los ordenadores y comenzó a teclear.
— ¿Qué estás haciendo? — le preguntó su hermana.
— Estoy accediendo a las cámaras de seguridad de osadía, a las que están cerda de casa. — le explicó sin dejar de pulsar botones en el teclado. — Y... listo.
Giró la pantalla para que todos pudiésemos verlo.
En la grabación se veía a una persona (no sabría decir si era hombre o mujer) con una capa negra que le cubría todo el cuerpo.
En un momento determinado, el encapuchado miraba a la cámara de vigilancia, justo antes de disparar y que la grabación se cortase.
— Páralo. En el momento en el que mira a la cámara. — le pedí. — Si pudiéramos ver su cara y saber quién es...
Bruno lo hizo. Durante unas décimas de segundo, se veía la cara del agresor a sus padres... que lamentablemente estaba tapada con una máscara.
— ¡No! — exclamó Erik. — ¡Podríamos haber sabido quién era! ¿Por qué todo el mundo lleva máscara?
— Me suena esa mascara. — comenté, pensativa. — Hazle una captura. Quizá los demás sepan algo.
— Buena idea, puedo ir a llamarles. — se ofreció Shelly, saliendo de la habitación.
— Te acompaño. — dijo Erik, mientras la seguía.
— Bueno. — murmuró Bruno, sin saber que decir.
— Bueno. — repitió Eva, visiblemente incómoda.
— Hace un buen día, ¿no crees? — le comentó el chico. Ella puso los ojos en blanco.
— Estamos en una habitación sin ventanas y no hemos salido a fuera desde hace meses.
— Pero sigue haciendo un buen día, ¿no es cierto?
Eva se le quedó mirando, muy seria, durante unos instantes.
— No. — respondió finalmente.
Bruno iba a abrir la boca para replicar de nuevo, pero en ese momento llegaron Shelly y Erik acompañados por Rose Granger-Weasley y los hermanos James y Albus Potter.
— Venid. — les llamó Bruno, desde el ordenador. — ¿Os suena de algo esta máscara?
— Claro. — respondió Rose, rápidamente. — Es una de las máscaras que se ponían los Mortífagos, los seguidores de Voldemort, para ocultar su rostro y no ser reconocidos.
— ¿De qué es la foto? — preguntó Albus.
— Es de un fragmento del video de las cámaras de seguridad de nuestra casa.
— ¿Así que este es el Encapuchado?
— Eso creemos. — respondió Erik. — Aunque con la máscara y la capa no podemos saber quién es.
— ¿No podríamos acceder a más cámaras de seguridad? — le preguntó Shelly a su hermano. — Quizá en alguna podamos verle la cara.
— Buscad la dirección de mi casa. — dijo Erik.
Después de unos instantes tecleando, Bruno volvió a poner el video de las cámaras, muy similar al anterior.
La escena se repetía, y el chico consiguió parar el video justo antes de que el encapuchado rompiera de nuevo la cámara.
Pero ahora, este llevaba una máscara negra, en vez de la máscara de mortífago.
Bruno colocó ambas imágenes una al lado de la otra.
— ¡No son la misma persona! — exclamó Erik.
— Y tampoco podrían serlo. — dijo Eva. — Si te fijas en la fecha de ambos videos, los dos ocurren prácticamente al mismo tiempo. Una misma persona no podría haber estado en dos lugares a la vez.
— Tienes razón. — corroboró Rose. — Por lo tanto, no hay sólo un Encapuchado, si no varios.
— Y no sólo un enemigo, si no varios. — comentó Albus, sombrío.
Todos se miraron entre ellos.
¿Qué iban ellos a hacer ahora para salvar a sus padres?
Hola!
Lamento haber tardado tanto en escribir este capítulo, sé que os prometí que lo haría rápido, pero me atasqué en una parte del capítulo sin saber qué más escribir y he tenido un verano movidito, pero aquí lo tenéis.
Muchas gracias por los votos, comentarios y por todo el apoyo que me dais para seguir con la historia.
Chica_unicornio_
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