Capítulo 1
P.O.V. TANIA hija de Thomas y Teresa ( el corredor del laberinto ) :
Me desperté. No me acordaba de dónde estaba. Cuando se me acostumbró un poco más la vista pude ver que mi hermano mayor, Tyler, estaba allí. Eso me calmó un poco.
Entonces recordé. Estábamos en una camioneta blindada y nos llevaban a un sitio raro dónde estaríamos seguros o no sé qué patraña parecida. Quizá debí haber estado escuchando cuando mi padre nos lo explicó. O tal vez cuando después Minho nos lo volvió a explicar. Pero da igual, ¿ vale ? ¡ Soy solo una niña de doce años a la que sus padres le han dicho que saliera huyendo de casa o moriría !
Me di cuenta entonces de que mi hermano Minho y yo no éramos los únicos que estábamos en aquella camioneta. Había tres personas más. Dos niñas que debían ser más pequeñas incluso que yo y una otra chica que casi me atrevería a decir que parecía un chico. Las dos pequeñas se dieron cuenta que les estaba mirando y sonrieron.
- ¡ Mira quién se ha despertado ! Llevas un montón de tiempo durmiendo. - dijo una de ellas.
- ¿ Quién sois ? ¿ Estabais aquí cuando entramos nosotros ? - les pregunté.
- Yo soy Sophie y ella es mi hermana gemela Susan. Deberías reconocernos. De pequeñas jugábamos juntas. Somos las hijas de Newt y Sonya. Nuestros padres eran amigos. - dijo la tal Sophie.
- Y ella es Charlotte, pero prefiere que le llamen Charlie. Es la hija de Minho y Harriet. Y no, no estábamos cuando vosotros entrasteis. Llegamos un poco más tarde, tú ya estabas dormida. - terminó la otra niña, Susan.
De pronto, el coche dio un frenazo. Minho se asomó desde el asiento del conductor.
- Bien, ya hemos llegado a nuestro destino. Hola, Tania, veo que ya te has despertado. ¿ Alguna vez te han dicho que roncas exactamente igual que tu padre ? - dijo. Negué con la cabeza ante la pregunta.
Desperté a mi hermano y acompañados de las otras tres chicas, bajamos del coche y seguimos a Minho hasta una puerta de metal con un teclado. Él tecleó la contraseña y la puerta se abrió con un chirrido que hizo a los niños taparnos los oídos.
Continuamos andando por un total laberinto de pasillos muy largos y escaleras hasta que llegamos a una sala muy grande, con algunos sofás, varias mesas y dos televisiones. En la habitación había tres escaleras, distribuidas por toda sala y varias puertas que también eran de metal.
- Bien, veo que somos los primeros en llegar. - dijo Minho. - Aquí será donde paséis vuestros días hasta nuevo aviso. La escalera A es para las chicas, la B para los chicos y la C para los adultos.
- ¿ Quién más tiene que venir ? ¿ Hay más chicos, verdad ? - preguntó Tyler.
- Todavía no los conocéis, pero no os preocupéis, son buena gente, o eso espero. Y si, hay más
chicos. - contestó Minho.
- ¿ Y nuestros padres ? - pregunté. Minho se quedó un rato pensando su respuesta.
- No te preocupes por ellos ahora. Están bien, o tal vez no, pero tú no te preocupes. - dijo.
Minho subió por la escalera C y nosotros cinco nos quedamos sin saber que decir o hacer.
- ¿ Vemos la tele ? - preguntó Susan.
- ¡ Si ! - exclamó Sophie. - ¡ Vamos a ver my little pony !
Les estuve mirando con cara rara pero después me puse a verlo con ellas. La verdad es que a esa serie no le veía demasiado sentido, pero la vi de todas formas.
Tyler y Charlie se pusieron a ver un partido de baloncesto entre la otra televisión.
( ... )
P.O.V. RENESMEE Hija de Edward y Bella ( Crepúsculo ) :
Estaba en uno de los coches de mis tíos, con Jacob. Nos dirigíamos a saber dónde ( Jacob no me lo había querido decir ), donde nos encontraríamos con a saber quién ( tampoco me lo había dicho ) y allí estaríamos a salvo de un señor raro que perseguía a mis padres ( Si, lo sé, mi novio no me cuenta nada ).
Aunque no sabía cuando volvería a ver a mis padres, lo que tenía seguro es que se habían enfadado conmigo por haber hecho salto de acantilado con Jacob en la Push, lo que no me parece nada justo puesto que mi madre lo hizo y sin ninguna protección y yo, en cambio, estaba con Jacob.
La verdad es que tampoco sabía cuánto tiempo llevábamos en el coche, pero habían sido más de dos horas seguro. Mi única distracción era mirar el paisaje ( aunque solo fuera la visión de unos campos ) y toquitear mi collar. Ese collar me lo habían regalado Jacob y mis padres cuando cumplí 8 años. Era como una copia de la pulsera de mi madre, con un lobo hecho con madera y un corazón de un material del que no recuerdo el nombre pero resulta frío al tacto, pero en collar.
Desde que me lo regalaron no me lo había quitado nunca. Era como un talismán que me daba suerte. Aunque todavía no había funcionado, ( suelo tener muy mala suerte ), yo sigo esperando a alguna vez que lo necesite de verdad sepa responder.
- Ya casi hemos llegado. - me dijo Jacob. Su voz me asustó. No habíamos hablado demasiado durante el viaje y me pilló desprevenida. - Dentro de poco verás a donde vamos. Lo siento, pero cuanto menos sepas mejor.
Le eché una mirada de cachorrito abandonado, pero él no apartó los ojos de la carretera y no la vio. Una pena.
Al poco rato pude vislumbrar un edificio gigante de metal. Jacob llevó el coche hasta la puerta y aparcó allí. Salió del coche y yo le imité. Se dirigió hasta la puerta, tecleó una contraseña muy larga y la puerta se abrió. Le seguí por un montón de pasillos hasta que llegamos a una sala gigantesca con un montón de cacharros que podrían entretener a cualquier crío. En la sala habían tres escaleras y muchas puertas. También habían cinco personas en la sala. Cuatro chicas y un chico. ¡ Viva el poderío femenino !
Cuando entré se me quedaron mirando. Como odio cuando la gente se me quede mirando. No me gusta ser el centro de atención.
- Hola. Soy Sophie, esta es hermana gemela Susan, esta es Tania, ese es su hermano Tyler y esa es Charlotte, pero llámale Charlie. - se presentó una niña que tendría que tener unos once o diez años.
- Hola, yo soy Renesmee y este es Jacob, mi novio. - dije. La tal Susan se rió. - ¿ Qué te hace tanta gracia ?
- Tu nombre. ¿ Qué clase de nombre es Renesmee ? - Preguntó.
- La clase de nombre del que no tienes que burlarte si no quieres tener pelea con vampiros y hombres lobo. - preguntó una voz que yo conocía bien. Todos giramos la cabeza para ver la persona a la que pertenecía aquella voz.
Y ahí estaban ellos. Había sido mi tía Alice la que había hablado, pero detrás de ella venían mis tíos Emmet y Jasper, mi tía Rosalind y mis abuelos Esme y Carlisle. Fui corriendo a abrazarles. Jacob vino detrás de mí, pero más lentamente.
- ¿ Qué estáis haciendo aquí ? ¿ Porqué mis padres se quedaron allí para que el señor ese les
capturara ? - pregunté.
- Verás, Nessie, cuando tú eras muy pequeña un hombre nos atacó a nosotros, a tus padres y a todos los padres de los niños que vendrán. Le derrotamos, pero juró vengarse. Por eso fundamos una organización secreta para protegeros cuando llegara el momento. No te lo contamos por tu propio bien. - me explicó Esme.
- ¿ Cómo es que lo habéis mantenido en secreto durante todo este tiempo ? ¿ No podrían haber venido aquí también nuestros padres ? - preguntó el chico, Tayler. Los cinco niños habían escuchado la explicación de mi abuela y venían a hacer preguntas.
- Si vuestros padres hubieran venido aquí, el encapuchado les habría seguido. Ellos querían que estuvierais vosotros a salvo. Y mantenerlo en secreto era por seguridad. El encapuchado tiene ojos y oídos por todos lados. - contestó mi tío Emmet.
( ... )
P.O.V. LAWRENT ( hijo de Katniss y Peeta ) :
Mis hermanos y yo estábamos en una furgoneta bastante grande. Conducía nuestra tia Prim. Hacía tiempo que no la habíamos visto, según mis padres era porque tenía demasiado trabajo. Si era así, ¿ porque nos estaba llevando al lugar que habían mencionado papá y mamá ? No lo entendía, pero mis hermanos estaban dormidos como troncos y no quería distraer a la tía Prim de la carretera.
Se suponía que en la ausencia de mis padres Mary tendría que cuidar de nosotros, pero no creo que lo hiciera bien. No me gustaría ofenderla ni nada pero suele pensar más en ella que en los demás.
Se ha quedado con la idea de tiene que ser como mi madre, pero no es que lo haga demasiado bien. Cuando mi madre le enseñó a utilizar el arco y las flechas por primera vez no sé cómo lo hizo pero casi se dispara a sí misma.
Pero ella no se rinde y quizá con algo más de practica consiga por lo menos darle a alguna parte de la diana aunque no sea en el centro.
Tampoco creo que nos pueda cuidar bien porque ella es solo una adolescente y Clark, David y yo podemos ser muy insoportables cuando nos lo proponemos.
Por fin, veo que David se va despertando poco a poco.
- ¡ Por fin alguien está despierto ! Me aburro, David, cuéntame alguna de las tonterías que sueles decir siempre. - le dije, pero él no se lo tomó bien. - Lo decía en broma. La mayoría de las cosas que dices son muy interesantes.
Cambió su ceño fruncido por una de esas sonrisitas que ponen normalmente los niños de diez años.
- ¿ Sabías que para fruncir el ceño estás utilizando más músculos que cuando sonríes ? Con lo cual, sonreír cuesta menos que fruncir el ceño. - me dijo. Mi hermanito había vuelto.
- Tengo una pregunta, ¿ de dónde sacas todo lo que sabes ? - dije.
- No del colegio, eso por supuesto, pero si te lo dijera perdería su gracia. Y aquí va otra : ¿ Sabías que nunca encontrarás a dos tigres con exactamente el mismo pelaje ? Cada tigre tiene la piel distinta a los demás tigres. Es para ellos lo que para nosotros es la huella de identidad que tenemos en
los dedos. - me explicó.
- Siempre me asombras mucho, David. - dije.
- Lo sé, esa es la intención. - dijo, se cruzó de brazos y se puso con una cara de chulito.
- Niños, ya hemos llegado. Despertad a los demás. - nos anunció Prim.
Lo hicimos y bajamos los cuatro del vehículo junto con nuestra tía.
Todo lo que había allí eran prados y... Un grandísimo edificio de metal en cuya puerta había otra furgoneta como la nuestra y un coche de carreras tuneado al estilo de las películas de fast and furius.
Entramos en el edificio y habían un montón de pasillos. Si no hubiéramos estado con la tía Prim seguramente nos hubiéramos perdido.
Seguimos por los pasillos hasta que llegamos a una puerta. Prim abrió la puerta y nos encontramos con la habitación más grande que en mis 12 años de vida había visto jamás.
En la sala habían dos niñas que tendrían la edad de David, otra que tendría mi edad, una chica que tendría unos quince años y que vestía como un chico, un adolescente de unos dicisiete años, una chica de unos dieciocho o diecinueve años, un grupo de chicos y chicas que parecían tener entre dicisiete y dieciocho años y tres adultos.
Cuando entramos todos los presentes se giraron para mirarnos, pero no dijeron nada.
- Hola. Soy David. - dijo mi hermano pequeño, con una de sus sonrisas.
- Hola. Yo soy Susan y esta es mi hermana gemela Sophie. - se presentó una de las niñas. - Me caes
bien. ¿ Quieres venir con nosotras a explorar el sitio este ?
- Vale, ¿ mi hermano puede venir con nosotros ? Se llama Lawrent. - dijo David refiriéndose a mi. Me sonrojé. Soy muy tímido y sobre todo hablando con chicas aunque sean más pequeñas que yo.
- Claro. Cuantos más seamos más diversión. - aceptó la otra, la tal Sophie.
Las dos gemelas, la niña de mi edad, mi hermano y yo subimos unas escaleras. Susan y Sophie se pusieron a hablar con David explicándole cosas que les habían dicho sus padres sobre aquel complejo.
Yo me quedé más atrás, con la otra niña.
- Hola. Soy Tania. - me dijo. No le pude responder. La voz no salía de mi. - ¿ No hablas porque eres tímido o porque eres mudo o sordo ?
- Soy bastante tímido. - conseguí decir, pero sin mirarle a la cara. Ninguna chica tan guapa había hablado conmigo nunca. - Yo soy Lawrent.
- Lo sé. Se lo he oído decir a tu hermano. Tranquilo, yo también soy bastante tímida. - me dijo. Me caía bastante bien esa chica.
- Tus padres también te han pedido esta mañana que huyeras de casa, ¿ verdad ? - le pregunté.
- Si. Ha sido horrible. No quiero que les pase nada a mis padres. Les quiero mucho. - dijo
- Y yo. Me cuesta menos hablar con alguien con quien tengo cosas en común.
- Pues entonces vamos a buscar alguna otra cosa que tengamos en común. ¿ qué te gusta hacer ? - me preguntó.
- Me gusta leer sin que mis hermanos me molesten. - contesté.
- A mí también. Mis libros favoritos son los de la saga del corredor del laberinto. - dijo.
- Los míos son los libros de los juegos del hambre. - dije.
- Me caes bien, Lawrent. Espero que podamos ser amigos. - me dijo, y estiró su mano hacia mi.
- Me parece bien. - contesté, y nos dimos un apretón de manos. - Ahora deberíamos bajar antes de que mi hermana intente ligar con tu hermano. No quiero perdérmelo.
( ... )
P.O.V. MAX ( hijo Izzy y Simon, Cazadores de Sombras ) :
Will, Izan, Sara, Anna, Nyela, Becca y yo estábamos en una camioneta súper moderna. El tío Magnus lo conducía, a sí que la música estaba a todo volumen y creí que me había quedado sordo. A su lado, de copiloto iba Tessa Gray. No la conocía demasiado bien, pero mis padres si.
Tenía un par de preguntas que hacerles, pero estaba claro que no me iban a escuchar con tanta música. Así que probé con Izan.
- Hey, Izan, ¿ tú crees que es legal ir nueve personas en un coche ? - pregunté.
- No lo creo, ¿ pero acaso el tío Magnus es alguna vez legal ? - me preguntó. Negué con la cabeza.
- ¿ Y tú adónde crees que vamos ? - le pregunté.
- Por la seguridad del tío tendríamos que volver a casa a por el señor botones. Necesito mi osito de peluche para sobrevivir. - dijo Anna, aunque no estaba seguro de que lo dijera en broma. Con ella nunca se sabía...
- Tranquila, Anna, antes de salir de casa cogí tu oso. - le dijo Izan y le tendió al peluche. Ella lo abrazó con fuerza.
- ¡ Gracias ! Ahora nunca más me separaré de él. ¡ Te quiero señor botones ! - Dijo, y se puso a
jugar con él.
Vale que Anna fuera la más pequeña de todos, pero no tenía porque hacerse pasar por una niña de siete años cuando tenía diez. Pero todos la queríamos mucho.
- Bien niños, ya hemos llegado. Bajad del coche. - dijo Magnus cuando llegamos hasta un gran edificio de metal.
En la puerta habían dos camiones un poco más pequeños que el nuestro y un coche de carreras muy chulo.
Entramos por la puerta todos en fila con Tessa delante y el tío Magnus detrás.
Seguimos andando durante mucho tiempo. Hasta que llegamos a otra puerta. Tessa la abrió y encontramos una sala muy grande y con bastante gente. Al vernos entrar, un chico moreno, muy alto y musculoso alzó la voz y dijo :
- Bien, ahora que han llegado los cazadores de sombras vamos a reunirnos todos en el comedor, que es la primera puerta por la derecha. Allí comeremos todos y después os daremos las habitaciones. En cuanto acabemos podéis hacer lo que queráis por todo el complejo salvo salir fuera, claro. Tenéis esta sala con las televisiones, una sala de entrenamiento lo más parecida posible a la del instituto de Nueva York, una bolera, un cine, un spa con centro de belleza y muchas cosas más que ya tendréis tiempo de descubrir. Por cierto, me llamo Jacob. Si tenéis alguna duda preguntarme a mí, a Minho, a Prim, a Tessa o a Magnus. - dijo.
Todos nos apelotonamos en una fila India ante la puerta del comedor. No me había dado cuenta antes, pero tenía mucha hambre, igual que casi todos.
Mientras entrábamos en el comedor nos fui contando a todos. Éramos diecisiete niños de momento y nos habían dicho que seriamos muchos más. Y sin contar a los adultos.
Comimos y toda la comida estaba riquísima. Cuando terminamos, Izan y yo nos acercamos al tal Jacob para preguntarle cosas. Estaba hablando con una chica que estaba pasando la misma situación que nosotros, pero ella no tenía hermanos. No me lo podía imaginar. Al parecer Jacob y la chica eran novios o algo parecido.
Cuando terminaron de hablar nos acercamos nosotros.
- Hola, eres Jacob, ¿ verdad ? ¿ Podemos hacerte unas preguntas ? - dijo Izan.
- Depende de qué preguntas sean. - nos dijo. Me caía bien ese tío.
- Bueno, queríamos saber que les ha pasado a nuestros padres y dónde están. - dije.
- Vuestros padres están bien, por ellos no os preocupéis. Veréis, hay una persona, se hace llamar el encapuchado. Hace casi veinte años vuestros padres se unieron para derrotarle y desapareció no sin antes decir que se vengaría. Entonces, nosotros creamos este complejo para protegeros por si algún día llegáramos a la situación actual. El encapuchado tiene a vuestros padres en su base secreta. Pero no les matará, no es su estilo.
- Pero nuestros padres pueden derrotarle otra vez y ya está ¿ no ? - pregunté.
- Esta vez no es tan fácil. El encapuchado tiene un ejército. No se sabe cómo lo ha hecho pero ha conseguido resucitar a los villanos con los que vuestros padres tuvieron que luchar hace
mucho tiempo. - explicó.
- Como... ¿ el abuelo Valentine ? - preguntó Izan.
- Exactamente. Bien, chicos, parecéis listos y veo que lo habéis pillado todo. Pero ahora que os lo he contado no se lo digáis a nadie ¿ está claro ? - dijo Jacob.
- Si, muy claro. - respondimos a la vez Izan y yo.
- Mejor, por qué si lo decís... Os mataré. - dijo, acompañado la frase con una risa malvada.
Le miramos bastante asustados.
- ¡ Qué no ! ¡ Lo decía en broma ! Deberíais de haber visto vuestras caras. Tendría que haberlos hecho una foto. Podéis decírselo a vuestros hermanos, si queréis. - Jacob se estaba desternillando de la risa.
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