El azabache supo desde aquel primer momento que esa chica no sería normal, y sobre todo, sabía que acabaría influyendo en su vida. Una persona así tenía que influir en la vida de todo aquel que la conociera. Pero jamás pensó que acabaría sintiendo tanto por ella. 

Era tan locamente extraña. Su forma de animar y comentar el Quidditch. Su creatividad desbocada. Su mirada soñadora. Su tranquilizadora voz. Su forma de ser tan peculiar. Sus consejos tan sabios, a pesar de que nadie la escuchaba. Pero no. Él no podía enamorarse de ella, ¿verdad? Era su amiga, ¿o era algo más? No podía ser. O eso pensaba él... 

Sin embargo, allí estaban. Fin de la guerra. Fin de batallas. Fin de mortífagos. Fin de problemas. Él frente a ella. Ella frente a él. Ni una sola palabra. La chica no parecía ser consciente de los miles de pensamientos que rondaban en ese instante por la mente de su amigo. Ella sonreía, pensando que todo lo malo ya había pasado y que no había nada por lo que preocuparse. En cambio, él seguía nervioso. No sabía por qué... o no quería saber por qué. Tal vez no quisiera admitir que lo que sentía por la chica era algo más que una profunda amistad. O tal vez no pudiera saber qué era lo que sentía por ella. 

—¡Al fin...!— dijo de repente la chica en un suspiro.— Todo ha acabado, ¿no? 

Ella todavía tenía la cara manchada y algunas heridas en la piel; pero eso no le impedía sonreír con sinceridad. 

El chico la miró concentrándose más que nunca en todos los detalles de su aspecto. Un hilillo de sangre corría por la comisura de su labio partido y una herida no muy profunda tintaba de rojo algunas partes de su cabello rubio. Tenía las muñecas amoratonadas y la tierra y el polvo cubrían gran parte de su ropa. 

—Sí, supongo que sí— contestó finalmente el chico. 

La chica le miraba como aguardando algo pacientemente y pareció decepcionarse cuando él dijo:

—Bueno, quizás debería irme por allí, a ver cómo están los demás y eso...

Su sonrisa vaciló unos instantes, pero en seguida se recompuso y asintió. Pero había perdido ese destello de alegría en su mirada. 

Nada más girarse para marcharse, el azabache cayó en la cuenta de que ya no importaba lo que pasase. "¡Al diablo con todo!", exclamó en su mente. Rápidamente volvió a girar y miró a la chica, que seguía tal y como estaba hacía unos segundos. 

Avanzó hacia ella con decisión, pensando que todo sería fácil, pero se equivocaba. No encontraba las palabras, pero estaba lanzado. 

—Luna, estoy... creo que estoy... Bueno, el caso es que yo... Lo que quiero decir es que...

—¿Si?— le apremió ella. 

—Esto... es un poco difícil de decir, pero... 

—Tú a mí también me gustas— le ayudó la rubia. El chico abrió los ojos como platos y ella rió.— ¿No era eso lo que intentabas decirme?

—Sí, pero no esperaba que... No sabía que tú...

La chica rió de nuevo, y esta vez fue ella quien avanzó hacia el chico. Y le besó.

—¡Al fin...!— suspiró ella. 

—Sí, supongo que sí— contestó él. 

Y así, Luna y Harry se volvieron a fundir en otro tierno beso. 

*****

Una pequeña aclaración: yo en verdad shippeo Nuna (Neville x Luna); pero quería que el one-shoot fuera más original que eso y pensé :"Bueno, Harry y Luna tampoco es una idea tan descabellada. ¿Por qué no?" 

Este ha sido mi One-shoot para el concurso...