ya no podemos conciderars amigos?

En el pasillo, mientras el equipo se dispersaba para procesar lo ocurrido y recuperar energías, María se quedó atrás con Nick Fury, su rostro claramente reflejando su irritación. Caminaba a su lado, cruzada de brazos, con pasos firmes y una expresión que no dejaba lugar a dudas de que estaba molesta.

María (deteniéndose y girándose para encararlo): "¿De verdad, Fury? ¿Crees que esto es una forma adecuada de entrenarnos? ¡Nos pusiste en una situación completamente fuera de control sin advertirnos! ¡Esto pudo haber salido muy mal!"

Nick Fury (calmado, con las manos detrás de la espalda): "Es exactamente por eso que lo hice, María. Porque en el campo real no hay advertencias. No puedes esperar que un enemigo te diga: 'Prepárate, voy a atacarte.'"

María (levantando un dedo para señalarlo, aún más molesta): "¿Y si alguien se hubiera lastimado de verdad? ¿Si alguno de ellos no hubiera reaccionado a tiempo? No todos están preparados para enfrentar a alguien como Iron Fist en una situación así."

Nick Fury (arqueando una ceja, con su típica expresión imperturbable): "Pero lo hicieron, ¿o no? Mira, María, entiendo que estés enojada. Pero este tipo de entrenamiento no se trata solo de habilidades físicas. Se trata de mentalidad, de trabajar en equipo bajo presión. Y si no pueden manejar esto, entonces no están listos para lo que viene."

María (apretando los puños, intentando contenerse): "¡Eso no justifica el nivel de riesgo al que los expusiste! Son jóvenes, Fury, están aprendiendo. Necesitan orientación, no una emboscada."

Nick Fury (dando un paso hacia ella, con un tono firme pero sin elevar la voz): "¿Crees que el enemigo se preocupará por su edad, María? ¿Crees que les dará tiempo para aprender antes de atacarlos? Lo que hice fue necesario. Y te lo digo ahora: esto seguirá siendo así. Porque si quiero que sobrevivan, tienen que estar listos para cualquier cosa."

María (dando un paso atrás, frustrada, pero claramente pensativa): "Esto no es solo entrenamiento, Fury. Es... es como si los estuvieras probando constantemente, buscando que se quiebren. No puedo estar de acuerdo con eso."

Nick Fury (cruzando los brazos, con un tono más bajo, casi como si quisiera calmarla): "No busco que se quiebren, María. Busco que se fortalezcan. Y si eso significa ponerlos en situaciones incómodas, entonces así será. Prefiero que cometan errores ahora, bajo mi supervisión, que en una misión real donde sus vidas estén en juego."

María (mirándolo fijamente, dejando escapar un suspiro frustrado): "A veces creo que llevas esto demasiado lejos."

Nick Fury (mirándola directamente, con su voz firme pero serena): "Y a veces creo que no lo llevo lo suficientemente lejos. Si de verdad crees que estoy siendo duro, es porque todavía no has visto lo que el mundo real puede hacerle a un equipo como este. ¿Quieres que sobrevivan? Entonces confía en mi juicio."

María (cerrando los ojos un momento, intentando calmarse, antes de abrirlos de nuevo y mirarlo directamente): "Espero que tengas razón, Fury. Porque si esto termina mal... no voy a quedarme callada."

Nick Fury (esbozando una ligera sonrisa): "Eso espero, María. Porque si alguien puede mantenerme en línea, eres tú."

Ella lo miró con una mezcla de molestia y resignación antes de girarse para caminar por el pasillo, claramente aún molesta, pero con algo en qué pensar. Fury permaneció en su lugar, observándola alejarse, su mirada fija y calculadora, como si ya estuviera pensando en la próxima prueba.

En el comedor, el ambiente era mucho más relajado después de la intensa prueba. Iron Fist estaba sentado con los jóvenes, disfrutando de una taza de té que había preparado él mismo, mientras que Lincoln, Mizuki, Kagami, y Evan no podían contener su curiosidad. Sus ojos estaban llenos de asombro mientras lo bombardeaban con preguntas sobre sus aventuras pasadas.

Evan (entusiasmado, inclinándose hacia Iron Fist): "¡Así que peleaste junto a Spider-Man! ¿Cómo es? ¿Es tan sarcástico en persona como parece en los videos?"

Iron Fist (riendo suavemente): "Sí, Spider-Man siempre tiene un comentario listo, incluso en las situaciones más serias. Pero esa es su forma de mantener la calma bajo presión. Es un gran compañero... aunque a veces te dan ganas de lanzarle una telaraña en la boca para que se calle."

Kagami (con una ceja levantada): "Eso suena... agotador. ¿Cómo logras concentrarte con alguien así a tu lado?"

Iron Fist (sonriendo mientras daba un sorbo a su té): "Se vuelve parte del ambiente. Aunque, cuando realmente se pone serio, sabes que puedes confiar en él. Siempre encuentra una manera de salir adelante."

Lincoln (emocionado): "¿Y qué hay de los Vengadores? ¿Alguna vez trabajaste con ellos? ¿Cómo es pelear junto a gente como Thor o el Capitán América?"

Iron Fist (asintiendo lentamente): "He trabajado con ellos un par de veces. Thor es... imponente, por decir lo menos. Es como pelear al lado de un trueno viviente. Y el Capitán América... bueno, si quieres un líder que inspire confianza, es él. Pero lo que más me impresionó es su habilidad para mantener la moral alta incluso en los peores momentos."

Mizuki (quien había estado escuchando en silencio, finalmente hablando): "¿Y qué hay de ti? ¿Siempre trabajaste en equipo o preferiste actuar por tu cuenta?"

Iron Fist (mirándola con interés, respondiendo con sinceridad): "Al principio, actuaba solo. Creía que podía manejarlo todo por mi cuenta, que no necesitaba a nadie. Pero la verdad es que ser un héroe no se trata solo de fuerza o habilidad. Se trata de confianza, de trabajar juntos para lograr algo más grande. Aprendí eso con el tiempo."

Evan (riéndose): "¿Y qué pasa con villanos? ¿Algún enfrentamiento épico que recuerdes?"

Iron Fist (pensativo): "Muchos. Pero uno de los más memorables fue con Kingpin. Ese hombre... no solo es fuerte físicamente, sino que su inteligencia y recursos lo hacen un adversario peligroso. Fue una batalla que me enseñó que no todo se resuelve con los puños. A veces, la estrategia es tu mejor arma."

Lincoln (con una sonrisa traviesa): "¿Y alguna vez te ganaron? No es por ofender, pero con todas esas habilidades, es difícil imaginarlo."

Iron Fist (riendo): "Por supuesto que me ganaron. Ser héroe no significa que seas invencible. Lo importante es levantarte después de cada caída. Y créeme, algunas de las mejores lecciones que aprendí fueron gracias a esas derrotas."

Kagami (mirándolo con admiración): "Tienes una perspectiva... interesante. No muchos admitirían sus derrotas con tanta tranquilidad."

Iron Fist (encogiéndose de hombros): "Es parte de crecer, no solo como héroe, sino como persona. Además, las derrotas te hacen apreciar aún más las victorias."

Mizuki (mirándolo directamente): "¿Y por qué aceptaste participar en esta prueba? Podrías haber rechazado la oferta."

Iron Fist (mirándola fijamente, pero con una sonrisa cálida): "Porque creo en los jóvenes héroes. Ustedes son el futuro, y quiero asegurarme de que estén listos para lo que venga. Además, hay algo especial en este grupo. Veo potencial, incluso si aún no lo ven ustedes mismos."

Lincoln (cruzando los brazos, sonriendo): "Bueno, lo haremos valer. Aunque la próxima vez... podrías avisar antes de darnos una paliza."

Todos rieron ante el comentario de Lincoln, incluso Mizuki, aunque intentó disimularlo. La conversación continuó con más preguntas y anécdotas, mientras los jóvenes aprovechaban la oportunidad de aprender de alguien con tanta experiencia. Por un momento, olvidaron la prueba y simplemente disfrutaron del momento, como un equipo en crecimiento.

Iron Fist seguía en la mesa, narrando con entusiasmo sus historias sobre las aventuras que había tenido con héroes legendarios. Evan y Kagami escuchaban atentamente, fascinados por cada detalle. Sin embargo, Lincoln, sintiendo algo de hambre tras todo lo sucedido, se levantó y fue hacia la cocina en busca de algo para comer. Lo que no esperaba era que Mizuki lo siguiera silenciosamente.

Cuando Lincoln abrió la puerta del refrigerador y sacó algo para picar, sintió una extraña presencia detrás de él. Al darse la vuelta, vio a Mizuki allí, de pie, con su mirada fija en él. No dijo nada. Solo lo miraba, y el silencio entre ambos empezó a volverse pesado, casi como si el aire mismo se hubiese detenido.

Lincoln (algo nervioso, rascándose la nuca): "¿Necesitas algo? ¿O... solo viniste por un bocadillo también?"

Mizuki (con voz baja, casi susurrando): "... No. Solo vine."

Lincoln (arqueando una ceja, confundido): "¿Solo viniste? ¿A... qué?"

Mizuki desvió la mirada por un momento, como si estuviera pensando cómo responder. Su expresión, aunque tranquila, dejaba entrever algo que ni siquiera ella parecía comprender del todo.

Mizuki (finalmente respondiendo): "Tú... Eres diferente."

Lincoln (riendo nerviosamente): "Bueno, eso lo he escuchado muchas veces... ¿a qué te refieres esta vez?"

Mizuki (mirándolo directamente, con una expresión seria): "A cómo sigues intentando, aunque sea inútil."

Lincoln (sorprendido, pero manteniendo su tono relajado): "¿Inútil? Bueno, supongo que no soy del tipo que se rinde fácil. Pero... ¿por qué lo dices así? ¿Hice algo que te molestó?"

Mizuki no respondió de inmediato. En lugar de eso, cruzó los brazos y se quedó mirándolo fijamente, como si tratara de descifrarlo. Finalmente, dio un paso hacia él, haciendo que Lincoln retrocediera un poco, sintiendo la tensión en el aire.

Mizuki (con un tono neutral, pero cargado de sinceridad): "No entiendo cómo puedes ser tan... persistente. Intentas llevarte bien con todos, incluso conmigo, cuando sabes que no te lo pongo fácil. ¿Por qué lo haces?"

Lincoln (pausando un momento, pensando en su respuesta): "... Porque creo que vale la pena intentarlo. Todos aquí tienen algo que ofrecer, algo que los hace especiales. Tú incluida. No importa si no siempre es fácil... lo importante es seguir intentándolo."

El comentario hizo que Mizuki apartara la mirada, como si sus palabras hubieran golpeado algo dentro de ella. Por un momento, el silencio volvió a llenar la habitación, creando una tensión palpable. Pero esta vez, no era incómoda. Era como si ambos estuvieran tratando de entenderse, aunque fuera en ese breve instante.

Mizuki (en voz baja): "... No lo entiendo. Pero supongo que... eso no es algo malo."

Lincoln (sonriendo suavemente): "No tienes que entenderlo todo ahora. Pero... gracias por seguirme. Aunque sea solo para quedarte en silencio, es un comienzo."

Mizuki frunció el ceño, pero no dijo nada más. Solo dio media vuelta y salió de la cocina con paso tranquilo, dejando a Lincoln ahí, reflexionando sobre lo que acababa de pasar.

Mientras él volvía a la mesa con algo de comida, no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa. Quizás, solo quizás, estaba empezando a derribar la barrera que Mizuki había puesto entre ambos.

En la mesa, el ambiente se tornó más relajado tras la conversación con Iron Fist, pero como era típico de Evan, no pudo evitar abrir la boca para animar las cosas.

Evan (cruzando los brazos y con una sonrisa confiada): "Bueno, chicos, creo que después de lo que pasó hoy queda claro quién debería ser el líder del equipo... ¡yo, por supuesto! ¡El maestro del viento al mando!"

Kagami (con una ceja levantada y un tono sarcástico): "¿El maestro del viento? Por favor, Evan, estás soñando. Si alguien debería liderar este equipo, claramente sería yo. No solo soy más disciplinada, sino que tengo más experiencia en combate estratégico."

Evan (riéndose mientras se inclinaba hacia atrás en su silla): "¿Más experiencia? Kagami, no es cuestión de experiencia, sino de carisma. Un líder debe inspirar, y, siendo honesto, ¿quién mejor que yo para motivar a este equipo?"

Kagami (cruzando los brazos): "Motivar al equipo... a perder, tal vez."

Mientras los dos discutían, Mizuki permanecía desinteresada, sin siquiera levantar la vista de su plato. Lincoln, por su parte, se mantuvo callado, claramente sin intención de participar en la discusión.

Evan (señalando a Lincoln): "¡Vamos, Lincoln! ¡Tú sabes que tengo razón! Dime, ¿no crees que sería un gran líder?"

Lincoln (mirándolo incómodo y encogiéndose de hombros): "Ehh... no sé, Evan. Honestamente, no creo que sea algo que yo deba decidir."

Evan (frunciendo el ceño): "¡Ah, vamos! ¿Qué clase de respuesta es esa? ¿No te parece que sería mejor que Kagami?"

Mizuki (finalmente levantando la vista, pero con un tono frío): "No importa lo que piense Lincoln. Ni tú, ni Kagami son líderes. Al final, no somos un equipo porque alguien mande. Es porque todos tenemos que hacer nuestra parte."

El comentario dejó a Evan sin palabras por un momento, aunque claramente no le gustó.

En ese momento, Iron Fist, que había estado observando la dinámica desde un rincón de la sala, se levantó y se dirigió hacia María, quien le hizo una seña para que la siguiera fuera de la sala.

Kagami (mirando a Mizuki): "Eso es fácil de decir cuando no tienes que preocuparte por liderar a nadie. Pero alguien tiene que tomar decisiones en situaciones críticas, y claramente no puede ser él."

Evan (volviendo al ataque): "Exacto. Es por eso que necesitamos a alguien con visión, como yo."

Antes de que la discusión pudiera escalar más, María volvió a entrar, con el rostro serio, y todos automáticamente guardaron silencio.

María (con firmeza): "Escuchen bien, porque esto lo voy a dejar claro desde ahora. El liderazgo del equipo no será decidido por una competencia de egos. Tampoco por quién crea que tiene más experiencia o carisma."

Evan (cruzando los brazos, algo frustrado): "¿Entonces cómo se va a decidir, María? Porque claramente alguien tiene que liderar."

María (mirándolo con seriedad): "Se decidirá de manera justa, y yo tomaré esa decisión. No habrá favoritismos para nadie. El liderazgo no es un premio, es una responsabilidad, y solo será dado a quien pueda demostrar que está listo para cargar con esa responsabilidad."

Kagami (con calma): "¿Y cómo planeas hacerlo, María? ¿Una prueba, como la de hoy?"

María (sonriendo ligeramente): "Quizás algo parecido, pero no se preocupen por eso ahora. Lo sabrán cuando sea el momento. Por ahora, concéntrense en mejorar como equipo, porque, les guste o no, necesitan trabajar juntos."

El ambiente quedó en silencio por un momento tras sus palabras. Evan, aunque molesto, no pudo replicar, mientras que Kagami asintió, aunque claramente seguía pensando que sería la mejor opción. Lincoln se mantuvo callado, aliviado de no estar involucrado, y Mizuki simplemente volvió a su actitud desinteresada, como si todo esto no le afectara.

María (mirándolos a todos): "Espero que esto haya quedado claro. Ahora, disfruten su comida y dejen de preocuparse por cosas que aún no están en sus manos."

Con eso, se retiró de nuevo hacia el pasillo, dejando al grupo en silencio. La tensión entre Evan y Kagami no desapareció por completo, pero al menos se calmaron por el momento, mientras cada uno volvía a lo suyo.

Mientras los demás seguían en el comedor, hablando ocasionalmente o comiendo, Lincoln estaba completamente callado. Su mirada se desvió hacia Mizuki, quien también estaba en silencio, jugueteando con su tenedor mientras parecía sumida en sus propios pensamientos.

Sus ojos se cruzaron por un instante. Fue algo breve, pero lo suficiente como para que ambos se quedaran mirándose el uno al otro, sin decir una sola palabra. El ambiente entre ellos se volvió extraño, una mezcla de incomodidad y curiosidad que ninguno sabía cómo abordar.

Dentro de la mente de Lincoln, Anti-Venom no perdió la oportunidad de intervenir:

Anti-Venom: "¡Vaya, vaya! ¿Qué tenemos aquí? ¿El chico callado está mirando a la chica fría? Esto se está poniendo interesante."

Lincoln (mentalmente, intentando ignorarlo): "¿Puedes callarte por un minuto? Estoy intentando... no sé, ¿entenderla?"

Anti-Venom (con un tono burlón): "¿Entenderla? ¡Por favor! Si ni siquiera puedes articular una palabra cuando te mira. Vamos, dile algo. Aunque sea un 'hola'. Haz algo antes de que piense que eres un bicho raro."

Lincoln (mentalmente, suspirando): "No es tan fácil. No quiero parecer torpe o empeorar las cosas. Mizuki no es como las demás. Es... diferente."

Anti-Venom: "Oh, claro, diferente. ¿Es eso lo que llamas a alguien que apenas te tolera? Mira, chico, si no dices algo pronto, ese puente que estás tratando de construir se va a caer antes de que lo termines."

Mientras Lincoln peleaba con sus pensamientos, Mizuki también estaba teniendo su propio diálogo interno.

Mizuki (pensando mientras observaba a Lincoln): "¿Por qué me sigue mirando? ¿Acaso quiere decir algo? Tal vez está molesto porque lo ignoré antes... pero... no debería importarme."

Mizuki bajó la mirada a su plato, tratando de desviar sus pensamientos. Sin embargo, algo la hacía volver a mirarlo.

Mizuki (pensando): "Aunque... no puedo negar que es diferente. No es como Evan o Kagami. Lincoln no trata de presumir, no intenta imponer su presencia... pero entonces, ¿por qué me incomoda tanto? ¿Por qué siento que siempre está buscando algo en mí?"

El silencio entre ambos continuaba, pero las miradas furtivas eran evidentes. El resto del grupo no parecía notar la tensión entre ellos, salvo quizás un breve momento en el que Kagami los miró de reojo, pero decidió no decir nada.

Anti-Venom volvió a interrumpir:

Anti-Venom: "Escucha, si no haces algo ahora, este momento incómodo va a quedar grabado en tu memoria como 'la vez que no hiciste nada'. Así que... haz algo. Vamos, un pequeño comentario no te va a matar."

Lincoln (mentalmente, frustrado): "¡Bien, lo intentaré! Solo... déjame pensar en qué decir."

Finalmente, Lincoln respiró hondo, reuniendo valor para decir algo. Pero antes de que pudiera abrir la boca, Mizuki habló primero.

Mizuki (en un tono neutral, pero con un ligero dejo de curiosidad): "¿Por qué me miras tanto? ¿Hay algo en mi cara?"

El corazón de Lincoln se detuvo por un momento. Tragó saliva, intentando no tartamudear.

Lincoln (nervioso, pero tratando de sonar natural): "Eh... no, no es eso. Es solo que... parecías perdida en tus pensamientos. Me preguntaba si estabas bien."

Mizuki parpadeó, sorprendida por su respuesta. No esperaba que él se preocupara por ella.

Mizuki (desviando la mirada, algo incómoda): "Estoy bien... no necesitas preocuparte por mí."

El silencio volvió a instalarse entre ellos, pero esta vez era menos tenso. Ambos volvieron a sus pensamientos, mientras el resto del grupo seguía ignorando lo que ocurría entre ellos.

Dentro de la mente de Lincoln, Anti-Venom no podía contenerse:

Anti-Venom: "¡Uf! Bien hecho, campeón. No solo lograste no tartamudear, sino que además la hiciste sentir incómoda. Es un logro, supongo."

Lincoln (mentalmente, suspirando): "Ya cállate... al menos no salió tan mal."

Aunque no se dijeron más palabras, algo había cambiado. Quizás no mucho, pero ese breve intercambio había dejado una pequeña marca en ambos.

Mientras Lincoln reunía valor para intentar continuar la conversación, Mizuki, quien hasta ahora había permanecido en silencio, lo interrumpió de repente.

Mizuki (con la mirada hacia un lado, evitando contacto visual): "Gracias..."

Lincoln parpadeó, sorprendido por sus palabras. No esperaba que ella dijera algo así, y menos con ese tono.

Lincoln: "¿Eh? ¿Gracias por qué?"

Mizuki (aún sin mirarlo directamente, apretando ligeramente el tenedor que tenía en las manos): "Por protegerme antes. Aunque no tenía por qué hacerlo... lo hiciste."

Hubo un momento de silencio entre los dos. Lincoln intentó procesar lo que acababa de escuchar.

Lincoln (con una sonrisa leve, inclinando un poco la cabeza): "No tienes que agradecerme por eso. Es lo que cualquiera en mi lugar habría hecho."

Mizuki (finalmente levantando la mirada, aunque con expresión seria): "No, no cualquiera lo habría hecho. Y menos después de cómo te he tratado... así que, gracias."

El tono en la voz de Mizuki era sincero, aunque había un ligero toque de incomodidad, como si no estuviera acostumbrada a expresar ese tipo de sentimientos.

Lincoln (rascándose la nuca, algo nervioso): "Bueno... no me lo tomes a mal, pero no me importó mucho cómo me trataste. Simplemente no podía quedarme de brazos cruzados mientras alguien te atacaba. Es lo que hago."

Mizuki (arqueando una ceja): "¿Lo que haces?"

Lincoln (con una pequeña risa): "Sí. Ya sabes, cuidar de los demás, aunque no siempre sea fácil. Supongo que está en mi naturaleza."

Mizuki lo observó por un momento, como si intentara descifrar si sus palabras eran genuinas. Finalmente, dejó escapar un pequeño suspiro y volvió a mirar su plato.

Mizuki: "No estoy acostumbrada a depender de nadie. Pero... creo que por una vez no estuvo tan mal."

Lincoln (sonriendo un poco más): "Eso es un comienzo, ¿no?"

Aunque Mizuki no respondió directamente, un leve asentimiento con la cabeza fue suficiente para que Lincoln sintiera que, tal vez, había dado un paso hacia entenderla mejor.

En ese momento, desde la mesa, Evan alzó la voz, llamando a Lincoln.

Evan (gritando): "¡Lincoln! ¿Piensas quedarte ahí toda la noche o vas a traer algo para compartir con nosotros?"

Kagami (con tono burlón): "O tal vez estás demasiado ocupado teniendo tu momento privado con Mizuki."

Ambos chicos rieron, mientras Mizuki fruncía el ceño, claramente irritada por sus comentarios.

Mizuki (con una mirada fría hacia Evan y Kagami): "Cállense, idiotas."

Lincoln (suspirando con una sonrisa nerviosa): "Bueno... supongo que será mejor que regresemos antes de que empiecen a decir cosas más raras."

Mizuki no respondió, pero caminó junto a Lincoln hacia la mesa, manteniendo su típico aire reservado. Sin embargo, había algo diferente esta vez. Aunque ninguno lo admitiera en voz alta, ambos sabían que algo había cambiado ligeramente entre ellos.

Cuando ambos regresaron a la mesa, Lincoln rompió el silencio mientras se sentaba junto a Mizuki.

Lincoln (mirándola de reojo, algo nervioso pero con una sonrisa sincera): "Entonces... ¿amigos?"

Mizuki, quien estaba a punto de beber agua, se detuvo en seco. Parecía dudar por un momento, su mirada seria y pensativa como si estuviera evaluando la propuesta. Finalmente, dejó el vaso en la mesa y respondió con un ligero suspiro.

Mizuki (mirándolo de reojo, intentando mantener su tono indiferente): "Amigos..."

Lincoln sonrió con entusiasmo, pero antes de que pudiera decir algo más, Evan, quien había estado observando todo, no pudo resistirse.

Evan (con una gran sonrisa burlona): "¡Vaya, vaya! Esto sí que es un momento histórico. Lincoln y Mizuki... amigos. Nunca pensé que viviría para ver esto."

Kagami dejó escapar una pequeña risa, claramente disfrutando de la situación, pero sin un tono tan exagerado como el de Evan.

Kagami: "Quién lo diría. Parece que las cosas empiezan a cambiar por aquí."

Evan (apoyando el codo sobre la mesa y mirándolos con una sonrisa traviesa): "Oye, Mizuki, ¿segura que solo son amigos? Porque esa cara que pusiste hace un rato parecía otra cosa."

Mizuki (mirándolo con frialdad y un tono cortante): "¿Quieres que te golpee aquí mismo, Evan?"

Evan (levantando las manos como si se rindiera, pero aún sonriendo): "Tranquila, tranquila. Solo bromeaba. Aunque, admitámoslo, sería lindo verlos juntos."

Lincoln (aclarándose la garganta, completamente sonrojado): "Evan, ¿puedes dejar de decir tonterías por una vez? Estamos tratando de comer."

Evan (fingiendo sorpresa): "¡Oh! Lincoln se sonroja. Esto se pone mejor cada minuto."

Kagami (sonriendo mientras cruzaba los brazos): "Déjalos en paz, Evan. Si sigues molestándolos, Mizuki realmente va a golpearte. Y esta vez no pienso detenerla."

Mizuki soltó un pequeño resoplido, aunque sus mejillas se habían sonrojado ligeramente por los comentarios.

Mizuki (cruzándose de brazos, mirando a Lincoln por un momento antes de hablar): "No le hagas caso. Es un idiota."

Lincoln (asintiendo con una sonrisa): "Sí, ya me estoy acostumbrando."

La conversación continuó entre pequeñas bromas de Evan, sonrisas contenidas de Kagami, y alguna que otra mirada incómoda entre Lincoln y Mizuki. Aunque el ambiente estaba lleno de risas y burlas, había algo más en el aire.

Por primera vez, Mizuki parecía estar empezando a abrirse un poco, y Lincoln, aunque no lo decía, sentía que había logrado un pequeño avance con ella.

En la amplia y fría mansión de los Pines, Dipper caminaba por uno de los pasillos, con las manos en los bolsillos y la mente llena de pensamientos. Aunque todo a su alrededor era lujo, para él solo era una prisión disfrazada de hogar. A lo lejos, escuchó voces provenientes del estudio de sus padres, Ford y Melissa. Se detuvo, curioso, y al acercarse, reconoció las voces de inmediato.

Se escondió detrás de la puerta entreabierta, escuchando con atención lo que decían.

Melissa: "No sé cómo llegamos a esto, Ford. Ambos terminaron siendo una decepción. Tanto Dipper como Mabel. Con todo lo que hemos invertido en ellos, ninguno ha logrado cumplir nuestras expectativas."

Dipper sintió un golpe en el pecho al escuchar esas palabras. "¿Qué?", pensó, su corazón latiendo con fuerza.

Ford (suspirando profundamente): "Lo sé. Es increíble cómo dos jóvenes con tanto potencial lograron desperdiciarlo de esta forma. Dipper siempre está encerrado en sus cosas raras, investigando y obsesionándose con teorías inútiles. ¿Y Mabel? Pura superficialidad. Solo le importa divertirse, nada más."

Dipper contuvo la respiración mientras sus manos temblaban ligeramente. No podía creer lo que escuchaba.

Melissa: "A veces me pregunto qué hicimos mal como padres. Todo el tiempo, esfuerzo y dinero que hemos puesto en ellos, y esto es lo que obtenemos a cambio. Ni siquiera pueden darnos una razón para sentirnos orgullosos."

Ford (con un tono frío): "Quizá fue un error esperar tanto de ellos. Dipper no tiene ambición, y Mabel... Bueno, es solo una niña mimada. Tal vez deberíamos dejar de esperar algo de ellos. No hay mucho más que puedan ofrecernos."

Dipper sintió que el aire se le escapaba. Quería moverse, quería gritar, pero sus pies estaban clavados al suelo.

Melissa (con un tono resignado): "Es frustrante. Nos esforzamos tanto para darles una vida perfecta, y lo único que hacen es demostrarnos que no están a la altura. Tal vez deberíamos enfocarnos en otra cosa... algo que realmente valga la pena."

Ford: "Tienes razón. No podemos seguir desperdiciando nuestra energía en ellos. Ya no son nuestra prioridad."

Dipper no pudo soportar más. Dio un paso hacia atrás, sin querer hacer ruido, pero su respiración pesada lo delataba. Se alejó rápidamente, subiendo las escaleras hacia su habitación mientras su mente estaba en caos.

Cuando llegó a su cuarto, cerró la puerta con fuerza y se dejó caer en la cama, mirando al techo con los ojos llenos de lágrimas de rabia y tristeza.

Dipper (pensando): "¿Es esto lo que piensan de nosotros? ¿De Mabel y de mí? ¿De verdad somos solo una carga para ellos?"

Por un momento, su mente se llenó de recuerdos de su infancia, de las veces en que intentó demostrar su valía, solo para recibir críticas o indiferencia a cambio.

Dipper (susurrando para sí mismo): "Está bien... si eso es lo que piensan, entonces no necesito su aprobación. No necesito que crean en mí. Les demostraré que puedo ser alguien importante, con o sin ellos."

Mientras tanto, en el estudio, Melissa y Ford continuaban conversando, ajenos al impacto que sus palabras habían tenido en su hijo.

Melissa: "¿Y qué haremos con ellos entonces? No podemos simplemente deshacernos de ellos."

Ford: "No, claro que no. Pero tampoco podemos seguir invirtiendo tanto en un caso perdido. Dejaremos que sigan por su cuenta. Tal vez así entiendan que la vida no es tan fácil como creen."

Sin embargo, ni Ford ni Melissa imaginaron que esas palabras serían el catalizador que encendería una llama en Dipper, una llama que crecería para demostrar que, aunque no tuviera el apoyo de sus padres, estaba decidido a no ser definido por sus expectativas o críticas.

Mabel se encontraba en su habitación, apretando los puños con tanta fuerza que sus uñas se clavaban en su piel. Su rostro estaba rojo de ira, y sus ojos, usualmente llenos de alegría y energía, ahora reflejaban un enojo inusual en ella.

Mabel (pensando): "¿Así que somos una decepción, eh? ¿Así que todo lo que hemos hecho no es suficiente para ellos?"

Cada palabra que había escuchado de la conversación de sus padres resonaba en su cabeza como un eco constante, alimentando su furia. Mabel solía ser la más despreocupada de los gemelos Pines, siempre viendo el lado positivo de las cosas, pero esto… esto era demasiado.

Se dejó caer en su cama y apretó la almohada contra su rostro, gritando de frustración antes de arrojarla con fuerza contra la pared.

Mabel (pensando): "Si creen que pueden menospreciarnos así… pues veamos qué pasa si les demuestro lo que es ser una decepción de verdad."

De repente, su mente comenzó a divagar en pensamientos oscuros, algo muy inusual en ella. Imaginó a sus padres atados a unas sillas, con la habitación iluminada por una sola bombilla parpadeante. Ella, vestida con suéter negro en lugar de los coloridos que siempre usaba, los miraba desde arriba con una sonrisa maliciosa.

— "Oh, pero qué tenemos aquí… ¿mis queridos padres? ¿Los mismos que nos llamaron fracasos? ¡Qué irónico!" — decía Mabel en su imaginación, mientras se paseaba alrededor de ellos.

Ford y Melissa la miraban con terror, tratando de hablar, pero tenían mordazas que les impedían hacerlo.

— "¿Saben? He estado pensando… tal vez deberían sentir lo que es ser tratados como basura."

De repente, en su mente, la habitación se llenaba de luces de neón parpadeantes y en las paredes aparecían las peores críticas que sus padres les habían dicho.

"Mabel solo piensa en cosas superficiales."
"Dipper no tiene ambición."
"Ambos son una pérdida de tiempo."

Mabel sonreía cruelmente en su imaginación y tomaba una pistola de agua… pero en vez de agua, tenía pintura roja y se la arrojaba a la cara de sus padres.

— "¿No querían arte moderno? ¡Aquí tienen!" — se burlaba, riendo con satisfacción.

Luego, los imaginaba sentados frente a una pantalla, obligados a ver una y otra vez los momentos en los que los ignoraban, los menospreciaban, los hacían sentir como nada.

— "Vamos, no sean tímidos… disfruten el espectáculo. Es su mejor obra: 'Cómo arruinar la autoestima de sus hijos en pocos pasos'."

Pero justo cuando su imaginación iba a seguir escalando, Mabel parpadeó y volvió en sí. Se miró las manos, que estaban temblando, y respiró hondo.

— "Whoa…" — murmuró, asustada por sus propios pensamientos.

Nunca en su vida había pensado de esa manera. No era su estilo. Pero la rabia que sentía… la impotencia de escuchar a sus propios padres menospreciarlos de esa manera… la había llevado a lugares oscuros en su mente.

Se levantó de la cama y salió de su habitación, aún furiosa pero tratando de calmarse. Sabía que no podía hacer nada de lo que había imaginado, pero algo sí estaba claro: no iba a permitir que sus padres siguieran viéndolos como una decepción.

Y si ellos no los valoraban… entonces no valía la pena seguir tratando de agradarles.

Mabel dejó escapar una risa baja y siniestra mientras su sonrisa torcida se mantenía en su rostro. La furia y los pensamientos oscuros que la habían invadido se disiparon por un momento cuando su mente divagó hacia algo… o más bien, alguien.

Lincoln.

Su expresión se suavizó ligeramente, pero sus mejillas tomaron un tono rojizo al recordar a su conejito favorito. Mabel no podía evitarlo; cada vez que pensaba en él, una sensación cálida recorría su cuerpo, y ahora mismo, con toda la frustración que tenía acumulada, la idea de pasar un rato especial con Lincoln sonaba demasiado tentadora.

Lentamente, pasó su lengua por sus labios, como si estuviera saboreando la idea en su mente.

— "Oh, Lincoln… ¿qué harías si estuviéramos solos, sin que nadie nos molestara?" — pensó, entrecerrando los ojos con picardía.

Mabel no era tonta, sabía que Lincoln no era del tipo que caería fácilmente en sus juegos, pero eso era lo que lo hacía más interesante.

Su sonrisa se amplió con diversión mientras se imaginaba diferentes escenarios con él, dejando que su mente volara con total libertad.

— "Definitivamente necesito un poco de diversión… y qué mejor que con mi conejito."

Aún sonrojada, se estiró en su cama y abrazó su almohada con fuerza, dejándose llevar por pensamientos que solo ella conocía.

Fin del capítulo

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