no sé nota que me odias

Mizuki seguía en silencio, tumbada en el suelo, respirando pesadamente mientras su cuerpo intentaba recuperarse del agotador entrenamiento. Cada músculo le dolía, y el sudor empapaba su ropa, haciendo que el suelo bajo ella se sintiera aún más incómodo. Cerró los ojos por un momento, intentando calmar su respiración, pero el dolor y el cansancio eran demasiado intensos para ignorarlos.

Mientras su cuerpo intentaba procesar el sufrimiento físico, su mente comenzó a divagar, centrándose en la incomodidad que sentía no solo por el entrenamiento, sino también por la presencia de Lincoln. No podía evitar sentirse irritada. Desde el principio, él había sido... diferente. Algo en él no le encajaba del todo, y la forma en que le hablaba, como si intentara ser amigable, solo la ponía más incómoda.

Mizuki (pensando, mientras frunce el ceño ligeramente): ¿Por qué tiene que ser tan amable? Como si todo esto fuera un juego. Ni siquiera parece tomarlo en serio... ¿Qué está haciendo aquí realmente?

La incomodidad que sentía hacia Lincoln crecía con cada pensamiento. No era solo el dolor físico lo que la molestaba; era la idea de estar cerca de alguien que no parecía entender la seriedad de la situación, al menos desde su perspectiva.

Mizuki (pensando, suspirando internamente): No quiero tener que lidiar con él. Necesito concentrarme en lo mío, en mejorar. No tengo tiempo para... esto.

Con estos pensamientos en mente, Mizuki decidió seguir ignorando a Lincoln, esperando que él entendiera que ella no estaba interesada en entablar una conversación, ni ahora ni después. Para ella, el entrenamiento y la disciplina eran lo más importante, y no iba a permitir que alguien como Lincoln se interpusiera en su camino.

Lincoln, todavía jadeando ligeramente, sintió que Antivenom comenzaba a trabajar en su cuerpo, aliviando el dolor y la fatiga con rapidez. En cuestión de momentos, el malestar disminuyó significativamente, permitiéndole ponerse de pie con relativa facilidad. Se inclinó hacia Mizuki, quien seguía tumbada en el suelo, y le extendió la mano con una sonrisa amable.

Lincoln: "¿Necesitas ayuda para levantarte? Puedo—"

Antes de que pudiera terminar la frase, Mizuki levantó la vista, con los ojos llenos de una mezcla de incredulidad y frustración.

Mizuki: "¿De verdad crees que todo esto es un chiste? ¿Que puedes levantarte como si nada después de lo que acabamos de pasar? ¡Esto no es un juego, Lincoln!"

Su voz estaba cargada de enojo y cansancio, y su respiración aún era pesada. La visión de Lincoln levantándose tan fácilmente, como si el entrenamiento brutal no le hubiera afectado, la molestó profundamente. Sentía que todo su esfuerzo y sufrimiento habían sido en vano al verlo tan fresco y dispuesto.

Mizuki: "Mientras nosotros estamos aquí, en el suelo, sin poder movernos, tú... tú simplemente te levantas como si no hubiera sido nada. ¿Crees que eso está bien? ¿Crees que eso es normal?"

Lincoln levantó las manos, intentando calmarla, su tono era conciliador.

Lincoln: "No, Mizuki, no es eso. Es que, bueno, Antivenom me ayuda a—"

Mizuki lo interrumpió bruscamente, aún demasiado molesta para escuchar cualquier explicación.

Mizuki: "No quiero oírlo. No me importa cómo lo haces, pero lo que sí importa es que esto no es un lugar para juegos ni para trucos. Algunos de nosotros estamos aquí para entrenar y mejorar, y lo que haces solo demuestra que no entiendes lo serio que es esto."

Con un último esfuerzo, Mizuki comenzó a levantarse por sí misma, tambaleándose un poco, pero determinada a no aceptar ayuda. Se giró hacia Lincoln, lanzándole una mirada fría antes de caminar, con pasos lentos y pesados, hacia la salida.

Mizuki: "No necesito tu ayuda, ni tus explicaciones. Haré esto a mi manera."

Sin esperar una respuesta, se dirigió hacia su habitación, dejando a Lincoln de pie, sintiéndose algo culpable y confuso. Antivenom en su mente se mantuvo en silencio, dejando que Lincoln procesara lo que acababa de ocurrir.

Mientras Mizuki se alejaba, Antivenom comenzó a deslizarse desde la espalda de Lincoln, formando su figura característica a su lado. El simbionte observó la escena por un momento antes de hablar, su tono cargado de ironía.

Antivenom: "Vaya, esa chica sí que es ruda, ¿no? No solo te dejó hablando solo, sino que también te lanzó toda esa rabia. Parece que no aprecia tus intentos de ser amable."

Lincoln, aún procesando lo ocurrido, suspiró y se pasó una mano por el cabello, mirando la dirección por donde Mizuki se había ido.

Lincoln: "Sí, lo noté... No sé qué hice mal. Solo quería ayudarla."

Antivenom: "Bueno, para empezar, levantarte como si el entrenamiento no te hubiera afectado probablemente no ayudó. Desde su perspectiva, parecías estar burlándote de todo el esfuerzo que ella puso."

Lincoln: "No estaba tratando de hacer eso. Solo... me recuperé más rápido gracias a ti."

Antivenom: "Lo sé, pero ella no lo sabe. Y ahora, parece que está bastante molesta contigo. Tal vez necesites encontrar una manera de explicarle la situación, aunque, sinceramente, no estoy seguro de que esté dispuesta a escucharte en este momento."

Lincoln miró a Antivenom, considerando sus palabras.

Lincoln: "Tienes razón. No será fácil, pero quiero arreglar esto. No quiero que piense que no me tomo esto en serio."

Antivenom: "Entonces, tendrás que ser paciente. Dale tiempo para que se enfríe, y luego intenta hablar con ella de nuevo. Con suerte, estará más dispuesta a escucharte."

Lincoln asintió, decidido a intentarlo.

Lincoln: "Sí, eso haré. Solo espero que ella entienda que no fue mi intención."

Antivenom: "Buena suerte con eso. Mientras tanto, ¿qué tal si descansamos un poco antes de que esa oficial de entrenamiento vuelva a hacernos pasar otro infierno?"

Lincoln soltó una leve risa y comenzó a caminar hacia su habitación, con Antivenom regresando a su forma habitual en su cuerpo. Sabía que tenía mucho que explicar y demostrar, pero estaba dispuesto a hacerlo.

Mizuki entró apresuradamente en el baño de su habitación, cerrando la puerta con un golpe suave pero decidido. Sin molestarse en quitarse la ropa, se metió directamente en la ducha, dejando que el agua fría cayera sobre ella. El contacto con el agua helada la hizo estremecerse al principio, pero pronto se sintió aliviada, como si el frío ayudara a calmar el ardor de sus músculos agotados.

A medida que el agua empapaba su ropa y se escurría por su cuerpo, Mizuki cerró los ojos, tratando de dejar que el agua lavara no solo el sudor, sino también la frustración que sentía. Su respiración aún era pesada, y su mente seguía llena de pensamientos confusos y molestos sobre lo que acababa de ocurrir en el entrenamiento.

Mizuki (pensando, con irritación): ¿Cómo puede ese chico simplemente levantarse como si nada después de todo eso? Es como si no le hubiera costado nada... ¿Acaso cree que esto es un juego?

Apretó los puños, sintiendo la mezcla de agua y sudor en su piel. La imagen de Lincoln ofreciéndole ayuda todavía resonaba en su cabeza, pero lejos de calmarla, solo la irritaba más.

Mizuki (pensando, con enojo): No necesito su ayuda. No necesito que me trate como si fuera débil...

El agua continuaba cayendo, enfriando su piel y calmando, aunque sea un poco, el fuego de su enojo. Pero el malestar persistía, más allá del cansancio físico. Se sentía humillada y confundida, luchando por entender por qué algo tan simple la había afectado tanto.

Mizuki (susurrando para sí misma, con determinación): "No dejaré que me vea caer... No otra vez."

Se apoyó contra la pared de la ducha, dejando que el agua siguiera fluyendo, mientras intentaba recuperar la compostura. Sabía que tendría que enfrentarse a Lincoln de nuevo, pero por ahora, solo quería un momento para ella, un momento para enfriarse, literal y figurativamente.

Mizuki finalmente se dejó caer al piso de la ducha, con las rodillas dobladas y los brazos descansando sobre ellas. El agua fría continuaba cayendo sobre su cuerpo, empapando aún más su ropa y haciendo que su cabello se pegara a su rostro y cuello. El frío se sentía bien contra su piel ardiente, ayudando a calmar el cansancio y el dolor que invadían cada músculo de su cuerpo.

Se quedó allí, en silencio, dejando que el agua la envolviera, intentando calmar no solo su cuerpo, sino también su mente. Mizuki cerró los ojos, respirando profundamente mientras sentía el peso de todo lo que había pasado. Su orgullo estaba herido, y no solo por el intenso entrenamiento, sino por lo que había sucedido con Lincoln.

Mizuki (pensando, con frustración): ¿Por qué me molesta tanto? Él solo intentaba ayudar... pero no lo entiendo. No entiendo cómo puede simplemente levantarse como si nada.

Se abrazó a sí misma, dejando que el agua continuara cayendo, como si el frío pudiera lavar no solo el sudor, sino también la confusión y la ira que sentía. Era una mezcla de emociones que no lograba descifrar del todo, pero sabía que no podía quedarse así para siempre.

Mizuki (pensando, con determinación): Tengo que ser más fuerte... No puedo permitir que esto me afecte tanto.

A pesar de su firmeza, Mizuki no se levantó de inmediato. Permaneció en el suelo de la ducha por unos minutos más, permitiéndose este breve momento de vulnerabilidad antes de enfrentar el día nuevamente.

Lincoln se sentó en un banco de la sala de entrenamiento, todavía pensativo sobre cómo podría hablar con Mizuki y aclarar lo que había sucedido. Quería encontrar las palabras correctas para explicarle que no había sido su intención molestarla. Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió de golpe.

María entró con paso firme, seguida de dos figuras. Su expresión, como siempre, era seria y profesional.

María: "Lincoln, presta atención. Te presentaré a tus nuevos compañeros de equipo. Mizuki debería estar aquí, pero lo haré de todos modos. Quiero que los conozcas ahora."

El primero en dar un paso adelante fue una joven con una postura orgullosa y serena. Tenía el cabello azul cortito y sus ojos oscuros irradiaban confianza.

María: "Esta es Kagami, hija de padres prestigiosos y reconocidos héroes de origen chino. Tiene un historial impecable en combate y habilidades estratégicas sobresalientes. Su especialidad es el combate cuerpo a cuerpo, y su poder radica en manipular el acero, permitiéndole crear armas y defensas a partir de él."

Kagami asintió levemente hacia Lincoln, su mirada evaluándolo con detenimiento.

El siguiente en presentarse fue un joven rubio, alto y de complexión atlética. Tenía una sonrisa despreocupada, pero sus ojos azules mostraban un brillo de determinación.

María: "Y él es Evan Storm, su poder es la manipulación del viento. Puede generar ráfagas poderosas, crear escudos de aire y hasta volar controlando las corrientes de viento a su alrededor. Es rápido y ágil, perfecto para misiones de infiltración y apoyo."

Evan levantó una mano en señal de saludo, sonriendo abiertamente a Lincoln.

Evan: "Hola, Lincoln. He oído hablar de ti. Parece que vamos a ser compañeros de equipo, ¿eh? Espero que podamos trabajar bien juntos."

Lincoln se levantó, estrechando la mano de Evan y asintiendo hacia Kagami.

Lincoln: "Un gusto conocerlos a ambos. Seguro que aprenderé mucho de ustedes."

María cruzó los brazos, mirando a Lincoln con seriedad.

María: "Ahora que están todos presentados, quiero que se preparen. Mañana comenzaremos con entrenamientos conjuntos, y quiero que todos estén en su mejor forma. Mizuki será informada de esto tan pronto como la vea."

Mientras María hablaba, Lincoln no podía evitar pensar en cómo esta nueva dinámica afectaría su relación con Mizuki. Sabía que tenía que encontrar una forma de hablar con ella antes de que los entrenamientos comenzaran, o las tensiones podrían empeorar.

Lincoln caminaba por los pasillos de la base, dirigiéndose hacia la habitación de Mizuki. Su mente estaba ocupada pensando en cómo iniciar la conversación y aclarar lo sucedido durante el entrenamiento. Al llegar, se detuvo frente a su puerta, respiró hondo y tocó suavemente.

Silencio.

Esperó unos segundos y volvió a tocar, esta vez un poco más fuerte.

Nada.

Persistente, Lincoln continuó tocando, alternando entre golpes suaves y firmes, manteniendo la esperanza de que Mizuki respondiera. Pasaron tres minutos, y justo cuando estaba a punto de darse por vencido, la puerta finalmente se abrió.

Mizuki apareció en el umbral, con una expresión seria y un cambio evidente en su apariencia. Había cambiado su ropa mojada por un conjunto limpio y seco, y su cabello, aún húmedo, caía en mechones sueltos alrededor de su rostro.

Mizuki lo miró con una mezcla de sorpresa y algo de irritación.

Mizuki: "¿Qué quieres, Lincoln?"

Su tono era seco, aunque había un rastro de cansancio en su voz. Lincoln se quedó en silencio por un momento, recogiendo sus pensamientos antes de responder.

Lincoln se quedó unos segundos en silencio, observando a Mizuki. A pesar de su postura firme, podía ver que el entrenamiento había dejado su huella en ella. Finalmente, decidió hablar.

Lincoln: "Mizuki, tenemos que ir con María. Hay algo que necesito contarte... tenemos dos nuevos compañeros."

Mizuki lo miró con los ojos entrecerrados, claramente aún cansada, pero interesada.

Mizuki: "¿Nuevos compañeros? ¿Y por qué eso es tan importante ahora?"

Lincoln: "Bueno... María quiere que los conozcamos y... creo que sería mejor que fuéramos juntos."

Mizuki se apoyó contra el marco de la puerta, tratando de mantenerse en pie. Lincoln se dio cuenta de que apenas podía sostenerse.

Lincoln: "Mira, sé que estás agotada, y entiendo que no quieras hacer esto ahora. Pero María no va a aceptar un no por respuesta."

Mizuki suspiró, claramente frustrada, pero sabía que Lincoln tenía razón.

Mizuki: "Está bien... pero no sé si puedo caminar hasta allí."

Sin decir nada más, Lincoln dio un paso adelante y, con cuidado, pasó un brazo alrededor de la cintura de Mizuki, ayudándola a sostenerse.

Lincoln: "Déjame ayudarte. No tienes que hacer esto sola."

Mizuki se tensó por un momento, sorprendida por el gesto, pero luego se relajó. A pesar de su orgullo, sabía que necesitaba ayuda.

Mizuki: "Gracias... pero no te acostumbres."

Lincoln sonrió levemente mientras la ayudaba a caminar por el pasillo.

Lincoln: "No lo haré. Pero a veces, incluso los más fuertes necesitan un poco de ayuda."

El silencio entre ellos era cómodo mientras avanzaban, con Mizuki apoyándose en Lincoln para mantener el equilibrio.

Mientras seguían caminando, Lincoln intentaba mantener la conversación para hacer el trayecto más ameno, pero Mizuki respondía con cortante brevedad, dejando claro que no tenía intención de profundizar en la charla.

Lincoln: "¿Qué te gusta hacer cuando tienes tiempo libre, además de leer?"

Mizuki: "Entrenar."

Lincoln: "Oh, eso es bueno. Mantenerse en forma es importante, supongo."

Mizuki: "Sí."

El silencio cayó por un momento, pero Lincoln no se rindió fácilmente.

Lincoln: "¿Tienes algún lugar favorito al que te guste ir en tu tiempo libre?"

Mizuki: "No."

Lincoln suspiró suavemente, sintiendo lo difícil que era romper la barrera que Mizuki había levantado. Sin embargo, decidió seguir intentándolo.

Lincoln: "Bueno, seguro que hay algo que disfrutas más que entrenar todo el tiempo, ¿no?"

Mizuki se detuvo brevemente, su mirada se endureció mientras giraba la cabeza para mirarlo directamente.

Mizuki: "Escucha, Lincoln. Vamos a dejar algo claro. Tú y yo solo somos conocidos. No somos amigos, ni cercanos, ni nada parecido. Así que no necesitas intentar hablar conmigo de cosas personales o comunes como si fuéramos amigos. No lo somos."

Lincoln parpadeó, sorprendido por la franqueza de Mizuki. Tragó saliva, sintiendo el peso de sus palabras, pero decidió no mostrarse afectado.

Lincoln: "Entendido, Mizuki. Solo estaba intentando ser amable, pero respetaré tus límites."

Mizuki asintió levemente, satisfecha con su respuesta. A pesar de la tensión en el aire, ambos continuaron caminando en silencio, con Lincoln aún sosteniéndola por la cintura para ayudarla a mantenerse en pie.

Llegaron finalmente a la sala de entrenamiento, pero para sorpresa de ambos, el lugar estaba vacío. Lincoln frunció el ceño, claramente confundido, mientras Mizuki lo observaba con desconfianza, sus ojos entrecerrados y su postura tensa.

Mizuki: "¿Qué es esto, Lincoln? ¿Un truco? Si esto es un engaño para aprovecharte de mí, te aseguro que lo pagarás caro."

Lincoln levantó las manos en señal de rendición, alarmado por la acusación.

Lincoln: "¡No, no, nada de eso! Te lo juro. No tengo ni idea de por qué no están aquí. María dijo que nos encontraríamos aquí, pero... no sé qué pasó."

Mizuki lo estudió por un momento más, buscando señales de engaño, pero todo en la expresión de Lincoln parecía genuino. Aunque aún recelosa, decidió no acusarlo más por el momento.

Mizuki: "Más te vale que estés diciendo la verdad."

Lincoln: "Lo estoy. Debe haber una explicación para esto. Quizás se retrasaron o cambiaron de lugar y no nos avisaron. Déjame revisar con alguien."

Lincoln sacó su dispositivo de comunicación, intentando contactar con María o alguien más del equipo para entender qué estaba pasando. Mientras lo hacía, Mizuki seguía observándolo, aún manteniendo su guardia alta, pero comenzando a creer que, tal vez, Lincoln estaba tan sorprendido como ella.

Mientras Lincoln y Mizuki caminaban lentamente hacia la sala de entrenamiento, ambos aún en silencio, un fuerte ruido desde arriba interrumpió el momento. Antes de que pudieran reaccionar, Evan cayó justo enfrente de ellos con una sonrisa burlona en su rostro. El impacto y la sorpresa fueron tan repentinos que Lincoln y Mizuki se abrazaron instintivamente, sobresaltados.

Evan, al ver sus reacciones, estalló en carcajadas.

Evan: "¡Oh, por Dios! ¡Eso fue demasiado gracioso! ¡La forma en que se abrazaron... como si vieran un fantasma!"

Mizuki, aún recuperándose del susto, se apartó rápidamente de Lincoln, su rostro ligeramente sonrojado, mientras lo miraba furiosa.

Mizuki: "¡¿Qué demonios te pasa?! ¡¿Intentas matarnos del susto o qué?!"

Lincoln, también tratando de recuperar el aliento, miró a Evan con una mezcla de confusión y molestia.

Lincoln: "Evan... ¿en serio? ¿Era necesario?"

Evan, encogiéndose de hombros, sonrió de oreja a oreja.

Evan: "Vamos, chicos, solo estaba tratando de animar un poco el ambiente. No se lo tomen tan en serio."

Antes de que pudiera continuar, Kagami y María entraron en la sala. Kagami tenía una expresión severa mientras observaba la situación, y María simplemente cruzó los brazos, mirando a Evan con una ceja levantada.

Kagami: "Evan, ¿no puedes comportarte? Estamos aquí para entrenar, no para hacer bromas."

María, con un tono firme, añadió:

María: "Evan, esto es un entrenamiento serio. Espero que entiendas la importancia de mantener la disciplina."

Evan, aún sonriendo, levantó las manos en señal de disculpa.

Evan: "Está bien, está bien, lo siento. Solo quería hacer algo divertido."

Mientras tanto, en la mente de Lincoln, Anti-Venom se reía a carcajadas.

Lincoln: "¿Por qué no me avisaste de esto?" pensó con frustración, sintiendo que su simbionte podría haber evitado el susto.

Anti-Venom, aún riendo, respondió:

Anti-Venom: "Oh, vamos, Lincoln. Fue demasiado bueno como para arruinarlo. Además, necesitabas un poco de acción inesperada."

Lincoln suspiró, sintiéndose un poco traicionado por su propio simbionte. Regresando su atención al grupo, intentó recomponerse.

Lincoln: "Bueno... ya que todos estamos aquí, ¿podemos empezar?"

María asintió, su expresión seria.

María: "Sí, es hora de enfocarnos. Este entrenamiento será exigente, pero necesario para lo que viene."

Mizuki, aunque aún molesta, se colocó al lado de Lincoln, lista para continuar, mientras Evan seguía sonriendo, aparentemente satisfecho con su broma.

María dio un paso adelante, su expresión severa mientras miraba a todos, especialmente a Evan.

María: "Escuchen bien, el entrenamiento de hoy será duro. Necesitamos que todos estén en su mejor forma para lo que se avecina."

Hizo una pausa, fijando sus ojos en Evan.

María: "Y tú, Evan, debido a tu pequeño espectáculo, tendrás un castigo especial. Tu entrenamiento será aún más riguroso."

Evan abrió los ojos con sorpresa, su sonrisa desapareciendo rápidamente.

Evan: "¿Qué? Pero... solo estaba bromeando..."

María mantuvo su mirada firme.

María: "Lo sé. Y por eso tu entrenamiento será más intenso. Quiero que entiendas la importancia de la disciplina en situaciones críticas."

Evan tragó saliva, una sombra de miedo cruzando su rostro.

Evan: "Está bien, entiendo... seré más serio."

María asintió, satisfecha con su respuesta.

María: "Bien. Ahora, antes de que empecemos, hay algo más que deben saber."

Ella miró al grupo, su tono se volvió aún más serio.

María: "Nick Fury ha preparado una prueba sorpresa para todos ustedes. Será en una semana. No puedo darles detalles, pero deben estar listos para cualquier cosa."

Kagami, con su postura recta, asintió lentamente.

Kagami: "Entendido. Nos aseguraremos de estar preparados."

Mizuki, aunque aún visiblemente cansada, mantuvo una expresión determinada.

Mizuki: "No importa lo que sea, lo enfrentaremos."

Lincoln también asintió, aunque en su mente, Anti-Venom susurraba con curiosidad.

Anti-Venom: "Una prueba sorpresa, ¿eh? Esto suena interesante. Pero, ¿por qué no nos dicen de qué se trata?"

Lincoln, mentalmente, respondió.

Lincoln: "Supongo que quieren que estemos listos para cualquier cosa, sin preparaciones específicas. Tendremos que confiar en nuestro entrenamiento."

Anti-Venom se rió ligeramente.

Anti-Venom: "Será divertido ver cómo se desarrolla esto."

María observó a todos nuevamente, su mirada evaluativa.

María: "Bien, ahora que saben lo que les espera, comencemos con el entrenamiento. Quiero ver su compromiso y determinación. Esto no será fácil, pero saldrán de aquí más fuertes."

Con esas palabras, María los llevó al centro de la sala de entrenamiento, lista para comenzar la sesión intensa que había planeado.

En una oficina oscura, iluminada solo por el resplandor de múltiples pantallas, Nick Fury se encontraba revisando meticulosamente los datos en su computadora. Su expresión era inescrutable mientras sus dedos se deslizaban por el teclado, ajustando los últimos detalles de lo que parecía ser una compleja serie de pruebas.

Nick Fury, hablando para sí mismo: "Ya casi está listo. Solo unos ajustes más y todo estará en su lugar."

Hizo una pausa, observando una proyección holográfica que mostraba los perfiles de Lincoln, Mizuki, Kagami, Evan, y los demás. Sus ojos se entrecerraron ligeramente, evaluando cada uno de ellos.

Nick Fury, con una sonrisa apenas perceptible: "Les daré una semana para prepararse. Eso debería ser suficiente para ver de qué están hechos."

Se inclinó hacia atrás en su silla, cruzando los brazos mientras consideraba el impacto de la prueba. Ni siquiera María sabía exactamente lo que estaba planeando. Era mejor así. Cuanta menos información tuvieran, más genuinas serían sus reacciones y más precisas sus evaluaciones.

Nick Fury, murmurando: "Espero que ninguno de ellos se asuste. Esto no es solo una prueba de sus habilidades físicas, sino también de su fortaleza mental."

De nuevo, sus dedos se movieron sobre el teclado, asegurándose de que todo estuviera configurado para desafiar a los jóvenes en todas las formas posibles. La semana que venía sería crucial, no solo para ellos, sino para la confianza que Nick Fury depositaba en su potencial.

Fin del capítulo

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