el miedo es natural en nosotros
Lincoln estaba solo en su cuarto, sumido en sus pensamientos, sintiendo una carga que lo aplastaba. Cada cicatriz y cada venda le recordaban las experiencias recientes, el dolor que había soportado y, sobre todo, el miedo. Ese miedo que lo paralizaba, que se sentía como una sombra imposible de apartar. La idea de enfrentarse al mundo de nuevo lo atormentaba. Se sentía débil, como si cada respiración estuviera llena de dudas.
“No puedo… No soy un verdadero héroe,” pensó, mirando sus manos temblorosas. “Los héroes de verdad no le temen a nada. Ellos enfrentan cualquier cosa sin vacilar. Y mírame a mí… solo quiero esconderme.”
Lincoln apretó los dientes, molesto consigo mismo, sintiendo que cada pensamiento se sumergía más en la duda. Pero justo cuando estaba a punto de rendirse a ese silencio, la puerta se abrió suavemente, y Lynn Sr. entró, notando de inmediato la tristeza en los ojos de su hijo.
Lynn Sr.: “¿Te importa si me siento aquí, hijo?”
Lincoln no respondió de inmediato, pero movió la cabeza levemente, permitiéndole a su padre sentarse en la silla junto a la cama.
Lynn Sr.: “Sabes, he pasado mucho tiempo pensando en cómo ser un buen padre. Cómo estar aquí para ti y para tus hermanas, en las buenas y en las malas. Y en todo ese tiempo, he aprendido algo importante: a veces, los momentos más difíciles no son los que vivimos en el mundo exterior… sino los que enfrentamos aquí, dentro de nosotros mismos.”
Lincoln bajó la mirada, sintiendo que las palabras de su padre resonaban en él.
Lincoln: “No soy como los demás héroes, papá. Tengo miedo, y siento que eso me hace débil. Siento que... no debería ser así. Los héroes no deberían sentir miedo.”
Lynn Sr. lo miró con una mezcla de compasión y sabiduría, sabiendo exactamente a dónde quería llegar su hijo.
Lynn Sr.: “Lincoln, ¿quién te dijo que los héroes no sienten miedo?”
Lincoln se quedó en silencio. No tenía una respuesta clara; solo era algo que había asumido, viendo cómo los héroes que admiraba parecían enfrentarlo todo sin dudar.
Lynn Sr.: “Los héroes que enfrentan lo imposible, los que superan pruebas difíciles, sienten miedo como cualquiera. La diferencia no está en si lo sienten o no. La diferencia está en lo que hacen a pesar de ese miedo.”
Lincoln: “Pero… ¿cómo? ¿Cómo pueden seguir adelante cuando sienten esto?”
Lynn Sr. le dio una palmada suave en el hombro, intentando hacerle ver lo importante que era su pregunta.
Lynn Sr.: “Lincoln, los héroes no son personas que no sienten miedo. Son personas que encuentran una razón para seguir adelante, aunque estén aterrados. Y te diré algo… no siempre tienes que sentirte fuerte o valiente para ser un héroe. A veces, los momentos en que más dudas de ti mismo son los momentos en que realmente demuestras quién eres.”
Lincoln lo miró, aún luchando por aceptar sus palabras. No era fácil reconocer que el miedo podía ser parte de él sin ser una debilidad.
Lincoln: “No quiero fallar, papá. No quiero ser alguien que se deja llevar por el miedo.”
Lynn Sr.: “Hijo, no importa cuántas veces caigas o cuántas veces te sientas asustado. Lo que importa es que te levantes. Si necesitas ayuda, si necesitas tomarte un momento, está bien. No tienes que ser invencible, Lincoln. Tienes que ser tú mismo. Y eso ya es suficiente.”
Lincoln respiró profundamente, dejando que las palabras de su padre calaran en él. Parte de él seguía sintiendo esa sombra de miedo, pero otra parte comenzaba a entender que no estaba solo en esta lucha, que era normal dudar y que, quizás, el miedo era parte de lo que lo hacía humano.
Lynn Sr.: “Te he visto crecer, Lincoln. Te he visto ser más fuerte de lo que yo nunca fui. Pero, más allá de eso, te he visto ser valiente. No porque no tengas miedo, sino porque siempre has encontrado una razón para seguir adelante. Esa es tu verdadera fuerza, hijo. Y aunque ahora no lo veas, estoy seguro de que encontrarás una manera de levantarte de esto también.”
Lincoln lo miró, asimilando cada palabra y sintiendo una calma que hacía mucho no sentía. Había algo poderoso en saber que no estaba solo, en saber que el miedo era solo una parte de su vida, y no el final de su camino.
Lincoln: “Gracias, papá… intentaré recordar eso.”
Lynn Sr.: “No tienes que ser perfecto, Lincoln. Solo sigue siendo tú. Y si alguna vez sientes que no puedes solo, aquí estaré para ayudarte a levantarte, cada vez que lo necesites.”
Lynn Sr. le dio un último apretón en el hombro antes de levantarse, dándole a Lincoln el espacio para procesar sus pensamientos. Mientras veía a su padre salir de la habitación, Lincoln sintió que, aunque el miedo seguía allí, ya no estaba solo en enfrentarlo.
Lincoln se sentó en la cama, su cuerpo todavía adolorido, pero su mente ocupada en algo más. Sabía que si quería entender realmente lo que estaba pasando, tendría que hablar con Antivenom, el simbionte que había compartido su vida y luchas, que lo había ayudado a superar algunos de los peores momentos. Pero esta vez, el simbionte no respondía. Lincoln cerró los ojos, concentrándose, intentando conectar con esa parte de él.
Pasaron varios minutos de silencio, de concentración profunda, hasta que, finalmente, sintió un pequeño movimiento dentro de su mente. Una sombra oscura y blanca comenzó a emerger, aunque de forma titubeante. Antivenom estaba allí, pero parecía... reticente. La masa de energía y materia oscura, usualmente tan confiada y feroz, se mantenía en el fondo, casi como si tuviera miedo de aparecer.
Lincoln: “¿Antivenom...? Sé que estás ahí. ¿Por qué te estás ocultando?”
El simbionte, en su forma nebulosa, apenas se movió, como si las palabras de Lincoln le resultaran difíciles de escuchar. Tras un momento de silencio, una voz profunda y familiar resonó, aunque esta vez con una extraña vacilación.
Antivenom: “…No esperaba que... las cosas resultaran así.”
Lincoln frunció el ceño, sorprendido por la vulnerabilidad en la voz del simbionte. Antivenom siempre había sido seguro de sí mismo, un guerrero en todo sentido. Pero ahora, incluso él parecía destrozado.
Lincoln: “¿Así cómo, Antivenom? Yo… pensé que eras el fuerte. Tú siempre has sabido qué hacer, siempre has tenido un plan. Pero ahora… ¿por qué te sientes así?”
Antivenom emitió un suspiro bajo, un sonido que Lincoln nunca había escuchado antes.
Antivenom: “Creí que podía protegerte… que nada podría herirnos mientras estuviéramos juntos. Pero cuando llegó ese momento... cuando realmente importaba... fallé. Fallé en protegerte. Y ahora, veo lo que te hicieron, veo cómo estás… y me doy cuenta de que también tengo miedo.”
Lincoln se quedó en silencio, dejando que esas palabras lo impactaran. Ver a Antivenom, el simbionte que había luchado junto a él, admitir miedo era desconcertante. Había pasado por tanto, pero nunca imaginó que Antivenom pudiera sentir lo mismo que él: esa impotencia, esa sensación de ser inútil.
Lincoln: “¿Tú también... sientes que no eres suficiente?”
Antivenom: “Sí… lo que me da rabia es que soy el más experimentado en combate. He enfrentado enemigos que tú ni siquiera puedes imaginar. Y sin embargo, aquí estamos… yo, ocultándome en las sombras porque no puedo soportar verte así, y tú... tú dudando de todo lo que eres. Nos dejaron rotos, Lincoln. A los dos.”
Lincoln apretó los puños, sintiendo una mezcla de frustración y tristeza. Había pensado que el miedo era algo que lo debilitaba solo a él, pero ahora entendía que Antivenom, con toda su fuerza, también estaba en esa misma lucha.
Lincoln: “¿Entonces, qué hacemos? ¿Nos quedamos aquí, hundidos en esto… o buscamos una forma de levantarnos?”
Antivenom se quedó en silencio por un momento, reflexionando. Su voz, aunque todavía insegura, mostró una leve chispa de determinación.
Antivenom: “No lo sé, Lincoln. Por primera vez en mucho tiempo, no tengo todas las respuestas. Pero hay algo que sí sé… si tú eres capaz de seguir adelante, a pesar de todo, entonces yo estaré contigo. Aun si tengo miedo, aun si me siento débil. Porque, al final, estamos juntos en esto, y tal vez… solo tal vez… eso sea suficiente.”
Lincoln sintió cómo las palabras de Antivenom le llegaban al corazón. No necesitaban tener todas las respuestas, ni ser invencibles. Lo único que necesitaban era intentarlo juntos, apoyarse el uno al otro, y ver qué podían construir desde esas ruinas.
Lincoln: “Entonces… vamos a enfrentarlo. Tal vez no seamos perfectos, tal vez tengamos miedo, pero no pienso rendirme. Si puedo dar un paso, aunque sea pequeño, quiero que sea contigo, Antivenom.”
La masa de simbionte se movió, acercándose a Lincoln. El miedo seguía presente, pero entre ellos surgía una especie de conexión renovada, una promesa de no abandonarse, de avanzar a pesar de las dudas.
Antivenom: “De acuerdo, Lincoln. Ya no se trata de ser invencibles… sino de ser lo suficientemente fuertes para intentarlo de nuevo. Pase lo que pase, estoy contigo.”
En ese momento, Lincoln sintió cómo la sombra negra y blanca se deslizaba lentamente hacia él, como un abrazo simbólico. Ambos sabían que la batalla interna no estaba ganada y que el camino por delante era incierto. Pero, al menos ahora, no estaban solos.
Lynn Sr. observaba a su hijo, confundido y asombrado. La forma en que Lincoln estaba rodeado por aquella masa negra y blanca, que parecía latir como si tuviera vida propia, era algo que nunca había visto. Al principio, sintió miedo de que el simbionte pudiera hacerle daño, pero había algo en la postura de Lincoln, en la manera en que su hijo se levantaba con determinación, que lo hizo dudar.
Lincoln, cubierto por la masa de Antivenom, dio un paso adelante y levantó la vista, sus ojos destellaban una mezcla de confianza y fuerza que hacía mucho tiempo no mostraba. Giró lentamente hacia su padre, quien seguía allí, boquiabierto, intentando procesar lo que estaba viendo.
Lincoln: “Estoy listo, papá… Estoy listo para la revancha.”
La declaración de su hijo sorprendió a Lynn Sr. Al escuchar esas palabras, algo en él se encendió. Sabía que Lincoln había pasado por situaciones terribles, y había presenciado cómo el miedo y las dudas lo consumían. Pero ahora, verlo erguirse y enfrentar aquello que antes lo había quebrado, le hizo sentir un orgullo indescriptible.
Lynn Sr.: "¿Estás seguro, hijo? No tienes que hacer esto ahora si no estás listo. Nadie te está forzando.”
Lincoln: "No, papá. Ya no voy a huir. Esta vez… estoy decidido a enfrentar lo que venga.”
Lynn Sr. asintió, una ligera sonrisa asomando en su rostro. Sabía que la decisión no había sido fácil para Lincoln, y que el miedo probablemente seguía presente en algún lugar. Pero también sabía que su hijo era fuerte. Al ver cómo Lincoln era rodeado por Antivenom, percibió que la unión entre ambos era más profunda que solo un poder compartido. Lincoln y Antivenom habían encontrado una razón para seguir luchando.
Lynn Sr.: "Bien, hijo. Estaré aquí, apoyándote en todo lo que necesites. Solo recuerda… no importa cuántas veces caigas, lo importante es levantarte, ¿entiendes?"
Lincoln asintió, con la mirada firme. Sabía que iba a ser una batalla dura, pero esta vez, estaba listo para lo que viniera. La revancha que había prometido no solo era contra los enemigos externos, sino también contra las dudas que alguna vez lo habían paralizado. Con el simbionte fortalecido a su lado y el apoyo de su padre, Lincoln dio un paso adelante, dispuesto a recuperar lo que el miedo le había arrebatado.
Y Lynn Sr., observándolo, sintió en su interior que, sin importar el resultado, su hijo estaba listo para enfrentar el desafío.
Frozono observaba a Lincoln y su padre con una expresión seria. El aire estaba cargado de tensión, y el ambiente en la habitación se sentía aún más pesado, como si la amenaza inminente estuviera más cerca de lo que imaginaban. Frozono había estado en silencio todo el tiempo, pero ahora, sintiendo la determinación en el aire, decidió intervenir.
Frozono: "Escuchen, si realmente vamos a enfrentarnos a esa cosa, entonces no podemos hacerlo de manera aislada. Necesitamos trabajar juntos. Los tres."
Lynn Sr. giró hacia él, un poco sorprendido por la interrupción, pero reconociendo la seriedad en la voz de Frozono.
Lynn Sr.: "¿A qué te refieres?"
Frozono, quien había estado observando la situación desde la esquina de la habitación, dio un paso adelante. Su voz era firme, pero no exenta de cierta preocupación. Aunque no conocía todos los detalles sobre el enemigo al que se enfrentaban, sabía lo suficiente para entender que esta batalla no sería fácil.
Frozono: "Lo que sea lo que esa cosa sea, no vamos a poder derrotarla si estamos divididos. Lincoln tiene el poder ese de la masa extraña, pero incluso él no está completamente preparado para lo que les espera. Yo… puedo controlar el hielo y la temperatura, pero eso no es suficiente contra algo como eso. Y tú, Lynn, eres fuerte, pero si estamos dispersos, seremos presa fácil."
Lincoln, aún rodeado por la masa de Antivenom, miró a Frozono con atención. Sentía que tenía el control de sus poderes
Lynn Sr. bajó la mirada un momento, como si estuviera considerando las palabras de Frozono. Al instante, algo cambió en su expresión. Sin decir una palabra, dejó que una intensa luz blanca comenzara a emanar desde el centro de su pecho. En cuestión de segundos, su cuerpo estaba cubierto por una brillante capa de energía blanca y pura, casi cegadora. Su musculatura se acentuó, y su postura reflejaba un poder que había estado conteniendo todo este tiempo. Lincoln observaba a su padre con sorpresa, sin haberlo visto nunca así, en su verdadera forma de héroe.
Lynn Sr.: "Hace mucho que no uso este poder... Me llaman White Knight. Puede que no sea como los héroes que conoces, Lincoln, pero aún tengo algo que ofrecer en esta pelea."
Lincoln parpadeó, procesando esta nueva revelación. Había oído historias de héroes que poseían habilidades increíbles, pero nunca imaginó que su propio padre también guardaba un secreto tan asombroso. A su lado, Frozono sonrió con una mezcla de orgullo y satisfacción.
Frozono: "Sabía que aún tenías algo guardado, viejo amigo. White Knight y yo hemos luchado juntos en el pasado, y déjame decirte, Lincoln, tu padre no es alguien a quien subestimar."
Lynn Sr.: "Frozono tiene razón, hijo. No vamos a dejar que enfrentes a esa cosa solo. Tú tienes potencial, pero juntos, los tres podemos formar un equipo que lo detenga de una vez por todas."
Lincoln, aún con la masa de Antivenom cubriéndolo, asintió con determinación. Sabía que el miedo aún estaba ahí, latente, pero ahora no estaba solo. Junto a su padre, el poderoso White Knight, y a Frozono, quien también era un aliado formidable, sentía una fuerza renovada. No era simplemente el joven héroe que debía pelear solo; era parte de un equipo que estaba dispuesto a protegerlo y pelear a su lado.
Lincoln: "Entonces... ¿estamos listos para esto?"
Lynn Sr.: "Más que listos, hijo. Esta vez, no hay vuelta atrás. Vamos a mostrarle a esa cosa que cuando estamos juntos, somos imparables."
Mientras los Vengadores continuaban su búsqueda en las oscuras y laberínticas alcantarillas, una sensación de inquietud comenzaba a crecer entre ellos. No era solo la incertidumbre de los pasillos sin fin o la humedad y el olor, sino el temor de no encontrar a Lincoln a tiempo, de que fuera demasiado tarde.
Avispa iba al frente, su mirada era seria y cada tanto miraba a su alrededor con frustración contenida. Aunque mantenía la calma, sus pensamientos volvían una y otra vez al momento en que Lincoln la había salvado sin dudarlo, arriesgando su propia seguridad. Había sentido una mezcla de admiración y gratitud hacia él, pero ahora, con cada paso, la culpa se hacía más fuerte. No había sido capaz de estar allí cuando Lincoln la necesitaba.
Avispa: "No puedo creer que él... que Lincoln esté ahí afuera, solo, después de lo que hizo por mí. No pude devolverle el favor."
Capitán América la escuchó y se detuvo un momento, colocando una mano sobre su hombro. La miró con una mezcla de comprensión y empatía.
Capitán América: "Entiendo cómo te sientes, pero aún no sabemos lo que ha pasado. No podemos rendirnos hasta saber con certeza. Lincoln aún podría estar aquí, esperando que lleguemos."
Iron Man, flotando a unos metros, detectó la preocupación de sus compañeros y, aunque intentaba disimularla con su sarcasmo habitual, él también estaba preocupado. Sin pistas, y con la tecnología fallando en un lugar tan hostil, cada segundo que pasaba sin encontrar a Lincoln aumentaba la tensión.
Iron Man: "Por lo que sabemos, ese chico podría estar enfrentándose solo a lo que sea que lo haya arrastrado aquí. Odio admitirlo, pero esta situación nos tiene en desventaja."
Thor, con el rostro serio, asintió mientras sostenía firmemente su martillo.
Thor: "Ese joven tiene un espíritu fuerte, eso lo sé. Pero incluso los más valientes necesitan aliados en la batalla. Si hay alguien o algo que lo ha tomado, deben saber que enfrentan la ira de los Vengadores."
Avispa, con los ojos fijos en el pasillo oscuro al frente, respiró profundo, tratando de calmar su mente. Sentía una mezcla de determinación y desesperación. No podía permitir que Lincoln pagara el precio de haberla salvado.
Avispa: "Lo encontraré. No me importa lo que tenga que enfrentar, pero no dejaré que él sufra por protegerme. Yo... no voy a fallarle esta vez."
Mientras los Vengadores avanzaban con cautela, Tony se detuvo de golpe, mirando algo que lo dejó helado. En el suelo y en las paredes cercanas había manchas de sangre, salpicadas en varias direcciones como si alguien hubiera luchado desesperadamente. En el centro del desastre, había cortes profundos en el concreto y marcas de garras que dejaban claro que algo brutal había sucedido.
Tony frunció el ceño detrás de su visor, su mente calculando todas las posibles amenazas que podían haber causado semejante devastación, pero sin encontrar una respuesta inmediata. Levantó la mano para que los demás se detuvieran, y en ese mismo instante, Avispa se dio cuenta de algo más perturbador: un pedazo de tela naranja, rasgado y manchado, que estaba atrapado entre unos escombros.
Avispa sintió que el aire se le escapaba al reconocerlo al instante: era parte de la camiseta de Lincoln. En silencio, se acercó, extendiendo la mano con nerviosismo mientras observaba el trozo de tela. La tela temblaba en su mano y su respiración se volvió irregular al imaginar lo peor.
Avispa: "No... esto no puede ser..." - Susurró, sintiendo una mezcla de miedo y frustración en su pecho.
Capitán América se acercó rápidamente, poniéndose en cuclillas junto a ella y observando la escena con seriedad. Colocó una mano firme en el hombro de Avispa, intentando transmitirle algo de calma, aunque él también estaba perturbado.
Capitán América: "No saquemos conclusiones apresuradas. Es probable que Lincoln haya peleado aquí, pero todavía no sabemos cómo terminó esto."
Tony, con voz grave y sin su tono sarcástico habitual, agregó:
Iron Man: "Pero esto… esto es malo, Steve. La cantidad de sangre y los daños aquí no son normales. Lo que sea que ocurrió… fue una batalla brutal. Si Lincoln estaba aquí, no estaba solo. Y claramente, quienquiera que se enfrentara, no tuvo piedad."
Avispa, incapaz de contener su preocupación, apretó el trozo de tela en su mano, tratando de ocultar las lágrimas que comenzaban a acumularse en sus ojos. Recordaba a Lincoln como el chico valiente que no dudó en arriesgar su vida por ella, y la idea de que él hubiera pasado por algo tan terrible la destrozaba.
Avispa: "Él me salvó… y yo ni siquiera pude hacer nada para protegerlo. No puedo creer que esté pasando esto…"
Thor, quien había estado inspeccionando los alrededores con su martillo en mano, se acercó a Avispa, observando con seriedad.
Thor: "Los verdaderos héroes, pequeña Avispa, a menudo enfrentan sus mayores batallas solos. Pero Lincoln no está solo ahora. No permitiremos que su sacrificio sea en vano. Y si hay alguien aquí responsable de su sufrimiento, tendrán que responder ante el poder de Asgard."
Capitán América asintió, inspirando una calma forzada que esperaba transmitir a los demás.
Capitán América: "Exactamente. Tenemos que recordar quiénes somos y qué representamos. Lincoln confió en nosotros cuando nos ayudó. Ahora es nuestro turno de devolverle el favor, sea cual sea el precio."
Tony miró a sus compañeros y luego nuevamente al pedazo de tela en la mano de Avispa. Su expresión era un reflejo de sus pensamientos serios, y su voz dejó de lado cualquier rastro de arrogancia o desdén.
Iron Man: "Vamos a encontrarlo. Si Lincoln sigue con vida, lo traeremos de vuelta. Y si alguien lo lastimó, entonces se arrepentirá. Esto no es una promesa vacía; estamos en esto juntos."
Avispa, respirando hondo, apretó el trozo de tela una última vez antes de guardarlo en su bolsillo como recordatorio de que tenía una misión personal en esta búsqueda. Alzó la mirada hacia sus compañeros, y aunque su rostro mostraba preocupación, sus ojos ahora reflejaban una determinación implacable.
Avispa: "Vamos. No me detendré hasta que lo encontremos. Lincoln no se merece esto. Y nosotros no merecemos llamarnos héroes si lo dejamos solo en esto."
Con una última mirada al campo de batalla manchado de sangre, los Vengadores ajustaron sus posiciones y se prepararon para continuar. Sin importar cuánto les costara o qué obstáculos enfrentaran, sabían que Lincoln dependía de ellos.
Clint observaba en silencio, esperando el momento adecuado para intervenir. No quería interrumpir la tensión de la escena, la preocupación palpable en cada uno de los Vengadores, especialmente en Avispa. Pero algo en su instinto le decía que aún había esperanza, que Lincoln podía haber sobrevivido a lo que fuera que ocurrió en ese lugar. Y entonces lo vio: un agujero en la pared que parecía reciente, con marcas de golpes alrededor, como si alguien hubiera luchado para abrirse camino hacia la superficie.
Acercándose al agujero, Clint lo examinó detenidamente. La irregularidad de los bordes y la dirección de las marcas le indicaban que aquello no era obra del enemigo. Alguien había golpeado con desesperación y determinación para abrirse paso… y eso sólo significaba una cosa.
Clint: "Chicos, creo que hay algo que les va a interesar."
Avispa fue la primera en girarse hacia él, con un rayo de esperanza brillando en sus ojos. Los demás también se acercaron, observando el agujero con atención mientras Clint continuaba explicando.
Clint: "Miren estas marcas. Este agujero no fue hecho de manera casual o como parte de una explosión. Alguien golpeó aquí, intentando salir. Estoy casi seguro de que fue Lincoln. Vean cómo las marcas van en una sola dirección… hacia afuera."
Avispa, con el corazón latiéndole con fuerza, se inclinó para inspeccionar las marcas por sí misma. La posibilidad de que Lincoln hubiera logrado escapar le daba una chispa de esperanza que se negaba a apagar.
Avispa: "¿Quieres decir que… podría haber salido por aquí? ¿Que logró escapar?"
Clint asintió, mirando a sus compañeros para enfatizar sus palabras.
Clint: "Si las marcas no mienten, sí. No sabemos cuánto tiempo pasó aquí, pero algo me dice que no se rindió. Este chico luchó para salir de este infierno. Eso tiene que significar que sigue con vida."
Thor, quien se mantenía a un lado, golpeó su puño contra su mano abierta, claramente alentado por la nueva pista.
Thor: "Si el joven ha demostrado tanto valor como para sobrevivir a una batalla así y buscar su propia salida, entonces es digno de la protección de Asgard. No descansaremos hasta encontrarlo."
Iron Man miró a Clint con un asentimiento de aprobación. La posibilidad de que Lincoln hubiera salido por ese agujero no era solo un rayo de esperanza; era una prueba de la fortaleza del chico. Con una sonrisa apenas visible tras su máscara, Tony dio un paso adelante.
Iron Man: *"Entonces, tenemos una dirección. Si Lincoln encontró el valor para salir por aquí, nosotros deberíamos tener el mismo valor para encontrarlo. Vamos
Fin del capítulo
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