Capítulo 41: Premio

Ashton

Papá había conseguido que dos de mis primos, abogados con algo de menos experiencia que Marco, fueran también los representantes de Alaska por un módico precio, considerando que eran abogados.

Habían decidido no tomar al fiscal, no porque fuera mal abogado, sino porque Marco era mejor y con ayuda, podía darle una buena patada en el trasero a los abogados de Williams.

Los detectives investigando el caso estaban habían conseguido más mujeres que pudieran ser testigos y ahora estaban yendo por personas que supieran de las andanzas de Williams.

Lucía estaba siendo muy difícil y había sido acusada como cómplice para intentar que aceptara algún trato a cambio de su testimonio, algo que, por el momento, no estaba funcionado.

Ese día era un día especial, no sólo porque los resultados de los exámenes de Gohan ya habían llegado a mi madre, sino que, también, a las doce se revelarían los ganadores de la lotería y yo por fin le demostraría a Alie que su experimento era igual al excremento de Twinkle o peor, de mis peces.

Habíamos ido a la casa de mis papás, la cual estaba casi vacía, pues Pierce ya no vivía ahí y los demás estaban trabajando.

Papá estaba con mi madre en la oficina. Él aun usaba un bastón, pero ya pronto podría dejarlo.

Los tres entramos, los saludamos con un apretón de manos y nos sentamos en el sofá.

—Marco está con la policía ahora y me dijo que les dijera que la primera audiencia sería a fin de mes.

—Perfecto —dijo Alie—. Gracias, señor.

—Ahora, Gohan.

Mi madre estaba apoyada en el escritorio, ya que mi papá usaba la silla y así evitaba forzar su pierna.

—Puede que tus bajas de presión sean sólo por una reacción de tu cerebro ante la presión y terror, pero encontré unas anomalías en tus exámenes —informó.

Eso me asustó.

—¿Está bien? ¿Es mortal? ¿Tiene cura?

—Ashton...

—Es una enfermedad de transmisión sexual —supuse y miré a Gohan—. ¡Sabía que tu promiscuidad terminaría mal, aunque usaras condón siempre!

—Ashton...

—¿Qué es? ¿Sífilis? ¡Eso terminará destruyendo su cerebro!

—No es eso, Ashton.

Solté un suspiro de alivio, pero inmediatamente volví a aterrarme.

—¡Es Alzheimer!

—Tiene veinticuatro, no puede presentar síntomas de Alzheimer aún —recordó mi madre—. Ahora cierra la boca y óyeme.

—Por fin —susurró Gohan cuando guarde silencio.

—Tienes un soplo cardíaco —comunicó.

Yo sentí mi alma volar e irse al cielo y Gohan pareció asustarse por fin.

—¿Es mortal?

—No, tranquilo, son muy comunes —respondió mi madre—. No es grave, ni te traerá problemas, ni debe ser tratado. No se cura, pero al no causar ningún impedimento de vivir una vida normal, da igual.

Ambos nos sentimos muy aliviadas.

—Y también está un poco baja tu vitamina B12 y D —agregó—. Te daré suplementos para ambas y veremos como evoluciona todo.

—¿Entonces no se va a morir? —pregunté.

—No, Ashton, tu novio no se va a morir —respondió ya molesta.

—Gracias a Dios.

Abracé a Gohan con fuerza y él respondió el abrazo también.

—Ay, Ashton, no seas dramático —pidió mi madre—. ¿Se van a quedar a almorzar?

—¿Misty cocinará?

—¿Quién más? ¿Yo? —preguntó mi madre irónica.

—Misty cocinará —me respondí a mi mismo—. Entonces sí.

—Bien, voy a avisarle —informó.

Luego de que mi madre saliera, mi padre se levantó con cuidado y comenzó a ir a la puerta.

—¿Cómo te ha ido con tu terapia? —pregunté antes de que saliera.

—Muy bien —respondió—. Ya verás que pronto dejaré esto.

Yo le di una sonrisa y entonces él salió.

—¿Tú padre acusara a Williams de su atentado? —preguntó Alaska.

—Supe que están investigando eso también, pero sin hacerlo público. Mi papá no quiere que la prensa lo persiga —aclaré—. Y, si es cierto lo que muchos dicen y Williams tiene a jueces de su lado, entonces muchos pueden caer con él; y mi padre, como juez de la Corte Suprema, quizás tenga que resolver esos casos.

—¿No puede tener problemas con eso? —preguntó Alie.

—Bueno, se ganará el odio de muchos, pero siempre ha sido así. A nadie le agradan las personas que estudian derecho, menos cuando ya son abogados y aún menos cuando son jueces —expliqué—. Y mi padre es un juez que juzga otros jueces y casos más complejos como los condenados a pena de muerte en la corte de primera instancia... aunque durante más de diez años no ha habido penas de muerte en California.

—Que triste ser tu padre —dijo Gohan—. Ahora entiendo porque es tan amargado.

Yo asentí.

A pesar de que él había sido así de amargado desde que tenía memoria, cuando llegó a la Corte Suprema se volvió mucho más irritable, distante y duro.

—¿Vamos a almorzar? —pregunté.

—Sí, vamos —dijo Alie poniéndose de pie.

Luego de almorzar con mis padres, lo que no fue tan tenso o aburrido gracias a Gohan y sus comentarios que me hacían reír de repente, volvimos a casa.

Gohan y yo comenzaríamos a trabajar la próxima semana en una investigación con un antiguo profesor que había reclutado a varios de los mejores estudiantes para evaluar el impacto ambiental de un proyecto que quería hacer el gobierno en Los Ángeles.

Por el trabajo, nuestras vacaciones se terminarían pronto y, por lo tanto, los dos estábamos dispuestos a hacer nada que implicara demasiado esfuerzo esos días.

Los tres nos acostamos en mi cama, quedando yo en medio, y nos pusimos a ver Euphoria, aunque Alaska estaba escribiendo en su laptop también.

A veces me daba curiosidad leer que escribía, pero me aguantaba porque le había prometido que no lo haría.

—¿En qué momento estudian estos idiotas? —preguntó Gohan, refiriéndose a la serie.

—Yo a ustedes tampoco los vi hacer demasiado nunca y estaban en la universidad —dijo Alie.

—Exacto, la universidad —dijo Gohan—. En la universidad todos hacen fiestas cada fin de semana, fuman hierba y hacen estupideces; es parte de la vida universitaria.

—¿Y ustedes como eran en la preparatoria? —cuestionó Alaska—. ¿No me digan que eran estudiosos y tranquilos?

—No —confesé—, pero somos nerds, la escuela era fácil para nosotros.

—Sí, a lo más tomamos unos cuantos libros y en una hora ya estábamos listos para un examen —agregó Gohan.

Alaska imitó a Gohan en forma de burla.

—Nerds —dijo al último.

—Envidiosa —la atacó Gohan.

Aunque estaba seguro de que Alaska se consideraba menos inteligente que nosotros, ella tenía talentos que nosotros no. Yo no sabia actuar, modelar, cocinar, y no entendía mucho del arte del cine o la música; Gohan tampoco. Alaska nos ganaba en todo eso.

Seguimos viendo Euphoria hasta que terminó y seguimos con una película hasta que dieron las doce y los tres nos metimos a la página de la lotería en nuestras laptops.

—Maldita sea —se quejó Alaska—. Gané cuatro dólares en cada uno y gasté seis en los juegos.

Gohan se burló un momento, pero yo estaba mirando una y otra vez uno de mis juegos.

—Tengo uno sin premio...

—¿Y de que te burlabas entonces? —le cuestionó Alie.

—Déjame terminar —pidió Han—. Tengo otro de cincuenta mil dólares.

Alaska abrió la boca con sorpresa y luego, una sonrisa de felicidad pura se formó en su rostro.

—¡Cincuenta mil dólares! —exclamó para luego mirarme—. Significa que mi teoría es cierta. ¡Quéjate ahora de mi muestra!

—Tengo el bote.

Alaska y Gohan se quedaron congelados.

—¿Qué tienes que? —preguntó Alie para cerciorarse.

—Gané cuarenta millones de dólares. Tengo los cinco números y el Powerball.

Ambos se acercaron de golpe a ver y entonces revisamos la lista de ganadores, donde mi nombre estaba debajo del premio mayor.

—Hijo de perra —soltó Gohan—. Yo ya no soy el amuleto de la suerte de este grupo.

—Bueno, en realidad elegí ese porque tenía tus dos números preferidos —confesé—. Siete y dos... pensé que serviría si es que realmente eras suertudo.

—¡No es justo! —se quejó Alaska—. Soy la miserable del grupo.

—Tranquila, somos un equipo —le dije yo—. Y si no hubiera sido por tus estúpidas hipótesis que fueron claramente rechazadas, ahora yo no sería más millonario que ayer.

Alaska soltó una risa.

—¿Y que harás con tanto dinero? —preguntó Alie.

Yo me encogí de hombros.

—Primero déjame cobrar el dinero, luego le daré un buen uso... uno mejor que mantenerlo en mis manos —aseguré.

No podía creer que realmente hubiera ganado el premio mayor en mi primera vez jugando un juego de lotería, todo gracias a las ideas de Alie y los números de Gohan. Definitivamente, no podía haber un mejor equipo que nosotros.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top