Capítulo 33: Tailandia, China, Corea...

—¿Ya te envió tu mamá la cuenta de la cerca? —le pregunté a Ashton mientras almorzábamos.

—Sí... no pensé que la cerca fuera tan cara. Es solo una cerca de un metro —argumentó.

—Pues para que aprendas a no volver a drogarte en casa de tus papás —le dije—. Ya no vives ahí, ahora puedes drogarte aquí y destruir tus propias cosas, no las ajenas.

Ashton rio divertido.

—Ya entendí —aseguró—. Te prometo que no volverá a suceder.

Miré hacia el lado para ver a Gohan.

—Yo no prometo nada —dijo con la boca llena de comida.

Yo rodé los ojos. Bueno, prefería que fuera sincero antes de que prometiera que cambiaría y luego no lo hiciera.

—¿Y a qué hora es tu cita con Amy? —le pregunté a Ash.

—No le digas cita —me pidió—. Tú eres mi novia, no puedo tener citas con más chicas.

—Pero si sabemos que es una cita falsa.

—Entonces dile cita falsa, no cita —me pidió.

—Bien... ¿a qué hora es tu cita falsa?

—A las ocho en un restaurante de comida tailandesa —explicó.

—Perfecto.

—No me gusta la comida tailandesa —comentó Gohan.

—Ya lo sé —dijo Ashton.

Gohan se enderezó para poder mirarlo bien.

—Pero Alie no sabía, ¿ya? No seas egoísta.

Yo no pude evitar reír. El dramatismo de Gohan siempre era muy gracioso.

[...]

Luego de que Ashton se vistiera y se pusiera los lentes de contacto que usó en la fiesta de Miami, los tres fuimos al restaurante de comida tailandesa donde Amy le había dicho que se vieran.

Gohan y yo habíamos hecho una reserva para nosotros también y entonces, cuando llegamos, Ashton fue con Amy y nosotros nos mantuvimos en otro lugar lo suficientemente lejos para que no nos pudiéramos ver.

El lugar tenía paredes de colores cafés, estaba iluminado con una luz amarilla y tenue, lo que le daba una sensación de mayor privacidad.

Las mesas eran redondas y muy bajas, por lo que los asientos eran unas clases de sofás en los que uno se sentaba con las piernas cruzadas.

—¿Qué clase de salvajismo es este? —preguntó Gohan.

—Nosotros nos sentamos así siempre en la sala —le recordé.

—Sí, pero este es un restaurante. ¿Qué sigue ahora? ¿Sacarnos los zapatos?

—Deja de quejarte y mejor ponte los audífonos —le dije.

Habíamos comprado un adaptador para el celular para usar dos audífonos a la vez, por lo que cada uno enchufó sus audífonos y se puso uno.

Ashton tenía un micrófono oculto entre la ropa, por lo que nos dedicaríamos a escuchar toda su conversación con la actriz.

Lo primero que oímos fue que estaban pidiendo la comida que querían, lo que provocó que Gohan hiciera una mueca de asco.

—Solo es Pad Thai de camarones —le dije, refiriéndome a lo que había pedido la chica—. No tiene nada de raro como insectos o ratas...

—Tiene camarones.

—Sé que eres vegetariano, pero tampoco es asqueroso.

—¿Has visto un camarón? Es horripilante —comentó—. Además, soy alérgico.

—¿En serio? —pregunté con algo de sorpresa.

Gohan asintió.

—Cuando tenía siete comí un ceviche con camarones y me inflé como un pez globo, uno rojo como un tomate.

—¿Cómo un pez tomate? —bromeé.

—Ay, Alaska, tu humor es tan básico —se quejó.

—Pues tus comparaciones son más. Podrías haber dicho que te inflaste como un globo color rojo y hubiera sido mejor —argumenté.

Gohan me miró con molestia y luego me imitó como solía hacerlo cuando se quedaba sin argumentos.

—Eso no hubiera sido tan claro —contraatacó después de un momento.

—Pues los peces globos tienen puntas, no creo que a ti te hayan salido puntas por la alergia.

Gohan emitió un quejido.

—No seas tan literal —me pidió—. Ahora, ¿podemos elevar el vocabulario de esta tertulia?

—¿Esta tortuga?

—¡Tertulia! —dijo golpeando sus palmas contra la mesa—. ¿Y que demonios sucede con el servicio en esta pocilga? ¿Por qué nadie toma mi orden?

En ese momento, un camarero nos quedó mirando despectivamente.

Yo solté una risa nerviosa, mientras mis mejillas ardían por la vergüenza de que hubiera escuchado a Gohan hablar mal del servicio.

—Que linda esta vela —dije, tomando la vela que estaba de centro de mesa—. ¿Es olor a vainilla?

—Ahí dice que chocolate —dijo el camarero.

Yo miré la vela nuevamente, la que tenía grabado "esencia de chocolate", y volví a soltar una risa nerviosa.

—¿Puedo tomar su orden para que su novio no se queje más?

Gohan y yo nos sobresaltamos por lo de "novio".

—Oh, no, no, no... él no es mi novio, es mi...

—No me importa si es su amante o su mejor amigo gay, ¿qué va a ordenar?

Yo suspiré de mala gana.

—Deme un Pad Thai de camarones y uno de vegetales —pedí, dándole el menú.

—¿Y para beber?

—Una Coca-Cola y una Sprite.

El mesero se marchó sin decir más y Gohan me quedó mirando algo molesto.

—¿Cómo sabias que quería una Sprite?

—Es tu soda favorita.

—Sí, pero ¿y si esta vez quería Kem Piña?

—Ya suficiente tengo con tener que estar contigo en un lugar público sin que Ashton este para controlarte. Dame un respiro —pedí exhausta.

—Bien, ya... no tenías que ser tan melodramática.

En eso, oí algo interesante por el audífono.

Sí, ya terminaron las grabaciones oficialmente —comentó Amy—. Lo de Miami era lo último.

Ah, me alegro... ¿y tienes otro proyecto?

—Bueno, Mike dijo que me podría llamar para otra vez..., pero no estoy segura de querer trabajar con él otra vez.

—¿Por qué no?

—Con una vez ya sé que me irá bien, no necesito una segunda...

—¿Y por qué no? —insistió Ashton—. Digo, ¿no te gustó trabajar con él ahora?

—No mucho... es muy grosero y petulante, además de que, si eres mujer, no disimula ni un poco que te está mirando...

—¿Te acosó?

—Solo miró, aunque...

¿Aunque?

—No, nada. No importa.

No pude controlar mi desesperación por el hecho de que la chica fuera tan poco comunicativa y golpeé la mesa con mi puño cerrado, ¿qué le costaba soltar información?

—Cuidado, ya nos tienen en la mira. Lo único que falta es que destruyas parte de su propiedad —me dijo Gohan.

Yo tomé aire y asentí.

—Tienes razón...

En ese momento apareció el camarero con los Pad Thai y los dejó sobre la mesa, junto a las bebidas.

—Buen provecho.

—Momento —le dijo Gohan, antes de que se marchara—. ¿Por qué la cuchara?

—Porque en Tailandia se come con cuchara y tenedor.

—Pero no estamos en Tailandia...

—Gohan, ya déjalo —pedí.

—¿Tiene algún problema con los tailandeses? —preguntó el camarero, de clara ascendencia asiática.

—No, no... —negó Gohan algo nervioso—. De hecho, tienen buena música como BTS.

No pude evitar golpear mi frente con la palma de mi mano.

—Esos son coreanos —susurré.

—Pues mucha diferencia no hay...

Eso fue suficiente para que el camarero nos tildara de unos americanos racistas, de aquellos tan comunes en Estados Unidos, y entonces, nos pidieron salir del restaurante.

Yo intenté explicarle al supervisor del sujeto que ninguno de los dos tenía problema con ningún país asiático.

—Sí, ni siquiera con Corea del Norte —agregó Gohan.

—¡Cierra la boca! —le pedí desesperada.

—Por favor, vuelvo a pedirles que se retiren sin escándalo —reiteró el supervisor.

—Es que... es que necesito, eh...

No, no podía explicar que estaba ahí para espiar a una persona. Además de racista, quedaría como una psicópata.

—Bien...

—¿Qué acaso acá no existe la política del cliente siempre tiene la razón? —preguntó Gohan.

El supervisor se cruzó de brazos molesto y comenzó a discutir con Gohan lo que, me temía, terminaría en un mal desenlace.

Lección del día: jamás salir con Gohan a un lugar público sin Ashton para mantenerlo controlado.

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¡Holis!

El capítulo de hoy se resume en Gohan siendo Gohan SJSJSJD

Espero que les esté gustando la historia y que tengan lindo día. ¡Besitos! ❤️

PD: No puse la imagen para separar mi nota porque mi Internet está con problemas y no cargo jamás. Después tendré que arreglarlo sjsjsj

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