Capítulo 31: Tensión Sexual

Ashton

Ya eran las una de la mañana y Gohan y yo seguíamos en el sofá, fumando algo de hierba, mientras mirabamos la televisión.

Realmente, lo que quería hacer era ir a la habitación, besar a Alie y luego hacernos cariño mutuamente... y, tal vez, tener sexo.

Lamentablemente, tenía que aguantar mis ganas y dejar que Alaska estuviera sola un momento. Probablemente estaba muy cansada e ir a molestarla solo emporaría su humor.

De pronto, la puerta de la habitación donde estaba Alie se abrió y salió. Tenía puesta solo la parte de debajo de la ropa interior y para arriba tenía una camiseta de tiritas bastante apegada a su cuerpo.

Evité seguirla con la mirada, pero pude oír como se metió a la cocina.

También noté que Gohan la estaba mirando con mucha atención y luego de un rato se volvió a verme.

—Que buena esta... —comentó.

Yo lo miré con el ceño fruncido, no porque me molestara que la mirara, sino porque no estaba ayudándome.

Alie se veía tan maravillosa y sexy siempre. Ni siquiera traía maquillaje o una teñida producida, pero así, al natural, me gustaba aún más.

—Alie —la llamó Gohan.

Yo lo miré confundido, ¿qué demonios hacía?

Alie se acercó y Gohan le dio palmadas al sillón para que se sentara a su lado.

—Siéntate a fumar con nosotros —le dijo—. Así despejas tu mente.

Alie me miró de reojo y, como si me quisiera desafiar, se sentó al lado de Gohan.

—Claro.

Los tres comenzamos a fumar de la pipa de agua y, por alguna razón, yo me sentí algo desplazado.

Gohan y Alaska comentaban la película que estaba en la televisión muy divertidos, mientras yo solo miraba mi alrededor en silencio.

Decidí rodear a Gohan con mi brazo por los hombros para quedar más pegado a él.

Noté que Alaska me miró algo molesta por mi acción y entonces apoyó su mano en el muslo de Gohan.

Ambos queríamos tener a Gohan de nuestro lado y eso se había transformado en una clase de guerra.

Yo subí una de mis piernas sobre una de las de Gohan y apoyé mi cabeza en su hombro.

Alie tomó uno de los brazos de Gohan y lo pasó por alrededor de su cintura, pegándose a él completamente.

—Oigan, ¿cómo voy a tomar la pipa ahora?

—Yo te la alcanzo.

Alie la tomó de la mesa de centro y se la acercó a la boca para que aspirara.

Antes de que Alie la volviera a dejar en la mesa, yo tomé su mano y acerqué la pipa a mi boca, mirándola directamente a los ojos.

Había tomado la calada más grande de mi vida, solo para seguir mirando a Alie de esa manera.

—No quiero ser grosero, pero esta tensión sexual me está provocando una erección y si ninguno está dispuesto a solucionarla, van a tener que quitarse de encima y dejarme ir al baño —dijo Gohan, provocando que ambos nos sobresaltáramos.

—No hay ninguna tensión sexual —aseguró Alie.

—Dile eso a mi pene —le dijo Gohan.

Hubo un silencio incómodo de unos segundos.

—Yo puedo ayudarte —dije después de un rato.

Gohan me miró con los ojos muy abiertos, probablemente porque no esperaba eso de mi parte y, sin pensarlo más, lo tomé por la nuca para besarlo.

Pensé que Gohan se iba a separar de mí por lo brusca de mi reacción, pero, en vez de eso, decidió seguirme el juego.

Yo sabía lo mucho que a Alie le gustaba verme besando a Gohan y esperaba que eso la provocara lo suficiente.

De pronto, Alie tiró a Gohan del cuello de su camiseta y pegó su boca a la de él.

Después de unos segundos, yo la imité y volví a besar a Gohan, aún más apasionadamente.

Alie terminó por sentarse sobre Gohan, con cada pierna a un lado de él y entonces volvió a quitármelo para besarlo ella.

Eso me terminó por colapsar y tomé a Alaska del cabello para separarla de Gohan y besarla yo.

—Hasta que me dejan respirar —comentó Gohan con la respiración acelerada.

Tiré a Alaska conmigo al sillón, dejándola arriba de mí, sin dejar de besarla.

Luego de unos segundos, Alie se separó de mí y se levantó del sillón para ponerse de pie.

—¿Saben? Ya mañana nos vamos y si no tenemos sexo, estaríamos rompiendo la tradición de los tríos cada vez que vamos de viaje —comentó.

Gohan se puso de pie con bastante ánimo.

—No podemos romper una tradición milenaria como esa, ¿qué dirían nuestros ancestros?

Gohan tomó a Alie como princesa y fue hacia la habitación con ella y conmigo detrás.

Nuevamente los tres estábamos bastante drogados. Gohan y yo, que teníamos buena resistencia a la hierba por nuestra gran experiencia, habíamos estado fumando durante más de una hora, y Alie, quien no fumaba casi nunca, ya había dado cinco caladas que eran necesarias para drogarla.

Una vez que todos estuvimos en la habitación, los tres comenzamos a quitarnos la ropa.

Yo le di un beso a Alie y ella subió a la cama, poniéndose en cuatro para que yo pudiera hacerle sexo oral, a la vez que ella se lo hacía a Gohan.

Si ver a Gohan y Alaska besarse me excitaba, verlos en esa situación me gustaba aún más. ¿Era un enfermo por eso?

Realmente esperaba no ser el único ser humano que se excitaba viendo a su mejor amigo y a su novia haciendo cosas de esa índole.

Durante casi cuarenta minutos habíamos estado cambiando de posiciones y jugando hasta que yo terminé en la boca de Alie y Gohan dentro de ella.

Por primera vez, los tres nos acostamos en la cama muy pegados y Gohan y yo comenzamos a darle cariños a Alie.

—Está vez ganaron —admitió—, pero sólo porque lo hicieron muy bien.

Gohan y yo chocamos los cinco.

—Como siempre —se jactó Gohan.

—Bueno, eso debe ser producto de su mucha práctica —comentó con un toque de recelo.

Ambos comenzamos a quejarnos. No queríamos empezar una discusión de nuevo.

Alie soltó una risa y negó.

—Es broma. Mientras yo sea su favorita, me da igual la cantidad de chicas con las que hayan tenido sexo —aseguró.

Gohan le dio un beso en el hombro.

—Con esa talentosa boca, por supuesto que eres la favorita —aseguró.

Alie y yo reímos y luego nos dimos un pequeño beso en los labios para acomodarnos y poder dormir de una vez por todas.

[...]

Cuando desperté, Alie estaba recostada sobre mi pecho y Gohan estaba a su otro lado, todo desparramado sobre la cama.

Realmente amaba que ya no estuviéramos enojados, pues amaba despertar con ella así... mejor si Gohan estaba ahí también.

Cuando vi la hora ya eran las una de la tarde, por lo que comencé a despertar a Alie.

—Preciosa, ya es tarde.

Alie emitió un quejido, pero no tardó en empezar a abrir los ojos.

Cuando ya estuvo más despierta, comenzó a darme besos en el pecho y luego me dio un beso en los labios.

—Te amo —me dijo.

—Yo a ti.

—Yo los amo a ustedes —habló Gohan sin moverse y con la voz ronca.

Ambos reímos.

—Nosotros a ti —le dijo Alie.

Los tres nos pusimos de pie y Alaska fue al baño para ducharse, mientras yo y Gohan ordenábamos la habitación. 

Luego de que los tres nos ducháramos y alistáramos, terminamos de empacar y almorzamos para irnos al aeropuerto a la hora necesaria.

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