Capítulo 3: Extorsión Fallida
Le lancé el wiski con hielos incluidos en la cara y salí de la habitación a paso rápido y seguro.
Había aguantado a mi padre durante dieciocho años, había sido novia de Brian Baker por años y ahora tenía de suegro al juez Johnson. Yo podía con cualquier hombre y eso incluía a Mike Williams.
Tiré el vaso contra el suelo en el camino, provocando que se hiciera pedazos, y unos segundos después la asistente personal del productor degenerado salió de otra habitación aterrada.
—¿Qué sucede? —preguntó.
—¡Sucede que tu jefe es un pervertido! —grité yendo en dirección a la puerta de salida.
Cuando salí del departamento, me quedé esperando el ascensor hasta que abrió y cuando estaba cerrándose, pude ver la cara del señor Williams, por lo que no dude en levantarle el dedo de en medio de mi mano derecha.
Por suerte, logré llegar al primer piso y corrí a la salida para subir al auto de Ashton desesperada.
Ambos chicos se voltearon a verme con algo de preocupación.
—¿Cómo te fue? —preguntó Ashton inseguro.
Eso hizo que no pudiera aguantar más y comencé a llorar sin control.
—¡Vamos a casa! —pedí.
Ashton arrancó el auto sin dudarlo y Gohan se dedicó a entregarme pañuelos desechables todo el camino. Por más fuerte que fuera, esa situación me hacía sentir bastante triste. Había sido lo suficientemente ilusa como para creer que un productor me impulsaría sin necesidad de algo a cambio además de mi talento.
[...]
—¿O sea que estuviste en la misma habitación que un Harvey Weinstein? —preguntó Gohan.
Yo negué sonándome la nariz y tomando la taza con té que me había hecho Ashton.
—Este no es un violador... o eso creo. Solo es un pervertido que intentó chantajearme —expliqué.
—Algo que tal vez es más terrible... —dijo Ashton, ganándose nuestras miradas de confusión.
—Ashton... —comenzó Gohan inseguro—, si sabes que una violación es peor que un chantaje, ¿no?
Ashton sacudió su cabeza.
—No era lo que quería decir. Reformulo: el tipo sabe jugar con los límites —dijo—. Quizás si quiere alguna clase de favor sexual, pero no lo hace a la fuerza, intenta jugar con la desesperación de las actrices. Les ofrece una cita, ellas aceptan, tienen sexo y listo, todo legal. Espera a que las mujeres acepten tener sexo con él por su poder, sin tener que llegar a usar la fuerza.
—Sí, pero chantajearlas también es ilegal —argumenté.
—Sí, es un delito que puede llegar a tener condena de cuatro años y una multa de diez mil dólares. Menos que el de una violación —comentó—. Además, estos tipos siempre logran cubrir esos delitos o destruir a las víctimas en un juicio, en especial cuando no hay pruebas concretas.
Yo suspiré desanimada y tomé un sorbo de mi té, con las manos temblándome.
Ashton se sentó a mi lado y puso su mano en mi espalda como consuelo.
—Tú eres una actriz increíble, con mucho talento y ya un proyecto. Este tipo no logrará destruirte —aseguró—. Vas a ver que podrás surgir sin problemas.
—Sí y cuando ganes un Oscar, ¿me dejaras lamerlo?
—Ya te dije que sí, aunque dudo que sepa bien.
—Oye, nada puede saber peor que los panqueques de Ashton —dijo riéndose después.
Ashton le lanzó un cojín y ambos comenzaron a pelear infantilmente.
Quizás Ashton y Gohan tenían razón y mi carrera no corría tanto riesgo como pensaba. Incluso, podía ser que Mike Williams ni siquiera llegase a intentar destruirla para no desgastarse con alguien como yo, estaba segura de que como productor tenía cosas más importantes que hacer.
[...]
Era viernes, por lo que los tres estábamos en la cama que yo compartía con Ashton, viendo una película.
Ashton estaba en medio, pues tanto a mi como a Gohan nos gustaba apoyarnos en él y a mí, no me molestaba compartirlo con Gohan.
Por más que Ashton fuera mi novio, la relación de él con Gohan estaba a otro nivel, uno en el que no siquiera yo podía entrometerme. No me importaba que los dos siguieran tomándose de las manos o dándose besos en los labios (en gran medida a petición mía mientras estaba ebria).
Ambos estaban fumando hierba, por lo que teníamos el ventanal del balcón abierto y la puerta cerrada, para que así el olor no llegara a tanto a otras partes de la casa.
Estábamos a la mitad de la película cuando Gohan se enderezó de golpe, asustándonos un poco.
—¿Qué pasa, hermano?
—Quiero comer —informó—. Iré abajo por algo, ¿quieren algo también?
Ashton le puso pausa a la película y se enderezó también.
—Te acompaño.
—¿Me traen unas galletas?
—Claro —dijo Ashton, poniéndose de pie.
Ambos salieron de la habitación y yo tomé mi celular de la mesa de noche para revisarlo. Cuando entré a mi perfil de Instagram pude notar que había perdido unos cuantos seguidores. Había pasado de tener cincuenta mil y un poco más, a cuarenta y nueve mil casi cerrado.
Había estado perdiendo seguidores desde el día anterior y en el interior de mi alma deseaba que no tuviera que ver con nada que hubiera hecho Mike Williams.
«Solo son seguidores, no oportunidades laborales».
Asentí para mí misma, intentando hacerme sentir más tranquila.
Seguí revisando unas cosas hasta que noté que había sido etiquetada en al menos cuarenta publicaciones y cuando fui a ver cuáles eran, me encontré con el mismo video de una entrevista a una cara conocida: Brian Baker.
Entré a uno de los videos y subí el volumen para oír lo que decía:
—¿Tuviste una novia antes de Abby? —preguntó la entrevistadora.
Brian soltó una risita muy irritante a mi parecer.
—Sí, salí con una actriz poco conocida... Alaska White, ¿te suena?
—¿No es la chica de la última película romántica de Universal Pictures? ¿La mejor amiga de la protagonista?
—Esa misma.
—¿Y qué pasó?
—No quiero comenzar un rumor, pero estoy seguro de que Alaska solo estaba interesada en la fama que le podía traer salir con otro actor. Ella vive por eso... en cambio Abby, es muy diferente...
Bloqueé mi celular para no tener que oír más.
Yo sabía que Brian había sido contratado en Los Ángeles para una película en Paramount Pictures, con un papel un tanto más importante que el que yo había conseguido y no iba a mentir, me sentía bastante molesta por eso.
Era suficientemente injusto que Brian fuera un idiota egocéntrico que me hubiera sido infiel y que ahora tuviera el descaro de difamarme.
Cuando los chicos volvieron al cuarto yo seguía sentada en la cama con la vista puesta al frente, al mismo tiempo que apretaba mi teléfono con una mano.
—¿Qué te pasa? —preguntó Gohan poniéndose frente a mí.
—¿Por qué los hombres tienen que ser tan estúpidos?
Ambos intercambiaron unas miradas algo incómodas y luego me miraron nerviosos.
—No creo que le preguntes a los indicados —dijo Ashton—. Somos la definición de hombre estúpido.
—Sí y multiplicado por tres...
—Cuatro —corrigió Ashton—. Creo que somos estúpidos por cuatro.
Me puse de pie dando un suspiro.
—No me refiero a esa clase de estupidez —aclaré—. Ustedes no son unos cerdos misóginos.
—Lo de cerdos tal vez tendrías que replanteártelo —sugirió Gohan—, pero es verdad, nosotros no odiamos a las mujeres. Las amamos.
—Sí, huelen mejor, son más inteligentes y viven más.
—Bueno, no puedo negar que yo huelo mejor que ustedes, pero si son muy inteligentes —aseguré—. En cuanto a su vida... dudo que vayan a vivir mucho con las cosas que hacen, pero nadie necesita vivir cien años.
—De hecho, mi sueño es morir a los sesenta. Antes de que se me caiga el trasero por completo y deba usar pañales —comentó Gohan.
—Sí, es una buena edad —lo apoyó Ashton para luego mirarme—, aunque aun no entiendo porque salió el tema de los hombres...
Había olvidado por unos segundos la razón de la conversación y al recordarlo, puse una expresión de fastidio.
—Bueno, resulta que el señor engreído de Brian Baker insinuó en una entrevista que yo soy una ambiciosa de fama —dije, entregándole mi celular a Ashton para que viera el video.
Gohan se pegó a Ashton para verlo también y con el paso de los segundos ambos comenzaron a cambiar sus expresiones a unas de completo desagrado.
—¿De qué demonios habla? —preguntó Gohan—. Entiendo que más allá de ser actor y tener un auto deportivo no tiene nada de interesante, pero tú imaginaste cualidades en él que no existían y eso te gustó. No te gustaba por interés.
—Gracias, Han, eso solo me hace parecer una demente.
—Oye, tienes que aprender a manejar la verdad —dijo.
Me senté en el borde de la cama con poco ánimo y solté un gran suspiro de desánimo.
Ashton dejó mi celular en la mesa de noche y se sentó a mi lado para darme una sonrisa.
—Tranquila, mi amor... a ese idiota apenas lo conocen en su casa y si quieres puedes demandarlo por difamación.
—No, no estoy para meterme en más problemas... solo espero que no pase nada más después de esto.
—Vas a ver que conseguirás un nuevo papel en un proyecto y te irá mucho mejor que a ese patético —dijo Gohan con total seguridad.
Yo les di una sonrisa a ambos.
—Gracias, chicos.
Al menos ellos dos seguían creyendo en mí.
¡Holis!
Quiero aclarar algo acerca de la trama de esta historia.
Yo sé que muchas veces en las segundas partes ocurre eso de separar a las parejas y meter un tercero... Eso a mí no me gusta sjsjsj
Prefiero dejarles claro que Alaska y Ashton no se van a separar y que así se queden más tranquilos.
¡Besitos!
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