Gohan

El último año nuevo había sido algo difícil para Alie por el engaño de Abby y Brian, esa vez, era más difícil aún por culpa de Williams.

Una decepción amorosa o una infidelidad no se podían comparar al terror de no poder cumplir tus sueños y metas laborales.

Alie, Ashton y yo éramos muy parecidos. Los tres teníamos puestos nuestros intereses laborales antes que nuestra vida amorosa.

Yo jamás había soñado con casarme o tener hijos, pero sí con salvar el mundo, ecológicamente hablando, y eso incluía evitar poblarlo más, por lo que me limitaría a procrear.

Debido a que Alaska estaba poco animada y eso nos deprimía a nosotros también, ella nos había dado la idea de que hiciéramos una fiesta en casa para recibir el nuevo año y habíamos aceptado.

Yo había hecho correr el anuncio de la fiesta por todas las partes posibles y en ese momento me encontraba preparando los adornos con los demás.

Debido a que los adornos plásticos de año nuevo eran muy contaminantes, Ashton y yo llevábamos usando los mismos por cinco años y seguiría siendo así.

Como la casa era mucho más grande que el departamento, debimos fabricar nuevos adornos con materiales reciclados y reciclables.

Obviamente, en las fiestas grandes se utilizaban muchos vasos plásticos, pues ebrios utilizando vasos de vidrio era un arma mortal y, como éstos también eran contaminantes, nosotros los reutilizábamos también.

Teníamos cien vasos plásticos rojos que supuestamente eran desechables, pero que era tan buenos, que usarlos más veces era una opción factible.

Yo estaba poniendo los vasos plásticos en la mesa para que la gente las sacara y, junto a ellos, las botellas con alcohol que teníamos, aunque serían más después, pues la cuota para entrar era alcohol o comida.

Cuando terminamos de colgar los adornos por toda la casa, Alie nos dio un beso en la mejilla a cada uno y fue hacia el cuarto de Ashton con Twinkle, donde se quedaría.

Ashton había intentado convencerla de que estuviera en la fiesta, pero ella no quería, por lo que le prometimos que un poco antes de las doce iríamos con ella y recibiríamos el nuevo año los tres juntos.

Cuando los invitados comenzaron a llegar, Ashton y yo nos pusimos en la puerta a recibir las botellas y la comida.

—Any, Mike... —saludó Ashton—. John... Kathy.

—Peter, Christopher... Belle... Cassie.

Todos nuestros conocidos nos saludaban con choques de palmas o abrazos y luego nos entregaban su aporte para entrar.

Luego de que al menos sesenta estuvieran dentro, nos alejamos de la puerta para ir a disfrutar, dejándola abierta para que los demás entraran. Si ellos no traían su aporte, pues no importaría tanto, con las sesenta se podría sobrevivir.

A las nueve de la noche, la casa estaba llena personas, quizás era una de las fiestas más grandes de las que había organizado y era genial.

Ya había bebido mucho alcohol y en ese momento estaba con Ashton fumando hierba en una pipa de agua en el jacuzzi.

A mi lado había unas chicas, las cuales habían intentado algo con Ashton, pero él las había rechazado como todo un caballero, hasta que una insistió tanto que agarro un puñado de pasto del jardín y se lo metió a la boca. Ella había salido escupiendo el pasto, sin hacer nada más, pues ella había sido la molestosa insistente.

—Oye, Ash —le habló una de nuestras amigas—. ¿Y tu novia? ¿Dónde está?

—Está en nuestro cuarto, no estaba de ánimo —explicó.

—No sabía que te gustaban las aburridas —comentó burlescamente.

Ashton rodó los ojos algo fastidiado.

—Tú eres divertida y no me gustas ni por si acaso —respondió Ashton.

Nuestra amiga solo rio divertida, sin tomárselo muy a pecho, pues nos conocía hace bastante tiempo ya como para saber tratar con nosotros y nuestra forma de ser.

Seguimos fumando, conversando y riendo hasta que fueron las más de las diez y media y nos dio hambre.

Ashton y yo salimos del jacuzzi y nos vestimos para ir a la cocina a comer algunos canapés y comida chatarra.

De pronto, alguien entró a la cocina y no pude evitar atragantarme con un canapé de huevo. En momentos como ese deseaba ser vegano.

Ashton se giró para evitar ver a Abby de frente y ella solo se sirvió un trago dándonos algunas miradas furtivas.

Cuando Abby se marchó de la cocina, Ashton se aseguró de que no estuviera cerca y habló:

—¿Y esa cómo llegó aquí?

Yo me encogí de hombros.

—Hay un montón de tipos que no nos agradan que están aquí —comentó Gohan—. Como todos ellos, debió venir porque compartimos amistades.

—Sí, pero a diferencia de con los demás, si Alaska llega a bajar y la ve, será un problema —dijo Ashton.

Ambos nos quedamos pensando, apoyando las manos en la isla de la cocina y, de pronto, nos miramos de golpe.

—¡Brian! —exclamamos los dos al mismo tiempo.

Los dos comenzamos a entrar en pánico. Si Abby estaba ahí, era muy probable que hubiera llevado al patético infiel de Brian, importándole poco nuestra opinión sobre él.

—Tú revisa en el patio, yo dentro de la casa —me dijo Ashton.

Yo asentí y corrí hacia afuera, mirando con atención a los invitados.

Agradecía tan solo dar unas pocas caladas a la pipa, pues no me sentía tan drogado como otras veces.

Revisé bien por todos lados, por el patio trasero y ambos costados de la casa.

De pronto, Ashton apareció por uno de los ventanales de la casa y me jaló de la chaqueta de mezclilla para meterme a la casa y llevarme al comedor.

Ambos nos escondimos detrás de unas sillas y observamos como Abby y Brian estaban conversando con un círculo de amigos.

—¿O sea que conversaste con Brad Pitt? —preguntó una chica.

—Claro, me dijo que le había gustado mucho mi actuación en la película —presumió Brian.

Ashton fingió una arcada de asco.

Brian era molesto con letras mayúsculas. Era tan engreído y presumido.

Aunque al principio me había parecido agradable, el día que lo conocí había ido dispuesto a aceptarlo por Alaska, pero sí, Brian nunca había sido simpático y yo jamás hubiera entablado una amistad con él.

Si bien, Ashton y yo teníamos un gran ego, pero este no se comparaba al de Brian. Además, podía dar certeza de que el nuestro le gustaba a los demás. Incluso a mí me parecía que el egocentrismo de Ashton era atractivo, aunque no tenía idea de la razón.

Ashton y yo nos estábamos por ir, cuando algo llamó mi atención:

—Hace unas semanas me contacto el productor Mike Williams para un proyecto —dijo Brian—. Se dio el tiempo de conseguir mi número y buscarme.

Mi amigo y yo compartimos una mirada de sorpresa.

—Ese infeliz...

Era obvio que el que Williams contactara al que se sabía que era ex pareja de Alaska, no era una coincidencia o un accidente. Ese idiota quería ganar algo con eso y podían ser varias cosas como información o simplemente demostrarle a Alaska de lo que era capaz.

Por fin nos alejamos de Brian y subimos al segundo piso para ir a la oficina, la cual siempre teníamos cerrada con llave.

—Cuando Alaska se entere, quedará destruida —comentó Ashton—. Cuando supo que Brian había conseguido mejores papeles que ellas ya había quedado muy triste.

Yo asentí y la entendía.

Aunque Alie era un tanto más competitiva que yo, a mí tampoco me hubiera gustado que alguien que me había hecho algo horrible estuviera triunfando más que yo en la vida.

—Tenemos que evitar que Alaska se encuentre con esos dos —dije yo—. O pasara algo muy malo.

Ashton asintió y salimos juntos de la oficina para luego bajar la escalera.

Cuando volvimos a la cocina, pude sentir un infarto avecinarse.

Alaska estaba ahí, abajo, sirviéndose un trago.

—¿Q-qué haces? —le preguntó Ashton con nerviosismo.

—Me dio sed y hambre —le respondió.

Ashton y yo intercambiamos unas miradas.

Eso podía terminar muy mal.