Capitulo 38. La sorpresa

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zafiroazul3609 😊😊

Clara y yo habíamos bajado a la sala una vez estuve lista. La verdad es que estaba súper nerviosa por la salida con el, aunque creo que lo estaba más por decirle la verdad que por la cita en general.

Clara me había aconsejado, que era normal y que todo iba a salir bien, pero algo en mi me decía que iba hacer todo lo contrario a eso, pero buscaba la forma de pensar en positivo y respiraba profundo para cambiar mis nervios.

Cuando llegamos a la planta baja pude ver a Jim concentrado en su teléfono, aún no nos había visto hasta que Clara le hablo.

- Ya nos vamos Jim- le dijo ella para llamar su atención lo cual consigio ya que este levantó la mirada para responderle pero cuando lo iba hacer me vio y quedó sorprendido.

-¿ Vas a salir?- me preguntó algo confundido, y allí recordé que había olvidado comentarle a Jim, mi salida con Hisirdoux

- Si- dije con una sonrisa - Hisirdoux y yo hemos quedado y..- pero no me dejó terminar

- ¡Vas a salir con Douxie!, ¿Porqué no me habías dicho nada?, y ¿Vas a ir así?- me dijo mientras me veía de arriba a bajo

-Si, ¿Por qué? ¿Que ocurre?- dije yo muy confundida según Clara y yo estaba vestida increíble pero Jim tenía la opinión masculina así que tal vez, el estaba notando algo que estaba mal en la ropa

Vi como Jim formaba una mueca de desaprobación pero antes de que pudiera decir algo apareció Bárbara.

- Helena estás preciosa- me dijo muy alegre cuando me vio - Ese chico debe ser muy especial para ti ¿verdad? - añadió de forma pícara y me sonroje

- Solo somos amigos Señora Bárbara- respondí algo apenada - Es una salida amistosa -

- Por como has quedado, me parece algo más- me dijo con una gran sonrisa

- Si es algo más, yo me encargo de romperle un brazo al muchacho, si le hace daño - exclamo Strickler mientras salía de la cocina con cara de pocos amigos

- Walter no exageres, Helena sabe defenderse, además no creo que vaya a pasar nada malo en esta salida-

- Yo apoyo a Strickler- añadió Jim con una sonrisa en la cara pero la borro cuando vio la mirada de desaprobación de su madre - Yo solo decia- dijo de forma inocente

- Tu no tienes que decir nada, vámonos ya, que llegaremos tarde a la reunión con Blinky - le dijo Clara molesta por su actitud

Después de varias quejas y murmullos Jim se despidió de todos y ambos se fueron.

-¿ Quien es el señor Blinky ?- pregunté con curiosidad, ya que Jim siempre se iba a reunir con el junto con sus amigos

- Es un maestro de Jim- me respondió sin mucho detalle Strikler -Y hablando sobre eso ¿Ya pensaste en como le dirás la verdad a Jim sobre tu identidad?-

- Oye no presiones- me queje -Voy pasó a paso-

- Helena tiene razón Walter, no la preciones, ella escogerá el momento oportuno- le hablo Bárbara

- Gracias por entender Señora Bárbara- le dije con una sonrisa

- Ay Helena - me dijo con una sonrisa al ver que aún le decía señora
- Ya te he dicho que puedes llamarme Bárbara -

- Es que, siento que la estoy irrespetando cuando le llamo por su nombre- le dije algo incómoda

- Te aseguro que no lo haces- me aclaro ella con una mirada comprensiva - Además eres mucho mayor que yo. No veo el porque me estarías faltando el respeto -

- Verás Bárbara- comenzó a explicar Strikler - Hay características de los
semi- inmortales, que son algo curiosas. Y más cuando son semi- inmortales que quedaron con su apariencia de adolescentes. No sólo se detienen el tiempo en su cuerpo, sino que también ciertas características psicológicas así que no importa cuantos años tengan, llegará una etapa que pueden seguir desarrollando su personalidad con la edad que se quedaron. Eso hace que muchos hechiceros respeten a los adultos sin importar que ellos sean mayores que ellos-

Iba a opinar al respecto, pero en eso tocaron la puerta y mis nervios de activaron.

- Creo que ya llego- dije muy nerviosa y la señora Bárbara me abrazo para darme ánimos

- que te vaya bien querida suerte - me dijo cuando me separé de su abrazo
- Muchas gracias - le contesté y me dispuse a abrir la puerta y allí lo encontré.

-Wuaooo- lo escuché decir asombrado cuando me vio lo que me hizo sonreir con gran alegría

- Hola Hisirdoux- exclame aún con una gran sonrisa

-Hola- dijo nervioso aún sorprendido por verme así, bueno debo admitir que hasta a mí me había sorprendido el look que Clara me había convencido llevar pero me encantaba, pero no me espere lo que Douxie me diría a continuación - Vaya estás....muy hermosa- exclamo y no pude evitar cambiar mi cara de asombro, ya que no me había preparado para que él me alagara de forma tan directa, el como que lo noto ya que empezó a hablar rápidamente

- Bueno, con esto no estoy diciendo que antes no lo eras, solo que ahora estás hermosa, bueno más hermosa de lo usual- y lo único que pude fue sonreír ya que se veía muy tierno estando nervioso por sus palabras -¿Que estoy diciendo?, Perdón por hablar así, no acostumbro hacer parlanchín- termino diciendo al notar lo que estaba haciendo y río nervioso y no pude evitar contagiarse por su risa

- Descuida- dije mientras intentaba dejar de sonreír -Y gracias por el alago, ¿nos vamos?-

-Si- exclamo el con una gran sonrisa

Pero en eso salió Stricker por detrás de mi - Más te vale traerla temprano muchacho- exclamo seriamente - Y sin un rasguño, si sabes lo que te conviene- añadió de forma amenazadora, que vergüenza porque tenía que comportarse de esa forma, me dije a mi misma y vi como Hisirdoux tragaba grueso y asentio rápidamente

- Por supuesto señor Stricker, temprano y sin un rasguño - dijo para salir del apuro

- De acuerdo - dijo él y volvió a dentro de la casa pero antes, lo detuve y hablé con el - Eso no era necesario - le reclamé

- Tal vez no para ti, pero si para mí- me dijo el mientras entraba a la casa así que rápidamente cerré la puerta y miré a Hisirdoux apenada

- Perdón por eso- le dije - Es que, como lo mencioné anoche, fue mi profesor de historia y creamos un gran aprecio el uno por el otro y con el transcurso de los años termino convirtiéndose como en un segundo padre para mí y es algo sobreprotector- añadí mientras me encogía de hombros nerviosa. Aunque ese era una pequeña parte de la verdad, en el pasado Strickler había sido más que un profesor de historia pero aparte ese pensamiento para concentrarme en lo que Hisirdoux me estaba diciendo.

- Lo entiendo, aveces sucede que encontramos a personas a lo largo de nuestra vida que se vuelven nuestra familia sin esperarlo- me respondio con una sonrisa.

Eso lo sabía muy bien, con el tiempo había tenido muchas personas que en algún momento fueron desconocidos y ahora los concideraba mi familia.

Comenzamos a caminar y hablar sobre trivialidades, salían risas entre los dos por nuestras ocurrencias y palabras, he incluso por las anécdotas que contábamos de nuestras vidas, aún sabía muy bien que todo lo que me contaba el de seguro eran vivencias de este tiempo ya que no creo que sería capaz de arriesgar a contar algo más a alguien que según él no conoce la magia.

Y fue en ese momento cuando me llegó el recuerdo de lo que tenía que hacer, debía decirle la verdad a Hisirdoux pero por más que lo intentaba, no sabía exactamente con que palabras comenzar a decir la verdad y creo que mis pensamientos se me reflejaron en el rostro ya que Hisirdoux me saco de mis pensamientos

- Helena ¿Estas bien?- exclamo algo preocupado.

- Por supuesto, ¿Por qué no lo estaría?- le respondi con una sonrisa pero rápidamente aparte mi mirada, no tenía la valentía de verlo a la cara, ya le había mentido mucho y ya no sabía qué hacer para corregir eso.

- Tal vez por qué estás más nerviosa de lo normal - expreso seriamente
- Oye si hay algo que quieres preguntarme o decirme puedes hacerlo, confía en mí - expreso con naturalidad, ya no estaba nervioso pero mis nervios si estaban empezando a surgir de nuevo. Se estaba dando cuenta y ya no como ocurtarlo así que me arriesgue a preguntar quería estar segura de cuál podía ser su reacción.

- Si yo te dijera algo muy importante, te enojarias conmigo- le dijo mientras lo miraba con ojos suplicantes , tenía miedo de cuál podía ser su respuesta. El se quedó pensando un rato y luego me miró seriamente para contestarme.

- Tal vez, eso dependerá - expreso en un susurro y eso me puso nerviosa.

- Dependerá ¿de que?- le volvi a preguntar.

- De que si tus actos están justificados por una buena razón - termino por decirme.

Guarde silencio después de esas palabras, por supuesto que mis actos estaban justificados, no era mi culpa que un loco hechicero nos estuviera persiguiendo y mucho menos que mi abuelo allá aprovechado el accidente como una buena opción para apartarme de todo y protegerme en el anonimato mientras que a él, lo protegía manteniéndolo cerca.

Seguimos caminando e Hisirdoux cada vez me preguntaba cosas y yo respondía pero aún estaba buscando la forma en que le diría las cosas sin que él me odiara.

En eso el recibió un mensaje y su semblante cambio rápidamente

- Eso es perfecto - exclamo casi gritando por la emoción, y eso me obligó a detenerme preocupada por su actitud.

-¿Que es perfecto?- le pregunte confundida

- Es una sorpresa que he estado preparando y ya está lista- me dijo todo emocionado, hasta ahora solo habíamos caminado por toda Arcadia y no entendía como el estaba preparando una sorpresa si ni siquiera se había movido de mi lado.

- Pero si has estado todo este tiempo conmigo- exclame confundida, ya que aún no estaba entendiendo nada de lo que pasaba

- No puedo revelar mis trucos, pero estoy seguro que te gustará- me afirmo con confianza y extendo su brazo para que lo tomara -Vamos bella dama, yo la guío - dijo divertido pero solo lo mire raro por su comportamiento tan extraño

- Ay vamos- me volvió a decir decir con toda seguridad, de un momento a otro había cambiado su actitud y no sabía que le había picado, se comportan como si estuvieramos en tiempos pasados - Se que suena algo formal pero solo acepta el brazo-

Aún insegura entrelace mi brazo con el de el, se sintió extraño ya que no estaba acostumbrada a estar tan cerca de él, o por lo menos no en este siglo.

- Quita esa cara y camina- me dijo y comenzó a guiarme hacia el bosque, pero frene rápidamente, no sabía que estaba pensando, pero tampoco quería averiguarlo, sin saber a dónde íbamos.

- Espera ¿a donde vamos?- le dije separándose de su lado, por un momento me pide nerviosa, sé que aveces puedo se necia y desconfiada pero es que varias veces me han traicionado y ahora me lo pieso bien antes de dar cualquier pasó y arriesgarme, aunque creo que también podría venir de familia esas cualidades.

- Si te lo digo, dejará de ser sorpresa- me respondió colocándose delante de mí, con una inevitable sonrisa. -Vamos confía en mí, como en los viejos tiempos- me dijo muy confiado.

Lo mire directamente a los ojos, esos ojos que siempre me habían gustado y con solo eso pude ver que no había peligro, desde que había recibido los dones de Nari, siempre veía a las personas directamente a los ojos para conocer sus verdaderas intenciones, un truco que me había enseñado ya que los ojos son la ventana al alma y aunque no lo pareciera a simple vista Douxie era un libro abierto

Así que asentí con la mirada - De acuerdo, vamos- exclame y con solo decirle eso me hizo señas para que lo siguiera. Caminamos por unos cinco minutos pero me detuvo, cosa que me sorprendió ya que no solo nos rodeaban los árboles y no creo que solo me había traído hasta aquí para nada.

- Desde aquí, necesito que vayas con los ojos vendados- me dijo el, pero rápidamente fruncí el seño sus juegos ya me estaban cansando.

- Oye ya déjate de juego y tonterías, que no me gusta- le dije algo molesta, estaba cansada de tanto dar vueltas y de caminar y ni loca iba a dejar que me vendara los ojos

- Pero yo solo quería darte una sorpresa - exclamo algo confundido por mi actitud

- Si pero no voy a poder verla si voy con los ojos cerrados y mucho menos vendados- exclame, y si me caigo pensé, no estaba dispuesta a ir por el bosque con los ojos vendados, por ningún motivo.

- Creí que dijiste que confiabas en mí- me respondió sin poder creer mi respuesta

- Si, pero no me gusta que me venden los ojos- dije rotundamente - Así que no, si quieres darme una sorpresa, no voy a permitir que me vendes los ojos- ese era mi veredicto final el vería si lo tomaba o lo dejaba, pero no me iba hacer cambiar de opinión.

- Bien- exclamo desilusionado
- Sígueme - volvio a decir y a pocos pasos de nosotros se dislumbro la sorpresa, la cual apenas vi, hizo que me quedara en Shock, ya que jamás me había imaginado algo como esto.

- ¿Tu hiciste esto?- exclame sin poder creerlo

- Pues tuve ayuda pero Si- exclamo con gran alegría y orgullo al ver mi rostro.

Sin darme cuenta Hisirdoux me había llevado al mirador de Arcadia y había adornado todo el lugar con guirnaldas y adornos para la salida y en el medio había una gran manta con una canasta de picnic, no pude evitarlo y mis ojos se cristalizaron. Nadie ajeno a mi, me había preparado algo tan bonito solo por el hecho de ser mi amigo, siempre que me hacian un favor era porque querían algo acambio o un favor del mismo valor. Tape mi boca para obligarme a no llorar, era increíble que el lo allá logrado, no soy una persona que llora delante de los demás, me hace sentir vulnerable pero él lo estaba logrando.

- ¿Oye que sucede?- me dijo preocupado al ver como me puse pero rápidamente negué con la cabeza
- Nada, es solo que..- no termine la oración y respire profundo para calmarme - Nada, solo que me sorprendiste- añadí con un hilo de voz - Gracias por esto Douxie -

- Pero, yo no he hecho nada especial - exclamo el seriamente y yo negué con la mirada

- No te quites crédito- le dije con una sonrisa - Has hecho mucho más de lo que puedas imaginar, así que gracias -

- No me des las gracias Helena, todo lo he hecho con gusto- me dijo con una sonrisa, en eso empecé a escuchar una canción a lo lejos la cual pude reconocer.

- ¿Tragiste hasta música?- lo mire con una sonrisa la cual no se me borraba

- Eso si que no lo mandé a pedir- me dijo todo nervioso - Debe ser de alguna persona que está cerca-

- Pues el que la tenga, tiene muy buen gusto en música, siempre me ha encantado bailar esa canción desde que la conozco- exclamé con nostalgia ya que siempre me traía muchos recuerdos

- Si quieres bailarla ahora, no tengo problema en ser tu pareja - me dijo y yo me puse roja de la vergüenza

-¿Que?..he...yo- empecé a tartamudear pero el me detuvo

- Vamos, yo no muerdo- me dijo con una sonrisa - Además, se bailar muy bien te lo aseguro, tuve una buena maestra-

Claro que tuviste una buena maestra, pensé rápidamente, yo te enseñe a bailar lo básico y luego mi mamá te dio las clases más avanzadas.

Sin más decidí aceptar su petición y caminamos un poco hacia el centro para tener más espacio y como si alguien se los hubiera perdido, colocaron la música desde el principio, Hisirdoux me tomo de la cintura y yo puse mi mano en su hombro y así comenzamos a movernos con el ritmo de la música.

El alma nos juntó
Con solo un beso de testigo
Cada latido prometió
Que ibas a estar siempre conmigo
Hoy todo cambió
Y es que has seguido otro camino
Pero mi vida se quedó
Toda en tus labios, toda contigo

Seguimos bailando, pero solo me fijaba a mirar mis pies para no equivocarme, ya que tenía tiempo que no lo hacía.

- No te preocupes, lo estás haciendo Bien- me dijo Hisirdoux con una sonrisa como si me hubiera leído la mente, así que lo mire directamente a los ojos para seguir bailando junto a él mientras escuchaba la música.

Te dice un corazón desesperado
Que regreses a mi lado
Y que la vida sin tu amor no ha sido igual
Te pido con el alma que recuerdes
Que juraste no perderme
Prometimos que no acabaría jamás
Que mañana es para siempre

Y cuando llegó esa frase el me separo de él y me dio la vuelta para luego volverme a acercar a el

Dentro de mi piel
Sigue la ausencia de tus manos

Pero en ese momento mientras seguíamos bailando Hisirdoux empezó a cantar se sabía la canción

Sigo tratando de entender
Porqué el destino quiso engañarnos
Te dice un corazón desesperado
Que regreses a mi lado
Y que la vida sin tu amor no ha sido igual

El cantaba con el corazón, como si no le habla a Helena, sino más bien a Merlína de Ambrosía, lo cual me sorprendió mucho.

Te pido con el alma que recuerdes
Que juraste no perderme
Prometimos que no acabaría jamás
Sé que hay
Una fe que no se acaba
Una luz y una mirada
Que nos volverá a encontrar

Nos seguíamos moviendo lento y sin dejarnos de vernos a los ojos, parecía que el tiempo se había detenido y siendo sincera, no quería que este momento de acabará rápido ya que era un momento mágico.

Te pido con el alma que recuerdes
Que juraste no perderme
Prometimos que no acabaría jamás
En que mañana es para siempre.

Y con esta última frase me volvió a separar de el y me dio la vuelta para volverme a acercar a el y nos quedamos viendo fijamente, como si nos estuvieramos diciendo todo pero a la vez nada, la verdad que era algo mágico y era algo que solo lograba vivir cerca de Hisirdoux Casperan.

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