XXVII La trampa
*Advertencia capitulo muy gráfico y sensible*
*Toca temas de canibalismo, asesinato explicito, y tortura psicológica*
*Se recomienda discreción*
----- Sábado 27 de febrero Cabaña de Clark 9:15 PM----
Carter y la inspectora después de salir un rato a distraerse con Clark habían logrado regresar a su morada en el medio del bosque.
— Bebiste muy rápido. — Caminaba detrás de su compañera preocupado. — ¿Segura no estás tan mal?
— Confía en mi estoy bien. — Fastidiada intentando alejarlo. — ¡Deja de seguirme como perro en celo!
— Hoy andas muy agresiva. — Dictó Carter tomándola del hombro con delicadeza. — Siéntate.
— Discúlpame... Jack. — Cayo en cuenta que se estaba desquitando con él. — No fue un buen día.
— Eso lo note desde hace rato. — Se sentó al lado de ella en la cama. — y bien...¿Qué pasa?
— Me siento incomoda contigo. — Dijo inflando los cachetes y arrojando aire hacia arriba. Se le notaba a kilometros que estaba bebida, pero no perdida en el alcohol.
— ¡Oh!... Eso no me lo esperaba. — Se rasco la cabeza un poco confundido. — Si quieres agarro mis cosas y me voy...
— No... No así. — Se llevó la mano a la frente. — Tu compañía me agrada aquí.
— ¿Entonces no te incomodo?
—No...Bueno...Si...— Tomo aire lanzando un gruñido irritada. — No interrumpas y escúchame...por favor.
Carter guardo silencio esperando a que ella acomodara sus ideas. Se notaba inquieta.
— ¿Estas en la regla?
— Jack...— Suspiro y agarro aire. — Hoy vi a Arthur. Y b-bueno el invadió mi espacio personal.
— ¡Oh!— Se rasco la cabeza incomodo él ahora. — ¿Te acostaste con el loquito del bosque? ¿Te da pena?
— Por dios Jack ... NO. — Intentaba explicarle de la mejor manera. — ¿Porque a todo el mundo le urge que me acueste con alguien?
Tomo su pantalón con las manos y comenzó a explicarle a Jack tal cual había sucedido. Una vez Jack comenzaba a entender la situación, le disgusto un poco la actitud de Arthur. Sin embargo se mostraba sereno ante ella.
—Ósea ¿estas nerviosa porque le diste un jadeo?
Río un poco para intentar calmar las cosas. Porque, él se podía arriesgar a que su compañera le dijera que sentía algo por ése cazador. Y Carter solo tenía su corazón puesto en ella. De ser cierto sería un golpe duro y tendría que actuar como su amigo.
— ¿Estas confundida con respecto a él?
—No...no me gusta... Me agrada, pero nada más. — Se calmó una vez hablo con Jack y le explico todo. — No paraba de pensar otras... cosas... mientras él se acercaba a mí.
— ¿En lo decepcionado que estaría Clark?— Cogió la mano de la inspectora y ella se estremeció al contacto con el agente Carter.
— Aparte...
Sentía su corazón a mil por hora y lleno sus pulmones de aire para conectar sus ideas.
— Creo que tú también hubieras estado decepcionado.
— ¿Yo?—Río un poco de nervios y resonó su garganta. — ¿Por qué crees eso?
— Porque mientras Arthur estaba como un puto animal en celo...no paraba de pensar en que tenías que enterarte.
—Bueno...Gracias por compartirlo. — Dijo rascándose la nuca. — No era necesario, pero si te hace sentir mejor.
Nuevamente coloco su mano sobre la de ella y noto como su actitud cambio a más tranquila. Sin embargo el conocía esa mirada y la había visto antes.
— Te asusto ¿Verdad?
—Si...— Se tallo los ojos, para evitar que esas lagrimas saliera. — Sentía lo mismo que cuando Logan... bueno...ya sabes. — Recargo su cabeza en el hombro de Jack. — Me sentí que me quería controlar. La forma en la que apretó mi cuello.
— A ese puto loco le gusta el masoquismo. — Abrazo a su compañera dándole refugio entre sus brazos. — Si te quisieran tanto como dicen ese par de animales, sabrían que a ti nadie te controla. — Comenzó a mover su pulgar en el hombro de su compañera dándole una pequeña muestra de afecto. — Tú eres la mujer más libre que hay en este puto pueblo.
— ¿Disculpa?— Miro a su compañero un tanto sorprendida.
—Pues lo que escuchaste. Quieren acostarse contigo para sentirse que tienen el poder sobre ti o para ir a decirles a sus amigos.... —
Pensó en Arthur y recordó que él no tenía amigos.
— O a los animales con los que de seguro habla ese idiota, que te pudieron tener por una hora o minutos a sus pies.
—No creo que Arthur hable con los animales. — Río un poco con ese comentario de Carter.
—Pues mira...con lo que me dices...— Beso la cabeza de la chica. — ¡En fin! Lo que decía es que, tú en una intimidad...tienen que saber cómo tratarte. Con lo que te hizo ese imbécil de Logan y esa zorra de Elizabeth ya desde ese punto, las cosas se inician diferente.— Refunfuñaba cruzándose de brazos molesto.
—Jack...No hables así de las personas desaparecidas.
— Aun si estuviese muerta...Que, esperemos que no— Aclaro porque sabía que su compañera le arrojaba ojos de reclamo. — No le va a quitar que fuera una zorra... Una fácil y una persona sin corazón.
— ¿Y cómo me tienen que tratar según tú?—Interesada e intrigada miro a su compañero.
— No me jodas. — Se llevó el dedo al mentón. — ¡Pues bonito! No solo se trata de llegar y bajarle la falda a alguien y meter el pedazo de... espera un momento... ¿Por qué estamos hablando de sexo? — Vio como ella prendió su cigarro y le dio una calada.
— ¿Te incomoda?—Ofreció de su cigarro y él se lo quito para darle una calada también. Sin darse cuenta se lo regreso poniéndoselo en los labios.
—No...— Expulso el humo. — Pero... no quiero incomodarte.
—Tu solo me incomodaste cuando me decías que Elizabeth era perfecta y no veías lo peligrosa que era. — Siguió fumándose su cigarro mientras ambos seguían hundidos en la plática.
Por fuera del granero, Andrew quien había seguido a la inspectora se percataba de todos los movimientos que ambos tenían. Se sentía traicionado por que la inspectora no cumplió su palabra. Se suponía que el encuentro de hoy sería un secreto y ella le confeso a Carter lo que vivieron.
—Me decepcionas...— Mientras él se alejaba del granero hablaba consigo mismo.— Mañana no estarás tan contenta.
-----Domingo 28 de febrero de 1937 Calles de Norwich 5:00 AM-----
La inspectora se había levantado más temprano de lo habitual, a pesar de ser domingo, no era su día de descanso.
En el interior de su saco en sus bolsas internas, tenía una carta que debía entregar. Se supone que alguien llegaría a ayudar Carter para aclarar su inocencia, o bien mandarían una carta explicando la situación de refugiado de Carter.
Pasaban los días y las semanas desde su última llamada con ese coronel Hoffman y no aparecía. Como método más secreto y seguro mandarían una carta, aunque eso significara que les tomaran posiblemente semanas. Claro que tenían telegrama, pero debido a que la Inspectora estaba en la mira de sospechosos, si ella se acercaba a ese aparato, al instante la mandarían a la cárcel. Mejor andarse con cautela.
Sin éxito, no logro entregar nada hasta ese momento. Había oficiales por la zona a pesar de que fuera tan temprano. Siguió avanzando hasta llegar a la estación. Desde que Carter era un fugitivo buscado habían doblado jornadas y la estación siempre estaba con personas.
Entro a las oficinas recibiendo las miradas de algunos de sus compañeros, de que no confiaban en ella. Sin embargo... sin evidencia y siendo la que tenía el caso de encontrar a Gray, tenían que coexistir aun.
— ¡A-ayúdenme!
Pidió la mujer desesperada con lágrimas en sus ojos bañada en sangre. Gritaba tan fuerte como podía.
Campbell se asomó de donde venía y vio a la mujer pegada al vidrio pidiendo ayuda desesperada.
— ¡HEY!
Mía salió rápido con Walker y tres inspectores más. La pobre mujer tenía las piernas desechas, exponiendo los huesos partidos de sus rodillas ante todos. Los gritos que pegaban eran sin duda estremecedores y les recorría un escalofrió que penetraba hasta la médula osea.
— ¿HACIA DONDE SE FUE?
La mujer estaba en un estado crítico entrando en shock por ver como brotaba la sangre. De sus piernas. Walker intentaba preguntar lo mismo para comenzar a trabajar.
— ¿A DONDE?
Campbell se reincorporo y miro hacia todos los lados posibles sin encontrar a nadie.
«¿Por que ahora?...¿DONDE ESTAS? ¡Por que atacas en la mañana! Siempre has utilizado la oscuridad para hacer tus fechorías...¿Por que la dejaste viva? »
— L-lo lamento I-inspectora.
Mía miro hacia atrás a ver a la mujer cuando escucho esa voz tan pacifica que le mostró. La piel se le erizo en cuestión de segundos.
—U-usted se va a m-morir haga lo que haga... Él ya la ha marcado.
—Aguanta...— Suplico Campbell mientras intentaba detener la hemorragia. — ¡LLAMEN A UNA AMBULANCIA! ¡UN MEDICO! ¡ALGO!
La mujer se comenzó a convulsionar frente a ellos arrojando bastante espuma por la boca.
Walker fue quien mirando a los alrededores, a lo lejos podía ver una silueta de una persona.
— ¡Campbell!
Apunto hacia la derecha con su dedo índice y ella le reconoció al instante a pesar de la neblina y relativa oscuridad que estaba en ese momento.
Sin decir nada ambos dejaron a la mujer y se echaron rápido a correr tras esa silueta. Parecía que él esperaba a que estuviesen más cerca, y fue cuando el comenzó a correr.
«¿Que pretendes? ¡Enfermo de mierda!... ¡Algo no me da buena espina aquí!»
Esto no le agrado nada a Mía, pero, tenía que seguir. Esta vez estaba acompañada de Walker y no se separaría de él.
El sujeto entro a una finca bastante vieja, parecía un prostíbulo abandonado escondido en las partes subterráneas. Walker se puso delante de ella.
—Aun no te dan arma... ¡Yo primero!
Ella se quitó su cinturón y sin muchas otras opciones fue lo que agarro como arma de defensa , dándole la seña a Walker de que procediera.
La madera comenzaba a crujir por cada paso que daban, estaba muy gastada y se notaba que las polillas abundaban en ese lugar. Estaba oscuro y se podía escuchar el chillido de ratas. Una lampara se movía haciendo un crujido tétrico.
Walker intento prender las luces y le bombilla no daba absolutamente nada de luz.
—¡Maldición!...Campbell— Miro a la inspectora y ordenó— Tu espalda contra la mía.
Ella obedeció al instante mirando hacia todos lados alerta confiando en Walker ciegamente.
Al irse adentrando escuchaban como alguien pedía ayuda con gemidos desesperados. Como si su lengua hubiera sido cercenada o como si estuviese amordazada.
Walker saco su linterna y comenzó a dar luz al camino de dónde venían esos sonidos. Ya que eran solo dos miembros ambos caminaban dándose la espalda uno a otro aun para no descuidar la parte trasera y ser presa fácil.
Los zapatos de ambos se escuchaban claramente por todo el lugar y esta finca carecía de ventanas por ser subterránea.
Campbell sentía las piernas como gelatina y lograba escuchar la respiración de Walker agitada.
—!Concentrémonos! ¡Walker!— Ambos a paso lento entraban con gotas de sudor en todo su cuerpo.
A pesar del miedo, el pulso no le temblaba a Walker.
Al llegar a donde estaba la chica se veía también con bastantes golpes y cortes superficiales.
—Tranquila— Hablo Walker para calmar a la chica. — Campbell desata a la chica mientras yo vigilo. — Sugirió— No te ofendas, pero con ese cinturón no me siento capaz de salir de aquí.
Mía ignorado ese comentario cambio puesto con Walker y fue quien tomo la guardia con su linterna y su arma.
— ¡Tranquila! —
Mía intentaba liberar a la chica pero en verdad esos nudos estaban muy bien hechos. Mientras ella pensaba que había dos cuerpos y no uno esta vez.
«Se está arriesgando cada vez más»
Miro como la chica seguía negando con la cabeza, asustada. Estando tan metida en sus pensamientos
«Ahora hay dos víctimas en vez de una»
Salio de ellos cuando escuchó como golpeaban a su compañero con algo pesado, por el golpe tan fuerte que fue. Cayendo Walker como un mero muerto al piso completamente noqueado.
Alerta en todos sus sentidos, Mía dio la espalda a la secuestrada para dirigir su mirada a donde sabía que estaba Walker.
Este hombre ya se dirigía hacia ella y con una facilidad la cogió del hombro. Ella le golpeo con todas sus fuerzas donde tenía su máscara que esta vez solo cubría de la nariz, para arriba de su rostro.
Sin resultado alguno, Mía golpeo nuevamente sin siquiera poder notar que le dolían los golpes que ella le daba. El asesino giro la cabeza hacia Campbell y ella podía ver a través de esa mascara los ojos de ese demonio que tenía frente a ella.
Esa mirada era conocida... y la había visto en algún lugar no hace mucho, pero, con la adrenalina al cien y las demás cosas pasando a su alrededor estaba tan nublada que no era momento de pensar en eso, sino en defenderse y salir con vida los tres.
— ¿Me extrañaste Campbell?— Con su pie la empujo de una patada hacia atrás con tanta fuerza que solo la detuvo la pared pegándose con uno de los cuadros viejos que había quedado abandonado en la finca.
Campbell se reincorporo. Una vez él le dio la espalda y ella se acercó a montársele sobre su espalda intentando quitarle la máscara al sujeto mientras con su cinturón ella se lo pasaba por el cuello intentando cerrar sus vías respiratorias.
Mía sabia que en fuerza, no podría ganarle así que intento utilizar la astucia en lo que le permitían sus posibilidades en ese momento.
Fastidiado de sentir como comenzaba a apretar su cuello deja a la chica que tenia atada e intenta quitarse a Campbell de su espalda. Siente un tirón bastante fuerte en su cuello que lo hace gruñir.
— ¡MALDITA PERRA!
Viendo que no podría quitársela de la espalda... Con fuerza se retrocedió hacia atrás, la azoto varias veces en la pared con todas sus fuerzas hasta que sintió como ella se le acababan las fuerzas y fue cuando aprovecho a quitarse ese cinturón del cuello y paso a enredárselo en el cuello de la inspectora apretando con fuerzas.
— Hijo de p...— Sin poderla dejar terminar la frase, ejerció más fuerza viéndola a los ojos mientras le cortaba la respiración.
Andrew veía como ella a pesar de estar al límite de morir seguía luchando. Con el clavo que sostenía uno de los cuadros, enterró el cinturón en el piso de madera. Cualquier jalón que ella diera para levantarse solo estaría apretando más ese cinturón y sola terminaría por asfixiarse.
— ¿Frustrada?— Se acercó a Walker y lo arrojo afuera de esa habitación atracando la puerta. — ¡No me mires así!...Yo siempre estoy pensando en ti.
La mirada que Campbell le arrojaba era de desesperación.
— ¡Ahora que lo recuerdo! ... Tu ¿Nunca has visto como trabajo?...Solo ves mis creaciones terminadas. — Miro como se comenzaba a quitar el saco, arremangaba sus mangas, se quitaba los los zapatos. Y dejaba al descubierto su fornido torso.
— !PELEA!— Bramaba Campbell apretándose mas ese cinturón del cuello.
Ella miro como comenzaba a desatar a la chica que tenía mientras ella con todas sus fuerzas forcejeaba por irse de las manos de ese horrible asesino.
— En diversas ocasiones, he escuchado que me desafías. —Río burlonamente. — No veo mi cuello ser partido en una horca, ni mi cerebro ser fundido en la silla eléctrica...Mucho menos mi cabeza rodar en la plaza por la maldita guillotina. Pero ¿Sabes que si va caer?Un rió de sangre...
—Tu...
— Shhh— Saco un hilo y una aguja de coser. — Cualquier sonido que emita tu garganta de ahora en adelante. — Enterró la aguja en el labio inferior de la inspectora haciendo que brotara sangre, excitando a este hombre. — Te juro que te coso la puta boca... Que, ganas de arrancarte la lengua no me faltan.
Retiro el gancho y mordió la hería que el mismo había provocado haciendo que más sangre emanara de sus labios y un moratón comenzara a mostrarse.
La inspectora sentía como el succionaba para seguirla robando ese líquido carmesí que salía de su cuerpo Y si seguía ejerciendo fuerza estaba segura que ese labio de ella seria cercenado. Pero recordó que su boca seria cocida si emitía cualquier ruido y para este punto el miedo ya la estaba consumiendo poco a poco.
Como pudo intento hacerle señas con la mano a la chica de que se fuera mientras él estaba entretenido con ella. La chica se reincorporo lento e intento alejarse lo más que podía. Sin embargo, la madera crujió tanto que Andrew al instante se reincorporo agarrando a la chica del cabello y poniéndola de rodillas a un lado de Campbell.
— Espero con esto comiences a entender de una vez por todas.
Comenzó a enterrar el afilado cuchillo en el abdomen dela chica quien aún seguía amordazada. Deslizando hacia un lado, un gran charco de sangre comenzó a bañar a la inspectora quien estaba entrando en un estado de shock al sentir toda esta sangre salpicarle, y ver los ojos de la chica derramando lagrimas mientras se le escapaba la vida.
— Que los secretos se guardan... y no se esparcen.
A Mía no le funcionaba el cerebro en ese momento...estaba tan aterrada que no podía evitar pensar por separado en las interacciones que había tenido con este asesino.
« Sabe que hable con Carter de esa vez que me dejo colgando... ¿Me ha estado vigilando?»
Soltó el cuchillo y en esta incisión que el acababa de realizar metió la mano y comenzó a extraer los órganos de la chica frente a ella mientras seguía con vida.
Esta mujer involuntariamente se agachaba a pedirle ayuda a Campbell desesperada por el dolor que sentía en su abdomen. Estaba viviendo una agonía que no merecía.
Mía estaba muerta de miedo al ver a este animal trabajar, al lado de ella vaciando a la pobre chica frente a sus ojos. Solo podía taparse la boca y derramar lágrimas en silencio. El miedo estaba completamente apoderada de ella.
Andrew veía el terror y pavor que la inspectora tenia. Era un mero escarmiento por haber roto su promesa de ayer con él.
—¡Hermoso! ¿No crees?— La risa envolvió el lugar mientras el recibía el calor de ese cuerpo aun vivo. Podía sentir esos intestinos tibios y al suspirar el olor a sangre llenaba sus fosas nasales dándole tranquilidad.
A pesar de que la mujer intentaba quitarlo con sus manos. Él con toda la tranquilidad del mundo le quitaba fastidiado las manos de su rostro.
Para finalizar agarro a la chica del cuello y paso la hoja del cuchillo salpicando de sangre a la inspectora de frente y terminando de bañarla en sangre del rostro. ¿Como era posible que un cuerpo manchara tanto un lugar?
Sin aun sentirse satisfecho tiro el cuerpo de la chica al lado de Campbell y comenzó a apuñalarlo repetidas veces mientras la inspectora aun en el piso solo veía el rostro de la chica muerta siendo brutalmente acuchillado vez tras vez.
Andrew tenía coraje y rabia, estaba más que claro que la mujer ya estaba muerta y aun así el seguía enterrando ese cuchillo con rabia. Hasta que vio a Campbell y su miedo comenzó a tranquilizarle. Mía escucho como este hombre se cansaba de enterrar ese cuchillo. Pensó que todo había acabado y por ultimo escucho como las costillas de la chica tronaban mientras el gruñía excitado.
Dos cuchillos resonaron dándole a entender que estaba sacando filo a uno de ellos y miro como el comenzaba a filetear pedazos de carne. En cuclillas hurgaba como un animal en busca de caroña. Bañado en sangre y satisfecho por como comenzaba a quedar su obra de arte.
— Dos fracasos más Campbell. — Se acercó a liberarla del cinturón mientras ella del miedo se arrinconaba agarrando sus piernas y lloraba en silencio.— Tu sentido de justicia es patético ¡Tu eres patetica!
Mía veía como si se tratase de un animal hambriento que arrancaba pedazos del cuerpo para meterlos a una bolsa. Se tapaba los oídos con las manos para no escuchar más huesos crujir.
— Quieres saber un secreto...— Escucho como él se llevó a la boca un pedazo de carne cruda y con sus dientes lo desprendía para tragarlo.
— ¿Q-qué quieres?— Se atrevió a preguntar mientras él se acercaba con un nuevo trozo de carne que arrancaba y sus dientes rechinaban al tratar de masticarlo. Trago la carne cruda frente a ella salpicándola una vez mas de sangre que hicieron contacto con sus labios.
—No importa lo que yo quiera. — Sabia que si seguía presionando la mantendría al margen por varios días. — ¿Quieres?— Ofreció un trozo y ella al instante movió la cabeza negando. — No me has rogado por tu vida.
— D-de nada sirve contigo rogar. — Decía con los dientes titilando y con las manos heladas. Su piel era pálida y el sudor que la invadía en ese momento era mas frió que el de un cuerpo. Campbell tenia el estomago revuelto.
Él se acercó más a ella aun con esa mascara puesta y comenzó a mover sus cabellos. Solo podía escuchar su respiración agitada y sus dientes que hacían ruido como si muriera de frió.
—Por eso cuando sea tu turno...Lo que le paso a ella no se compara a lo que te voy a hacer a ti. — Comenzó a limpiarse las manos en su pantalón y de sus bolsas saco dos chelines y dos plumas de cuervo. — Tu carne ha de saber exquisitamente deliciosa. — Rio cínicamente. — Mientras sigas viva te abriré el pecho, romperé tus costillas, y te estrujare el corazón mientras siga latiendo. — Se puso de pie. — Aunque quiero prolongar tu vida lo más que pueda...Me encantaría llevarte conmigo ahorita, y comenzar tu hermosa transformación...Pero me encantaría burlarme de tu patético club de investigadores una vez mas..lo cual sera pan comido... En sus narices desaparecerás.
Ella lo miro y vio como de otra bolsa que tenía aparte comenzaba a dejar caer órganos que le había sacado previamente a al cadáver.
Aun en ese miedo, noto que en su calcetín que tenía roto del talón, la piel del sujeto de sus pies estaba cicatrizada como la herida que ella tenía en su cuello y cintura.
—Pero...La señorita Gray está en plena transformación. —
Mía al escuchar eso cruzo miradas con él.
— En el ajedrez a las reinas se les deja al final inspectora. — Desatraco la puerta y miro a Walker aun inconsciente. — Si estás pensando en escapar... ¡No lo hagas! porque, te voy a encontrar...Tienes diez días para encontrar a Gray viva.
El hombre se fue sin hacer un ruido más y Campbell estaba aún en un ataque de pánico y ansiedad. Sentía como le faltaba el aire y su corazón lo sentía en el pecho.
«Me está dando un paro cardíaco»
Se comenzó a poner en posición fetal y a dejarse caer mientras seguía llorando en silencio.
«¡MUÉVETE! ¡MALDITA COBARDE!...¡ESTÚPIDA! ¡REACCIONA!»
Por mas que su voz interna intentara sacarla de ese estado, su corazón y su cuerpo estaban apoderados de el miedo
«¡VOY A MORIR!»
Parte de su brazo izquierdo comenzó a acalambrarse y sentía que le faltaba el aire. Sin duda estaba pasando por una arritmia letal en ese momento. Seguía en posición fetal esperando a que su corazón dejara de trabajar esperando su muerte.
A los veinte minutos, un adolorido Walker despertó asustado tomo su arma y solo se percató de tener una herida en la cabeza.
— ¡Mía!—
Entro al cuarto y vio a la chica secuestrada despedazada.
— ¡Aaah!— Vomito en cuanto miro la escena y se le revolvió el estómago.
Al ínstate busco la lámpara que tiro. Encontró a la inspectora en la esquina en silencio meciéndose aun derramando lágrimas bañada en sangre. Se veía tan horrorosa la escena que al mas valiente le hubiera dado miedo.
— ¡Háblame! — Se acercó a ella. Tomándola del hombro sacándola de esos pensamientos. — ¡CAMPBELL!
La mirada perdida de la inspectora se cruzó con la de Walker.
—S-se la t-trago. — Terminando de decir esto Campbell regreso todo lo que tenía en su estómago de momento. Comenzó a tener otro ataque de pánico. Su cuerpos se ponía rígido y lágrimas seguían saliendo involuntariamente.
— Calma...— Walker cargo a Campbell y se encargó de sacarla de ese lugar.
https://youtu.be/oPHeWyfKLAI
Próximo capitulo titulado "Paranoia" ¿Ideas?
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