XXV El granero escondido
----- Miércoles 10 de febrero Hacienda abandonada, afueras de Norwich, 4:00 PM-----
Mientras estos hechos sucedían con la inspectora Campbell. Elizabeth Gray sufría aun su propio infierno,despertaba aturdida. En sus ojos no había ya esperanza. Andrew había logrado quebrar su espíritu más que suficiente desde el primer día. La joven Gray ya había pagado con creces todos sus errores.
— ¿C-cuándo me dejaras ir?— Pregunto esperando una respuesta de su único compañero en los últimos días.
— A mí no me preguntes Elizabeth. — Veía como la chica se le salían más lagrimas comenzando a conocerlo como era. — Todo depende de cuánto le tome a Campbell encontrarte. — Mordía un pedazo de carne que ella sabía perfectamente a quien pertenecía. — Pero más vale que sea pronto.
— ¿Por qué ella?— Indagó un tanto inquieta. — ¿Por qué no otra persona u otro inspector?
— Porque es peligrosa. — Se levantó queriendo concluir la plática.
— Fácilmente puedes someterla y traerla aquí... ¿Por qué tanto espectáculo?— Hizo que frenara en seco. — Se te nota que la quieres tener entre tus brazos. ¿Es un amor? ¿Odio?
—Es odio... Simple y sencillo...Nada mas que puro odio.— La observo que sus rodillas comenzaban a tornarse moradas.
— Si la traigo hasta acá... ¿Me dejarías ir?
— ¡Enserió la odias! — Rió perversamente. — Tú lo has dicho... yo solo puedo traerla acá. — Dejo su plato y desenterró un cuchillo de una mesa vieja que tenía en ese lugar nuevamente acercándose a la chica. — Pero los gatos siempre juegan con su comida antes de matarlos...Por un largo tiempo.
—El primer día dijiste que estrujarías su corazón. — Suspiro y se llevó un dolor muy fuerte en sus pulmones. Tenía días en la misma posición y sentía como sus rodillas apretaban su diafragma y le costana tomar aire la mayor parte del tiempo. — ¿P-por q-qué?
— Porque solo he visto que alguien haga eso una vez en mi vida. — Comenzó a desatar a la chica de esa posición. — Y sé que es la única que merece ese privilegio.
Andrew la comenzó a adentrar más hacia la hacienda. Él sintió como ponerla de pie y forzarla a caminar fue una clara muestra de el dolor que sentía e la planta de sus pies. Esa carne viva haciendo contacto con el piso era mas que suficiente para quebrar hasta al mas fuerte. Pero, Elizabeth Gray a pesar de esto seguía dando pequeños pasos con leves quejidos intentando disimular.
— Cuando sienta ella como aprieto su corazón con fuerzas y me vea a los ojos, entenderá todo.
— ¿A dónde me llevas?— Nerviosa siguio indagando poniendo resistencia a pesar de tener un dolor inmenso en diversas partes de su cuerpo. — ¿Qué me vas a hacer?...P-por favor...he hecho todo lo que me pides...
— Necesitabas cambiar de posición... No quiero que se te llegue a subir alguna rata.
Esto recorrió en forma de escalofrió la piel de la joven Gray. Andrew, después de meterle terror psicológico, prosiguio.
— Vas a sentir que vuelas.
—Prefiero estar en la otra posición. — Elizabeth seguía ejerciendo fuerza negándose a ir con él. La planta de sus pies chocaba con el piso y el de forma brusca la empujaba abriendo una vez mas lo que ya comenzaba a cicatrizar, manchas de sangre en el piso mostraban la evidente agonía que pasaba. Pero para Elizabeth... su miedo era mas grande que su dolor.
Andrew era el doble o el triple de fuerte que ella. Aunque Gray usara todas sus fuerzas jamás lo conseguiría.
— ¡POR FAVOR! ¡REGRESEMOS A DONDE ME TENIAS! ¡J-JURO NO QUEJARME! ¡SERÉ BUENA!
Continuo empujándola hasta llegar a un lugar donde tenía ganchos de carniceros. Rápido la sometió en la pared de espalda y comenzó a hacer unas incisiones profundas en la zona de sus trapecios cerca de los hombros. Esto era mas profundo que solo separar la primera piel. Para prepararla Introducía un dedo en esa herida y estiraba la piel junto con los músculos con fuerza.
— Si te soportara.
Mientras ella gritaba sintiendo como esos dedos de él, se introducían en sus hombros, comenzaba a sospechar cual seria su siguiente infierno.
Una vez facilito el acceso de la entrada, la monto en ese gancho haciendo que toda la piel de esas heridas cargaran su peso mientras ponía un balde debajo de ella para que la sangre no se desperdiciara.
— Estarás unos minutos... procesando lo que acabo de hacer. — Agarraba su pecho empujándola para que esta se columpiara.
— ¡BÁJAME!— Grito desesperada y al borde de un colapso mental. Sin mencionar que el dolor que vivía en carne propia sin anestesias la estaba rompiendo en pedazos.— ¡VOY A HACER QUE QUE TE QUEMEN VIVO! ¡RETORCERTE DE DOLOR HASTA QUE TE CALCINES!
Las palabras de Elizabeth hicieron que Andrew se quedara inmóvil.
— ¡CÁLLATE! ¡CÁLLATE!
Ella observo como este hombre le cambio la mirada. Por un momento logro percibir "miedo" como si fuese otra persona completamente diferente.
— ¡He sido bueno! ¡JAMAS HICE NADA PARA QUE ME CASTIGARAS ASÍ!
Elizabeth temblaba de dolor viendo a este hombre tornarse contra sus propios miedos sin ella saber que estaba pasando.
Andrew por su parte guardo silencio agarrándose la cabeza desesperado al borde de las lágrimas y por su mente llegaban imágenes de unos pies siendo quemados con agua hirviendo. Después de como una voz femenina le repetía en su cabeza.
« ¡TE DIJE QUE NO HICIERAS ESO!»
— ¡MALDITA ZORRA!— En un abrir y cerrar de ojos esa mirada fría que había mostrado tener en todo ese tiempo regreso y cualquier rastro de miedo había desaparecido. Ahora había odio. Sin ningún remordimiento ni expresión en su rostro, unto sal en las heridas que sostenían su cuerpo.
— ¡ YA MEJOR ROMPE MI CUELLO!— Pidió derramando lágrimas de sus ojos desesperada. El dolor era insoportable para ella en ese momento. Mientras Andrew solo se acercaba a ella para delinear su rostro.
— Ruégale a Campbell que te encuentre rápido. — Dándole la espalda le advirtió antes de dejarla sola.
Sin decir más dejo a la joven Gray pensando en todo lo que había hecho para estar donde se encontraba. Lamentable, cuando obras mal, tienes que pagar con lo que más te duele. En este caso Elizabeth Gray estaba cosechando lo que ella sembró.
—¡Lo siento!....Maldita pobre.
Suspiro en ese silencioso, oscuro y frió cuarto...Mientras al girar su rostro hacia abajo noto que había varios centímetros de separación del piso.
— ¡Por favor...Por favor! Mía ¡Sácame de aquí!
-----Algún lugar del bosque de Norwich 7:15 PM-----
— ¿Estás seguro que este es el camino correcto? ¿Pareces perdido?— La inspectora Campbell sostenía a su gato viendo de un lado a otro. Sitio un escalofrió recorrer su piel. Casi como si hubiera podido escuchar los ruegos de Gray. Giro su rostro a todo su alrededor sin encontrar nada.
—¡Mía! No me digas que tienes cabeza para querer atrapar a un asesino y no para diez o quince minutos de camino por el bosque.— Clark veía a la chica como es que su mirada parecía temerosa.—Adivinare...¿Temes del bosque?¿Las historias y todo lo que dicen de las brujas y seres sobrenaturales?
—No es temor a esos seres... Nunca los he visto. — Se aferró al hombro de Clark mientras con la otra apretó un poco más a su minino. — Me da más miedo encontrarme con ese loco... Quien sí eh visto.
Miro como Clark le mostró un árbol y al mover las ramas estaba tallado del tronco. Era una señal sin duda para que ella la recordara.
— Hay que temer más a los vivos Clark.
— Descuida Mía. — Le regalo una sonrisa a la chica. — Lo único que escucharas serán, lobos, ranas, sapos, grillos. — Siguieron caminando y ambos divisaron el granero.
— ¿Hay cazadores por esta zona?— Ya sintiéndose un poco más tranquila de ver la finca. — Hablando de cazadores... ¿Has mirado a Arthur?
—Él se desaparece por temporadas... Sé que cuándo se comienza a alejar de estas zonas, se va a los pueblos vecinos. — Explico. — Es cazador profesional,por ende, tiene que moverse para no afectar tanto la fauna de esa zona. Algunas ocasiones tienen que ir más al norte o de plano va a las montañas.
— ¡Oh! Entonces si escucho el sonido de un arma... ¿No puede ser él? ¿O algún otro cazador?— Soltó un suspiro.— Me sentiría mas cómoda encontrándome un rostro familiar ...sobretodo si carga un arma.
—Pues en teoría la caza de venados comienza en un mes aproximadamente. —Se tallo el mentón. — Pero sabes ... La gente es supersticiosa y no suelen venir por este lado porque hay un cementerio familiar abandonado. La gente dice que vagan los espíritus de esas personas.
Miro que la inspectora ni siquiera se preocupó por ello y solo rodó los ojos dándole a entender que en efecto no le temía a esos cuentos.
— Suelen irse más para el lado de la cabaña de Arthur. — Apunto con su dedo índice al lado de dónde venían ellos. — De donde inicio la entrada al bosque, nosotros caminamos hacia el sur. La cabaña de Arthur esta al norte. Unos treinta minutos a pie. La única ventaja es que con Arthur si hay acceso a las carretas hasta su casa. Aquí nos tocó caminar un poco...Por eso es un lugar tan bueno ese granero.
—Me imagino que... en temporada alta ha de tener gente merodeando, por su cabaña.
—Algo, pero, no se acercan mucho. — Saco el juego de llaves que aún tenía el y se lo entrego a Mía. — Tenía una copia para poder traer al inspector Carter. Pero de ahora en adelante serás la única que tendrá llave, en estos días.
Al abrir la puerta, pudo entrar y ver que el granero ya comenzaba a tomar forma de cabaña, al parecer Viviane en su tiempo junto con Clark si le dieron un cambio.
— Pude conseguirles otro colchón extra.
Menciono dejado las cosas en una mesa que tenia de madera. Apunto al colchón vació. Una vez dejo claro este punto prosiguió explicando.
— No hay estufa aun. Pero en la tarde traje leña... hay chimenea para que el frió no les haga una mala jugada. Como vez, ya hay piso y cubrimos los lugares por donde entraba el aire.
— No te preocupes Clark. — Soltó al minino y este al instante fue a curiosear en su nueva morada. — Este lugar le asegura a Jack estar a salvo.
— Con respecto a eso. ¿Estas segura de que estarás a salvo con el aquí en medio del bosque?— Apunto al inspector que seguía tumbado como una piedra dormido.
— ¿Sigues dudando de él?— Rió un poco al respecto. —Jack no es un mal hombre Clark. Tiene su historia, la cual no puedo contarla... Pero, te aseguro que si algún día él la comparte contigo, entenderás muchas cosas.
Clark una vez mas miro al inspector.
« Si le haces algo...¡Lo Sabre!»
—Le puse la camiseta...ni que tuviese algo que mostrar.
Mía río sabiendo que Clark estaba en modo protector.
—¡Cuídate Mía! —
Se levantó para emprender su camino hacia su casa. A decir verdad mantuvo cerrada la cantina todo ese día preparando las cosas para Mía en esa humilde morada.
— Por cierto. —Resonó su garganta. — Tienes carne en esa nevera, algo de verduras. El agua bebible puede tomar del pozo sin problemas. Esta limpia... Disculpa que sea poco y te complique más la vida. — Se apeno un poco. — Eso si para el baño sí que hay drenaje y todo. Para ducharse yo diría que en el rio es mejor...pero igual si gustas usar baldes y meterte la tina estás en tu derecho.
— No te preocupes Clark. — Comenzó a intentar poner un orden en esa cabaña improvisada abriendo cajones. — Para tener algunos años de no ser utilizado no hay tanto polvo.
— Bueno... Iveth y un servidor regresamos cada quince días a hacerle aseo.
Clark observo como la inspectora se acercaba a sus cajones especiales.
— ¡Escucha!...en esos cajones encontraras botellas sin etiquetar. — Cuando dijo eso ella ya tenía una de esas botellas en la mano. — Si esas...bueno... son para asuntos míos. Si no te importa no quiero compartir con alguien que trabaja del lado de la ley.
—Clark. — Mía miro al cantinero con un rostro serio. — ¿Tu eres quien vedes morfina y heroína?
—No haga preguntas de las cuales no quiera saber respuesta inspectora. — Dijo dando una pequeña risa. — Si el inspector llega a presentar dolor, puedes disponer de la morfina, deje un frasco y la dosis la deje apuntada en ese libro.
—Clark...espera tenemos que hablar de tus demás sustanci...
Se fue apresurado cerrando la puerta. Quería evadir ese tema con la inspectora.
— ¿Quién soy yo para reprenderle? Estoy ayudando a un prófugo.— Procedió a quitarse el saco y colgarlo en una silla mientras comenzaba a recoger su cabello con la goma para el pelo.
A pesar de ser una chica de pueblo, no era torpe. Rápido prendió la chimenea apilando la madera y comenzó a preparar un caldo. Aunque ella desde su descubrimiento sobre los gustos culinarios de Andrew ya no consumía carne. En el momento, era perfecto para el frió que hacia adentrándose en el bosque.
El granero a pesar de tener reparaciones, el viento cuando soplaba fuerte seguido entraba por algunos lugares haciendo ese singular ruido tétrico. Incluso los árboles y pinos se movían violentamente en las copas más altas. La madera tronaba una vez estaba en el fuego vivo prendida consumiéndose. Tomo una olla y arrojo todo el cocido junto con verduras.
Pasaron alrededor de una hora y media y el cocido ya estaba arrojado ese olor por todas partes. El olfato del inspector Carter no lo estaba engañando y fue lo que hizo que despertara de ese sueño profundo en el cual tenía horas dormido. Intento moverse pero sus heridas se lo impidieron. Se quejó de dolor con un gemido.
— ¡Despertaste!
Carter solo escuchaba la voz de la inspectora, pero sus ojos no reconocían el lugar.
— Yo sé que fue la aroma, de la comida...¡Glotón!
— ¿Dónde estamos Mía?— Aun intentaba mínimo levantar medio torso de ese colchón.
—Estas a salvo de momento...descuida. — Se acercó a su compañero a ayudarlo a reincorporarse. — ¿Cómo te sientes?
—Como Logan Hunt. — Diciendo esto la inspectora no pudo evitar mirarle en silencio. — Apuesto que él se siente así de miserable, derrotado, hundido en su propia mierda y no sé qué más todos los días. — Miro que todas sus heridas ya habían sido atendidas. — ¿Cuándo he dormido?
— Más de doce horas. — Comenzó a servirle comida y le paso el tazón. — Come.
La inspectora una vez atendió las necesidades de su compañero prendió su cigarro. Cruzando la pierna se quedó en silencio pensando. Después de un silencio prolongado y dale una calada al cigarro, continuo.
— Me dijeron que Ryan King te mando a hacer esto.
—Yo solo sé... que si me atrapan, estoy condenado a la muerte. — Dijo dándole el primer sorbo al caldo. — Discúlpame... te enrede en este asunto, y no era mi intención. No podía irme y dejarte aquí sola.
Siguió ingiriendo esa comida. Con muchas fuerzas pues ese caldo caliente inundaba sus orificios de sus molares extirpados dándole dolor.
—Cuando me explicaste...mencionaste que eras del FBI— Suspiro...pero tenia que saber.— ¿Que hace el FBI en Inglaterra?
—Sabes que estamos en a nada de iniciar una guerra.— Ella confirmo.— Mi trabajo era investigar el papel de tus patriotas. Londres tenia respuesta de no estar del lado del fuhrer...pero nos mencionaron que algunos pueblos aun no daban confirmación de su posición...Entre ellos Norwich estaba en la lista.— Hubo un silencio donde solo la madera que se consumía por el fuego tronaba. Sacando chispas leves en la fogata.— El resto es historia.
Ella observaba al inspector en silencio mientras seguía dándole caladas a su cigarro.
—Debiste irte...tú lo has dicho. Ya han decidido cuál es la verdad sin un juicio. Tu vida...
—La tuya también corre peligro. — Al decir esto intento ponerse de pie— Seria cobarde dejarte sola por miedo.
Al hacer un movimiento con sus muñecas soltó el tazón de un dolor y la comida se regó en el piso.
— ¡Mierda! ¡Pero que idiota!
— ¡No te agaches! ¡Es una orden!
Ella se levantó y comenzó a levantar todo el desorden que había causado Carter. Seria, de reojo le miro y observo como el la miraba detenidamente.
— Gracias. —Resonó su garganta he hizo su tono de voz más dulce. — Por no irte y dejarme... aquí, sola. Sabes que no podría...— Ella intento seguir recogiendo todo ese desastre cuando el inspector le cogió del brazo.
—Yo sé que estas más que capaz... para poder contra todo tu sola.
Con mucho esfuerzo comenzó a acomodar un mechón detrás de su oreja. Esto le generaba cierto miedo. Pero intentaba no ser brusca con el para no lastimare. Un ligero rubor se mostró en sus mejillas.
— Pero... Si iniciamos esto juntos ¡Lo terminaremos juntos! Me has demostrado que no le temes a nada.
—Estas mal...
Ella se levantó una vez noto que su compañero le costaba trabajo mantenerse en esa posición.
— Últimamente, todos me dan miedo. — Termino sentándose en la cama al lado de Carter. — Le temo a Logan, le temo a King, le temo a la prensa, a la sociedad, a Elizabeth también...pero sobre todo. — Tomo aire llenando sus pulmones y soltó por la boca. — Le temo a ese asesino... Es... personal entre él y yo ¡Ahora lo se!
— Creo que entonces me enseñas otra cosa. —Ella dirigió su mirada y él ya la tenía clavada en sus ojos. — Me has enseñado que aunque tengas miedo... Aquí sigues. Enfrentando a tus demonios... Ayudando a quienes te hicieron daño. — Esta vez dirigió su mirada a esos labios que tanto le encantaban.
— Soy una cobarde... malagradecida. —Diciendo esto, él la miro a los ojos una vez mas y noto que estaba con esa capa cristalina a punto de romperse en llanto. — Dude de ti...y eres mi compañero.
— ¡Pues hable puto alemán! En tus narices...Hasta yo mismo hubiera dudado de mí. Me sorprende no estar, ahogado, quemado y tirado en alguna laguna.
— ¡Eres un idiota!—Rió a carcajadas por ese último comentario.
— ¡Tu idiota!— Nuevamente auto proclamándose propiedad de la inspectora. —¡Mit dir ... bis zum letzten Atemzug! (Contigo...hasta el ultimo suspiro) ¡jederzeit! (¡Siempre!)
—¿Que?— Ella arqueo la ceja divertida esta vez de escucharlo hablar en su idioma.— No logro entender.
— Que... no me has dicho dónde estamos. Solo me dijiste que seguros.
—Clark me proporciono este lugar.— Agarro otro tazón y le sirvió más cocido. — No lo tires que aún no he comido yo, ni el señor bigotes...aunque bueno yo solo agarrare verduras y caldo.
— ¿Te trajiste a al señor tuerto?— Agarro el nuevo tazón. — Quieres más a ese gato que a tu vida.
— Dile de nuevo señor tuerto y... te juro que con este cucharón caliente, te reviendo el hocico Jack. — Amenazante le mostró el cucharón con que ponía en el tazón el cocido. — Él te cuido mientras salí a declarar que no sabía nada de tu paradero.
— ¿Ya eres sospechosa?— Drásticamente paso de tema.
—Todo indica que no. El caso Gray me tiene muy sobrecargada y sé que a ellos también. No ha habido actividad de ese loco desde el mensaje de la radio. — Se llevó un dedo a la frente desechando ese cigarro que tenía. — Todos están nerviosos. Tengo tres días para mostrar evidencia nueva.
— ¿Ya les dijiste el increíble menú que tiene ese cabrón?
— Hablemos de otro tema. — Pidió. — Estoy abrumada... hoy pasaron un sinfín de cosas que me sobrecargaron.
Termino de comer un poco de lo que había cocinado y cuando Carter también termino. Recogió su cuenco poniéndolas en la mesa y sentándose sobre la cama, al lado de su compañero.
— Solo imaginar el infierno que está viviendo Elizabeth... me revuelve el estómago.
—No quiero ser grosero o pensar negativamente pero...— Busco la mirada de su compañera. — Si su menú es tan amplio como dices... ¿Crees enserió que sigue viva? Mejor ve haciéndote una idea de que la encontraras...por partes.
— Se llevó bastante del cuerpo pasado Jack.... Fácil con todo eso que hurto tiene como para siete días... Dudo que comparta comida con alguien. — Resonó su garganta. — Además si aún la podemos salvar...no importa si esta con unas cuantas heridas...su vida es importante.
—Solo tú puedes sentir lastima por alguien que te hizo tanto daño. — Mientras pasaba sus manos por la marca de su cuello. — Han pasado casi veintiún días.
Ella intento tapar su marca con su cabello y él le sostuvo sus mano con la otra difícilmente, pero lo logro.
— No cambia nada que la tengas o no la tengas Mía. Tu corazón solo demuestra que eres inigualable. — El comenzó a poner su mano en la nuca de la inspectora jalándola hacia él despacio.
— Jack yo...— Nerviosa se le cortaron las palabras de su boca y solo podía sentir nuevamente su corazón palpitar a cien revoluciones por segundo.
Ruborizada sin que nada le impidiera ese momento, ella se resistía a ese sentimiento que le provocaba estar junto a su compañero. Pero simplemente era inevitable. Ya no había una Elizabeth Gray de por medio que le hiciera sentir cargo de conciencia por sentirse atraída hacia Jack Carter.
Con todo eso en aquel entonces ella estaba dispuesta a tragarse ese sentimiento y hacerse a un lado para que Jack pudiera ser feliz con la mujer que él había decidido. Hoy nada de eso estaba. Solo un inspector con los sentimientos más claros que el agua.
— No sabes las ganas que tengo de decírtelo...
Ella al escuchar esto sus mejillas se tornaron más coloradas. No cayo en cuenta en que momento ya podía inhalar la respiración de su compañero, estaban a centímetros el uno con el otro.
—¡D-decirme! ¿Q-Qué?— Balbuceando cuando sintió como el inspector la acerco hasta que pudo probar sus labios por unos segundos rozando su piel.
Ella estando tan ruborizada no supo cómo mas actuar y sintió como Carter se acercaba esta vez a su cuello. Beso lenta y delicadamente esa marca que le había propiciado Gray.
—Mía. — Se acercó a su oído y le pregunto. — ¿Enserió no sientes nada?
Un escalofrió recorrió el cuerpo de la inspectora. Podía tener las cosas claras con el asesino...Pero cuando se trataba de Jack Carter...era un reto para ella.
—Jack...yo...—Tomo la mano de su compañero con delicadeza para no lastimarlo. — Estas hasta el tope de morfina, gracias a Clark. — Se levantó de la cama y decidió salir a fumarse un nuevo cigarro.— No te muevas...ya regreso.
El inspector Carter se acostó en el colchón pensando que, una vez más su compañera evadía esos temas. No era un hombre que se rindiera tan fácilmente. Así que le daría más tiempo y seguiría por todos los medios intentar que ella le perdiera el miedo.
Mientras Mía por fuera estaba fumándose su cigarro tocándose los labios con una de sus manos.
« ¿Por qué me pone tan nerviosa Carter?»
Se miraba los dedos con los que se tocó los labios y rió tontamente
« Esta haciendo estupideces gracias a la morfina...Ese idiota...Mi idiota»
Una vez mas río para ella misma intentando controlar ese mar de pensamientos y sentimientos.
-----Casa de King 12:00 de la media noche-----
Ryan King estaba pensando en que decirle a la prensa sobre Elizabeth Gray. Los tenía como perros sobre de él por qué la investigación no avanzaba.
Le avisan que un tal Andrew está afuera y él les dice que lo dejen pasar. Al verlo frente a él es el primero en romper el silencio.
— ¿Qué pasa hijo?
—Volví a escucharla en mi cabeza...— Dijo con la mirada quebrada y comenzando costarle trabajo agarrar aire con sus pulmones. — ¡Me va a castigar!
— ¡No! Hijo...Ella ya no te puede hacer daño. — Se acercó a su hijo intentando calmarle. — Ella ya está llena de gusanos en la tierra. Jamás te volverá a castigar.
—Papa ¿Y que tal si mando a alguien a castigarme?— Angustiado comenzó a derrumbarse en posición fetal en el piso. —¡DILE QUE PARE DE ATORMENTARME MI CABEZA!
King observo como es que después de mucho tiempo Andrew, estaba entrando en un ataque de pánico. De su cajón busco esos calmantes que lo lograban relajar.
— Hijo...No te quiero lastimar... pero es un dolor necesario.
Sin decir más inyecto el sedante y recostó a su hijo en el sillón.
— Si mando a alguien a castigarte...acuérdate de arrancar el problema de raíz. — Dijo abrazando a su hijo, para intentar calmarle esa angustia que tenía. — Pero eso es imposible Andrew. Tu padre no dejara que te pase nada nunca.
—Arrancar...el problema...de...raíz. — El temblor de su cuerpo comenzó a disminuir una vez entro en su cuerpo el calmante. —Tengo que arrancar el problema de raíz.
—Pensé que ya estaba todo en el pasado muchacho. — King lo dejo en el sofá para que intentara descansar. — Duerme, hijo.
El jefe de policías se alejó de su hijo y con una melancolía en su mirada se sintió tan culpable por esas secuelas que presentaba su hijo. Tenía años sin demostrar ese tipo de conducta y lo que pensó ya se había curado, resulto que solo estaba dormido y despertó nuevamente a atormentar al muchacho.
Se acercó a hacer una llamada.
—Diga. — Se escuchó por la línea del otro lado.
—Logan. ¿Novedades de Carter?
— Ninguna de momento. — Pauso unos segundos. — Pero es cuestión de días para que salga de su cloaca.
—Cuando lo atrapes me dices...tengo unas palabras que cruzar con él. — Se sirvió alcohol en una copa que tenía al lado para beberlo. — ¿Qué hay de Campbell?
—Ya sé por dónde llegarle, descuide... confesara. — Se escuchó una leve risa de ambos lados. — Tengo una orden de aprensión contra ese asqueroso cantinero.
—Ni por que fue tu suegro muestras misericordia.
—Sabes que él siempre ha intentado ponerme como escoria en la sociedad.
—Te acostaste con su hija por la fuerza ... ¡Idiota! ¿Qué esperabas?—Le recordó molesto. —Me toco limpiar tu mierdero y encubrirte... porque eres idiota.
Guardo silencio recordando esos días,pero en su mirada se podía observar que algo mas pensaba y no lo decía.
«O posiblemente Viviane recibió una ligera ayuda para acabar con su vida»
—Solo escuche el consejo de un viejo amigo. —Hubo un silencio entre ambos. —Quien esté libre de pecado...
—Que tire la primera piedra.— Ambos rieron por este gesto.
—Si encuentro a Carter...no me pongas limitaciones.
—Tú lo que tienes contra Carter es que esta en medio de ti y Campbell. Tienes la idea retorcida de que se la está cogiendo. Mientras te niega a ti... Admítelo, la desvirgaste. No hay nada entre ellos.
—Es un nazi... No tiene nada que ver con Campbell. Pero si de por medio obtengo un beneficio con ella...
— Lo que te vengo diciendo...Esa mujer es tu talón de Aquiles... Mas sabe el diablo por viejo que por diablo Logan.
https://youtu.be/Exy8Jwtp7Xk
Próximo capitulo titulado "Jamás nos vimos hoy" ¿Ideas?
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