-----Lunes 1 De Marzo de 1937 Cantina la BOHEMIA 12:15 De la madrugada.-----
Clark había decidido cerrar hasta más tarde, debido a que no pudo trabajar el día completo.
Se tallaba los ojos del cansancio que tenía y lo peor de todo es que el lugar estaba vacío.
— Sera mejor que cierre y descanse. — Hablaba en voz alta para sí mismo. — Mañana será un mejor día.
Estaba desanimado. Iveth de Barnes, no era una mujer que se molestara si tenían pocos ingresos. Ella sabía que había buenas temporadas y malas. Pero era su esposa, no le gustaba que ella se preocupara.
Salió de esos profundos pensamientos cuando el chillido de la puerta le aviso de un cliente.
— Me has alegrado la noche caballero....
No pudo terminar su frase, cuando vio a Logan Hunt entrar por esa puerta.
— ¡Lárgate Logan! ... No eres bienvenido aquí.
—Pensé que te había alegrado la noche Clark. — Se sentó en la barra arrojando una moneda como si de una limosna se tratase. — Bien lleno el vaso... ¡Anciano moribundo!
—No te voy a vender a ti ¡Lárgate!
Estaba por agarrar su escopeta cuando miro que llegaron más de los agentes a apoyar a Logan.
— ¿Qué es lo que están buscando?
— Tengo una orden de arresto a tu nombre.
Al ver que no le servían nada, brinco por encima de la barra y comenzó a hurgar entre las botellas del hombre tomando la que más le agrado.
— Así que acompáñanos de manera pacífica... Suegro. — Río. — Perdón...Ex suegro ya que mi mujer está viendo crecer las flores desde el fango.
Provoco a Clark quien se mostraba furioso ante tal profanación hacia su hija.
— ¿Con que cargos?— Un tanto confundido el cantinero investigó, pues Logan no se solía involucrar en sus cosas y cada quien tenía su vida. — Solo lo haces para fastidiar a Mía. — Negó con la cabeza. Se veía muy cansado. — Logan...deja a esa pobre chica en paz. Mejor ayúdale a encontrar a ese asesino... Si sabes que la tiene en la mira.
— Clark. — Bebió de la botella. — Yo solo vengo a obedecer las órdenes de King. — Siguió dándole otro enorme trago a la botella. — Escuche lo de ella... sí, muy lamentable. — Hizo una cara falsa de dolor. — Walker se encargara del caso de ahora en adelante. Al parecer le quedo muy grande el saco a Campbell... Si no se presenta en tres días perderá todo.
— ¡Logan! Por todos los cielos. — Lo empujó hacia atrás molesto. — Se comieron a alguien frente a sus ojos.
—Más respeto...viejo asqueroso. — Saco su Walter P38 quitándole el seguro. — Ya te dije que es lamentable.
Escupió en el zapato del vejo Clark. Cruzo miradas con el cantinero.
— Con respecto a los cargos. No lo sé tú dime... ¿A quién has traído a las reuniones clandestinas?
—Logan... ya te dijeron de...
— ¿Me quieres ver la cara de estúpido Clark?
Clark negó con la cabeza.
— Rituales... tu...matando gallos. —Río cínicamente. — ¿Para qué harías tu algo así?...Por cierto...tenemos que hacerle una visita a Jhon Walker... nos ha estado jugando chueco ese idiota.
— Logan yo...
—Te voy a decir el por qué anciano. — Pauso un poco. — Tú has ayudado a un asqueroso alemán llamado Jack Carter o...mejor dicho Dedrik Wolf.
—Supe por buenas fuentes que ya les llegaron las cartas de los Estados unidos de América explicándoles la condición de refugiado. Y que desde hace cinco años aproximadamente, él ya no tiene ese nombre.
Explico dejando a Logan perplejo.
— Lo estas cazando por otro motivo más...personal.
— Te llegan bien los rumores ancianos. —Dando a entender que ya sabían de esas cartas y no las habían hecho públicas aun. — Pero eso no quita que está prófugo... No ha sido capaz de ir a hablar.
— La última vez se supo que hasta lo torturaron. — Respondió tranquilo. — Con eso hasta yo dudaría en ir a hablar. Lo más seguro es que este paranoico.
—Aja claro...pobre. De seguro en las tortura le quitaron las pelotas. — Falsamente lamentándose. — ¿Y qué me dices de Campbell? Tu sabes que ella lo ayuda. ¿Dónde está ella? Se supone que la dejaron en el hospital y nadie sabe nada de su paradero... Y hoy tú no abriste en casi todo el día... ¿Coincidencia?
Logan con una risa más que confiada dejo a Clark sin habla. Hunt tomo la palabra una vez más
— Mañana preséntate a dar tu declaración. — Guardo el arma. — Tienes tres días también para ir por tu voluntad a explicarte. De lo contrario...Te vienes por la fuerza.
Se alejó de él llevándose la botella dejándole una buena cantidad de dinero.
— Me daría pena que llegues sin nada para tu pobre, moribunda y muerta de hambre que llamas esposa... ¡Quédate con el cambio!
Una vez que se fueron Clark comenzó a derramar lágrimas de coraje al escuchar como estos inspectores se burlaban de su esposa. Tenía necesidad del dinero. Pero no quería tomar ese dinero en específico. Era una humillación. Sin embargo, no pensó en él. Pensó en que su esposa no tenía que pasar por hambre y lo guardo siendo su secreto y tragándose su orgullo.
----- Prostíbulo media luna 2:10 de la madrugada-----
Walker para ser las horas tan altas de la madrugada sabía que si quería encontrar a Scarlett, seria en ese lugar a esas horas. Él era muy tímido y por alguna extraña razón no era un hombre de andar saliendo con sexoservidoras.
Pero había algo en Scarlett que le encantaba. Sin importar su pasado, él estaba dispuesto a dejar eso atrás de ella y darle una vida digna.
El entro al prostíbulo y miro al instante a esa hermosa mujer. Ella al verlo acercarse se dispuso a comenzar a hacer su trabajo para vender.
— ¿Qué hace aquí inspector Walker?— Pregunto pícaramente Scarlett mostrando un vestido bastante revelador que ponía muy nervioso al inspector . — ¿Lo puedo ayudar en algo?— Se acercó a él muy provocativa, haciendo que este hombre sudara en frió.
— Si... Bueno...No...Es que.
Estaba muy nervioso. Esa mujer lo dominaba en todos los aspectos. Por la inexperiencia de él, la timidez y por qué Walker no andaba con una mujer ni otra ni otra. De hecho a decir verdad, Scarlett sería su primer interés romántico. El escondía algo detrás de su espalda.
— ¿Muy tímido para pedírmelo frente a todas?— Reía de manera seductora mordiendo su labio inferior y levantando la cejas. — ¿Le da pena pedir un poco de sexo Inspector? Le aseguro que es lo que mejor se me da y no se arrepentirá, por unos cuantos billetes...En una hora esa timidez pasara a segundo plano y podremos descubrir juntos su lado salvaje y la lujuria.
— Vengo...pues.....— Agarro el cuello de su camisa tragando grueso. — ¡Toma!
Sin más se arriesgó revelando unas flores muy bonitas. Se veían costosas. Scarlett y las demás mujeres, no se esperaban un detalle así. Ellas estaban acostumbradas a tratar con hombres que buscaran sexo. Así de fácil, así de sencillo. Sin rodeos.
— ¿Q-quieres salir conmigo a cenar? ¿Mañana?— Al fin tomo todo el valor que tenía para pedirle esta sencilla salida a Scarlett.
— Acompáñeme a mi despacho inspector. — Pidió tomando las flores y llevándoselo a un lugar más privado.
Una vez se encerró con él, le clavo los ojos con molestia. Walker estaba ahora más nervioso que nunca.
— ¡¿Qué es esto?!
— Unas flores...— Respondió apenado— ¿No te gustaron? No se tus gustos... Perdóneme señorita Scarlett.
— ¡A ver!... ¡Alto niño! — Se dirigió a él agarrando su cabeza negando lo que estaba mirando. — Primero: No me llames Señorita...no lo soy y no me apena decirlo. Segundo: Tengo treinta y siete años y hasta donde sé tú tienes veintiséis ... No sé, ni me importa como entraste con los inspectores tan joven. Tercero: Si sabes lo que pierdes al pedirme una tontería así.
Lo veía molesta.
— Si estás buscando sexo de una mujer madura en privado hay más modos de pedirlo, No montando todo este teatro ¡Muchacho baboso! Paga y de aquí te despacho a cualquier fantasía que tengas...no me da problema siempre y cuando no seas menor de edad.
—Señorita Scarlett...no, no,no,no ¡No es lo que parece! — Se disculpó agachándose un poco en forma de respeto. — Se a lo que se dedica. Y se por obvias razones que no es una señorita. Pero... — Resonó su garganta. — La respeto... no se su pasado ni por qué termino trabajando de esto.
—Entonces ¿Qué se te ofrece?
—Conocerte... Es lo que se me ofrece. — Esto sorprendió a Scarlett, y sabía que no mentía. Había estado con tantos hombres que podía detectar fácil cuando le querían tomar el pelo.
— ¿Sabes que si te miran salir con una prostituta serás la burla de los de tu trabajo? ¿Sabes que me he acostado con más de la mitad de los de ese lugar? ¡He hecho cosas muy sucias! y...
— Lo se...y se lo que hablan de ti. — Estando más serio continuo. — Pero ellos te pagan por un servicio.
— ¿Tu no?— Comenzó a reír prendiendo un cigarro. — Niño...estas confundiendo las cosas...— Una vez mas insistió.— Quitate los pantalones... te doy un servicio gratis y lárgate de mi vista.
—Si usted y yo llegamos a estar juntos... Jamás el pagaría por que no busco sus servicios... Ni que satisfaga nada de mis deseos.
Una vez más Scarlett no supo que responder y estaba perpleja.
— Creo que toda su vida ha vivido para complacer a los hombres y me gustaría que se dé cuenta que lo que su trabajo le enseña son mentiras. — Tenía que poner en práctica lo que Carter le había dicho que hiciera. Se acercó a tomar la mano de la mujer y la beso delicadamente. — Yo la quiero Scarlett... Y la quiero para cuidarla y protegerla...la quiero para algo serio.
— No tengo ropa para salir a lugares formales Inspector. — Retiro la mano un poco apenada. — Toda mi ropa es provocativa.
— Entonces si le incomoda su ropa, acompáñeme y le compro el vestido que más cómoda la haga sentir.
— No necesito quitarte tu dinero. — Ofendida un poco continúo. — Yo sola puedo darme esos gustos.
— No gastaría en algo así, si yo no la estuviese invitando a salir.
Así estaba el inspector Walker pidiendo una oportunidad a esta mujer madura. Ella recordó lo que Carter le dijo y sin estar muy convencida lanzo un suspiro. Sabiendo que no se lo quitaría de encima.
— Esta bien...Pero que sepas que te vas a decepcionar con las miradas que te den...Y si al final cambias de opinión y quieres algo de placer...te puedo complacer.
El inspector beso la mano de la mujer y se retiró haciéndole una reverencia de respeto. A decir verdad, estaba bastante contento púes esa bella mujer había aceptado salir con él.
-----Cabaña de Clark 8:14 AM-----
Mía había logrado conciliar el sueño a lo mucho cuatro horas de corrido. Ya era algo. La mayor parte de la noche estuvo despertándose alterada y a veces con solo ver a Carter a su lado se tranquilizaba. Otras las pesadillas habían logrado despertarla con gritos o llanto. De igual modo, Carter al segundo de escuchar ruido despertaba para tranquilizarla. No le pedía explicaciones. Simple y sencillo besaba su frente y agarraba el cabello entre sus manos dejando que llorase o esperando a que se tranquilizara de su agitada respiración.
En la mañana Mía despertó y Carter ya no estaba al lado de ella.
— ¿Jack?—Un tanto inquieta esperaba una respuesta, pero solo había silencio. — ¿Jack? ¿Dónde estás?— Se comenzó a poner nerviosa.
«No de nuevo... No de nuevo»
Se agarró los oídos tapándolos para evitar escuchar ruidos que estaban en su cabeza.
«Inspectora...recuerda el dulce sonido de...»
— ¡Cállate! ¡Lárgate!
« Crack...Crack... ¡CRACK!»
— No eres real...estas en mi cabeza.
«Esas costillas partirse... Esa sangre salpicar todo su cuerpo...esa vida...apagarse»
— No es cierto... No fue mi culpa... No fue mi culpa. — Comenzó sentir como su corazón se aceleraba y una vez más grito. — ¡JACK!
« Aunque digas que no fue tu culpa... ¡LO FUE!...RATA COBARDE SOLO VISTE COMO LA DESTROCE»
Su cabeza era su peor enemiga en ese momento. En ese cuarto donde solo estaba ella aparecía ese hombre hurgando entre el cuerpo de la chica quien tenía aun movimientos involuntarios. En cuclillas agarrando con fuerzas esos intestinos y comenzando a arrancarlos. Mientras lentamente esa alucinación volteaba a ver a la inspectora con todas las manos y la boca escurriendo de sangre.
«Pudiste ponerle fin a todo esto...Y tu miedo es tu debilidad Campbell.»
— ¡¿Qué quieres?!
Cerraba los ojos intentando desvanecerlo. Pero al abrirlos, ese maligno ser ya estaba frente a ella a escasos centímetros tomándola del cuello. Ella sentía que se le escapaba el aire y no podía respirar. Era una alteración de su realidad junto con un ataque de ansiedad que la hacían sentir todo tan real ene se momento.
«Yo no quiero nada... Eres tú la que me sigues trayendo... la verdadera pregunta es ¿Qué quieres tú?»
Campbell manoteo cerrando los ojos desvaneciendo al ende y se reincorporo agitada mirando hacia todos lados.
— ¡Necesito ayuda!
Retrocedió y una vez más escucho sonidos como de huesos quebrarse. Al girar hacia arriba como si de una posesión o exorcismo se tratara...vio a este sujeto, afianzado de la pared a lo alto. Quebrando todas las leyes de la física. Lo veía con chorros de sangre saliendo de su boca y como si esos dientes fueran colmillos que podían desmembrar un cuerpo con facilidad. Una carcajada malévola se escuchó. El sonido de la voz del sujeto cambio a algo más gutural y perturbador. Su cuerpo comenzaba a verse como todo, menos como un humano.
— NO ERES REAL. — Cerro los ojos de nuevo comenzando a estar en su punto de quiebre.
En ese instante la puerta se abrió y Carter la observo en el piso sin poder respirar. Una recaida.
— ¡Mía!—El inspector la tomo entre sus brazos.
La realidad de ella seguía distorsionada. Podía seguir viendo a este sujeto a pesar de que Carter seguía en ese lugar y como lentamente se acercaba a ambos.
— Por favor... ¡Lárgate de aquí! — Suplico desesperada viendo como este demonio se acercaba a las espaldas de Carter para reventarle la cabeza con un hacha.
— Mía...todo está bien. — El la abrazo, impidiendo que viera hacia donde veía esta alucinación.
Carter se rehusaba a seguir inyectando morfina. Podía ser un arma de doble filo y no quería meterla a un mundo lleno de vicios.
— Tranquila...Vamos al rio.
Sin mucho problema el cargo llevándola a un riachuelo cercas, y ayudándola a levantar los brazos para que respirara aire fresco.
Habían pasado unos diez minutos y el sonido de la naturaleza, de los pájaros cantar, los arboles mecerse por el viento y el agua correr estaban funcionando.
— Respira profundo...y quédate ese aire en tus pulmones. — Ordeno con una voz tranquila, tomando sus brazos una vez ,mas para que los levantara. — Deja que tu cerebro se oxigene bien... Esta sobrecargado. Una vez terminas, arroja el aire por la boca.
Al pasar unos minutos ella comenzó a encontrar paz y tranquilidad, la voz y la alucinación se había ido.
— Lo siento Jack...te estoy dando bastantes problemas... Creo que deberías encerrarme en una institución mental.
—No encerré a la ninfómana de Elizabeth. — Dándole un leve toque en la frente con su dedo índice y una sonrisa. — Mucho menos a ti.
Mía esta vez le regalo una leve sonrisa y hubo un silencio por un rato, donde solo se podía escuchar a los pájaros cantar. Carter toma la palabra de nuevo.
— ¿Quieres hablar de lo que paso ayer?
— De querer... En verdad no quiero. — Comenzó a meter sus pies al riachuelo sintiendo el agua refrescarla. — Pero sé que debo de hablar con alguien.
— Seria lo mejor. — Se acercó a ella y se sentó a su lado esta vez para escuchar todo lo que tenía que decir. Poder ver su rostro y no perderse ningún detalle. — Posiblemente desde otra perspectiva...cualquier cosa que te haya dicho puede darnos una pista.
Campbell tomo aire se tranquilizó para poder contarle a Carter todo detalladamente.
Conforme Mía estaba revelando los hechos a él, comenzaba a comprender por qué ella estaba tan asustada. De solo imaginar él lo que ella le contaba le producía un escalofrío que penetraba hasta la médula espinal.
Ella le repitió a Carter tal cual ese hombre le había dicho que haría con ella.
— Tu carne ha de saber exquisitamente deliciosa. Mientras sigas viva te abriré el pecho, romperé tus costillas, y te estrujare el corazón mientras siga latiendo. Aunque quiero prolongar tu vida lo más que pueda...me encantaría llevarte conmigo ahorita, y comenzar tu hermosa transformación.
— ¿Te dijo transformación?
Carter intentaba imaginar el rostro del sujeto pero por más que pensaba no podía. Estaba desesperándose por estar estancados. Y ahora más porque cada que él se acercaba a Mía , le hacía cosas sádicas. Sabía que en uno de esos encuentros, él no la dejaría ir. Comprendía que se estaba divirtiendo con su futura victima, porque le resultaba placentero ver a Campbell con quiebres mentales. Y el estaba a nada de pasar de la tortura psicológica, a la física.
Carter no le comento nada a Mía, por que, si así ya no lograba conciliar el sueño... sabiendo lo que el estaba acomodando mucho mas complicado seria para ella. Aunque el sabia que Mía no era torpe y ya esa posibilidad estaría rondando en su cabeza.
A ese sujeto no se le podía tomar a la ligera. Sus crímenes exhibidos cada vez eran más salvajes, mas retorcidos y estaba la prueba con que el día de ayer había matado a dos mujeres. Frente la estación de investigación.
—Me dijo que tengo diez días para encontrar a Elizabeth. Y que ella está en transformación.
— Bien... le avisare a Walker para que doblegue la búsqueda.
Como si por magia se tratase. Comenzaron a escuchar a Walker gritar el nombre de ambos. Carter le regreso el grito y este con el sonido de la voz de Carter los encontró.
Parecía agitado y que había corrido. Todo indicaba que había noticias nada buenas.
— Campbell— Rápido se detuvo a recuperar el aliento. — Necesitan que te presentes en la estación rápido.
— Ella ya se retiró Walker... Te dije que avises su reti....
— Se los dije. — Interrumpió a Carter. — Pero no la pide King.
— ¿Entonces quien la solicita?— Pregunto y tanto Campbell como Carter se miraron confundidos.
— Los agitadores. — Pauso. — Cien personas con letreros, son pocas afuera de la estación... Están dispuestos a ayudar en los grupos de búsqueda... Se enteraron de las dos muertes más de ayer.
—Ya encontraron nombres y ¿Quiénes son...
—Eso no es todo Campbell. — Pauso y tomo aire para agarrar su aliento de nuevo. — Clark Barnes está detenido y sé que lo quieren mandar a prisión...sin juicio directo a la horca.
Sin pensárselo más, ella se levantó y se fue corriendo a donde era su morada poniéndose lo más presentable posible. Jack Carter aprovecho a acompañarlos pero él tendría que estar alejado de las autoridades y en cubierto.
----- Estación de investigadores de Norwich-----
Rápido los tres agentes se adentraron a Norwich y en un paso de cuarenta minutos estaban divisando la estación.
Walker no mentía, era la primera vez que veían a tanta gente con letreros. Exigían respuestas, seguridad y exigían a Campbell presente.
— Estamos haciendo el mayor esfuerzo por encontrar al sujeto...
King recibía abucheos por las personas y parecía que la turba se enfurecía cada que intentaba hablar.
Logan desde lejos vio a Walker junto con Campbell y en ese momento reafirmo que este joven inspector... ya había tomado su lado.
« Walker... ¡Te vas a morir!»
Campbell comenzó a acercarse junto con Walker.
Jack Carter ya se había tenido que separar de ellos, pero desde lejos, observaba. Si intentaban hacerle algo a Mía el estaría dispuesto a revelar su escondite con tal de protegerla.
Incluso algunos oficiales por ordenes de King comenzaron a usar sus macanas para golpear a las personas.
Mía veía la situación desesperada. Si las cosas seguían así...sabia que las personas cansadas de los abusos podían hasta iniciar un un levantamiento y no era bueno.
Cuando la multitud la diviso, se escuchaba a la gente gritando desesperada y con ese aire de esperanza. Los oficiales que golpeaban a las mujeres retrocedieron a la barricada de nuevo y se quedaron firmes.
Campbell jamás en su vida pensó ni se imaginó que llegaría a ver a las personas de clase baja, media y alta juntas pidiendo justicia.
La gente no la veía ya como alguien rara. Se estaba convirtiendo en un símbolo de esperanza para muchas personas. Sobre todo para los más necesitados.
Ver a tanta gente mortificada, la hacía dar ese extra que tenía que dar para seguir con la investigación.
Una vez ella llego a donde estaban los micrófonos las personas dejaron de aplaudirle y vitorearle.
Se escuchó un completo silencio. Dándole el debido respeto a la inspectora, pues a ella si la querían escuchar.
King y Hunt estaban mirando a Campbell con molestia. Ellos intentaban apaciguar a los agitadores por más de treinta minutos y no lograban ser escuchados. Ella con su simple presencia, se ganó el silencio de todos. Sin poder dar la cara ambos entraron a las instalaciones a tragarse su orgullo.
— Sé que muchos tienen miedo. — Fue lo primero que dijo en los micrófonos. Resonó su garganta. — Yo también tengo miedo. — Miro a todas las personas y podía ver la angustia de todos ellos. — Pensé en tirar la toalla... porque he vivido en estos últimos meses experiencias que no me dejan dormir. A veces siento que esto me supera. Y que no soy capaz de poder resolver este horrible caso.
— ¡SI NO LO PUEDES RESOLVER TÚ! ¡ESTAMOS CONDENADAS! — Grito una mujer de entre la multitud, y las demás hicieron ruido de aprobación.
—Yo...— Se escuchaba su voz un poco nerviosa. No quería defraudarlos, pero tampoco quería mentirles. Ella no podía más.
A lo lejos logra ir viendo como un hombre en caballo seguido de mas escoltas vienen llegando. Sin poder creer lo que ve, entra en un pánico por no conocer los rostros de estas personas. Este hombre se veía que era alguien rudo. Bajo del caballo entregándole la correa a uno de sus escoltas y se acerca al lado de Campbell. Ella en silencio se hace a un lado dejando que el hable.
— ¡Ella se quedara con el caso!
El hombre alto con un acento bastante marcado de bigote toma la palabra.
— Yo el coronel Walter Hoffman, me encargare de que le brinden a esta mujer toda la ayuda que ella necesita.
La gente comenzó a aplaudir en señal de felicidad y podía ver como se abrazaban entre todos.
— Regresen a sus casas. Y por favor implementen el toque de queda. Vigilémonos entre todos. — Pidió Campbell y le dio la espalda a los micrófonos para cruzar miradas con este hombre. Sabía quién era. — ¡Coronel Hoffman!
—Inspectora Mía Campbell ¿verdad?— El hombre le hizo un saludo de respeto y comenzó a poner orden en el lugar. — ¿Cómo esta Carter?
—A salvo... ¿Por qué tardo tanto?
—Mandamos los papeles hace tiempo atrás. — Pauso—Pero como no llegue a saber de ustedes, decidí venir...con bastantes cartas personales y escoltas de mi confianza.
Él le hizo la seña de entrar a la oficina y con el entraron veinte personas más que le venían escoltando.
Carter a lo lejos sabía que eso ya era su victoria. Despreocupándose se comenzó a acercar a Hoffman y al encontrarse ambos se saludaron mostrándose respeto.
— ¡Carter! ¿Novedades?
Hoffman comenzó a escuchar los reportes hablados por Carter.
— ¡Entiendo! ¡Excelente trabajo Muchacho!— Dando una palmada en la espalda.— Siganme...no se quieren perder lo siguiente.
King estaba en su oficina enfurecido, por la hazaña de la inspectora. Estaba sirviéndose vino mientras pensaba en como deshacerse de Mía. Sus pensamientos se vieron nublados, cuando Hoffman entro a su oficina junto con Campbell y Carter detrás de este hombre.
— ¡¿QUIEN MIERDA ERES TU?! ¡LÁRGATE DE MI OFICINA SI SABES LO QUE TE CONVIENE?!— Le apunto con el dedo indice.
— Coronel Walter Hoffman... De las oficinas del FBI y con cartas firmadas por los mismos Londinenses y Churchil. — Saludo mostrando su placa, sus papeles y su reconocimiento. — Esta usted relevado de su papel como el jefe del departamento de investigación.— Chasqueo los dedos con autoridad.— A partir de ahora...yo estoy al mando de este lugar.
— ¡¿Está usted loco?!— Molesto se paró golpeando la mesa. — Muéstreme donde dice...
— ¡NO TENGO POR QUE DARLE EXPLICACIONES! Mucho menos a alguien que ya no pertenece a estas instalaciones... Pero si gusta tome el teléfono y marque al señor Churchil de donde tengo órdenes directas de tomar el mando de estas instalaciones. — Pauso un poco. — De paso restituyo el cargo del agente Jack Carter. Que por lo que veo, lo siguen tratando como un espía nazi.
Lo apunto con el dedo índice furioso esta vez a King.
— Carter es un refugiado de Alemania... Si no fuera por él, no sabríamos donde tienen campos de concentración clandestinos. Y usted lo trata como a un criminal... Poniéndole precio a su cabeza.
King sin decir más se levantó del asiento y cruzo mirada con Hoffman.
—Por ahora tiene el control. — Lo empujo con el hombro. — Solo recuerde que... a veces está arriba.... Y otras abajo.
—Lárguese de aquí... Ya no pertenece a esta institución. — Carter le dijo las mismas palabras que una vez él le menciono a Campbell.
Al fin parecía que por lo menos las cosas comenzaban a pintar mejor tanto para Carter como para Campbell. De menos era como un rayo de esperanza.
https://youtu.be/xtkTZr2B_94
Próximo capitulo titulado "Sangre bajo las uñas" ¿Ideas?
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