XLV No te contengas
-----Lunes 3 de Mayo de 1937 6:38 PM Servicios médicos de Norwich-----
Campbell estaba en esa sala de esperas junto con Carter que seguía teniendo sus prendas de vestir bañadas en sangre al igual que Hoffman. Se aseguraron de que James recibiera la mejor atención médica y lo más rápido posible.
Mía fumaba su cigarro al lado de una ventana para expulsar el aire de este y no envolver el lugar con ese olor. Sus piernas se movían con desesperación y seguía viendo a Norwich con mucho movimiento.
Grupos de policías recorrían las calles en busca de Andrew. Ya a estas alturas habían anunciado la muerte de King por los habitantes del pueblo y todos ellos se habían trasladado a las afueras de las oficinas del mismísimo gobernador de Norwich, quien, no le quedo más que atrincherarse en sus oficinas por miedo. Después de ver la suerte con la que corrió King...cualquiera estaría muerto de miedo.
Clark estaba dirigiendo gran parte de esos alborotadores gracias a sus múltiples contactos en la ciudad. Mover a la gente no era un problema para él.
Regresando al problema original, un médico salió con un expediente en la mano en esa sala de espera. Todos le miraron en silencio y este hombre decidió romper el hielo.
— ¿Familia de Walter Morgan?
— ¡Sí!— Escucho varias voces al unísono y el doctor los miro a todos un tanto desconcertado.
Mía arrojo la colilla de cigarro por la ventana y se acercó al médico. Carter la rodeo por detrás besando su cabeza y tomándola de la cintura. Mía soltó un suspiro de tranquilidad.
— ¿Qué noticias tiene doctor?— Ella busco las manos de Carter las cuales entrelazo apretando con fuerzas.
—Se ha logrado extraer la munición sin ningún problema ¡Esta fuera de peligro!
Escuchar esto fue como soltar una carga más y ella sentía que podía respirar de nuevo.
—Pero, está muy débil. Perdió bastante sangre. — Advirtió. — Si bien la bala no perforo nada importante...su recuperación será lenta.
— ¿Podemos verlo?
— ¡Adelante!
Hoffman les permitió ir a ambos mientras él se quedaba a hacer guardia. Pidió permiso para usar el teléfono y mando a traer escoltas que vigilarían de James las veinticuatro horas los siete días a la semana hasta que saliera de peligro.
La inspectora abrió esa puerta donde pudo verlo conectado a un respirador y como ese electrocardiograma marcaba su frecuencia cardiaca. Todo parecía estable. Su padre estaba aún dormido posiblemente por la anestesia.
— ¡James!—Mía entro dejando pasar a Carter igual.
El hombre al escuchar la voz de su hija comenzó a tener unos ligeros movimientos en sus dedos. Campbell noto como su frecuencia se alteraba un poco en el aparato.
—Todo está bien James.
Una vez más noto como unas pequeñas lágrimas corrían por los ojos cerrados del hombre.
— ¡Nos diste un susto enorme!— Ella cogió la mano de este hombre calmando la inquietud que tenía. — ¡Lo siento si soy egoísta!...Pero, te necesito aquí...conmigo.
James paulatinamente fue abriendo los ojos y su vista comenzaba a esclarecerse cada vez más hasta encontrarse con el rostro de su hija.
—M-¡Mía!— En su radio visual solo estaba ella. — ¡H-hija!
— ¡Aun no te puedes ir papá!— Ella se agacho a besar la frente del hombre. — Lo siento pero tendrás que ver a mama después. — Abriendo su corazón hacia su padre ella con este gesto estaba cerrando esa herida que años le causo este hombre.
— ¡Lo siento mi pequeña!— James se esforzaba por querer acariciar el cabello de su hija pero no lograba hacer que sus brazos reaccionara. Esto le estaba frustrando. —No debí...echarte...
— ¡No hables papá!— Ella busco su mano y le ayudo a mantenerla en el aire. — Sé que más que cualquier persona sufres la perdida de mamá...Y lamento si por mi trabajo este fue el resultado.
— ¡No fue tu culpa!— Al unísono tanto James como Carter reprocharon.
— ¡Oh! ¡E-estas tu aquí!— James refunfuño un poco al escuchar a Carter. — Acércate aquí...Carter.
Carter obedeció la orden y rápido se acercó al lado de Mía. Cuando James lo tuvo en su radio visual comenzó a hacer unos movimientos con una de sus manos hasta que por fin logro levantar el dedo medio restregándoselo a Carter en toda su cara.
—Por seguir tus putos consejos... de ir a la estación...estoy jodido. — James río ligeramente.— En cuanto pueda mover las manos no te escaparas de mi justicia Carter.
—Eso es señal de que vivirá...Suegrito— Una ligera sonrisa lleno el rostro de Carter. — Me encargare de cuidarlo...cambiar sus vendajes y me poder cobrar todas las que me ha hecho.
Campbell al ver que ambos ya estaban discutiendo rodó los ojos.
«Par de niños tengo que aguantar»
A los pocos segundos entro Hoffman y los miro a los presentes.
—Como ya saben. King ha muerto...Clark se encargó de ahorcarlo en nuestras instalaciones.
— ¡¿Clark qué?!— Campbell sorprendida abrió los ojos como plato y negaba con la cabeza lo que había escuchado. — Esto no puede ser posible.
— El pueblo tomo justicia por mano propia Inspectora. — Hablo Hoffman. — El verdadero problema aquí es Andrew.
—El me contó una historia de su pasado. — Hablo Mía viendo a los tres varones. — Tenemos que detenerlo...pero ya.
— ¿Qué sugieren?— Carter se cruzó de brazos esperando una respuesta de alguien.
— ¿Qué sugieren?— James arremedo a Carter. — ¿No es obvio? ¡Idiota! Aprovechar que la muerte de King le pegue. —Hablo James con mucho trabajo y todos dirigieron su mirada.
—Sabemos que me va a culpar por ese acontecimiento.
Mía se puso dos dedos en el mentón poniendo a trabajar su cerebro.
— Abriremos una noticia en la radio...tendremos que difamar a Andrew con cosas que no ha hecho. Diremos que ha abusado de más mujeres... y cosas muy sucias.
— ¿Qué pretendes Campbell?— Hablo Hoffman sin entender el punto de ella.
— Cuando Elizabeth lo difamo. No tardo en querer limpiar su nombre...ahora que tiene rostro para la sociedad...querrá hacer lo mismo con mucha más razón. — Los miro a todos. — Gray me dijo que él se ofendió por que su obra de arte era adulterada.
— ¿Qué harás con eso?— Carter esta vez esperaba una respuesta.
—Sabremos su ubicación. —Campbell se puso en medio de estos tres hombres. — He estado ideando un plan... y estoy segura que interceptara ese mensaje de la radio porque sabemos que tiene el poder de hacerlo.
Campbell los veía a todos y Hoffman ya comenzaba a entender por dónde estaba dirigido el asunto o es lo que su mente le estaba indicando. La inspectora hablo de nuevo.
—Pero en cuanto comencemos a escuchar interferencia, detendremos nuestro comunicado y le dejaremos hablar...de ese modo pensara que nos ha tumbado la frecuencia.
— ¿Con que fin Campbell?— Hoffman quería escuchar ya el plan ideado por la chica y brindarle todo el apoyo posible.
—Ganar tiempo...para que la policía en ese momento cierre todas las salidas posibles del pueblo. Eso incluye el bosque, le cerremos el paso. Siempre su escape es el bosque porque es su territorio...el pueblo es el nuestro. Lo forzaremos a quedarse en nuestro terreno.
—Suena a un buen plan...Pero ¿Cómo sabrás que sigue en Norwich?
—Pues sencillo...La transmisión solo se hará en Norwich.
Pauso unos segundos para tomar aire.
— Pero necesito que ese mensaje se transmita diciendo los medios que es por todo Inglaterra como alerta de que es una persona peligrosa y que ha pasado a problema mayor...Así despistaremos al enemigo y se sentirá que estamos a ciegas buscándolo y que pensamos que ya no está aquí.
Los presentes ya comenzaban a entender por dónde estaba encaminado el plan de Campbell y a decir verdad era un plan sencillo pero bien estructurado.
—Hoffman... Necesitamos pistolas, ametralladoras y rifles automáticos. — Carter ya solicito armas más pesadas. — Colt M1921s , 1921 Thompson, Rifles automáticos Browning.
—Ya las tengo. — Hablo Hoffman sorprendiendo a Carter. — No diría que tengo armas pesadas sin saber quién era de fiar y quien no...Si los agentes que no me dan buena espina los vieran a algunos de ustedes con armas pesadas. Tendría que darles a todos por igual. Ahora que sé de qué lado esta cada quien. Podemos comenzar a repartirlas.
— ¡Bien!— Campbell ya tenía ese lado cubierto. — También quiero que cubran el alcantarillado... El sin duda me marcara como a Gray sin perdonarme haga lo que haga.
— ¿Qué? ¡NO!— Carter refuto.— No darás tú ese mensaje...
—Carter...—Hoffman interrumpió y el guardo silencio. — No interrumpas en su deber...Estoy de acuerdo— Apunto a Mía—Ella es el mejor señuelo.
— ¡NO!
— Estoy de acuerdo con el pendejo de Carter... No mi hija. — James opino.
—No es decisión de ustedes...— Un tanto molesta Mía interrumpió. — Desde el inicio esto es personal entre él y yo. Y si no me ve dando ese mensaje...les aseguro que no responderá.
— ¡La decisión está tomada!—Hoffman hablo dando la orden. — ¡Carter! Te apegas al plan. James... Tu ni trabajas para mi departamento...Lo siento.
Un encolerizado Carter apretó los puños y en silencio se dirigió a la puerta, su coraje era tan evidente que incluso paso al lado de Campbell haciendo el menos contacto físico y visual con ella.
— ¡CARTER! ¡ACATA LA MALDITA ORDEN!
Hoffman grito pero por primera vez ignoro la orden y salió dejándoles solos.
— ¡Maldito!
—Yo voy...— Mía detuvo a Hoffman y miro de reojo a James. — Sé que no estas contento con mi decisión papá...Pero, no estaré sola... ni es algo que planeo hacer sin contemplar todas las posibilidades.
—Es un suicidio...— James giro su rostro para evitar seguir viendo a su hija a la cara.
—Un riesgo que estoy dispuesta a tomar.
Campbell salió de ese cuarto en busca de Carter. No logro encontrarlo en ninguno de los pisos del hospital. Se relajó un poco recargándose en una ventana y cerro sus ojos haciendo memoria. En segundos ella sabía dónde encontraría a Carter.
Su andar era firme, seguro. Sabía que tendría que mostrarse firme y sin miedo ante lo que habían propuesto. ¿Tenía miedo? Por supuesto que sí. Pero Elizabeth Gray le hizo un encargo a Campbell antes de dar sus últimas palabras de aliento.
« ¿Puedes cargar con el peso del pueblo en tus hombros?...Prométeme que no se quedara impune... Que Andrew pague todo lo que causo»
— ¡Lo prometo! ¡Elizabeth!— Respondió como si su amiga estuviese con ella haciéndole compañía.
Tras una caminata acompañada de cuatro escoltas a su hogar. Noto las luces de la cocina encendidas y ella sabía que esa silueta que sostenía un vaso de vidrio era de Carter.
Ella una vez entro a su casa y confirmo que era él inspector. Les hizo la seña de que podían retirarse.
—Jack...— Este sin siquiera volteara a ver siguió pasando por su garganta ese embriagante alcohol. — ¡Necesitamos hablar!
Carter se levantó de la silla y cogió la botella de alcohol subiendo las escaleras dejando a Campbell con las palabras en la boca.
—Bien...te daré unos minutos más. — Se quitó el saco y se dirigió tomar un baño para relajarse y darle más espacio a Carter.
----- Estación de policías e investigadores 10:24 PM-----
Andrew había regresado a ese lugar después de enterarse que su padre había tenido un trágico final. Estaba convencido de que era una trampa de los medios para que regresara.
Pero al pasar y ver que estaba vacío y ese hombre colgaba del cuello le estaba destrozado lo poco que quedaba de su corazón.
Sin decir nada y sabiendo que estaba muerto. Se apresuró a ir a cortar esa cuerda para bajarlo y tenerle entre sus brazos.
— ¡Abre los ojos anciano! ¡Tenemos que ir a casa!
El veía las cuencas de los ojos de su padre vacías...debido a que las aves de rapiña ya se alimentaba de su carne.
— No hay problema...yo te llevare en mi espalda.
Lo empotro en su espalda y lo cargo ¿Confundía ya la realidad? ¿Se negaba a aceptar su realidad? O ¿Era un ritual el que quería hacer?
— ¡No te preocupes anciano!— Andrew no mostraba sentimientos en su rostro a pesar de tener el cadáver de su padre en su lomo. — Yo acabare con todo lo que inicie...
Lagrimas comenzaban a salir silenciosamente del lagrimal de Andrew quien comenzaba a plantar sus pies sobre la realidad que estaba viviendo. Debía ser silencioso. De hacer ruido alarmaría a la gente y podría verse en problemas.
Camino hasta llegar a su último refugio...su antigua cabaña donde creció...estaba abandonada y tenía una pinta muy parecida a su cabaña...apartada de la sociedad entre el bosque. Una vez le llegaron los recuerdos de su madre. Peleaba con ese miedo que le desprendía esa mujer hasta la fecha.
Sin parar de llorar comenzó a escarbar un agujero en el cual sepultaría dignamente el cadáver de su padre. Mientras más profundo escarbaba su rostro se llenaba de odio y le venían recuerdos de la inspectora Campbell y esa tranquilidad que tenía desde hace un rato comenzaba a desaparecer.
—Perra...
Andrew sacaba tierra mientras repetía vacías veces este insulto.
— ¡Perra!
«Sabía que ella seria quien se encargaría de tu derrota.»
Era la voz de Elizabeth Gray resonando por la cabeza de Andrew.
— ¡Perra!
« ¿Crees en los espectros?...Porque hay una enorme fila de nosotras aplaudiéndole para que te mate...y te arrastre al infierno...con nosotras.»
Esta vez fue la voz de la señora Fisher.
— ¡PERRA!
«Y una vez que te mate... estaremos todas esperándote en el infierno para quemarte eternamente...día, tras día, tras día.»
Esta vez escuchaba la voz de su madre burlándose de su destino.
— ¡CÁLLENSE YA! ¡TODAS USTEDES SON MIS PERRAS! ¡ESTÁN MUERTAS POR MI!
Andrew empujaba el cuerpo de Ryan King a ese agujero y comenzaba a escuchar como más de una docena de mujeres reían de su desesperación.
— ¡MÍA CAMPBELL SE LES UNIRÁ PRONTO!
Arrojando la pala a un lado comenzó a arrojar la tierra con sus manos desesperado estaba a nada de perder la cordura. Esas risas de sus víctimas no paraban de atormentarlo hasta que por fin se quebró y comenzó a golpear la tierra desesperado.
— ¡Cállense! ¡Por favor!
No había espectros atormentándolo. Sencillamente eran producto de su imaginación. Y tras perder a su único soporte Ryan King... Había un desajuste en su cabeza.
Sintiéndose indefenso se puso en posición fetal en el piso y dejo que ese sentimiento de pérdida lo invadiera. Sin nada que lo detuviese lloro a todo pulmón amargamente la muerte de su única figura de seguridad y confianza que veía.
El corazón lo sentía vacío. La inspectora le había arrebatado lo único que lo podía hacer detenerse o encontrar una pizca de bondad. Pero ahora se había ahogado en la oscuridad y nada se podía hacer al respecto.
— ¡Juro por mi padre...Que aun así muera...tienes que morir conmigo!
-----Casa de Campbell y Carter 12:13 AM-----
Campbell le había dado bastante tiempo a Carter después de salir de la tina de un reconfortante baño abrió esa puerta encontrándose a Carter cogiendo unas cobijas...indicándole que no dormiría con ella esa noche.
— ¿Así quieres arreglar los problemas?—Mía intentaba no perder la paciencia con Carter para no hacer el problema más grande.
—Dame permiso...Dormiré en el sillón. — Carter pidió muy serio sin siquiera verle a los ojos.
— ¡Escúchame!— Impidió el paso poniéndose entre la puerta y Carter le arrojo una mirada asesina. — Si quieres dormir en el sillón, en el patio, en la regadera...Donde te de la puta gana respetare eso...Pero no, sin antes hablar.
— ¿Y qué hablamos? ¿Una decisión que ya tomaste? ¿Qué ni siquiera me preguntaste si estaba de acuerdo? ¡SOY TU PAREJA! ¡Te guste o no esas cosas se discuten!
— Hoffman lo decidió...y sabes que tenemos razón...
Ella podía ver en la mirada de Carter un genuino dolor que no podía sacar con ella.
— Acepte por que sé que estarás para cubrir mi espalda...Jack.
—Mía...Yo te lo dije una vez. Mataría, por ti y moriría por ti...
La tomo de los hombros y soltó las sabanas y las cobijas que cargaba al piso.
— ¡Pero no debes exponerte! ¡No así! ¡Yo! No... puedo con la fuerza de Andrew, y no quiero perderte...en manos de ese degenerado enfermo de mierda.
— ¡No me perderás!
Campbell comenzaba a caer en cuenta que le gustara o no. Carter tenía razón...ya estaban juntos y ella tenía que tomarle en cuenta en decisiones así.
— ¡Escúchame! — Cogió la mejilla de Carter obligándolo a hacer contacto visual con ella. — ¡Lo lamento! ¡Hice mal! Y debí incluirte...
Era sincera y transparente con Carter esto le resultaba cálido para el corazón del inspector. El toque de ella a sus mejillas le despertaban todo ese amor que el sentía por ella. Por más que su mente le dijera que se molestara con ella...Su corazón le decía que los motivos de Campbell eran nobles y no lo hacía para lastimarlo.
—Pero a mí también me amenazo el diciéndome que los perdería a todos ustedes Jack...— Ella le abrazo con fuerzas y ambos quedaron en silencio frente a esa puerta. — ¡Desmembró a mi madre Jack! ...No me voy a quedar de brazos cruzados.
—Yo se...Mía...yo entiendo a la perfección tu sentir... ¡Pero no quiero ponerte en la mira! ¡Ve como acabo James! Él es solo un daño colateral para Andrew... ¡A ti te va a apuntar en el corazón o te revienta la cabeza!
— ¡Para que el me mate! Necesita acercarse a mí...— Expreso Campbell. — Y sé que no le dejaras hacer eso.
— ¿Cómo estas tan segura de que no usara la misma técnica que con James?
—Porque con James no es personal...ni es mujer. — Mía pasaba sus dedos por el cabello de Carter. — Él ya me dijo como me mataría...y mi corazón tiene que estar entre sus manos...Sé que no dejaras que eso pase.
— ¿Por qué estás tan segura?
— Porque aun tenemos mucho que vivir. Tengo un discurso que dar, tengo que fundar ese parque, y tengo que pensar ¿Qué será de ti y de mí en el futuro?
— ¿Matrimonio?— Miro como la mirada de Carter se ilumino ante esto.
— ¡No dije eso! ¡Poco a poco!
Ella sentía a Carter más tranquilo y sabía que si le soltaba no saldría por esa puerta.
— Entonces ¿Te vas o te quedas?
Carter se recogió las cosas que había tirado y se sentó en la cama escuchando como Campbell aseguraba la puerta. El no pudo evitar soltar una ligera carcajada...por qué sería una noche perfecta para él.
— ¿Qué voy a hacer contigo?— Se aflojo la corbata viendo que la inspectora en simples toallas de baño se acercaba a él. — Si sabes que vivimos bajo pecado...¿Por qué no te quieres casar?
—El que esté libre de pecados...que arroje la primera piedra.
Ella se acercó a ponerse sobre de Carter dejando resbalar la toalla de su cuerpo. El inspector estaba tan embobado como la primera vez que vio sin ropa a la inspectora. Para él compartir momentos así con ella era más que perfecto.
Ella al igual que con la toalla de su cuerpo se quitó la que sostenía su húmedo cabello dejándolo caer por su espalda.
— ¿O estas tan molesto que me vas a negar esta noche? ¿Jack?
—Se supone que yo debería de incitarte a esto... ¡No tu a mí!
Mía comenzó a desabotonar su camiseta y se acercó a besar la manzana de Adán de Carter. Estremeciendo cada uno de sus sentidos.
Carter gemía de placer mientras ella con sus manos comenzaba a desabotonar sus pantalones. Mía clavaba sus dientes de manera deliciosa en el cuello de Carter, mientras más lo escuchaba gemir más se afianzaba a él y esos gemidos se transformaban en gruñidos. Ella sabía que cuando Carter estaba así era porque su nivel de excitación estaba aumentándose.
Jack sin poder ser un espectador más, la tomo de la cintura y con un poco de fuerza se puso esta vez sobre de ella dejándola a ella del lado de la cama boca arriba.
Campbell a estas alturas sabía que Carter era un hombre que generalmente la tomaba en cuanta a la hora de hacer el amor, así que le daba a entender a Mía que posiblemente Carter se retenía en muchos aspectos poniendo sus gustos y placeres en segundo plano.
—Carter...— Él la miro deteniéndose un poco. Ella se acercó a su oído y le dijo un secreto.
— ¿Estas segura?
Un Sorprendido Carter pregunto, una vez más y ella con la cabeza afirmó lo de hace un rato.
Jack Carter sin más dudas... Agarro las muñecas de Campbell y comenzó a besar su cuello justo del mismo modo que ella lo hacía hace unos minutos atrás.
Campbell sentía un poco de nervios pero no podía negar que el ritmo que había tomado su amante un tanto más dominante le estaba provocando un libido elevado más rápido que las otras veces.
Sintió como sus muñecas fueron liberadas solo para sentir como dos de los dedos de Carter comenzaban a introducirse en ella. Ella arqueo la espalda de esa sensación tan deliciosa que sintió en ese momento.
— ¿Q-qué haces?— A duras penas pudo preguntar pues los gemidos entrecortaban sus palabras.
—Enseñándote de que otras formas se puede llegar a un orgasmo...—Carter sin nervios sintió como Mía llegaba a su primer orgasmo y a él le gustaba eso. Pudo sentir como sus músculos eran contraídos al solo toque de sus dedos.
Acto seguido comenzó a rozar sus intimidades y el a ese punto ya había descubierto que eso era algo que la volvía loca.
Con sus manos masajeo sus pechos después de besarlos. Y Mía de manera fugaz pudo llegar a un segundo orgasmo pequeño...muy seguido del primero. Todo su cuerpo estaba sensible.
— ¿Pero por qué tú no has terminado?— Indago con las piernas un tanto temblorosas de dos deleitosos éxtasis que la habían dejado más relajada que nada.
—Me pediste que no me contuviera...— Una vez viéndola relajada él le extendió la mano y logro sentarla en un buro que tenían en esa habitación. Mía con un poco de miedo miro a Carter al ver que no estarían en la cama.
—Solo no me salgas con fetiches raros como Logan.
— ¡Confía en mí!
Ese buro estaba a la medida perfecta. Teniéndola de piernas abiertas gentilmente comenzó a introducirse sobre ella dejándola sentada mientras él se encargaba de hacer todo el trabajo de pie y así podía tener un control del ritmo con que le daba estocadas. De lo sensible que estaba por hace unos minutos atrás no tardo en comenzar a sentir descargas eléctricas por todo su pelvis y su abdomen.
Campbell observo que esta posición le permitía a Carter tener un acceso total a ella. Y mientras él le hacia el amor podía seguirla besando el cuello y sus oídos desprendiendo esos gemidos que a él tanto le fascinaban.
Jack comenzó a sentir por tercera vez la contracción de los músculos de Mía y como es que su miembro cada estocada comenzaba a sentir cada vez más apretado. El acelero el ritmo gentilmente y escucho a Mía regalarle una tercera sinfonía de gemidos por su último y más prolongado momento de éxtasis haciendo que el gruñera y de igual modo llegara a su punto más alto de excitación...dando por concluido ese acto entre ambos.
— ¿Carter?— Mía estaba que no cabía del asombro. Con su respiración agitada a duras penas lograba comunicarse. — ¿Cómo mierda...
—Son cosas que se y ya...
Igual intentaba relajar su respiración bastante satisfecho por haber logrado cumplir lo que tanto le encantaba con su pareja.
— Jack... te quedaste a educarte con los preservativos...—Arqueo la ceja y el guardo silencio.
Jack Carter se estiro a donde estaba su buro y saco de los cajones un libro.
—Me leí el libro...
Mía cogió el libro y recordó la portada de ese cuando fue de encubierto al burdel de Scarlett.
—El libro del amor...
Ojeo el contenido y se percató que prácticamente era un manual para que las parejas disfrutaran de muchas maneras el hacer el amor y varias inusuales a lo que ellos estaban acostumbrados.
— ¡¿Por qué leíste esto?!
—Por qué no quiero caer en la rutina contigo...y quería que disfrutaras sin miedo de esto que estamos descubriendo...—Beso la frente de la inspectora. — Además tengo algunas peticiones que pedirte...siempre y cuando estés de acuerdo.
Mía notaba como algunas imágenes estaban marcadas.
—Algunas se miran interesantes...
—Agradecido con Scarlett.— Carter recargo su cabeza sobre los pechos de la inspectora.
El corazón de Campbell latía a una fuerza increíble. Más allá del deseo carnal. Ambos compartían un lazo único que sin duda los hacia enamorarse cada vez más el uno del otro.
Mía jamás tuvo dudas de que Carter le quisiera desde que hablaron ese día en el hotel. Y Carter al ver que ella le pudo pedir que el marcara el ritmo y no se contuviera aun así después de lo que Logan le hizo le aseguraba que ella ciegamente confiaba en él hasta para algo tan íntimo como hacer el amor.
« Mía Campbell»
Carter escuchaba el corazón de la inspectora y suspiraba como idiota. Mía por su parte comenzaba a jugar con su cabello pasando sus dedos.
«Cueste...lo que me cueste, te he de convencer de llevarte al altar y que seas mi esposa...Por toda la vida.»
https://youtu.be/fTVFNE3qQeQ
Próximo capitulo titulado " Inauguración" ¿Ideas?
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