XIX Fiesta Carmesí
Logan Hunt estaba tan asombrado de escuchar esa voz de esta mujer, que sin duda le había sacado un susto. Con las cejas alzadas, las pupilas contraídas y las manos heladas temía que de alguna manera de ultratumba Viviane estuviese presente en carne y hueso.
— ¿Campbell?
Al el hablar ambos lo reconocieron. Mía se puso nerviosa al tener al hombre al lado de ella pero intento mostrarse serena.
— ¿Qué haces con esa puta fragancia?
— ¿Te recuerda a alguien?— Pregunto Carter viendo como ese hombre se ponía nervioso. — O simplemente pensaste que salió de la tumba a reclamarte algo.
—Veo que alguien hace sus tareas. — Riendo más relajado al saber de quienes se trataba. — Mal hechas, pero las hace.
—Fue un obsequio... el perfume. — Campbell apretó más fuertes los brazos de Jack. — Si nos disculpas...estamos en medio de un...
— ¡Insisto!— Le dio un jalón a la inspectora para acercarla a él teniéndola en sus manos, sosteniéndola de la cintura con fuerza. Tanto que ella sentía que le ardía la cintura. Posiblemente su tacto estaba de lleno en su herida. —Permíteme bailar contigo esta pieza.
— ¡Logan!
Tomaron de las manos a Jack Carter. La misma joven que hace rato acompañaba a Hunt a bailar.
—Siga bailando conmigo inspector. — Decía comenzando a hacer un ritmo mientras Carter seguía los pasos. Inquieto buscando a Campbell con la mirada.
— ¿Quién mierda eres tú?— Pregunto evidentemente molesto.
—Déjelos hablar solos. — Se quitó la máscara que tenía revelando que era Scarlett. — Le prometo que mis intenciones no son malas inspector. Solo tengo que actuar bajo una amenaza. La inspectora estará bien.
Carter notaba que Scarlett tenía cierto miedo en sus ojos y mientras bailaban él no le despegaba la mirada a lo lejos a Campbell.
Mientras él hablaba con Scarlett. Mía Campbell, se veía envuelta en los brazos de Logan Hunt con ese ritmo melodioso.
—¡Me estas lastimando la cintura!— Rápidamente moviéndole la mano a su espalda.— Deja de darme vueltas y déjame de nuevo con Carter.
—Baila y sonríe. Las cámaras te captaran molesta. —Logan no paraba mientras la seguía moviendo por la pista de baile.—Tenia semanas sin verte. ¿Cómo te has sentido después de nuestro feroz y pasional encuentro?
— ¡La verdad!...Me doy asco de solo verme en el espejo e imaginarte tocándome. — Intentaba alejarse de él pero este hombre la afianzaba más a su cuerpo. A ella no le daba problema expresarle el asco que él le daba en todos los aspectos. — No hay día que tenga ese deseo de rebanarte el miembro Logan.
—La primera vez siempre duele. — Coloco su mano a la altura de su cuello justo donde tenía su marca. —La próxima vez vas a estar gritando mi nombre mientras te pego a la pared.
Disimulaba una caballerosidad excelente al saber que tenía tantas miradas sobre de él. Pero, era como un animal en celo. Tenía que acercarse a ella e impregnarse del olor de Viviane. Posiblemente le traían recuerdos de su matrimonio.
— ¡¿S-segunda vez?!
—No has entendido nada Campbell. — Tomo aire y la acerco a escasos centímetros de sus labios. — ¡Tu!...vas a ser mi esposa... Te guste o no.
Se acercó a ella oliendo nuevamente ese perfume con un poco de más violencia.
— Eres su puta viva imagen. No puedo parar el imaginarme todo lo que te haré con esa fragancia. Imagina nuestros cuerpos desnudos, y yo haciéndote tener tantos orgasmos posibles en una sola noche, hasta que nos cansemos y tus ojos queden emblanquecidos de tanto placer.
Campbell sentía ese mismo peligro que esa fatal noche y comenzaba a ponerse más nerviosa. No quería verse tan obvia ante la prensa por que ya sabía que de su lado no estaba.
— ¡Estas enfermo! ¡Eres un adicto al sexo! Déjame ya Logan...
Un hombre toco el hombro de Hunt y pidió la mano de la Inspectora. Ella al instante se retiró de él con fuerzas y tomo las manos de aquel extraño.
— ¡Gracias! ¡Me salvaste de ese loco!— Volteaba a ver como este sujeto con pasos rápidos la perdía de entre Logan. — ¿Cómo te llamo?
—La vi en aprietos...Sin duda parecía que necesitaba ayuda. — Escucho una ligera sonrisa detrás desea mascara. — ¿Quién es usted?
— ¿Si mejor me inicia diciendo quien es usted? Parece que ambos tenemos dudas. — Viendo sus ojos, que. Era lo único que podía ver pues lo demás era cubierto por su máscara. — ¿Y su caballerosidad?
—Le parece sí... — Pauso un poco acercándose ligeramente a su oído. —yo no digo quien soy tampoco le preguntare quien es usted...Solo dos extraños bailando y charlando.
—Me parece justo caballero. — Intentaba buscar a su compañero Carter pero no lograba encontrarlo. Dirigió su atención al sujeto y observo su peculiar color de su traje. — Creo que es el único con saco rojo caballero ¡Sí que resalta!
—Es color Carmesí. Para ser más exactos señorita. — Él le dio una vuelta y Mía sintió la enorme fuerza que este sujeto poseía. Levanto una ceja un tanto ¿Extrañada?
—Sí que tiene fuerza, caballero. —Nuevamente con su mirada busco a Carter, dejando a este hombre en segundo plano sin mostrarle mucha atención.
— ¡Le pido me disculpe! Mi oficio me hace ser demasiado bruto... a veces no mido muy bien mi fuerza. — Comenzando a ejercer presión sobre ella. Esto sin duda hizo que de nuevo su mirada se enfocara en él y sentía esas fuertes manos apretar un poco su cintura.— Sobre todo cuando tengo que despellejar a las bestias.
—Pensé que no sabríamos nada de ambos caballero. — Levanto un poco la ceja teniendo un mal presentimiento. — Con ese dato usted me está dando a entender que se dedica a ser o carnicero o cazador. —Al ella decir esto hizo contacto visual con él y podía ver que los ojos de este sujeto estaban tan dilatados. Podía escuchar la respiración agitada detrás de esa mascara.
Campbell una tercera vez busco a Carter quien estaba en aprietos sin poder pasar entre la gente. Esta vez su mirada era mas desesperada.
—Creo que a estas alturas... Intuyes quien soy ¿no? Inspectora. —El vio que a ella se le fue borrando la sonrisa en el rostro y prosiguió. — Le pido por favor... ¡No haga un escándalo! Si grita o algo, tengo un cuchillo que le rajara la garganta y la desangrara en segundos, justo donde le cojo de la cintura.
Hizo un movimiento y ella sintió en sus costillas un objeto punzocortante que sin duda le harían una herida mortal en segundos. A estas alturas había aprendido que a veces ser precipitada era malo. Así que tomo aire y se mantuvo lo más tranquila posible.
— Y respecto a mi profesión. Está completamente equivocada. — Se agacho a decirle al oído algo que le llego hasta el hueso de la medula. — Asesinar, es mi verdadera profesión...Asesinar gente estúpida.
—Caballero...el que usted este en esta fiesta me da a entender que pertenece a la clase social alta ¿Me equivoco?— Intento no mostrar miedo ante él y seguir conversando como si nada. — ¿Le tiene miedo a las mujeres para simplemente matarlas a ellas? No he visto hombres con su...peculiar obra de arte.
—Por qué no los has descubierto. — Sembró dudas en la cabeza de ella. —Ese es su trabajo inspectora... Pero, veo que sigue tan estancada como al inicio. No le daré ninguna ayuda sobre eso. —Riendo un tanto de forma cínica mientras ella mantenía la calma. — Además, si mi motivo fuera el miedo. ¿No estaría usted ya matando a todo hombre que le recordase a su violador?
Eso había sido un golpe bajo pero certero de parte de Andrew.
—La mente humana es misteriosa... mientras unos se dejan llevar por el placer y sus deseos. —Refuto sin mostrarse afectada. — Otros cerramos las puertas de lo peligroso, por respeto a conservar nuestra esencia.
— ¡Inspectora!— Pauso para moverla un poco más rápido conforme la música sonaba. —Todos tenemos el poder de matar en nuestras manos. Pero la mayoría de las personas tienen miedo a utilizarlo. Aquellos quienes no les dan miedo son las que controlan la vida por su cuenta.
— ¿Entonces siempre han controlado su vida?— Preguntaba intentando sacar desesperadamente información de él. — Matando...usted ¿se revela contra alguien?
—Su psicología barata no le va a servir de nada. —Observaba de arriba abajo a la inspectora como pudiera. —Ha cambiado en nuestro último encuentro... Dejo los pantalones por voluntad propia o ¿Por qué se ha hecho sumisa a algún hombre ya?
—Veo que está muy bien informado de lo que pasa a mí alrededor. Tanto que no duda que mi agresor fue Logan Hunt. —Respondía intentando encontrar algún rasgo o algo que la hiciera identificarlo. — Y no caballero, seguiré usando pantalones. Aunque asumo usted ya sabe por qué es esta fiesta. —Le agarro de los hombros y estaba mas que segura que encajaba en ese hombre que la había atrapado hace semanas atrás en esa finca dejándola con los pies colgando.— La verdadera pregunta es ¿Qué hace usted aquí?
—Los dos sabemos que yo no te hice lo que dicen la radio y los periódicos. —El colocaba las manos de la inspectora nuevamente en su hombro mientras la otra la tomaba con sus propias manos. — Puedo ser un asesino y jamás lo negare... Pero no soy un violador...No hasta el momento...Eso puede cambiar en el futuro. —
Mía se mantenía serena, mientras le dejaba continuar.
—Depende de que presa se me presente.
—Debió molestarle muchísimo que alguien manchara su reputación así. — Intento enfocar de otro modo su estrategia.
—Habrá que "depurar" inspectora. — Dijo tranquilamente mientras la acercaba a él.
—Lamento informarle que, mi psicología barata funciono caballero. — Campbell anuncio mientras ambos mantenían contacto visual. — Usted está "depurando" de algún modo a la sociedad.
—Eso no le dice nada inspectora.
—Si dijo depurar... está limpiando a la sociedad y de algún modo solo son mujeres. —Regalo una sonrisa sabiendo ya un poco más sobre sus motivos. — Posiblemente las que no estemos dispuestas a ser sumisas...como una servidora por traer pantalones...¿No?
—Tiene una imaginación muy grande. —Andrew Encontró a su compañero Carter y se acercaba a él. — No le diga a nadie que hablo conmigo hoy... Si lo hace lo sabré inspectora y a los Barnes les puede llegar una visita inesperada.
— ¡Soy una tumba!— Dio por concluida la plática cuando él le entrego a la inspectora a Carter. Y se perdió entre la multitud.
— ¡Perdóname Mía! Ese loco de Logan te agarro. Y después a mí una loca me agarro a mí. — Pedía perdón con los brazos y con bastante dificultad para normalizar su respiración. — Menos mal ese sujeto te trajo de nuevo conmigo ¿Quién era?
—No lo alcance a descubrir. —Mintió por la seguridad de los Barnes. — Mientras bailábamos, se suponía que con preguntas adivinaríamos quienes éramos.
— ¿Estas bien?— Miraba hacia donde ella lo hacía. — ¿Te hizo algo ese sujeto de traje rojo?... Puedo ir a buscarlo y golpearle la cara.
—No... Jack—Pidió de manera golpeada dejando sumamente extrañado al inspector. —Pasa que Logan me lastimo, me agarro muy fuerte la cintura y creo que la herida está sangrando.— Mostrando dolor sintiendo tibio en la herida.
— ¡Bueno!...Sentémonos entonces. — Mientras ambos buscaban su lugar, la inspectora seguía buscando y viendo hacia esa dirección, sin poder decirle a su compañero que estaba el asesino entre ellos.
-----Segundo piso de la mansión de los Gray---
Elizabeth Gray tenía casi toda la noche en ese cuarto viendo dese la ventana como es que se peleaban como animales por la atención de la inspectora. Y eso la hacía sentirse en peligro, sentía que de algún modo era una rival la cual debería de destruir para que nadie le quitara su puesto.
La puerta se escuchó que se abrió ligeramente pero se cerró al instante.
— ¿Eres tú? Logan— Inquieta sin despegar la vista de la ventana viendo a Campbell con el inspector Carter. Soltó un gruñido al verlos tan contentos a ambos y ella sabía que Carter ya había puesto su interés en ella. Varios detalles que mostraba con ella ahora eran únicos para la inspectora.
—Lo siento...no soy Logan. — Andrew hablo con tranquilidad. Ella giro el rostro y vio a un sujeto con mascara y saco carmesí. — Pero la he estado buscando toda esta noche justo a usted.
— ¡No te creo nada!— Dijo un tanto seria y desafiante. Esto le hacía a Andrew que su sangre hirviera. — Hace minutos bailabas con Campbell. Creo que ya encontraste lo que venias a buscar. — Haciendo una seña con las manos le pedía que se retirase mientras pegaba su mirada por el ventanal.
—Le preguntaba donde se encontraba usted, pero no obtuve respuesta.
Se acercó a ella y coloco sus manos sobre sus hombros. Tomo aire para tranquilizar esos deseos de cortarle la respiración.
Una simple estrangulación sería una burla para él. Elizabeth Gray descubriría que para el purgatorio no se necesitaba morir.
— Pero... me ha llegado el rumor que usted le encantan los encuentros sin compromiso. Y a mí me encanta dormir con damas tan únicas en su tipo. — Paso sus manos por su cintura hasta su busto haciendo que Elizabeth tuviese un escalofrió y activando sus instintos sensuales.
—Bienes por algo de sexo ¿Conmigo?— Rió mientras le daba una calada a su cigarro que había prendido segundos atrás. — ¿Quién eres? ¿Qué se esconde bajo esa mascara? Y esos ¿Pantalones?— Descaradamente comenzó a indagar entre su ropa y logro sentir un tamaño considerable para ella pasar un buen rato. — Tu rostro por el momento no me importa.
—Debería importarte. —Él se acercó a ella comenzando a sentirse muy excitado por como esta mujer le estaba tocando la entrepierna. Pero incluso el tenia prioridades y no podía dejar a Gray sin una cucharada de su propia medicina. —Vengo a hablar contigo... de algo que hiciste.
—No será más bien... de algo que estoy por hacerte.—Rápidamente cerro la cortina y ella sola se bajó el vestido quedando en corset, lista para probar a este fornido hombre.—Me pregunto si serás tan bueno como lo aparentas.
—Me estas tentando. — Se acercó nuevamente a ella por la espalda y le susurró al oído. — ¡Es una lástima! Elizabeth Gray... me culpaste por lo que le hiciste a La inspectora Campbell.
Las alarmas mentales de Gray se encendieron muy tarde.
— Digamos que no debiste meterte con migo.
— ¡¿Cómo?!
Ella intento dar media vuelta para encararlo ya con miedo. Andrew ya tenía un pañuelo con cloroformo que rápido y violentamente puso en la nariz de la chica y el dejo inconsciente en segundos.
—Arrastrada. — Gruño de coraje.
Rápidamente abrió esa puerta y fue a checar el camino que necesitaba tomar. Debido a que no se tomaban enserio las ordenes de Campbell, la seguridad era pobre en donde no hubiera invitados.
Toda su atención estaba enfocada en el patio trasero. Se encargó de amarrar bien a la señorita Gray y a cubrirla con las sabajas de la cama de la misma mujer. Con la inmensa fuerza que poseía levantarla no sería trabajo.
Él dejo a la chica atada entre las sabanas y saco una botella de vino que previamente se había llevado, comenzando a manchar toda la cama. Andrew entro a otro cuarto y comenzó a tirar unos jarrones y más vino para hacer un desorden. Una vez terminado, bajo y les dijo a los pocos mayordomos que había pasado un accidente comenzando a actuar como un invitado mas ya tomado.
El personal de los Gray dejaron todo el lugar libre y le dejaron las puertas abiertas. Sin ojos que lo vieran, sin nadie que lo cuestionara. Nuevamente subió y cargo esas sabanas en donde tenía a Elizabeth Gray. Sin problemas la coloco en su hombro y después hecho las sabanas sobre de ella cubriéndola. Comenzó a bajar las escaleras.
Acto seguido se salió hasta donde su coche estaba aparcado. Él ya tenía todo planeado así que su coche no estaba tan lejos de la entrada. Todo parecía perfectamente bien. Hasta cuando cierra su coche, se da media vuelta ve a una joven mirándole muy asustada. Paralizada del miedo.
—Estabas... en el lugar equivocado. — Suspiro sin querer hacer lo que a continuación se encargaría de hacer.
La chica intento salir corriendo. Pero Andrew rápidamente la agarró del cuello y comenzó a sofocarla hasta que sintió que se había desmayado. — Lastima... pero parece que habrá cereza en el pastel hoy. — La cargo como si de su pareja se tratase.
Andrew cada vez estaba puliendo más su técnica. No podía dejar cabos sueltos o alguien que le viera. El tomo las escaleras que daban hasta la azotea como la mayoría de las casas. Atraco la puerta y una vez estando solo comenzó a trabajar en su obra de arte.
Saco su delicado cuchillo de desuello y nuevamente comenzó a levantar la piel de la chica. Era una técnica tan limpia la que el sabia usar que logro separar su primera capa de piel solo con unos cuantos cortes como si se tratase de un disfraz el cual te puedes poner. La piel estaba junta, en ningún momento se le trozo. Toda fuera de una sola pieza.
Se retiró la máscara y el comenzó probar de la sangre de la chica. Se comenzó a calmar un poco pues ya tenía temblando desde que le había puesto cloroformo a la señorita Gray, estaba entrando en un ataque de ansiedad y solo así se tranquilizaba.
—En verdad lo siento, no debías morir... Pero, son gajes del oficio.
La chica aun sin piel comenzó a abrir los ojos y sorpresa se llevó cuando se tocó el rostro y le ardieron las yemas de sus dedos. Al ella verse las manos noto que no tenía piel y al mirarse el cuerpo noto que sangraba por todos lados y estaba igual que sus manos.
— Shhhhh.— Le puso la mano en la boca y comenzó a abrir el abdomen de la chica sacando, un pulmón, el hígado y un riñón, sin mencionar que le extraía carne de los bíceps , los tríceps. Procedió a arrancarle la lengua junto con los ojos y claro remplazando los órganos extirpados por los habituales de sus presas de caza. En sus últimos alientos de vida la cogió y la acerco a la orilla.
—La muerta debería ser La señora Gray....pero te va a tocar ser la distracción para que pueda escapar. — Ella al toque de él sentía aun ardor en la piel estaba viviendo una agonía. — No me puedo dar el lujo de que dibujes o digas algo en dado caso de que vivas, lo cual dudo mucho.
Sin decirle nada más la arrojo al vacío y la chica justo callo en la pista de baile que tenían puesto los Gray. Dándose un fuerte golpe en la nuca dejándola moribunda mientras el cuerpo seguía teniendo movimientos involuntarios.
El silencio era sepulcral hasta que la señora Gray dio el primer grito de terror desatando al coas.
—¡Hey! Aguant...
Campbell se acercó a la chica sin piel sin saber lo dañada y vaciada que estaba. La giro y al ver que la joven carecía de ojos y lengua se recorrió hacia atrás.
— ¿PERO QUE MIERDA?—Ella miro asustada la atrocidad que habían hecho y sabía quién era el autor.
—Aua. (Ayuda)— Pedía la victima comenzando a convulsionarse.
Jack Carter miro que la chica estaba en agonía. Intento levantarla y vio que ya la chica no tendría remedio.
— Es lo único que puedo hacer para ayudarte.... ¡Perdóname!— Saco su pistola y le disparo en la frente acabando con el sufrimiento de la mujer. Carter se mordió el labio inferior sintiéndose culpable con este acto que había hecho. Pero en verdad, era lo mejor para apaciguar su dolor.
—¡Jack!—Dijo Campbell con el corazón acelerado mirando hacia todos lados.
Miro como es que todos le miraban con ojos de juez molestos por lo que había hecho.
— ¿QUE MIERDA MIRAN? ¡ÉL ES MAS HUMANO QUE TODOS AQUÍ, ACABO CON EL SUFRIMIENTO DE LA CHICA!— Grito a todo pulmón mientras todos intentaban regresar a sus actividades.
—Déjalos Mía. ¡Acompáñame al techo!— Suspiro dejando la escena del crimen vacía.
Ambos fueron lo más rápido posible al techo e intentaron abrir la puerta que estaba atracada. Jack con varias patadas logro abrir esa puerta y en ese techo ya no había nadie, solo estaba la piel de la chica sus ojos y la singular pluma aplastada por un chelín.
— ¡MIERDA!— Carter se frustro tanto que le pego al piso con sus puños.
Mía vio cómo él derramaba lágrimas de rabia en el piso. Ella sabía que las mutilaciones eran cada vez más macabras incluso para alguien como Carter.
—Jack...— Intento acercarse a él para tranquilizarle. La culpa le estaba comiendo por no avisar con tiempo, pero no tenia de otra. Sería un secreto que se llevaría posiblemente hasta la tumba.
— ¡TE VOY A ENCONTRAR Y TE VOY A MANDAR A LA PUTA SILLA ELECTRICA! ¡CON MIS PUTAS MANOS! ¡ENFERMO LOCO DE MIERDA!
Campbell se acercó a frotar la espalda de Carter sintiendo un poco de miedo por la rabia que emanaba el en esos momentos. Lo sentía agresivo y cargado de coraje.
—Calma Jack.
Mientras Jack descargaba su frustración. Andrew ya en el coche, podía escuchar estos desesperados y furiosos gritos. El soltaba una sonrisa complacido. Una vez más y esta vez frente a las narices de todos había logrado burlarse de ellos. Incluido la policía y los investigadores.
—Mira lo que hizo tu imprudencia, Elizabeth. — Hablaba como si ella pudiese responderle.
Comenzó a ver como varios invitados salían aterrados y se subían a sus coches. Él sabía que era momento de salir sin levantar sospechas.
—Hablemos Señorita Gray. — Encendió el coche llevándose a la chica aun desmayada dispuesta a darle una lección que no olvidaría. — Veamos si tiene entrada para el cielo o el infierno.
https://youtu.be/yNm3HIkrWpY
Próximo capitulo titulado "Purgatorio"... ¿Ideas?
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