9

El aire estaba algo helado. Tome las puntas inferiores de mi chaqueta negra de cuero. Las junte con el propósito de subir el cierre. Mi cuerpo no tardo en entrar en calor. ¿Ella tendría frio? Yo ya había dejado de correr pero no la había perdido de vista.

No me esperaba para nada esto. Ella avanzaba mucho más rápido que yo con seguridad como si conociera el lugar de toda su vida. Detuve mi mirada más de una vez. Había muchos nombres. Muchas personas que ya no estaban. ¿Habrá muerto alguno de ellos esperando ser salvados por nosotros? A veces me sentía muy responsable. Preferí quitar ese pensamiento de mi cabeza, pero estar rodeada de nombres que no estaban ahora entre nosotros para contar sus historias y opiniones me generaba una muy extraña sensación.

Se detuvo frente a una y solos se quedó ahí, en silencio. Miro la lápida de manera detenida por unos buenos minutos. Desvió su mirada hacia mí al verme a su lado. Una media sonrisa se dibujó en sus labios. No sabía cómo actuar o responderle. No entendía que estaba pasando, o que estaba haciendo yo ahí. Sarah volvió a mirar hacia la lápida frente a nuestros cuerpos. Me seguía preocupando que tuviera frio. Su chaqueta se veía algo delgada. Su respiración era tranquila y pacífica, parecida a la mía. A lo lejos podía escuchar uno que otro auto y quizás el sonido del cantar de un ave. Sin contar nada de eso solo había silencio. Silencio, nosotras, y miles que ya no están.

-Es mi mamá... Ósea, era mi mamá.

Me lo esperaba pero la verdad no quería hacerlo. ¿A quién más vería una niña en un cementerio además de un familiar cercano? Siendo huérfana las alternativas número uno eran los padres. Pensé en no preguntar para no hacerla sentir incomoda, pero ella solo lo dijo. Rompió el apacible silencio y solo lo dijo, como si fuera algo ajeno, algo que no doliera, algo que ya no está...

-Hoy es su aniversario. Mi aniversario. Hoy, hace nueve años me volví una huérfana - me impresionaba totalmente la manera en que lo decía, como con algo de ironía -. Solo vengo una vez al año, es lo suficiente. Gracias por traerme. Quizás ella también este agradecida.

Mientras me hablaba mantenía su mirada fija en la lápida. Ella se sentía incomoda y triste. No quería que lo notara. Leer el lenguaje corporal de las personas siempre se me había hecho fácil.

-De-de nada.

Me había trabado. No pude evitarlo, estaba algo impresionada. Ella cada vez me impresionaba más.

El silencio nos envolvió nuevamente.

-¿Cómo logras venir cada año? - La curiosidad me había matado.

-Alguien me trae. - Soltó con total naturalidad -He estado en distintas casas de acogida. Nadie se niega en llevar a una huérfana a ver a su madre muerta. El último año he venido sola, pero esta vez no tenía dinero. Pensé que quizás era una señal de que necesitaba dejar de venir pero luego recurrí a llamarte. Supongo que aun necesito a mamá.

No podía quitar mi mirada de esa niña. Sonaba tan madura. Llena de experiencias. Fría y quizás algo rota.

Sonaba como una espía.

No podía parar de sentir que se parecía a mí.

Alguien creado para ser así. A mí me habían entrenado, ella había tenido que hacerlo sola para enfrentarse a su situación, a todo lo que le toco vivir.

Sarah no lloraba, solo la contemplaba. Quizás no era como yo. Yo nunca volví a visitar a mi madre y si lo hiciera, de seguro no lograría aguantar las lágrimas. Ella parecía más fuerte.

Algo más que teníamos en común era como cambiábamos según el momento lo ameritaba. La había visto en el cumpleaños de Morgan. Era una niña más divirtiéndose con una gran sonrisa en su rostro.

Mi cabeza seguía preguntándose si ella sentía frio. Quizás porque yo me siento fría. Algo como un pensamiento casi maternal, pensé.

Los minutos pasaron. No podría precisar cuándo tiempo estuvimos ahí, pero probablemente paso más de una hora. Ella observando el lugar donde los restos de su madre descansaban y yo mirándola a ella.

Metió las manos a los bolsillos de su sudadera y giro su cuerpo hacia mí con la mirada baja. Evito mi mirada al dirigirse a mí.

-Todavía tenemos que volver. Deberíamos irnos.

Saco la mano derecha del bolsillo y la ocupo para ponerse el gorro de la sudadera color verde oscuro. Quizás si tenía frio.

Ladeo su cabeza un tanto como si mirara de reojo nuevamente al lugar donde estaba su madre por última vez antes de con un paso dar por terminada la visita al cementerio.

No pude evitar mantenerme unos segundos más ahí. ¿Cómo habrá sido ella? si siguiera entre nosotros... ¿la vida de Sarah sería mejor? ¿Concurriría diferente? ¿O de igual manera la hubiera puesto en adopción?

[...]

-¿De verdad piensa ir a la misión? Se lo digo con todos mis respetos Señor, solo es que la última vez en casa hablo con MJ sobre retirarse. Quizás ella piense que no es una buena idea...

-Ella obviamente va a pensar que no es una buena idea - interrumpió -, pero eso no va a evitar que valla. Retirarse puede tomarse de muchas maneras, quizás no solo del trabajo...

Peter no supo que responder. Solo se quedó callado. No quería faltarle el respeto a Nick Fury. A pesar de todo el tiempo que ha pasado aun le tiene algo de temor. Además no había entendido muy bien a que se refería con eso de retirarse de algo más que no fuera de su trabajo en SHIELD y con los vengadores.

-Por eso quería que habláramos. La conozco y tú también. Su orgullo es muy grande, se va a enojar conmigo y probablemente ni siquiera quiera despedirse de mí. Pero no me importa si no lo hace, solo si tu como cada vez que no estoy me prometes que vas a hacer todo por cuidarla y hacerla la mujer más feliz del mundo, Peter.

-Señor... Yo nunca podre causarle mal a Michelle. Sabe que tiene mi palabra. No entiendo por qué...

- Peter te estoy pidiendo algo que es lo único importante para mí. Ella era lo único que me quedaba. Confió en ti y sé que ella también lo hace, por eso necesito que me lo prometas. Ella no puede seguir perdiendo personas por lo que tú eres el indicado. Los he visto junto desde los quince años y sé que no te vas a alejar de ella ni tampoco te vas a dejar alejar por ella. Pero a MJ le ha costado desde siempre y en el fondo siempre ha querido alejarse de ella misma y salir por el camino fácil. Yo nunca la deje tomar esa salida y necesito saber que tú tampoco.

-L-Lo prometo. Usted sabe que no puedo estar sin ella y por ella haría lo que fuese, pero en serio no entiendo a qué viene todo esto.

-Viene a que ya soy un viejo agente y en este rubro nunca duramos tanto tiempo.

El moreno sonrió. El chico solo lo miraba estupefacto sin entender bien a lo que el mayor se refería o quizás sin querer entender lo que decía.

-No quiero que te metas en problemas por lo que iré a verla personalmente. Llevare algo para cenar. ¿Pizza o Sushi?

Peter no podía prestar atención a su pregunta sin importancia tomando en cuenta todo lo que antes le había dicho.

-Señor Fury... ¿Está planeando algo para la misión?

-No realmente, o quizás si... Pero presiento que el destino lo está haciendo por mí.

-¿A qué se refiere?

-Sabes, Peter, he muerto tantas veces en distintas misiones por un bien mayor... Hay veces que de tanto actuar las cosas se vuelven realidad. Tengo este mal presentimiento hace unas semanas. Quizás ahora no lo entiendas, pero he llegado a un punto en mi vida donde te das cuenta que el mundo funciona sin ti y aun que no estés todo podrá seguir. Ya no soy indispensable.

La calma en la voz de Fury hacia a Peter sentir que hablaba con alguien muy sabio, y eso es exactamente lo que Nick era.

-No puede decir eso. - a Peter no le hacían sentido las palabras que salían de los labios del mayor. ¿Cómo podía hablar con tanta seguridad? -Michelle lo necesita. El equipo... Somos una familia.

-He hablado con Strange. Quizás sea mejor así para todos. Y ni una palabra ni a Michelle o a nadie.

[...]

—Quizás esto se difícil de asimilar en un principio, pero hay tratamientos y muchas personas logran sobre pasarlo. Estos van a ser unos meses difíciles. Medicinas, quimioterapias, malestar, agotamiento... La caída del cabello también es algo muy normal.

No podía creer lo que estaba escuchando.

Yo estaba sentada entre ellos. Dirigí mi mirada hacia el lado derecho. Él miraba muy preocupado a Bruce mientras pequeñas gotas caían de sus ojos.
La persona de mi lado izquierdo mantenía el semblante serio e impenetrable de un soldado, pero sabía que estaba afectado. No miraba a Bruce a los ojos, si no que su mirada se perdía en las ventanas tras el escritorio de la oficina del doctor.

— ¿Voy a morir?

Mis padres me miraron totalmente impresionados. Yo me había mantenido callado en todo momento y solo había hablado para preguntar eso.

Bruce abrió la boca pero note que no supo que contestar.

—No. —Afirmo Bucky girándose hacia mí como si fuera algo obvio —Vamos a hacer los tratamientos, todo va a salir bien y no...

— ¿Cuando empezamos? —Steve era experto en desviar temas cada vez que algo lo ponía incómodo.

Me impresionaba lo mucho que los había conocido en esto ¿ocho? ¿Nueve años? En los que me habían cuidado y querido como si de verdad fuera suyo. Para mi eran unos reales libros abiertos, cada gesto, mirada, tono, palabra. Era muy rara vez la que no los comprendía.

Ellos están aterrados. Creo que yo también podría estarlo pero... ¿acaso era necesario? Siento que no tengo tanto que perder.

No entendía porque hablaban en plural. Ellos no eran los enfermos. Yo estaba mal. Yo podrían morir y ellos seguirían aquí.

—La próxima semana. Organizaré todo y pediré que traigan todo lo necesario a la base para empezar a trabajar lo antes posible.

Siempre he sido una persona negativa. Más de una vez había dicho que quería morir pero nunca imaginé que mi vida podía terminar aquí, tan pronto. De todas maneras siempre pensé que la adolescencia sería un asco, por lo menos quizás no tendré que afrontarla. Quizás nunca intente quitarme la vida porque siempre lo vi como algo egoísta para mi familia. Tenía que aceptar que disfrutaba y era feliz, pero no era lo más común en mí. Por eso Morgan y ello somos mejores amigos. La persona brillante, alegre, a la que todo le sale bien, jefa innata, talentosa, extrovertida. Habladora y llena de energía. Las características perfectas para contrastar con el chico negativo, introvertido, serio, poco atlético, nada activo y callado. ¿Cómo se lo tomaría ella? Morgan además es sentimental y dramática. De seguro tendré a mi mejor amiga llorando un día entero en mi habitación cuando le dé la noticia.
Creo que no me importa morir, nunca he aportado mucho al mundo, lo que más me preocupa son mi padres. Me asustaba el hecho de que se sintieran culpables, porque ellos lo que menos tienen es culpa. Steve y Bucky me cambiaron la vida totalmente, ellos me hicieron experimentar alegría la que por lo que recuerdo no logre pasar en el pasado. Con ellos podía hablar, al igual que con mis mejores amigas, hasta se podría decir que me volvía una persona habladora y con algo de energía. Se supone que la enfermedad y el tratamiento me debe doler a mí, pero lamentablemente creo que les va a afectar más a ellos y eso es lo que menos quiero.

[...]

-¡Hey! – Llame su atención mientras entraba a nuestra habitación y sacaba su chaqueta de cuero. La dejo sobre el sillón, se acercó a mí y dejo un beso en mis labios. Yo ya estaba acostado leyendo un libro mientras la esperaba. –Por un momento pensé que ya llegarías mañana...

Había salido después de la reunión y tardo en volver. Teníamos una misión mañana. Confiaba en Nat más que en nadie en el mundo y luego de bastantes años juntos había aprendido que lo mejor era darle su espacio. No sé a dónde había ido hoy, o si fue con alguien, pero si no me lo dice no se lo voy a preguntar. Ella merece tener una vida fuera de la base, fuera de los vengadores, fuera de mí y lo respeto totalmente.

-Salí de la ciudad. – me informo mientras comenzaba a ponerse pijama.

-¿Paseo de relajación antes de la misión?

Ella se sentó del lado de su cama.

-Algo así. Lleve a alguien a un lugar.

-No sabía que ahora también eras chofer, Tasha. – agrega bromeando mientras quitaba mis lentes y dejaba el libro en la mesita de noche junto a mí.

-Muy gracioso – dijo sonriendo. Se metió bajo las sabanas y se apegó a mí. Pase mi brazo por su hombro –Lleve a Sarah a un lugar.

La verdad no me esperaba para nada eso.

-¿Día de chicas? – Ella solo asintió –Últimamente te he visto muy interesada en ella.

-Es algo raro, pero siento que hay una conexión entre nosotras.

Sonreí. Yo también pensaba que se parecían en algo pero no sabía en qué. Quizás eran como el mismo tipo de persona.

-¿Cómo te ha ido con Steve y Bucky? Dime que se lo tomaron bien...

-Creo que nadie puede tomarse bien una noticia como esa...

Era una pena todo lo que estaba pasando. Yo pensaba hacer todo lo posible por que Christian pudiera mejorar, pero a veces simplemente llega un punto donde no hay nada que hacer.

[...]

-No puedo creer que realmente va a ir. La última vez que hablamos... pensé que se retiraría, y ahora me sale con esto. Ya no sé qué hacer con el - exclamo derrotada.

-Fue un lindo gesto que trajera Sushi...

Tenía miedo de hablar luego de todo lo que me había dicho en la base, pero lo que menos quería era que ella estuviera enojada con él.

-Estaba intentando comprarme. Nick no lo entiende, ya soy una adulta no puede convencerme regalándome cosas...

-y tú tampoco puedes comprarlo a él. Los dos son igual de tercos.

Se giró hacia mí y me fulmino con la mirada. Sentí algo de temor. MJ era mi chica, pero enojada era totalmente otra persona a la que creo nunca enfrentaría.

-Lo-lo siento... Pero sabes que es verdad. - dije intentando no seguir arruinando todo.

Esta vez ni si quiera se giró a mirarme.

Me acerque lentamente a ella y me apegue a su espalda. Puse mis manos en su cintura y las deje caer hasta sus caderas dejándolas apoyadas en ese espacio donde parecían encajar perfectamente.

-No te enojes con él. Sabes que no lo hace con el fin de fastidiarte. Solo es que piensa que es lo mejor. Tu tío ya es una persona mayor, sabe lo que hace y si se equivoca tu siempre lo has respetado y ayudado a salir adelante. Son admirables, no deberían perder nunca ese lazo. No deberías perder ni un minuto con él, y menos peleando. Nunca se sabe cuándo será la última vez que esa persona pueda acompañarte.

-¿Por qué me dices eso, Peter?

Michelle se volteó hacia mí. No quite mis manos de sus caderas.

"Ruego que no sienta el temblor de mis manos"

-Solo es que... tu tío es una persona mayor... no lo sé, sabes que a veces... no sé lo que digo.

Me inspecciono con la mirada por unos segundos antes de dejar un corto beso en mis labios.

-Está bien. Voy a seguir tus consejos de sabiduría - dijo con una sonrisa juguetona en el rostro. -Lo llamare y le agradeceré por la cena. Supongo que eso bastara como disculpa, aunque él debería disculparse conmigo.

Le mostré una media sonrisa. Me tranquilizaba pensar que estarían bien.

Si Nick pensaba rendirse ante su destino y no seguir luchando no desearía que MJ recordara que en sus últimos momentos estuvieron peleados.

[...]

-¿Vas a la base?

El siguió recogiendo algunas cosas y guardándolas en su mochila. Asintió con la cabeza.

Peter camino a la puerta y comenzó a ponerse sus zapatos. Tome mi cartera y me senté junto a él imitándolo.

-Voy contigo. -Termine de abrochar mis zapatillas.

El castaño levantó la mirada al terminar de atar sus agujetas. Con solo mirarlo sabía que se preguntaba por qué también iría.

-Hablare con tu mamá y quizás más tarde con Jemma para mostrarle mis avances.

Él se levantamos. Lo volví a imitar. Me gire para quedarnos frente a frente.
Estábamos en el estrecho pasillo de entrada de nuestro departamento.

-Doctora ¿Averiguo alguna causa de su malestar? -lo dijo en un tono animado. Con una media sonrisa en el rostro, pero podía notar que en el fondo estaba aun preocupado.

-No -Mentí. Todavía debía cerciorarme. -Pero te juro que estoy trabajando en eso. -Le devolví la sonrisa para tranquilizarlo.

Él se giró hacia la puerta y tomo el picaporte, con la otra mano puso su mochila en su hombro y luego tomo mi mano.

-Si la experta lo dice.

Abrió y los dos salimos del departamento.

Ayer había llamado a Pepper cuando empecé a dudar. Creo que la idea me asusta. Necesito a alguien que me ayude en esto y no hay otra persona mejor que ella.

Al llegar ella estaba en su auto en la entrada de la base. Nos bajamos y la saludamos. Me llenaba el corazón ver la forma en la que Peter abrazaba a su madre. Él hablo un poco con ella y luego entro.

-¿Por qué esperabas en el auto? -le pregunté.

-Porque no hablaremos aquí. Que aburrido. Iremos a una cafetería. Vamos -me indico con la mano subiéndose al auto. Me senté junto a ella en el asiento del copiloto.

No tardamos mucho en llegar a nuestro destino. Era una cafetería de aspecto moderno pero acogedor. La temperatura dentro era muy agradable. Una mesa. Dos cómodos sillones. Una vista hacia central Park. Olor a café y dulce.

-Es un muy lindo lugar. -dije volviendo a repasarlo con la mirada.

-¿No es verdad? Me relaja mucho y es un lugar muy adecuado para conversar. -Sus labios se curvaron en una sonrisa. -Y sus cafés y pasteles son de lo mejor. A Tony y a mí nos encanta el de naranja. ¿Te apetece?

"La verdad sí, pero no" sentía que no lograría explicarlo. Me sorprendí un poco cuando una afirmación salió de mi boca. Me dejaría vencer por el antojo.

Ella levantó su mano y pidió para las dos. Hasta haciendo eso se veía magníficamente elegante. Yo no lograría eso en años. Aún me sentía una adolescente bastante desprolija. Quizás por eso esto me asusta...

Pepper no mintió. El pastel era maravilloso. Reímos y conversamos de cosas variadas mientras lo disfrutábamos. Pero solo logré comer la mitad. En ese momento sentí que no podría comer nada más.

-A sí que MJ... -dijo raspando hasta lo último que había en su plato. -¿De que querías hablar? Parecía algo importante cuando me llamaste por teléfono.

Dude en por donde comenzar.

-Mmmh si... Pasa que... -tome una gran bocanada de aire y la vote. Se me escapó una risa nerviosa. Me sentía algo patética. -Esto es algo complicado... La verdad no estoy segura... Y la verdad creo que me gustaría que fuera verdad, pero a la vez no... Y no sé qué pensar ni que pensara Peter o ustedes. Porque su opinión es importante para mí. Ustedes son mi familia. Y Nick... No tengo idea cómo se lo diría a Nick... No tengo ni idea de cómo decírmelo a mí misma....

Mientras hablaba movía las manos intentando explicarme, y hasta casi arroje mi taza de café al suelo una vez, pero las palabras precisas no salían.

Ella me seguía observando relajada y hasta parecía que la situación se le hacía algo divertida.

"Michelle solo tienes que decirlo" "Solo rápido" me dije para mí misma.

Volví a tragar. El nerviosismo aumento pero iba a decirlo. Solo iba a soltarlo.

—Creo que estoy embarazada. –Solté entre dientes con mi mirada fija en mi taza de espumoso café.

Vi su expresión cambiar lentamente. Su sonrisa relajada se desvaneció por completo. Las comisuras de su boca bajaron. Su boca se abrió en una "o". La curva de sus labios empezó a reaparecer acompañados de sus ojos empezando a empaparse. Las lágrimas amenazaban con no tardar mucho en comenzar a salir.

Yo no sabía cómo reaccionar. Pepper solo me miraba totalmente sorprendida por la noticia. Ya hasta sentía que no debí decir nada cuando me sorprendió levantándose y acercándose rápidamente a mí para abrazarme de manera fuerte y maternal. Me levante para que el abrazo fuera más cómodo.
Sentí alivio y me di cuenta que estaba aguantando la respiración. Volví a respirar y a soltar esas patética risa nerviosa. Mis ojos también estaban llorosos para ese momento. Creo que como siempre, su abrazo era lo que necesitaba.
La pelirroja nos separó, me tomo de los hombros y me miró a los ojos. Ella estaba feliz. Saco una de sus manos de mi hombro y llevo a su rostro. Primero a su boca, como tapando la por la impresión, luego a su mejilla secando las lágrimas que habían caído. Suspiró y después río.

—No lo puedo creer. Me siento vieja. —Las dos no pudimos evitar reír. Me sentía extremadamente feliz. — ¿Estas segura, segura? —Nege con la cabeza — ¿Entonces por qué lo crees?

—No me he sentido muy bien las últimas semanas o ya quizás el último mes. Me mareo con facilidad y tengo náuseas. No sabes lo rico que estaba el pastel pero yo ni si quiera tenía hambre solo fue un antojo... Además ya llevaba tiempo con atraso... Solo que estaba ignorándolo...

—Cariño, debes hacerte una prueba además debemos ir con un doctor. Puedo acompañarte si Peter está trabajando pero dudo que quiera perderse esto. Sabes cómo es... ¿Puedes por favor decirme que cara ha puesto cuando se lo has dicho? En serio no puedo creer que voy a ser abuela.

Ella en miraba expectante esperando la respuesta a lo que me había preguntado.
Yo me sentí culpable, pero es simplemente que no quería ilusionarlo y no tenía idea de cómo decírselo.

—Ehh... N-no se lo he dicho...

Su sonrisa se desvaneció un poco.

— ¿Cómo es eso? Debes decírselo MJ. Quizás esto suene algo extremo pero si algo aprendí de mi relación con Tony es que debes decir las cosas de inmediato o después puede ser demasiado tarde. Tú sabes lo difícil que fue el embarazo de Ed estando sin él. No me gustaría que te pase algo parecido.

Sus palabras me habían asustado aún más.

Sentía que mis piernas no aguantarían mucho más de pie, sentía que mi cuerpo entero temblaba, por lo que me senté y mantuve la mirada baja. Las lágrimas que ya se habían secado volvían a aparecer.
Pepper no dudó ni un segundo y se sentó junto a mí. Pegue más mi cuerpo hacia la muralla con la ventana. Ella se apegó a mí. Sobo mi espalda de manera delicada. Con miedo levante la mirada.

—Oh, mi niña. No te asustes, tranquila. Sé que este mundo en el que estamos metidas puede ser difícil y confuso, que muchas veces nos mantiene en la incertidumbre. Pero aquí está nuestra familia, a todos los que amamos y ellos nos aman. No dejaré ni nadie dejara que algo malo te pase. —Se detuvo unos segundos —Este o no este Peter, dios no lo quiera, nosotros te vamos a apoyar en lo que necesites ¿Si?

Asentí entre lágrimas. Me aterrorizaba la idea de perder a Peter. De ser una madre sola sin ni siquiera saber bien cómo hacerlo, al perder la mía muy temprano. Por lo menos sabía que tendría a Pepper a mi lado apoyándome y a todos en la base.

— ¿Vas a decírselo? ¿Porque si quieres puedo ayudarte?

—No, yo puedo. Se lo diré esta noche.

Ella me dedico una sonrisa.

—Entonces después harás una prueba e iremos con un doctor. Estoy tan feliz por ustedes. Conozco a Peter y sé que va a estar extremadamente feliz por la noticia.

Sabía que Peter siempre había querido formar una familia, era un tema muy común cuando recién nos mudamos al departamento, aunque después entre los estudios y el trabajo quizás lo habíamos ignorado un poco o eso habíamos pensado.

—Quiero dejar que él de la noticia a todos. Si es que no se le sale antes —reí. —Cuando todos vuelvan de la misión.

—Eso déjamelo a mí. Organizaré un almuerzo para todos y que ustedes den su gran anuncio.

Las dos estábamos muy emocionadas por todo pero aún no me había hecho una prueba. Ahora que restaba empezando a alegrarme más por esto podría enterarme que no es verdad.

—Primero debo hacer una prueba. —Le dije.

—Y compraremos una para que salgas de dudas. Pero MJ te aseguro que yo no dudó que lo estés.

Sentí una cálida sensación que me tomo por sorpresa. Ella había puesto su mano en mi estómago. Era la primera persona que lo había hecho sabiendo que quizas alguien estaba ahí. Puse mi mano sobre la suya. No pude evitar esbozar mi más grande sonrisa.

— ¿Sientes que has comenzado a aumentar de peso?

—La verdad si y puede estar asociado a que siento que últimamente estoy comiendo mucho más.

—Eso es totalmente normal. Hay tantas cosas que van a cambiar y otras que tendrás que aprender, por qué no debes olvidar que está no es sólo tú o el bebé, Peter también estará involucrado...

[...]

Esa noche al ponerme pijama no podía parará de observarme frente al espejo de nuestro baño.
¿Se me notaría algo? ¿Me vería más gorda pero Peter no ha mencionado nada porque no quiere ofenderme o algo?
Casi siempre llevaba ropa grande y poleras holgadas. Él era distraído. Con suerte no lo notaría.
Me sentía nerviosa. Sentía que debía ser mucho más cuidadosa con mi cuerpo ahora.
Peter ya estaba en la cama. Revisaba su teléfono. Levante las sábanas de la cama y me metí. Tenía que hablar pero nuevamente no sabía por dónde empezar. Él dejó su celular en la mesita de noche y me miró.

—Olvide decirte que Harley te mando saludos. Lo vi hoy en la base antes de que salieran a la misión. Se fueron hoy a las dos de la tarde de seguro ya estarán devuelta mañana entre las cinco y las siete de la tarde. —Solo asentí — ¿Y cómo la pasaste con mamá?

—Me llevo a una cafetería muy linda.

—Sé a dónde te llevo ¿Probaste la torta de naranja? Es muy rica.

—Sí, sí. Era rica.

Los nervios me carcomían por dentro.

Hubo un silencio. Creo que es momento de actuar.

— ¿Peter qué opinas de los niños?

—No te imaginas... no puedo creer lo grande que están. Morgan ya es una mujer y Ed está creciendo muy rápido. Cuando llegue a casa ellos ni siquiera existían y ha pasado todo este tiempo. Es maravilloso. Me siento muy feliz de ser sus hermanos.

—Sí, pero Peter me refería a niños en general...

—No entiendo la fascinación que tienen los niños con Spiderman. Es que no siento que a los otros se les acerquen tantos niños, pero quizás tiene que ver que yo trabajo en la ciudad y a veces bajo a estar con la gente... Si yo creo que es eso...

¡Agh! ¿Por qué Peter nunca ha podido entender una indirecta?

—Pete, no estoy hablando de-de eso... De los bebés...

— ¿Te conté que el otro día tuve que salvar uno? —Esto estaba siendo más imposible de lo que pensé — ¡Una mujer había perdido a su bebé en central park! Yo pensaba que yo era distraído. No tarde mucho en encontrar al niño y cuando lo tome casi me quita la máscara. Fue un día divertido. —Rio.

Realmente no sabía cómo anunciárselo. Con mi cabeza me acomode hacia él. Peter entendió de inmediato y paso su brazo por mi espalda. Apoye mi caza en su pecho. Escuchaba sus latidos a un ritmo pacifico. ¿Cambiarían su ritmo cuando se lo dijera?

— ¿Peter?

—Mhh...

Levante mi mirada hacia él. Se había relajado y ahora luchaba por mantener los ojos abiertos. Debía estar cansado. Sabía que ahora no me estaba mirando. Quizás así sería más fácil.

—Hace tiempo que no hablamos de esto... No estoy tan segura... Y la verdad es que me sorprendió bastante, pero creo que tú vas a estar feliz...

— ¿De qué hablas, Michelle...? —Pregunto con voz adormilada seguido de un bostezo.

Era el momento.

Sabía que no podría solo decírselo.

Suspire.

Tenía una idea. Busque su mano izquierda que era la que no estaba en mi espalda. Entrelace nuestros dedos y la acaricie por uno minutos. La acerque a mí y levantando la parte de arriba de mi pijama deje la tibia mano de Peter sobre mi frío vientre. Él no reaccionó por algunos minutos, pero después sentí su mano más apegada a mí y su dedo pulgar acariciándome. Mantuve mi mirada baja esperando que dijera algo pero se quedó en silencio. El contacto de su mano se sentía distinto a las tantas veces que él ya me había tocado. Me emocionaba por completo. Mis ojos volvieron a empaparse. Tímidamente levante la mirada de su pecho dirigiéndome a su rostro. Peter parecía estar en shock. Miraba a la nada con los ojos bien abiertos mientras una gran sonrisa aparecía lentamente en sus labios. Puse mi mano sobre la suya. Sus ojos comenzaron a humedecerse como los míos. No pude evitar soltar una risa ante su expresión.

— Cuándo preguntabas por niños no preguntabas por cualquier niño...

Negué con la cabeza aún mirándolo. El me miró. Creo que nunca había visto sus ojos tan iluminados y brillantes. Lo ame por completo. Sus labios se separaron y temblaron unos segundos antes de comenzar a hablar.

—V-vamos a...

Ahora sí que yo estaba llorando. Lágrimas caían de mis ojos mientras lo miraba asintiendo.
No dijo nada más. Solo me besó. 

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