5

-Buenos días, Papá.

Apresure un poco el paso para alcanzarlo.

-Pete, ¿Como amaneciste? -él se acercó a mí y pasó su brazo por mi hombro abrazándome de manera cariñosa.

Mi primera respuesta fue una sonrisa algo rara. ¿Pero que más podía hacer?

-Creo que haber bailado ayer en la fiesta no fue la mejor decisión de la vida. -una risa desganada acompaño el comentario.

-¿Cómo sigue tu pierna? -Me pregunto ya más preocupado.

-No lo entiendo ¿Sabes? Pensé que esta vez sí funcionaria. -confense.

-En un quince por ciento de los afectados, el antídoto desarrollado por Jemma no funcionó a la perfección. Pero no te preocupes -intentó darme ánimos -, seguimos trabajando en la cura...

Él se veía seguro al hablar, pero mi sentido arácnido me decia que dudaba. Y yo también lo hago.

-Papá, no tengo cómo no preocuparme. Conoces a Michelle... Creo que está comenzando a sospechar... -lo último lo dije con voz más baja, como si ella ahora pudiera escucharme en este momento.

-¿Aún no le has dicho?

-No he querido preocuparla... -hable cabizbajo.

Era verdad. Sabía lo nerviosa que se ponía cada vez que algo me pasaba en una misión, por menor que fuera.

Tony me apretó más hacia él.

-Te entiendo. A mi también me costó decírselo a Pepper, pero al fin y al cabo MJ se va a enterar y es mejor que tú se lo digas. Lo sabes - lo sé perfectamente -. Llevan demasiado tiempo juntos y sé que confías en ella. Si no se lo dices tú, quizás le darás a entender que no le tienes la confianza y eso sería peor. Además, ella estudió medicina. Deberías decirle, quizás vea algo que nosotros no y todo se solucione más rápido.

-Es verdad... -Una media sonrisa se dibujó en mi rostro. -Pero todavía está lo otro... -la sonrisa se volvió nerviosa. Rasque mi nuca -Siento que nunca es el momento.

-Creeme que llegara. -Sono despreocupado.

-¿Como lo hiciste tú? -Le pregunto curioso.

Busque en mis pensamientos. Ellos nunca nos habían contado esa parte de su vida de novela romántica.

-Si lo pensamos, la que realmente lo hizo fue tu mamá.

-¿Mamá fue la que te pidió matrimonio?

Estaba algo impresionado.
Aunque pensándolo bien, no. Mamá es capas de lo que sea.

-Tu conoces nuestra historia, Íbamos a casarnos desde antes de lo de Morgan. Yo sólo se lo dije, sin anillo ni nada, nada tan serio, creo que hasta quizás pudo sonar a broma. Pero cuando realmente nos casamos fue Pepper la que me lo pidió. Estábamos hablando de algo cuando me interrumpió y dejándome perplejo dijo que nos casaramos. Le doy el crédito, si ella no me lo hubiera dicho ese día quizás todavía no nos hubiéramos casados. -Una gran sonrisa se dibujaba en su rostro, obviamente con solo recordar. El amor que papá y mamá se tenían el uno a otro era algo inimaginable e infinito, y los admiraba por eso.-Y no debes olvidar que nosotros estuvimos mucho tiempo juntos pero sin estar casados, la boda solo es hacerlo "oficial" -hizo las comillas con sus dedos -De todas formas teníamos nuestra familia y nos amábamos. No te preocupes si no es de inmediato, es mejor esperar el momento y hacerlo bien. Que tu te sientas preparado...

Nos mantuvimos ahí, por unos segundos solo mirándonos. Podía ver orgullo en sus ojos donde yo me reflejaba.

-Ahora... -alargó la palabra -acompañame a los laboratorios, quizás tengamos suerte y Jemma tenga algún avance.

Apoye mi cabeza sobre el hombro de mi padre. Al comenzar a caminar.

-Gracias, por hablar conmigo.

-Cuando quieras hijo. Para algo tienes a tu viejo padre.

Él no apartó el brazo de mi hombro hasta llegar a nuestro destino.

[...]

Abrí con lentitud mis pesados párpados.

¡Que excelente día el de ayer!

No pude haber pedido una mejor familia, una mejor fiesta y qué mejor que siendo una Stark.

Ser parte de la familia de los vengadores era lo mejor de la vida, en definitiva. Aunque a veces hay complicaciones, las misiones nos mantiene separados, o la incertidumbre que trae el peligro, todo es recompensado por los momentos en que estamos juntos, donde todos compartimos sin preocupaciones, dejando de lado todo lo erróneo en el mundo, los villanos y la maldad, sin pensar en las habilidades de cada uno, dejando a todos en un igual en el que las risas y el cariño nunca se detienen. Y el día de ayer había sido un perfecto ejemplo.

Sarah dormía desparramada junto a mi. Ayer en la noche habíamos juntado las camas para no dormir separadas. La verdad dormir era lo que menos habíamos hecho. Habíamos llegado a las habitaciones pasadas las doce, Chris se fue como a las tres de la mañana y nosotras seguimos hablando hasta quien sabe que hora. De seguro ya era muy tarde.

-Buenos días Friday -Salude a la I.A mientras me estiraba para desperezarse. El ambiente era cálido.

-Buenos días, Señorita Morgan. Espero tenga un buen despertar.

-Gracias, ¿algún aviso?

Me senté en la cama para evitar volver a quedarme dormida.

-Son las 11:00 A.M. Él día está soleado y se mantendrá así toda la tarde. Le aconsejo aprovechar las actividades al aire libre. Algunos de los vengadores comienzan el retorno a sus casas hoy. Sus padres no han mostrado afán al despertarla, pero el joven Harley me pido que le avisara cuando despertara para prepararle el desayuno.

Por último las cortinas de la habitación comenzaron a abrirse, dejando el paso a los rayos de sol matutinos.

-Gracias -Le respondí con alegría entre un bostezo que se escapó de mi boca.

-Estoy programada para lo que necesite, señorita Stark.

Volví a lanzarme hacia la cama. Una parte de mi no quería levantarse, pero la otra no podía parar de pensar en el desayuno que de seguro Harley estaba ya preparando.

Primero que todo debía despertar a mi mejor amiga.

Me giré hacia ella y empecé quitando las sábanas de su rostro. Su respuesta fue un adormilado gemido. La moví de forma delicada, pero ella no se inmutó y volvió a tapar su cara, por lo que decidí sentarme sobre ella y moverla de forma molesta.

-¡Sarah! ¡Despierta! ¡Estas perdiendo horas de tu experiencia como vengadora! ¡Vamos! ¡Sa! ¡Rah! ¡Sarah!

Ella intentó repetidas veces bajarme de encima, por lo que supe que estaba despierta.

-Es hora de la arma secreta...

Cosquillas, sabía que eso la despertaría por completo. Su risa empezó de a poco hasta que, ya sentada y con los ojos bien abiertos, me pidió que parara.

Se pasó las manos por el rostro y el pelo.

-Uf -Soltó un suspiro -En este lugar hasta se duerme mejor. Tony debería dejarme venir más seguido.

-Ya sabes cómo es papá. Es difícil de convencer y muy terco.

-Igual que tú, Morgan. -Hablo sería intentando no reír.

-Es verdad, pero es distinto. Yo si te dejo entrar. -le dije levantando las cejas y los hombros. -Ahora hay que levantarnos. Harley está haciendo desayuno.

Una sonrisa pícara apareció en su rostro.

-Él no tiene que preparar nada, él mismo podría ser el desayuno.

-¡Sarah! Es mi hermano, es asqueroso que hagas esas comparaciones. Además que haces lo mismo con mis tíos.

No podía negar que algunos eran guapos, pero era mi familia.

-No son tu familia legalmente... -comenzó a insinuar.

Tome lo primero que estuvo a mi alcance y se lo lance a la rubia. Una almohada. Ella rió a carcajadas dejándose caer hacia atrás por el golpe.

-Harley si es mi hermano legalmente, lo dice los papeles de adopción. Además todas las personas en las que te fijas tienen como mil años más que tu, deberias fijarte en alguien menos viejo.

-Lo hago, no lo dudes -reconoció mientras se volvía a sentar abrazando la almohada que hace unos segundo la había golpeado. -,me fijo en todos. Y en ese caso, tus hermanos son de los menos viejos aquí. -insistió levantando las cejas. -Lo que pasa es que me gustan con experiencia.

No pude evitar soltar un suspiro mezclado con una risa. Ella nunca se rendiría.

-Sabes que Peter y MJ están juntos, tu misma los shippeas, y Harley... Le sigue gustando Cassie.

-¿La chica baja de la cabellera café y la iluminada sonrisa es la ex del guapetón de tu hermano? ¿La que estaba con el chico pelinegro?

Asentí.

-Wow. Ella si tiene buena suerte. Imagínate haber tenido historia con esos dos, parecen estrellas de cine. Pero que te puedo decir, yo soy y siempre sere Team Harley, tu hermano es lo mejor que hay. Soy fiel a mis ideales.

-La verdad a mí también me gustaría que ella lo eligiera a él. No sabes lo lindo que se veían juntos -Recordé mi infancia -. Y la verdad es que ni siquiera se por que terminaron. - y la verdad me sentía frustrada al no saber -Ella se fue a estudiar y él a estudiar y trabajar pero al otro extremo del país. Supongo que la vida no es un cuento de hadas.

-Tranquila - ella pareció entender mi frustración. -, las parejas van y vuelven. Quizás no eran almas gemelas, por eso no duró, y si lo son en algún momento volverán -Sonaba como una mujer sabía, cómo si entendiera a la perfección de lo que hablaba. -. Pero no te preocupes, tu hermano no se quedará solo, cualquier cosa yo -Puso su mano en su pecho -Siempre estaré aquí. Solo imaginalo... -Se levantó de la cama, se paró muy derecha y arreglo su cabello. -Yo. La señora Stark-Keener. Dime que no suena hermoso. Y para mejor, seríamos familia. Un sueño. Tony me dejaría entrar.

Estalle en risas.

-Creo que estás soñando mucho. Pero lo acepto, sería hermoso que fueras parte de la familia. -Me levanté de la cama y me acerque a ella -Por eso podríamos... -La mire con los ojos muy abiertos, expectante. -Adoptarte -Agité mis manos como si fuera una coreografía de jazz y le mostré una gran sonrisa.

-Estas loca. -Me dijo mientras caminaba hacia el baño. La seguí -Uno -Comenzó a enumerar mostrando un dedo -, no le agrado mucho a Tony.

-Sabes que no es así...

-Si es asi -me interrumpió -. Dos -siguió levantando un segundo dedo -Si soy tu hermana no podría estar con Harley -Rodé los ojos ante esa razón. -; y tres -levanto un último dedo -, vivir con Carl no es tan malo.

-¡Pero tu odias a Carl! -exclame -Ni siquiera sonaste convencida.

-Es un estúpido, pero la habitación sola, la tele, el internet, la mesada miserable y las monedas que encuentro en su ropa al momento de lavar, no son malos. Estoy hasta empezando a sentirme en casa. -una sonrisa burlona y sería se dibujó en sus labios. - He estado en peores y lo sabes.

Sarah era huérfana. Nunca me ha contado que le pasó a sus padres. Ha vivido en más casas que las que creo tiene mi padre dentro del país, sin contar los orfanatos. Creo que todo lo que ha pasado tiene mucho que ver con su fuerte personalidad y que no le tenga miedo a nada. Por eso la admiro.

-Ahora te pido que no sigas insistiendo -hablo con seriedad. Sabía que habitualmente si tocaba el tema y llegaba muy lejos ella se molestaba, eran pocos los días que se mostraba totalmente abierta a hablar sobre esto. -Debemos apresurarnos, tu apuesto hermano nos espera con el desayuno. No puedo llegar tarde, así nunca lo conquistare.

Una media sonrisa volvió a aparecer en su rostro.

-Debes peinarte un poco, no quieres que te vea así. -Le dije bromeando.

Las dos nos lavamos la cara y ordenamos un tanto nuestro cabello. Más tarde volveríamos por una ducha y un cambio de ropa. Estaba, casi, en casa, nadie me diría nada por pasearme en pijama. El tío Clint siempre lo hacía.

Harls nos esperaba con una gran torre de panqueques. El rico aroma se podía sentir desde la sala. MJ y Ed lo acompañaba en la cocina. Pregunte por Peter y me explicaron que estaba con papá en los laboratorios y que ya habían desayunado. Mamá se encontraba conversando con las otras mujeres en el complejo, mientras compartían un té.

En un momento que el rubio nos dio la espalda, la graciosa de mi amiga me miró y sin hacer ningún sonido módulo un "Uf" mientras se abanicaba con la mano simulando calor al verlo. Le di un codazo mientras intentaba aguantar la risa.

Christian apareció unos minutos después, con su típica cara sería, casi amargada, pero como lo conocía, con solo ver sus ojos sabía que estaba feliz.

Nos sentamos todos juntos a comer y a disfrutar del desayuno.

-Buenos días.

Cassie apareció con una gran sonrisa por una de las puertas de la cocina. Traía su larga cabellera aún húmeda, por lo que parecía que se había levantado y bañado hace poco. Aún tenía cara de dormida y al no estar maquillada se le notaban unas grandes ojeras. Por lo que me dijo tuvo un viaje largo hasta aquí, y además se acostó tarde por la fiesta. Debía ser eso. Pero no puedo evitar decir, que de todas maneras, se veía hermosa e irradiaba su típica alegría, esa gran aura feliz.

Todos saludamos.
Ella se sentó junto a mi.
Me gustaba tenerla cerca.

-¿Quieres desayunar? -Le pregunté feliz de verla.

-Como en los viejos tiempos. No saben lo que extrañe la base, pero en definitiva extrañe mas los ricos desayunos de Harley Keener.

La castaña le sonrió al rubio el cual al principio se vio algo impresionado ante el comentario.
Harley se dio vuelta, le acercó a Cassie un plato con panqueques y le regaló una brillante sonrisa.

-No hay mejores que los míos. -Dijo con una gran sonrisa. -Tómalos como una disculpa por lo de ayer.

-No te preocupes, no pasó nada.

Me extrañó ese diálogo, pero al no entenderlo solo lo ignore. No tenía que estar metida en sus vidas, papá siempre me lo decía.

Todos íbamos comenzar a comer, cuando Cooper Davis apareció en la cocina. Al verlo, el rostro de Cassie se iluminó, aún más si era posible. Él caminó y se paró detrás de ella, para saludarla con un beso. Intente mantener una sonrisa en mi rostro, pero la situación, para mí, era incómoda.

-Buenos días -Nos saludo a todos para luego dirigirse a Cassie en un tono más bajo -¿Vamos a desayunar juntos? -Le pregunto.

Por la cercanía lograba escucharlo.

-Iba a comer con los chicos...

Cassie mantenía su tierna sonrisa. Él la miró algo serio por unos segundos. Ella nos miró como dudando. Vi a Harley por el rabillo del ojo cruzándose de brazos y desviando la mirada, como ignorandolos. La sonrisa en la castaña se desvaneció.

-Lo siento -dijo sin apartar la mirada de nosotros -. Si... -se giró a Cooper -Iré contigo. -La sonrisa volvió a su rostro pero no tan brillante como antes.

-Gracias chicos, pero será para otra. -El alto pelinegro habló por ella, mientras tomaba su mano y caminaban fuera de la cocina arrastrándola junto a él.

Un silencio incómodo se apoderó del lugar.

No todo era como antes.
Y eso era obvio.

-¡Esto es increíble! -Exclamó Sarah llenando su boca y desvaneciendo el silencio de muerte de la sala. -Nunca había probado unos panqueques tan maravillosos.

Agradecí mentalmente sus palabras. Odiaba los silencios incómodos.

-Gracias -Le respondió Harley sin quitar la vista de la puerta como si ella fuera a volver. Se giró hacia mi amiga y le mostró una sonrisa, antes de tomar el plato que anteriormente era de Cassie. -Hay de sobra. -sonó algo desanimado.

-Si supiera que a mí se me antoja otra cosa... -Sarah se acercó a mí y susurro a mi oído.

Volví a darle un codazo, pero esta vez no reí, todavía pensaba en lo anteriormente sucedido.

¿Era egoísta de mi parte molestarme por que ella saliera con su novio?

Seguimos nuestros comida entre conversaciones sin mucha importancia. No logré evitar observar a mi hermano y pensar en Cassie.

[...]

Estupido Cooper Davis.

A todos le agradaba el nuevo novio de Cassie, menos, obviamente, a mi.

No se, no logro explicarlo, pero no pudo confiar en él.

Él ya le rompió el corazón una vez, no puedo permitir que lo haga una vez más.

Pero ella me aseguró que había cambiado... ¿Debería darle una oportunidad?

Quizás ella tiene razón y estoy celoso.

No tengo razón para dar mi opinión sobre lo que hace con su vida. No somos nada, la verdad ni siquiera sé si somos amigos. Creo que ya no la conozco.

La Cassie que yo conocía no hubiera dejado a su familia de lado por salir conmigo cuando era su novio. ¿Acaso él es mejor novio que yo y por eso...?

Me siento un fracasado pensando en esto. Él estúpido soy yo, no él. Él tiene a la mejor chica del mundo, mientras yo no tengo nada.

Quizás yo fui el que le rompió el corazón. Aunque todo este tiempo he sido yo el que he estado recogiendo todos mis pedazos.

Es verdad no la seguí. Pero ella me lo pidió, y yo haría lo que fuese por Cassie.

Ayer durante la noche tuve un sueño. No pude evitar despertar en la madrugada con lágrimas en los ojos. Era la vida perfecta. Ella despertaba acurrucada junto a mi, abrazándome y besándome. Al parecer habíamos tenido una noche divertida y nunca nos habíamos separado. Cassie era mi novia. Pasamos casi todo el día de la mano, cada vez que nos tocábamos una chispa especial nos recorría, me hacía sentir que era real. Para mí todos esos sentimientos fueron reales, pero realmente nada de mí sueño lo fue. Como hace cinco años yo volvía a despertar solo, sin el amor de mi vida a mi lado.

Ella no volvió al complejo hasta casi pasadas las nueve de la noche. La Cassie Lang que yo conocía hubiera aprovechado todas esas horas, pases lo que pasará, dijeran lo que dijeran, acompañando y disfrutando un buen día con su familia, a la que no veía hace mucho. Pero no lo hizo. Sólo se fue con él.

Nosotros pasamos una tarde divertida. Digamos que la mejor actividad que puedes hacer en el gran edificio de los vengadores, con un número algo grande de personas es jugar a las escondidas. Yo ofrecí el juego, sabía que Morgan lo amaba, Cassie también pero eso no iba al tema, ella ni siquiera está aquí.

Es distinto que jugar en otros lugares y con otras personas. Con cinco rondas quedas acabado. Cada uno aprovecha sus habilidades y las ocupa al máximo, y más que un juego termina casi siendo una misión. Nadie ha logrado, excepto Bruce, encontrar a Nat antes que se libre, y mucho menos a visión, él que aún sigue traspasando las paredes y asustandonos a todos. A MJ también se le da bien el juego, a veces no sé cómo puede ser tan sigilosa. No se puede olvidar a más de uno que ha intentado hacer trampa, Scott más de una vez lo ha intentado con el traje,pero ha cometido el error de agrandarse antes de librarse y así se delata; y papá, a veces ha intentado ocupas los guantes o sus botas para volar y llegar aún más rápido, habitualmente lo hacía cuando Morgan y Ed eran más pequeña para así hacerla ganar, por lo que casi nadie se quejaba, excepto Steve el que siempre retaba a Tony y Scott por ocupar sus trajes, pero todo siempre terminaba en risas más que molestias. La más maravillada con nuestro habitual juego fue Sarah, para ella era todo nuevo y desconocido.

Antes de que comenzara a oscurecer, el resto de los vengadores que no vivían en la base terminaron con el retorno. La base volvería a sentirse vacía.

Peter y Michelle volvieron a su departamento aún que les roge quedarse una noche más, los dos tenían trabajo el lunes temprano, pero dijeron que quizás volverían otro día por la tarde. Odio los lunes.
Yo me quedaría en la base, Ed me lo pidió. Morgan y él se quedarían en la base, ya que tenían unas pequeñas vacaciones en la escuela, además de que Tony y Pepper tenían que ausentarse por casi dos días por unas reuniones fuera del país. Se irán mañana. Seré el adulto responsable, aunque en la base esté Nat, Steve, Bucky, Bruce, Wanda, Vis, Scott y Hope, agregando a Jemma y Fitz los cuales viene a trabajar casi todos los días a los laboratorios. Creo que por eso nos dejarían en la base, así tendremos compañía. De ninguna manera podría cagarla con los niños.

[...]

-Todos se están yendo ya... Además yo te dije que te devolvería a la ciudad a las ocho, al terminar la tarde y yo soy una persona muy puntual. Además tú padres deben estar preocupados. Vamos niña, debo llevarte a tu casa.

Iba camino por el pasillo cuando escuché la voz de Tony algo irritada. La verdad no era algo tan inusual, pero de todas formas me acerque.

-Pero papá no importa que todos se estén yendo, ella puede quedarse un día más. Además tú casi nunca eres puntual. -Le contestó su hija, la que también parecía molesta o quizás más triste.

-Morgs está bien, tu papá tiene razón. No quiero llegar muy tarde.

La siguiente en añadirse a la conversación fue Sarah. La amiga de Morgan.

Desde que la había visto entrar a la base algo en ella me había llamado la atención, pero no sabía que. Sabía que Tony estaba algo en desacuerdo de dejarla entrar a la base, pero Pepper lo había convencido. Lo entendía perfectamente, no me gusta dejar entra desconocidos que podían ser peligrosos a mi vida y menos a mi familia, pero a decir verdad la niña se veía inofensiva.

-¿Ves? Hasta ella me apoya. -Tony le hablo a la castaña -Gracias Sarah. Ve por tu cosas y nos vemos aquí en diez.

Las dos niñas se voltearon y caminaron en dirección hasta las habitaciones.

-Sabes que ella se ve inofensiva.

-Lo sé, lo sé, pero de todas maneras me asusta. -El ingeniero me contestó, mientras pasaba su mano por su rostro.

Hubo un silencio.

Hice mi garganta carraspear para eliminarlo.

-Debo ir a la ciudad a buscar algo... Si quieres puedo llevarla.

-¿En serio?

Asentí con la cabeza.

Yo no debía ir por nada, pero la curiosidad había sido mucho más fuerte. Otra parte de mi lo hacía porque sabía que la niña estaría incómoda con Tony en el auto.

Tony se lo comunicó a ella, yo fui a por el auto y a por Bruce, al cual también le dije, que además de dejar a la amiga de Morgs, iría a recoger algo. Él obviamente no se negó a acompañarme.

-¿Donde vives Sarah? -Le pregunté mientras miraba su reflejo en el espejo retrovisor.

-En Nueva York.

-Si, eso lo sabíamos. -Solté una risa de forma involuntaria -¿Pero donde? Más específicamente.

-En Queens.

Peter vivió ahí.

-Dame la dirección y te dejaremos en la puerta de tu casa. -le dije de forma amigable.

-Pueden dejarme en la estación. No es necesario que me lleven casa, no quiero ser una molestia...

-No te preocupes, linda. No eres una molestia. Te llevaremos encantados.

Ella se veía algo incómoda, podía verlo en sus ojos.

-Es que no me sé muy bien mi dirección...

Estaba mintiendo.

-Puedes guiarnos. -Le ofrecí.

-No, es que... Enserio...

Ya estaba entrando con el auto a Queens y ella seguía mintiendo.

-Quizás deberíamos dejarla donde nos pide, Amor. -Acotó Bruce a mi lado algo nervioso.

Solo lo fulmine con la mirada.

Pero luego algo se iluminó en mi cabeza.

-Esta bien, te dejaremos en la estación.

Creo que los dos me miraron algo extrañados.

Yo tenía un plan.

La niña se despidió y se bajó.

Espere a que entrara a la estación.

-¿De verdad te rendiste? -Mi pelinegro me preguntó curioso.

-Para nada. -Acomode mis dos manos en el volante antes de doblar de forma algo brusca y estacionar el auto en un lugar en el que no se notaba tanto.

-No tenías nada que venir a buscar a la ciudad, ¿verdad? -él me preguntó.

Le sonreí como respuesta.

Me conocía a la perfección.

Yo tenía razón.

Cinco minutos después, Sarah salió de la estación mirando de lado a lado, para luego echar a andar hacia otra dirección. La seguí con el auto, como si de una misión se tratase.

Ahora tenía más curiosidad.

¿Por que la niña había mentido?

-No lo entiendo. ¿Porque qué hizo eso? Realmente pensé que no quería molestarnos... -Bruce era un inocente.

-No lo sé, pero lo averiguaremos. -,Le contesté audaz, posando mi mano derecha sobre su pierna haciendo que dejara de moverla de forma ansiosa.

La seguimos hasta un callejón oscuro. Me empecé a preocupar. Quizás Tony tenía razón. No sabemos a quién metemos en nuestros hogares. por otro lado, ella es sólo una niña y quizás podría estar en peligro. Podía sentir la preocupación de mi esposo a mi lado, y me inquietaba más que no parará de jugar con sus dedos.

Había una silueta al final del camino. Me demore en enfocar. Las luces del auto iluminaron a una molesta Sarah, de brazos cruzados.

Me baje rápidamente del auto.

-¡Ustedes me estaban siguiendo!

-Tu nos mentiste. Sube al auto.

-¿Por que me seguían? ¿Tony los mando?

Me confundió un poco su pregunta.

-Puedes por favor subir al auto. -Intente sonar dulce y pacífica y al parecer funcionó por que ella subió al automóvil.

Bruce seguía muy incómodo.

Subí al auto y conduje fuera del callejón.

-¿Donde vives realmente Sarah?

La rubia suspiro rendida.

-Aquí a la derecha...

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