14

-...Peter debió haberlo dicho delante de él. Tú sabes cómo es. Si no estuviera pasando todo esto te juro que lo golpearía... -Me gire acomodándose sobre la cama -En fin, Edward lo soltó y ahora voy a tener que explicarle todo a mis padres...

Me encontraba sobre la cama con mi celular. Llevaba audífonos y hablaba en voz baja para no molestar a Harley que dormía en la cama junto a la mía, del lado derecho de la habitación. Él estaba desparramado boca abajo sobre las sábanas y aún llevaba la ropa de ayer. Gire mi cabeza hacia la izquierda. La cama de mi hermano menor estaba desordenada y vacía. De seguro estaba con mis padres o por ahí buscando con quién jugar.

Ya me había bañado y esperaba que aparecieran mis padres y mi castigo.

Ayer luego de que Edward lo soltara y explicará lo poco que sabía. 1.- Que fue el día de mi cumpleaños 2.- Que Peter y Harley fueron por mí a la escuela y que MJ también sabía.

Era obvio que por ahora a Peter y a Michelle no les dirían nada. Al parecer ella ayer no estaba muy bien. Aún no me han dado detalles y parecen no querer hacerlo, como si fuera una niña pequeña que no entendiera nada.

Sarah hablaba del otro lado del teléfono. Volví a contestarle.

-Sí, sí. Ayer solo mandaron a dormir porque había sido un largo día, pero dejaron en claro que hoy tendría q explicarles. Voy a meter a Harley y Peter en problemas también... Es lo peor. Papá se lo dirá al tío Steve... Lo sé, es lo que Christian menos quería, pero no tengo otra opción. Puedo mentirle a papá, pero a mamá... No lo creo. Estamos fritos... ¡Hey! ¡Hey! ¡No! ¡Papá! ¡Estoy hablando con Sarah!

Estaba tan concentrada en la llamada que ni siquiera me di cuenta en qué momento mi papá había entrado a la habitación.

Tomo el teléfono de mi cama, desconecto los audífonos y lo pegó a su oreja. Dejo su mano desocupada apoyada en su cadera.

-¿Sarah?... Aja... -Saco su mano de la cadera y la llevo al puente de su nariz -Tu amiga está sin celular hasta nuevo aviso, así que no vuelvas a llamar por un rato o quizás unos días. Ella dice que te manda cariños y un abrazo. Adiós.

Él cortó la llamada y metió el teléfono en el bolsillo de su pantalón.

-No me mires así. Yo no hice nada.

Sabía que no lo estaba mirando con una cara muy amigable, pero es que simplemente no podía evitarlo.

-Lo siento - dije evitando el contacto visual.

Papá se acercó más a mí y se sentó en la cama, a mi lado.

-¿Algo que quieras decir antes que vallamos con mamá?

Lo pensé unos segundos.

Quería pedirle que no se lo dijera al tío Steve pero sabía que si o si se lo diría.

-Tenía mis razones. Nunca me metería a una pelea, solo por meterme en una pelea.

-Te creo.

Los dos quedamos en silencio.

-¿Harley, Peter y Michelle estarán en problemas?

Vi a papá mirar a mi hermano en su cama.

-Son adultos no podemos castigarlos. Pero a los chicos les llamaremos la atención. Siguen siendo nuestros hijos de todas maneras. Y sobre Michelle... Confío demasiado en ella como para pensar que tomaría una mala decisión al esconder tu secreto. -una media sonrisa se dibujó en mi rostro. -Ayer tú dijiste que no tenía más hijas, pero con el tiempo ella también se ha transformado en una para mí. Ella se la pasa en casa casi desde que tú naciste. Literalmente es parte de la familia.

-¿Cómo está ella? Sé que...-Mi tono de voz se volvió más bajo -perder a alguien deber ser fuerte - no me gustan hablar sobre eso. Aunque los otros no lo pensaran, si tengo miedo de que en cualquier misión alguien no vuelva. Por lo que me incomodaba hablar del tema. Sentía que se me hacía un gran nudo en la garganta que no me permitía hablar -Pero, realmente no entiendo como ella termino internada. Siempre la he visto como persona tan fuerte...

-Es algo complicado, pero ahora la prioridad es otra y por eso ella está internada. Me siento muy viejo diciendo esto -Soltó una risa -. Ellos van a ser padres. Hija, MJ está embarazada.

[...]

-... esos chicos son unos estúpidos y ya no tenía escapatoria. Sé que él haría lo mismo por mí, pero sabemos que la pelea no es el fuerte de Christian. Ustedes lo ha visto cuando alguien aquí en la base ha tratado de entrenarnos... Además no es mi culpa que la tía Nat sea tan buena enseñando todo lo que sabe.

Sabía que lo último lo había dicho con esperanza de alivianar el ambiente. Una sonrisa fanfarrona apareció en su rostro. Dios mío, ella es igual a Tony. Alardeando de sus talentos siempre que puede.

-Si estoy diciendo la verdad, la diré completa. No estoy arrepentida de lo que hice. Soy más que consiente que no es la manera de resolver las cosas pero no es la primera vez que se meten con Chris. Si lo molestan a él, me están molestando a mí.

-No lo entiendo... ¿porque él no estaba metido en la pelea contigo? -Pregunto mi esposo a mi hija.

Ella bajo la cabeza y dudo unos segundos en responder.

-Si los atrapaban peleando iban a llamar a sus padres y él iba a tener que decir porque lo estaban molestando...

Ella dejó la oración en el aire como si no quisiera seguir hablando.

-Y lo estaban molestando por... -Guie su respuesta.

-Prométanme que no le van a decir a Steve y Bucky.

Ni yo ni Tony respondimos. Ella pareció entender que eso era algo imposible para nosotros y contesto murmurando entre dientes.

Vi al castaño cruzarse de brazos.

-Cariño, si hablas así no te entendemos. -Le dije

-Es una estupidez... En la escuela lo molestan por tener dos papas y le dicen gay.

Se escuchó un pesado suspiro del castaño a mi lado. Estuvo a punto de decirle algo pero la menor volvió a su discurso.

-Él sabe que no es una ofensa y está orgulloso de sus padres, más de una vez me lo ha dicho. Pero es simplemente que esos chicos no entienden nada y no paran, no lo dejan vivir tranquilo. No saben quién son sus padres y él nunca ha querido decirlo. La mayoría de los profesores solo leen el apellido Rogers junto a su nombre y en la escuela son tan estúpidos que nadie lo ha asociado al mismísimo capitán América. Además de que sus padres no son participativos en las cosas de padres. Simplemente nadie lo sabe...y Chris lo prefiere así... La verdad es que él piensa que es una vergüenza para sus padres...

-Esto... Esto es algo que no puede quedar así, Morgan. En definitiva voy a tener que hablar con Steve y James. -afirmo el mayor.

Nuestra hija bajo la cabeza.

-Hija, entiendo que quizás te sientas mal. Como si lo delataras o algo, pero que nos contarás esto es bueno. Nosotros hablaremos con los padres de Chris y todo se solucionará ¿Si? -Ella asintió aun viéndose algo molesta -¿Tú no tienes algún otro problema en la escuela? Sabes que puedes contarnos... -Ella negó. -Bien, entonces tendrás tu teléfono devuelta en unos días. Una pelea no es la manera y además nos has estado escondiendo información. Para mi son razones suficientes para el castigo...

[...]

Al recibir una carta de Nick no dude en leerla ningún momento. Nosotros siempre manteníamos comunicación vía computadora o teléfono, por lo que me resultaba extraño tener una carta de él en mis manos.

Pensé en llamarlo. Pero en la misma carta decía que no lo hiciera. Que eso era el adiós.

Seguí las instrucciones que me dejó y cinco días después de recibir la hoja de papel con sus íntimas últimas palabras para mí, me dirigí a la base. No espere que algún otro vengador me llamase. Ellos no sabían dónde estaba. Todos los años busco un mes para estar en la tierra y pasar un tiempo con María, a modo de vacaciones. Tenía un comunicador con el equipo para emergencias, pero Fury siempre tenía mi ubicación y manera de encontrarme.

Tenía una misión. Una última misión con Nick. Dentro de mi sobre venía uno unos centímetros más pequeño. Él había dejado una carta para su sobrina.

Al llegar a la base, parecía que un aura de oscuridad la envolvía. No se veía movimiento en esta o sus alrededores. Todo estaba tranquilo, pero sombrío.

Me sentí algo nerviosa antes de entrar. Nadie me esperaba y Nick no estaría ahí. Baje la cabeza soltando un suspiro cansado. Iba a extrañarlo, demasiado.

Yo sabía que era parte del equipo, pero la persona que siempre me hizo sentir parte era él. Nick era mi mejor amigo, se había llegado a convertir en algo así como mi hermano. Él envejeció, sabía que su momento llegaría y ya se ha despedido. Yo seguiré por aquí mucho tiempo más y para mí mala suerte nunca más podré gozar de su compañía nuevamente.

Me había quedado de pie contemplando mi situación en la entrada. Debía adentrarme en el edificio y buscarlos a todos. Buscar a Michelle. De repente sentí que unos ojos me observaban y no pude evitar sonreír al ver a un pequeño escondido detrás de una de las paredes, observándome solo asomando la mitad de su rostro. Era el hijo de Virginia y Tony. Edward.

El niño abrió los ojos como platos al conectar su mirada con la mía. Se sonrojo al darse cuenta que lo había descubierto. Lentamente me acerque a él. Podría preguntarle por todos.

-Hola, Edward. -Le saludé con una gran sonrisa dibujada en mi rostro.

Él me veía algo inseguro.

-Me recuerdas ¿verdad? -Yo no pasaba mucho tiempo en la base y hace mucho que no lo veía.

Él asintió, aún tímido.

-Usted es la capitana Marvel.

Era inevitable sonreírle a ese niño.

-¿Sabes dónde están todos? ¿O dónde puedo encontrar a Michelle?

-En el área médica, MJ aún sigue internada.

Me preocupe un tanto al escuchar eso. ¿Internada? ¿Qué había ocurrido?

-¡Edward! ¡Te dije que no jugaría contigo a las escondidas! ¡Papá dijo que...! ¡Oh! ¡Lo siento demasiado!

No había alcanzado a preguntarle al pequeño niño de pelo color miel que había sucedido, cuando una chica paso corriendo y choco conmigo. Ella de inmediato se alejó unos pasos y me miró asombrada. Era Morgan, la hermana de Edward. Segundos después apareció caminado más atrás otro chico, Chris. El hijo de Bucky y Steve.

-¿Señorita Danvers?

La voz del chico sonaba distinta a la última vez que la había escuchado. Algo más grave.

Me gire hacia él y le saludé.

-Hola, Christian -Mire a la chica -Morgan. -Los dos chicos me saludaron. -Me preguntaba dónde podía encontrar a todos los otro y a Michelle.

-¿Sabe lo que pasó? -Pregunto la de pelo castaño.

Solté un suspiro antes de responder.

-Se lo de Nick, pero por lo que Edward me dijo creo que me he perdido de otra cosa.

Morgan se giró hacia su hermano y con solo la mirada le pregunto qué había dicho. Respondí antes que cualquiera.

-Dijo que estaban en el área médica, y Michelle internada. ¿Pero qué ha sucedido?

[...]

Desperté al sentir su mano soltarse de la mía.

Levante mi cabeza la cual había estado apoyada en mi mano libre sobre la cama. Podía sentir las arrugas de las sábanas marcadas en mi rostro. Me sentía agotado. Mis ojos pesaban y solo quiera seguir durmiendo. Pero también quería verla, asegurarme de que ya estaba mucho mejor.

Había logrado dormir mucho más tranquilo después de despertar en la noche y sentarme a su lado. Michelle me había sonreído y supe que todo iría mejor. Pero algo se había quedado rondando en mi cabeza. Había escuchado su conversación con Cassie.

Dirigí mi vista directamente hacia mi novia. Estaba sentada en la camilla, me daba la espalda y miraba a alguien frente a ella.

-Hola, Peter. Buenos días.

La rubia frente a nosotros mostró una gran sonrisa.

Aún me sentía muy dormido. Pase mi mano por mi rostro para despertarme un poco antes de saludar.

-Señorita Marvel... Digo Carol... Digo señorita Danvers...

Estaba tan cansado que sentía que ni siquiera hablar podía bien. Pero cuando Michelle se giró hacia mi desperté por completo.

-Que tonto, Parker. -Su voz era risueña, pero en su rostro habían lágrimas.

De inmediato, preocupado, lleve mis dos manos a su rostro. Seque con mis pulgares las gotas que caían de sus perfectos ojos.

-¿Estas bien, Amor? ¿Porque lloras?

En sus ojos ya no era el miedo lo que predominaba.

Ella soltó una risa para después agitar, en su mano izquierda, un sobre blanco frente a mi cara.

-Nick dejo una carta para mí.

Solté el aire que había aguantado de manera involuntaria. Aún mantenía mis manos en su cara. Sorprendiéndome, Michelle se acercó un poco más hacia mí y me besó en los labios. Sentía que con solo ese beso ella podía sacar todas las preocupaciones de mí. La sensación cálida de sus labios contra los míos, logro tranquilizarme un poco.

Se separó de mí y contempló el sobre en sus manos. Ella se veía muy feliz, sus ojos brillaban y no era solo por las lágrimas. Se veía la impaciencia por abrirla mezclada con el nerviosismo.

-Yo... -Miro hacia la rubia y luego hacia mí -Quiero abrirla... ¿Podrían por favor dejarme sola un momento?

Lo que menos quería era irme de su lado, pero sabía que necesitaba ese momento a solas y se lo daría.

-Buenos días. -Saludo la británica asomándose por la puerta.

-Buenos días.

Me reconfortaba escuchar la voz de MJ más alegre nuevamente.

Carol y yo también saludamos.

-Creo que yo me iré un rato, quizás nos vemos más tarde. -Hablo la rubia caminando hasta la puerta.

Michelle le agradeció por la carta antes de que ella saliera.

Jemma se acercó mirando los monitores y a la castaña.

-Con solo mirarte puedo decir que te ves mucho mejor hoy. -afirmo la mayor con su asentó -Podríamos hacer todos los exámenes necesarios temprano para que puedas ir a descansar a una habitación normal.

MJ se giró hacia mí y me miró con la felicidad e inocencia de un niño en sus ojos.

La lectura de la carta quedaría para más tarde.

Y así fue. Hacia las 12 en la mañana, mi hermano, ella y yo caminábamos hacia nuestra habitación en la base. Cada uno sumergido en su propio silencio y pensamientos. Michelle toqueteaba continuamente el cabestrillo en su brazo dereho de manera nerviosa. Parecia intentar acomodarlo una y otra vez. Ella se veía impaciente.
Yo sabía que era porque llevaba toda la mañana esperando por leer el contenido del sobre. Mientras le realizaban los exámenes, los cuales agradezco salieron todos bien (solo su brazo derecho siendo lo más afectado), ella no paraba de girar la vista hacia el papel blanco, como si este fuera a desaparecer si no se cercioraba de que seguía ahí.

-¡Hey! -Harley se acercó más hacia MJ y la abrazó pasando su brazo por la espalda se ella -¿Te sientes bien? -Tomó la temblorosa mano de mi novia, que movía el cabestrillo, y la junto a la suya.

Yo llevaba en mis manos una pequeña bolsa con algunos medicamentos que ella aún debía tomar, algunas de sus pertenencias y la carta. No quería que por nada en el mundo está se arrugara o algo. Razón por la que no había tomado su mano o ayudado con el brazo herido, pero me había fijado que ella no paraba de moverlo desde que salimos del área médica. Y eso me estaba poniendo las nervioso de la cuenta. Por suerte él se había acercado.

-Sí, estoy bien. Solo... intentaba acomodarlo.

Harley se detuvo frente a ella, soltó su mano, tomo la tira del cabestrillo y la ayudo a ajustarla.
Estábamos parados a la mitad del pasillo.

-¿Mejor? -Mi novia asintió -Me alegro. pero aún te ves algo preocupada, ¿que te pasa?

-Es que estoy un poco ansiosa. -Hablo mirando al rubio.

-Ansiosa ¿eh? ¿De qué MJ? ¿Acaso ya estás pensando en volver a trabajar?

Ella era muy trabajólica. Pero sabía que mi hermano solo estaba jugando a ser el chistoso, para distraerla.

Ella negó con la cabeza antes de contestar.

-Mi tío me dejó una carta.

Al escuchar su voz sabía que las lágrimas habían vuelto a salir.

Mi hermano la acerco más a su cuerpo ahora sí abrazándola por completo. Michelle estaba sollozando.

-C-cuidado con el brazo. -Le advertí.

El rubio asintió mientras pasaba sus manos con delicadeza por su espalda.

-Tranquila, tranquila... -Beso su frente por encima de su cabello -No pienses en el pasado, piensa en el futuro. Piensa en ese bebé y en que yo voy a ser el mejor tío del mundo ¿Sí? -el rubio levantó su mirada y la dirigió hacia mí, ya que ella se había escondido en su pecho. -Por qué les prometo, que si pasa algo, yo daré todo por el bebé. Ese bebé es fruto del amor tan fuertes entre ustedes dos, tontos tercos imposibles, y lo voy a querer y a cuidar más que nada en este mundo. ¿Sí?

Las palabras de mi hermano me enternecieron. Sabía que lo decía en serio, de todo corazón, y no solo por qué el momento lo ameritaba. Confiaba en él plenamente.

Podía ver el vaivén de la cabeza de MJ contra el pecho del rubio, afirmando sobre lo que el rubio había dicho.

-¿te sientes mejor después de mi gran promesa y el abrazo de oso?

Se había despegado de MJ. La sujetaba por los hombros y la miraba expectante con su gran sonrisa blanca. Ella levantó la mirada y contesto solo con una pequeña risa.

Retomamos nuestro camino. Ella iba más tranquila ahora, bajo los brazos del más alto. Al llegar a la habitación, lo primero que ella hizo fue entrar al baño.

Deje la carta sobre la mesita de noche del lado donde ella dormía para después dejarme caer en la cama. Estaba realmente cansado. Además que me dolía la espalda por la silla en la que había dormido durante la noche.

-Me quedaré por aquí. El turno de Wanda y Visión ya ha terminado, así que es mi turno. -Asentí sin levantar la mirada para verlo. Podía escuchar que caminaba por la habitación a paso lento. -Tú también quieres un abrazo de oso ¿verdad, hermanito? -Me pregunto.

Levante la mirada y él se encontraba parado frente a mí con su brazo estirado en mi dirección, esperando que lo tomara. Lo hice y el de un tirón me ayudó a levantarme. Parecía estar abrazandome con todas sus fuerzas. Palmeó mi espalda. Poco a poco podía sentir como mi cuerpo comenzaba a relajarse. En definitiva lo necesitaba.

-Todo está saliendo bien, Pete. Ya pasó, ya pasó... Todo saldrá muy bien...

Nos separamos de manera lenta al sentir la puerta del baño abrirse paulatinamente. Mi hermano no retiro su mano derecha de mí, dejándola descansar sobre mi hombro.

Michelle camino hasta la cama y se sentó en ella, en silencio. Tomo la carta de la mesita y la observó unos segundos entre sus dedos.

Sabía que nos pediría privacidad.

Carraspee para llamar su atención.

-Harley y yo saldremos un momento ¿Si?

-¿Porque saldremos...? -Pregunto mi hermano a lo que le respondí con un codazo, sin dejar de ver a mi novia a los ojos. -Aah... sí, sí. Saldremos. -Afirmo.

-Estaremos afuera por cualquier cosa. -Le dije mientras me dirigía a la puerta.

-Sí, estaremos a fuera. -Repitió mi hermano apuntando la puerta.

Ella soltó una risa al darse cuenta de que Harley no entendía lo que sucedía.

Antes de tomar el picaporte me dirigí a ella una última vez.

-¿Quieres que abra eso por ti antes de salir? -Me referí al sobre.

Michelle acepto. Me acerqué a ella, mientras Harley abría la puerta. Con finura comencé a levantar la solapa del sobre hasta despegar la casi sin romperla. Le entregué él sobre para después darle la espalda decidido a salir. Pero volví a voltearme al sentir como ella tiraba de mi mano. Me deje llevar por el empujón, casi sin fuerza que me había dado, hacia ella. Me besó. «Te amo» Escuché salir de su boca. Nos separamos y se soltó de mi.

Al cerrar la puerta de la habitación tras mi hermano pude escuchar el sonido del sobre del papel salir del sobre.

-¿Porque la dejamos sola? -Me pregunto Harley algo desconcertado.

-Ella lleva todo el día esperando para leer la carta de Nick. Sé que necesitaba y quería algo de privacidad. No pasa nada, nosotros estamos aquí afuera por cualquier cosa, además de que estoy atento a lo que pasa adentro de la habitación. Puedo escuchar como pasa las hojas de la carta por sus manos.

El rubio asintió para luego sentarse en el suelo junto a la puerta. Lo imite sentándome a su lado. Me costó un tanto sentarme, debí apoyar todo mi peso en mi pierna sana. Deje mi otra pierna estirada. Pase mi mano por esta. Los dos nos quedamos unos minutos en silencio hasta que hable.

-Gracias por lo que dijiste antes, Harls.

-Por nada. Lo dije en serio, haría todo por ustedes y ese bebé no será la excepción. Además estoy muy ansioso por malacostumbrarlo.

-Gracias -volví a repetir. -Y estaremos atento a lo segundo. -Dije con una media sonrisa.

-No puedo creer que vallan a ser padres. Me siento muy viejo.

Reí ante su comentario.

-Yo tampoco me lo creo. Aún siento que estoy soñando. Con todo lo que nos ha pasado. Mi yo de 14 debe estar orgulloso de todo lo que hemos logrado.

-Yo creo que el Peter de 17 en especial. Con todos los problemas que tuvieron para hacerlo y ahora ella está embarazada -Estallo en una carcajada.

Le pegue un manotazo como broma, mientras rodaba los ojos.

Pero era verdad. Todo esto nos había costado muchísimo pero estaba valiendo la pena totalmente.

[...]

En cuanto la puerta se cerró saque las hojas del sobre.

No podía esperar más. Estaba más que impaciente. Sentía que quizás si la leía lo sentiría más cerca de mí. Quizás así lograría despedirme.

La había escrito a mano. Su letra era algo desordenada pero podía apreciar su mano firme.

«Para mi querida sobrina»

Eran simples cuatro palabras, pero eran simples cuatro palabras que nunca más volvería escuchar.

Mis ojos empezaron a humedecerse.

Comencé a leerla en voz alta, pero un tono bajo casi inaudible. Solo para nosotros dos.

-Sé que cuando tengas están carta en tus manos será porque todo ocurrió como debía. Por fin estaré en donde sea que vallamos todos después de esta vida, espero reunido con tus padres y todos los agentes que vi partir en mi camino. Escribo esto para despedirme y disculparme, por qué sé que aunque llores por mí, estás más enojada que triste. Sé que estás enojada por no poder pasar más tiempo conmigo, por no haber aprovechado todos los momentos juntos, por no haberme convencido de quedarme y no ir a mi última misión, por no haberme retirado pese a mi edad. Por qué no alcanzaste a decirme todo lo que querías decirme. No te sientas culpable. Todo esto lo decidí por mí mismo. Sabía que este momento llegaría y tú sabías que no hubiera aguantado una vida sin seguir haciendo mi trabajo. Así que finalmente decidí retirarme.

«No me necesitabas más aquí, sé que puedes seguir sola. Sabes que siempre pienso cada uno de los detalles de mis planes. No iba abandonarte sabiendo que no lograrías cumplir tu misión. Stephen hizo una excepción conmigo. Me permitió ver qué pasaría. No como llegarías a eso, pero sí que serías feliz. Porque vas a ser feliz Michelle, aunque ahora no logres imaginar cómo. Vas a serlo y más que nunca. Te lo prometo. Vi con mis propios ojos la gran sonrisa de tu madre en tu rostro brillando más que nunca. Te veías tan llena de vida y esperanzas. Te veías hermosa. Sabes que a mí igual me encanta el negro y sé que es tu color favorito, pero llevabas un vestido rojo que te hacía ver tan tú. Estabas rodeada de todos los que te aman, y aunque no conocía a todos y quizás en este momento no lo entiendas, necesitaba decirte que lo vi. Gracias por el nombre. Estotalmente un honor.»

¿A qué se refería con que lo había visto? ¿Y el nombre? ¿Sería acaso posible...?

Se refería quizás a... a mi hijo...

«Me recordó mucho a ti cuando solo eras una niña y tus padres seguían vivos. Además tenía tu cabello.»

Cerré los ojos unos segundos, asimilando toda la información.

El sonido de mis lágrimas cayendo en el papel era lo único que podía oír.

No sabía que pensar sobre lo que estaba leyendo.

Realmente todo saldría bien.

Sabía que quizás él me lo mencionaba para que quisiera seguir adelante. Él sabía de mis pensamientos y del vacío que siempre había sentido.

«Estoy orgulloso de ustedes y todo lo que han logrado. Peter cambio tu vida y sería un tonto si no lo reconociera. Sé que no lo dejaras leer la carta o simplemente él por respeto no lo intentará pero quiero que le agradezcas en mi nombre. No quiero causar peleas, pero Peter sabía. Yo le pedí que no te dijera nada, pero él también pensó que yo volvería o rogaba que fuera así. Por eso te pidió que no te enojaras conmigo antes de irme a la misión. Parker es un gran chico, con un gran corazón y es una de las mayores razones por la que sé que podré estar tranquilo. Sé que él te cuidará y tú a él. Sé que todos en la base lo harán en especial los Stark. También decir que no le di la carta a tu novio porque, aunque confío en él, me imaginé que tú la hubieras encontrado en sus cosas o él simplemente se hubiera delatado y te la hubiera pasado antes de tiempo.»

Entre las lágrimas pude escuchar mi risa.

«Michelle encontraste la familia con la que tanto soñabas.»

Si, pero tú siempre me harás falta.

«Mantén esa cabeza en alto con esos ojos bien abiertos y la astucia de siempre. Vas a lograrlo. Es lo único que necesitas saber.
Los papeles están llenos en mi departamento. Sé que no querías preocuparme, pero este es el trabajo ideal para ti. Eres perfecta para ser una agente y trabajar con los vengadores o SHIELD. Siempre fue tu sueño desde pequeña, te encantaba jugar a que eras una espía. Coulson espera que hables con él cuando estés preparada. Quizás no tengas un poder, magia o una armadura pero sé que podrás hacerlo. (Nunca es tarde para pedirle a Tony y Harley una armadura o para pedirle a Strange que te enseñe a ocupar por completo tu cerebro. Siempre es bueno mantener un haz bajo la manga.) Necesitamos vengadores para él futuro. Tú, los hijos Starks, y hasta diría que Cassie, serán un gran equipo para guiar y velar por la paz del planeta... O ya debería decir del universo.»

Vengadores para él futuro... Suena bien ¿no?
Nosotros, digo yo... ¿Podría hacerlo?

«Sé que no soy tus padres, ni me puedo comparar con ellos, pero di lo mejor de mí para intentar criarte. Y la verdad me siento satisfecho con mi trabajo. Eres una gran mujer y con cada paso que des, decisión que tomes te convertirás en una aún mejor.»

«Pintare cielos para ti.»

«Te ama, tu tío, Nicholas Fury.»

[...]

Lo que menos quería era seguir trabajando para ellos. Mi madre ya se había ido, ya no me estaban presentando un servicio. Me las arreglaría solo. Buscaría donde vivir y como mantenerme. Pero primero necesito lograr salir de esto.

Sé que si escapó me encontrará. Por eso necesito pactar con ella alguna manera para que me deje libre. La conozco intentará persuadirme y hacerme cree que estoy mejor con ella. Y lo ha hecho, durante todo este mes que he intentado de convencerla. Quizás esta vez me cuente algo sobre el futuro, pero la verdad dudo de que siempre diga realmente lo que ve. Muchos de sus seguidores estaban aquí por sus visiones. Pensaban que al estar con ella el futuro no sería incierto y estarían asegurados. Yo nunca quise estar aquí. Ella me trajo y me quedé por necesidad. Al principio era solo un niño y no entendía muy bien lo que hacía, solo sabía que necesitaba a mi madre. Y solo, sin mi padre, ni familia en este país, nunca habría logrado mantenerla.

-¿Así que sigues quisieron un trato? Pensé que estabas muy cómodo aquí con nosotros. No entiendo porque quieres irte...

-Solo quiero comenzar de cero, ya te lo he explicado -La interrumpí. Intente no mirarla a los ojos. -Tener una vida normal.

Se acercó a mí. Ella era una mujer adulta, perfectamente podría ser mi madre y a veces actúa como si lo fuera. Pero nunca lo sera.
Yo era unos centímetros más alta que ella.

-¿Sin familia? ¿Sin dinero? ¿Sin tener a dónde ir? -Con cada pregunta nuestra cercanía aumentaba -¿Siendo un inhumano? -Estaba muy cerca. Recorrió mi rostro con una de sus garras -Querido Leonardo, yo también te lo he dicho. Realmente pienso que estarías mucho mejor aquí conmigo. Con personas como tú y como yo.

-Estoy hablando en serio, Raina. -Intente sonar seguro.

Tenía que aceptar que a veces era intimidante.

-Y yo también lo hago. -Afirmo quitando su garra de mi cara -Pero si tanto así lo quieres...

Ella se volteó y alejo de mí. Camino hasta la silla detrás de su escritorio y tomo asiento.

Estaba impresionado. ¿Acaso por fin había aceptado? Después de todo estos días, había aceptado ¿sólo así?

-No soy tan mala. Podrás irte y hasta quizás te dé un poco de dinero, pero debes acceder a hacer un último trabajo. Será largo, pero si lo cumples bien podría tener un gran precio. Sé que eres el indicado, él único que puede cumplirlo y tengo fe, de que quizás en un futuro sigas trabajando para mí -Me giño un ojo.

Y como lo imaginé esto no sería gratis. Un último trabajo. Ya no me importaba a quien podía pasar a llevar cumpliendo algo. Solo necesito ser libre para comenzar de nuevo.

-Piensa lo que quieras. -Le dije mientras me sentaba. Levante mis pies y los puse en su escritorio. -Solo dime cuál es el trabajo de una vez.

Estaba acostumbrado a estar en ese lugar. Escucharla asignarme tareas. Memorizar nombres, acercarme a personas, sacar información y entregársela. O hacer lo que ella pidiera. Pero ésta sería la última vez.

-Te extrañare ¿sabes? ya eres casi un hijo para mí. Será imposible encontrar a otro como tú.

-La tienes a ella. -Conteste sin mirarla.

-Si, si, es verdad. Aunque por ahora no funcionaría. Es solo una niña aún y sabes lo valiosa que es. Pero estamos hablando de ti, no de ella. Tú no encontrarás a nadie más que te acoja como nosotros.

Ignore sus palabras manteniendo mi mirada fija en mis botines negros mientras esperaba me diera la información. No quería que nadie me acohiera como ellos, si así podía llamarse. La niña seguiría aquí, lo sé. Y si, me siento un tanto mal por eso, pero ella no es mi problema. Nunca me dejarían llevármelos y sacarla de aquí sería imposible.

Solo quería que me diera la misión. Había dicho que esto sería largo, por lo que quería hacerlo lo más rápido posible. Antes, mejor.

Tomo su computadora y giro la pantalla hacia mí.

-Iras a la escuela y te harás amigo de estos chicos.

Observe las fotos en la pantalla

Parecían de mi edad. La foto parecía ser de los registros escolares.

Él era de tez pálida y con el cabello oscuro. Sus ojos eran claros y su expresión seria.

Ella tenía una sonrisa encantadora, y cabello castaño. Era... Era bonita.

Solo verlos no me decía mucho. Ella parecía ser la típica niña encantadora, hueca y que no mataría ni una mosca. Sería pan comido acercarse a ella. Aunque él, a diferencia de la chica castaña, se veía frío y lejano.
Pero sabía que podía estar equivocado. Una foto no podía describir a una persona.
Sus apellidos me dieron un indicio de porque Raina estaba interesada en ellos.

Rogers-Barnes y Stark.

Por lo menos parecía que esta última misión sería interesante.

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