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00. I'LL BE WATCHING YOU
chapter zero        📼  prologue

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El momento que había estado evitando desde que mi padre anunció nuestras vacaciones a California finalmente llegó: el recorrido por el puente de candados.

No es por ser un aguafiestas, difícilmente esa es una palabra que me describa, pero decir que estaba emocionado por estar aquí era mentira.

Mi hermana Piper, por otro lado, estaba encantada y casi vibraba de felicidad mientras recorría el puente de candados.

Este era el lugar donde nuestros padres habían sellado su amor inquebrantable e interminable.

Hasta que la muerte los separó. 

Pensar en mamá era lo que más había intentado evitar desde que supe que pasaríamos las vacaciones de verano en California, de entre todos los lugares turísticos que podríamos haber elegido.

Paréntesis en intentado, porque obviamente, no lo logré. Era como si toda la ciudad me gritara "recuerdos dolorosos, llora aquí" en cada rincón.

Pero llorar no era una opción, si bien no conozco a nadie en California que pueda burlarse de mi más tarde, siempre estaría la posibilidad de que alguien grabe chico idiota llorando en el puente de candados y me haga viral o alguna estupidez así.

Decidí que si iba a estar aquí, lo haría con la peor de las ondas. Ceño fruncido, ojos entrecerrados, brazos cruzados, todo en mi lenguaje corporal demostrando la incomodidad que en voz alta jamás admitiría.

Al menos logré divertirme un poco ubicandome en el lugar exacto para arruinar la mayoría de fotos de los turistas. 

No es que odiara los viajes familiares, pero odiaba cómo mi papá y mi hermana parecían estar tan empeñados en recordar a mamá cuando yo lo único que quería era olvidarla.

No porque no la extrañara, sino porque aún dolía demasiado pensar en ella.

Pero, a pesar de todo, yo estaba haciendo mi esfuerzo aquí en no arruinar el viaje, incluso respondía las preguntas ridículas que a mi papá se le ocurrían con tal de iniciar una conversación como, ¿no creen que el cielo está especialmente azul hoy?

Sí, papá... sí.

Solté un suspiro y me apoyé contra la barandilla, esquivando la cantidad absurda de candados de colores que cubrían el puente.

Mi papá ya se había vuelto un experto en el arte de ignorar mi incomodidad, como si mi malhumor fuera una niebla oscura que él podía esquivar con practicada facilidad.

—Hoy es un lindo día para tomarnos fotos, ¿cierto, Parker? —me preguntó papá, con su sonrisa radiante mientras observaba a Piper buscar el candado de mamá.

Lo miré con poco interés, pensando en que tal vez podía escaparme a comprar algo de comer, después de todo, el hambre parecía una excusa realmente buena en estos momentos.

—Sí, un día encantador —respondí con ironía. 

Mi padre sonrió, agradecido por lo que seguro creyó que fue respuesta sincera de mi parte.

—Lo sé. —siguió él, en su propio mundo—. Vengan chicos, tomemos una foto.

Papá sacó su teléfono con la pantalla destrozada e intentó abrir la cámara, pero la voz de Piper a la distancia lo hizo detenerse.

—¡Espera, papá! ¡Vengan aquí primero! —llamó Piper, haciéndonos señas para que nos acerquemos, papá llegó rápidamente, pero yo me tomé mi tiempo, soltando un  bufido antes de moverme con lentitud hasta ellos—. La foto que mamá se tomó fue por aquí, ¿cierto? ¿Por qué no buscamos en donde dejó su candado para colocar el nuestro junto al de ella? Luego podremos sacarnos fotos.

—Suena bien para mí. ¿Tú qué opinas, Parker? 

Me encogí de hombros y asentí. Mientras más rápido tomemos esa foto, más pronto podremos irnos.

Y con esa idea en mente suspiré de nuevo y me agaché para buscar el dichoso candado, que ya conocía de memoria.

La foto que Piper sostenía en su mano yo ya la había visto cientos de veces, cuando sabía que todos en casa se encontraban dormidos.

Y si hablaba o no con la foto no era asunto de nadie y jamás tendrían porqué saberlo.

El puente se había llenado aún más de turistas, tal vez incluso de californianos que no tenían mejores planes que pasar su sábado en un aburrido puente lleno de candados.

Sí, sí, sé el verdadero significado de los candados y lo importante que es para algunas culturas sellar su gran muestra de amor y arrojar la llave por el lago, todo tan romántico, pero saberlo no lo hacía ni un poco menos aburrido.

—¡Creo que lo encontré! —exclamó Piper, a un par de metros de distancia.

Extendí el brazo y toqué un candado con forma de corazón. Reconocí de inmediato las iniciales de mis padres.

—No, yo lo encontré —dije con aburrimiento, aunque por dentro me sentía satisfecho.

Mi padre se acercó hasta donde yo estaba agachado, sus dos manos palmearon mis hombros mientras él reía alegremente al ver que efectivamente era el candado.

—Sí, es este. Bien hecho, campeón. 

Sonreí levemente al escuchar el cumplido, pronto Piper se nos acercó con una gran sonrisa, que se suavizó al ver la falta de entusiasmo en mi cara. 

—¿La extrañas mucho, verdad? No te largues a llorar, hermanito. —susurró ella en un tono cómplice, para asegurarse de que papá no la haya escuchado.

Rodé los ojos y me alejé, asegurándome de que su emoción no se me contagiara.

Piper se aseguró de colocar el candado justo al lado del de mamá, antes ya lo habíamos firmado, así que solo me aseguré de observar todo a una distancia segura.

Y cuando Piper arrojó la llave al lago, de alguna manera me sentí más relajado, como si ahora pudiera sentir a mamá más cerca de mí, incluso aunque no podía verla.

El puente de candados no era solo para declarar amores románticos y con ese candado nuestro le habíamos declarado a mamá que, a pesar de que ella no estaba aquí, nosotros siempre seguiríamos amandola y recordandola.

—¿Podemos ya tomarnos la foto e irnos? —pregunté, forzando una leve sonrisa para motivar a papá a que nos apuremos.

Si paso un solo segundo más en el puente sé que la idea de no llorar se volverá más tentadora, pensar en mamá siempre terminaba de esa forma.

Para mi suerte, nadie pareció notar el breve momento melancólico que tuve y pude fingir que nada de eso había ocurrido.

—¡Por supuesto! A ver… —Mi padre rebuscó en su bolsillo su teléfono destrozado, y no pude evitar reír. 

—No, espera. Eh… —Saqué mi propio teléfono, mucho más cuidado que el suyo, y busqué a alguien cerca que pudiera tomarnos la foto. 

Mis ojos se posaron en el primer chico que vi cerca, era un poco más alto que yo y estaba concentrado en su teléfono, pero como no parecía muy ocupado me acerqué y le toqué el hombro. 

Se giró con una expresión confusa, pero con una sonrisa amigable. 

—Hey, ¿necesitas algo? 

Por un momento me distraje con su sonrisa antes de recordar para qué estaba ahí.

—Sí, huh… ¿Podrías tomarnos una foto? —pregunté, señalando distraídamente hacia mi propio teléfono, mis ojos aún fijos en los de él.

—Oh, sí, por supuesto. —el chico extendió su mano y tomó el teléfono que yo le estaba ofreciendo.

Justo cuando el chico volteó el teléfono y soltó una risa al ver mi funda recordé que no había quitado todos los stickers nerds.

Oh mierda, ¿se va a burlar ahora?

¿Debería sacarle mi celular y salir corriendo?

¿Tendré que buscar a otra persona para que nos saque la foto?

Espero que Piper no esté viendo esto.

—¿Peter Quill? Es la primera vez que conozco a alguien que le guste Quill. —comentó divertido, guiñándome un ojo antes de hacerme una seña para que me colocara con mi familia. 

Me tensé, esperando la burla que parecía tardarse en llegar.

Pero no llegó.

Lo cuál... Extraño.

Sonreí sin darme cuenta y asentí para mí mismo, caminando hasta donde estaban Piper y papá, que se encontraban practicando poses para las fotos.

Papá ya me estaba esperando con un brazo extendido y me acerqué hasta él, notando como Piper se encontraba justo del otro lado.

El pensamiento de que alguien faltaba en esta foto cruzó rápidamente mi mente, pero me forcé a ignorarlo y en cambio, miré hacia adelante.

Gran error.

El chico estaba sonriendo mientras sostenía mi celular y por alguna razón, aquello se veía demasiado... Bueno mierda, ¿en qué estoy pensando?

—Espera un segundo… ¿Parker está sonriendo? —preguntó mi padre en dirección al chico, señalándome con el mentón y trayendome de vuelta a la realidad.

Rodé los ojos y forcé una sonrisa aún más exagerada, pero cuando vi cómo el chico me miraba con una ceja alzada y con una expresión claramente traviesa, mi sonrisa de pronto se volvió genuina. 

—Sip, descuide, él está sonriendo. —aseguró con un asentimiento antes de tomar varias fotos.

Cuando todo el sufrimiento de las fotos se terminó, me acerqué a él para recuperar mi teléfono. 

—Gracias, eh… 

—Aryan. Un gusto, Parker. —Sonrió, devolviendome mi teléfono y sosteniendo mi mirada por unos segundos más de lo necesario—. Oye, no eres de por aquí, ¿cierto? 

—Huh, no. Somos de Rhode Island. —respondí, frunciendo el ceño al recordar que Aryan ya sabía mi nombre—. Espera, ¿cómo sabes mi nombre? 

—Tu padre te llamó así, ¿no? —Aryan sonrió aún más, divertido.

Mierda. Idiota, idiota…

Sentí todo mi rostro ardiendo y solo esperaba que no esté sonrojado o alguna estupidez así.

—Claro… —murmuré, bajando la cabeza. Cuando vi que Aryan ya estaba dispuesto a alejarse, me apresuré a decir algo, lo primero que se me ocurrió—. Oye, habías dicho… ¿que a nadie le cae bien Quill? 

—¿Después de Infinity War? Nah, nadie lo quiere a ese tipo. —bromeó Aryan y yo solo pude rodar los ojos divertido.

—¡Oh, vamos! Lo hizo por amor, él estaba desesperado por encontrar a Gamora. —incluso aunque él parecía saber todo eso, yo sentí que era necesario defenderlo.

Peter Quill, nadie jamás me hará odiarte.

—Pero arruinó todo el plan que tenían y fue por su culpa que Thanos consiguió la gema del tiempo. —apuntó Aryan, alzando las cejas con diversión, sus ojos todavía fijos en mi rostro, en mí, lo cuál, woah.

Oye, ¿no es Aryan un lindo nombre? Pensé, un poco distraído, frunciendo el ceño al escuchar la risa de Aryan frente a mí.

—Oh, gracias, Parker también es un buen nombre.

Qué-

No me digas que dije eso en voz alta.

Mierda, no. No soy tan idiota... ¿Verdad?

A la distancia, alguien gritó el nombre de Aryan y todo el nerviosismo que estaba sintiendo pareció duplicarse al ver como Aryan volteaba para responder y después se volvía hacia mi con un gesto de disculpa.

—Oye, ya debo irme, pero este debate de Quill no puede terminar así, ¿cierto? —antes de que yo pueda responder, el extendió su mano hacia mi, estaba lo suficientemente lejos como para no tocarme al extender su mano, pero la sola cercanía casi me hizo temblar—. ¿Te puedo dar mi número? Y si te quedas un par de días más por aquí, te puedo enseñar el lugar, ¿va?

—¡Sí!

Oh mierda.

Cerré los ojos con fuerza en cuanto me di cuenta de lo desesperado que había sonado mi respuesta inmediata.

¡Dios! ¿En serio? ¿Ni siquiera un segundo para hacerme el interesante?

Extendí mi teléfono a ciegas, sin atreverme a abrir los ojos y sintiendo cómo mi rostro ardía más de lo humanamente posible.

Definitivamente estoy sonrojado, él me está viendo sonrojado y hacer el ridículo.

Jamás me va a responder el mensaje.

Y entre todo mi pánico interno lo escuché reírse, no era una risa burlona, pero tampoco ayudaba a mi crisis.

El sonido de su risa me envolvió de una manera extraña que no me gustó nada.

No seas idiota, ¿cuánto tiempo pasó de conocerlo, quince minutos? 

—Listo, llámame.

Me atreví a abrir los ojos justo a tiempo para verlo sonreírme suavemente antes de alejarse.

Me quedé ahí parado como un imbécil, viéndolo regresar con su familia o al menos intenté seguirlo con la mirada hasta que dos figuras se plantaron frente a mí.

Rodé los ojos al reconocer a mi padre y a mi hermana, con unas sonrisas tan grandes que parecía tener frente a mi a dos gatos Cheshire.

—¿Eso que vi fue una interacción genuina de Parker? —soltó papá con diversión.

—Jaja. —Me crucé de brazos, sabiendo de las burlas que se vendrían ahora, todavía mi rostro se sentía demasiado caliente como para poder defenderme sin verme aún peor.

—Creo que sí... Nunca había visto eso desde… 

Piper dejó la frase en el aire a propósito, con una sonrisa malvada en los labios.

Genial.

—Diría que Charlie, pero Parker ni siquiera tuvo que intentarlo con él, fueron amigos desde que nacieron. —la ayudó papá, fingiendo encontrarse pensativo.

—¿Pueden detenerse? —pregunté, cada vez con menos paciencia. 

—¡Oh, no, ya sé! ¿No recuerdas aquella vez que… —Piper volvió a cerrar sus labios, en una sonrisa hacia abajo, intentando contener su risa.

—Ya, deténganse. 

Me di media vuelta y me alejé sin mirar atrás, pero sabía que esos pasos eran ellos siguiéndome de cerca para seguir con sus bromas.

—¡No te olvides de esa vez en donde también... 

—¡Piper! —grité, sintiéndome demasiado humillado en esos momentos como para intentar algo más, escuchando de fondo la risa de papá y de Piper que me siguieron todo el camino hasta el hotel.

⋆ 💛  ⋆  💚 ⋆ 

—Entonces decidí pedir una beca en la escuela de Aryan. 

Terminé mi discurso y señalé la pantalla del televisor, donde aparecía una foto de Aryan y yo abrazados. Tenía dos años, la primera y única vez que estuvimos juntos en persona. 

—¿Y todo esto es con el permiso de quién? 

Mi padre, sentado en el sofá, bajó la mirada del televisor para mirarme con los brazos cruzados y el ceño fruncido. 

—El de mamá. —Sonreí y señalé a la silla vacía que había puesto estratégicamente cerca de nosotros para cuando papá haga esa pregunta.

Papá suspiró, negando con la cabeza antes de mirar a Piper, que seguía sonriendo al televisor como si estuviera viendo una película romántica. 

—Yo creo que es tierno, debería ir, papá. Además... es la ciudad en donde mamá creció.

Piper le lanzó una mirada a Mary, la nueva novia de papá, buscando apoyo.

—Es muy romántico, John. —La pelirroja sonrió con suavidad antes de mirarme—. No vemos esto en Parker desde… bueno, jamás hemos visto esto de Parker. Creo que sería una buena oportunidad para que crezca como persona. Además, esa academia es muy prestigiosa, le haría bien finalmente… estudiar. 

Dijo la última palabra con demasiada intención y lo único que pude hacer es ocultar mi sonrisa divertida.

Papá suspiró otra vez, asintiendo antes de voltearse y preguntar—¿Y tú qué opinas?

La pregunta en cuestión fue dirigida a Walker Scobell, el novio de mi hermana, que estaba recargado en el respaldo del sillón jugando con el cabello rubio de Piper.

—¿Yo? ¿Y por qué yo? 

Walker sonrió tímidamente, mirando primero a mi padre y luego a mí. Me crucé de brazos, asegurándome de fulminarlo con la mirada en una clara advertencia de que debía decir solo lo que yo quería escuchar.

—Eres parte de la familia ahora, necesito otra opinión, vamos. 

Walker sonrió con diversión antes de encogerse de hombros. 

—Bueno… Es la primera vez que veo a Parker Jackson queriendo a alguien y Aryan se ve que es un buen tipo. ¿Por qué no? Ya es un niño grande. 

—Gracias, Walker. —Arrastré todas las vocales en burla, disfrutando por primera vez de su existencia, al fin el novio de mi hermana tiene alguna utilidad—. ¿Entonces? 

Volví a mirar la pantalla, sonriendo al ver el rostro de Aryan.

Ya casi, amor. 

—¡Bien! Puedes postularte. Veremos qué sucede una vez que te acepten. 

Papá se puso de pie, dándo la discusión por terminada.

—En realidad… —Puse mi mejor cara de inocencia—. Ya me aceptaron.   

—Parker...  —comenzó a decir papá, en un claro tono de advertencia.

—¡Pero ya dijiste que sí, así que iré a preparar las maletas! 

Salí corriendo antes de que él pudiera decir otra palabra, chocando los cinco con Piper y luego con Walker en el camino. 

Escuché los gritos de mi padre de fondo, pero no me importó.

Entré a mi cuarto con una sonrisa que nadie podría quitarme del rostro en aproximadamente cinco años.

En realidad él no cree que puede detenerme, ¿verdad?

Miré mi maleta, ya lista sobre la cama, sabiendo que ya no doy más de la emoción.

Aryan, amor, ya voy a verte.

⋆ 💛  ⋆  💚 ⋆ 

¡holii! ¿qué les pareció el prólogo? cuéntame, ¿alguna vez tuviste una relación a larga distancia como los chicos? y si es así, ¿cómo fue? ¡los leo en comentarios!

agradecimiento especial a majo por la ayudita con el título jsjs♡⁠♡⁠

¡si les gustó no se olviden de votar y comentar!