Epílogo
El funeral de Harrison Sierra terminaba. Terminaba de ser un chiste de mal gusto del autor porque no murió en realidad. Le sugerí que no era buena idea cuando me dieron el trabajo de narrador, pero él insistía en hacer sufrir a sus lectores y querer dejarlos en ascuas hasta el epílogo.
Ahora se preguntarán qué sucedió en aquel decadente callejón de Basura Vill. Luego del disparo y las lágrimas, la policía llegó finalmente a la ubicación que las Damas Letales habían provisto a C.O.M.B.A.T. Un equipo de paramédicos atendió a Harrison y lo enviaron al Hospital Burger Center, donde el exnovio doctor de Chencha lo atendió personalmente y se aseguró de que el paciente saliera sano y salvo de la operación.
En agradecimiento la nona tuvo que aceptarle una cita y, con mucho dolor, romper las reglas de Dua Lipa. Pero por Harry lo haría, le estaba agradecida en el alma el haber salvado a su hija de las garras de la muerte.
Para entender mejor lo que sucedió luego con la vida de nuestros protagonistas, volvamos unos minutos después del disparo, cuando Mister Brutality en persona se encargó de que las Damas Letales y la familia Sierra Lapuerta salieran librados del interrogatorio policial y periodístico.
—Entonces... ¿la nona es una espía? —preguntaba Vivi An, con Theo junto a ella, aún estupefactos.
—Era, sí, pero supongo que una vez lo eres, nunca dejas de serlo —contestó Chencha.
—¡Eso es jodidamente genial! Quiero ser como tú. Mamá, ¿puedo?
—No, definitivamente no. Es demasiado peligroso —respondió Katherin—. Mira nada más en lo que terminamos metidos. Eso explica por qué había un láser en tu habitación —dijo hacia su madre—. Ahora comienzo a creer que en realidad sí tienes esos explosivos que mencionaste el otro día.
—Una siempre debe estar preparada, babe. En primer lugar, mírate, si no te conociera, diría que llevas el espionaje en la sangre.
—¿Entonces mamá no es una espía? —preguntó Vivi An, confusa—. Pablo e Isabel se referían a ti como si lo fueras.
—¿Ves? Lo llevas en la sangre. Algún día deberías intentarlo, mi niña. No podemos dejar perder la herencia familiar.
Katherin soltó un respiro largo.
—Olvídenlo, ahora solo quiero que regresemos a casa todos juntos y que Harry salga bien de la cirugía. No tengo cabeza para pensar en jugar a los espías nuevamente.
—¡Voy a volver, y haré que todos sufran por haber interferido con mis planes! —gritó Isabel mientras la escoltaban a la patrulla—. ¡Lo vas a pagar, anciana, tú, esas otras abuelas y toda tu familia lo harán!
Las Damas Letales la vieron ser encerrada con una sonrisa triunfante. Mongol y Pablo ya estaban adentro.
—Sí, típicas promesas de villlana derrotada. Púdrete, cretina —gritó Carmen.
—Qué vergonzoso ha de ser para la Reina X cuando se comience a murmurar que ella y toda su red fue derrotada por un grupo de ancianas —se burló Rita.
—¿Y entonces? ¿Qué sigue ahora? —inquirió Margó, abrazada de Ben.
—Yo invito los tragos —dijo Ben—. Y, por supuesto, pongo la casa. Pero por nada del mundo pienso jugar a Cuando joven, yo hubiese.
—No podía ser de otra manera, querido Ben —rio Chencha.
—Me temo que la ronda va a tener que esperar, agentes —habló Mister Brutality, acercándose al grupo con las manos tras su traje oscuro—. Hemos desarticulado la red en Pizzalia, el alcalde Putrimp y otros involucrados están siendo detenidos en este momento, pero aún hay un misterio de seguridad nacional por resolver y COMBAT requiere específicamente de sus servicios, pero antes, ¿alguno aquí ha oído hablar de la organización CHISMEAR?
Todos se giraron en una misma dirección, despejando el camino hacia una sorprendida Katherin.
—Sí, por qué.
En Mister Brutality se formó una leve sonrisa.
Empanacity.
Seis meses después.
Ruby se estacionó frente a la Mansión Empanatriz por orden de Ben. Katherin y las Damas Letales fueron las únicas en bajar; pero a diferencia de otras ocasiones, no lucían como las Damas Letales en lo absoluto, sino como completas ancianas recién sacadas del asilo. Katherin las condujo cuidadosamente hasta la entrada del recinto, donde los detuvo la seguridad.
—Soy Alexandra D'Calistro, líder de la Casa-Hogar abuelitos sin dientes pero sonrientes —explicó Katherin, mientras las Damas le sonreían con su chapa vacía al guardia. Él no las encontraba por más que buscaba en su tableta, pero de pronto la invitación apareció en la pantalla cuando volvió su mirada a la lista—. ¿Algún problema?
—No, señora D'Calistro, usted y sus invitadas a la gala benéfica puedan pasar. —Removió el bloqueo y las invitó a ingresar con un ademán.
—Gracias, es usted un hombre muy bueno —balbuceó Chencha con dificultad mientras lo felicitaba con una suave palmada en el hombro, y, sujetada de las demás Damas, entraron con pasos lentos y temblorosos—. Estamos dentro —avisó al tocar el comunicador en su oído, de regreso con su tono real.
—Ja, el imbécil se comió el cuento —dijo Carmen.
—Increíble cómo estos abrigos de lana engañan a cualquiera —comentó Rita mientras entraban a un cuarto donde, por obra de Carmen, la cámara se apagó—. Hasta me dieron ganas de jugar bingo.
—Concentrémonos en el objetivo —recordó Margó—. Hay que procurar a toda costa que Christopher Renaldi juegue su carta maestra.
—Margó está en lo correcto —escucharon a Ben por el micrófono en sus oídos—. Recuerden: Renaldi debe ser detenido después del cierre del negocio, solo así todos sus aliados serán expuestos. Agente Lapuerta, ¿está clara en su misión?
—Lista, como si toda mi vida me hubiera preparado para esto —confesó Katherin, sonriente, cruzando una mirada cómplice con su madre—. Acabaremos con Renaldi y todos sus negocios antes de que lleve su juego de muerte a Pizzalia.
—No podría estar más orgullosa de ti, babe —contestó Chencha.
—Copiado. Pueden proceder.
Katherin estiró su pierna y del quiebre en su largo vestido dorado quedó descubierta su arma. Las Damas Letales se despojaron de sus ropajes de mujeres mayores y dejaron ver todo su armamento.
—Y eso es justo lo que haremos —dijo Chencha—. Damas Letales, a trabajar.
¡Llegamos al final!
El epílogo va dedicado a MelvinPin. ¡Muchas gracias a todos por haberme acompañado en esta historia!
¿Les interesaría una secuela en el futuro? Puede que se me haya ocurrido una travesura más para nuestros protagonistas de Nona al rescate ;)
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