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Una noche cualquiera, con las nubes cubriendo la luna, y un agradable ambiente húmedo y fresco tras una leve tormenta, fue lo qué percibí al abrir mis ojos, recostado en mi cama, no pudiendo ver otra cosa qué no fuera el techo de mí habitación,  mirando unos segundos el techo pensativo, me di cuenta de qué aún era de noche, y lo rectifique al ver la hora en el reloj a un costado de mí cama, no faltaban ni 10 minutos para la media noche.

Pensando nuevamente en aquél sueño qué había estado en mi mente en antaño, me perdí en mis pensamientos, divagando. Pero justo cuándo estaba en un momento clave, escuché un grito ensordecedor a lo lejos de dónde yo me encontraba. Sorprendido y exaltado, di un brinco a la cama y caí en el suelo a un lado de está última. Entre quejidos, maldije un poco en voz baja, y me levanté, para mirar por la ventana.

No había nadie, o algo qué se pudiera distinguir entre la oscuridad de la noche. Confuso por no haber encontrado algún indicio de dónde provino tan repentino grito, me encogí de hombros y decidí salir de mi habitación, con dirección a la sala de estar.

Ya en la sala, me senté en uno de los sofás qué allí se encontraban, para sentarme a pensar, está vez no en el sueño, sino, en el grito.

—¿Quién habrá sido? —Pregunté al aire, confuso y extrañado.—

Sin embargo, como si mi pregunta hubiese sido escuchada, escuché cómo llamaban a mí puerta.

— "?" ¿Quién podrá ser?... y a estás horas. —Dije resignado, y algo temeroso, pues bien, no esperaba visitas—

Delante ya de la puerta qué daba entrada a mi hogar, me detuve justo a unos centímetros de la perilla, tenía muchas dudas: ¿Quién sería el qué está del otro lado de la puerta?, ¿por qué viene a estás horas?, ¿lo conzoco?, ¿tendrá qué ver con el grito. Entre otras más, qué no me di cuenta cuándo volvieron a llamar a la puerta.

"—De nuevo llamaron, pero..."

Entre mis preguntas, miré un poco el pequeño orificio en la puerta qué te permite ver por ello y mirar quién llama a tu puerta. Con una idea en mente, me acerqué más a la puerta, y miré a través de ése conducto.

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No había nadie.

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"—¿Acaso es una especie de broma?" —Dije mientras trataba de visualizar algo o alguien del otro lado de la puerta, sin resultados—

Pero pocos segundos después, vi algo retorcecse entre las sombras, algo qué no pude identificar. O al menos no hasta qué lo vi cerca del otro lado de la puerta.

"—.... ¿¡qué mierda es ésa?! —Completamente estupefacto y abriendo los ojos cómo platos—

No pude visualizar muy bien cómo era, sólo pude apreciar lo qué la limitada luz del pasillo me permitía ver. Una masa aforme bastante voluminosa, con muchas extremidades parecidas a látigos delgados, con una terminación en punta, fue lo qué dislumbre.

"—¿Qué demonios eres?..."

Pensando, vi cómo la criatura giró su cuerpo, o lo qué sea qué sea su cuerpo, para mirar directamente la puerta, más en concreto.

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Mirarme directo a los ojos.

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Asustado, me alejé de la puerta rápidamente, pero, con el miedo pertinente, derribe un pequeño mueble a lado de la puerta, acción, qué fue lo que hizo qué aquella criatura diera un chillido seguido de un rugido bastante aterrador y grave.

Éso fue lo último qué escuché, antes de qué ésa cosa se abalanzara hacia la puerta, y la derribara.

Quedando cara a cara con lo que sea qué sea esé monstruo...

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Fue justo en ése momento en el qué desperté, sudando y respirando muy difícilmente, asustado y mirando a la nada.

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—Ugh... nuevamente ésa pesadilla...

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=Media Noche=