Cuarta Nominación, ... ¡Ya Valí Madres!
Que expresión tan extraña como podemos decir eso cuando la madre es el ser más importante que existe, el pilar de la familia (o así debería ser), aún no entiendo cual es su origen.
Bueno volvamos a lo que nos trae aquí otra vez, definitivamente este fandom nesecita más amigos, no se que le encuentran de interesante a la vida de un adulto pueblerino que aún le gustan los dibujos animados.
Como sea, esta vez fui nominado, hace un tiempo atrás, por el para algunos infame y para otros gran amigo GatodeSinkoPeso, por lo menos así se llamaba en ese momento, luego fue ElBuenardium, ahora se hace llamar NewJose96 y aunque ha tenido muchos otros nombres todos lo conocemos por José. Sé que no te gustan las introducciones pero para mi son importante, bien comencemos.
46 - ¿El chupacabras? , esto que voy a relatar no es precisamente una vivencia mía, pero si ocurrió en mi casa, en ese tiempo yo me encontraba estudiando en Universidad de Talca volvía a mi hogar cada dos fines de semana, el hecho sucedió mientras no me encontraba.
En ese entonces el pueblo vecino había sido presa del pánico donde sus habitantes escuchaban raros gritos en la noche y al despertar encontraban horrorizados a sus animales de corral muertos y sin un ápice de sangre, en ese pueblo totalmente rural tengo gran cantidad de parientes los cuales aseguraban que el en esos días el ambiente se sentía pesado.
El fin de semana que volví a mi hogar mis padres me relataron que hacía seis días atrás como era su costumbre fueron al corral a alimentar a las gallinas y grande fue su sorpresa al encontrar a siete aves en el piso muertas y una desaparecida, al revisarlas se dieron cuenta que estas estaban totalmente secas, las únicas marcas visibles eran dos orificios en sus cuerpos, el sitio no presentaba señales de lucha, en la noche no se escuchó ningún ruido extraño y los, en ese entonces, cuatro perros, dos pequeños y bulliciosos, junto con dos grandes y bravos (todos Quiltros), no dieron ninguna señal de alerta, esto les pareció bastante extraño, no habían agujeros en la malla de alambre que tenía dos metros y medio de altura, además la alcoba de mis padres está a menos de quince metros del corral. Así que la noche siguiente prepararon palas y un chuzo por si algo pasaba (en mi hogar las armas de fuego están prohibidas por mi madre, no las soporta), se turnaron esperando atrapar a lo que estaba atacando a nuestras gallinas, esa noche nada ocurrió.
La noche siguiente volvieron a hacer guardia, avanzó la noche y no pasaba nada hasta que un pequeño ruido alertó a mi padre, despertó a mi madre y los dos salieron tomando sus improvisadas armas, al acercarse lograron ver dos sombras una de las cuales tenía una gallina en su hocico, mis padres dicen que la sombra que no tenia nada salto la cerca de dos metros y medio sin siquiera tocarla y sin impulso, pero la otra soltó la gallina y quedo atrapada, mi padre aprovechó eso para atravesarla con el chuzo y luego con la pala administrada por mi madre le dio golpes hasta matarla.
Cuando todo terminó mi madre se acercó con una linterna para ver mejor a la criatura según me dijeron era un perro grande, negro y bastante feo, con el hocico alargado y casi sin pelo pero lo que no se explican es como la otra criatura pudo saltar tal altura y por lo visto sin ningún esfuerzo.
Es obvio que al escuchar lo sucedido en mi hogar quise ver al "perro" que habían matado, pero mi padre dijo que lo enterró y que no lo sacara, no se si éste hecho esté realmente relacionado con el ser conocido como el Chupacabras, pero no conozco ningún animal que logre saltar tal altura sin ningún problema, lo dejo a su interpretación. Días después no se volvió a escuchar más ataques a animales de corral por la zona.
47 - Asesinato, yo siempre he sido amante de los animales, en especial de los perros, a los nuestros los considero parte de mi familia, pero una vez tuve que hacer algo atroz desde mi punto de vista actual.
La ciudad donde vivo es semi rural y el sector donde se encuentra mi casa está rodeada de quintas en una de ellas un rondin o guardia, fue despedido y se marchó dejando atrás a su fiel amigo, el cual empujado por el abandono y el hambre empezó a atacar a nuestras aves, las cuales en ese tiempo dejabamos que anduvieran a sus anchas por el predio. Ese perro nos mató como a cinco gallinas así que mis padres decidieron ponerle fín, aprovechando que mi madre no estaría el fin de semana mi padre se consiguió una escopeta con un primo.
Esto sucedió cuando yo tenia unos trece o catorce años, mi hermano también estaba en casa cuando las gallinas corrían asustadas hacia la casa, señal que ese perro había vuelto, mi padre me paso el arma y me dijo que fuera a esperar al perro por donde sabíamos que iba a escapar, ese lugar se encontraba al fondo de la quinta por donde pasa un canal de regadío, mientras ellos lo rodeaban, corrí hasta ese lugar, pero pensé que si el perro me veía huiría, si me escondía en el suelo entre las hojas no podría ver de adonde venía y quizás me podría atacar por el miedo, así que decidí treparme a un palto a unos tres metros de altura, desde ahí tenia una vista perfecta de toda el área por donde podría aparecer, antes de esto solo una vez había disparado una escopeta y ya sabia el poder de retroceso que tiene esa arma, así que me afirme bien y me apoye en el tronco del árbol agudizando mi vista preparado ante cualquier movimiento.
En eso escucho como mi padre y mi hermano empiezan a gritar para asustar al animal, en unos segundos que para mi parecieron horas una maleza empezó a moverse y por canal seco que usamos para regar los árboles al lado de la cerca, apareció un perro grande y flaco, me apunté con la escopeta, me apoye en el tronco y dispare, escuché el gemido del animal y lo vi caer, de inmediato mi pecho se estremeció y la culpa me cayó encima, baje del árbol y rápidamente me acerqué para ver si le había atinado. Así había sido, le di justo en la columna vertebral, por lo cual el animal seguía vivo y me miro con unos ojos que no presentaban dolor, sino solo resignación, el pobre perro estaba muy delgado, y lleno de garrapatas y pulgas, esos ojos me partieron el corazón, mis manos temblaron, mis piernas perdieron algo de fuerza y mi pechos presionaba, le pedí perdón por dispararle, le pedí perdón por el abandono de su antiguo amo y la pedí que descansara, que pronto acabaría con su dolor, no sé si entendió mis palabras pero el perro cerró sus ojos como sabiendo lo que se venía y apuntando a su corazón le dispare otra vez.
48 - Aquí viene mi acción atroz, siguiendo la historia del punto anterior.
Aún mirando al animal muerto se acercó mi hermano y mi padre preguntando si le había dado muerte, y el porque del segundo disparo, les dije que era para acabar con su sufrimiento y que me encargaría del cuerpo, entregué la escopeta para luego dirigirme hacia la casa, más precisamente al galpón donde tomé una pala y un hacha para volver a la escena del crimen.
Les explicaré que en ese entonces tenía una extraña manía de coleccionar cráneos de animales para adornar mi habitación, esto había empezado hace dos meses atrás, ya tenía el cráneo de un zorzal, una gallina, un conejo y el de una cabra. Ya podrán adivinar para que utilizaría el hacha.
Al toparme con mi padre y mi hermano, estos me miraron extrañados pero no dijeron nada, realmente no se que cara habré tenido en ese momento, pero casi sentí como la locura se apoderaba de mi, con solo pensar en lo que haría, mi cerebro paro de pensar en forma lógica.
Llegué donde el animal y calculando su tamaño me dispuse a cavar su tumba bajo un palto (árbol de aguacate) una vez terminado esto tome al animal y lo arrastre hasta un tronco viejo, en donde acomode su cabeza sobre este dejando expuesto su cuello para la decapitación, un sentimiento extraño me invadía como algo que acabaría con toda mi inocencia se apoderaba de mi ser, agarré el hacha y le di un golpe, la cabeza casi fue cercenada pero quedó con un trozo de piel unida al cuerpo, volví a acomodar la cabeza sobre el tronco para terminar mi trabajo, luego tomé el cuerpo, lo enterre, limpié el hacha y volví a mi hogar llevando la cabeza conmigo.
Luego colgué la cabeza en un árbol cercano y después de dos semanas volví, tome la cabeza y le hice el tratamiento para obtener el cráneo y luego de una semana pude tenerlo y pude agrandar mi tétrica colección.
Por suerte esta etapa de mi vida acabó pronto, luego de tres meses y un par de cráneos más decidí deshacerme de todo lo que había juntado, los eché en una bolsa, tomé una pala y me fui donde había enterrado el cuerpo del perro, cavé un agujero al lado de la antigua tumba y deposité todos los cráneos.
49 - Mi primer acto de crueldad conciente, el acto que cometí debe de haber ocurrido cuando tenía unos siete u ocho años, pero para que entiendan todo el contexto de lo ocurrido debo empezar por el principio.
En ese entonces en mi casa había parrón com varios tipos de uva, pero solo una variedad era de mi total agrado , no me pregunten que variedad no las conozco, pero el gran problema era que me tenía que pelear con los zorzales por la uva, una vez mi madre me dijo que no me enojara porque los pajaritos solo buscaban alimento para sus polluelos, eso me dio una idea, sino habían polluelos no habría zorzales que me robaran la uva, así que me dirigí a la quinta que en ese tiempo estaba llena de árboles de naranjo, tome una bata larga y me dispuse a ubicar cada nido de pájaro que encontrara para derribarlo.
Era primavera, así que la gran mayoría de esos nidos tenían huevos, los que sobrevivían a la caída me los llevaba para tenerlos de adorno, pasaron algunos días y mi rutina se basaba en derribar los nidos y saquearlos hasta que en uno de estos al derribarlo había un polluelo con poco de haber nacido, lo vi tan pequeño he indefenso que me mortifique un poco por lo que había hecho, pero ya no había vuelta atrás, ya había destrozado el nido y pensé que dejar al polluelo a su merced seria muy cruel por una muerte lenta, en eso mi vista de desvía hacia la derecha y observo una gran piedra, casi se podría decir una roca, me acerqué, con dificultad la levanté y fui directo al ave, un revoltijo de emociones cruzaban por mi cabeza y pecho, miedo, alegría, eufória, alzé la roca sobre mi cabeza y miré al pobre pajarraco con sus ojos todavía cerrados, sólo una pequeña capa de pelusa cubriendolo, sin siquiera tener fuerza para moverse y le arroje la roca encima, se escuchó un clásico sonido de algo jugoso aplastado, me quede mirando la roca en silencio, no mentiré, sentía la adrenalina recorrer mi cuerpo, quería continuar, pero luego mi consciencia volvió en sí y me di cuenta de lo que había estado haciendo, la culpa ocupó el lugar de la adrenalina y me retiré en silencio, desde ese día nunca volví a destruir nidos, ni dañar directamente a las aves.
50 - Miedo (1), estos son parte de la misma vida, en muchas ocasiones nos mantiene con vida al mantenernos atentos a los peligros que nos rodean, quien diga que no tiene miedo, tiene graves problemas.
Cuando pequeño, unos nueve o diez años, me encantaba jugar solo en la quinta de mis padres, pero cuando se empezaba a oscurecer y el viento soplar, mi imaginación hiperactiva me hacía ver cosas que no estaban ahí, así que me iba corriendo a casa, cerraba la ventana y cortinas de mi habitación, no le tenia miedo a la oscuridad en sí, sino a lo que se ocultaba en ella o por lo menos a lo que yo creía que se ocultaba en ella.
Pero un día mi parte racional le gano a la irracional, así que como a las veintidós horas salí de mi casa con una linterna en mano, pero la llevaba en caso de emergencia, como apoyo emocional, cuando me dirigía hacia mi fuente del miedo mi perro se me acercó, se llamaba Oso, era pequeño y gordito, luego les contaré una anécdota de él, y los dos llegamos al limite donde comenzaba la arboleda, el miedo oprimía mi pecho, al mirar hacia adelante las sombras jugaban dandome la impresión de que seres se movían en la oscuridad, tenía ganas de volver corriendo a mi casa y ocultarme bajo las ropas de mi cama.
Respire hondo, me aferré a mi convicción de dejar de ser un cobarde, me puse la capucha de mi poleron y corrí hacia la oscuridad a toda la velocidad que daban mis piernas y sin ninguna dirección en partícular, la adrenalina creaba en mi una sensación agradable, mi Oso me seguía de cerca, lo que me dio más confianza, no se cuanto tiempo haber estado corriendo, pero el miedo desapareció, me di cuenta de que no había nada ahí, solo era mi mente jugandome bromas, luego me detuve en medio de la plantación, mire las estrellas, se veían hermosas sentí como me saqué un gran peso de encima pero un gran dolor de cabeza se apoderó de mí.
Les daré un consejo cuando corran al estilo caballero del zodíaco, por una quinta de naranjos, de noche, sin ninguna luz mas que las estrellas, a toda velocidad háganlo en una época en que los árboles no estén dando frutos, el dolor fue producido por los incontables golpes que me di en contra los frutos aún verdes y créanme fueron bastantes. XP
Ya con mi miedo controlado y con el aliento de vuelta decidí caminar hacia la casa en completa oscuridad, cabe señalar que nunca encendí la linterna, llevaba la mitad del camino cuando a mi lado pasa el Oso a toda velocidad y escuché unos ruidos atrás, me di vuelta y algo se acercaba entre sombras, logré identificarlo, era el perro del vecino, una mezcla de pastor alemán y dóverman, no hubo tiempo para el miedo, solo levante los brazos y grite para alejarlo, el perro se detuvo pero no se fue, entonces empecé a actuar como un animal salvaje, más precisamente como un chimpancé esto asustó al animal y se fue corriendo, luego me retiré muy tranquilo a mi casa, me duche y dormí muy tranquilo, esta acción la repetí algunas veces más en los días siguientes con esto pude terminar con ese miedo a lo que se oculta entre las sombras y endurecí mi cabeza con los constantes golpes.
51 - Miedo (2), Otro de los grandes miedos que todavía conservo, son a las arañas, así es tengo una forma leve de Aracnofobia, este es algo irónico ya que uno de mis superhéroes favoritos es Spider-Man.
Volviendo al tema, las arañas pequeña no me asustan, ahora, incluso las encuentro tiernas y lindas, pero las de mayor tamaño me causan tal repulsión y miedo que me hacen saltar de donde esté.
Una vez intenté combatir mi miedo de la única forma que conozco, enfrentandolo de frente y de golpe, un amigo fue al cerro cercano y atrapó lo que por mis tierras llamamos araña pollito, de seguro ustedes la conocen con el nombre de Tarántula, supongo que en mi país se le dio ese nombre después de ver como uno de estos arácnidos atrapa a y devoraba a algún polluelo, sé muy bien que estas arañas no tienen veneno, pero no me pueden negar que su apariencia es inquietante, luego mi amigo me la entregó en un frasco, e incluso dentro de ese frasco al araña me daba "ñañaras"al llegar a mi casa dudaba si sacarla del frasco, no mencionar la reacción de mi madre, ella casi se desmaya de la impresión, incluso se fue de la casa mientras eso estuviera ahí, mi cuñado abrió el frasco y puso a la araña pollito en su mano dejando que esta anduviera a sus anchas luego me la pasó y esta empezó a caminar por todo mi brazo, paso por mi cuello y siguió por mi otro brazo, yo me quede inmóvil, no por mostrar valor, sino por que estaba paralizado sentía las patas peludas de esa criatura recorrer mi brazo, tocar mi piel, lo único que quería era sacudirme y salir corriendo, pero mi cuerpo no me obedecía el miedo me ganó, a todo esto debo aclarar que en este entonces ya era un adulto debo de haber tenido unos veintiséis a veintisiete años.
Mi cuñado devolvió la araña al frasco, lo cerró y recién ahí me pude mover con un escalofrío en todo mi cuerpo, solo pude hacer una cosa, tomar el frasco una bicicleta ir al cerro y liberar a la pollito, para nunca más volver a hacer algo así.
Y antes de que digan que tenerles a las arañas es algo estúpido e infantil les diré que en mis tierras existe la infame araña de rincón, la cual aunque tiene hábitos nocturnos le gusta vivir en el mismo ambiente que los humanos y se encuentra en los rincones y detrás de los cuadros, acá es normal posicionar la cama separada de las paredes, pues es normal que la araña de rincón se esconda en la pijama o debajo de la ropa de cama, también esta araña posee un veneno muy poderoso que si bien no es generalmente mortal, causa necrosis en el tejido afectado, a continuación algunas imágenes de su picadura.
Ahora díganme si mi miedo no es justificado.
52 - Oso, en el punto 50 les dije que les contaría una anécdota de mi perro llamado Oso, este era una mezcla de Fox Terrier con algo más, prefiero a los kiltros son más resistentes y más fieles, además que muchas veces son más astutos, mi gordo tuvo una vida larga para un perro de su tamaño, vivió dieciocho años de un promedio de dieciséis aproximadamente.
Cuando este tenia unos ocho años le teníamos prohibido salir de la casa y pasearse por la población de al lado, aunque no lo crean este perro era muy listo, entendía cuando lo regañabamos por alguna maldad o le prohibiamos algo, pero siempre encontraba la forma de salirse con la suya.
Una vez estaba conversando con un amigo a la entrada del callejón donde vivo, y de repente aparece el Oso doblando la esquina desde la población donde le habíamos prohibido ir, caminando, casi a saltitos como si viniera muy contento, pero se da cuenta de mi presencia y se detiene en seco por la impresión, yo lo vi por la rabilla del ojo y le avisé a mi amigo que siguiera como si no lo hubiésemos visto, el Oso se la creyó, se agachó he intentó pasar por mi espalda, lo divertido es que se tiró pecho a tierra y se arrastró igual que un soldado para evitar que yo lo detectara, cuando me pasó, se levantó y se disponía a apresurar el paso pero le llamé la atención y este se acercó a mí con la cabeza gacha como un niño que pillan en medio de una travesura, este recuerdo mi amigo lo mantiene hasta el día de hoy y siempre lo saca a relucir cuando nos encontramos.
Quien diría que mi perro era más astuto que su propio dueño. XP
53 - Detesto ir al cementerio, no es que me dé flojera visitar a mis parientes que ya han partido o por que el lugar sea aburrido, me encantaba ver la arquitectura de los mausoleos más antiguos, el problema que tengo con este lugar es que en varias áreas siento una presión en el pecho además de un frío que recorre mi cuerpo, no es que le tenga miedo a los fantasmas o algo por el estilo, es que estas sensaciones son bastante incomodas, de seguro ustedes que viven en ciudades más antiguas tendrán más "anécdotas" de sus cementerios, pero en el de mi ciudad les puedo decir que hay pabellones en el que a los nichos le pusieron una de esas tarjetas musicales que tienen ya demasiado tiempo para que sigan funcionando, pero de todas maneras lo hacen incluso hay un pabellón donde la música empieza a sonar solo cuando la gente entra ahí, también he visto como en los nichos de los niños pequeños ponen juguetes, los cuáles de vez en cuando se mueven sólos, son cosas que ya las tomo como normales, pero lo que no me gusta es que para visitar el nicho de mi abuelo tengo que pasar por una antigua galería de unos veinte metros de largo en la cual se siente (o por lo menos yo siento) un frío que pela los huesos, aunque sea verano se me pone la piel de gallina, siento que algo presiona mi pecho, me deprimo y por alguna razón al salir de ahí siempre tengo lagrimas en los ojos.
Mi madre dice que no siente nada raro y por lo que he visto las otras personas tampoco, al preguntar por ese sector en particular, el cuidador del cementerio me dice que en esa galería se encuentran en su mayoría en reposo eterno gran cantidad de mujeres y niños que murieron en el terremoto de los años sesenta, uno de los mayor intensidad registrados en el mundo. En ese tiempo las casas eran generalmente de adobe con el techo de tejas, lo cual los hacían muy pesados para resistir los movimientos telúricos.
54 - Mascotas, en mi hogar siempre hemos tenido gran cantidad de animales, en este mismo momento tenemos ocho perros, un gato y veinte gallinas, aunque en estos momentos estamos algo austeros ya que la mayor cantidad de mascotas que hemos tenido han sido doce perros, dos gatos, cuarenta gallinas, ocho conejos, tres patos, un pavo y una cabra.
Pero mascotas de las cuales yo he tenido que ser el responsable solo han sido ocho a lo largo de mi vida.
La primera mascota que se me dio como tal, aunque ahora pienso que solo fue una cruel broma, fue a la tierna edad de cuatro años, se llamaba "Pepita", era una cabra hembra, blanca como la nieve, me fue regalada por un tío del campo, jugaba con ella, la sacaba a pasear (por la propiedad) con una de mis bufandas, incluso le ponía mis zapatos, esta cabra me la dieron a principios de Noviembre pero en Septiembre del siguiente año mi cabra desapareció, al preguntar me dijeron que Pepita se había ido al cerro con su familia y amigos por que los echaba de menos y yo el muy inocente me lo creí.
La verdad es que en mi país celebramos fiestas patrias en ese mes y todo el tiempo que estuvo con nosotros Pepita estaba en engorda para esta fecha, así que terminó en un asado al palo, que por lo que recuerdo no me gustó.
No me enteré de la verdad hasta un par de años más tarde, aún cuando me habían regalado un tapete para bajar de la cama que era el cuero de mi Pepita y yo ni cuenta me había dado.
55 - Mis siguientes mascotas fueron un par de gatos hermanos, hembra y macho, llamados Ran-Ran y Ren-Ren.
Eran gemelos de espejo, tenían manchas negras sobre un pelaje blanco, estas eran iguales pero diferenciaban en su ubicación, que era al lado contrario del otro.
A los cuatro meses de tenerlos descubrimos que la gata Ran-Ran tenia ataques de epilepsia, yo fui testigo de dos de ellos, le daban los ataques y luego de unos cinco minutos andaba como si nada hubiese pasado, duro así como dos meses más, luego desapareció, y esta vez no fueron mis padres así que nos quedamos con su hermano Ren-Ren, que después de dos años empezó a presentar signos de la misma enfermedad hasta que una mañana amaneció muerto.
Le dimos un entierro apropiado y de ahí solo preferí a los perros.
56 - Mi tercera mascota fue una perrita Foxterrier mestiza, de orejas bastante grandes, se llamaba "Coqueta", era muy tierna y lista, podía mantenerse mucho tiempo en dos patas y siempre se escabullia en las mañanas hasta mi habitación, se metía por debajo de las frazadas, subía y recostaba su cabeza en mi brazo.
La recuerdo con gran cariño, en mas de una ocasión intentamos que tuviera crías, pero siempre pasaba lo mismo, los encerrabamos en el galpón para que tuvieran privacidad pero cuando los íbamos a ver al día siguiente la pareja de turno amanecía sobre unos tambores asustado y mi Coqueta como si nada esperando salir de ahí.
A mi perrita le gustaba un perro doberman que era del vecino, y a nosotros nos daba miedo de que la lástimara pero por suerte este era muy viejo por lo tanto ya no tenía fuerzas para hacer algo.
En ese tiempo teníamos un gato negro llamado Maikel, el cual era muy apegado a la Coqueta, se llevaban muy bien incluso dormían juntos en la casita de ella, cuando la Coqueta tuvo a sus únicas dos crías Maikel estuvo con ella, al despertar esa mañana Maikel se encontraba en la entrada de la casita de la Coqueta haciendo guardia mientras ella se encontraba con sus dos gorditos, la Muñeca y el Oso, por la contextura pudimos deducir que el padre de estas bendiciones era el perro de mi otro vecino un Kiltro que estaba en sus últimos años de vida. Al parecer a mi perrita le gustaban mayores.
La Coqueta vivió con nosotros por catorce felices años murió de viejita dentro de la misma casita en la que años atrás había muerto Maikel.
57 - La siguiente mascota fue el Oso pero ya les hablé de él, su hermana la Muñeca fue regalada a un amigo de mi padre y ahí le perdí el rastro, no sé mas de ella. El Oso vivió con nosotros por dieciocho largos y felices años, al envejecer se volvió bastante gruñon, él era el jefe de la casa, mandaba a los otros perros nuevos que llegaban a la casa, incluso no dejaba que nadie le hiciese cariño, yo era el único que podía darle los remedios y un día cuando volví a del trabajo me dieron la noticia de que ya había partido de este mundo, como ya lo habían enterrado solo me fui a despedir por todos esos años en el que fue mi amigo más fiel.
58 - Tuve otros dos perros, ambos eran Partor Alemán, eran de raza pura pero no duraron mucho, el primero llamado Rocky a los ocho meses de estar en la casa cayó víctima de una enfermedad que lo alejó de nosotros en un par de días, debe de haber tenido unos dos años a lo mucho.
El otro Pastor Alemán se llamaba Kaiser, y tuvo un final más atroz, con nosotros solo duro tres meses, debe de haber tenido unos dos años recién cumplidos, el hecho sucedió en la noche, con lo inquieto que era Kaiser al ser un cachorro, debe de haberse soltado de sus amarras eh irse a pasear por el predio, con tan mala suerte de que una jauría de perros callejeros que andaban por ahí lo atacó dándole muerte, al día siguiente mis padres lo encontraron destripado en el sitio de al lado.
59 - Les mentiría si les dijera que no lloré la muerte de cada una de mis perros, los quería como hermanos y sus decesos me causaron un gran dolor, incluso había dicho que ya no quería tener mas mascotas, pues aunque las tuviera por años tarde o temprano ellas morirían primero antes que yo.
Pero no pasaron ni dos días y mi hermano ya me había traído otro cachorro, junte todo mi dolor y determinación para negarme a aceptarlo y pedir que se lo llevase, pero cuando lo iba a hacer, me pasaron a ese cachorrito, este me miró con unos ojitos que ni el Gato con botas de Shrek podría superar, no me pude negar mas cuando mi hermano me explico su procedencia, este cachorrito eran una de dos crías que tuvo la letra de una vecina de mi hermano, la cual se estaba separando del marido por lo que no tomaban en cuenta a los pobres animales, y los dejaban pasar hambre, mi hermano se robo a este perrito para que no sufriera, después de escuchar eso no pude decirle que no, así que lo bautice como Kenshin, era una mezcla de perro salchicha con pincher miniatura, yo lo llamaba "mi perro choripan" por que con el tiempo que paso con nosotros engorda bastante, mi padre siempre le dio alimento como para un perro grande, esto le jugaría en contra mas adelante.
En ese tiempo en la casa había un gato llamado CaraCortada, llamado así por una franja de pelaje color blanco que cruzaba su rostro de color negro, estos dos eran muy unidos siempre jugaban juntos.
Un día mientras estábamos sentados en el corredor vimos como el Kenshin arrastraba a CaraCortada por todo el patio, lo tenia agarrado del cuero de la parte trasera del cuello, crryendobque se estaban peleando o algo por el estilo, fuimos a quitarselo y regañamos al Kenshin por hacer eso, nos retiramos unos pasos y CaraCortada camino hasta donde estaba mi perro se echó frente a él y empezó a maullar hasta que el Kenshin lo volvió a tomar del cuello y lo siguió arrastrando, esto se repitió varias veces, así que al final los dejamos que jugaran en paz, aunque en mas de una ocasión lo paso por encima de alguna posa de agua.
El Kenshin era muy goloso, mi padre se encargaba de darle la comida y le daba en exceso, lo que lo llevó a estar obeso, yo no podía controlar su alimentación por que ya estaba trabajando en la empresa, lo que sucede es que estaba en mi habitación, recién me había acostado ya que tenia turno de madrugada, cuando llega mi cuñado y me dice que el Kenshin estaba actuando extraño, me levanté y fui a verlo lo encontré en una reguera de espalda sin movimiento, lo toque y sacudi un poco, con eso reaccionó pero cada vez que lo dejaba solo volvía al mismo estado, así que me lo llevé a mi habitación y lo acurruqué en mis piernas, cada vez que lo dejaba dormir dejaba de respirar, así que intentaba mantenerlo despierto, esa noche pase en vela por él, pero al llegar la hora de partir a mi trabajo me di cuenta que mi niño había muerto en mis brazos, sentí mi corazón destrozado, pero tenia que cumplir con mi trabajo, le avise a mis padres sobre lo sucedido y me fui a trabajar, ese día me aleje de todos mis compañeros, algunos me notaron diferente, pero les decía que por ahora no quería hablar y me alejaba, ellos comprendieron y me dejaron sólo, incluso mi jefa lo notó y me mando a una labor donde no tuviera contacto con otras personas, sentía que mi alma estaba siendo estrujada, mi corazón tenia un nudo ue no lo dejaba latir, mis ojos querían ahogarse en un mar de lágrimas pero no podía llorar.
Al llegar a mi hogar mis padres ya habían enterrado a mi Kenshin, así que fui a su tumba y en ese lugar, solo con los árboles de testigos deje salir todo el dolor que me había estado aguantando hasta el momento, luego de unos cuarenta minutos me pude despedir de mi Kenshin, sentí un gran peso alejarse de mi y pude estar en paz, desde ese momento decidí no tener mas mascotas, ya que duele demasiado cuando se van.
60 - Bien dejando toda la pena de lo último relatado, ya que con recordar eso casi lloro otra vez, les traigo el punto que mucho a esperan, claro lo hacen para reirse de mi, pero igual lo esperan, les presento mi rostro ...
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Bien, con esto doy fin a esta nominación que estuve dilatando por mucho tiempo, no por que no quisiera sino por que las ideas no me fluian y cada anécdota en la que pensaba tenía una parte que no podía contar por la presencia de menores de edad, podría arruinar sus infancias.
Así que como ahora tengo dos nominaciones pendientes y un par de amenazas más, les voy a pedir ayuda, en mi tablero dejaré un anuncio en el cuál les pediré que dejen sus preguntas sobre lo que quieren saber sobre mí, de ahí escogeré algunas para la siguientes entregas.
Recuerden me hago responsable de lo que digo, no de lo que entiendan.
Nos vemos en una próxima oportunidad y de yapa por el retraso una imagen mas solo porque me gustó.
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