Tal vez Beomgyu tiene más que sólo un disgusto por los ruidos fuertes.

⚠️ Este capítulo tiene contenido algo sensible.

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Lo último que Beomgyu recordaba era estar realmente emocionado por ver el árbol encenderse, había esperado prácticamente todo el año para este momento. Ni siquiera tenía en claro cómo ni en qué momento, en su mente todo pasó en automático. Cuando el primer estallido sonó, el aire se volvió repentinamente pesado. Eso fue sólo el inicio, porque de inmediato una cantidad masiva de explosiones se dieron en el cielo.

Beomgyu sintió que el aire le faltaba, su respiración se volvió agitada y su corazón empezó a latir con fuerza. Las manos le temblaban y sentía que todo a su al rededor se desvanecía a figuras abstractas. Su primer impulso fue cubrirse los oídos que sentía iban a explotarle. ¿En qué momento se había agachado? Estaba temblando, ¿estaba llorando? Estaba llorando. No era un llanto común, gritaba, sollozaba sin parar, ni siquiera le importaba que la gente se le estuviera quedando viendo. Llorar en público es algo que ni en mil años se permitiría, sin embargo ahí estaba, mostrándose vulnerable y casi desnudo emocionalmente en medio de un momento que debería ser feliz para todos.

No lo era para él, y ahora tampoco para sus amigos. Yeonjun sintió que el corazón se le hundía al notar el estado devastador de su novio, también se puso algo ansioso, nunca lo había visto así. Se agachó a su lado y pasó una mano por su espalda, dándole caricias.

– ¡Gyu! Gyu, amor, ¿qué pasa? Por favor, dímelo, ¿estás bien? – le preguntaba desesperadamente bajo la mirada preocupada de sus amigos. Al no recibir respuesta decidió que lo mejor era llevarlo a otra parte.

Los fuegos artificiales no paraban, y eso sólo lo hacía peor. ¿Que acaso encargaron el mercado de pirotecnia entero? Porque ya hasta parecía guerra de narcos.

Los cinco decidieron irse de inmediato. En el camino sólo escuchaban el llanto incontrolable de Beomgyu que no calmaba ni por un segundo. Le partía el corazón a todos, pero no sabían qué hacer.

Decidieron ir a casa de Beomgyu como en su plan original, la idea era hacer una pijamada, pero ahora sólo querían que su amigo estuviera en paz.

Soobin se encargó de manejar. Taehyun en el asiento de copiloto le daba miradas preocupadas a los tres chicos en los asientos traseros; Yeonjun seguía abrazando con fuerza a su novio, acariciando su cabeza y susurrándole palabras para tranquilizarlo. Kai por su parte, le daba palmaditas en la espalda, buscando ser algún tipo de consuelo, pues evidentemente todos se sentían impotentes ante la situación. Yeonjun había dejado su auto estacionado en el parque pero ya luego regresaría por él, o tal vez le pediría a alguno de sus amigos que lo hiciera, en este momento Beomgyu es más importante.

Conforme se alejaban del horroroso ruido del parque, Beomgyu se calmaba un poco más, pero era casi nada considerando lo mal que se había puesto. Al llegar a su casa, Yeonjun murmuró un 'adiós' mientras entraba con un Beomgyu hipando a su casa.

Los padres de Beomgyu no estaban, por suerte o desgracia. Yeonjun decidió llevarlo a su habitación, sabía que si había un lugar donde se sentiría seguro era ahí. Apenas estuvieron dentro, Yeonjun se sentó en la cómoda y llevó a Gyu hacia su regazo, abrazándolo fuertemente sin decir nada, sólo brindándole ese lugar seguro que en ese momento necesitaba.

Pasaban los minutos y los sollozos de Beomgyu se convirtieron en suaves hipidos. Yeonjun no lo sabía, pero el sólo escuchar cómo latía su corazón había logrado calmar a Beomgyu.

El silencio reinó en ambos hasta que Beomgyu sorbió su nariz y volvió a hablar.

– Ya me siento mejor...

– Beomgyu, mi amor, no sabes lo preocupado que me tenías. ¿Por qué nunca me dijiste que le tenías fobia a los fuegos artificiales? – Yeonjun habló rápidamente mientras tomaba suavemente entre sus manos el rostro de Beomgyu y le besaba repetidamente la frente con mucho amor.

Beomgyu sintió que lloraría de nuevo pero no lo hizo, era extraño, sólo sonrió como si no hubiera salido de un estado deplorable.

– No tengo fobia... creo, no lo sé, no sabía que pasaría eso. Cuando era pequeño me daban mucho miedo pero hace tantos años que no veía pirotecnia, no me lo esperaba. Lamento mucho preocuparlos a todos, creo que arruiné la experiencia – aunque estaba tranquilo, poco a poco su tono bajó a uno de decepción.

– No digas eso, precioso. No arruinaste nada, pasamos un día muy divertido hoy, ¿a que sí? Paseamos mucho, vimos a los chicos. El hecho de que haya pasado algo así no es malo, me ayudó a aprender algo de ti y tendré más cuidado. Los chicos y yo te amamos mucho, sabemos que no es tu culpa.

– Yo los amo mucho, gracias por cuidarme – Beomgyu sonrió apenado.

– Siempre voy a estar para ti, te amo – lo acercó a sí para darle un suave beso en los labios, largo, pero tierno y casto.

– Te amo, Jjunnie.

– Mi pequeño ruidoso – ambos se sonrieron como los tontos enamorados que eran y pasaron el resto de la noche entre mimos, abrazos y muchos, muchísimos besos.

No importa que pasaba, mientras estaban juntos todo estaba bien.

Incluso si ahora Yeonjun tenía una nueva preocupación, y eso era que tal vez su novio tenía más que sólo intolerancia a los ruidos fuertes.

Que no se note que escribí basado en experiencia propia jajsjja ;(