Corre

Corro. Las plantas de los pies me escuecen, las ampollas rozan dolorosamente con la tela dura de los zapatos de tacón. No me importa. Continúo corriendo. La tela de la falda cruje con cada uno de mis pasos. Mis piernas se mueven tan rápido que casi no siento las capas de tul blanco contra mi piel y el estampado floral azul de la tela cretona se deforma ante mis ojos, convirtiendo la falda en un batiburrillo de colores pastel ante mi mirada alterada.

El tacón se rompe. Gruño y me desprendo de él de una patada. Su par no tarda en seguir su mismo camino al comprobar que no puedo ni caminar con la desigualdad de altura. El asfalto caliente me quema contra la piel de mis pies, pero no es nada en comparación con el fuego que recorre los músculos de mis piernas, fatigadas de correr sin parar. Correr en su busca. Me maldigo a mí misma por no estar acompañada de Tikki en un momento de necesidad como ese. En mi mente se reproduce, una y otra vez, la caída de Chat Noir contra el piso desde aquella torre. El impacto había levantado una profusa capa de polvo por lo que era muy probable que Chat Noir hubiera levantado el asfalto y arrastrado la tierra.

Fatigada, sin aliento, veo a Chat Noir semiinconsciente en el suelo. Como sospechaba, las piezas de asfalto se amontonan tras de él y su cuerpo ha dejado una seña en la tierra. Evildestroyer está frente a él, totalmente erguido e intimidante, alzando su gran martillo de una tonelada sobre Chat Noir, dispuesto a aplastarlo. Chat Noir pestañea continuamente, parece estar a punto de desmayarse de un momento a otro, pero se niega a cerrar definitivamente los ojos. Clava su mirada en Evildestroyer.

El pánico me asalta. Soy incapaz de comprender lo que está sucediendo ante mis ojos. Me niego a aceptarlo. Lo único de lo que soy consciente es que debo detenerlo. Debo salvar a Chat. Corro tan rápido que ninguno de los dos se da cuenta de mi presencia hasta que ya es demasiado tarde. Recurriendo a toda mi fuerza, le arranco las botellas mágicas que lleva colgadas a la espalda. Lo he visto utilizarlas antes, así que rezo porque funcione. Las bato y, justo en el momento en que se gira Evildestroyer en mi dirección, colérico, logro destapar una de ellas. La botella que porta un líquido trasparente, que huele a goma quemada, burbujea al entrar en contacto con el aire exterior y sale precipitado contra él, bañándolo por completo. La otra parece estar cargada por un mousse espeso y gris, se me hace más difícil abrirla. Sin embargo, en cuestión de segundos, logro destaparla y liberar el contenido a los pies del akuma. Una burbujeante masa empieza a crecer a sus pies y, en cuestión de segundos, crece en torno a él como el agua hirviendo. Me mira con terror y un odio tan profundo que quema y yo solo soy capaz de lanzarle ambas botellas a sus pies y retroceder, esperando que la vorágine no me atrape. La masa lo envuelve por completo y enseguida se endurece, con un desagradable crepitar al pasar tan rápidamente a estado sólido. La masa inflada tiene forma de nube y, bajo todo el peso del cemento, permanece oculto el akuma.

Mis piernas pierden toda su fuerza y me desplomo sobre el suelo, luchando por recuperar el aliento. Observo atónita la accidental escultura frente a mí, intentando encontrarle sentido a todo lo que acaba de pasar.

—Princesa —Escucho, en la lejanía, como me llama una voz quebrada.

Me giro y veo a Chat. Ha logrado erguirse, quedando sentando sobre el suelo, pero es obvio que le cuesta moverse. Se agarra el costado sangrante con expresión de dolor. Puedo ver como el traje no ha resistido el ataque y luce totalmente desgarrado sobre su hombro. La sangre corre por su ropa y la piel expuesta parece un espectáculo de Saw. Hace el intento de acercarse a mí, pero parece que el simple ejercicio de respirar y mantenerse despierto le supone un infierno.

— ¡Chat! —gimo, preocupada. La voz me tiembla demasiado como para que salga normal. Lo mismo le ocurre a mis piernas, a las que intento forzar a levantarme y andar, pero se niegan. Me veo obligada a andar medio a gatas hasta él. Me raspo las rodillas y la tela de la falta se desgarra, poco me importa.

Estoy tan cerca de él que puedo tocarle, pero me da miedo. Tengo miedo de hacerle daño, más del que ya sufre. Como reflejo de ésto, mis manos se mueven en el aire, frente a su cara, deseando tocarle pero incapaz de hacerlo.

— ¿Estás bien? —le pregunto, preocupada. Estoy tan asustada y nerviosa que le hago una pregunta estúpida. ¡Es obvio que no lo está! Pero me encuentro demasiado conmocionada por la realidad como para poder actuar con lógica. Siempre había heridas en las luchas contra los akuma, pero ver a Chat medio muerto me supera. Es una imagen que me espanta y trauma. Estoy totalmente segura de que se va a convertir en una de mis peores pesadillas.

Chat reúne fuerzas y coge una de mis manos, me sorprende, pero no digo nada. La aproxima a su rostro, a su mejilla menos magullada. Siento la calidez de Chat y me reconforta. Chat aprovecha mi momento de calma para tirar de mí y abrazarme.

—Lo que has hecho es una completa locura, una estupidez —me reprende en voz baja, más por el sobreesfuerzo que supone alzar la voz que porque no quiera gritar.

— ¿Preferías que dejara que te matara? —le recrimino, repentinamente molesta.

—No iba a ocurrir nada —me miente. Ambos somos conscientes de que lo hace y de que su mentira es muy obvia, pero ninguno de los dos dice nada. No porque no queramos. Como respuesta a toda la situación, en lugar de llorar, prefiero pelear con Chat. Es un deseo extraño, pero me recorre por dentro con una fuerza arrolladora. Sin embargo, una fuerte explosión nos sobresalta.

Nos giramos, sin romper el abrazo, Chat se fuerza a apretarme aún más contra él y todos sus músculos se tensan, en dirección al akuma. Sale humo de la base. La escultura de cemento no tarda en resquebrajarse y los pedazos humeantes salen humeantes. Ambos nos alarmamos al ver al akuma erguido, envuelto en la bruma del humo, pero nos relajamos al verle caer. Se desploma contra el suelo con la misma naturalidad que un muñeco. Cuando el aire se aligera y el humo desaparece, comprobamos que Evildestroyer está desmayado en el suelo y medio chamuscado. Sabía que la botella de líquido transparente se trataba de alguna clase de explosivo, pero no imaginé que activaría por sí mismo.

Ambos, Chat y yo, suspiramos, totalmente aliviados. Miro su hombro y me sorprendo al ver a la velocidad vertiginosa a la que sus heridas se están curando. Me yergo, sin romper el abrazo, enderezándome sobre mis rodillas hincadas. Chat, que está sentado con las piernas estiradas, me observa con atención. Observo con atención las heridas de su hombro, que parecen desaparecer por arte de magia, y no me atrevo a rozar la piel sonrosada hasta que estoy segura de que está totalmente curada. Me sorprendo de la rapidez con la que se ha curado y me pregunto si es un efecto secundario de la magia de los miraculous o se trata de un elemento único en Chat. Jamás me había herido tanto para saberlo.

Chat hace el amago de levantarse y yo lo ayudo en el proceso. Él luce mucho más despejado, pero no me fío. Nos apoyamos el uno en el otro, olvidándonos por un momento del akuma desmayado. Chat, aprovechando que ha recuperado parte de su fuerza, me vuelve a dar un abrazo. Sin embargo, en esta ocasión me envuelve por completo, sin dejar ni un simple espacio entre los dos. Me veo obligada a apoyar la frente en su hombro mientras él hunde su rostro en mi pelo. No me permite mirarle.

—Gracias —susurra, con voz trémula, con una sencillez nada propia de Chat.

Un sentimiento suave y reconfortante me recorre por dentro, calentándome con dulzura y placidez. Sin darme cuenta, correspondo el abrazo. Mis manos pasean por su espalda, en una caricia que intenta ser reconfortante, mientras él acaricia mis hombros y mi pelo, logrando que mi piel arda con el contacto.

—De nada —musito contra la piel de su hombro, llenándome del aroma salvaje y cítrico de aquel arrogante y dulce gato negro.

¡Hola a todos, lindas flores! 

Hacía un mes que no publicaba en esta historia, desde el especial de navidad en realidad. En fin, espero que la espera haya valido la pena y que os haya gustado este relato ^^.

Me estoy replanteando cambiar la portada... Ya sabéis, no puedo pararme quieta con una sola mucho tiempo xD. Pero, no sé, creo que me convence más la que tengo ahora que ésta. ¿Qué opináis? Quizás la deje como portada del capítulo, ya que nació en base a eso...

En fin, con un beso y un bizcocho, ¡nos leemos pronto!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top