35| Bonus

FLASHBACK

—Jimin, supongo que te comerás esas galletitas chupadas ¿verdad?

Jimin observó los ojos redondos y profundos de Jungkook y dejó de hacerlo para bajar su vista y concentrarse en el promontorio de galletas de chocolate a las que él, solamente le había chupado la crema blanca del centro.

—Yo no seré quien coma esas galletitas —contestó con desparpajo.

—¿Quién, entonces?

Jungkook no quería reírse aunque el hecho le estuviera provocando demasiada ternura, porque conocía de memoria esos hábitos caprichosos de Jimin y la verdad era que le parecían absolutamente adorables.

—Tú —respondió con total naturalidad exhibiendo una pequeña sonrisa de costado que dejaba entrever su dientito torcido.

—Yo no me voy a comer eso, Jimin.

—¿No? ¿Por qué no?

—Porque las chupaste a todas y te comiste la crema blanca que es lo más rico.

¡Esa frase Jungkook!

La inocencia de Jimin se había escapado quién sabe a dónde para dar paso al niño diablo que Jungkook tanto ama. Inclinó su cabeza rubia y le clavó una mirada canibal mientras le decía en casi un murmullo...

—No hubo quejas anoche cuando chupé mucho y me comí la crema blanca, que es lo más rico —remedó la frase de su novio.

Jungkook había empezado a respirar agitado y su entrepierna le daba punzadas demasiado agradables que le estallaban en la panza como mil malditos fuegos artificiales.

—Creo que hoy te toca comer, Koo. Sí, tú comerás estas galletitas...

Y allí estaba de nuevo la criatura indómita apropiándose de sus pulsaciones.

Jimin se quitó la parte superior del pijama, agarró una de las galletas que estaba húmeda por su saliva, la sumergió en los restos de su capuchino que aún seguía caliente, provocando que el bizcocho se tornara un poco más tierno de lo que ya se encontraba y lo deshizo sobre su ombligo chorreando el resto de leche sobre su bajo vientre. En modo dragón, desató el cordón de su pantalón pijama para que Jungkook tuviera una mejor visión de las gotas de leche descendiendo por su abdomen. Ladeó su cabeza y la melenita rubia cayó sobre sus ojos proyectando una imagen de ángel casto que nada tenía que ver con lo que estaba ocurriendo al sur de su anatomía.

Jungkook mordió su ombligo y devoró el tierno chocolate a la vez que Jimin deshacía sobre sus tetillas las próximas galletitas que por supuesto, Jungkook también desmenuzaría.

Corroyó cada migaja que danzaba sobre la piel del ángel diablo.

—Criatura malvada... me voy a morir.

—Come de mí, Koo.

Esta vez fue Jungkook quien tomó una de las galletas de chocolate de la hilera que Jimin había chupado y la metió entre sus labios y llevó su boca a la boca del nene.

—Come tú de mí.

Jimin devoró esa boca de chocolate y jadeó tantas veces su nombre como si fuera la única palabra que su atontado cerebro podía recordar de su vocabulario.

Pijama afuera y piel ardiente, Jungkook lo alzó y lo sentó a horcajadas sobre su cuerpo desnudo.

—No puedes moverte ahora —Le ordenó— eres mío y puedo hacer contigo lo que quiera .

Jungkook sabía que había abierto una puerta para que el power bottom dentro de Jimin reaccionara, porque él, sencillamente adora sentirse dominado por su chico rebelde y entregarse a sus más bajos instintos con una sonrisa ladina y con el corazón desbocado. Y lo provocó para verlo salir.

—Aquí y ahora mando yo. ¿Entendiste? No puedes tocarme, no puedes besarme y tampoco comerme.

—¿Entonces qué hago?

—Te toca mirar... —Esta era su pequeña venganza después de que Jimin lo atara y no lo dejara hacer nada en el encuentro anterior —¿Vas a respetar lo que te digo, Jimin?

—No.

Claro que no iba a hacerlo y Jungkook lo sabía. Y contuvo la risa frente al desobediente.

—¿No?

Jimin bajó su mirada queriendo parecer tímido e introdujo dos dedos en su boca y los succionó como si los mamara. Cuando alzó la mirada se encontró con la de Jungkook que gruñía sobre la comisura de sus labios.

—Eres malditamente delicioso...

Por supuesto que Jimin no cumplió con la demanda de no tocar, de no besar y mucho menos la de no comer de su amor.

Él era selectivo con las galletitas de chocolate de las que elegía comer solo la crema blanca pero no podía serlo con Jungkook e hizo de su novio su manjar personal y no se detuvo ni un solo momento para saborear cada centímetro de piel y beber las ambrosia líquida que su hombre secretaba sobre su boca.

Elixir en estado puro...

Ese, sin dudas, había sido el desayuno más placentero que ambos hubieran compartido.

A esas alturas la silla les había quedado pequeña y ambos habían rodado hasta los mullidos sillones blancos de la sala de estar donde la lucha cuerpo a cuerpo continuó por varias horas más.

—Koo —Jimin abrió el diálogo luego de que ambos cayeran uno al lado del otro, agotados, acalorados y con una sonrisa en la boca. Jungkook entreabrió sus ojos con pereza y los posó sobre la boca de su nene y de alguna forma su incansable mente se frenó para recapacitar sobre, cómo era posible que tras la implacable acometida que habían vivido, él siguiera hambriento de esos labios jugosos —Koo —Volvió a llamar Jimin levantando el mentón de JK hacia sus ojos.

—Tú sabes que eres el amor de mi vida ¿verdad?

Jungkook sonrió sin que Jimin pudiera verlo.

—¿Qué hiciste, Jimin? ¿Por qué me dices esto?

Jimin sonrió y le desaparecieron los ojos. JK sabía que detrás había algo.

—¡Ey! Qué desconfiado... tú eres mi amor y te lo digo siempre, ¿Por qué dudas ahora?

—Porque te conozco y sé que detrás de esa sonrisa, se esconde un Jimin travieso que a veces, me da miedito...

Jungkook se incorporó, se apoyó contra uno de los brazos del gran sillón, lo atrajo hacia sí y palmeó su pecho invitando a que Jimin se sentara entre sus piernas y apoyara su espalda sobre su tórax.

—Cuéntame, amor, ¿Qué hiciste?

—No hice nada... aún

—¿Aún?

—Sí —Sonrió tímido y con ojitos cerrados— Me quedé con una frase de las me dijiste hace un rato.

—¿Qué frase, Minnie?

—Que no harías un pedido formal de matrimonio hasta que no compraras anillos.

—Así es.

—Bien, el caso es, que no quiero anillos.

—¿Perdón, no quieres compartir en tu mano un anillo de boda que represente nuestro compromiso?

—Lo que no quiero es un anillo tradicional. A ver si puedo explicarme...

Jungkook observaba cada gesto de Jimin en un intento de descifrar si lo que diría se trataba de una broma. Desde su perspectiva, lo "normal" es que los novios tuvieran una alianza entre los dedos y sentirse orgullosos de ello. ¿Por qué, Jimin, no?

—Yo sí deseo ese símbolo de alianza entre nosotros, mi amor. Lo que no quiero es llevar en nuestras manos, algo común, no quiero nada como lo que lleva todo el mundo... Deseo algo único.

—¿Y eso, exactamente, es...?

Jungkook elevó al aire esos puntos suspensivos de la frase.

—Quiero hacer una cita con PolyC**

—No estoy entendiendo...

—¿Koo, querrías llevar alianzas tatuadas en lugar de anillos tradicionales?

La sonrisa del tatuado ahora mismo no cabía en su cara.

—Mira, yo sé que te puede resultar incómodo que proponga esto y estás en todo tu derecho de rechazar mi idea, pero lo siento desde el fondo de mi ser y quise plantearlo aún sabiendo que podrías mandarme a la mierda.

Jungkook levantó su brazo tatuado, acarició el rostro de Jimin y lo atrajo a su boca.

—Mira mi mano, amor —Hizo que Jimin recorriera arriba y abajo con sus dedos las texturas de sus tatuajes.

—Tú mejor que nadie sabe qué cada uno de estos tatuajes significan algo especial para mí

—Lo sé —tartamudeó Jimin.

—¿Crees que yo rechazaría la oportunidad de llevar mi alianza de tinta con el amor de mi vida, sellada en mi piel de forma personal y eterna?

Jimin se había emocionado y no salía ni una sola palabra de su boca pero el gesto con su cabeza dio a entender que no sabía cuál sería la contestación final de Jungkook

—La respuesta es sí, Jimin. Sí ahora, sí mañana, sí para siempre. Un gigante y aturdidor sí, mi amor.

Besó uno por uno sus dedos de cachorro.

—Gracias, Jungkook, la verdad es que me emociona mucho esta idea. Tambien pensé que, bueno... tu mano derecha ya tiene tattoos en el dedo anular.

—Tatuemosnó en la mano izquierda, Jimin. La del corazón. Allí donde estás tú, desde el día que nos dimo la oportunidad de amarnos.

—Hagámoslo.

—Hagámoslo, te amo.

—Yo más.



Hola a todas. Decidí publicar este extra porque lo tengo escrito desde hace más de un mes y y realmente tenía muchas ganas de compartirlo.
Les cuento que estoy atravesando por un momento especial en el que debido a un traumatismo, estoy impedida de usar mi mano derecha. Así que este párrafo que están leyendo lo estoy escribiendo gracias al dictado de voz. Este período de descanso forzoso me llevará a recorrer la plataforma como lectora y voy a aprovecharlo al máximo. También estoy deseosa de publicar un concurso que tengo diseñado y escrito desde el año pasado pero aún no me decido. Ya veré si lo hago... Pero me gusta mucho la idea.

Sepan que las quiero mucho y me hace muy feliz cada vez que recibo uno de sus mensajes amorosos.
Muchas gracias 💜💜💜

Lola
Córdoba 24 de agosto de 2023.

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PolyC** es el tatuador personal de Jungkook y de Jimin, en la vida real.






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