30
Brilla noctiluca
Un punto en el mar oscuro
Donde la luz se acurruca.
Jorge Drexler
Abrazados, emprendieron regreso a la casa en busca de calor reconfortante.
Jungkook sabía que ambos necesitaban calorcito para el cuerpo y calorcito para el corazón.
Jimin le había revelado sus heridas más profundas que a pesar de los años transcurridos y las innumerables temporadas de terapia, eran lesiones que aún sangraban, que aún dolían.
Le confió su secreto más oscuro y él iba a atesorar este momento en la playa en el que el amor de su vida abrió su alma y lo dejó entrar.
Descalzos, bajo el sol, caminaron por la arena tibia en un inmenso silencio cómplice en el que solo latían colores y sensaciones.
Casi llegando a la casa, antes de cruzar la cerca blanca, sobre un poste, Jungkook observó un cartelito de madera, bastante percudido por la intemperie, con letras talladas de manera rústica en el que se leía "NOCTILUCA".
Desconocía el significado de la palabra, pero imaginó que era el nombre que los abuelos de Jimin, le habían dado a su hogar.
Las siguiente horas ellos la dedicaron a alimentarse, amarse y prodigarse mimos hasta que la siesta y el arrullar del mar de fondo los invitó a caer en un sueño profundo que les brindaría el descanso necesario tras haber pasado una noche en vela.
Por supuesto que Jimin no pudo manejar sus estados de alerta y la intranquilidad que llevaba pegada a su piel desde hacía varios días, lo despertó con una opresión en el pecho. Se deslizó hasta hundir su nariz en el cuello de su hombre para calmar toda angustia a través del perfume de su piel, pero se levantó en puntillas antes de que Jungkook, por impulso como siempre lo hacía, lo abrazara y lo dejara sin voluntad de hacer lo que quería hacer.
Con una idea en mente se dirigió a la cocina.
Hora y media después lo estaba despertando a los besos.
—Despierta, mi bebé.
JK respondió a esos besitos pero en cuanto tomó conciencia que no sabía dónde se encontraba, reaccionó asustado.
—Jimin, ¿qué hora es? ¿Qué pasó?... me dormí.
—Sí, amor, necesitabas descansar. Anoche no te dejé dormir.
Sonrió con sus dos manitos en la boca.
Jungkook se muere por ese gesto.
—Tú tampoco dormiste, Jimin.
—Pero yo soy más fuerte...
Jungkook hizo un gesto de no estar muy de acuerdo.
—Sí lo soy. Aunque no parezca. Ya sabes, he vivido situaciones que me han hecho ser muy fuerte, Jungkook, créeme.
—Te creo, amor. ¿Qué hora es?
—Las nueve.
—¿Nueve de la noche?
—Sí. Ven. Quiero que veas algo..
En la oscuridad de la habitación, Jimin guió de la mano a Jungkook hasta el enorme ventanal que da al mar.
—Mira esto, mi amor. Trata de no llorar, si puedes...
Frente a ellos el inconmensurable océano se desplegaba azul y brillante. Cada ola reventaba en la orilla con una luz tornasolada y fosforescente.
—Jimin, Dios, ¿qué es eso?
—Son las famosas chispas de mar.
—¡Jimin, está brillando! Vamos. Quiero ver de cerca... ¿Qué es eso? Vamos, por favor. Quiero ver —Corrió a ponerse sus botas y buscó el abrigo.
—Noctilucas. Así se llaman.
—¿Pero qué es? —Jungkook no paraba de hacer preguntas y se dirigía casi corriendo hacia la salida . La ansiedad por acercarse al mar qué refulgía en luces azules le desbordaba el pecho
—Espera... Tengo una sorpresa. Ayúdame con esto y bajamos.
Jimin se apresuró a buscar una canasta en la que había dispuesto deliciosos bocadillos calientes en recipientes térmicos, dos copas y un vino rosado, su preferido.
—Jimin ¿Por qué hiciste todo solo? ¡Me hubieras despertado!
—Ya te dije que quería que descansaras. Además quería que fuera sorpresa.
A los ojos del ansioso Jungkook, Jimin estaba demorando demasiado en salir.
—Las luces Jimin, quiero ir a tocarlas.
Jimin se conmovió ante la ansiedad de Jungkook.
—Eres un niño hermoso, calmate, ya vamos, mi bebé.
Cargando canasta y mantas en una mano y a Jimin con la otra, Jungkook salió disparado hacia el mar. Pasó a las corridas pero al llegar a la cerca blanca y al poste de madera se detuvo ante el cartel.
—Noc -ti -lu -ca —silabó y rió con su risa de conejo feliz.
—Mi abuelo llamó así a esta casa. Noctiluca es mi refugio. Es mi lugar en el mundo, Jungkook y es mi sueño que también sea el tuyo.
—Si es tu lugar, mi amor, también lo será para mí y yo siempre estaré donde tú estes...
Lo atrajo y lo besó fuerte y ruidoso y retomó la marcha acelerada para llegar a la arena.
Jimin no sólo había preparado la cena, también se había tomado el tiempo de encender antorchas, velas y sahumerios en la zona del camastro. Jungkook se detuvo de golpe al ver ese rincón y sintió que este era el momento más emotivo de su vida. La aceleración se le bajó de golpe. Dejó sobre la arena la canasta y las mantas y se puso de frente a Jimin. Tomó su rostro y lo miró como si no se conociera de memoria cada centímetro de su piel.
—¿Qué es esto, Jimin? ¿Quieres que me muera de amor ahora mismo?
—No. Quiero que me ames como te amo.
—Ya lo hago. Me muero de amor por ti.
Jimin escondió su rostro en el pecho de su hombre y susurró bien pequeño:
—Me haces tan feliz.
Besó la coronilla de su cabeza rubia y no pudo evitar lagrimear.
—Te amo, Jimin, amor de mi vida.
Besó sus pequeñas manos juntas y se encaminaron al agua provocando un estallido de luces bajo sus pasos. Corrieron solo para ver sus huellas fosforescentes tras su andar.
—Es un fenómeno que se da en algunas partes del mar. Lo provocan unos microorganismos que se llaman así, noctilucas scintillans. Pero yo les llamo luciérnagas de mar.
—¡Tus luciérnagas son tan bellas! —lo miró embelesado— Dios mío, Mimi, ¡Mis ojos no resisten tanta belleza!
—Es verdad, no debe haber nada más bello que estas chispas.
—No hablo de las noctilucas, Jimin, hablo de ti.
¡Hola!
Les dejo un vídeo para que vean un mar de noctilucas y lo realmente extraño y maravilloso que es.
Casi al final del libro, el título cobra sentido y me gusta. Porque en realidad se revela lo que es la chispa de mar y cómo este sitio que es tan significativo para Jimin, es donde se ha formado para ser la persona que es. Y ese lugar es precisamente el NOCTILUCA, su lugar en el mundo.
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