Los últimos detalles de luces y sonidos se hacían a toda marcha en el salón donde se recibiría a la prensa y a toda la esfera de la industria musical en el preestreno del material de una de las artistas más prometedoras del Kpop. Ella era una niña mimada de la productora Min-Jeon y tirarían la casa por la ventana en esta bonita noche de agosto.

Todos los artistas que han pasado y que conforman esta productora están invitados y por supuesto, su estrella principal, Park Jimin sería la figura destacada.

Él estaba exultante, sería la primera vez en meses que Jungkook y él se verían en un evento que no fueran las cuatro paredes de la sala de grabación. Qué por cierto se había convertido en su espacio confidencial, donde compartían besos en secreto y caricias ocultas.
Tras aquel primer beso después del masaje descontracturante vinieron cientos más. Cada vez que Jimin desafinaba Jungkook sacaba a medio mundo afuera y un rato después, la magia ocurría y el chico cantaba como los dioses.

¡Qué feliz se sentía! Después de tantas idas y venidas por fin podría decirle a Jungkook que sentía demasiadas cosas por él y le propondría tener algo más que esos besos a escondidas.
Se sintió hermoso usando una sensual ropa interior que estrenaría con su chico si todo salía como tenía pensado.

Cabello peinado hacia atrás, un tenue smokey eyes sobre sus ojitos y un traje púrpura cuyos pantalones ajustados a sus caderas haría temblar el suelo por el que caminara. 
Y así fue. No alcanzaban los flashes para opacar la luz propia que Jimin emanaba. Yoongi no podía dejar de admirar la belleza de su ex amante y supuso que si Jungkook no había caído rendido ante esta criatura hasta ahora, hoy no tendría escapatoria.

Jimin buscó con su mirada por todos lados para tratar de encontrar al chico de sus sueños. Y lo encontró. Jungkook llevaba todo ese tiempo de pie observando su entrada y comiéndoselo con los ojos. Cuando a la distancia la mirada de ambos se conectaron, Kook le sonrió, llevó la mano a su pecho y entrecerró sus ojos de cachorro enamorado dejándole en claro que él era el dueño de su corazón.

Una lluvia de flashes rodeó a Jimin y la distancia entre ellos aumentó al punto de dejar a Jimin completamente aislado en ese círculo de fotógrafos que querían una imagen del artista del momento.

Aún así, él pudo ver el instante exacto en que Iu se acercó a JK, lo tomó de la mano y besó su boca con desenfreno y sin tapujos. 
Y los flashes cambiaron de frente y rodearon a la pareja.

Jimin se sintió desconsolado cuando Jungkook en lugar de separarse correspondió el beso de la chica.

¿Qué… qué pasó?? Su cabeza no entendía nada.

Trastabilló y antes de llegar al suelo, Yoongi lo sostuvo por detrás.

—Yoon, sácame de aquí.

—Jimin, ven conmigo.

Jungkook observó entre el tumulto de gente a Jimin salir de allí con su hermano. Necesitaba correr tras ellos y explicarle que él no había tenido nada que ver con eso. La flaquita había salido de la nada y lo atrapó en un beso robado que las cámaras captaron sin su consentimiento.
Buscó. Corrió. Lo llamó.
En medio de la búsqueda frenética lo encontró. Ya casi llegaba a ellos, podría explicarle el malentendido, pero entonces Jimin hizo lo peor que podría haber hecho.
Tomó el rostro de Yoongi y lo besó lento, suave y profundo.
Y aunque a Yoongi el beso le supo amargo, se entregó a esa boca porque la deseaba con locura y porque de verdad y aunque de seguro se llevará el secreto a la tumba, él quería a Jimin de regreso.

Jungkook no podía reaccionar. Parecía que algo lo sujetaba al piso y ni siquiera podía mover un pie. Se le llenó el pecho de angustia pero no quitó sus ojos del beso que le dolía horrores.
Observó cómo Jimin arrastraba a su hermano hasta un baño y se encerraba allí con él.

Jimin seguía besando a Yoongi pero su boca descargaba furia e ira.
Yoongi detuvo el beso y se separó del chico.

—Jimin, detente.

—No, no, bésame, bésame.

Lo besó. Ese beso para Yoongi debería haber sido el cielo sin embargo sabía que de continuar lo llevaría directo al infierno. Deslizó su lengua al cuello y mordió su carne. Jimin jadeba necesitado.

—Sí, muérdeme fuerte, hazme sangrar, así, sí, así, Jungkook…

—¿Qué dijiste?

Lo separó con fuerza de su cuerpo y lo sacudió para que abriera los ojos.

—Mírame, Jimin. No soy Jungkook. Si no eres capaz de jadear mi nombre no mereces estar conmigo. No puedo más con esto…

Jimin lloraba sin consuelo y balbuceaba una sola palabra:

—Perdón, perdón…

Yoongi puso su índice en la boca de Jimin en señal de que dejara de decir eso y antes de salir de allí le susurró:
—Te quiero, pero no doy más. Deja de jugar Jimin, ni yo ni Kook nos merecemos esto.

Se acomodó la corbata frente al espejo y salió de alli dejándolo solo.
Después de llorar por un rato largo, Jimin juntó valor y salió para toparse de frente con Jungkook apoyado sobre el marco de la puerta con cara de poco amigo y con sus brazos cruzados.

—¿Coger a mi hermano en los baños es lo tuyo, Jimin?

—Déjame en paz, JK. Sal de mi vista.

—¿En el estudio también estabas con él? ¿Nuestros besos furtivos no eran suficientes para ti? ¿De qué estás hecho?

—No me jodas Jungkook. ¿Qué mierda me recriminas tú que te besuqueaste con tu hembra frente a todo el mundo?

—¿Hembra?

—Oh, perdón... ¿prefieres que le diga princesa? ¿Cómo quieres que llame a tu novia, Jeon?

—No es mi novia. Ella…

—La besaste frente a mí, sabías que yo estaba allí y te importó una mierda.
No soy suficiente para ti. Ya me quedó claro. Todo ese juego sensual en los ensayos no fue más que diversión para ti. Pero para mí no. Ahora sal de mi vista. Debo arreglar lo que acabo de romper.

Jungkook lo seguía por detrás.

—Yoongi se fue, Jimin. No sé qué pasó entre ustedes. Pero salió hecho una furia. ¿Qué le hiciste?

Jimin lo miró con desprecio.

—Jadeé tu nombre mientras me cogía.

Él no había tenido sexo con Yoongi pero sabía que esa frase desmoronaría a Jungkook.
Quería intencionalmente provocarle dolor y lo logró. Ese puñal sería imposible de sacar del alma de su chico tatuado.

¡Qué verdadera mierda!

En cuestión de unas pocas horas, Jimin tenía entre sus manos los fragmentos de los corazones rotos de los dos hermanos.