Capítulo 3. "Entre recuerdos y sentimientos"

Al escuchar las palabras de Hux, Kylo volteo con un poco de sorpresa.

-¡Vaya!, nunca creí que aceptará-

-Tampoco yo, le envié la grabación y le agradó- se sujetó la barbilla y cerró los ojos de forma pensativa -El problema ahora será quien le dirá a Emili que no renovaremos su contrato- a pesar de que no estaba invitada a la conversación trataba de poner atención, por alguna razón la presencia de Hux me tranquilizaba, debía ser porque ya no estaba a solas con Kylo.

-Se lo diré yo,- dijo dirigiéndose a Hux -después de todo su contrato con nosotros terminó.- me miró dándole la espalda aun con los ojos en el Mac, por nada del mundo lo quería ver por lo que había ocurrido. Giró la silla y se agachó hasta poder verme a los ojos me tomó de los hombros y dijo -Felicidades, serás la nueva voz de la compañía-

-¿Qué?- respondí de inmediato

-Hux le mostro la grabación de hace unos minutos a Snoke, ya estábamos buscando algo nuevo para la compañía, y no encontrábamos nada agradable, íbamos a tener que renovar el contrato de Emili- yo seguía sin saber quién era la susodicha -se podría decir que… ¿nos caíste como anillo al dedo?- Hux suspiró

-Lo que Kylo quiere decir es que te estamos dando la oportunidad de ganar más experiencia en estos seis meses que serás mi asistente, por supuesto, te pagaremos extra por loop, lo que no te caería nada mal, y solo grabaras en tus horarios  de trabajo.-

-¿Están seguros de esto?- dije algo nerviosa –No creo ser la indicada-

-Claro que sí,- dijo de inmediato Kylo -Te hemos escuchado cantar, de hecho no creía que lo hicieras tan bien y narras excelente.- afirmó
Suspire y accedí, no sabía a qué me iba a enfrentar aceptando este trato, en un inicio no creí que me costara tanto trabajo <<No debe ser más difícil que cantar>> pensé, grave error.

El resto del día no hablamos más que de trabajo, ni Kylo, ni yo mencionamos nada acerca de lo ocurrido en esa cabina. Llegó la hora de ir a descansar, tomé  mis cosas y salí sin detenerme.

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No era tan tarde cuando llegue a casa, el primer día solo había sido una especie de capacitación, después de mañana todo iba a cambiar.

Mi teléfono sonó,  vi la pantalla y sonreí, era Finn.

-Hola,  buenas tardes. Se está comunicando a la línea privada de la señorita Rey, ¿en qué puedo ayudarle?- bromeé.

-¿eh...? ¿Rey?- dijo confuso Finn, solté unas risas que no pude evitar.

-Solo bromeo  Finn ¿Qué sucede?- Él suspiró.

-¡Me asustaste mujer!- reclamó
– No tengo mucho que hacer hoy ¿estas disponible? Rose y yo vamos a ir al cine- me agradaba la idea de salir con uno de mis mejores amigos y su novia, pero por nada quería hacer un mal tercio.

-Ammm… lo siento Finn, pero debo ensayar para mi siguiente presentación, además aún tengo tareas por hacer para la escuela, será en otro momento.-

-Muy bien…- se escuchó desilusionado -si necesitas algo dímelo, sabes que me agrada ayudarte a tus trabajos de la escuela.-

-Si Finn, lo tendré en mente. Nos vemos pronto- colgué el teléfono.

A pesar de que quise hacer lo que le dije a mi amigo no pude, ese momento seguía en mi mente y no lo podía olvidar, de algún modo me sentía feliz y por otro me sentía arrepentida por corresponder ese beso. Me recosté en uno de los sillones de la sala, abrace una de las almohadas y traté de pensar en otra cosa, para mi suerte BB9 estaba con migo, mi querida amiga me acompañaba, comencé a hablar con mi bella husky  gris, y aunque yo no podía entender sus ladridos sabía que ella me entendía. Después de unos minutos me quedé dormida, no por que quisiera, sino por el agotamiento que sentía.

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Kylo Ren permanecía en su oficina, no dejaba de pensar en Rey y en ese pequeño beso, de algún modo lo  sentía en el corazón, quería besarla desde la noche anterior cuando frunció  el ceño y dejo ver una de sus expresiones encantadora, pero en ese momento debía contenerse, acababa de pasar por una situación delicada y esa acción la podría empeorar.
Nunca espero encontrársela en la productora de su padrastro, así es, Snoke era el padre adoptivo de Kylo.

Permaneció solo, sentado frente a su escritorio, pensando y recordando cada instante en que la vio, arriba del pequeño escenario del bar de quinta en el que trabajaba, cuando la vio hablar con aquéllos hombres que extrañamente conocía, y con los que nunca pensó verla, cuando la siguió para saber dónde vivía, cuando la detuvo de dañarse sus delicadas manos al tratar de defenderse en un asalto, cuando la acompaño a casa en silencio, cuando la vio de reojo en el ascensor, cuando la besó. En especial el momento en que la besó, sabía que podía hacerlo, era la oportunidad, y no quería desperdiciarla, era distinto ahora, estaba en su dominio e iba a ser su jefe, y aunque esperaba verla de nuevo a la mañana siguiente, debía alejarse, si de algún modo su padre se enteraba de lo que sentía por una empleada podía hacerle cosas horribles.

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La semana trascurrió, Rey no se volvió a encontrar con Kylo, de algún modo sentía que había desaparecido, o que no quería verla. Uno de los momentos más difíciles para ella llegó, tenía que grabar, era agotador y constantemente Hux la regañaba mientras controlaba las consolas y el Mac. Kylo estaba presente, él dirigía el nuevo proyecto. Después de unas horas, todo quedó en orden, solo faltaba terminar la edición y de eso se encargaría el estresado Ingeniero.

Al llegar la hora en que debía abandonar las instalaciones salió como siempre, afuera se encontró con sus dos amigos vestidos muy diferente a lo que estaba acostumbrada, al verla salir ellos se sorprendieron, Rey no les había dicho que trabajaba ahí.

-¿Qué haces aquí?- le dijo Poe con uno de sus afectuosos abrazos.

-Trabajo aquí como pasante, soy la asistente de uno de los ingenieros de audio.

-¿Qué?- replicó Finn -¿Estás loca?-

-No según mi psiquiatra, sé que es arriesgado trabajar aquí, pero esta empresa en un currículo hace milagros.

-Sí, lo sabemos.- mencionó Poe -¿Cuánto falta?

-¿Para terminar el contrato? Acaba de iniciar, el sábado pasado-

-Rey ¿Sabes a lo que te estas arriesgando? Ahí hay tipos muy peligrosos.-

-Lo sé- recordó a Kylo –Pero no puedo salirme hasta que termine el contrato-

-¡Exacto!- Le dijo fin exaltado.

-¿Ustedes que hacen aquí?-
Poe miró a los ojos de Finn y resignado dijo.

-Somos los guarda espaldas de director de la empresa y su hijo- bajó la mirada
A rey no le extrañaba que después de tanto tiempo de conocerlos no le hubieran dicho en que trabajaban, ahora lo entendían todo y sentía como si Snoke los tuviera en la palma de su mano. Era extraño que ese hombre tuviera tanto poder siendo el dueño/Director de una empresa como esa.  <<Todo esto es solo una mafia>> pensaba Rey. 
-Vamos te llevaremos a casa- le dijo Finn a Rey.

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Al llegar a casa caí rendida al sillón, BB9 se acercó a mí, le acaricie la cabeza y le sonreí. Me sentía melancólica, estos días había pasado por mucho, y ese día se cumplía un año más de la muerte de mis padres.

Cerré los ojos y comencé a recordar ese día de principios de primavera. Estebamos los tres paseando, tenía seis años, caminaba de la mano de mis dos padres, un accidente ocurrió frente a nosotros, mis padres que eran médicos me dejaron parada al pie de in árbol

-No te muevas de aquí cariño- me dijo, corrió a ayudar a papá que sacaba a una familia del auto volteado, de pronto otro los golpeó, y uno más, fue un choque múltiple por causa del primer auto, mamá estaba un poco lastimada, por un pequeño golpe que le dio en una de sus piernas, aun así seguía asistiendo a los heridos, yo estaba muy alejada, solo podía verlos a través de mis lágrimas.  Uno de los tanques se había agujerado,  una pequeña chispa encendió la gasolina, no pudieron corres y con los heridos murieron mis padres.

Después de eso mi viejo tío Plutt me comenzó a cuidar, fue el único que se quiso hacer cargo de mí, aunque era la peor opción, tenía un negocio en el mercado negro y cuando tenía 13 años lo descubrieron y encarcelaron. Para mi buena suerte una de las vecinas y amigas de mi madre decidió cuidarme, encargarse de mí, pero no como su hija, solo firmó los papeles  para que no me enviaran a una casa hogar.  Ella recibía la pensión. Que me habían dejado mis padres, me daba una parte y  la otra se la quedaba para comprarme alimentos y despensa, cosas como cereal, leche, sopas instantáneas, en resumen cosas que pudiera preparar yo.
Después de unos meses de comenzar a vivir sola inicié la escuela primaria abierta1, después la secundaria del mismo modo y finalmente la preparatoria. El dinero de mis padres se estaba agotando, pero no sabía qué hacer, debía conseguir empleo y pronto.
Un día paseando me encontré con un pequeño Bar, decía que solicitaban un nuevo espectáculo y entré, no sabía exactamente que hacia ahí. Los que querían el empleo para los viernes, el encargado del bar me dijo que subiera, no sabía cómo zafarme de esta.

-¿Qué harás?- dijo algo gruñón, me analizaba de pies a cabeza -¿Cómo te llamas?-

-Soy Rey y… ¿voy a cantar?...- dije tímida
El bar estaba lleno, no solo por los aspirantes, sino por clientes.

-Esto estará bueno- Hoy decir a uno de los que querían el empleo.

-Sí, voy a cantar- repetí más segura –No tengo nada preparado, así que lo haré sin pista-

-Muy bien. Inicia – Indicó el hombre.
Comencé a cantar una de las favoritas de mi mamá, “Amor eterno”.

“Tú eres la tristeza de mis ojos
que lloran en silencio por tu adiós
me miro en el espejo y veo en mi rostro
el tiempo que he sufrido por tu adiós
obligo que te olvido en el pensamiento
pues, siempre estoy pensando en el ayer
prefiero estar dormida que despierta
de tanto que me duele que no estés…”

Mientas interpretaba esa canción las personas me miraron, yo lloraba, recordaba a mi fallecida madre y no pude evitarlo.

Terminé la canción y me aplaudieron, en dueño se levantó, limpió sus ojos y me dijó:

-El empleo es tuyo- lo miré directamente –Comienzas el viernes-

No lo esperaba.

Después de ese día mi apego a la música fue aún mayor, variaba mis géneros, desde música para los más jóvenes hasta para los mayores. Me ofrecieron otros empleos, pero los rechazaba, el viejo Luke, me ayudaba a mejorar, me decía constantemente que tenía mucho talento y que debía dejar ese bar. Siempre me negué a hacerlo, el viejo fue como un abuelo para mí, incluso llegó a pagarme clases profesionales de canto.

Ahí fue cuando me enamoré de la música.

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Abrí mis ojos al escuchar el timbre de la puerta, me paré y abrí sin preguntar quién era, para mi sorpresa era Kylo Ren, lo miré con los ojos abiertos como platos, la sensación del primer día volvió, no sabía qué hacer, me paralice de nuevo.

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No sabía si lo que hacía estaba bien, pero ya no podía soportar no verla o hablar con ella, era un hecho que la quería para mí.

Fui a su casa y toqué a la puerta, nunca pensé que fuera tan descuidad y abriera sin antes preguntar quién era, la vi, estaba sorprendida por mi presencia, no sabía que decir, al verla mi cuerpero se lanzó directamente a besar sus labios…

1. En México así se le dice cuando una persona mayor inicia a estudiar.

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