17. Borrando la oscura mirada
Junio.
Si existiera un premio para la persona más ridícula del mundo, Jeon Jungkook sin duda lo ganaría.
Jamás se había sentido más patético en su vida, añadiendo el hecho de que tuvo que soportar la mirada preocupada e inquisitiva de Kim Taehyung durante toda la sesión.
Gracias por haber derramado dramáticamente esa lágrima, tonto estúpido.
Se dijo mentalmente mientras estrujaba con fuerza la gaseosa que tenía en su mano izquierda, causando su deformidad completa.
—¡Hey amigo!, Cálmate, esa lata no tiene la culpa de cualquier cosa que estés pensando —le dijo Jimin antes de soltar una carcajada, y la penetrante mirada del pelinegro le fulminó en un soslayo.
—No tienes idea...
—¿Cómo estuve? —cuestionó Namjoon llegando hasta las gradas donde ambos amigos estaban sentados.
—Un minuto con veintisiete segundos Joonnie, ¡Nuevo récord! —gritó el rubio celebrando con un extraño baile para después chocar su palma con la de un Namjoon emocionado.
—No puedo creerlo, unos días más y lograré hacerlo en sesenta segundos —dijo para luego beber de su botella de agua—. La verdad es que te admiro demasiado Jungkook. No es nada fácil alcanzar la velocidad con la que tú eres capaz de correr. Esfuérzate, tienes que volver aquí pronto.
Y la mirada de Jungkook subió hasta perderse en el recorrido circular que dibujaba la pista de carreras dentro del estadio de su familia.
—Yo también anhelo que vuelvas Jungkook, practicar sin ti, a veces, es aburrido.
—¡Oye!, ¿Estás diciendo que no te diviertes conmigo?
—¡No tonto!, Solo digo que nos hace falta Jungkook: Éramos el trío perfecto y felizmente realizado.
—Creo que el tonto es otro, ¿Verdad, Jungkook? —inquirió Namjoon burlándose de Jimin, pero al no recibir respuesta del menor, se puso frente a él y observó el rostro angustiado que mantenía—, ¡Hey, Jungkook! —chasqueó sus dedos frente al pelinegro llamando su atención—. ¿Qué pasa?, ¿Hay algo que te molesta?
—Lo mismo iba a preguntar —soltó Jimin y el más pequeño los miró recordando lo que le había sucedido.
—¿Jungkook? —volvió a preguntar Namjoon cuando el Golden Maknae bajó su mirada—. Nos estás preocupando niño.
El pelinegro respiró profundamente y por fin se decidió a hablar.
—Anoche tuve un sueño —introdujo y ambos chicos le observaron curiosos—. Soñé que conducía y que quien me acompañaba... me quería...
—Ajá —habló Jimin esperando que el más pequeño siguiera expresando su sentir.
—Desperté y me di cuenta de que —se detuvo, mirando levemente los rostros expectantes de sus amigos, su vista viajó hasta aquella mano que entrelazó con el castaño en su sueño—... Taehyung me gusta...
—¡Lo sabía! —gritó Jimin pegando un salto emocionado, pero al ver el rostro triste de su amigo, se abstuvo de seguir efectuando la celebración eufórica que estaba a punto de venir.
—¿Eso es malo, Jungkook? —se atrevió a preguntar el más grande y Jimin se golpeó la frente dando a entender que había sido muy boba la reciente pregunta.
—Si —concluyó el pelinegro de ojos amielados y los dos jóvenes que lo acompañaban lo miraron con el entrecejo fruncido.
—¿Por qué? — cuestionó Jimin, a punto de darle una charla motivacional al más joven, con la esperanza de hacerlo recapacitar. Recordaba perfectamente que Jungkook se había prometido a sí mismo jamás fijarse en ninguna persona, y hasta cierto punto le alegraba saber que el corazoncito del menor se había permitido sentir, pero también le preocupaba que sufriera tanto como él lo había hecho.
—Por muchas razones. Simplemente, esto no es lo que quiero para mi vida. Ustedes me conocen y saben que no me interesa, además...
Se detuvo, recordando cómo su corazón había dolido durante aquella mañana, sintiendo una quemazón por dentro que le dejaba una extraña sensación de ardor estomacal.
—¿Además que...? —preguntó Namjoon y la mirada dolida de Jungkook les hizo saber a ambos que, aquel sentimiento de "gusto por Taehyung", no era más que una realidad que golpeaba fuertemente al prodigioso Jungkookie.
—Además... Jamás será algo recíproco —confesó y pudo ver la confusión en los rostros de sus amigos—. No es que quiera que sea recíproco —intentó decir—. Me refiero a que mi corazón se equivocó por kilómetros al haberse fijado en él, habiendo tantas personas en el mundo.
—Jungkook, ¿Por qué dices eso?
Y un fuerte resoplo salió de la boca del menor del grupo—... Es heterosexual —explicó después de unos segundos— y aunque no lo fuera, solo mírenme. Él es tan hermoso, su sonrisa ilumina mis días y esos ojos oscuros son tan profundos que —se detuvo, sabiendo que sus amigos estaban absortos escuchándolo—... Yo no soy nada.
—¿Lo puedo golpear ya? —preguntó el rubio a Namjoon y éste solo asintió sin rodeos—. Escucha, pedazo de materia orgánica... ¡Tú eres tan guapo, que pareces un modelo de revista!, Teniendo ese cuerpo y esa cara, no conquistas el mundo porque no quieres.
—Eres realmente atractivo, Jungkook. No lo digo yo, lo dice la ciencia —confirmó Namjoon—. No sé si jamás te has dado cuenta, pero a donde quiera que vas, la gente no puede evitar no mirarte.
—Eso es cierto. Aquel que no sepa apreciar tu belleza, es realmente un estúpido ciego, incluyéndote. Eres un tonto si de verdad crees que no eres nada —se detuvo el rubio—. Además, ese tal Taehyung no es muy lindo que digamos —trató de animar y Jungkook sonrió incrédulo—... Jungkook, eres muy hermoso, pero a pesar de ello, me gustaría que pensaras en que la belleza no determina tu valor, ni tiene importancia en los asuntos del corazón.
—Bueno, lógicamente hablando, cuando te gusta una persona, es porque algo de ella te atrae. Así que, en términos generales, la belleza sí tiene que ver...
—¡Basta, hyung! —exclamó Jimin, causando que Namjoon cerrara la boca instantáneamente, analizando lo que estaba diciendo y lo mal que podría hacer sentir al Maknae del grupo—... aquí lo importante es que Jungkook jamás debe pensar así, jamás debe sentirse menos ante nadie, ni por un tema tan nimio como lo es la belleza —dijo y se dirigió al chico pelinegro—. Jungkookie, pequeño atleta, nunca intentes querer a alguien sin quererte a ti mismo, no pongas a nadie primero que a ti, no gustes de alguien sin que te gustes tú... Sólo ámate mucho, si lo haces así, sufrirás menos... Yo no quiero que sufras.
Y Jungkook sonrió enternecido ante las palabras de su mejor amigo. Jimin era su persona favorita en el mundo, siempre lo salvaba, era su más grande apoyo, y saber que existía y que estaba con él, lo hacía sentirse realmente tranquilo y feliz—. Gracias, gracias de verdad, chicos, sé que solo quieren mi bien.
—Así es —afirmó el muchacho de mejillas regordetas.
—A veces me gustaría que las cosas fueran distintas, tanto lo que me he privado durante toda mi vida como cada una de mis creencias y errores.
—No te preocupes, Jungkookie, las cosas siempre pasan por algo —Namjoon se sentó a su lado y le abrazó para intentar reconfortarlo.
—Tienes razón... esta mañana lo comprobé.
—¿De qué hablas?
—Vi a Taehyung besar a una chica, era una enfermera muy bonita, parecía ser amable y delicada —soltó un suspiro—. No estaba listo para ver eso, pero supongo que fue lo mejor.
—Oh... Hermano —murmuró Jimin entristeciéndose por su amigo—. Lo siento mucho.
—¿Por qué fue lo mejor? —preguntó Namjoon y Jungkook hundió su rostro en el pecho del moreno.
—Fue mejor haberlo visto así —dijo con sinceridad—. Imaginen lo humillante que sería llegar a confesarle lo que siento y que me rechace al decirme que tiene novia —rió, como si aquello que pensaba resultara ser gracioso, pero, a la par, sintió que un nudo se generaba en su garganta.
—Entonces... ¿Qué harás con lo que sientes? —se arriesgó a preguntar Jimin.
—Lo voy a eliminar —soltó con seguridad el más joven—. No voy a dejar que siga creciendo.
—¿Podrás hacerlo?
—No lo sé —confesó—, pero si no lo intento, jamás lo sabré —se detuvo, mirando como la noche estaba a punto de caer sobre sus ojos—. No quiero que me guste Kim Taehyung.
Y más tarde, mientras se daba una ducha, decidió calmar su corazón alterado.
Había pensado ya en todas las maneras existentes para eliminar definitivamente sus sentimientos por el castaño de ojos oscuros. Algunas involucraban el mudarse de país, cambiarse de hospital, o simplemente permutar a su fisioterapeuta. Pero en el fondo no sabía qué hacer, no sabía si su sentir radicaba en que estaba siendo demasiado drástico y el asunto no merecía excesiva atención de su parte: quizá solo era eso, estaba tomándoselo muy personal; tal vez, si lo ignoraba un poco, podría lograr demasiados cambios en su sentir y no era necesario cambiar de residencia.
Tú puedes hacerlo, Jungkook... Tú puedes controlar lo que sientes, eres capaz de todo.
Se dijo, pensando seriamente en que el tiempo pondría las cosas en su lugar. Al fin de cuentas, al terminar sus terapias, su vida volvería a la normalidad y todo estaría bien.
Todo volverá a ser como antes... como antes de Kim Taehyung.
Pero en su pecho algo se oprimió.
Muy en el fondo supo que no estaba dispuesto a vivir una vida sin observar los brillantes ojitos oscuros de su fisioterapeuta.
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