08. La extraña sonrisa cuadrada

Mayo.

Aquella tarde de mayo estaba tan nublada que Jungkook esperaba que cayera una tormenta; llevaba unos minutos mirando por la ventana de la camioneta en la que se transportaba, a las personas que caminaban apresuradas por los costados de la avenida. Sin darse cuenta, tenía una mueca de nostalgia en su rostro, no dejaba de pensar en las vueltas que daba la vida, aquel comentario que hizo su fisioterapeuta el día en que se conocieron, se impregnó en su mente cual perfume en la piel, pues era ininteligible para él: saber que hace tiempo estuvo en la cima y de pronto se deslizaba en una silla de ruedas.

La camioneta aparcó en el estacionamiento del hospital, el Golden Maknae no se había percatado de que llegaron a ese sitio hasta que su madre llamó su atención—. No arruines esta oportunidad Jungkook, recuerda lo que dijo el traumatólogo Kim Seokjin: Kim Taehyung es la única persona que podrá ayudarte.

El pelinegro de ojos amielados asintió hacia las palabras de su madre y enseguida abrió la puerta del auto, observando hacia el exterior. Su mirada se detuvo en la silla de ruedas que ya le esperaba preparada, de inmediato el chofer le tendió una mano para servirle como apoyo y cuando menos lo pensó ya se estaba deslizando por el hospital, exactamente en el lado noreste, donde residía el área de rehabilitación física.

Iba demasiado distraído impulsándose a sí mismo en la silla de ruedas, mientras avanzaba entre los pasillos silenciosos del hospital en dirección al consultorio de su fisioterapeuta. Sus pensamientos abundaban en querer regresar a casa, pero la imagen de su madre rogando por apoyo a Kim Taehyung, lo hacía sentir demasiado culpable y avergonzado, que ahora debía dar la cara.

Una sonora carcajada interrumpió sus pensamientos y levantó la mirada en busca de la persona que había perturbado el mutismo del tranquilo hospital, pero no esperaba encontrarse con el castaño de hebras rizadas, riendo a lo descarado por ver a dos de sus colegas tendidos en el piso.

—¡Son unos tontos!, les dije que caerían, ¡Yoongi hyung no es tan fuerte! —soltó aún entre risas al recordar cómo Jung Hoseok y Min Yoongi se desafiaron entre sí, para saber cual resistía más al otro sobre su espalda, pero de pronto, y como Taehyung lo pronosticó, ambos cayeron al piso sin haber comenzado el reto de ir hasta la cafetería.

—¡No es mi culpa que Hobi esté tan gordo! —la intensa mirada del pálido se posicionó en Hoseok, que al escuchar el comentario del chico de facciones mininas, cesó todos sus intentos por levantarse para observar ofendido a Yoongi.

—¡¿Gordo yo?! —exclamó de inmediato cruzándose de brazos. Taehyung volvió a reír al notar que se aproximaba una pelea por parte de sus dos mejores amigos, y eso era algo que disfrutaba demasiado, ver al par de locos que le alegraban la vida hacer de ese día nublado una tarde más amena.

Pero su alegre risotada se detuvo al percatarse de que había una cuarta presencia en el pasillo, pues Jungkook miraba al trío un poco desconcertado ante la escena—. Buen día Joven Jeon —saludó de inmediato Taehyung y sus amigos se levantaron de un salto—. Ya lo estaba esperando —y sonrió ampliamente, haciendo notar una alegre sonrisa cuadrada que complementaba a la perfección sus bonitos ojos a color chocolate intenso.

—Buen día —musitó Jungkook después de unos segundos y su rizado fisioterapeuta se acercó a él, tomó la silla de ruedas por detrás y se dispuso a impulsarla hasta estar dentro de su consultorio.

—¿Cómo han ido las cosas los últimos días? —cuestionó Taehyung mientras escribía en su computador de escritorio.

—Van mejorando poco a poco —contestó Jungkook tratando de no ser pesimista y no arruinar el buen humor que tenía el chico castaño durante aquella tarde nublada.

—Eso me alegra —Taehyung levantó la mirada y le dirigió otra sonrisa al pelinegro, pero éste ni siquiera se inmutó—. Bien, hoy le hablaré de forma general acerca del plan de intervención que llevaremos a cabo para el proceso de su rehabilitación —Jungkook solo se limitó a asentir—. Comenzaremos por la evaluación de su estado general y a partir de esto aplicaremos el plan terapéutico de forma escalonada —hizo una pausa para observar el computador y de inmediato continuó hablando—. Iniciaremos por rehabilitar la movilidad de la articulación, pasaremos al control neuromuscular y la capacidad de trabajo, continuando con el fortalecimiento de la fuerza de hipertrofia, de resistencia, y la biométrica.

—Bien —dijo Jungkook para dejar continuar al profesional de la salud.

—Ya tengo redactado su plan de cuidado y si mis cálculos no me fallan, en ocho meses estará recuperado.

El cuerpo de Jungkook se tensó a la brevedad, sintió como la sangre le bajó hasta los pies y sus sentidos se alteraron—. ¿A qué se refiere con "recuperado"?

Taehyung tomó una bocanada de oxígeno, para después contestar la pregunta del joven atleta—. Me refiero a que sí las cosas salen bien y sigue al pie de la letra su tratamiento de rehabilitación, caminará perfectamente —suspiró—, e incluso existe la posibilidad de que pueda volver a correr —soltó mirando como el rostro de Jungkook pasaba de un estado inexpresivo a formar una mueca repleta de sorpresa.

—¿En... En serio? —Fue lo único que pudo decir, a pesar de que cientos de dudas se apilaban en su mente.

—¡Por supuesto!, estuve evaluando en compañía del doctor Kim Seokjin y después de estudiar detalladamente su caso, deducimos que a pesar de que usted sufrió una lesión de las más graves que pueden ocurrir en la rodilla, el hecho de que tenía una excelente condición, tanto muscular como ósea, permite que existan altas probabilidades de que se recupere exitosamente. Quizá no vuelva a ser como antes y al principio va a ser difícil, pero sí se esfuerza lo necesario y pone todo de su parte, verá que podrá llegar muy lejos —terminó de decir Taehyung y observó detalladamente como los ojos amielados del atleta comenzaban a brillar con asombro.

—No sé que decir, no me esperaba eso, creí que...

—Lo sé —interrumpió de inmediato el castaño con el propósito de evitar que el joven pelinegro volviera a pensar negativamente—, pero no es el caso —aseguró—. Durante el fin de semana me tomé la libertad de analizar en internet algunos vídeos de usted corriendo sobre la pista, y quiero decirle que estoy bastante maravillado. Es un atleta tan increíble y tan entregado que me volví su admirador en unos segundos —expresó—. Por ello me fijé un objetivo: deseo que después de los siguientes ocho meses usted pueda participar en las olimpiadas del siguiente año.

Y mientras Kim Taehyung sonreía con excesivo optimismo, Jeon Jungkook comprendía que la vida le estaba dando una segunda oportunidad ofrecida por el chico de la extraña sonrisa cuadrada.

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